Apuntes
de Historia del Mesopotamia
Epipaleolítico: 15.000 a
10.000 a.C., es un período de caza y recolección intensificada. La caza se basa en
animales más pequeños que los cazados en el Paleolítico: gacelas (en
Palestina), ovejas (en los Zagros), cabras (en toda la región). Los rebaños de
estas especies probablemente eran controlados para que no fueran diezmados
(aunque siguieran sin domesticarse). La recolección de gramíneas y legumbres se
hizo cada vez más intensiva y especializada, produciendo un efecto de selección
y difusión involuntaria. La movilidad también se vuelve más circunscrita de
acuerdo con los recursos explotados que, en el caso de la pesca lacustre,
invitan al sedentarismo.
Su esencia
consiste en la aparición de técnicas para la producción de alimentos
(agricultura y ganadería) que reemplazaron a las técnicas de simple explotación
del alimento existente en la naturaleza (caza y recolección). En Medio Oriente
se dan casos de agricultura no sedentaria y de la presencia de culturas
neolíticas acerámicas.
Período de
Producción Incipiente: 10.000 a 7500 a.C. Algunas especies de pequeños
rumiantes entran poco a poco en una especie de simbiosis con los grupos humanos
que en algunos casos desembocará en la domesticación (sobre todo en las cabras
y ovejas). En el caso de las gacelas no se pasa de este estadio.
La domesticación provoca el
aprovechamiento de la leche y el pelo (o la lana) de estos animales,
limitándose el sacrificio de muchos. Se forman rebaños que son propiedad de
grupos humanos, que son conducidos estacionalmente a los pastos.
La recolección repetida de gramíneas
silvestres y la consiguiente concentración de semillas junto a los núcleos
habitados debieron dar paso a los primeros experimentos de cultivo (cebada en
toda la zona, trigo en Siria-Palestina).
Todo esto provoca cambios en las
formas de organización social. Las comunidades construyen casas redondas en
campamentos permanentes (en donde se dan los primeros intentos de cultivo) y campamentos estacionales para la caza (que sigue siendo la actividad
principal). Surgen los primeros silos para guardar las cosechas de un año a
otro (se ha superado el problema diario de alimento) y la tenencia de rebaños y
tierras de cultivo implican la presencia del concepto de propiedad y de
alimentación.
Esta fase está representada por el
Natufiense (la más antigua), y existen ejemplos en el Kurdistán, los Zagros e
Irán. En el Neolítico Acerámico A en Siria-Palestina aparecen los primeros
indicios seguros de cultivo ya que las especies silvestres cultivadas están
fuera de su ámbito de origen. Poco después, en Khuzistán aparecen los primeros
indicios de domesticación de cabras y ovejas.
Neolítico Pleno (Cerámico): Entre el 7500 a 6000 ya existen aldeas
sedentarias de 250 a 500 personas con cazas de planta cuadrangular y con una
economía basada en el cultivo de gramíneas y leguminosas así como en la cría de
ovejas, cabras, cerdos y al final de este período, vacas. Existen evidencias de
cooperación interfamiliar (fortificaciones en Jericó). Los contactos
interregionales alcanzan un desarrollo notable, por ejemplo en la difusión de
la obsidiana (desde Anatolia y Armenia). Surgen técnicas neolíticas como los
tejidos (de lana y lino), la cerámica (que surge en la zona de los Zagros), la
utilización del cobre forjado.
Entre el 6000 y el 4000 surgen
varias culturas plenamente neolíticas originadas al pie de las cordilleras que
luego se expanden a la meseta iraní y anatólica y a la llanura mesopotámica. La
base económica es la producción agropecuaria con una fuerte selección de las
especies domesticadas. Los cultígenos ya han salido de su área de distribución
silvestre y su cultivo en los valles depende de las primeras técnicas de
regadío. El riego artificial (de oasis en Jericó, de drenaje y canalización en
Eridú, y de meseta en Catal Huyuk) surge en esta fase.
Se seleccionan unas pocas especies
para la cría: el perro (para cuidar los rebaños), las ovejas y cabras
(difundidas en toda la zona) los cerdos, bóvidos y burros (como animales de
carga). Esta ganadería puede ser sedentaria (bóvidos), de corto radio (cerdos),
o trashumante (cabras y ovejas). La ganadería aporta carne, productos lácteos,
fibras textiles y trabajo pesado. Se incrementa el uso de tejidos y cerámica.
Las aldeas son pequeñas y están diseminadas, separadas por áreas residuales donde se realizan la caza y recolección. El grado de conflictividad entre las mismas es bastante bajo ya que las armas no están lo suficientemente especializadas para poder distinguir entre las de uso bélico y las de caza. La dimensión económico-productiva es local, pero existen agregados culturales a escala regional y relaciones “comerciales”. En cuanto a la alimentación, las aldeas son autosuficientes,
pero comercian materiales preciosos que no son voluminosos ni pesados. Se
utiliza el trueque de aldea en aldea o quizá su difusión fuera realizada por
viajeros que conectan directamente el lugar de origen con el de destino. Tal
vez el cambio tecnológico y organizativo estuvo acompañado por la sucesión de
tráficos comerciales.
La estructura social se centra en
algunas cabezas de familia (ancianos o patriarcas), aunque no aparecen
diferencias significativas de rango. No hay especialistas y las actividades
están relacionadas directamente con la producción de alimento (el tejido y la
cerámica también). No existen edificios públicos como los templos y almacenes
comunitarios.
Presencia de religiosidad en dos
aspectos: funerario y otro relacionado con la fertilidad (humana, vegetal y
animal). Es religiosidad porque las representaciones reflejan concepciones
sobre hechos naturales (fertilidad, etc.) y no son personalidades divinas
individualizadas.
Las variantes
regionales del Neolítico Pleno:
Las zonas
donde fueron trasplantados los ecosistemas que no existían en estado silvestre
(que durante la agricultura incipiente fueron zonas relegadas), ahora van a
ocupar el primer plano ya que allí esos ecosistemas encuentran espacios más
amplios para desarrollarse: las mesetas anatolia e iraní y la llanura
mesopotámica.
Anatolia:
Catal Huyuk (6500-5500) –siendo çatal: ‘tenedor’, y höyük:
‘túmulo’–)
es un antiguo asentamiento de los períodos neolítico
y de la edad de Bronce, siendo el conjunto urbano más
grande de la época neolítica en el Oriente
Próximo. Catal Huyuk está ubicado al sur de la península
de Anatolia,
en la planicie de Konya, cerca del poblado de Konya, en la actual Turquía (a unos 250 kilómetros al sur de Ankara). En
sus capas más inferiores y antiguas, el asentamiento se data hacia mediados del
VIII milenio a.C. Según la «Escuela
de Lyon» pertenece a los períodos 4 y 5 de la prehistoria del Oriente Próximo
(6600-5600 a.C.)
Las casas de
Catal Huyuk se construían adosadas, sin calles ni pasajes entre ellas, y el
acceso a las viviendas se hacía por el tejado, utilizando escaleras para
comunicar los diversos niveles. Los muros son de adobe y para conformar la cubierta utilizaron vigas de madera, y barro apisonado sobre
esteras vegetales.
Por los restos en las excavaciones, se sabe que en las campiñas cercanas a Catal
Huyuk ya se cultivaba trigo,
sorgo, chícharos
y lentejas, y
se recolectaban manzanas,
alfóncigos
(pistachos) y almendras.
Al parecer no se practicaba la ganadería, por lo que la carne se obtenía de la
caza de ciervos,
jabalíes y onagros.
El asentamiento de Çatal Huyuk era sede de numerosos intercambios
comerciales (madera,
obsidiana,
sílex, cobre y conchas del Mediterráneo),
y se sabe que sus artesanos ya dominaban la labra del cobre, siendo el
ejemplo más antiguo de tal actividad en el Oriente
Próximo. La manufactura artesanal en Catal Huyuk se especializaba en
numerosos productos: puntas de flecha, lanzas, puñales de obsidiana y
de sílex,
mazas de piedra, figurillas en piedra y arcilla, textiles, cuencos, recipientes
y joyería (en particular, con perlas). Gracias al clima seco de esta zona se han conservado
restos de tejidos de excelente calidad. También se han encontrado sellos de
arcilla para estampar los trajes con diversos dibujos, cuyo diseño guarda
muchas semejanzas con los de las alfombras turcas actuales.
Esta civilización, que estaba en pleno desarrollo, fue interrumpida
drásticamente hacia el 4700 a.C. por un gran incendio, que coció el
adobe y permitió que paredes de hasta tres metros quedaran en pie. La mayor
parte del asentamiento fue destruido o abandonado.
Hacilar (5400–4800)
posee asentamientos muy diferentes al de Catal Huyuk. Las casas son
pluricelulares, con patios, circulación al ras del suelo, pero sin decoraciones
de culto. La industria lítica es de poco valor y la cerámica está pintada (rojo
sobre crema). Sin embargo se producen remodelaciones y se pasa de las casas
plurifamiliares a las monofamiliares en el nivel II. En el nivel I las casas
son compactas con acceso por la azotea.
Hasan (4900–4500) se enlaza con el nivel I de Hacilar. Las viviendas son monocelulares
compactas. La cerámica es pintada igual que en Hacilar (rojo sobre crema), pero
luego aparece la policromía, quizá por influencia de Halaf..
Mersin (4500–4300) posee cerámica policroma pulimentada y las casas forma una barrera con
el exterior, pero esto no indica necesariamente la presencia de programación
pública.
Las zonas de
vanguardia durante el proceso de producción incipiente (la Siria-Palestina
natufiense y los Zagros) se hallan en crisis durante el Neolítico Cerámico.
Palestina experimenta un agotamiento, mientras que la zona del Zagros se da una
crisis de transferencia hacia las llanuras mesopotámicas.
Alta Mesopotamia:
Umm Dabaghiya (6000–5500) es la primera cultura cerámica de Mesopotamia. La cerámica es pintada.
Las casas son rectangulares con varias habitaciones y almacenes adosados. La
agricultura y la ganadería son muy pobres, porque el ambiente es bastante
árido. La base del sustento es la caza del onagro salvaje.
Hassuna (5500–5000) esta cultura sucede a la de Umm Dabaghiya y es contemporánea con la
primera fase de Samarra y de Halaf, siendo absorbida por esta última en sus
fases media y tardía. Al igual que en Umm Dabaghiya las casas son rectangulares
y los almacenes monocelulares forman una masa compacta. La base económica es la
agricultura de secano, la ganadería y la caza. La cerámica es un poco más
avanzada que en Umm Dabaghiya y los instrumentos líticos son bastante pobres.
Samarra (fase
antigua: 5600–5400; fase intermedia: 5400–5000; fase tardía: 5000-4800). Fase antigua: las casas están rodeadas por un recinto amurallado. Se
encuentra presente la agricultura de regadío y la caza ya es algo marginal. La
cerámica es pintada y posee un gran valor artístico.
Halaf (fase
antigua: 5600–5300; fase intermedia: 5300–4800; fase tardía: 4800-4500) Durante la fase antigua esta cultura está presente en Asiria, pero en la
fase intermedia se propaga por toda la Alta Mesopotamia, mucho más ampliamente
que cualquier cultura anterior. La economía es netamente agro-pastoril de
secano, basada en la cebada, las cabras y ovejas. Los asentamientos tienen
rasgos de arcaísmo, con viviendas de tamaño reducido, redondas y con cúpula. En
cambio su cerámica polícroma se sitúa en la cima del desarrollo del Neolítico
del Medio Oriente. Esta cultura es suplantada por la de Ubaid.
Baja Mesopotamia:
Eridu (5000–4500) esta cultura surge de improviso en la zona del Bajo Eufrates ya que no
conocemos su proceso de formación. La agricultura es de regadío pero también es
importante la pesca. Esta unidad cultural comprende las posteriores áreas de
Sumer, Akkad y Elam. Se distingue bien de la cultura contemporánea de Halaf ya
que responde a otro tipo de ecosistema (agricultura de cereales y ganado
bovino). En los niveles 17 a 15 (hacia el 5000)
El Ubaid (fase
clásica: -4500 a –4000; fase tardía: 4000-3500) su punto de partida es la
cultura de Eridu. En esta etapa el sur mesopotámico alcanzará la vanguardia
tecnológica y organizativa del Medio Oriente mientras que la cultura de Halaf
experimentará una crisis progresiva y aún no explicada y en el norte será
suplantada por la Ubaid. La fuerza expansiva de esta cultura llegará hasta el
Khabur.
La cerámica
es una continuación de la cultura de Eridu. Se excavan acequias para llevar
agua a zonas donde no se podría cultivar de otro modo. También se realiza el
drenaje de pantanos. A lo largo de estas acequias se sitúan los asentamientos
agrícolas y la ganadería se basa en bóvidos, ovejas y cabras.
Las
dimensiones de los templos denotan la separación de la función de culto y su
incidencia en la organización centralizada del poder económico y político (el
culto visto como una actividad comunitaria, , ofrendas en los templos,
movilización de mano de obra para la construcción de templos, probable
sacerdocio profesional). Presencia de productos artesanales fruto de un trabajo
especializado dada su elaboración. La cerámica del Ubaid clásico está hecha a
mano y es de gran calidad, mientras que la del Ubaid tardío comienza a
producirse en serie gracias al uso del torno (se reduce la calidad), lo que
significa que ya hay artesanos con dedicación de tiempo completo. Esta cultura
ya conoce y desarrolla la metalurgia del cobre.
Parece que el punto de partida de esta
creciente complejización es la ampliación de la producción agrícola que se
desarrolla gracias a la irrigación extensiva y a la introducción del arado de
tiro animal. El aumento de la productividad agrícola y la existencia de
excedentes permite mantener a especialistas de tiempo completo, creando un polo
redistributivo central. Se produce una especialización laboral y funcional, la
estratificación social y la aparición de funciones de coordinación y decisión.
La Baja Mesopotamia experimenta un gran
crecimiento demográfico y productivo. En cambio, la Alta Mesopotamia, que hasta
este momento no tenía nada que envidiar a la zona meridional en cuanto a
cultura y tecnología, tiene unas posibilidades limitadas de desarrollo agrícola
y demográfico, por lo que mantiene su papel de centro comercial.
La Revolución Urbana,
Período de Uruk:
Hacia el 3500, la existencia de más de
un templo por ciudad señala que han aparecido auténticas divinidades en las que
la comunidad humana centra sus esperanzas y temores, superando concepciones
impersonales como las de las fuerzas de la naturaleza y la fertilidad. La
relación entre las divinidades y la comunidad estará mediada por una clase
emergente de sacerdotes que también se arroga la direccióñ coordinada de la
sociedad.
Durante el
neolítico, las comunidades permanecen en la dimensión de aldeas, son homogéneas
en su edificación y autosuficientes. Las especializaciones son ocasionales e
irregulares. El salto organizativo consiste en separar la producción de
alimentos de las técnicas especializadas y polarizar esta separación
concentrando a los especialistas en algunas poblaciones más grandes, dejando la
tarea de producción de alimentos a las aldeas dispersas. Pronto esta relación
deja de ser complementaria y pasa a estar jerarquizada, con aldeas tributarias
de la ciudad. Hay un flujo de excedentes alimenticios (que va de los
productores) para mantener a los especialistas y un flujo de productos
especializados y servicios, (que va de los especialistas a los productores de
alimento). Sin embargo estas relaciones se desequilibran a favor de los
especialistas ya que poseen un prestigio social y cultural mucho mayor que el
de los productores de alimentos.
Lo que a
escala familiar y de aldea era realizado por las cabezas de familia y estaba
determinado por la tradición, ahora se convierte en tarea especializada. Surgen
polos de decisión: los templos y el palacio que distinguen las ciudades de las
aldeas. En estos centros se acumulan los excedentes en los que se basa el
sistema redistributivo.
Relación entre la ciudad y las aldeas: la revolución urbana culminó en la Baja Mesopotamia entre el 3500 y el 3200. ¿Por qué fue en esta zona? Porque las primeras canalizaciones forman islas colonizadas, luego estas islas comienzan a conectarse entre sí y la ordenación de un tramo situado aguas arriba condiciona la de un tramo aguas abajo. Si no se coordinan las iniciativas locales se
originan conflictos. Las primeras ordenaciones hídricas son de la época de
Ubaid pero hacia el 3500 alcanzan una gran dimensión y sirven como medio de
comunicación entre las comarcas, dado que el transporte fluvial es más efectivo
que el terrestre. La realización de estas obras requiere la existencia de un excedente
de personas (que puedan dejar de cultivar para dedicarse a esta tarea) y de
comida (para alimentar a estos trabajadores) pero también desemboca en una
ampliación de la producción y del excedente.
Surge la
especialización y jerarquización de los asentamientos: una ciudad capital
(donde se encuentra el palacio y el templo, y donde se realizan la mayor parte
de las funciones especializadas) una serie de centros regionales
periféricos (son poblaciones intermedias
que desempeñan funciones urbanas descentralizadas) y un elevado número de
aldeas tributarias. Este conjunto está separado de otros similares por franjas
de territorio pantanoso sin colonizar, o bien por estepas áridas.
El arado
reduce el tiempo dedicado a la siembra y se adapta mejor a un paisaje
estandarizado de parcelas alargadas situadas perpendicularmente a los márgenes
de las acequias. Por lo tanto responde a una organización planificada de la
producción agrícola.
El
crecimiento demográfico estimulado por el aumento de la producción de alimentos
lleva al crecimiento de las ciudades, aunque este a veces provoca un
despoblamiento en el campo que lo rodea (en el caso de Uruk), y otras veces
este crecimiento se reparte en las numerosas aldeas (caso de Nippur).
Con la
urbanización aparecen dos tipos de tierras:
- Las que
siguen siendo propiedad de las familias libres.
- Las que
pertenecen al templo y al palacio.
La
concentración de riquezas en las ciudades lleva a la necesidad de construir
murallas. Las aldeas, son demasiado numerosas y pequeñas y la riqueza que
contienen es demasiado modesta como para justificar la construcción de
murallas. La riqueza de las aldeas es la población que se salva dándose a la
fuga.
El núcleo
dirigente debe trabajar en dos frentes: el administrativo (que llevará a la
formación de una burocracia y el desarrollo de la escritura) y el ideológico
(que desemboca en el clero).
El
surgimiento de la escritura: al tiempo que se ponen en práctica
sistemas de medidas, la administración establece sellos como instrumento de
garantía. En la fase Ubaid el sello está muy generalizado tanto en Mesopotamia
como en las regiones circundantes. Su uso equivale a una firma. En la época de
Uruk, el sello pasa de ser una simple firma a una garantía de que no se ha
abierto el recipiente sellado. Luego se pasa a la utilización de tablillas
donde se graban signos pictográficos que ya no representan al objeto en
cuestión sino a una palabra que suene más o menos igual. La administración se
convierte en el trabajo más especializado y el funcionario administrativo por
excelencia es el escriba. Los escribas son formados en verdaderas escuelas
donde les enseñan el manejo de los signos.
Los
especialistas: son el grupo más selecto del estado, pero
económicamente dependen del rey (o del dios) para su mantenimiento. Los
talleres de artesanos, los almacenes, las oficinas y los archivos de los
escribas se encuentran en el templo y en el palacio. En cambio, el resto de la
población es libre porque posee sus medios de producción y trabaja para su
propio sustento. En el sistema redistributivo da más que recibe, y lo que
recibe tiene un carácter meramente ideológico (culto religioso, propaganda
política), aunque se beneficia con la excavación de canales que solo una gran
organización puede garantizar.
La
especialización se torna jerarquizada, con maestros y aprendices, supervisores
y obreros. Las relaciones tradicionales del trabajo familiar son reemplazadas
por otras de dependencia y promoción en la carrera. La retribución es personal
y toma importancia la posesión personal de bienes.
El
fortalecimiento del clero y de la burocracia: la comunidad urbana
que está acostumbrada a atribuir a personalidades divinas la responsabilidad de
hechos incontrolables por el hombre, y que trata de ganarse su favor por medio
de sacrificios y ofrendas, traslada ahora todo esto al nivel de la organización
centralizada. Se produce una especie de paralelismo entre el mecanismo de
centralización y redistribución y el de las ofrendas para el culto. La
comunidad que cede una parte de su producto a las divinidades para ganarse su
favor, también cede un aparte de la producción a la clase dirigente a cambio de
los servicios organizativos y las decisiones.
También el
panteón de las divinidades se jerarquiza y se especializa. Cada dios posee
determinadas características y habilidades. El papel que desempeña el templo,
de simbolizar y mantener la cohesión de la comunidad, es esencial. A su
alrededor hay espacios acondicionados para las fiestas.
Si la
persuasión y la ideología no bastan, el poder central puede recurrir a medios
coercitivos ya que surgen especialistas en la guerra (con dedicación plena). El
ejército además está formado por un número de conscriptos reclutados de entre
toda la población
El rey (en): el rey ocupa
la mayor parte del tiempo en su función administrativa, aunque también
desempeña la función de sumo sacerdote (en) del dios de la ciudad. En el
período de Uruk todavía no hay un palacio laico separado del templo. El rey
también es responsable de la defensa de la ciudad.
Los
mercaderes: también son especialistas, aunque en realidad son agentes
comerciales. Parten de la ciudad con una provisión de productos manufacturados
y se dirige a las lejanas regiones productoras de materias primas. Allí
intercambia los productos manufacturados por metales y piedras preciosas,
vuelve a la ciudad y allí rinde cuentas para aclarar si el valor de los bienes
que ha traído es equivalente al de la provisión de partida. Quizá la zona de
origen de ciertos productos sea ignorado, por lo que se obtiene en centros de
distribución e intercambio. En los países exportadores de materias primas se
organiza su producción y en algunos casos su elaboración, por lo que el
estímulo del comercio resulta muy eficaz para el desarrollo organizativo de las
regiones periféricas. Los desplazamientos se realizan por agua, siempre
que sea posible.
El comercio: en estas
primeras etapas la sociedad protoestatal no reconocen la reciprocidad económica
del trueque porque sería como reconocer la existencia de otros centros
políticos de igual jerarquía. Las consideran cesiones debidas al prestigio y
poder del dios de la ciudad.
La gran
expansión de esta primera urbanización se nota con distintos grados de
intensidad desde el núcleo de la Baja Mesopotamia (que incluye Sumer y Akkad).
En las zonas adyacentes (Eufrates Medio, Alta Mesopotamia, Khuzistán, Asiria)
se encuentran centros periféricos de la cultura de uruk con todos sus rasgos,
pero emplazados en un tipo de territorio distinto (como si fueran colonias).
Más allá de estas hay zonas con las que la cultura de Uruk mantiene relaciones
lo suficientemente estrechas como para modificar la organización local sin
cambiar la cultura material (Alto Eufrates, Oeste del Irán). Finalmente hay
zonas donde se encuentran vestigios de simples contactos comerciales, sin
influencias destacables.
En
la periferia, donde no hay una acumulación de excedentes y la urbanización
aparece en las rutas de acceso a los productos naturales, se plantea el
problema de organizar la explotación de eso recursos y se instala una clase
dirigente local que se sostiene por la fuerza y las rentas procedentes de las
nuevas relaciones comerciales. De esto modo surge una aristocracia militar que
gestiona la explotación de los recursos disponibles y que utiliza como elemento
secundario el simbolismo religioso local, a diferencia de lo sucedido en la
Baja Mesopotamia.
La crisis de la urbanización: la difusión
y la influencia cultural de Uruk en la periferia de Mesopotamia finaliza de
forma bastante repentina. En toda la zona montañosa donde la cultura uruk había
penetrado se retrocede de la urbanización a una organización más modesta,
basada en la aldea, aunque perduran ciertos cambios del sistema socio-económico
como la especialización laboral y la jerarquización.
Período Protodinástico
Protodinástico I (2900–2750): es una
etapa de crisis y retroceso
Protodinástico II (2750–2600) se
evidencia la existencia de varios centros urbanos importantes, con una serie de
ciudades estados similares que compiten entre sí, a diferencia del período de
Uruk donde la única urbe importante era esa misma ciudad.
Protodinástico IIIa (2600–2450). Aquí
ya aparece la diferenciación entre el templo y el palacio en las ciudades de la
baja mesopotamia. Parece ser que podría estar indicando la consolidación de un
sistema político laico cuyo origen quizá sea el norte mesopotámico. La clase
dirigente del templo (anónima) es sustituida por una clase dirigente que
necesita afianzar una imagen más personalizada de su realeza, aquí aparecen las
primeras inscripciones reales, de Emmebagaresi y Mesilim. Sin embargo el templo
sigue manteniendo su importancia económica: encargándose de el almacenamiento,
los servicios y la producción primaria.
Protodinástico IIIb (2450–2350)
Características
generales del Protodinástico:
La Sociedad:
La población
de las aldeas contribuye a la acumulación centralizada de productos de dos
maneras:
1) Mediante la cesión de una parte del
producto.
2) Mediante prestación de trabajos
(generalmente agrícolas y en caso de necesidad, militares)
Los
campesinos creen que están manteniendo a la divinidad, cuando en realidad están
manteniendo a las capas privilegiadas de la ciudad.
La distinción entre especialistas
(dependientes del templo) y hombres libres (productores de alimentos) se
mantiene, pero a medida que los aldeanos comienzan a empobrecerse y sus
miembros se ven obligados a vender las tierras, se forma un campesinado no
propietario que no tiene más remedio que depender del estado (mushkenum, que
dependen del estado al igual que los especialistas) o de miembros concretos
(esclavitud por deudas) para poder sobrevivir.
En las ciudades hay grandes
concentraciones de mano de obra en dos sectores:
1) La molienda de granos. Realizada
por mujeres con sencillos molinos de piedra (morteros).
2) El sector textil. También realizado
por mujeres con instrumentos neolíticos como el huso, la rueca y el telar
horizontal.
Estos sectores de bajo nivel técnico
se diferencian con todos los demás sectores de la transformación de los que se
ocupan reducidos grupos de artesanos especializados.
La
presencia de “reformadores” como Urukagina demuestra que existe una clase que
comienza a endeudarse y a ceder sus propiedades y sus hijos al acreedor, como
pago por los intereses. Esto desemboca en la servidumbre por deudas cuando no
se devuelve lo prestado. Esto se relaciona con la aceleración de la
desaparición de la pequeña propiedad familiar y el aumento de las propiedades
del templo y el palacio, así como la de los altos funcionarios. El
endeudamiento puede ser consecuencia del exceso de la carga fiscal (en
impuestos o trabajos forzados) y si un par de cosechas ponen a las familias en
apuros, el proceso de servidumbre se desencadena. Los que salen ganando son los
acreedores, que son los que detentan la administración del templo y del
palacio, los únicos que poseen excedentes para ayudar a los que se encuentran
en apuros.
La Administración:
Cada ciudad es gobernada por una
dinastía local. Desde el plano ideológico es fundamental la legitimación divina
de la realeza, la subordinación del rey al dios y la presentación de su obra
como fiel reflejo de la voluntad divina. La pluralidad de dioses hace que se
considere legítima la pluralidad de centros políticos, uno por ciudad y por
dios.
Desde el plano administrativo surge la
necesidad de subordinar los templos a la administración estatal unificada. Los
reyes, una vez lograda la legitimación interna (basada en la aprobación o el
sometimiento de la clase sacerdotal local) buscan la legitimación externa (que
únicamente puede ser dada por Enlil, el dios supremo que tiene su templo en
Nippur).
El rey tiene la responsabilidad de
controlar las estructuras productivas y el sistema redistributivo, pero las
buenas cosechas se deben al dios. Lo mismo en la guerra, el rey está al mando
de las operaciones pero el resultado del enfrentamiento lo deciden las
divinidades según su voluntad, sin embargo el comportamiento del dios es
reflejo del comportamiento real.
El Imperio de Akkad (2370–2230)
Hacia el 2350 Sargón tenía un control
directo desde el Diyala hasta la orilla del Golfo Pérsico, mientras que su red
comercial va desde el Mediterráneo y Anatolia hasta las ciudades del Indo
y Omán.
Rimush,
sucesor de Sargón primero sofoca una revuelta de las ciudades sumerias y luego
ataca a Elam. Naram-Sim (cuarto rey de esta dinastía) logra el control de Elam
pero no de toda la confederación. También conquista territorios en el norte y
noroeste, haciendo realidad el dominio político y militar de “mar a mar”, no
solo comercial. Naram-Sim afirma haber conquistado toda la Alta Mesopotamia
(incluyendo Asiria). Luego destruye la ciudad de Ebla, que si bien eliminó un
rival en el comercio y el control del territorio, impidió que pudiera heredar
las estructuras políticas y comerciales sirias.
Sargón y Naram-Sim con el tiempo se
convirtieron en modelos, personificando lo bueno y lo malo del ideal
mesopotámico del rey. Los monarcas posteriores deberán buscar en estos ejemplos
la justificación de sus actos. Pese a que el reinado de Naram-Sim marca la
época de mayor apogeo del imperio, su caracterización como un rey arrogante e
impío tuvo que ver con su pretensión de divinizarse.
Los ensi que gobiernan las distintas
ciudades no son designados por el rey sino que son dinastas subordinados.
Esta etapa es el comienzo de la
unificación de la administración (y de la escritura) en la Mesopotamia Media y
Baja, que culminará con la III Dinastía de Ur.
Comercio:
El comercio en la etapa protodinástica
tenía la misma amplitud, solo que el tráfico se realizaba a través de multitud
de intermediarios que aumentaban los costes y el tiempo. Parece que la
intención de la expansión militar acadia era la de controlar el comercio
controlando las fuentes de materias primas y eliminando a los intermediarios.
Si bien Sargón distingue entre una
esfera de control político y otra de control económico, sus sucesores cambian
de política y tratan de apoderarse de Ebla y Elam. Sin embargo la apropiación
del circuito lleva a su destrucción. En el caso de Ebla, su destrucción provoca
el retroceso a una organización política fragmentaria en Siria, sin que Akkad
sea capaz de hacerse con el control del comercio.
Dominio Guti (2230–2116)
La crisis de Akkad y Elam parece estar
provocada por pueblos de los montes Zagros, los Guti. Los guti aprovecharon la
crisis de agotamiento y desorganización de los últimos reyes acadios y tomaron
el poder en Mesopotamia y atacaron también Elam.
Estos dominaron sobre todo la
Mesopotamia Central (la zona del Diyala, Kish y Akkad) permaneciendo contiguo a
su país de procedencia. En cambio, las ciudades súmeras del sur, a pesar de
estar sometidas a los guti recuperaron gran parte de su autonomía. Esta
situación puede explicar que el dominio guti se mantuviera durante un siglo y
su fin no planteó grandes dificultades.
Los
intentos de unificación de toda Mesopotamia realizados por los acadios,
llevaron a que la periferia responda con intentos de formaciones estatales. Se
produce un intento de formación estatal protohurrita que ocupa espacios
políticos que ha dejado vacíos la desaparición del imperio de Akkad y todavía
no han sido ocupados por Ur III
III Dinastía de Ur (2111– 2003)
El rey de Uruk, Utu-Hegal (2116–2110) se enfrentó al ejército del último rey guti Tirigan y lo derrotó hacia
el 2116. El dominio guti se desvaneció y tras su victoria, Utu-Hegal se adueñó
de las ciudades mesopotámicas. Sin embargo fue pronto suplantado por el ensi de
Ur, Ur-Nammu (211–2094). Este ya no se considera rey de ciudades-estados
sino de unidades políticas consolidadas. Se denomina rey de Sumer y Akkad.
Administración:
Las ciudades pierden su autonomía y
los ensi son designados por el rey. Los reyes de la III Dinastía de Ur se
divinizan, pero esto ya no es un hecho heroico sino que es administrativo y de
culto.
Los
reinos anteriores tenían capacidad de centralización y subordinación pero no
gestionaban directamente los recursos. Ahora los reyes de Ur pretenden
controlar los recursos de todo el imperio que ya no está dividido en reinos
tributarios sino en simples provincias.
Un elemento importante de su labor organizativa es la publicación del primer código de leyes del que tengamos noticias. No sabemos si hay que atribuirlo a Ur-Nammu o a su sucesor, Shulgi. Se trata de administrar la justicia de forma sistemática y estable. Además se redacta un catastro. El gobierno de la III Dinastía de Ur
contribuye a convertir a la Baja Mesopotamia en una entidad cultural unida y se
consolida la idea de que sólo puede haber una realeza (lista real sumeria).
Economía:
Además, el tipo de propiedad rural y
la gestión de las tierras pertenecen fundamentalmente al estado-templo que
cuenta con las prestaciones en trabajo ya no de los aldeanos libres sino de una
clase de asalariados sin propiedad.
El
comercio sigue siendo encarado bajo el sistema de agentes comerciales que deben
rendir cuentas al estado y está dirigido al abastecimiento de materias primas
que faltan en la metrópoli.
Política Exterior:
Caída
de la III Dinastía de Ur: durante el reinado de Ibbi-Sin (2027–2003)
se produce una gran invasión amorrita que provoca el fin de esta dinastía. Uno
de sus gobernadores, Isbi-Erra (2017–1985) se apodera de Isin y logra
convertirse en el heredero de esta dinastía. La interpretación teológica de
esta caída atribuye el desastre a una decisión de los dioses, que una vez
tomada no se puede cambiar, pese a que no existían motivos para castigar a los
gobernantes de Ur, ya que a los ojos de los sacerdotes y escribas, ésta
respondía mucho mejor que la de Akkad a las expectativas de justicia y buena
administración del país.
La llegada de los amorritas supone un
quiebre político y cultural que permite la ascensión del elemento acadio (que
desde ya hacía tiempo que prevalecía en toda mesopotamia central y baja,
mientras que el elemento sumerio es residual) imponiéndose el acadio como
lengua escrita y relegando al sumerio a un pale de lengua culta y de tradición
religiosa y literaria. La vieja simbiosis sumerio-acadia es reemplazada por una
nueva simbiosis acadio-amorrita.
En Anatolia, hacia el 2300 se produce
una fractura cultural con una gran serie de destrucciones seguidas de abandonos
generalizados. Una segunda fractura (hacia el 2000) marca el inicio del Bronce
Medio.
En
Siria tiene lugar un proceso paralelo de crisis de la urbanización y la
penetración de elementos nómades. En la meseta irania se reproduce el mismo
cuadro hacia el 2200. Las zonas de urbanización más intensa como la Susiana
permanecen al margen de la crisis.
Esta crisis, pese a responder a
motivos de dinámica interna (como el exceso de explotación del territorio, gran
concentración de los recursos por parte del palacio y de las ciudades, etc.)
que quizá se agudizaran por cambios climáticos. Esta crisis afectó a las zonas cuya
urbanización no cuenta fácilmente con excedentes de alimentos. En cambio la
llanura mesopotámica se libra de la crisis.
En un marco de recursos escasos es
probable que se den luchas políticas enconadas. Como ejemplo tenemos que el
enfrentamiento acadio con sus rivales occidentales (Ebla) y orientales (Elam)
es una disputa por el control de los circuitos comerciales y el acceso a las
materias primas (sobre todo metales) pero conlleva una importante destrucción
de las infraestructura agrícolas y urbanas que puede colapsar el sistema
político.
La excesiva concentración de la
riqueza en los palacios hace que el sistema esté muy expuesto, como
consecuencia de la destrucción de los centros de decisión.
En este marco de espacios abiertos y vacíos políticos, es más fácil la infiltración de grupos procedentes de áreas fuertes social y lingüísticamente (semitas e indoeuropeos). Finalmente aparecen nuevamente estrategias de explotación más sencillas y lentas y los antiguos centros urbanos son reemplazados por aldeas y grupos de pastores, aunque en algunas zonas esta reconversión dura poco tiempo y la recuperación es rápida. La
crisis de finales del bronce antiguo provoca la decadencia de pueblos que no
son semitas ni indoeuropeos, y que habían estado vinculados con las grandes
culturas del Bronce Antiguo: sumerios en la Baja Mesopotamia; elamitas en el
sur de Irán; hurritas en la Alta Mesopotamia; y prehititas en Anatolia Central.
Antiguo Imperio Asirio:
(1814–1782)
Estos mercaderes dependían de un
Karum, que era un centro de importación y exportación provisto de almacenes
generales, servía de banco, cámara de comercio, lugar de pago de los impuestos
de peaje. Tenía atribuciones judiciales porque era donde se discutían los
litigios entre comerciantes. Cada ciudad importante de Anatolia Central poseía
un Karu que dependía del Karum de Kanish (especie de oficina central). A su
vez, el karum de Kanish estaba subordinado a las autoridades de la ciudad de
Assur.
Los asirios exportaban telas y estaño
hacia Capadocia, e importaban capitales (oro y plata) provenientes de sus
ventas. Esta época de prosperidad duró un siglo y este se acabó por cambios
políticos en Anatolia (hacia 1830 la ciudad de Kanish fue incendiada) y alteraciones
políticas en Asiria.
Primer
Imperio Asirio:
En 1814 se adueña del trono asirio un
príncipe amorrita, Shamshi-Adad I (1814–1782) y en su reinado Asiria se
babilonizó en gran medida. Extendió su poder por toda la Alta Mesopotamia,
conquistó la ciudad de Mari y controló también el Eufrates Medio. En el oeste
su expansión fue detenida por el reino de Aleppo y en el sureste por Eshnunna.
Su sucesor, Ishme-Dagan (1781–1742) pierde el control de Mari y al
finalizar su reinado, el reino asirio se sume en el desorden y la anarquía,
para renacer 400 años más tarde.
Período Paleo-Babilónico: Hammurabi
Hacia 1820 la Baja Mesopotamia está
dividida en varios reinos: Babilonia, Larsa, Isin, Uruk, etc. La hegemonía la
tienen Larsa en el sur y Babilonia en el norte. Un rey de Larsa (Rim-Sin, 1822-1763) logrará reunificar todo el país de Sumer excepto Babilonia. Se dedicó
a consolidar el reino promoviendo la construcción y restauración de murallas,
la excavación de canales, enriqueció a los templos. También promulgó medidas de
desgravación fiscal y cancelación de deudas, suprimiendo la esclavitud por deudas.
Todas estas medidas ya se habían realizado en el norte (en Isin, Babilonia y
Eshnunna).
Hegemonía de
Babilonia: I Dinastía (1792–1595)
En el año 30 del reinado de Rim-Sim
llega al trono de Babilonia Hammurabi (1792–1750). En los primeros años de
su reinado Hammurabi se dedicó a combatir a Rim-Sim, al cual arrebató las
ciudades de Isin y Uruk. Luego de asegurarse el apoyo y la subordinación de
Rim-Sim, se enfrenta al poderoso reino de Eshnunna, con el cual mantiene una
situación de equilibrio hasta el final de su reinado. Sin embargo, en la fase
final Hammurabi logra conquistar y anexarse Larsa (en el año 31 de su reinado),
Eshnunna (año 32), Mari (año 33), sin hacer distinciones entre sus enemigos
tradicionales (Eshnunna) y sus viejos aliados (Larsa y Mari). Finalmente ataca
a Asiria y Elam, pero no logra someterlas.
Esta unificación tuvo una duración muy
corta y sólo afecto a los antiguos países de Sumer y Akkad. Sin embargo esta
unificación terminará para siempre con el esquema de las ciudades-estado,
formándose el concepto de un país (Babilonia) heredero de Sumer y Akkad, que
con el tiempo se contrapone con Asiria (que se encuentra en la Alta
Mesopotamia).
La influencia amorrita es todavía muy
grande, y Hammurabi lleva el título de rey de Martu (amorreos) además de rey de
Sumer y Akkad. A fines de la I Dinastía babilónica los amorritas serán
definitivamente asimiliados.
Administración y Economía:
La gran actividad bélica llega a
asignar un gran volumen de tierras de las provincias conquistadas a los
soldados y veteranos.
Se empieza a manifestar una crisis
agrícola, producto de la creciente salinización, el exceso de irrigación y
explotación, y la competencia del uso del agua entre las regiones aguas arriba
y aguas abajo. Por esto el centro de gravedad se desplaza al norte (a
Babilonia). La intervención del rey, con la creación de infraestructura, alivia
las dificultades pero en el extremo sur (el País del Mar que forma una entidad
política separada), el proceso de desurbanización esta avanzado, así como la formación
de pantanos.
En la
sociedad se manifiestan dos tendencias:
- Un sector privilegiado que tiende a lograr la independencia económica (originariamente vinculados a los sistemas organizativos). Los privilegiados (escribas, sacerdotes, mercaderes) tratan de escapar del control real. El templo y el palacio ya no tienen un sistema de prestación de servicios de especialistas. La centralización es más impositiva que laboral. - Los grupos más vulnerables tienden a la servidumbre (originariamente familias libres
que no dependían del palacio). Estos van a formar las nuevas clases de
dependientes (mushkenum) del rey, que son aquellos desposeídos de sus tierras
que se dirigen al estado para desempeñar funciones de mano de obra no
especializada como soldados, colonos agrícolas, pescadores, pastores recibiendo
a cambio el sustento diario.
Los ciudadanos no pueden ser esclavos,
pero sí pueden siervos por deudas durante un período. Los esclavos se adquieren
como botín de guerra o se compran en países extranjeros.
La reforma religiosa:
Se produce una completa
restructuración del panteón que refleja las preferencias amorritas por las
divinidades de carácter astral. El dios principal es Marduk (dios de
Babilonia), y para esto es asociado a las grandes divinidades. Se lo convierte
en hijo de Ea (dios de la sabiduría), sustituye a Enlil (poema de la creación).
Este proceso comienza en la época de Hammurabi pero culminará en la época
casita.
Fin de la I Dinastía: fue
provocado por una incursión hitita al mando de Mursilis I, quien en 1595
saquea la ciudad Esta situación es
aprovechada por las tribus casitas de los Zagros para apoderarse de toda la
Baja Mesopotamia.
Su sucesor, Mursilis I vuelve consigue
destruir el reino de Yamkhad y consolidó su presencia en el norte de Siria.
Luego, hacia el 1595 se dirige al sur y saquea Babilonia, poniendo fin a la I
Dinastía y luego se retira. Se supone que hizo esto para prestar ayuda al reino
de Khana (que dominaba el Eufrates Medio) quien posiblemente hubiera colaborado
en la destrucción de Yamkhad.
El
sucesor de Mursilis I, Khantili debe enfrentarse a los hurritas en el Eufrates,
pero pierde el norte de Siria que pasó a forma parte del nuevo y poderoso reino
de Hurri. De esta manera pasó lo mismo que en Mesopotamia. La destrucción de
Yamkhad creó un vacío en el norte de Siria que fue llenado por una potencia
distinta de la que lo había provocado.
Con el próximo rey, Ammuna, surgen
dificultades internas (cosechas insuficientes, ataques de los gasga) y se
pierden muchos territorios. En el sudoeste surge el reino de Arzawa y en el
sudeste el de Kizzuwatna (de población luvita y gran influencia hurrita)
Economía y Sociedad:
El reino hitita es muy rico en
recursos naturales pero escaso en mano de obra. A lo largo de toda la historia
hitita y desde el reino antiguo se plantea el problema de la despoblación del
campo y la necesidad de recurrir a expediciones militares para conseguir mano
de obra (prisioneros deportados) para llenar los vacíos que constantemente se
forman en el interior del país.
La población libre, repartida en
aldeas, posee sus propias estructuras de autogobierno reconocidas por el rey.
Tienen un alcalde y un consejo de ancianos (encargados de los asuntos
judiciales) cuya función con el palacio es la de prestar servicios laborales,
militares, y entregar parte de lo producido.
El palacio, en las situaciones
económicamente y socialmente cambiantes, donde se manifiestan las fuertes
autonomías locales, tiene dificultades para mantener el control y la
supervisión de las tierras y sus dependientes.
El gran problema de la monarquía
hitita es la unificación de un país que posee una fuerte tendencia a la
fragmentación en comunidades de aldea, debido a una profunda tradición
histórica y cultural.
El sistema Hatti de transmisión
hereditaria sería de tipo matriarcal y fratriarcal (el heredero es el hijo de
la hermana) y el sistema hereditario indoeuropeo es patriarcal. La síntesis
hitita consistirá en la búsqueda de una conciliación entre ambas tradiciones, y
gran parte de las disputas y enfrentamientos entre la realeza es por esta
causa.
El Imperio Medio Hitita (1500–1400)
Hacia el 1500 llega al trono Telebinu
quien asigna tierras reales en forma definitiva a los dependientes del palacio,
quienes tienen la obligación de mantenerse leales (en vez de prestar un
servicio al palacio). De esta manera el rey trata de estrechar lazos con la
clase dirigente, impulsando el proceso de unificación y estabilización. También
trata de regular la sucesión al trono, estableciendo que el hijo mayor del rey
y de la reina (esposa de primer rango) tiene preferencia. Luego están los hijos
de segundo rango y por último los yernos. Esta reforma no surte efecto ya que
después de Telebinu las intrigas dinásticas continúan y se agudizan.
Hacia 1450 llega al trono Tudjaliya
II que intensifica la actividad militar y política del reino hitita, alterando
el equilibrio de estados. Combate victoriosamente a Arzawa, a los gasga, a
Ishuwa, y logra el control de Kizzuwatna y Aleppo mediante tratados. Sin
embargo, en su rápida expansión el reino no ha tendio tiempo de consolidarse en
las zonas marginales. Su sucesor Arnuwanda I realiza muchos pactos internos,
donde las relaciones ya no son paritarias sino de subordinación. Todo el
sistema se basa en el juramento de fidelidad personal.
Su sucesor Hattusili II pierde el
control de Allepo y Kizzuwatna, que vuelven al dominio de Mitanni y todo el
oeste anatólico vuelve a ser independiente bajo el control de Arzawa.
El Imperio de Mitanni (1600–1300)
Uno de los factores que favorece la
unificación de los reinos hurritas de la Alta Mespotamia es la corriente
tecnológica indoirania, que introduce el carro tirado por caballos. Esta
técnica se difunde rápidamente y en las guerras sirio-hititas de Hattussili I,
ambos bandos ya los utilizan.
La onomástica de la casa real de
Mitanni es claramente indoirania (como si tratara de relacionarse a los
monarcas con la gran innovación bélica del momento, aunque los gobernantes no
tuvieran este origen).
Otro
elemento que favorece la expansión (no la unificación) de Mitanni es la
destrucción del reino de Yamkhad por los hititas, que luego son incapaces de
ocupar el vacío político que se forma en el norte de Siria (relacionar con el
caso de Ebla) y este espacio es ocupado por Mitanni. También aprovecha la
profunda decadencia de Asiria luego del reinado de Ishme-Dagan, logrando
incorporarla a su zona de influencia.
Conflicto con Egipto:
Tutmosis I (1506–1494) realiza una
profunda incursión sobre el territorio de Mitanni, llegando hasta el Eufrates,
pero esto es un hecho efímero y tras este reinado Mitanni recupera rápidamente
el control de la región. Tutmosis III (1468–1436) tras repetidas campañas
logra consolidar una frontera desde Ugarit hasta Qadesh. En este momento, dada
la decadencia hitita y casita, Mitanni es el estado más poderoso de Medio
Oriente y el único capaz de enfrentarse a Egipto.
Shaushtatar (contemporáneo de Tutmosis
III) consigue que la potencia mitana llegue a su apogeo, sometiendo a Asiria y
a Kizzutawa (grandes reinos de la época) al rango de reinos vasallos.
Durante el reinado de Tutmosis IV
(1412–1402) Egipto y Mitanni firman un tratado de paz, reconociéndose las
fronteras y estableciendo lazos matrimoniales: una hija de Artatama I (sucesor
de Shaushtatar) se casa con Tutmosis IV. Para Egipto este tratado es muy
ventajoso porque conserva sus territorios en Siria-Palestina y la paz con
Mitanni aleja todo peligro de esta frontera. Mitanni también aprovecha esto y
puede concentrar sus esfuerzos sobre el territorio anatólico, aunque la llegada
de Subiluliuma al reino hitita es el comienzo del fin para Mitanni.
Conflicto con Hatti y Asiria:
Bajo el reinado de Subiluluima (1380–1346), los hititas conquistan todos los súbditos hurritas y egipcios de
Siria. Además, aprovechando conflictos dinásticos en el propio Mitanni favorece
la posición del pretendiente Shattiwaza contra Artatama II (quien a su vez es
apoyado por Asiria). Una expedición hitita convierte a Mitanni, que debe ceder
todos sus territorios al oeste del Eufrates. Esta fase dura poco porque los
reyes asirios atacarán constantemente a los hititas en Mitanni, y como se halla
en una posición más ventajosa que los hititas para enviar ejércitos a la Alta
Mesopotamia, estos van perdiendo posiciones y finalmente se retiran al otro
lado del Eufrates. La última etapa de la historia mitana es la de sometimiento
a Asiria, que en el siglo -XIII culmina con la anexión directa.
Sociedad:
La población
de Mitanni se divide en cuatro categorías:
- Una elite militar: los conductores
de carros (Maryaannu)
- Otros dependientes del palacio, pero
de rango menor (Ehele)
-
Los campesinos libres (Hupsu). Deben prestar servicios (militares y de trabajo
agrícola) en las tierras del palacio. Los campesinos libres se encuentran
profundamente endeudados. Muchas veces deben vender sus tierras y trabajar como
colonos sometidos al nuevo propietario. Este tipo de compras se presenta bajo
la ficción de la adopción. El adoptado entrega un regalo (un préstamo) al
adoptador y el adoptador entrega una cuota de herencia. Una vez fallecido el
“padre”, en el momento del reparto de la herencia se recupera el préstamo. Los
adoptadores son pequeños propietarios, mientras que los adoptados son ricos
terratenientes. Como las tierras son familiares, sus poseedores están obligados
a transmitirlas en el ámbito de su familia. Por esto se crea la ficción de la
adopción, para permitir la venta generalizada de tierras.
- Los pastores libres (Haniahhu)
El rey ya no es presentado como una figura
paternal, que cuida los intereses de los campesinos, sino que se aprovecha de
las dificultades de los mismos, para aumentar sus propiedades y su poder. La
corrupción es muy común en el ámbito de la justicia.
El Imperio Nuevo Hitita (1380–1200)
Subiluliuma puso en los reinos de
Aleppo y Karkemish a dos de sus hijos, mientras que en las ciudades sirias que
se habían sometido espontáneamente permanecieron las dinastías locales (Ugarit,
Amurru) que firmaron tratados de vasallaje.
Mursil II (1345–1315) debe hacer
frente a una grave crisis cuando los territorios sirios se sublevan. Los
egipcios aprovechan la situación y Horemheb (1333–1305) choca con los
hititas pero es rechazado, aunque conserva Palestina. Mursil II restablece el
orden en Siria, realiza cambios de dirigentes locales y firma varios tratados.
En el oeste de Anatolia se enfrenta al reino de Arzawa (que mantenía una
situación de dominio sobre los otros reinos de la zona) y logra finalmente el
control de todo el oeste. En el norte, el territorio gasga sigue fuera del
control hitita.
Durante el reinado de Muwatalli (1315–1296) Salmanasar I (rey de Asiria) invade el reino de Mitanni y este reino
pasa a la órbita asiria bajo el nombre de Hanigalbat, pese a la ayuda hitita.
El Eufrates se convierte en la frontera entre ambos imperios. Egipto también se
recupera y vuelve a disputar el control de Siria. Se produce la batalla de
Qadesh que marca un virtual empate entre ambos imperios.
A la muerte de Muwatalli se
desencadena una crisis dinástica, y finalmente accede al trono su hermano,
Hatusili III (1289–1265) quien cambia la política exterior y firma un
tratado de paz (1258) con Ramsés II. Esto representa un éxito para Hatti
porque se reconoce su igualdad con Egipto, algo impensable para los faraones de
la Dinastía anterior (la XVIII). En cambio el problema asirio se agudiza.
Durante el reinado de Tudhaliya IV
(1265–1235) los asirios anexan directamente el territorio de Hanigalbat
bajo Tulki-Ninurta I. Estalla la guerra, aunque no llega a amenazar seriamente
al imperio hitita.
Pero en los 40 años siguientes la
situación se vuelve caótica. Toda la zona siria queda bajo la influencia del
reino delegado de Karkemish, por la consolidación de privilegios concedidos
cuando la situación no era grave. En anatolia el sistema de alianzas se
quiebra. El gran rey se mantenía porque estaba sostenido por la lealtad de
todos sus súbditos y vasallos, y cada uno de estos contaba con el apoyo del rey
hitita. Pero cuando el rey pretende lealtad de sus súbditos, pero no existe
contrapartida, esta obligación ya no es fruto del interés mutuo y se resiente.
El país, exhausto por el esfuerzo de mantener el control sobre extensos
territorios, el vaciamiento interno y una grave crisis internacional llevará a
la desaparición de este imperio, hacia el 1200.
Quizá el vacío demográfico tenga que
ver con las causas de la caída del imperio, y no podemos atribuir la
destrucción de Hattussas a los pueblos del mar ya que se encuentra muy apartada
de su aparente ruta de acción. Quizá hayan sido los frigios, que cuando vuelve
a haber documentación se encuentran instalados en el antiguo país de Hatti.
Cuando se desmorona el estado hitita, en el vacío demográfico de Anatolia
central se introducen con mayor facilidad algunos pueblos llegados desde
occidente, mientras que los luvitas e hititas del sudeste logran sobrevivir por
algún tiempo.
Tratados:
El modelo de imperio comercial
característico del III milenio (Akkad, III Ur), no se puede aplicar al imperio
hitita. El imperio se mantiene unido por una red de relaciones de
subordinación. El estado hitita aplia a sus relaciones exteriores los mismos
principios que rigen las relaciones internas. Es fundamental el juramento
personal que vincula al rey pequeño con el grande.
El rey hitita se compromete a mantener
en el trono al pequeño rey fiel y a transmitirlo al hijo designado como
sucesor. Por su parte, el pequeño rey se compromete a pagar un tributo anual,
proporcionar tropas y devolver a los fugitivos. Los reinos importantes como
Kizzuwatna y Mitanni obtienen algunas concesiones (como no pagar tributo) pero
no son tratados paritarios. El único es el firmado con Egipto. Este es único en
su género y es la reutilización de los tratados paritarios con los estados
anatolios del siglo XV, que luego pasaron a estar subordinados.
El tema de los fugitivos (esclavos, deudores, delincuentes, oponenetes políticos) es muy importante. En el caso de los esclavos, miles de prisioneros son conducidos desde las zonas vencidas para llenar los vacíos demográficos que se crean constantemente en la meseta central del territorio hitita (Frigia y Capadocia). Dentro de la justificación ideológica
de la monarquía hitita es muy importante demostrar tener la razón. Quien tiene
la razón obtendrá la victoria porque contará con el apoyo de los dioses y
demostrará, al vencer, que tiene razón. Estos son mensajes de autojustificación de
un rey que tiene grandes problemas domésticos (entre su propia familia y con
los reinos vasallos)
En el ámbito militar, el rey encabeza
personalmente las grandes campañas que pueden darle notoriedad internacional.
Esta función militar está relacionada con los ideales heroicos, cuando el rey
(que pertenece a la aristocracia militar) tiene que demostrar a la población y
a sus posibles rivales, que es el mejor y más valiente guerrero.
En el ámbito religioso, el rey concentra
en la capital los cultos locales y debe peregrinar por las localidades
periféricas para reafirmar su función de sacerdote de todos los cultos del
reino.
El Reino Medio Asirio (1366–1208)
Con Adad-Nirari I (1307–1275)
Asiria reanuda su expansión y convierte en tributario el reino mitanio debido a
que los hititas no fueron capaces de proporcionar una adecuada ayuda a este
reino vasallo. Con Salmanasar I (1274–1245) se cambia de política, pasando
a un control directo, por lo que se termina la autonomía de Hanigalbat (o
Mitanni) y la dinastía local es reemplazada por un funcionario asirio. Luego
comienza un proceso de sustitución de la población vencida por población
asiria, y esta colonización sumada a las deportaciones y a la unificación
administrativa hizo que la asimilación asiria de la Alta Mesopotamia fuera
rápida.
El imperio llega a su apogeo con
Tutulki-Ninurta I (1244–1208) quien penetra en el sector de los Zagros,
zona de vital importancia para Asiria por sus riquezas de recursos (madera,
cobre, caballos) y asegura el abastecimiento de estos recursos estratégicos.
Más allá del alto Tigris, comienza a formarse una agrupación de estados para
hacer frente a la expansión asiria en el país de Urartu. También combate contra
el reino casita, conquistando Babilonia hasta el Golfo Pérsico. A su muerte,
Babilonia recupera la independencia y Asiria atraviesa una serie de conflictos
internos.
Luego de esto comienza el período de
eclipse que envuelve a todo el medio oriente, aunque Asiria logra conservar
intacto su núcleo interior.
La Sociedad y el Estado:
El estado medioasirio es distinto de
la ciudad-templo protodinástica, de la ciudad comercial paleoasiria y del
efímero imperio de Shamshi-Adad I. Ya no es un centro de tránsito entre el sur
mesopotámico y la periferia sino que es el centro del mundo.
La sumisión de los pueblos circundantes
es presentada como un acto de defensa propia, de justicia y civilización. El
vencedor necesita mostrar que se ha visto obligado a someter al adversario,
actuando en defensa de la paz, la justicia y la libertad.
El paso de las actividades comerciales
a las agrícolas, lleva a la formación de una clase de grandes terratenientes
que reciben tierras por concesión real. Son los miembros de la aristocracia
militar y administrativa.
La población
está dividida en tres grupos:
- Los dependientes del palacio
- Los campesinos libres de las aldeas
(hupsu). Se están convirtiendo en una clase servil, desposeía de sus tierras.
- Los beneficiarios de las tierras del
palacio. Son la clase privilegiada.
El ejército
está formado por hombres de estas tres clases sociales.
Si bien pronto se inserta en el
concierto de los estados poderosos y establece relaciones con reinos como
Egipto (Siglo XV), su capacidad de maniobra es muy limitada porque se
encuentra aparteada del centro de los contactos, desplazado hacia el oeste.
Babilonia es un elemento secundario del escenario internacional, perdiendo su
antiguo protagonismo.
Entre 1350 y 1250 el reino babilónico
trata de contener el avance asirio y el de Elam, y mantiene buenas relaciones
con el reino hitita, que son eminentemente comerciales. El tráfico pasa por el
Eufrates Medio apra evitar la zona asiria, pero es obstaculizado por los
nómades.
La ocupación asiria durante el reinado
de Tutulki-Ninurta I (1244–1208) también permite que entre en escena la
potencia elamita. Luego de la muerte del rey asirio, Babilonia recupera su
independencia pero debe enfrentar el problema elamita. Finalmente el rey
elamita Kutir-Nakhunte conquista Babilonia y saquea la ciudad, poniendo fin a
la dinastía casita.
La crisis demográfica:
A partir del 1500 se produce un
brusco descenso demográfico en el centro y sur de Mesopotamia. Algunas zonas
periféricas como el curso medio del Eufrates quedan casi despobladas,
acentuando el aislamiento de Babilonia. Esta
disminución de población afecta más a las ciudades que a las aldeas, y la
unificación ha reducido la importancia de los centros urbanos. Las otras
ciudades son capitales provinciales y sobre todo ciudades-templo, volviendo a
la función que habían tenido en la edad neosumeria ya que los templos
constituyen células productivas y redistributivas de una organización política
demasiado amplia como para dirigir de forma centralizada los asuntos
económicos. Los templos son las agencias administrativas. El
descenso demográfico se debe a causas antiguas (agotamiento y salinización de
los suelos, colapso de las redes de canales) y a los efectos de las
destrucciones bélicas, la inestabilidad política y las invasiones.
La sociedad:
Durante
la época casita llega a Babilonia la técnica de combate con carros y caballos.
Surge una casta de guerreros profesionales, a los que el rey concede
importantes propiedades rurales (¿Pasa esto en todas las sociedades de la
época?, ¿Modifica las estructuras sociales?
A los latifundios administrados por
los templos se suman las nuevas propiedades asignadas por el palacio a la
aristocracia militar
La población rural está cada vez más
empobrecida y ya no disfruta de la consideración política que había tenido en
la época paleobabilónica. Además, el proceso de agudiza. En un primer momento
perdieron sus tierras y comenzaron a trabajar como asalariados por temporadas.
Ahora su condición pasa a ser de dependencia permanente, de carácter servil ya
que trabajan por la ración diaria, dependiendo de los templos.
Los antiguos especialistas son cada
vez más independientes económicamente. Esto, unido a la transmisión hereditaria
de las asignaciones de tierras del palacio da origen a latifundios importantes
fuera del control de las grandes administraciones públicas.
Antes,
las ciudades estaban habitadas por dependientes del palacio y del templo,
mientras que en el campo estaban las comunidades libres de pequeños
propietarios. Ahora, las ciudades están habitadas por funcionarios bastante
libres y el campo está completamente sometido a ellos o al templo.
Durante este período se busca
conservar las grandes obras de los maestros del pasado, aunque también se
producen obras caracterizadas por el pesimismo y el individualismo. El
individualismo, que en épocas florecientes tiene un carácter heroico, en épocas
de decadencia es antiheroico. Se reafirma la convicción que hay una relación
entre el comportamiento y el éxito (de lo contrario habría que dudar de la
justicia divina).
En la religión al igual que en casi
todos los ámbitos, la penetración de elementos casitas es muy escasa. Los
exorcismos, amuletos, fórmulas mágicas son importantes y desplazan el eje de la
religión de las relaciones políticas a las interpersonales (y sobre todo a las
intrapersonales).
El reino Medioelamita (1205–1100):
Luego de la destrucción del reino
casita por Kutir-Nahunte se forma un nuevo reino con capital en Isin. Babilonia
queda convertida a estado vasallo de Elam que se anexó el Diyala, quedando sin
conquistar solamente Asiria (muy reducida) y el sur de Mesopotamia, dominado
por la II Dinastía de Isin. Sin embargo esta hegemonía iba a durar poco porque
hacia el –1100 Asiria e Isin vuelven a tomar la iniciativa y recuperan todos
sus territorios. Nabucodonosor I (rey de Isin, 1126–1105) ataca a Elam y
llega hasta Susa. Una etapa de 300 años de oscuridad (1100–700) marcan la
separación entre el reino medio y el neoelamita.
II Dinastía de Isin (1150–1027):
Gran parte de las rutas
interregionales no pueden ser utilizadas debido a los desplazamientos de
nómades. Las dos rutas tradicionales son impracticables: 1) la del Eufrates
Medio que se dirige a Siria, 2)la del Golfo Pérsico que va a Dilmun. Sólo
funciona la que atraviesa los valles del Zagros.
Mientras continúa el interminable conflicto
con Asiria, el avance arameo deja parte del territorio rural fuera del control
administrativo central. A partir del –1027 se suceden muchas dinastías de
efímera duración
Hacia 1150 esta región se encuentra
presionada por las infiltraciones de los arameos en la Alta Mesopotamia, los
últimos coletazos de la invasión frigia en Anatolia, y el avance elamita sobre
los Zagros. Assur-resh-ishi I (1133–1116) aprovecha la destrucción del
poderío elamita hecha por Nabucodonosor I, comienza a rechazar las incursiones
arameas y a disputar a los babilonios los cursos medios del Tigris y el
Eufrates.
Su sucesor, Tiglatfalaser I (1115–1071) comienza a actuar en las zonas montañosas del Zab, a fin de conseguir materias
primas. Para esto derrota a los mushki (frigios) y recupera Alzi. Luego realiza
expediciones al Mediterráneo, aunque sólo asegura su control desde Asiria hasta
el Eufrates, atacando a las tribus arameas. Finalmente ataca Babilonia y saquea
el país, pero luego se retira consciente de que no puede mantener un control
militar ni administrativo del país. Luego de su reinado comienza un nuevo
período de oscuridad.
- Demográfico: Babilonia
- Político: en Babilonia y Elam se produce una gran inestabilidad política que no
afecta a Asiria. La situación de disgregación política ha hecho que las
ciudades se organicen por su cuenta. La explotación de los recursos locales no
corre a cargo de los gobernadores reales sino a los organismos del templo,
logrando de los reyes una gran autonomía. Administran la justicia y los asuntos
corrientes de las ciudades.
La Recuperación Asiria:
Se produce un cambio en las tácticas
de guerra y el ejército se parece a una caravana que iba reuniendo a su paso el
impuesto de las poblaciones sometidas o incapaces de resistir. Esto pronto se
convertiría en la finalidad de una expedición militar.
Otro cambio que se produce es la
crueldad y ferocidad con la que se manejaba el ejército asirio. Si bien esta
forma de actuar era ordenada directamente por los reyes como Assurnasipal II,
883–859. Debido al terror que inspiraba su ejército, en una de sus expediciones
tuvo la posibilidad de llegar hasta el líbano, donde las ciudades fenicias se
apresuraron a dar tributo. Pero estos territorios no eran anexionados,
solamente se limitaban a pagar un tributo.
Este
resurgimiento asirio, que acabó con la oleada de nómades, favoreció a Babilonia
que pudo poco a poco volver a recuperarse.
Salmanassar III (858–824)
estimulado por la campaña de su padre, intenta apoderarse de los países
mediterráneos, apoderarse de sus riquezas y acabar con la amenaza aramea. Sin
embargo, pese a algunos éxitos iniciales, el terror incitaba a la alianza entre
los estados sirio-palestinos que frenan obstinadamente su avance una y otra
vez.
Adad-nirari III (810–783) sometió
a tributo a Hatti (el norte de Siria), Amurru (centro de Siria), Aram
(Damasco), Tiro, Sidón, Israel, Edom y Filistea. Sin embargo, la expansión del
reino de Urartu en el norte iba a frenar la expansión asiria y retardarla
algunos años.
Una
explicación para estas conquistas es la utilización de una política de
ocupación permanente, a diferencia de las expediciones aisladas de sus
antecesores (destinadas a conseguir un botín). Establece una guerra de
conquistas y el territorio ocupado es incluido en los límites de Assur y se
establecen guarniciones militares permanentes en esos territorios. Para esto
utiliza contingentes extranjeros.
Comienza
la política de deportaciones para impedir revueltas que contribuyó a la
aramización del imperio.
Durante los reinados posteriores se
producirán continuas rebeliones en Siria y Babilonia, muchas de ellas
instigadas por Egipto, el cual es invadido repetidas veces (674; 671; 666).
Finalmente, la belicosa Dinastía XXV cushita cae y es reemplazada por una
egipcia, encabezada por Psamético I.
En cuanto a Urartu, Sargón II emprende
una expedición contra ese país en 714 y aunque no logra someterlo, deja de ser
una amenaza para Asiria.
Elam, que había recuperado su
potencia, es atacado y la ciudad de Susa incendiada en 645.
Entre 627 y 612 se produce una sucesión
ininterrumpida de guerras civiles en Asiria, y cuando intervienen los medos el
país ya estaba exhausto. En 626 Babilonia recupera su independencia bajo una
dinastía caldea y en 625 Ciaxares logra unificar a las tribus escitas y
persas. Finalmente ambos estados se convierten en aliados y atacan la capital
asiria, Nínive en 614. Finalmente, los últimos restos del imperio asirio y sus
aliados egipcios son derrotados en Harran (610).
Religión y Administración:
El rey de Asiria era el administrador y
sacerdote del dios nacional Assur, y su deber era ampliar el territorio de
dominio del dios. Todos los países debían reconocer la autoridad de Assur y si
no lo hacían se convertían en sus enemigos. Por lo tanto, ningún estado fue
tratado como un igual, excepto Babilonia.
La administración asiria disponía de
informes detallados de todo lo realizado por los funcionarios asirios.
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