Cristo Raul "EL VENCEDOR EDICIONES"

 

 

Historia del

Próximo Oriente Antiguo

 

Apuntes de Historia del Mesopotamia

 

Epipaleolítico:

15.000 a 10.000 a.C., es un período de caza y recolección intensificada. La caza se basa en animales más pequeños que los cazados en el Paleolítico: gacelas (en Palestina), ovejas (en los Zagros), cabras (en toda la región). Los rebaños de estas especies probablemente eran controlados para que no fueran diezmados (aunque siguieran sin domesticarse). La recolección de gramíneas y legumbres se hizo cada vez más intensiva y especializada, produciendo un efecto de selección y difusión involuntaria. La movilidad también se vuelve más circunscrita de acuerdo con los recursos explotados que, en el caso de la pesca lacustre, invitan al sedentarismo.

La RevoluciOn NeolItica:

Su esencia consiste en la aparición de técnicas para la producción de alimentos (agricultura y ganadería) que reemplazaron a las técnicas de simple explotación del alimento existente en la naturaleza (caza y recolección). En Medio Oriente se dan casos de agricultura no sedentaria y de la presencia de culturas neolíticas acerámicas.

Período de Producción Incipiente: 10.000 a 7500 a.C. Algunas especies de pequeños rumiantes entran poco a poco en una especie de simbiosis con los grupos humanos que en algunos casos desembocará en la domesticación (sobre todo en las cabras y ovejas). En el caso de las gacelas no se pasa de este estadio.

La domesticación provoca el aprovechamiento de la leche y el pelo (o la lana) de estos animales, limitándose el sacrificio de muchos. Se forman rebaños que son propiedad de grupos humanos, que son conducidos estacionalmente a los pastos.

La recolección repetida de gramíneas silvestres y la consiguiente concentración de semillas junto a los núcleos habitados debieron dar paso a los primeros experimentos de cultivo (cebada en toda la zona, trigo en Siria-Palestina).

Todo esto provoca cambios en las formas de organización social. Las comunidades construyen casas redondas en campamentos permanentes (en donde se dan los primeros intentos de cultivo) y campamentos estacionales para la caza (que sigue siendo la actividad principal). Surgen los primeros silos para guardar las cosechas de un año a otro (se ha superado el problema diario de alimento) y la tenencia de rebaños y tierras de cultivo implican la presencia del concepto de propiedad y de alimentación.

Esta fase está representada por el Natufiense (la más antigua), y existen ejemplos en el Kurdistán, los Zagros e Irán. En el Neolítico Acerámico A en Siria-Palestina aparecen los primeros indicios seguros de cultivo ya que las especies silvestres cultivadas están fuera de su ámbito de origen. Poco después, en Khuzistán aparecen los primeros indicios de domesticación de cabras y ovejas.

Neolítico Pleno (Cerámico):

Entre el 7500 a 6000 ya existen aldeas sedentarias de 250 a 500 personas con cazas de planta cuadrangular y con una economía basada en el cultivo de gramíneas y leguminosas así como en la cría de ovejas, cabras, cerdos y al final de este período, vacas. Existen evidencias de cooperación interfamiliar (fortificaciones en Jericó). Los contactos interregionales alcanzan un desarrollo notable, por ejemplo en la difusión de la obsidiana (desde Anatolia y Armenia). Surgen técnicas neolíticas como los tejidos (de lana y lino), la cerámica (que surge en la zona de los Zagros), la utilización del cobre forjado.

 Entre el 6000 y el 4000 surgen varias culturas plenamente neolíticas originadas al pie de las cordilleras que luego se expanden a la meseta iraní y anatólica y a la llanura mesopotámica. La base económica es la producción agropecuaria con una fuerte selección de las especies domesticadas. Los cultígenos ya han salido de su área de distribución silvestre y su cultivo en los valles depende de las primeras técnicas de regadío. El riego artificial (de oasis en Jericó, de drenaje y canalización en Eridú, y de meseta en Catal Huyuk) surge en esta fase.

 Se seleccionan unas pocas especies para la cría: el perro (para cuidar los rebaños), las ovejas y cabras (difundidas en toda la zona) los cerdos, bóvidos y burros (como animales de carga). Esta ganadería puede ser sedentaria (bóvidos), de corto radio (cerdos), o trashumante (cabras y ovejas). La ganadería aporta carne, productos lácteos, fibras textiles y trabajo pesado. Se incrementa el uso de tejidos y cerámica.

 Las aldeas son pequeñas y están diseminadas, separadas por áreas residuales donde se realizan la caza y recolección. El grado de conflictividad entre las mismas es bastante bajo ya que las armas no están lo suficientemente especializadas para poder distinguir entre las de uso bélico y las de caza. La dimensión económico-productiva es local, pero existen agregados culturales a escala regional y relaciones “comerciales”.

En cuanto a la alimentación, las aldeas son autosuficientes, pero comercian materiales preciosos que no son voluminosos ni pesados. Se utiliza el trueque de aldea en aldea o quizá su difusión fuera realizada por viajeros que conectan directamente el lugar de origen con el de destino. Tal vez el cambio tecnológico y organizativo estuvo acompañado por la sucesión de tráficos comerciales.

La estructura social se centra en algunas cabezas de familia (ancianos o patriarcas), aunque no aparecen diferencias significativas de rango. No hay especialistas y las actividades están relacionadas directamente con la producción de alimento (el tejido y la cerámica también). No existen edificios públicos como los templos y almacenes comunitarios.

 Presencia de religiosidad en dos aspectos: funerario y otro relacionado con la fertilidad (humana, vegetal y animal). Es religiosidad porque las representaciones reflejan concepciones sobre hechos naturales (fertilidad, etc.) y no son personalidades divinas individualizadas.

Las variantes regionales del Neolítico Pleno:

Las zonas donde fueron trasplantados los ecosistemas que no existían en estado silvestre (que durante la agricultura incipiente fueron zonas relegadas), ahora van a ocupar el primer plano ya que allí esos ecosistemas encuentran espacios más amplios para desarrollarse: las mesetas anatolia e iraní y la llanura mesopotámica.

 

Anatolia:

Catal Huyuk (6500-5500) –siendo çatal: ‘tenedor’, y höyük: ‘túmulo’–) es un antiguo asentamiento de los períodos neolítico y de la edad de Bronce, siendo el conjunto urbano más grande de la época neolítica en el Oriente Próximo. Catal Huyuk está ubicado al sur de la península de Anatolia, en la planicie de Konya, cerca del poblado de Konya, en la actual Turquía (a unos 250 kilómetros al sur de Ankara). En sus capas más inferiores y antiguas, el asentamiento se data hacia mediados del VIII milenio a.C. Según la «Escuela de Lyon» pertenece a los períodos 4 y 5 de la prehistoria del Oriente Próximo (6600-5600 a.C.)

Reconstruccion de una casa

Las casas de Catal Huyuk se construían adosadas, sin calles ni pasajes entre ellas, y el acceso a las viviendas se hacía por el tejado, utilizando escaleras para comunicar los diversos niveles. Los muros son de adobe y para conformar la cubierta utilizaron vigas de madera, y barro apisonado sobre esteras vegetales. En su apogeo este asentamiento cubría 16 hectáreas, mostrando una elevada prosperidad para su época, y debió albergar alrededor de un millar de familias, es decir, una población de unas diez mil personas. Poseía una cultura relativamente avanzada, así como elaboradas técnicas de fabricación de cerámica, y mantenía relaciones comerciales con puntos distantes de la península. Dentro de la ciudad se han hallado restos de templos. En los muros de los santuarios se encontraron frescos que representaban escenas de caza y danzas rituales. También se encontraron esculturas con forma de cabezas de toros y osos, mujeres en posición de dar a luz y la figura de la «Diosa Madre» dominando animales.

Por los restos en las excavaciones, se sabe que en las campiñas cercanas a Catal Huyuk ya se cultivaba trigo, sorgo, chícharos y lentejas, y se recolectaban manzanas, alfóncigos (pistachos) y almendras. Al parecer no se practicaba la ganadería, por lo que la carne se obtenía de la caza de ciervos, jabalíes y onagros.

El asentamiento de Çatal Huyuk era sede de numerosos intercambios comerciales (madera, obsidiana, sílex, cobre y conchas del Mediterráneo), y se sabe que sus artesanos ya dominaban la labra del cobre, siendo el ejemplo más antiguo de tal actividad en el Oriente Próximo. La manufactura artesanal en Catal Huyuk se especializaba en numerosos productos: puntas de flecha, lanzas, puñales de obsidiana y de sílex, mazas de piedra, figurillas en piedra y arcilla, textiles, cuencos, recipientes y joyería (en particular, con perlas). Gracias al clima seco de esta zona se han conservado restos de tejidos de excelente calidad. También se han encontrado sellos de arcilla para estampar los trajes con diversos dibujos, cuyo diseño guarda muchas semejanzas con los de las alfombras turcas actuales.

Esta civilización, que estaba en pleno desarrollo, fue interrumpida drásticamente hacia el 4700 a.C. por un gran incendio, que coció el adobe y permitió que paredes de hasta tres metros quedaran en pie. La mayor parte del asentamiento fue destruido o abandonado.

 

Hacilar (5400–4800) posee asentamientos muy diferentes al de Catal Huyuk. Las casas son pluricelulares, con patios, circulación al ras del suelo, pero sin decoraciones de culto. La industria lítica es de poco valor y la cerámica está pintada (rojo sobre crema). Sin embargo se producen remodelaciones y se pasa de las casas plurifamiliares a las monofamiliares en el nivel II. En el nivel I las casas son compactas con acceso por la azotea.

Hasan (4900–4500) se enlaza con el nivel I de Hacilar. Las viviendas son monocelulares compactas. La cerámica es pintada igual que en Hacilar (rojo sobre crema), pero luego aparece la policromía, quizá por influencia de Halaf..

Mersin (4500–4300) posee cerámica policroma pulimentada y las casas forma una barrera con el exterior, pero esto no indica necesariamente la presencia de programación pública.

Las zonas de vanguardia durante el proceso de producción incipiente (la Siria-Palestina natufiense y los Zagros) se hallan en crisis durante el Neolítico Cerámico. Palestina experimenta un agotamiento, mientras que la zona del Zagros se da una crisis de transferencia hacia las llanuras mesopotámicas.

Alta Mesopotamia:

Umm Dabaghiya (6000–5500) es la primera cultura cerámica de Mesopotamia. La cerámica es pintada. Las casas son rectangulares con varias habitaciones y almacenes adosados. La agricultura y la ganadería son muy pobres, porque el ambiente es bastante árido. La base del sustento es la caza del onagro salvaje.

Hassuna (5500–5000) esta cultura sucede a la de Umm Dabaghiya y es contemporánea con la primera fase de Samarra y de Halaf, siendo absorbida por esta última en sus fases media y tardía. Al igual que en Umm Dabaghiya las casas son rectangulares y los almacenes monocelulares forman una masa compacta. La base económica es la agricultura de secano, la ganadería y la caza. La cerámica es un poco más avanzada que en Umm Dabaghiya y los instrumentos líticos son bastante pobres.

Samarra (fase antigua: 5600–5400; fase intermedia: 5400–5000; fase tardía: 5000-4800). Fase antigua: las casas están rodeadas por un recinto amurallado. Se encuentra presente la agricultura de regadío y la caza ya es algo marginal. La cerámica es pintada y posee un gran valor artístico.

Halaf (fase antigua: 5600–5300; fase intermedia: 5300–4800; fase tardía: 4800-4500) Durante la fase antigua esta cultura está presente en Asiria, pero en la fase intermedia se propaga por toda la Alta Mesopotamia, mucho más ampliamente que cualquier cultura anterior. La economía es netamente agro-pastoril de secano, basada en la cebada, las cabras y ovejas. Los asentamientos tienen rasgos de arcaísmo, con viviendas de tamaño reducido, redondas y con cúpula. En cambio su cerámica polícroma se sitúa en la cima del desarrollo del Neolítico del Medio Oriente. Esta cultura es suplantada por la de Ubaid.

 

Baja Mesopotamia:

Eridu (5000–4500) esta cultura surge de improviso en la zona del Bajo Eufrates ya que no conocemos su proceso de formación. La agricultura es de regadío pero también es importante la pesca. Esta unidad cultural comprende las posteriores áreas de Sumer, Akkad y Elam. Se distingue bien de la cultura contemporánea de Halaf ya que responde a otro tipo de ecosistema (agricultura de cereales y ganado bovino). En los niveles 17 a 15 (hacia el 5000)

El Ubaid (fase clásica: -4500 a –4000; fase tardía: 4000-3500) su punto de partida es la cultura de Eridu. En esta etapa el sur mesopotámico alcanzará la vanguardia tecnológica y organizativa del Medio Oriente mientras que la cultura de Halaf experimentará una crisis progresiva y aún no explicada y en el norte será suplantada por la Ubaid. La fuerza expansiva de esta cultura llegará hasta el Khabur.

La cerámica es una continuación de la cultura de Eridu. Se excavan acequias para llevar agua a zonas donde no se podría cultivar de otro modo. También se realiza el drenaje de pantanos. A lo largo de estas acequias se sitúan los asentamientos agrícolas y la ganadería se basa en bóvidos, ovejas y cabras.

Las dimensiones de los templos denotan la separación de la función de culto y su incidencia en la organización centralizada del poder económico y político (el culto visto como una actividad comunitaria, , ofrendas en los templos, movilización de mano de obra para la construcción de templos, probable sacerdocio profesional). Presencia de productos artesanales fruto de un trabajo especializado dada su elaboración. La cerámica del Ubaid clásico está hecha a mano y es de gran calidad, mientras que la del Ubaid tardío comienza a producirse en serie gracias al uso del torno (se reduce la calidad), lo que significa que ya hay artesanos con dedicación de tiempo completo. Esta cultura ya conoce y desarrolla la metalurgia del cobre. La sociedad comienza a estratificarse funcional y económicamente. Se observan diferencias en el nivel económico de los difuntos en su ajuar funerario.

Parece que el punto de partida de esta creciente complejización es la ampliación de la producción agrícola que se desarrolla gracias a la irrigación extensiva y a la introducción del arado de tiro animal. El aumento de la productividad agrícola y la existencia de excedentes permite mantener a especialistas de tiempo completo, creando un polo redistributivo central. Se produce una especialización laboral y funcional, la estratificación social y la aparición de funciones de coordinación y decisión.

La Baja Mesopotamia experimenta un gran crecimiento demográfico y productivo. En cambio, la Alta Mesopotamia, que hasta este momento no tenía nada que envidiar a la zona meridional en cuanto a cultura y tecnología, tiene unas posibilidades limitadas de desarrollo agrícola y demográfico, por lo que mantiene su papel de centro comercial. Comienza a formarse un sistema interregional donde un área preponderante en el orden demográfico, productivo y organizativo (el área mesopotámica) se relaciona con zonas marginales que proporcionan metales y piedras duras y sufren la influencia mesopotámica en el aspecto organizativo, pero el poder se basa más en la personalidad de los jefes de familia que en el poder despersonalizado del templo. Entre el Ubaid Tardío y el Uruk Antiguo no hay ruptura. El desarrollo técnico y organizativo sigue la misma dirección (solo hay un cambio en la cerámica pintada del Ubaid a la cerámica pulimentada gris y roja del Uruk)

 

La Revolución Urbana, Período de Uruk:

Hacia el 3500, la existencia de más de un templo por ciudad señala que han aparecido auténticas divinidades en las que la comunidad humana centra sus esperanzas y temores, superando concepciones impersonales como las de las fuerzas de la naturaleza y la fertilidad. La relación entre las divinidades y la comunidad estará mediada por una clase emergente de sacerdotes que también se arroga la direccióñ coordinada de la sociedad.

Durante el neolítico, las comunidades permanecen en la dimensión de aldeas, son homogéneas en su edificación y autosuficientes. Las especializaciones son ocasionales e irregulares. El salto organizativo consiste en separar la producción de alimentos de las técnicas especializadas y polarizar esta separación concentrando a los especialistas en algunas poblaciones más grandes, dejando la tarea de producción de alimentos a las aldeas dispersas. Pronto esta relación deja de ser complementaria y pasa a estar jerarquizada, con aldeas tributarias de la ciudad. Hay un flujo de excedentes alimenticios (que va de los productores) para mantener a los especialistas y un flujo de productos especializados y servicios, (que va de los especialistas a los productores de alimento). Sin embargo estas relaciones se desequilibran a favor de los especialistas ya que poseen un prestigio social y cultural mucho mayor que el de los productores de alimentos.

Lo que a escala familiar y de aldea era realizado por las cabezas de familia y estaba determinado por la tradición, ahora se convierte en tarea especializada. Surgen polos de decisión: los templos y el palacio que distinguen las ciudades de las aldeas. En estos centros se acumulan los excedentes en los que se basa el sistema redistributivo.

Relación entre la ciudad y las aldeas: la revolución urbana culminó en la Baja Mesopotamia entre el 3500 y el 3200. ¿Por qué fue en esta zona? Porque las primeras canalizaciones forman islas colonizadas, luego estas islas comienzan a conectarse entre sí y la ordenación de un tramo situado aguas arriba condiciona la de un tramo aguas abajo.

Si no se coordinan las iniciativas locales se originan conflictos. Las primeras ordenaciones hídricas son de la época de Ubaid pero hacia el 3500 alcanzan una gran dimensión y sirven como medio de comunicación entre las comarcas, dado que el transporte fluvial es más efectivo que el terrestre. La realización de estas obras requiere la existencia de un excedente de personas (que puedan dejar de cultivar para dedicarse a esta tarea) y de comida (para alimentar a estos trabajadores) pero también desemboca en una ampliación de la producción y del excedente.

Surge la especialización y jerarquización de los asentamientos: una ciudad capital (donde se encuentra el palacio y el templo, y donde se realizan la mayor parte de las funciones especializadas) una serie de centros regionales periféricos  (son poblaciones intermedias que desempeñan funciones urbanas descentralizadas) y un elevado número de aldeas tributarias. Este conjunto está separado de otros similares por franjas de territorio pantanoso sin colonizar, o bien por estepas áridas.

El arado reduce el tiempo dedicado a la siembra y se adapta mejor a un paisaje estandarizado de parcelas alargadas situadas perpendicularmente a los márgenes de las acequias. Por lo tanto responde a una organización planificada de la producción agrícola.

El crecimiento demográfico estimulado por el aumento de la producción de alimentos lleva al crecimiento de las ciudades, aunque este a veces provoca un despoblamiento en el campo que lo rodea (en el caso de Uruk), y otras veces este crecimiento se reparte en las numerosas aldeas (caso de Nippur).

Con la urbanización aparecen dos tipos de tierras:

- Las que siguen siendo propiedad de las familias libres.

- Las que pertenecen al templo y al palacio.

La concentración de riquezas en las ciudades lleva a la necesidad de construir murallas. Las aldeas, son demasiado numerosas y pequeñas y la riqueza que contienen es demasiado modesta como para justificar la construcción de murallas. La riqueza de las aldeas es la población que se salva dándose a la fuga.

El núcleo dirigente debe trabajar en dos frentes: el administrativo (que llevará a la formación de una burocracia y el desarrollo de la escritura) y el ideológico (que desemboca en el clero).

El surgimiento de la escritura: al tiempo que se ponen en práctica sistemas de medidas, la administración establece sellos como instrumento de garantía. En la fase Ubaid el sello está muy generalizado tanto en Mesopotamia como en las regiones circundantes. Su uso equivale a una firma. En la época de Uruk, el sello pasa de ser una simple firma a una garantía de que no se ha abierto el recipiente sellado. Luego se pasa a la utilización de tablillas donde se graban signos pictográficos que ya no representan al objeto en cuestión sino a una palabra que suene más o menos igual. La administración se convierte en el trabajo más especializado y el funcionario administrativo por excelencia es el escriba. Los escribas son formados en verdaderas escuelas donde les enseñan el manejo de los signos.

Los especialistas: son el grupo más selecto del estado, pero económicamente dependen del rey (o del dios) para su mantenimiento. Los talleres de artesanos, los almacenes, las oficinas y los archivos de los escribas se encuentran en el templo y en el palacio. En cambio, el resto de la población es libre porque posee sus medios de producción y trabaja para su propio sustento. En el sistema redistributivo da más que recibe, y lo que recibe tiene un carácter meramente ideológico (culto religioso, propaganda política), aunque se beneficia con la excavación de canales que solo una gran organización puede garantizar.

La especialización se torna jerarquizada, con maestros y aprendices, supervisores y obreros. Las relaciones tradicionales del trabajo familiar son reemplazadas por otras de dependencia y promoción en la carrera. La retribución es personal y toma importancia la posesión personal de bienes.

El fortalecimiento del clero y de la burocracia: la comunidad urbana que está acostumbrada a atribuir a personalidades divinas la responsabilidad de hechos incontrolables por el hombre, y que trata de ganarse su favor por medio de sacrificios y ofrendas, traslada ahora todo esto al nivel de la organización centralizada. Se produce una especie de paralelismo entre el mecanismo de centralización y redistribución y el de las ofrendas para el culto. La comunidad que cede una parte de su producto a las divinidades para ganarse su favor, también cede un aparte de la producción a la clase dirigente a cambio de los servicios organizativos y las decisiones.

También el panteón de las divinidades se jerarquiza y se especializa. Cada dios posee determinadas características y habilidades. El papel que desempeña el templo, de simbolizar y mantener la cohesión de la comunidad, es esencial. A su alrededor hay espacios acondicionados para las fiestas.

Si la persuasión y la ideología no bastan, el poder central puede recurrir a medios coercitivos ya que surgen especialistas en la guerra (con dedicación plena). El ejército además está formado por un número de conscriptos reclutados de entre toda la población

El rey (en): el rey ocupa la mayor parte del tiempo en su función administrativa, aunque también desempeña la función de sumo sacerdote (en) del dios de la ciudad. En el período de Uruk todavía no hay un palacio laico separado del templo. El rey también es responsable de la defensa de la ciudad.

Los mercaderes: también son especialistas, aunque en realidad son agentes comerciales. Parten de la ciudad con una provisión de productos manufacturados y se dirige a las lejanas regiones productoras de materias primas. Allí intercambia los productos manufacturados por metales y piedras preciosas, vuelve a la ciudad y allí rinde cuentas para aclarar si el valor de los bienes que ha traído es equivalente al de la provisión de partida. Quizá la zona de origen de ciertos productos sea ignorado, por lo que se obtiene en centros de distribución e intercambio. En los países exportadores de materias primas se organiza su producción y en algunos casos su elaboración, por lo que el estímulo del comercio resulta muy eficaz para el desarrollo organizativo de las regiones periféricas. Los desplazamientos se realizan por agua, siempre que sea posible.

El comercio: en estas primeras etapas la sociedad protoestatal no reconocen la reciprocidad económica del trueque porque sería como reconocer la existencia de otros centros políticos de igual jerarquía. Las consideran cesiones debidas al prestigio y poder del dios de la ciudad.

La gran expansión de esta primera urbanización se nota con distintos grados de intensidad desde el núcleo de la Baja Mesopotamia (que incluye Sumer y Akkad). En las zonas adyacentes (Eufrates Medio, Alta Mesopotamia, Khuzistán, Asiria) se encuentran centros periféricos de la cultura de uruk con todos sus rasgos, pero emplazados en un tipo de territorio distinto (como si fueran colonias). Más allá de estas hay zonas con las que la cultura de Uruk mantiene relaciones lo suficientemente estrechas como para modificar la organización local sin cambiar la cultura material (Alto Eufrates, Oeste del Irán). Finalmente hay zonas donde se encuentran vestigios de simples contactos comerciales, sin influencias destacables.

En la periferia, donde no hay una acumulación de excedentes y la urbanización aparece en las rutas de acceso a los productos naturales, se plantea el problema de organizar la explotación de eso recursos y se instala una clase dirigente local que se sostiene por la fuerza y las rentas procedentes de las nuevas relaciones comerciales. De esto modo surge una aristocracia militar que gestiona la explotación de los recursos disponibles y que utiliza como elemento secundario el simbolismo religioso local, a diferencia de lo sucedido en la Baja Mesopotamia.

La crisis de la urbanización: la difusión y la influencia cultural de Uruk en la periferia de Mesopotamia finaliza de forma bastante repentina. En toda la zona montañosa donde la cultura uruk había penetrado se retrocede de la urbanización a una organización más modesta, basada en la aldea, aunque perduran ciertos cambios del sistema socio-económico como la especialización laboral y la jerarquización.

 

Período Protodinástico

Protodinástico I (2900–2750): es una etapa de crisis y retroceso

Protodinástico II (2750–2600) se evidencia la existencia de varios centros urbanos importantes, con una serie de ciudades estados similares que compiten entre sí, a diferencia del período de Uruk donde la única urbe importante era esa misma ciudad.

Protodinástico IIIa (2600–2450). Aquí ya aparece la diferenciación entre el templo y el palacio en las ciudades de la baja mesopotamia. Parece ser que podría estar indicando la consolidación de un sistema político laico cuyo origen quizá sea el norte mesopotámico. La clase dirigente del templo (anónima) es sustituida por una clase dirigente que necesita afianzar una imagen más personalizada de su realeza, aquí aparecen las primeras inscripciones reales, de Emmebagaresi y Mesilim. Sin embargo el templo sigue manteniendo su importancia económica: encargándose de el almacenamiento, los servicios y la producción primaria.

Protodinástico IIIb (2450–2350)

 

Características generales del Protodinástico:

La Sociedad:

La población de las aldeas contribuye a la acumulación centralizada de productos de dos maneras:

1) Mediante la cesión de una parte del producto.

2) Mediante prestación de trabajos (generalmente agrícolas y en caso de necesidad, militares)

 Los campesinos creen que están manteniendo a la divinidad, cuando en realidad están manteniendo a las capas privilegiadas de la ciudad.

La distinción entre especialistas (dependientes del templo) y hombres libres (productores de alimentos) se mantiene, pero a medida que los aldeanos comienzan a empobrecerse y sus miembros se ven obligados a vender las tierras, se forma un campesinado no propietario que no tiene más remedio que depender del estado (mushkenum, que dependen del estado al igual que los especialistas) o de miembros concretos (esclavitud por deudas) para poder sobrevivir.

En las ciudades hay grandes concentraciones de mano de obra en dos sectores:

1) La molienda de granos. Realizada por mujeres con sencillos molinos de piedra (morteros).

2) El sector textil. También realizado por mujeres con instrumentos neolíticos como el huso, la rueca y el telar horizontal.

Estos sectores de bajo nivel técnico se diferencian con todos los demás sectores de la transformación de los que se ocupan reducidos grupos de artesanos especializados.

La presencia de “reformadores” como Urukagina demuestra que existe una clase que comienza a endeudarse y a ceder sus propiedades y sus hijos al acreedor, como pago por los intereses. Esto desemboca en la servidumbre por deudas cuando no se devuelve lo prestado. Esto se relaciona con la aceleración de la desaparición de la pequeña propiedad familiar y el aumento de las propiedades del templo y el palacio, así como la de los altos funcionarios. El endeudamiento puede ser consecuencia del exceso de la carga fiscal (en impuestos o trabajos forzados) y si un par de cosechas ponen a las familias en apuros, el proceso de servidumbre se desencadena. Los que salen ganando son los acreedores, que son los que detentan la administración del templo y del palacio, los únicos que poseen excedentes para ayudar a los que se encuentran en apuros.

La Administración:

Cada ciudad es gobernada por una dinastía local. Desde el plano ideológico es fundamental la legitimación divina de la realeza, la subordinación del rey al dios y la presentación de su obra como fiel reflejo de la voluntad divina. La pluralidad de dioses hace que se considere legítima la pluralidad de centros políticos, uno por ciudad y por dios.

Desde el plano administrativo surge la necesidad de subordinar los templos a la administración estatal unificada. Los reyes, una vez lograda la legitimación interna (basada en la aprobación o el sometimiento de la clase sacerdotal local) buscan la legitimación externa (que únicamente puede ser dada por Enlil, el dios supremo que tiene su templo en Nippur).

El rey tiene la responsabilidad de controlar las estructuras productivas y el sistema redistributivo, pero las buenas cosechas se deben al dios. Lo mismo en la guerra, el rey está al mando de las operaciones pero el resultado del enfrentamiento lo deciden las divinidades según su voluntad, sin embargo el comportamiento del dios es reflejo del comportamiento real.

 

El Imperio de Akkad (2370–2230)

Hacia el 2350 Sargón tenía un control directo desde el Diyala hasta la orilla del Golfo Pérsico, mientras que su red comercial va desde el Mediterráneo y Anatolia hasta las ciudades del Indo y Omán. Evidentemente la expansión de Akkad debería chocar con Elam, cuya dinastía Awan dominaba una confederación que rivalizaba en extensión, potencial demográfico y productivo con Akkad.

Rimush, sucesor de Sargón primero sofoca una revuelta de las ciudades sumerias y luego ataca a Elam. Naram-Sim (cuarto rey de esta dinastía) logra el control de Elam pero no de toda la confederación. También conquista territorios en el norte y noroeste, haciendo realidad el dominio político y militar de “mar a mar”, no solo comercial. Naram-Sim afirma haber conquistado toda la Alta Mesopotamia (incluyendo Asiria). Luego destruye la ciudad de Ebla, que si bien eliminó un rival en el comercio y el control del territorio, impidió que pudiera heredar las estructuras políticas y comerciales sirias.

Sargón y Naram-Sim con el tiempo se convirtieron en modelos, personificando lo bueno y lo malo del ideal mesopotámico del rey. Los monarcas posteriores deberán buscar en estos ejemplos la justificación de sus actos. Pese a que el reinado de Naram-Sim marca la época de mayor apogeo del imperio, su caracterización como un rey arrogante e impío tuvo que ver con su pretensión de divinizarse.

Administración:

Ideológicamente se justifica la conquista sosteniendo que el dios Enlil concedieron al rey de Akkad el dominio sobre todo el mundo, hasta sus últimos confines. Es que nos hallamos ante un ejemplo sin precedentes de someter a control político a un territorio enorme y muy plural en todos los aspectos. Para constituir este imperio es fundamental la acción militar y los acontecimientos militares ya no son consecuencia de las disputas de los dioses de las ciudades sino de la fuerza heroica del monarca. Incluso Naram-Sim llega a proclamarse dios.

Los ensi que gobiernan las distintas ciudades no son designados por el rey sino que son dinastas subordinados.

Esta etapa es el comienzo de la unificación de la administración (y de la escritura) en la Mesopotamia Media y Baja, que culminará con la III Dinastía de Ur.

Comercio: Como los intereses de Akkad fuera de Mesopotamia son comerciales, lo principal es dominar las vías de comunicación.

  El comercio en la etapa protodinástica tenía la misma amplitud, solo que el tráfico se realizaba a través de multitud de intermediarios que aumentaban los costes y el tiempo. Parece que la intención de la expansión militar acadia era la de controlar el comercio controlando las fuentes de materias primas y eliminando a los intermediarios.

  Si bien Sargón distingue entre una esfera de control político y otra de control económico, sus sucesores cambian de política y tratan de apoderarse de Ebla y Elam. Sin embargo la apropiación del circuito lleva a su destrucción. En el caso de Ebla, su destrucción provoca el retroceso a una organización política fragmentaria en Siria, sin que Akkad sea capaz de hacerse con el control del comercio.

Dominio Guti (2230–2116)

La crisis de Akkad y Elam parece estar provocada por pueblos de los montes Zagros, los Guti. Los guti aprovecharon la crisis de agotamiento y desorganización de los últimos reyes acadios y tomaron el poder en Mesopotamia y atacaron también Elam.

Estos dominaron sobre todo la Mesopotamia Central (la zona del Diyala, Kish y Akkad) permaneciendo contiguo a su país de procedencia. En cambio, las ciudades súmeras del sur, a pesar de estar sometidas a los guti recuperaron gran parte de su autonomía. Esta situación puede explicar que el dominio guti se mantuviera durante un siglo y su fin no planteó grandes dificultades.

Los intentos de unificación de toda Mesopotamia realizados por los acadios, llevaron a que la periferia responda con intentos de formaciones estatales. Se produce un intento de formación estatal protohurrita que ocupa espacios políticos que ha dejado vacíos la desaparición del imperio de Akkad y todavía no han sido ocupados por Ur III

III Dinastía de Ur (2111– 2003)

El rey de Uruk, Utu-Hegal (2116–2110) se enfrentó al ejército del último rey guti Tirigan y lo derrotó hacia el 2116. El dominio guti se desvaneció y tras su victoria, Utu-Hegal se adueñó de las ciudades mesopotámicas. Sin embargo fue pronto suplantado por el ensi de Ur, Ur-Nammu (211–2094). Este ya no se considera rey de ciudades-estados sino de unidades políticas consolidadas. Se denomina rey de Sumer y Akkad.

Administración:

Las ciudades pierden su autonomía y los ensi son designados por el rey. Los reyes de la III Dinastía de Ur se divinizan, pero esto ya no es un hecho heroico sino que es administrativo y de culto.

Los reinos anteriores tenían capacidad de centralización y subordinación pero no gestionaban directamente los recursos. Ahora los reyes de Ur pretenden controlar los recursos de todo el imperio que ya no está dividido en reinos tributarios sino en simples provincias.

Un elemento importante de su labor organizativa es la publicación del primer código de leyes del que tengamos noticias. No sabemos si hay que atribuirlo a Ur-Nammu o a su sucesor, Shulgi. Se trata de administrar la justicia de forma sistemática y estable.  Además se redacta un catastro.

El gobierno de la III Dinastía de Ur contribuye a convertir a la Baja Mesopotamia en una entidad cultural unida y se consolida la idea de que sólo puede haber una realeza (lista real sumeria).

Economía:   Se produce una crisis en los asentamientos menores como causa de las incursiones de los amorreos y los guti, que afectan a las aldeas más que a las ciudades amuralladas. Esto provoca la concentración de la población en los centros urbanos.

Además, el tipo de propiedad rural y la gestión de las tierras pertenecen fundamentalmente al estado-templo que cuenta con las prestaciones en trabajo ya no de los aldeanos libres sino de una clase de asalariados sin propiedad.

El comercio sigue siendo encarado bajo el sistema de agentes comerciales que deben rendir cuentas al estado y está dirigido al abastecimiento de materias primas que faltan en la metrópoli.

Política Exterior:    La capacidad del imperio de Ur para consolidar su núcleo interno contrasta con su escaso poder en las regiones que lo rodean. Shulgi trata de ampliar su dominio más allá del núcleo Sumer-Akkad, a fin de tenerlo bien protegido y de recuperar el control de las rutas comerciales. Conquista Susiana pero no el resto de Elam y realiza campañas en el norte contra las zonas de lengua hurrita y los montañeses de los Zagros (los lullubi o los guti). Los sucesores de Shulgi deberán mantener el frente del norte y además controlar el frente occidental. En esta zona, la desaparición del estado eblaíta dejó un vacío de poder que favorece la propagación de tribus nómades semitas (no son montañeses como los guti o los lullubi sino pastores de la estepa) llamados martu (o amorritas). Para esto construyen una muralla y precisamente también por esta época en Egipto se construyen los muros del rey, a fin de hacer frente a los nómades de Siria-Palestina que presionan en dos frentes a las áreas de mayor concentración agrícola. Assur, pese a estar fuera del muro, se encuentra plenamente integrada al imperio y es gobernada por un ensi. El control de esta zona es necesario para poder llegar a comerciar con Anatolia.

Caída de la III Dinastía de Ur: durante el reinado de Ibbi-Sin (2027–2003) se produce una gran invasión amorrita que provoca el fin de esta dinastía. Uno de sus gobernadores, Isbi-Erra (2017–1985) se apodera de Isin y logra convertirse en el heredero de esta dinastía. La interpretación teológica de esta caída atribuye el desastre a una decisión de los dioses, que una vez tomada no se puede cambiar, pese a que no existían motivos para castigar a los gobernantes de Ur, ya que a los ojos de los sacerdotes y escribas, ésta respondía mucho mejor que la de Akkad a las expectativas de justicia y buena administración del país.

La llegada de los amorritas supone un quiebre político y cultural que permite la ascensión del elemento acadio (que desde ya hacía tiempo que prevalecía en toda mesopotamia central y baja, mientras que el elemento sumerio es residual) imponiéndose el acadio como lengua escrita y relegando al sumerio a un pale de lengua culta y de tradición religiosa y literaria. La vieja simbiosis sumerio-acadia es reemplazada por una nueva simbiosis acadio-amorrita.

Crisis de la Segunda Urbanización:

En Anatolia, hacia el 2300 se produce una fractura cultural con una gran serie de destrucciones seguidas de abandonos generalizados. Una segunda fractura (hacia el 2000) marca el inicio del Bronce Medio.

  En Siria tiene lugar un proceso paralelo de crisis de la urbanización y la penetración de elementos nómades. En la meseta irania se reproduce el mismo cuadro hacia el 2200. Las zonas de urbanización más intensa como la Susiana permanecen al margen de la crisis.

Esta crisis, pese a responder a motivos de dinámica interna (como el exceso de explotación del territorio, gran concentración de los recursos por parte del palacio y de las ciudades, etc.) que quizá se agudizaran por cambios climáticos. Esta crisis afectó a las zonas cuya urbanización no cuenta fácilmente con excedentes de alimentos. En cambio la llanura mesopotámica se libra de la crisis. 

En un marco de recursos escasos es probable que se den luchas políticas enconadas. Como ejemplo tenemos que el enfrentamiento acadio con sus rivales occidentales (Ebla) y orientales (Elam) es una disputa por el control de los circuitos comerciales y el acceso a las materias primas (sobre todo metales) pero conlleva una importante destrucción de las infraestructura agrícolas y urbanas que puede colapsar el sistema político.

La excesiva concentración de la riqueza en los palacios hace que el sistema esté muy expuesto, como consecuencia de la destrucción de los centros de decisión.

En este marco de espacios abiertos y vacíos políticos, es más fácil la infiltración de grupos procedentes de áreas fuertes social y lingüísticamente (semitas e indoeuropeos). Finalmente aparecen nuevamente estrategias de explotación más sencillas y lentas y los antiguos centros urbanos son reemplazados por aldeas y grupos de pastores, aunque en algunas zonas esta reconversión dura poco tiempo y la recuperación es rápida.

La crisis de finales del bronce antiguo provoca la decadencia de pueblos que no son semitas ni indoeuropeos, y que habían estado vinculados con las grandes culturas del Bronce Antiguo: sumerios en la Baja Mesopotamia; elamitas en el sur de Irán; hurritas en la Alta Mesopotamia; y prehititas en Anatolia Central.


Antiguo Imperio Asirio: (1814–1782)

Colonias comerciales en Capadocia:

Luego de la profunda crisis de desurbanización del 2300 en la región anatolia, hacia el 1900 está documentada la presencia de mercaderes asirios en todos los núcleos urbanos de Anatolia Central. Esta región estaba dividida en un gran número de principados independientes y por sus nombres parece que ya están presenten poblaciones hititas y hatti, además de hurritas.

Estos mercaderes dependían de un Karum, que era un centro de importación y exportación provisto de almacenes generales, servía de banco, cámara de comercio, lugar de pago de los impuestos de peaje. Tenía atribuciones judiciales porque era donde se discutían los litigios entre comerciantes. Cada ciudad importante de Anatolia Central poseía un Karu que dependía del Karum de Kanish (especie de oficina central). A su vez, el karum de Kanish estaba subordinado a las autoridades de la ciudad de Assur. 

Los asirios exportaban telas y estaño hacia Capadocia, e importaban capitales (oro y plata) provenientes de sus ventas. Esta época de prosperidad duró un siglo y este se acabó por cambios políticos en Anatolia (hacia 1830 la ciudad de Kanish fue incendiada) y alteraciones políticas en Asiria.

Primer Imperio Asirio:

En 1814 se adueña del trono asirio un príncipe amorrita, Shamshi-Adad I (1814–1782) y en su reinado Asiria se babilonizó en gran medida. Extendió su poder por toda la Alta Mesopotamia, conquistó la ciudad de Mari y controló también el Eufrates Medio. En el oeste su expansión fue detenida por el reino de Aleppo y en el sureste por Eshnunna. Su sucesor, Ishme-Dagan (1781–1742) pierde el control de Mari y al finalizar su reinado, el reino asirio se sume en el desorden y la anarquía, para renacer 400 años más tarde.

 

Período Paleo-Babilónico: Hammurabi

Hegemonía de Larsa:

Hacia 1820 la Baja Mesopotamia está dividida en varios reinos: Babilonia, Larsa, Isin, Uruk, etc. La hegemonía la tienen Larsa en el sur y Babilonia en el norte. Un rey de Larsa (Rim-Sin, 1822-1763) logrará reunificar todo el país de Sumer excepto Babilonia. Se dedicó a consolidar el reino promoviendo la construcción y restauración de murallas, la excavación de canales, enriqueció a los templos. También promulgó medidas de desgravación fiscal y cancelación de deudas, suprimiendo la esclavitud por deudas. Todas estas medidas ya se habían realizado en el norte (en Isin, Babilonia y Eshnunna).

Hegemonía de Babilonia: I Dinastía (1792–1595)

En el año 30 del reinado de Rim-Sim llega al trono de Babilonia Hammurabi (1792–1750). En los primeros años de su reinado Hammurabi se dedicó a combatir a Rim-Sim, al cual arrebató las ciudades de Isin y Uruk. Luego de asegurarse el apoyo y la subordinación de Rim-Sim, se enfrenta al poderoso reino de Eshnunna, con el cual mantiene una situación de equilibrio hasta el final de su reinado. Sin embargo, en la fase final Hammurabi logra conquistar y anexarse Larsa (en el año 31 de su reinado), Eshnunna (año 32), Mari (año 33), sin hacer distinciones entre sus enemigos tradicionales (Eshnunna) y sus viejos aliados (Larsa y Mari). Finalmente ataca a Asiria y Elam, pero no logra someterlas.

Esta unificación tuvo una duración muy corta y sólo afecto a los antiguos países de Sumer y Akkad. Sin embargo esta unificación terminará para siempre con el esquema de las ciudades-estado, formándose el concepto de un país (Babilonia) heredero de Sumer y Akkad, que con el tiempo se contrapone con Asiria (que se encuentra en la Alta Mesopotamia).

La influencia amorrita es todavía muy grande, y Hammurabi lleva el título de rey de Martu (amorreos) además de rey de Sumer y Akkad. A fines de la I Dinastía babilónica los amorritas serán definitivamente asimiliados.

Administración y Economía:

Los códigos mesopotámicos no tienen normas que deban ser aplicadas, sino que su función es establecer puntos de referencias, pero los jueces seguirán dictando sentencias basándose en las costumbres locales. La centralización palaciega de este período afecta las prerrogativas de los templos. Por ejemplo, el comercio vuelve a centralizarse bajo control real. La administración de la justicia, que antes era ejercida por jueces de los templos ahora es ejercida por jueces del rey.

 La gran actividad bélica llega a asignar un gran volumen de tierras de las provincias conquistadas a los soldados y veteranos.

Se empieza a manifestar una crisis agrícola, producto de la creciente salinización, el exceso de irrigación y explotación, y la competencia del uso del agua entre las regiones aguas arriba y aguas abajo. Por esto el centro de gravedad se desplaza al norte (a Babilonia). La intervención del rey, con la creación de infraestructura, alivia las dificultades pero en el extremo sur (el País del Mar que forma una entidad política separada), el proceso de desurbanización esta avanzado, así como la formación de pantanos.

En la sociedad se manifiestan dos tendencias:

- Un sector privilegiado que tiende a lograr la independencia económica (originariamente vinculados a los sistemas organizativos). Los privilegiados (escribas, sacerdotes, mercaderes) tratan de escapar del control real. El templo y el palacio ya no tienen un sistema de prestación de servicios de especialistas. La centralización es más impositiva que laboral.

- Los grupos más vulnerables tienden a la servidumbre (originariamente familias libres que no dependían del palacio). Estos van a formar las nuevas clases de dependientes (mushkenum) del rey, que son aquellos desposeídos de sus tierras que se dirigen al estado para desempeñar funciones de mano de obra no especializada como soldados, colonos agrícolas, pescadores, pastores recibiendo a cambio el sustento diario.

Los ciudadanos no pueden ser esclavos, pero sí pueden siervos por deudas durante un período. Los esclavos se adquieren como botín de guerra o se compran en países extranjeros.

La reforma religiosa:

Se produce una completa restructuración del panteón que refleja las preferencias amorritas por las divinidades de carácter astral. El dios principal es Marduk (dios de Babilonia), y para esto es asociado a las grandes divinidades. Se lo convierte en hijo de Ea (dios de la sabiduría), sustituye a Enlil (poema de la creación). Este proceso comienza en la época de Hammurabi pero culminará en la época casita.

Fin de la I Dinastía: fue provocado por una incursión hitita al mando de Mursilis I, quien en 1595 saquea la ciudad  Esta situación es aprovechada por las tribus casitas de los Zagros para apoderarse de toda la Baja Mesopotamia.

 

El Antiguo Imperio Hitita (1650–1550)

Dos reyes son los artífices del despertar hitita, y en sólo 50 años logran unificar el reino y acabar con las dos grandes potencias de la época, Yamkhad (norte de Siria) y Babilonia. Hacia el 1650 llega al trono Hattusili I quien logra unificar el reino al conquistar varias ciudades y establece la capital en Hattussa. Para acentuar la cohesión nombra como gobernadores de las ciudades conquistadas a sus hijos, pero se casa con princesas de las ciudades conquistadas e instala en la corte a los miembros de las casas reales vencidas (quizá sea esta la causa de permanentes conflictos en la corte). Luego de rechazar una invasión hurrita sobre Anatolia pasa a Siria y combate con el reino de Yamkahd.

Su sucesor, Mursilis I vuelve consigue destruir el reino de Yamkhad y consolidó su presencia en el norte de Siria. Luego, hacia el 1595 se dirige al sur y saquea Babilonia, poniendo fin a la I Dinastía y luego se retira. Se supone que hizo esto para prestar ayuda al reino de Khana (que dominaba el Eufrates Medio) quien posiblemente hubiera colaborado en la destrucción de Yamkhad.

El sucesor de Mursilis I, Khantili debe enfrentarse a los hurritas en el Eufrates, pero pierde el norte de Siria que pasó a forma parte del nuevo y poderoso reino de Hurri. De esta manera pasó lo mismo que en Mesopotamia. La destrucción de Yamkhad creó un vacío en el norte de Siria que fue llenado por una potencia distinta de la que lo había provocado.

Con el próximo rey, Ammuna, surgen dificultades internas (cosechas insuficientes, ataques de los gasga) y se pierden muchos territorios. En el sudoeste surge el reino de Arzawa y en el sudeste el de Kizzuwatna (de población luvita y gran influencia hurrita)

Economía y Sociedad:

El reino hitita es muy rico en recursos naturales pero escaso en mano de obra. A lo largo de toda la historia hitita y desde el reino antiguo se plantea el problema de la despoblación del campo y la necesidad de recurrir a expediciones militares para conseguir mano de obra (prisioneros deportados) para llenar los vacíos que constantemente se forman en el interior del país.

  Muchas categorías de especialistas dependen de los templos y palacios: artesanos, militares, administradores. Todos estos proporcionan un servicio al palacio, a cambio del cual reciben un lote de tierra con colonos para trabajarlos.

La población libre, repartida en aldeas, posee sus propias estructuras de autogobierno reconocidas por el rey. Tienen un alcalde y un consejo de ancianos (encargados de los asuntos judiciales) cuya función con el palacio es la de prestar servicios laborales, militares, y entregar parte de lo producido.

El palacio, en las situaciones económicamente y socialmente cambiantes, donde se manifiestan las fuertes autonomías locales, tiene dificultades para mantener el control y la supervisión de las tierras y sus dependientes.

El gran problema de la monarquía hitita es la unificación de un país que posee una fuerte tendencia a la fragmentación en comunidades de aldea, debido a una profunda tradición histórica y cultural.

El sistema Hatti de transmisión hereditaria sería de tipo matriarcal y fratriarcal (el heredero es el hijo de la hermana) y el sistema hereditario indoeuropeo es patriarcal. La síntesis hitita consistirá en la búsqueda de una conciliación entre ambas tradiciones, y gran parte de las disputas y enfrentamientos entre la realeza es por esta causa.

El Imperio Medio Hitita (1500–1400)

Hacia el 1500 llega al trono Telebinu quien asigna tierras reales en forma definitiva a los dependientes del palacio, quienes tienen la obligación de mantenerse leales (en vez de prestar un servicio al palacio). De esta manera el rey trata de estrechar lazos con la clase dirigente, impulsando el proceso de unificación y estabilización. También trata de regular la sucesión al trono, estableciendo que el hijo mayor del rey y de la reina (esposa de primer rango) tiene preferencia. Luego están los hijos de segundo rango y por último los yernos. Esta reforma no surte efecto ya que después de Telebinu las intrigas dinásticas continúan y se agudizan.

Hacia 1450 llega al trono Tudjaliya II que intensifica la actividad militar y política del reino hitita, alterando el equilibrio de estados. Combate victoriosamente a Arzawa, a los gasga, a Ishuwa, y logra el control de Kizzuwatna y Aleppo mediante tratados. Sin embargo, en su rápida expansión el reino no ha tendio tiempo de consolidarse en las zonas marginales. Su sucesor Arnuwanda I realiza muchos pactos internos, donde las relaciones ya no son paritarias sino de subordinación. Todo el sistema se basa en el juramento de fidelidad personal.

Su sucesor Hattusili II pierde el control de Allepo y Kizzuwatna, que vuelven al dominio de Mitanni y todo el oeste anatólico vuelve a ser independiente bajo el control de Arzawa.

 

El Imperio de Mitanni (1600–1300)

Parece ser que los hurritas que se enfrentan a Hattissili I parecen haber alcanzado la unidad política en una entidad estatal bien definida.

Uno de los factores que favorece la unificación de los reinos hurritas de la Alta Mespotamia es la corriente tecnológica indoirania, que introduce el carro tirado por caballos. Esta técnica se difunde rápidamente y en las guerras sirio-hititas de Hattussili I, ambos bandos ya los utilizan.

La onomástica de la casa real de Mitanni es claramente indoirania (como si tratara de relacionarse a los monarcas con la gran innovación bélica del momento, aunque los gobernantes no tuvieran este origen).

Otro elemento que favorece la expansión (no la unificación) de Mitanni es la destrucción del reino de Yamkhad por los hititas, que luego son incapaces de ocupar el vacío político que se forma en el norte de Siria (relacionar con el caso de Ebla) y este espacio es ocupado por Mitanni. También aprovecha la profunda decadencia de Asiria luego del reinado de Ishme-Dagan, logrando incorporarla a su zona de influencia.

Conflicto con Egipto:

Tutmosis I (1506–1494) realiza una profunda incursión sobre el territorio de Mitanni, llegando hasta el Eufrates, pero esto es un hecho efímero y tras este reinado Mitanni recupera rápidamente el control de la región. Tutmosis III (1468–1436) tras repetidas campañas logra consolidar una frontera desde Ugarit hasta Qadesh. En este momento, dada la decadencia hitita y casita, Mitanni es el estado más poderoso de Medio Oriente y el único capaz de enfrentarse a Egipto.

 Shaushtatar (contemporáneo de Tutmosis III) consigue que la potencia mitana llegue a su apogeo, sometiendo a Asiria y a Kizzutawa (grandes reinos de la época) al rango de reinos vasallos.

Durante el reinado de Tutmosis IV (1412–1402) Egipto y Mitanni firman un tratado de paz, reconociéndose las fronteras y estableciendo lazos matrimoniales: una hija de Artatama I (sucesor de Shaushtatar) se casa con Tutmosis IV. Para Egipto este tratado es muy ventajoso porque conserva sus territorios en Siria-Palestina y la paz con Mitanni aleja todo peligro de esta frontera. Mitanni también aprovecha esto y puede concentrar sus esfuerzos sobre el territorio anatólico, aunque la llegada de Subiluliuma al reino hitita es el comienzo del fin para Mitanni.

Conflicto con Hatti y Asiria:

Bajo el reinado de Subiluluima (1380–1346), los hititas conquistan todos los súbditos hurritas y egipcios de Siria. Además, aprovechando conflictos dinásticos en el propio Mitanni favorece la posición del pretendiente Shattiwaza contra Artatama II (quien a su vez es apoyado por Asiria). Una expedición hitita convierte a Mitanni, que debe ceder todos sus territorios al oeste del Eufrates. Esta fase dura poco porque los reyes asirios atacarán constantemente a los hititas en Mitanni, y como se halla en una posición más ventajosa que los hititas para enviar ejércitos a la Alta Mesopotamia, estos van perdiendo posiciones y finalmente se retiran al otro lado del Eufrates. La última etapa de la historia mitana es la de sometimiento a Asiria, que en el siglo -XIII culmina con la anexión directa.

Sociedad:

La población de Mitanni se divide en cuatro categorías:

- Una elite militar: los conductores de carros (Maryaannu)

- Otros dependientes del palacio, pero de rango menor (Ehele)

- Los campesinos libres (Hupsu). Deben prestar servicios (militares y de trabajo agrícola) en las tierras del palacio. Los campesinos libres se encuentran profundamente endeudados. Muchas veces deben vender sus tierras y trabajar como colonos sometidos al nuevo propietario. Este tipo de compras se presenta bajo la ficción de la adopción. El adoptado entrega un regalo (un préstamo) al adoptador y el adoptador entrega una cuota de herencia. Una vez fallecido el “padre”, en el momento del reparto de la herencia se recupera el préstamo. Los adoptadores son pequeños propietarios, mientras que los adoptados son ricos terratenientes. Como las tierras son familiares, sus poseedores están obligados a transmitirlas en el ámbito de su familia. Por esto se crea la ficción de la adopción, para permitir la venta generalizada de tierras.

  - Los pastores libres (Haniahhu)

El rey ya no es presentado como una figura paternal, que cuida los intereses de los campesinos, sino que se aprovecha de las dificultades de los mismos, para aumentar sus propiedades y su poder. La corrupción es muy común en el ámbito de la justicia.

 

El Imperio Nuevo Hitita (1380–1200)

Cuando Subiluluima (1380–1346) llegó al poder el país se hallaba en una situación delicada. En poco tiempo transforma la situación interna y luego somete al reino de Kizzuwatna, incorporándolo al reino hitita. Luego ataca a los pequeños reinos sirios vasallos de Mitanni y los conquista, así como algunos egipcios que atravesaba serios problemas internos con la herejía de Akhenatón (1364–1347). Finalmente se apoderó de todos los territorios mitanios al oeste del Eufrates y puso a este reino bajo su influencia.

Subiluliuma puso en los reinos de Aleppo y Karkemish a dos de sus hijos, mientras que en las ciudades sirias que se habían sometido espontáneamente permanecieron las dinastías locales (Ugarit, Amurru) que firmaron tratados de vasallaje.

Mursil II (1345–1315) debe hacer frente a una grave crisis cuando los territorios sirios se sublevan. Los egipcios aprovechan la situación y Horemheb (1333–1305) choca con los hititas pero es rechazado, aunque conserva Palestina. Mursil II restablece el orden en Siria, realiza cambios de dirigentes locales y firma varios tratados. En el oeste de Anatolia se enfrenta al reino de Arzawa (que mantenía una situación de dominio sobre los otros reinos de la zona) y logra finalmente el control de todo el oeste. En el norte, el territorio gasga sigue fuera del control hitita.

Durante el reinado de Muwatalli (1315–1296) Salmanasar I (rey de Asiria) invade el reino de Mitanni y este reino pasa a la órbita asiria bajo el nombre de Hanigalbat, pese a la ayuda hitita. El Eufrates se convierte en la frontera entre ambos imperios. Egipto también se recupera y vuelve a disputar el control de Siria. Se produce la batalla de Qadesh que marca un virtual empate entre ambos imperios.

A la muerte de Muwatalli se desencadena una crisis dinástica, y finalmente accede al trono su hermano, Hatusili III (1289–1265) quien cambia la política exterior y firma un tratado de paz (1258) con Ramsés II. Esto representa un éxito para Hatti porque se reconoce su igualdad con Egipto, algo impensable para los faraones de la Dinastía anterior (la XVIII). En cambio el problema asirio se agudiza.

Durante el reinado de Tudhaliya IV (1265–1235) los asirios anexan directamente el territorio de Hanigalbat bajo Tulki-Ninurta I. Estalla la guerra, aunque no llega a amenazar seriamente al imperio hitita.

Pero en los 40 años siguientes la situación se vuelve caótica. Toda la zona siria queda bajo la influencia del reino delegado de Karkemish, por la consolidación de privilegios concedidos cuando la situación no era grave. En anatolia el sistema de alianzas se quiebra. El gran rey se mantenía porque estaba sostenido por la lealtad de todos sus súbditos y vasallos, y cada uno de estos contaba con el apoyo del rey hitita. Pero cuando el rey pretende lealtad de sus súbditos, pero no existe contrapartida, esta obligación ya no es fruto del interés mutuo y se resiente. El país, exhausto por el esfuerzo de mantener el control sobre extensos territorios, el vaciamiento interno y una grave crisis internacional llevará a la desaparición de este imperio, hacia el 1200.

Quizá el vacío demográfico tenga que ver con las causas de la caída del imperio, y no podemos atribuir la destrucción de Hattussas a los pueblos del mar ya que se encuentra muy apartada de su aparente ruta de acción. Quizá hayan sido los frigios, que cuando vuelve a haber documentación se encuentran instalados en el antiguo país de Hatti. Cuando se desmorona el estado hitita, en el vacío demográfico de Anatolia central se introducen con mayor facilidad algunos pueblos llegados desde occidente, mientras que los luvitas e hititas del sudeste logran sobrevivir por algún tiempo.

Tratados:

El modelo de imperio comercial característico del III milenio (Akkad, III Ur), no se puede aplicar al imperio hitita. El imperio se mantiene unido por una red de relaciones de subordinación. El estado hitita aplia a sus relaciones exteriores los mismos principios que rigen las relaciones internas. Es fundamental el juramento personal que vincula al rey pequeño con el grande.

El rey hitita se compromete a mantener en el trono al pequeño rey fiel y a transmitirlo al hijo designado como sucesor. Por su parte, el pequeño rey se compromete a pagar un tributo anual, proporcionar tropas y devolver a los fugitivos. Los reinos importantes como Kizzuwatna y Mitanni obtienen algunas concesiones (como no pagar tributo) pero no son tratados paritarios. El único es el firmado con Egipto. Este es único en su género y es la reutilización de los tratados paritarios con los estados anatolios del siglo XV, que luego pasaron a estar subordinados.

El tema de los fugitivos (esclavos, deudores, delincuentes, oponenetes políticos) es muy importante. En el caso de los esclavos, miles de prisioneros son conducidos desde las zonas vencidas para llenar los vacíos demográficos que se crean constantemente en la meseta central del territorio hitita (Frigia  y Capadocia).

Dentro de la justificación ideológica de la monarquía hitita es muy importante demostrar tener la razón. Quien tiene la razón obtendrá la victoria porque contará con el apoyo de los dioses y demostrará, al vencer, que tiene razón. Estos son mensajes de autojustificación de un rey que tiene grandes problemas domésticos (entre su propia familia y con los reinos vasallos)

En el ámbito militar, el rey encabeza personalmente las grandes campañas que pueden darle notoriedad internacional. Esta función militar está relacionada con los ideales heroicos, cuando el rey (que pertenece a la aristocracia militar) tiene que demostrar a la población y a sus posibles rivales, que es el mejor y más valiente guerrero.

En el ámbito religioso, el rey concentra en la capital los cultos locales y debe peregrinar por las localidades periféricas para reafirmar su función de sacerdote de todos los cultos del reino.

 

El Reino Medio Asirio (1366–1208)

Luego del reinado de Ishme-Dagan, durante 400 años la historia está mal documentada. La expansión de Mitanni deja cercada a Asiria e incluso la somete durante cierto tiempo. Asiria se recompone de esta situación subalterna bajo el reinado de Assur-Uballit I (1366–1330), quizá favorecida por la expedición de Subiluluima que provocó el fin de Mitanni como gran potencia. Durante este reinado Asiria entra en el concierto de los grandes estados y establece relaciones con Egipto, lo que provoca el enojo del rey casita Burna-Buriash.

Con Adad-Nirari I (1307–1275) Asiria reanuda su expansión y convierte en tributario el reino mitanio debido a que los hititas no fueron capaces de proporcionar una adecuada ayuda a este reino vasallo. Con Salmanasar I (1274–1245) se cambia de política, pasando a un control directo, por lo que se termina la autonomía de Hanigalbat (o Mitanni) y la dinastía local es reemplazada por un funcionario asirio. Luego comienza un proceso de sustitución de la población vencida por población asiria, y esta colonización sumada a las deportaciones y a la unificación administrativa hizo que la asimilación asiria de la Alta Mesopotamia fuera rápida.

El imperio llega a su apogeo con Tutulki-Ninurta I (1244–1208) quien penetra en el sector de los Zagros, zona de vital importancia para Asiria por sus riquezas de recursos (madera, cobre, caballos) y asegura el abastecimiento de estos recursos estratégicos. Más allá del alto Tigris, comienza a formarse una agrupación de estados para hacer frente a la expansión asiria en el país de Urartu. También combate contra el reino casita, conquistando Babilonia hasta el Golfo Pérsico. A su muerte, Babilonia recupera la independencia y Asiria atraviesa una serie de conflictos internos.

Luego de esto comienza el período de eclipse que envuelve a todo el medio oriente, aunque Asiria logra conservar intacto su núcleo interior.

La Sociedad y el Estado:

El estado medioasirio es distinto de la ciudad-templo protodinástica, de la ciudad comercial paleoasiria y del efímero imperio de Shamshi-Adad I. Ya no es un centro de tránsito entre el sur mesopotámico y la periferia sino que es el centro del mundo.

 La sumisión de los pueblos circundantes es presentada como un acto de defensa propia, de justicia y civilización. El vencedor necesita mostrar que se ha visto obligado a someter al adversario, actuando en defensa de la paz, la justicia y la libertad.

El paso de las actividades comerciales a las agrícolas, lleva a la formación de una clase de grandes terratenientes que reciben tierras por concesión real. Son los miembros de la aristocracia militar y administrativa.

La población está dividida en tres grupos:

   - Los dependientes del palacio

- Los campesinos libres de las aldeas (hupsu). Se están convirtiendo en una clase servil, desposeía de sus tierras.

- Los beneficiarios de las tierras del palacio. Son la clase privilegiada.

El ejército está formado por hombres de estas tres clases sociales.

 

La Babilonia Casita (1595–1157)

No sabemos como los casitas (originarios de los Zagros) se apoderaron del gobierno de Babilonia, luego de la retirada de los hititas. Si sabemos que el reino de Khana, aliado de los hititas y que posiblemente fue el instigador del ataque a la Babilonia amorrea, fue destruido por príncipes casitas. Pero esta victoria no sirvió para expandir el reino, ya que el curso medio del Eufrates estaba despoblado como consecuencia de un largo proceso. Los casitas también logran adueñarse del País del Mar, reunificando la Baja Mesopotamia.

Si bien pronto se inserta en el concierto de los estados poderosos y establece relaciones con reinos como Egipto (Siglo XV), su capacidad de maniobra es muy limitada porque se encuentra aparteada del centro de los contactos, desplazado hacia el oeste. Babilonia es un elemento secundario del escenario internacional, perdiendo su antiguo protagonismo.

Entre 1350 y 1250 el reino babilónico trata de contener el avance asirio y el de Elam, y mantiene buenas relaciones con el reino hitita, que son eminentemente comerciales. El tráfico pasa por el Eufrates Medio apra evitar la zona asiria, pero es obstaculizado por los nómades.

 La ocupación asiria durante el reinado de Tutulki-Ninurta I (1244–1208) también permite que entre en escena la potencia elamita. Luego de la muerte del rey asirio, Babilonia recupera su independencia pero debe enfrentar el problema elamita. Finalmente el rey elamita Kutir-Nakhunte conquista Babilonia y saquea la ciudad, poniendo fin a la dinastía casita.

La crisis demográfica:

A partir del 1500 se produce un brusco descenso demográfico en el centro y sur de Mesopotamia. Algunas zonas periféricas como el curso medio del Eufrates quedan casi despobladas, acentuando el aislamiento de Babilonia. Esta disminución de población afecta más a las ciudades que a las aldeas, y la unificación ha reducido la importancia de los centros urbanos. Las otras ciudades son capitales provinciales y sobre todo ciudades-templo, volviendo a la función que habían tenido en la edad neosumeria ya que los templos constituyen células productivas y redistributivas de una organización política demasiado amplia como para dirigir de forma centralizada los asuntos económicos. Los templos son las agencias administrativas. El descenso demográfico se debe a causas antiguas (agotamiento y salinización de los suelos, colapso de las redes de canales) y a los efectos de las destrucciones bélicas, la inestabilidad política y las invasiones.

La sociedad:

Durante la época casita llega a Babilonia la técnica de combate con carros y caballos. Surge una casta de guerreros profesionales, a los que el rey concede importantes propiedades rurales (¿Pasa esto en todas las sociedades de la época?, ¿Modifica las estructuras sociales?

A los latifundios administrados por los templos se suman las nuevas propiedades asignadas por el palacio a la aristocracia militar .

La población rural está cada vez más empobrecida y ya no disfruta de la consideración política que había tenido en la época paleobabilónica. Además, el proceso de agudiza. En un primer momento perdieron sus tierras y comenzaron a trabajar como asalariados por temporadas. Ahora su condición pasa a ser de dependencia permanente, de carácter servil ya que trabajan por la ración diaria, dependiendo de los templos.

Los antiguos especialistas son cada vez más independientes económicamente. Esto, unido a la transmisión hereditaria de las asignaciones de tierras del palacio da origen a latifundios importantes fuera del control de las grandes administraciones públicas.

Antes, las ciudades estaban habitadas por dependientes del palacio y del templo, mientras que en el campo estaban las comunidades libres de pequeños propietarios. Ahora, las ciudades están habitadas por funcionarios bastante libres y el campo está completamente sometido a ellos o al templo.

Durante este período se busca conservar las grandes obras de los maestros del pasado, aunque también se producen obras caracterizadas por el pesimismo y el individualismo. El individualismo, que en épocas florecientes tiene un carácter heroico, en épocas de decadencia es antiheroico. Se reafirma la convicción que hay una relación entre el comportamiento y el éxito (de lo contrario habría que dudar de la justicia divina).

En la religión al igual que en casi todos los ámbitos, la penetración de elementos casitas es muy escasa. Los exorcismos, amuletos, fórmulas mágicas son importantes y desplazan el eje de la religión de las relaciones políticas a las interpersonales (y sobre todo a las intrapersonales).

 

El reino Medioelamita (1205–1100):

Elam pasa por una etapa oscura entre 1550 y 1350. Se encuentran influencias hurritas y casitas. El centro político de Elam ya no es Susa sino que se halla en el interior en Anshan, aunque en el S. XIII la capital vuelve a ser Susa. Elam se aprovecha del agotamiento recíproco entre Asiria y Babilonia para expandir su poder.

Luego de la destrucción del reino casita por Kutir-Nahunte se forma un nuevo reino con capital en Isin. Babilonia queda convertida a estado vasallo de Elam que se anexó el Diyala, quedando sin conquistar solamente Asiria (muy reducida) y el sur de Mesopotamia, dominado por la II Dinastía de Isin. Sin embargo esta hegemonía iba a durar poco porque hacia el –1100 Asiria e Isin vuelven a tomar la iniciativa y recuperan todos sus territorios. Nabucodonosor I (rey de Isin, 1126–1105) ataca a Elam y llega hasta Susa. Una etapa de 300 años de oscuridad (1100–700) marcan la separación entre el reino medio y el neoelamita.

 

II Dinastía de Isin (1150–1027):

Pudieron hacer frente al poderío elamita e instalan su capital en Babilonia. Nabucodonosor I (-1126 a –1105) expulsa a los elamitas y restablece los límites clásicos con Asiria. También ataca a los arameos y a las tribus de los Zagros.

Gran parte de las rutas interregionales no pueden ser utilizadas debido a los desplazamientos de nómades. Las dos rutas tradicionales son impracticables: 1) la del Eufrates Medio que se dirige a Siria, 2)la del Golfo Pérsico que va a Dilmun. Sólo funciona la que atraviesa los valles del Zagros.

 Mientras continúa el interminable conflicto con Asiria, el avance arameo deja parte del territorio rural fuera del control administrativo central. A partir del –1027 se suceden muchas dinastías de efímera duración

Fugaz recuperación Asiria (1130–1071):

Hacia 1150 esta región se encuentra presionada por las infiltraciones de los arameos en la Alta Mesopotamia, los últimos coletazos de la invasión frigia en Anatolia, y el avance elamita sobre los Zagros. Assur-resh-ishi I (1133–1116) aprovecha la destrucción del poderío elamita hecha por Nabucodonosor I, comienza a rechazar las incursiones arameas y a disputar a los babilonios los cursos medios del Tigris y el Eufrates.

 Su sucesor, Tiglatfalaser I (1115–1071) comienza a actuar en las zonas montañosas del Zab, a fin de conseguir materias primas. Para esto derrota a los mushki (frigios) y recupera Alzi. Luego realiza expediciones al Mediterráneo, aunque sólo asegura su control desde Asiria hasta el Eufrates, atacando a las tribus arameas. Finalmente ataca Babilonia y saquea el país, pero luego se retira consciente de que no puede mantener un control militar ni administrativo del país. Luego de su reinado comienza un nuevo período de oscuridad.

Siglos XI y X: Crisis de Elam, Babilonia y Asiria:

Esta crisis afectó a varios aspectos:

    - Demográfico: Babilonia

   - Político: en Babilonia y Elam se produce una gran inestabilidad política que no afecta a Asiria. La situación de disgregación política ha hecho que las ciudades se organicen por su cuenta. La explotación de los recursos locales no corre a cargo de los gobernadores reales sino a los organismos del templo, logrando de los reyes una gran autonomía. Administran la justicia y los asuntos corrientes de las ciudades.

La Recuperación Asiria:

Con Adad Nirari II (911–891) se reemprende la obra de reconquista. Primero se asegura el control de la zona del Zab (rica en recursos) y luego comienza una serie de campañas contra Hanigalbat. Con respecto a Babilonia, esta también estaba encarando una etapa de reconstrucción, por lo que era lo suficientemente fuerte como para establecer un tratado de paz con Asiria (891), sería respetado durante 80 años.

  Se produce un cambio en las tácticas de guerra y el ejército se parece a una caravana que iba reuniendo a su paso el impuesto de las poblaciones sometidas o incapaces de resistir. Esto pronto se convertiría en la finalidad de una expedición militar.

  Otro cambio que se produce es la crueldad y ferocidad con la que se manejaba el ejército asirio. Si bien esta forma de actuar era ordenada directamente por los reyes como Assurnasipal II, 883–859. Debido al terror que inspiraba su ejército, en una de sus expediciones tuvo la posibilidad de llegar hasta el líbano, donde las ciudades fenicias se apresuraron a dar tributo. Pero estos territorios no eran anexionados, solamente se limitaban a pagar un tributo.

Este resurgimiento asirio, que acabó con la oleada de nómades, favoreció a Babilonia que pudo poco a poco volver a recuperarse.

Salmanassar III (858–824) estimulado por la campaña de su padre, intenta apoderarse de los países mediterráneos, apoderarse de sus riquezas y acabar con la amenaza aramea. Sin embargo, pese a algunos éxitos iniciales, el terror incitaba a la alianza entre los estados sirio-palestinos que frenan obstinadamente su avance una y otra vez.

Adad-nirari III (810–783) sometió a tributo a Hatti (el norte de Siria), Amurru (centro de Siria), Aram (Damasco), Tiro, Sidón, Israel, Edom y Filistea. Sin embargo, la expansión del reino de Urartu en el norte iba a frenar la expansión asiria y retardarla algunos años.

El Imperio Neoasirio: (744–610)

Tras un golpe de estado, accede al poder Tiglatfalasar III (744–727). Es considerado el fundador del imperio nuevo, ya que logra conquistar Babilonia, la zona del Zagros, Siria e Israel. Solamente fue vencido en Urartu.

Una explicación para estas conquistas es la utilización de una política de ocupación permanente, a diferencia de las expediciones aisladas de sus antecesores (destinadas a conseguir un botín). Establece una guerra de conquistas y el territorio ocupado es incluido en los límites de Assur y se establecen guarniciones militares permanentes en esos territorios. Para esto utiliza contingentes extranjeros.

Comienza la política de deportaciones para impedir revueltas que contribuyó a la aramización del imperio.

Durante los reinados posteriores se producirán continuas rebeliones en Siria y Babilonia, muchas de ellas instigadas por Egipto, el cual es invadido repetidas veces (674; 671; 666). Finalmente, la belicosa Dinastía XXV cushita cae y es reemplazada por una egipcia, encabezada por Psamético I.

  En cuanto a Urartu, Sargón II emprende una expedición contra ese país en 714 y aunque no logra someterlo, deja de ser una amenaza para Asiria.

Elam, que había recuperado su potencia, es atacado y la ciudad de Susa incendiada en 645.

Entre 627 y 612 se produce una sucesión ininterrumpida de guerras civiles en Asiria, y cuando intervienen los medos el país ya estaba exhausto. En 626 Babilonia recupera su independencia bajo una dinastía caldea y en 625 Ciaxares logra unificar a las tribus escitas y persas. Finalmente ambos estados se convierten en aliados y atacan la capital asiria, Nínive en 614. Finalmente, los últimos restos del imperio asirio y sus aliados egipcios son derrotados en Harran (610).

Religión y Administración:

El rey de Asiria era el administrador y sacerdote del dios nacional Assur, y su deber era ampliar el territorio de dominio del dios. Todos los países debían reconocer la autoridad de Assur y si no lo hacían se convertían en sus enemigos. Por lo tanto, ningún estado fue tratado como un igual, excepto Babilonia. Todos los súbditos del imperio debían comprometerse personalmente a servir al rey de Asiria. Este juramento tenía como objeto prevenir cualquier conspiración. Todos los habitantes del imperio eran sus “esclavos”.

La administración asiria disponía de informes detallados de todo lo realizado por los funcionarios asirios.