| Apuntes 
          de Historia del Mesopotamia 
              
           Epipaleolítico: 15.000 a
          10.000 a.C., es un período de caza y recolección intensificada. La caza se basa en
          animales más pequeños que los cazados en el Paleolítico: gacelas (en
          Palestina), ovejas (en los Zagros), cabras (en toda la región). Los rebaños de
          estas especies probablemente eran controlados para que no fueran diezmados
          (aunque siguieran sin domesticarse). La recolección de gramíneas y legumbres se
          hizo cada vez más intensiva y especializada, produciendo un efecto de selección
          y difusión involuntaria. La movilidad también se vuelve más circunscrita de
          acuerdo con los recursos explotados que, en el caso de la pesca lacustre,
          invitan al sedentarismo.
             
           Su esencia
          consiste en la aparición de técnicas para la producción de alimentos
          (agricultura y ganadería) que reemplazaron a las técnicas de simple explotación
          del alimento existente en la naturaleza (caza y recolección). En Medio Oriente
          se dan casos de agricultura no sedentaria y de la presencia de culturas
          neolíticas acerámicas.
           Período de
          Producción Incipiente: 10.000 a 7500 a.C. Algunas especies de pequeños
            rumiantes entran poco a poco en una especie de simbiosis con los grupos humanos
            que en algunos casos desembocará en la domesticación (sobre todo en las cabras
            y ovejas). En el caso de las gacelas no se pasa de este estadio.
             La domesticación provoca el
          aprovechamiento de la leche y el pelo (o la lana) de estos animales,
          limitándose el sacrificio de muchos. Se forman rebaños que son propiedad de
          grupos humanos, que son conducidos estacionalmente a los pastos.
           La recolección repetida de gramíneas
          silvestres y la consiguiente concentración de semillas junto a los núcleos
          habitados debieron dar paso a los primeros experimentos de cultivo (cebada en
          toda la zona, trigo en Siria-Palestina).
           Todo esto provoca cambios en las
          formas de organización social. Las comunidades construyen casas redondas en
          campamentos permanentes (en donde se dan los primeros intentos de cultivo) y campamentos estacionales para la caza (que sigue siendo la actividad
          principal). Surgen los primeros silos para guardar las cosechas de un año a
          otro (se ha superado el problema diario de alimento) y la tenencia de rebaños y
          tierras de cultivo implican la presencia del concepto de propiedad y de
          alimentación.
             Esta fase está representada por el
          Natufiense (la más antigua), y existen ejemplos en el Kurdistán, los Zagros e
          Irán. En el Neolítico Acerámico A en Siria-Palestina aparecen los primeros
          indicios seguros de cultivo ya que las especies silvestres cultivadas están
          fuera de su ámbito de origen. Poco después, en Khuzistán aparecen los primeros
          indicios de domesticación de cabras y ovejas.
           Neolítico Pleno (Cerámico): Entre el 7500 a 6000 ya existen aldeas
          sedentarias de 250 a 500 personas con cazas de planta cuadrangular y con una
          economía basada en el cultivo de gramíneas y leguminosas así como en la cría de
          ovejas, cabras, cerdos y al final de este período, vacas. Existen evidencias de
          cooperación interfamiliar (fortificaciones en Jericó). Los contactos
          interregionales alcanzan un desarrollo notable, por ejemplo en la difusión de
          la obsidiana (desde Anatolia y Armenia). Surgen técnicas neolíticas como los
          tejidos (de lana y lino), la cerámica (que surge en la zona de los Zagros), la
          utilización del cobre forjado.
              Entre el 6000 y el 4000 surgen
          varias culturas plenamente neolíticas originadas al pie de las cordilleras que
          luego se expanden a la meseta iraní y anatólica y a la llanura mesopotámica. La
          base económica es la producción agropecuaria con una fuerte selección de las
          especies domesticadas. Los cultígenos ya han salido de su área de distribución
          silvestre y su cultivo en los valles depende de las primeras técnicas de
          regadío. El riego artificial (de oasis en Jericó, de drenaje y canalización en
          Eridú, y de meseta en Catal Huyuk) surge en esta fase.
              Se seleccionan unas pocas especies
          para la cría: el perro (para cuidar los rebaños), las ovejas y cabras
          (difundidas en toda la zona) los cerdos, bóvidos y burros (como animales de
          carga). Esta ganadería puede ser sedentaria (bóvidos), de corto radio (cerdos),
          o trashumante (cabras y ovejas). La ganadería aporta carne, productos lácteos,
          fibras textiles y trabajo pesado. Se incrementa el uso de tejidos y cerámica.
           Las aldeas son pequeñas y están diseminadas, separadas por áreas residuales donde se realizan la caza y recolección. El grado de conflictividad entre las mismas es bastante bajo ya que las armas no están lo suficientemente especializadas para poder distinguir entre las de uso bélico y las de caza. La dimensión económico-productiva es local, pero existen agregados culturales a escala regional y relaciones “comerciales”. En cuanto a la alimentación, las aldeas son autosuficientes,
          pero comercian materiales preciosos que no son voluminosos ni pesados. Se
          utiliza el trueque de aldea en aldea o quizá su difusión fuera realizada por
          viajeros que conectan directamente el lugar de origen con el de destino. Tal
          vez el cambio tecnológico y organizativo estuvo acompañado por la sucesión de
          tráficos comerciales.
           La estructura social se centra en
          algunas cabezas de familia (ancianos o patriarcas), aunque no aparecen
          diferencias significativas de rango. No hay especialistas y las actividades
          están relacionadas directamente con la producción de alimento (el tejido y la
          cerámica también). No existen edificios públicos como los templos y almacenes
          comunitarios.
            Presencia de religiosidad en dos
          aspectos: funerario y otro relacionado con la fertilidad (humana, vegetal y
          animal). Es religiosidad porque las representaciones reflejan concepciones
          sobre hechos naturales (fertilidad, etc.) y no son personalidades divinas
          individualizadas.
             Las variantes
          regionales del Neolítico Pleno:
           Las zonas
          donde fueron trasplantados los ecosistemas que no existían en estado silvestre
          (que durante la agricultura incipiente fueron zonas relegadas), ahora van a
          ocupar el primer plano ya que allí esos ecosistemas encuentran espacios más
          amplios para desarrollarse: las mesetas anatolia e iraní y la llanura
          mesopotámica.
           
 Anatolia:
           Catal Huyuk (6500-5500) –siendo çatal: ‘tenedor’, y höyük:
          ‘túmulo’–)
          es un antiguo asentamiento de los períodos neolítico
          y de la edad de Bronce, siendo el conjunto urbano más
          grande de la época neolítica en el Oriente
          Próximo. Catal Huyuk está ubicado al sur de la península
          de Anatolia,
          en la planicie de Konya, cerca del poblado de Konya, en la actual Turquía (a unos 250 kilómetros al sur de Ankara). En
          sus capas más inferiores y antiguas, el asentamiento se data hacia mediados del
          VIII milenio a.C. Según la «Escuela
          de Lyon» pertenece a los períodos 4 y 5 de la prehistoria del Oriente Próximo
          (6600-5600 a.C.)
           
 Las casas de
          Catal Huyuk se construían adosadas, sin calles ni pasajes entre ellas, y el
          acceso a las viviendas se hacía por el tejado, utilizando escaleras para
          comunicar los diversos niveles. Los muros son de adobe y para conformar la cubierta utilizaron vigas de madera, y barro apisonado sobre
          esteras vegetales.
           Por los restos en las excavaciones, se sabe que en las campiñas cercanas a Catal
          Huyuk ya se cultivaba trigo,
          sorgo, chícharos
          y lentejas, y
          se recolectaban manzanas,
          alfóncigos
          (pistachos) y almendras.
          Al parecer no se practicaba la ganadería, por lo que la carne se obtenía de la
          caza de ciervos,
          jabalíes y onagros.
           El asentamiento de Çatal Huyuk era sede de numerosos intercambios
          comerciales (madera,
          obsidiana,
          sílex, cobre y conchas del Mediterráneo),
          y se sabe que sus artesanos ya dominaban la labra del cobre, siendo el
          ejemplo más antiguo de tal actividad en el Oriente
          Próximo. La manufactura artesanal en Catal Huyuk se especializaba en
          numerosos productos: puntas de flecha, lanzas, puñales de obsidiana y
          de sílex,
          mazas de piedra, figurillas en piedra y arcilla, textiles, cuencos, recipientes
          y joyería (en particular, con perlas). Gracias al clima seco de esta zona se han conservado
          restos de tejidos de excelente calidad. También se han encontrado sellos de
          arcilla para estampar los trajes con diversos dibujos, cuyo diseño guarda
          muchas semejanzas con los de las alfombras turcas actuales.
           Esta civilización, que estaba en pleno desarrollo, fue interrumpida
          drásticamente hacia el 4700 a.C. por un gran incendio, que coció el
          adobe y permitió que paredes de hasta tres metros quedaran en pie. La mayor
          parte del asentamiento fue destruido o abandonado.
           
 Hacilar (5400–4800)
          posee asentamientos muy diferentes al de Catal Huyuk. Las casas son
          pluricelulares, con patios, circulación al ras del suelo, pero sin decoraciones
          de culto. La industria lítica es de poco valor y la cerámica está pintada (rojo
          sobre crema). Sin embargo se producen remodelaciones y se pasa de las casas
          plurifamiliares a las monofamiliares en el nivel II. En el nivel I las casas
          son compactas con acceso por la azotea.
             Hasan (4900–4500) se enlaza con el nivel I de Hacilar. Las viviendas son monocelulares
          compactas. La cerámica es pintada igual que en Hacilar (rojo sobre crema), pero
          luego aparece la policromía, quizá por influencia de Halaf..
             Mersin (4500–4300) posee cerámica policroma pulimentada y las casas forma una barrera con
          el exterior, pero esto no indica necesariamente la presencia de programación
          pública.
             Las zonas de
          vanguardia durante el proceso de producción incipiente (la Siria-Palestina
          natufiense y los Zagros) se hallan en crisis durante el Neolítico Cerámico.
          Palestina experimenta un agotamiento, mientras que la zona del Zagros se da una
          crisis de transferencia hacia las llanuras mesopotámicas.
           
           Alta Mesopotamia:
           Umm Dabaghiya (6000–5500) es la primera cultura cerámica de Mesopotamia. La cerámica es pintada.
          Las casas son rectangulares con varias habitaciones y almacenes adosados. La
          agricultura y la ganadería son muy pobres, porque el ambiente es bastante
          árido. La base del sustento es la caza del onagro salvaje.
             Hassuna (5500–5000) esta cultura sucede a la de Umm Dabaghiya y es contemporánea con la
          primera fase de Samarra y de Halaf, siendo absorbida por esta última en sus
          fases media y tardía. Al igual que en Umm Dabaghiya las casas son rectangulares
          y los almacenes monocelulares forman una masa compacta. La base económica es la
          agricultura de secano, la ganadería y la caza. La cerámica es un poco más
          avanzada que en Umm Dabaghiya y los instrumentos líticos son bastante pobres.
             Samarra (fase
          antigua: 5600–5400; fase intermedia: 5400–5000; fase tardía: 5000-4800). Fase antigua: las casas están rodeadas por un recinto amurallado. Se
          encuentra presente la agricultura de regadío y la caza ya es algo marginal. La
          cerámica es pintada y posee un gran valor artístico.
             Halaf (fase
          antigua: 5600–5300; fase intermedia: 5300–4800; fase tardía: 4800-4500) Durante la fase antigua esta cultura está presente en Asiria, pero en la
          fase intermedia se propaga por toda la Alta Mesopotamia, mucho más ampliamente
          que cualquier cultura anterior. La economía es netamente agro-pastoril de
          secano, basada en la cebada, las cabras y ovejas. Los asentamientos tienen
          rasgos de arcaísmo, con viviendas de tamaño reducido, redondas y con cúpula. En
          cambio su cerámica polícroma se sitúa en la cima del desarrollo del Neolítico
          del Medio Oriente. Esta cultura es suplantada por la de Ubaid.
             
           Baja Mesopotamia:
           Eridu (5000–4500) esta cultura surge de improviso en la zona del Bajo Eufrates ya que no
          conocemos su proceso de formación. La agricultura es de regadío pero también es
          importante la pesca. Esta unidad cultural comprende las posteriores áreas de
          Sumer, Akkad y Elam. Se distingue bien de la cultura contemporánea de Halaf ya
          que responde a otro tipo de ecosistema (agricultura de cereales y ganado
          bovino). En los niveles 17 a 15 (hacia el 5000)
             El Ubaid (fase
          clásica: -4500 a –4000; fase tardía: 4000-3500) su punto de partida es la
          cultura de Eridu. En esta etapa el sur mesopotámico alcanzará la vanguardia
          tecnológica y organizativa del Medio Oriente mientras que la cultura de Halaf
          experimentará una crisis progresiva y aún no explicada y en el norte será
          suplantada por la Ubaid. La fuerza expansiva de esta cultura llegará hasta el
          Khabur.
             La cerámica
          es una continuación de la cultura de Eridu. Se excavan acequias para llevar
          agua a zonas donde no se podría cultivar de otro modo. También se realiza el
          drenaje de pantanos. A lo largo de estas acequias se sitúan los asentamientos
          agrícolas y la ganadería se basa en bóvidos, ovejas y cabras.
           Las
          dimensiones de los templos denotan la separación de la función de culto y su
          incidencia en la organización centralizada del poder económico y político (el
          culto visto como una actividad comunitaria, , ofrendas en los templos,
          movilización de mano de obra para la construcción de templos, probable
          sacerdocio profesional). Presencia de productos artesanales fruto de un trabajo
          especializado dada su elaboración. La cerámica del Ubaid clásico está hecha a
          mano y es de gran calidad, mientras que la del Ubaid tardío comienza a
          producirse en serie gracias al uso del torno (se reduce la calidad), lo que
          significa que ya hay artesanos con dedicación de tiempo completo. Esta cultura
          ya conoce y desarrolla la metalurgia del cobre.
           Parece que el punto de partida de esta
          creciente complejización es la ampliación de la producción agrícola que se
          desarrolla gracias a la irrigación extensiva y a la introducción del arado de
          tiro animal. El aumento de la productividad agrícola y la existencia de
          excedentes permite mantener a especialistas de tiempo completo, creando un polo
          redistributivo central. Se produce una especialización laboral y funcional, la
          estratificación social y la aparición de funciones de coordinación y decisión.
           La Baja Mesopotamia experimenta un gran
          crecimiento demográfico y productivo. En cambio, la Alta Mesopotamia, que hasta
          este momento no tenía nada que envidiar a la zona meridional en cuanto a
          cultura y tecnología, tiene unas posibilidades limitadas de desarrollo agrícola
          y demográfico, por lo que mantiene su papel de centro comercial.
           
           La Revolución Urbana,
          Período de Uruk:
           Hacia el 3500, la existencia de más de
          un templo por ciudad señala que han aparecido auténticas divinidades en las que
          la comunidad humana centra sus esperanzas y temores, superando concepciones
          impersonales como las de las fuerzas de la naturaleza y la fertilidad. La
          relación entre las divinidades y la comunidad estará mediada por una clase
          emergente de sacerdotes que también se arroga la direccióñ coordinada de la
          sociedad.
             Durante el
          neolítico, las comunidades permanecen en la dimensión de aldeas, son homogéneas
          en su edificación y autosuficientes. Las especializaciones son ocasionales e
          irregulares. El salto organizativo consiste en separar la producción de
          alimentos de las técnicas especializadas y polarizar esta separación
          concentrando a los especialistas en algunas poblaciones más grandes, dejando la
          tarea de producción de alimentos a las aldeas dispersas. Pronto esta relación
          deja de ser complementaria y pasa a estar jerarquizada, con aldeas tributarias
          de la ciudad. Hay un flujo de excedentes alimenticios (que va de los
          productores) para mantener a los especialistas y un flujo de productos
          especializados y servicios, (que va de los especialistas a los productores de
          alimento). Sin embargo estas relaciones se desequilibran a favor de los
          especialistas ya que poseen un prestigio social y cultural mucho mayor que el
          de los productores de alimentos.
           Lo que a
          escala familiar y de aldea era realizado por las cabezas de familia y estaba
          determinado por la tradición, ahora se convierte en tarea especializada. Surgen
          polos de decisión: los templos y el palacio que distinguen las ciudades de las
          aldeas. En estos centros se acumulan los excedentes en los que se basa el
          sistema redistributivo.
           Relación entre la ciudad y las aldeas: la revolución urbana culminó en la Baja Mesopotamia entre el 3500 y el 3200. ¿Por qué fue en esta zona? Porque las primeras canalizaciones forman islas colonizadas, luego estas islas comienzan a conectarse entre sí y la ordenación de un tramo situado aguas arriba condiciona la de un tramo aguas abajo. Si no se coordinan las iniciativas locales se
          originan conflictos. Las primeras ordenaciones hídricas son de la época de
          Ubaid pero hacia el 3500 alcanzan una gran dimensión y sirven como medio de
          comunicación entre las comarcas, dado que el transporte fluvial es más efectivo
          que el terrestre. La realización de estas obras requiere la existencia de un excedente
          de personas (que puedan dejar de cultivar para dedicarse a esta tarea) y de
          comida (para alimentar a estos trabajadores) pero también desemboca en una
          ampliación de la producción y del excedente.
             Surge la
          especialización y jerarquización de los asentamientos: una ciudad capital
          (donde se encuentra el palacio y el templo, y donde se realizan la mayor parte
          de las funciones especializadas) una serie de centros regionales
          periféricos  (son poblaciones intermedias
          que desempeñan funciones urbanas descentralizadas) y un elevado número de
          aldeas tributarias. Este conjunto está separado de otros similares por franjas
          de territorio pantanoso sin colonizar, o bien por estepas áridas.
           El arado
          reduce el tiempo dedicado a la siembra y se adapta mejor a un paisaje
          estandarizado de parcelas alargadas situadas perpendicularmente a los márgenes
          de las acequias. Por lo tanto responde a una organización planificada de la
          producción agrícola.
           El
          crecimiento demográfico estimulado por el aumento de la producción de alimentos
          lleva al crecimiento de las ciudades, aunque este a veces provoca un
          despoblamiento en el campo que lo rodea (en el caso de Uruk), y otras veces
          este crecimiento se reparte en las numerosas aldeas (caso de Nippur).
           Con la
          urbanización aparecen dos tipos de tierras:
           - Las que
          siguen siendo propiedad de las familias libres.
           - Las que
          pertenecen al templo y al palacio.
           La
          concentración de riquezas en las ciudades lleva a la necesidad de construir
          murallas. Las aldeas, son demasiado numerosas y pequeñas y la riqueza que
          contienen es demasiado modesta como para justificar la construcción de
          murallas. La riqueza de las aldeas es la población que se salva dándose a la
          fuga.
           El núcleo
          dirigente debe trabajar en dos frentes: el administrativo (que llevará a la
          formación de una burocracia y el desarrollo de la escritura) y el ideológico
          (que desemboca en el clero).
           El
          surgimiento de la escritura: al tiempo que se ponen en práctica
            sistemas de medidas, la administración establece sellos como instrumento de
            garantía. En la fase Ubaid el sello está muy generalizado tanto en Mesopotamia
            como en las regiones circundantes. Su uso equivale a una firma. En la época de
            Uruk, el sello pasa de ser una simple firma a una garantía de que no se ha
            abierto el recipiente sellado. Luego se pasa a la utilización de tablillas
            donde se graban signos pictográficos que ya no representan al objeto en
            cuestión sino a una palabra que suene más o menos igual. La administración se
            convierte en el trabajo más especializado y el funcionario administrativo por
            excelencia es el escriba. Los escribas son formados en verdaderas escuelas
            donde les enseñan el manejo de los signos.
             Los
          especialistas: son el grupo más selecto del estado, pero
            económicamente dependen del rey (o del dios) para su mantenimiento. Los
            talleres de artesanos, los almacenes, las oficinas y los archivos de los
            escribas se encuentran en el templo y en el palacio. En cambio, el resto de la
            población es libre porque posee sus medios de producción y trabaja para su
            propio sustento. En el sistema redistributivo da más que recibe, y lo que
            recibe tiene un carácter meramente ideológico (culto religioso, propaganda
            política), aunque se beneficia con la excavación de canales que solo una gran
            organización puede garantizar.
             La
          especialización se torna jerarquizada, con maestros y aprendices, supervisores
          y obreros. Las relaciones tradicionales del trabajo familiar son reemplazadas
          por otras de dependencia y promoción en la carrera. La retribución es personal
          y toma importancia la posesión personal de bienes.
           El
          fortalecimiento del clero y de la burocracia: la comunidad urbana
            que está acostumbrada a atribuir a personalidades divinas la responsabilidad de
            hechos incontrolables por el hombre, y que trata de ganarse su favor por medio
            de sacrificios y ofrendas, traslada ahora todo esto al nivel de la organización
            centralizada. Se produce una especie de paralelismo entre el mecanismo de
            centralización y redistribución y el de las ofrendas para el culto. La
            comunidad que cede una parte de su producto a las divinidades para ganarse su
            favor, también cede un aparte de la producción a la clase dirigente a cambio de
            los servicios organizativos y las decisiones.
             También el
          panteón de las divinidades se jerarquiza y se especializa. Cada dios posee
          determinadas características y habilidades. El papel que desempeña el templo,
          de simbolizar y mantener la cohesión de la comunidad, es esencial. A su
          alrededor hay espacios acondicionados para las fiestas.
           Si la
          persuasión y la ideología no bastan, el poder central puede recurrir a medios
          coercitivos ya que surgen especialistas en la guerra (con dedicación plena). El
          ejército además está formado por un número de conscriptos reclutados de entre
          toda la población
           El rey (en): el rey ocupa
          la mayor parte del tiempo en su función administrativa, aunque también
          desempeña la función de sumo sacerdote (en) del dios de la ciudad. En el
          período de Uruk todavía no hay un palacio laico separado del templo. El rey
          también es responsable de la defensa de la ciudad.
           Los
          mercaderes: también son especialistas, aunque en realidad son agentes
            comerciales. Parten de la ciudad con una provisión de productos manufacturados
            y se dirige a las lejanas regiones productoras de materias primas. Allí
            intercambia los productos manufacturados por metales y piedras preciosas,
            vuelve a la ciudad y allí rinde cuentas para aclarar si el valor de los bienes
            que ha traído es equivalente al de la provisión de partida. Quizá la zona de
            origen de ciertos productos sea ignorado, por lo que se obtiene en centros de
            distribución e intercambio. En los países exportadores de materias primas se
            organiza su producción y en algunos casos su elaboración, por lo que el
              estímulo del comercio resulta muy eficaz para el desarrollo organizativo de las
              regiones periféricas. Los desplazamientos se realizan por agua, siempre
            que sea posible.
             El comercio: en estas
          primeras etapas la sociedad protoestatal no reconocen la reciprocidad económica
          del trueque porque sería como reconocer la existencia de otros centros
          políticos de igual jerarquía. Las consideran cesiones debidas al prestigio y
          poder del dios de la ciudad.
           La gran
          expansión de esta primera urbanización se nota con distintos grados de
          intensidad desde el núcleo de la Baja Mesopotamia (que incluye Sumer y Akkad).
          En las zonas adyacentes (Eufrates Medio, Alta Mesopotamia, Khuzistán, Asiria)
          se encuentran centros periféricos de la cultura de uruk con todos sus rasgos,
          pero emplazados en un tipo de territorio distinto (como si fueran colonias).
          Más allá de estas hay zonas con las que la cultura de Uruk mantiene relaciones
          lo suficientemente estrechas como para modificar la organización local sin
          cambiar la cultura material (Alto Eufrates, Oeste del Irán). Finalmente hay
          zonas donde se encuentran vestigios de simples contactos comerciales, sin
          influencias destacables.
           En
          la periferia, donde no hay una acumulación de excedentes y la urbanización
          aparece en las rutas de acceso a los productos naturales, se plantea el
          problema de organizar la explotación de eso recursos y se instala una clase
          dirigente local que se sostiene por la fuerza y las rentas procedentes de las
          nuevas relaciones comerciales. De esto modo surge una aristocracia militar que
          gestiona la explotación de los recursos disponibles y que utiliza como elemento
          secundario el simbolismo religioso local, a diferencia de lo sucedido en la
          Baja Mesopotamia.
           La crisis de la urbanización: la difusión
          y la influencia cultural de Uruk en la periferia de Mesopotamia finaliza de
          forma bastante repentina. En toda la zona montañosa donde la cultura uruk había
          penetrado se retrocede de la urbanización a una organización más modesta,
          basada en la aldea, aunque perduran ciertos cambios del sistema socio-económico
          como la especialización laboral y la jerarquización.
           
 Período Protodinástico
           Protodinástico I (2900–2750): es una
          etapa de crisis y retroceso
             Protodinástico II (2750–2600) se
          evidencia la existencia de varios centros urbanos importantes, con una serie de
          ciudades estados similares que compiten entre sí, a diferencia del período de
          Uruk donde la única urbe importante era esa misma ciudad.
             Protodinástico IIIa (2600–2450). Aquí
          ya aparece la diferenciación entre el templo y el palacio en las ciudades de la
          baja mesopotamia. Parece ser que podría estar indicando la consolidación de un
          sistema político laico cuyo origen quizá sea el norte mesopotámico. La clase
          dirigente del templo (anónima) es sustituida por una clase dirigente que
          necesita afianzar una imagen más personalizada de su realeza, aquí aparecen las
          primeras inscripciones reales, de Emmebagaresi y Mesilim. Sin embargo el templo
          sigue manteniendo su importancia económica: encargándose de el almacenamiento,
          los servicios y la producción primaria.
             Protodinástico IIIb (2450–2350)
             
 Características
          generales del Protodinástico:
           La Sociedad:
           La población
          de las aldeas contribuye a la acumulación centralizada de productos de dos
          maneras:
           1) Mediante la cesión de una parte del
          producto.
           2) Mediante prestación de trabajos
          (generalmente agrícolas y en caso de necesidad, militares)
            Los
          campesinos creen que están manteniendo a la divinidad, cuando en realidad están
          manteniendo a las capas privilegiadas de la ciudad.
           La distinción entre especialistas
          (dependientes del templo) y hombres libres (productores de alimentos) se
          mantiene, pero a medida que los aldeanos comienzan a empobrecerse y sus
          miembros se ven obligados a vender las tierras, se forma un campesinado no
          propietario que no tiene más remedio que depender del estado (mushkenum, que
          dependen del estado al igual que los especialistas) o de miembros concretos
          (esclavitud por deudas) para poder sobrevivir.
           En las ciudades hay grandes
          concentraciones de mano de obra en dos sectores:
           1) La molienda de granos. Realizada
          por mujeres con sencillos molinos de piedra (morteros).
           2) El sector textil. También realizado
          por mujeres con instrumentos neolíticos como el huso, la rueca y el telar
          horizontal.
           Estos sectores de bajo nivel técnico
          se diferencian con todos los demás sectores de la transformación de los que se
          ocupan reducidos grupos de artesanos especializados.
           La
          presencia de “reformadores” como Urukagina demuestra que existe una clase que
          comienza a endeudarse y a ceder sus propiedades y sus hijos al acreedor, como
          pago por los intereses. Esto desemboca en la servidumbre por deudas cuando no
          se devuelve lo prestado. Esto se relaciona con la aceleración de la
          desaparición de la pequeña propiedad familiar y el aumento de las propiedades
          del templo y el palacio, así como la de los altos funcionarios. El
          endeudamiento puede ser consecuencia del exceso de la carga fiscal (en
          impuestos o trabajos forzados) y si un par de cosechas ponen a las familias en
          apuros, el proceso de servidumbre se desencadena. Los que salen ganando son los
          acreedores, que son los que detentan la administración del templo y del
          palacio, los únicos que poseen excedentes para ayudar a los que se encuentran
          en apuros.
           La Administración:
             Cada ciudad es gobernada por una
          dinastía local. Desde el plano ideológico es fundamental la legitimación divina
          de la realeza, la subordinación del rey al dios y la presentación de su obra
          como fiel reflejo de la voluntad divina. La pluralidad de dioses hace que se
          considere legítima la pluralidad de centros políticos, uno por ciudad y por
          dios.
           Desde el plano administrativo surge la
          necesidad de subordinar los templos a la administración estatal unificada. Los
          reyes, una vez lograda la legitimación interna (basada en la aprobación o el
          sometimiento de la clase sacerdotal local) buscan la legitimación externa (que
          únicamente puede ser dada por Enlil, el dios supremo que tiene su templo en
          Nippur).
           El rey tiene la responsabilidad de
          controlar las estructuras productivas y el sistema redistributivo, pero las
          buenas cosechas se deben al dios. Lo mismo en la guerra, el rey está al mando
          de las operaciones pero el resultado del enfrentamiento lo deciden las
          divinidades según su voluntad, sin embargo el comportamiento del dios es
          reflejo del comportamiento real.
           
 El Imperio de Akkad (2370–2230)
           Hacia el 2350 Sargón tenía un control
          directo desde el Diyala hasta la orilla del Golfo Pérsico, mientras que su red
          comercial va desde el Mediterráneo y Anatolia hasta las ciudades del Indo
          y Omán.
             Rimush,
          sucesor de Sargón primero sofoca una revuelta de las ciudades sumerias y luego
          ataca a Elam. Naram-Sim (cuarto rey de esta dinastía) logra el control de Elam
          pero no de toda la confederación. También conquista territorios en el norte y
          noroeste, haciendo realidad el dominio político y militar de “mar a mar”, no
          solo comercial. Naram-Sim afirma haber conquistado toda la Alta Mesopotamia
          (incluyendo Asiria). Luego destruye la ciudad de Ebla, que si bien eliminó un
          rival en el comercio y el control del territorio, impidió que pudiera heredar
          las estructuras políticas y comerciales sirias.
           Sargón y Naram-Sim con el tiempo se
          convirtieron en modelos, personificando lo bueno y lo malo del ideal
          mesopotámico del rey. Los monarcas posteriores deberán buscar en estos ejemplos
          la justificación de sus actos. Pese a que el reinado de Naram-Sim marca la
          época de mayor apogeo del imperio, su caracterización como un rey arrogante e
          impío tuvo que ver con su pretensión de divinizarse.
           
           
           Los ensi que gobiernan las distintas
          ciudades no son designados por el rey sino que son dinastas subordinados.
           Esta etapa es el comienzo de la
          unificación de la administración (y de la escritura) en la Mesopotamia Media y
          Baja, que culminará con la III Dinastía de Ur.
           Comercio:
             El comercio en la etapa protodinástica
          tenía la misma amplitud, solo que el tráfico se realizaba a través de multitud
          de intermediarios que aumentaban los costes y el tiempo. Parece que la
          intención de la expansión militar acadia era la de controlar el comercio
          controlando las fuentes de materias primas y eliminando a los intermediarios.
               Si bien Sargón distingue entre una
          esfera de control político y otra de control económico, sus sucesores cambian
          de política y tratan de apoderarse de Ebla y Elam. Sin embargo la apropiación
          del circuito lleva a su destrucción. En el caso de Ebla, su destrucción provoca
          el retroceso a una organización política fragmentaria en Siria, sin que Akkad
          sea capaz de hacerse con el control del comercio.
           Dominio Guti (2230–2116)
               La crisis de Akkad y Elam parece estar
          provocada por pueblos de los montes Zagros, los Guti. Los guti aprovecharon la
          crisis de agotamiento y desorganización de los últimos reyes acadios y tomaron
          el poder en Mesopotamia y atacaron también Elam.
           Estos dominaron sobre todo la
          Mesopotamia Central (la zona del Diyala, Kish y Akkad) permaneciendo contiguo a
          su país de procedencia. En cambio, las ciudades súmeras del sur, a pesar de
          estar sometidas a los guti recuperaron gran parte de su autonomía. Esta
          situación puede explicar que el dominio guti se mantuviera durante un siglo y
          su fin no planteó grandes dificultades.
           Los
          intentos de unificación de toda Mesopotamia realizados por los acadios,
          llevaron a que la periferia responda con intentos de formaciones estatales. Se
          produce un intento de formación estatal protohurrita que ocupa espacios
          políticos que ha dejado vacíos la desaparición del imperio de Akkad y todavía
          no han sido ocupados por Ur III
           III Dinastía de Ur (2111– 2003)
               El rey de Uruk, Utu-Hegal (2116–2110) se enfrentó al ejército del último rey guti Tirigan y lo derrotó hacia
          el 2116. El dominio guti se desvaneció y tras su victoria, Utu-Hegal se adueñó
          de las ciudades mesopotámicas. Sin embargo fue pronto suplantado por el ensi de
          Ur, Ur-Nammu (211–2094). Este ya no se considera rey de ciudades-estados
          sino de unidades políticas consolidadas. Se denomina rey de Sumer y Akkad.
             Administración:
           Las ciudades pierden su autonomía y
          los ensi son designados por el rey. Los reyes de la III Dinastía de Ur se
          divinizan, pero esto ya no es un hecho heroico sino que es administrativo y de
          culto.
           Los
          reinos anteriores tenían capacidad de centralización y subordinación pero no
          gestionaban directamente los recursos. Ahora los reyes de Ur pretenden
          controlar los recursos de todo el imperio que ya no está dividido en reinos
          tributarios sino en simples provincias.
           Un elemento importante de su labor organizativa es la publicación del primer código de leyes del que tengamos noticias. No sabemos si hay que atribuirlo a Ur-Nammu o a su sucesor, Shulgi. Se trata de administrar la justicia de forma sistemática y estable. Además se redacta un catastro. El gobierno de la III Dinastía de Ur
          contribuye a convertir a la Baja Mesopotamia en una entidad cultural unida y se
          consolida la idea de que sólo puede haber una realeza (lista real sumeria).
           Economía:
           Además, el tipo de propiedad rural y
          la gestión de las tierras pertenecen fundamentalmente al estado-templo que
          cuenta con las prestaciones en trabajo ya no de los aldeanos libres sino de una
          clase de asalariados sin propiedad.
           El
          comercio sigue siendo encarado bajo el sistema de agentes comerciales que deben
          rendir cuentas al estado y está dirigido al abastecimiento de materias primas
          que faltan en la metrópoli.
           Política Exterior:
           Caída
          de la III Dinastía de Ur: durante el reinado de Ibbi-Sin (2027–2003)
            se produce una gran invasión amorrita que provoca el fin de esta dinastía. Uno
            de sus gobernadores, Isbi-Erra (2017–1985) se apodera de Isin y logra
            convertirse en el heredero de esta dinastía. La interpretación teológica de
            esta caída atribuye el desastre a una decisión de los dioses, que una vez
            tomada no se puede cambiar, pese a que no existían motivos para castigar a los
            gobernantes de Ur, ya que a los ojos de los sacerdotes y escribas, ésta
            respondía mucho mejor que la de Akkad a las expectativas de justicia y buena
            administración del país.
             La llegada de los amorritas supone un
          quiebre político y cultural que permite la ascensión del elemento acadio (que
          desde ya hacía tiempo que prevalecía en toda mesopotamia central y baja,
          mientras que el elemento sumerio es residual) imponiéndose el acadio como
          lengua escrita y relegando al sumerio a un pale de lengua culta y de tradición
          religiosa y literaria. La vieja simbiosis sumerio-acadia es reemplazada por una
          nueva simbiosis acadio-amorrita.
           
           En Anatolia, hacia el 2300 se produce
          una fractura cultural con una gran serie de destrucciones seguidas de abandonos
          generalizados. Una segunda fractura (hacia el 2000) marca el inicio del Bronce
          Medio.
               En
          Siria tiene lugar un proceso paralelo de crisis de la urbanización y la
          penetración de elementos nómades. En la meseta irania se reproduce el mismo
          cuadro hacia el 2200. Las zonas de urbanización más intensa como la Susiana
          permanecen al margen de la crisis.
             Esta crisis, pese a responder a
          motivos de dinámica interna (como el exceso de explotación del territorio, gran
          concentración de los recursos por parte del palacio y de las ciudades, etc.)
          que quizá se agudizaran por cambios climáticos. Esta crisis afectó a las zonas cuya
          urbanización no cuenta fácilmente con excedentes de alimentos. En cambio la
          llanura mesopotámica se libra de la crisis.  
             En un marco de recursos escasos es
          probable que se den luchas políticas enconadas. Como ejemplo tenemos que el
          enfrentamiento acadio con sus rivales occidentales (Ebla) y orientales (Elam)
          es una disputa por el control de los circuitos comerciales y el acceso a las
          materias primas (sobre todo metales) pero conlleva una importante destrucción
          de las infraestructura agrícolas y urbanas que puede colapsar el sistema
          político.
           La excesiva concentración de la
          riqueza en los palacios hace que el sistema esté muy expuesto, como
          consecuencia de la destrucción de los centros de decisión.
           En este marco de espacios abiertos y vacíos políticos, es más fácil la infiltración de grupos procedentes de áreas fuertes social y lingüísticamente (semitas e indoeuropeos). Finalmente aparecen nuevamente estrategias de explotación más sencillas y lentas y los antiguos centros urbanos son reemplazados por aldeas y grupos de pastores, aunque en algunas zonas esta reconversión dura poco tiempo y la recuperación es rápida. La
          crisis de finales del bronce antiguo provoca la decadencia de pueblos que no
          son semitas ni indoeuropeos, y que habían estado vinculados con las grandes
          culturas del Bronce Antiguo: sumerios en la Baja Mesopotamia; elamitas en el
          sur de Irán; hurritas en la Alta Mesopotamia; y prehititas en Anatolia Central.
           
 Antiguo Imperio Asirio:
          (1814–1782)
                 
           
           Estos mercaderes dependían de un
          Karum, que era un centro de importación y exportación provisto de almacenes
          generales, servía de banco, cámara de comercio, lugar de pago de los impuestos
          de peaje. Tenía atribuciones judiciales porque era donde se discutían los
          litigios entre comerciantes. Cada ciudad importante de Anatolia Central poseía
          un Karu que dependía del Karum de Kanish (especie de oficina central). A su
          vez, el karum de Kanish estaba subordinado a las autoridades de la ciudad de
          Assur.  
             Los asirios exportaban telas y estaño
          hacia Capadocia, e importaban capitales (oro y plata) provenientes de sus
          ventas. Esta época de prosperidad duró un siglo y este se acabó por cambios
          políticos en Anatolia (hacia 1830 la ciudad de Kanish fue incendiada) y alteraciones
          políticas en Asiria.
             Primer
          Imperio Asirio:
           En 1814 se adueña del trono asirio un
          príncipe amorrita, Shamshi-Adad I (1814–1782) y en su reinado Asiria se
          babilonizó en gran medida. Extendió su poder por toda la Alta Mesopotamia,
          conquistó la ciudad de Mari y controló también el Eufrates Medio. En el oeste
          su expansión fue detenida por el reino de Aleppo y en el sureste por Eshnunna.
          Su sucesor, Ishme-Dagan (1781–1742) pierde el control de Mari y al
          finalizar su reinado, el reino asirio se sume en el desorden y la anarquía,
          para renacer 400 años más tarde.
             
 Período Paleo-Babilónico: Hammurabi
          
           Hacia 1820 la Baja Mesopotamia está
          dividida en varios reinos: Babilonia, Larsa, Isin, Uruk, etc. La hegemonía la
          tienen Larsa en el sur y Babilonia en el norte. Un rey de Larsa (Rim-Sin, 1822-1763) logrará reunificar todo el país de Sumer excepto Babilonia. Se dedicó
          a consolidar el reino promoviendo la construcción y restauración de murallas,
          la excavación de canales, enriqueció a los templos. También promulgó medidas de
          desgravación fiscal y cancelación de deudas, suprimiendo la esclavitud por deudas.
          Todas estas medidas ya se habían realizado en el norte (en Isin, Babilonia y
          Eshnunna).
             Hegemonía de
          Babilonia: I Dinastía (1792–1595)
           En el año 30 del reinado de Rim-Sim
          llega al trono de Babilonia Hammurabi (1792–1750). En los primeros años de
          su reinado Hammurabi se dedicó a combatir a Rim-Sim, al cual arrebató las
          ciudades de Isin y Uruk. Luego de asegurarse el apoyo y la subordinación de
          Rim-Sim, se enfrenta al poderoso reino de Eshnunna, con el cual mantiene una
          situación de equilibrio hasta el final de su reinado. Sin embargo, en la fase
          final Hammurabi logra conquistar y anexarse Larsa (en el año 31 de su reinado),
          Eshnunna (año 32), Mari (año 33), sin hacer distinciones entre sus enemigos
          tradicionales (Eshnunna) y sus viejos aliados (Larsa y Mari). Finalmente ataca
          a Asiria y Elam, pero no logra someterlas.
           Esta unificación tuvo una duración muy
          corta y sólo afecto a los antiguos países de Sumer y Akkad. Sin embargo esta
          unificación terminará para siempre con el esquema de las ciudades-estado,
          formándose el concepto de un país (Babilonia) heredero de Sumer y Akkad, que
          con el tiempo se contrapone con Asiria (que se encuentra en la Alta
          Mesopotamia).
           La influencia amorrita es todavía muy
          grande, y Hammurabi lleva el título de rey de Martu (amorreos) además de rey de
          Sumer y Akkad. A fines de la I Dinastía babilónica los amorritas serán
          definitivamente asimiliados.
           Administración y Economía:
           
            La gran actividad bélica llega a
          asignar un gran volumen de tierras de las provincias conquistadas a los
          soldados y veteranos.
             Se empieza a manifestar una crisis
          agrícola, producto de la creciente salinización, el exceso de irrigación y
          explotación, y la competencia del uso del agua entre las regiones aguas arriba
          y aguas abajo. Por esto el centro de gravedad se desplaza al norte (a
          Babilonia). La intervención del rey, con la creación de infraestructura, alivia
          las dificultades pero en el extremo sur (el País del Mar que forma una entidad
          política separada), el proceso de desurbanización esta avanzado, así como la formación
          de pantanos.
           En la
          sociedad se manifiestan dos tendencias: 
             - Un sector privilegiado que tiende a lograr la independencia económica (originariamente vinculados a los sistemas organizativos). Los privilegiados (escribas, sacerdotes, mercaderes) tratan de escapar del control real. El templo y el palacio ya no tienen un sistema de prestación de servicios de especialistas. La centralización es más impositiva que laboral. - Los grupos más vulnerables tienden a la servidumbre (originariamente familias libres
          que no dependían del palacio). Estos van a formar las nuevas clases de
          dependientes (mushkenum) del rey, que son aquellos desposeídos de sus tierras
          que se dirigen al estado para desempeñar funciones de mano de obra no
          especializada como soldados, colonos agrícolas, pescadores, pastores recibiendo
          a cambio el sustento diario.
           Los ciudadanos no pueden ser esclavos,
          pero sí pueden siervos por deudas durante un período. Los esclavos se adquieren
          como botín de guerra o se compran en países extranjeros.
           La reforma religiosa:
           Se produce una completa
          restructuración del panteón que refleja las preferencias amorritas por las
          divinidades de carácter astral. El dios principal es Marduk (dios de
          Babilonia), y para esto es asociado a las grandes divinidades. Se lo convierte
          en hijo de Ea (dios de la sabiduría), sustituye a Enlil (poema de la creación).
          Este proceso comienza en la época de Hammurabi pero culminará en la época
          casita.
           Fin de la I Dinastía: fue
          provocado por una incursión hitita al mando de Mursilis I, quien en 1595
          saquea la ciudad  Esta situación es
          aprovechada por las tribus casitas de los Zagros para apoderarse de toda la
          Baja Mesopotamia.
           
 
           
           Su sucesor, Mursilis I vuelve consigue
          destruir el reino de Yamkhad y consolidó su presencia en el norte de Siria.
          Luego, hacia el 1595 se dirige al sur y saquea Babilonia, poniendo fin a la I
          Dinastía y luego se retira. Se supone que hizo esto para prestar ayuda al reino
          de Khana (que dominaba el Eufrates Medio) quien posiblemente hubiera colaborado
          en la destrucción de Yamkhad.
             El
          sucesor de Mursilis I, Khantili debe enfrentarse a los hurritas en el Eufrates,
          pero pierde el norte de Siria que pasó a forma parte del nuevo y poderoso reino
          de Hurri. De esta manera pasó lo mismo que en Mesopotamia. La destrucción de
          Yamkhad creó un vacío en el norte de Siria que fue llenado por una potencia
          distinta de la que lo había provocado.
             Con el próximo rey, Ammuna, surgen
          dificultades internas (cosechas insuficientes, ataques de los gasga) y se
          pierden muchos territorios. En el sudoeste surge el reino de Arzawa y en el
          sudeste el de Kizzuwatna (de población luvita y gran influencia hurrita)
           Economía y Sociedad:
           El reino hitita es muy rico en
          recursos naturales pero escaso en mano de obra. A lo largo de toda la historia
          hitita y desde el reino antiguo se plantea el problema de la despoblación del
          campo y la necesidad de recurrir a expediciones militares para conseguir mano
          de obra (prisioneros deportados) para llenar los vacíos que constantemente se
          forman en el interior del país.
           
           La población libre, repartida en
          aldeas, posee sus propias estructuras de autogobierno reconocidas por el rey.
          Tienen un alcalde y un consejo de ancianos (encargados de los asuntos
          judiciales) cuya función con el palacio es la de prestar servicios laborales,
          militares, y entregar parte de lo producido.
           El palacio, en las situaciones
          económicamente y socialmente cambiantes, donde se manifiestan las fuertes
          autonomías locales, tiene dificultades para mantener el control y la
          supervisión de las tierras y sus dependientes.
           El gran problema de la monarquía
          hitita es la unificación de un país que posee una fuerte tendencia a la
          fragmentación en comunidades de aldea, debido a una profunda tradición
          histórica y cultural.
           El sistema Hatti de transmisión
          hereditaria sería de tipo matriarcal y fratriarcal (el heredero es el hijo de
          la hermana) y el sistema hereditario indoeuropeo es patriarcal. La síntesis
          hitita consistirá en la búsqueda de una conciliación entre ambas tradiciones, y
          gran parte de las disputas y enfrentamientos entre la realeza es por esta
          causa.
           El Imperio Medio Hitita (1500–1400)
               Hacia el 1500 llega al trono Telebinu
          quien asigna tierras reales en forma definitiva a los dependientes del palacio,
          quienes tienen la obligación de mantenerse leales (en vez de prestar un
          servicio al palacio). De esta manera el rey trata de estrechar lazos con la
          clase dirigente, impulsando el proceso de unificación y estabilización. También
          trata de regular la sucesión al trono, estableciendo que el hijo mayor del rey
          y de la reina (esposa de primer rango) tiene preferencia. Luego están los hijos
          de segundo rango y por último los yernos. Esta reforma no surte efecto ya que
          después de Telebinu las intrigas dinásticas continúan y se agudizan.
             Hacia 1450 llega al trono Tudjaliya
          II que intensifica la actividad militar y política del reino hitita, alterando
          el equilibrio de estados. Combate victoriosamente a Arzawa, a los gasga, a
          Ishuwa, y logra el control de Kizzuwatna y Aleppo mediante tratados. Sin
          embargo, en su rápida expansión el reino no ha tendio tiempo de consolidarse en
          las zonas marginales. Su sucesor Arnuwanda I realiza muchos pactos internos,
          donde las relaciones ya no son paritarias sino de subordinación. Todo el
          sistema se basa en el juramento de fidelidad personal.
             Su sucesor Hattusili II pierde el
          control de Allepo y Kizzuwatna, que vuelven al dominio de Mitanni y todo el
          oeste anatólico vuelve a ser independiente bajo el control de Arzawa.
           
           El Imperio de Mitanni (1600–1300)
            
           Uno de los factores que favorece la
          unificación de los reinos hurritas de la Alta Mespotamia es la corriente
          tecnológica indoirania, que introduce el carro tirado por caballos. Esta
          técnica se difunde rápidamente y en las guerras sirio-hititas de Hattussili I,
          ambos bandos ya los utilizan.
           La onomástica de la casa real de
          Mitanni es claramente indoirania (como si tratara de relacionarse a los
          monarcas con la gran innovación bélica del momento, aunque los gobernantes no
          tuvieran este origen).
           Otro
          elemento que favorece la expansión (no la unificación) de Mitanni es la
          destrucción del reino de Yamkhad por los hititas, que luego son incapaces de
          ocupar el vacío político que se forma en el norte de Siria (relacionar con el
          caso de Ebla) y este espacio es ocupado por Mitanni. También aprovecha la
          profunda decadencia de Asiria luego del reinado de Ishme-Dagan, logrando
          incorporarla a su zona de influencia.
           Conflicto con Egipto:
           Tutmosis I (1506–1494) realiza una
          profunda incursión sobre el territorio de Mitanni, llegando hasta el Eufrates,
          pero esto es un hecho efímero y tras este reinado Mitanni recupera rápidamente
          el control de la región. Tutmosis III (1468–1436) tras repetidas campañas
          logra consolidar una frontera desde Ugarit hasta Qadesh. En este momento, dada
          la decadencia hitita y casita, Mitanni es el estado más poderoso de Medio
          Oriente y el único capaz de enfrentarse a Egipto.
              Shaushtatar (contemporáneo de Tutmosis
          III) consigue que la potencia mitana llegue a su apogeo, sometiendo a Asiria y
          a Kizzutawa (grandes reinos de la época) al rango de reinos vasallos.
           Durante el reinado de Tutmosis IV
          (1412–1402) Egipto y Mitanni firman un tratado de paz, reconociéndose las
          fronteras y estableciendo lazos matrimoniales: una hija de Artatama I (sucesor
          de Shaushtatar) se casa con Tutmosis IV. Para Egipto este tratado es muy
          ventajoso porque conserva sus territorios en Siria-Palestina y la paz con
          Mitanni aleja todo peligro de esta frontera. Mitanni también aprovecha esto y
          puede concentrar sus esfuerzos sobre el territorio anatólico, aunque la llegada
          de Subiluliuma al reino hitita es el comienzo del fin para Mitanni.
             Conflicto con Hatti y Asiria:
           Bajo el reinado de Subiluluima (1380–1346), los hititas conquistan todos los súbditos hurritas y egipcios de
          Siria. Además, aprovechando conflictos dinásticos en el propio Mitanni favorece
          la posición del pretendiente Shattiwaza contra Artatama II (quien a su vez es
          apoyado por Asiria). Una expedición hitita convierte a Mitanni, que debe ceder
          todos sus territorios al oeste del Eufrates. Esta fase dura poco porque los
          reyes asirios atacarán constantemente a los hititas en Mitanni, y como se halla
          en una posición más ventajosa que los hititas para enviar ejércitos a la Alta
          Mesopotamia, estos van perdiendo posiciones y finalmente se retiran al otro
          lado del Eufrates. La última etapa de la historia mitana es la de sometimiento
          a Asiria, que en el siglo -XIII culmina con la anexión directa.
             Sociedad:
           La población
          de Mitanni se divide en cuatro categorías:
           - Una elite militar: los conductores
          de carros (Maryaannu)
           - Otros dependientes del palacio, pero
          de rango menor (Ehele)
           -
          Los campesinos libres (Hupsu). Deben prestar servicios (militares y de trabajo
          agrícola) en las tierras del palacio. Los campesinos libres se encuentran
          profundamente endeudados. Muchas veces deben vender sus tierras y trabajar como
          colonos sometidos al nuevo propietario. Este tipo de compras se presenta bajo
          la ficción de la adopción. El adoptado entrega un regalo (un préstamo) al
          adoptador y el adoptador entrega una cuota de herencia. Una vez fallecido el
          “padre”, en el momento del reparto de la herencia se recupera el préstamo. Los
          adoptadores son pequeños propietarios, mientras que los adoptados son ricos
          terratenientes. Como las tierras son familiares, sus poseedores están obligados
          a transmitirlas en el ámbito de su familia. Por esto se crea la ficción de la
          adopción, para permitir la venta generalizada de tierras.
             - Los pastores libres (Haniahhu)
           El rey ya no es presentado como una figura
          paternal, que cuida los intereses de los campesinos, sino que se aprovecha de
          las dificultades de los mismos, para aumentar sus propiedades y su poder. La
          corrupción es muy común en el ámbito de la justicia.
           
 El Imperio Nuevo Hitita (1380–1200)
            
           Subiluliuma puso en los reinos de
          Aleppo y Karkemish a dos de sus hijos, mientras que en las ciudades sirias que
          se habían sometido espontáneamente permanecieron las dinastías locales (Ugarit,
          Amurru) que firmaron tratados de vasallaje.
           Mursil II (1345–1315) debe hacer
          frente a una grave crisis cuando los territorios sirios se sublevan. Los
          egipcios aprovechan la situación y Horemheb (1333–1305) choca con los
          hititas pero es rechazado, aunque conserva Palestina. Mursil II restablece el
          orden en Siria, realiza cambios de dirigentes locales y firma varios tratados.
          En el oeste de Anatolia se enfrenta al reino de Arzawa (que mantenía una
          situación de dominio sobre los otros reinos de la zona) y logra finalmente el
          control de todo el oeste. En el norte, el territorio gasga sigue fuera del
          control hitita.
             Durante el reinado de Muwatalli (1315–1296) Salmanasar I (rey de Asiria) invade el reino de Mitanni y este reino
          pasa a la órbita asiria bajo el nombre de Hanigalbat, pese a la ayuda hitita.
          El Eufrates se convierte en la frontera entre ambos imperios. Egipto también se
          recupera y vuelve a disputar el control de Siria. Se produce la batalla de
          Qadesh que marca un virtual empate entre ambos imperios.
             A la muerte de Muwatalli se
          desencadena una crisis dinástica, y finalmente accede al trono su hermano,
          Hatusili III (1289–1265) quien cambia la política exterior y firma un
          tratado de paz (1258) con Ramsés II. Esto representa un éxito para Hatti
          porque se reconoce su igualdad con Egipto, algo impensable para los faraones de
          la Dinastía anterior (la XVIII). En cambio el problema asirio se agudiza.
             Durante el reinado de Tudhaliya IV
          (1265–1235) los asirios anexan directamente el territorio de Hanigalbat
          bajo Tulki-Ninurta I. Estalla la guerra, aunque no llega a amenazar seriamente
          al imperio hitita.
             Pero en los 40 años siguientes la
          situación se vuelve caótica. Toda la zona siria queda bajo la influencia del
          reino delegado de Karkemish, por la consolidación de privilegios concedidos
          cuando la situación no era grave. En anatolia el sistema de alianzas se
          quiebra. El gran rey se mantenía porque estaba sostenido por la lealtad de
          todos sus súbditos y vasallos, y cada uno de estos contaba con el apoyo del rey
          hitita. Pero cuando el rey pretende lealtad de sus súbditos, pero no existe
          contrapartida, esta obligación ya no es fruto del interés mutuo y se resiente.
          El país, exhausto por el esfuerzo de mantener el control sobre extensos
          territorios, el vaciamiento interno y una grave crisis internacional llevará a
          la desaparición de este imperio, hacia el 1200.
             Quizá el vacío demográfico tenga que
          ver con las causas de la caída del imperio, y no podemos atribuir la
          destrucción de Hattussas a los pueblos del mar ya que se encuentra muy apartada
          de su aparente ruta de acción. Quizá hayan sido los frigios, que cuando vuelve
          a haber documentación se encuentran instalados en el antiguo país de Hatti.
          Cuando se desmorona el estado hitita, en el vacío demográfico de Anatolia
          central se introducen con mayor facilidad algunos pueblos llegados desde
          occidente, mientras que los luvitas e hititas del sudeste logran sobrevivir por
          algún tiempo.
           Tratados:
           El modelo de imperio comercial
          característico del III milenio (Akkad, III Ur), no se puede aplicar al imperio
          hitita. El imperio se mantiene unido por una red de relaciones de
          subordinación. El estado hitita aplia a sus relaciones exteriores los mismos
          principios que rigen las relaciones internas. Es fundamental el juramento
          personal que vincula al rey pequeño con el grande.
           El rey hitita se compromete a mantener
          en el trono al pequeño rey fiel y a transmitirlo al hijo designado como
          sucesor. Por su parte, el pequeño rey se compromete a pagar un tributo anual,
          proporcionar tropas y devolver a los fugitivos. Los reinos importantes como
          Kizzuwatna y Mitanni obtienen algunas concesiones (como no pagar tributo) pero
          no son tratados paritarios. El único es el firmado con Egipto. Este es único en
          su género y es la reutilización de los tratados paritarios con los estados
          anatolios del siglo XV, que luego pasaron a estar subordinados.
           El tema de los fugitivos (esclavos, deudores, delincuentes, oponenetes políticos) es muy importante. En el caso de los esclavos, miles de prisioneros son conducidos desde las zonas vencidas para llenar los vacíos demográficos que se crean constantemente en la meseta central del territorio hitita (Frigia y Capadocia). Dentro de la justificación ideológica
          de la monarquía hitita es muy importante demostrar tener la razón. Quien tiene
          la razón obtendrá la victoria porque contará con el apoyo de los dioses y
          demostrará, al vencer, que tiene razón. Estos son mensajes de autojustificación de
          un rey que tiene grandes problemas domésticos (entre su propia familia y con
          los reinos vasallos)
           En el ámbito militar, el rey encabeza
          personalmente las grandes campañas que pueden darle notoriedad internacional.
          Esta función militar está relacionada con los ideales heroicos, cuando el rey
          (que pertenece a la aristocracia militar) tiene que demostrar a la población y
          a sus posibles rivales, que es el mejor y más valiente guerrero.
           En el ámbito religioso, el rey concentra
          en la capital los cultos locales y debe peregrinar por las localidades
          periféricas para reafirmar su función de sacerdote de todos los cultos del
          reino.
           
 El Reino Medio Asirio (1366–1208)
            
           Con Adad-Nirari I (1307–1275)
          Asiria reanuda su expansión y convierte en tributario el reino mitanio debido a
          que los hititas no fueron capaces de proporcionar una adecuada ayuda a este
          reino vasallo. Con Salmanasar I (1274–1245) se cambia de política, pasando
          a un control directo, por lo que se termina la autonomía de Hanigalbat (o
          Mitanni) y la dinastía local es reemplazada por un funcionario asirio. Luego
          comienza un proceso de sustitución de la población vencida por población
          asiria, y esta colonización sumada a las deportaciones y a la unificación
          administrativa hizo que la asimilación asiria de la Alta Mesopotamia fuera
          rápida.
             El imperio llega a su apogeo con
          Tutulki-Ninurta I (1244–1208) quien penetra en el sector de los Zagros,
          zona de vital importancia para Asiria por sus riquezas de recursos (madera,
          cobre, caballos) y asegura el abastecimiento de estos recursos estratégicos.
          Más allá del alto Tigris, comienza a formarse una agrupación de estados para
          hacer frente a la expansión asiria en el país de Urartu. También combate contra
          el reino casita, conquistando Babilonia hasta el Golfo Pérsico. A su muerte,
          Babilonia recupera la independencia y Asiria atraviesa una serie de conflictos
          internos.
             Luego de esto comienza el período de
          eclipse que envuelve a todo el medio oriente, aunque Asiria logra conservar
          intacto su núcleo interior.
           La Sociedad y el Estado:
           El estado medioasirio es distinto de
          la ciudad-templo protodinástica, de la ciudad comercial paleoasiria y del
          efímero imperio de Shamshi-Adad I. Ya no es un centro de tránsito entre el sur
          mesopotámico y la periferia sino que es el centro del mundo.
            La sumisión de los pueblos circundantes
          es presentada como un acto de defensa propia, de justicia y civilización. El
          vencedor necesita mostrar que se ha visto obligado a someter al adversario,
          actuando en defensa de la paz, la justicia y la libertad.
           El paso de las actividades comerciales
          a las agrícolas, lleva a la formación de una clase de grandes terratenientes
          que reciben tierras por concesión real. Son los miembros de la aristocracia
          militar y administrativa.
           La población
          está dividida en tres grupos:
              - Los dependientes del palacio
           - Los campesinos libres de las aldeas
          (hupsu). Se están convirtiendo en una clase servil, desposeía de sus tierras.
           - Los beneficiarios de las tierras del
          palacio. Son la clase privilegiada.
           El ejército
          está formado por hombres de estas tres clases sociales.
           
 
           
           Si bien pronto se inserta en el
          concierto de los estados poderosos y establece relaciones con reinos como
          Egipto (Siglo XV), su capacidad de maniobra es muy limitada porque se
          encuentra aparteada del centro de los contactos, desplazado hacia el oeste.
          Babilonia es un elemento secundario del escenario internacional, perdiendo su
          antiguo protagonismo.
           Entre 1350 y 1250 el reino babilónico
          trata de contener el avance asirio y el de Elam, y mantiene buenas relaciones
          con el reino hitita, que son eminentemente comerciales. El tráfico pasa por el
          Eufrates Medio apra evitar la zona asiria, pero es obstaculizado por los
          nómades.
            La ocupación asiria durante el reinado
          de Tutulki-Ninurta I (1244–1208) también permite que entre en escena la
          potencia elamita. Luego de la muerte del rey asirio, Babilonia recupera su
          independencia pero debe enfrentar el problema elamita. Finalmente el rey
          elamita Kutir-Nakhunte conquista Babilonia y saquea la ciudad, poniendo fin a
          la dinastía casita.
             La crisis demográfica:
           A partir del 1500 se produce un
          brusco descenso demográfico en el centro y sur de Mesopotamia. Algunas zonas
          periféricas como el curso medio del Eufrates quedan casi despobladas,
          acentuando el aislamiento de Babilonia. Esta
          disminución de población afecta más a las ciudades que a las aldeas, y la
          unificación ha reducido la importancia de los centros urbanos. Las otras
          ciudades son capitales provinciales y sobre todo ciudades-templo, volviendo a
          la función que habían tenido en la edad neosumeria ya que los templos
          constituyen células productivas y redistributivas de una organización política
          demasiado amplia como para dirigir de forma centralizada los asuntos
          económicos. Los templos son las agencias administrativas. El
          descenso demográfico se debe a causas antiguas (agotamiento y salinización de
          los suelos, colapso de las redes de canales) y a los efectos de las
          destrucciones bélicas, la inestabilidad política y las invasiones.
             La sociedad:
           Durante
          la época casita llega a Babilonia la técnica de combate con carros y caballos.
          Surge una casta de guerreros profesionales, a los que el rey concede
          importantes propiedades rurales (¿Pasa esto en todas las sociedades de la
          época?, ¿Modifica las estructuras sociales?
             A los latifundios administrados por
          los templos se suman las nuevas propiedades asignadas por el palacio a la
          aristocracia militar
           La población rural está cada vez más
          empobrecida y ya no disfruta de la consideración política que había tenido en
          la época paleobabilónica. Además, el proceso de agudiza. En un primer momento
          perdieron sus tierras y comenzaron a trabajar como asalariados por temporadas.
          Ahora su condición pasa a ser de dependencia permanente, de carácter servil ya
          que trabajan por la ración diaria, dependiendo de los templos.
           Los antiguos especialistas son cada
          vez más independientes económicamente. Esto, unido a la transmisión hereditaria
          de las asignaciones de tierras del palacio da origen a latifundios importantes
          fuera del control de las grandes administraciones públicas.
           Antes,
          las ciudades estaban habitadas por dependientes del palacio y del templo,
          mientras que en el campo estaban las comunidades libres de pequeños
          propietarios. Ahora, las ciudades están habitadas por funcionarios bastante
          libres y el campo está completamente sometido a ellos o al templo.
             Durante este período se busca
          conservar las grandes obras de los maestros del pasado, aunque también se
          producen obras caracterizadas por el pesimismo y el individualismo. El
          individualismo, que en épocas florecientes tiene un carácter heroico, en épocas
          de decadencia es antiheroico. Se reafirma la convicción que hay una relación
          entre el comportamiento y el éxito (de lo contrario habría que dudar de la
          justicia divina).
           En la religión al igual que en casi
          todos los ámbitos, la penetración de elementos casitas es muy escasa. Los
          exorcismos, amuletos, fórmulas mágicas son importantes y desplazan el eje de la
          religión de las relaciones políticas a las interpersonales (y sobre todo a las
          intrapersonales).
           
           El reino Medioelamita (1205–1100):
            
           Luego de la destrucción del reino
          casita por Kutir-Nahunte se forma un nuevo reino con capital en Isin. Babilonia
          queda convertida a estado vasallo de Elam que se anexó el Diyala, quedando sin
          conquistar solamente Asiria (muy reducida) y el sur de Mesopotamia, dominado
          por la II Dinastía de Isin. Sin embargo esta hegemonía iba a durar poco porque
          hacia el –1100 Asiria e Isin vuelven a tomar la iniciativa y recuperan todos
          sus territorios. Nabucodonosor I (rey de Isin, 1126–1105) ataca a Elam y
          llega hasta Susa. Una etapa de 300 años de oscuridad (1100–700) marcan la
          separación entre el reino medio y el neoelamita.
             
           II Dinastía de Isin (1150–1027):
            
           Gran parte de las rutas
          interregionales no pueden ser utilizadas debido a los desplazamientos de
          nómades. Las dos rutas tradicionales son impracticables: 1) la del Eufrates
          Medio que se dirige a Siria, 2)la del Golfo Pérsico que va a Dilmun. Sólo
          funciona la que atraviesa los valles del Zagros.
            Mientras continúa el interminable conflicto
          con Asiria, el avance arameo deja parte del territorio rural fuera del control
          administrativo central. A partir del –1027 se suceden muchas dinastías de
          efímera duración
           
           Hacia 1150 esta región se encuentra
          presionada por las infiltraciones de los arameos en la Alta Mesopotamia, los
          últimos coletazos de la invasión frigia en Anatolia, y el avance elamita sobre
          los Zagros. Assur-resh-ishi I (1133–1116) aprovecha la destrucción del
          poderío elamita hecha por Nabucodonosor I, comienza a rechazar las incursiones
          arameas y a disputar a los babilonios los cursos medios del Tigris y el
          Eufrates.
              Su sucesor, Tiglatfalaser I (1115–1071) comienza a actuar en las zonas montañosas del Zab, a fin de conseguir materias
          primas. Para esto derrota a los mushki (frigios) y recupera Alzi. Luego realiza
          expediciones al Mediterráneo, aunque sólo asegura su control desde Asiria hasta
          el Eufrates, atacando a las tribus arameas. Finalmente ataca Babilonia y saquea
          el país, pero luego se retira consciente de que no puede mantener un control
          militar ni administrativo del país. Luego de su reinado comienza un nuevo
          período de oscuridad.
             
           
               - Demográfico: Babilonia
              - Político: en Babilonia y Elam se produce una gran inestabilidad política que no
          afecta a Asiria. La situación de disgregación política ha hecho que las
          ciudades se organicen por su cuenta. La explotación de los recursos locales no
          corre a cargo de los gobernadores reales sino a los organismos del templo,
          logrando de los reyes una gran autonomía. Administran la justicia y los asuntos
          corrientes de las ciudades.
             La Recuperación Asiria:
                 
             Se produce un cambio en las tácticas
          de guerra y el ejército se parece a una caravana que iba reuniendo a su paso el
          impuesto de las poblaciones sometidas o incapaces de resistir. Esto pronto se
          convertiría en la finalidad de una expedición militar.
             Otro cambio que se produce es la
          crueldad y ferocidad con la que se manejaba el ejército asirio. Si bien esta
          forma de actuar era ordenada directamente por los reyes como Assurnasipal II,
          883–859. Debido al terror que inspiraba su ejército, en una de sus expediciones
          tuvo la posibilidad de llegar hasta el líbano, donde las ciudades fenicias se
          apresuraron a dar tributo. Pero estos territorios no eran anexionados,
          solamente se limitaban a pagar un tributo.
             Este
          resurgimiento asirio, que acabó con la oleada de nómades, favoreció a Babilonia
          que pudo poco a poco volver a recuperarse.
           Salmanassar III (858–824)
          estimulado por la campaña de su padre, intenta apoderarse de los países
          mediterráneos, apoderarse de sus riquezas y acabar con la amenaza aramea. Sin
          embargo, pese a algunos éxitos iniciales, el terror incitaba a la alianza entre
          los estados sirio-palestinos que frenan obstinadamente su avance una y otra
          vez.
             Adad-nirari III (810–783) sometió
          a tributo a Hatti (el norte de Siria), Amurru (centro de Siria), Aram
          (Damasco), Tiro, Sidón, Israel, Edom y Filistea. Sin embargo, la expansión del
          reino de Urartu en el norte iba a frenar la expansión asiria y retardarla
          algunos años.
             
           
           Una
          explicación para estas conquistas es la utilización de una política de
          ocupación permanente, a diferencia de las expediciones aisladas de sus
          antecesores (destinadas a conseguir un botín). Establece una guerra de
          conquistas y el territorio ocupado es incluido en los límites de Assur y se
          establecen guarniciones militares permanentes en esos territorios. Para esto
          utiliza contingentes extranjeros.
           Comienza
          la política de deportaciones para impedir revueltas que contribuyó a la
          aramización del imperio.
           Durante los reinados posteriores se
          producirán continuas rebeliones en Siria y Babilonia, muchas de ellas
          instigadas por Egipto, el cual es invadido repetidas veces (674; 671; 666).
          Finalmente, la belicosa Dinastía XXV cushita cae y es reemplazada por una
          egipcia, encabezada por Psamético I.
               En cuanto a Urartu, Sargón II emprende
          una expedición contra ese país en 714 y aunque no logra someterlo, deja de ser
          una amenaza para Asiria.
             Elam, que había recuperado su
          potencia, es atacado y la ciudad de Susa incendiada en 645.
             Entre 627 y 612 se produce una sucesión
          ininterrumpida de guerras civiles en Asiria, y cuando intervienen los medos el
          país ya estaba exhausto. En 626 Babilonia recupera su independencia bajo una
          dinastía caldea y en 625 Ciaxares logra unificar a las tribus escitas y
          persas. Finalmente ambos estados se convierten en aliados y atacan la capital
          asiria, Nínive en 614. Finalmente, los últimos restos del imperio asirio y sus
          aliados egipcios son derrotados en Harran (610).
             Religión y Administración:
           El rey de Asiria era el administrador y
          sacerdote del dios nacional Assur, y su deber era ampliar el territorio de
          dominio del dios. Todos los países debían reconocer la autoridad de Assur y si
          no lo hacían se convertían en sus enemigos. Por lo tanto, ningún estado fue
          tratado como un igual, excepto Babilonia.
           La administración asiria disponía de
          informes detallados de todo lo realizado por los funcionarios asirios.
           
           
 |