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PRIMERA PARTE

LA GUERRA DE SATÁN

1

FIN DEL CAMINO

(08 / 09 / 10 / 02/ 22)

 

Estaba próxima la Pascua de los judíos, y subió Jesús a Jerusalén. Encontró en el Templo a los vendedores de bueyes, de ovejas y de palomas, y a los cambistas sentados; y haciendo de cuerdas un azote, los arrojó a todos del templo, con las ovejas y los bueyes; derramó el dinero de los cambistas y derribó las mesas; y a los que vendían palomas les dijo: Quitad de aquí todo eso y no hagáis de la casa de mi Padre casa de contratación. Se acordaron sus discípulos que está escrito: "El celo de tu casa me consume". Los judíos tomaron la palabra y le dijeron: ¿Qué señal das para obrar así? Respondió Jesús y dijo: Destruid este templo, y en tres días lo levantaré. Replicaron los judíos: Cuarenta y seis años se han empleado en edificar este templo, ¿y tú vas a levantarlo en tres días? Pero Él hablaba del templo de su cuerpo. Cuando resucitó de entre los muertos, se acordaron sus discípulos de que había dicho esto, y creyeron en la Escritura y en la palabra que Jesús había dicho.

 

CREER O NO CREER

 

Nadie comienza su vida por el final. El Principio es el origen de todas las cosas. Sin principio no hay final. Los Tres primeros evangelios siguen esta ruta; la lógica imprime su ley.

Contra aquellos que quieren ver en la Mente de los Apóstoles una Razón privada de estructura filosófico greco-romana habrá que decirles que mucho antes de que Roma descubriese el mundo de Atenas ya Jerusalén había quedado impregnada de la gloria de las estrellas de la Edad de Oro de la Filosofía Helena. Esta marca se ve claramente en el Ateísmo de los Sumos Sacerdotes del Templo Jerusaleño en el origen del desprecio de Antíoco IV y su pueblo contra la religión de los Judíos.

Al igual que los Cristianos hicieron mucho después, penetrando en el mundo de la estructura filosófica greco-romana para defender sus Verdad, los Judíos hicieron otro tanto durante los tiempos anteriores al Cristianismo, como medio de renovar su teología bíblica. Renovación que operó el efecto contrario al buscado, como se ve bien en el Ateísmo de Flavio Josefo, para quien el Dios de Moisés no pasaba de ser un fetiche, un amuleto sin realidad cosmológica ninguna. Ateísmo que no se inventó Flavio Josefo, sino que estaba vigente durante los días de Jesús, y de aquí que siendo testigos de su Todopoder no pudieran creer en lo que estuvieron viviendo. Desbordados por lo que vieron y oyeron no pararon de buscarle una explicación racional a lo que no tenía explicación natural de ninguna clase. Quien tuvieron delante era el Hijo Todopoderoso de Dios al sonido de cuyo Verbo la Materia, el Espacio y el Tiempo se detienen y obran acorde a su Voz. “HAYA LUZ”, y la LUZ se hizo.

Sería estacionado en esta Verdad Invencible que San Juan abrió su Evangelio por el Final. A diferencia de sus Hermanos Divinos, Juan extiende el Principio al Origen de los Cielos y de la Tierra, y sabiendo, porque lo había visto con sus ojos, que aquel que dijo HAYA LUZ, era el mismo JESÚS con el que había caminado de pueblo en pueblo durante tres años, Juan se olvida del hijo del Hombre para presentarnos al Hijo de Dios.

Los Discípulos habían vivido anclados en la imagen popular sobre el Mesías, y hasta el último momento habían creído que el Final del Mesías sería sentarse en el Trono de David. Fue subido en esa Imagen popular que las multitudes saludaron al hijo de David y aclamaron Bienaventurado al que venía en Nombre del Señor. Los hechos no mienten, tanto las multitudes que le vieron entrar en Jerusalén montado en un pollino cuanto sus propios Discípulos vivieron la Idea de que durante aquella Semana Santa Judía el Maestro se declararía Hijo de David delante de las Autoridades Sagradas del Templo, éstas le reconocerían como al Heredero del Trono de Salomón y el Reino del Mesías sería proclamado en desafío al Imperio de Roma.

Quienes habían vivido su Poder sin límites no tenían ninguna duda sobre la Victoria de JESÚS sobre el César, de Jerusalén sobre Roma. Durante esa Semana Grande del Año 33 de la Era que lleva su Nombre, por fin, la respuesta final del hijo de David al grito de “REY REY REY” que JESÚS había dilatado, por fin, iba a ser escuchada entre los muros del Templo, de donde el Maestro saldría investido de la Corona de David.

Las multitudes, que aquella Semana Santa llenaron las calles de la Ciudad Santa y rodeó sus muros como ejército en asedio a la espera de su la Orden de su Rey, saludaron a su Salvador con el pecho henchido de una Alegría que exultaba ALELUYAS. Y hasta las piedras por las bocas de los niños se dejaron llevar por el grito Popular : “Bendito el que viene en nombre del Señor” … sin saber que quien “venía” era el SEÑOR en persona.

San Juan escribe su Evangelio con pleno Conocimiento de esta Realidad, quien entró en Jerusalén aquella Semana Santa era el Señor en persona, el Todopoderoso Hijo de Dios que con su Verbo creó los Cielos y la Tierra. Por esto abre su Evangelio diciendo “Y EL VERBO SE HA HECHO HOMBRE”, y desde este Conocimiento saltó inmediatamente al Final. Pues este Final era el que ÉL tenía en mente desde que comenzó su Predicación. Y aunque muchas veces Les dijo: “He de morir para resucitar”, la sola idea de que alguien pudiera ponerle la mano encima al Todopoderoso Hijo de Dios, al sonido de cuya Voz las tormentas se calmaban y los muertos se levantaban de su tumba, la sola idead de imaginar que alguien pudiera ponerle la mano encima al Todopoderoso Hijo de YAVÉ DIOS, la sola idea era ridícula.

Entre aquellas Multitudes que le aclamaron y llenaron aquella Jerusalén durante aquella Semana Sanata se hallaban el sin número de personas que vivieron en sus carnes el Poder del Verbo hecho Hombre.

Bastaba una palabra Suya para que esa multitud de Testigos invadiesen el Templo y obligasen al Sumo Sacerdote proclamarle, a su Salvador, el Heredero de la Corona y Trono de David, y ni Roma con todo su Imperio, ni todos los imperios reunidos en el mundo podrían impedir su Coronación, devenir su Ejército y seguirle a la Conquista del Mundo. Una sola Palabra suya era todo lo que necesitaban oír…

Pero lo que oyeron no fue una Palabra sino un Grito que como un Fuego le salió de las entrañas y, en un momento para la eternidad, consumió esa Imagen de un Hijo de David dirigiendo el ejército de todos sus Creyentes a la Conquista del Mundo.

La Escena fue tan impresionante, ser testigo, ver al Todopoderoso Hijo de Dios en plena Cólera, cegó todas las fuentes de aquella esperanza alucinante que en sus corazones había despertado Aquel ante cuya Voz la Muerte misma se retiraba.

Confundida, arrojada de golpe de la luz a las tinieblas, aquella multitud sintió la misma frustración de aquel Adán quien, soñando un Futuro en estado paradisiaco perpetuo, de la noche a la mañana se encontró delante de las puertas del Infierno, y por su Culpa, su Mundo se veía arrastrado al abismo de la Guerra Fratricida Mundial hasta la destrucción de toda vida en la Tierra.

¿Qué había pasado? ¿Qué estaba pasando? ¿Era una alucinación? Creían que el Mesías había venido a reclamar lo que era Suyo, la Corona y Trono de Adán, el Mundo a sus pies, y de pronto se encuentran delante de una Declaración de Guerra Suya contra el Templo de Jerusalén.

¡Horror, tinieblas, desesperación, tierra tráganos, que se conviertan las aguas de las fuentes en vino, y en la intoxicación encontremos el cementerio donde cavarle una tumba a la ilusión: “Jerusalén, la Nueva Roma Imperial”!

Lo mismo que las Multitudes que clamaron Aleluya, los Discípulos vivieron esa Caída en la Confusión absoluta. Todos salieron corriendo. En un instante el sueño se había convertido en pesadilla. JESÚS se quedaba solo ante el Mundo…

Lo demás es conocido. Cruz, Muerte y Resurrección.

Pero esta no es la Hora de las Lamentaciones, es la Hora de abrir la Puerta y entrar y ver qué vivió ese SEÑOR Todopoderoso a quien una sola Palabra le hubiese bastado para darle a la Historia universal un Camino acorde a su Voluntad, y, sin embargo, eligió hacer la Voluntad de su Padre Divino: Vencer a la Muerte delante de la Casa de Dios entera.

¿Quién puede romper los muros de la Muerte sino quien es Dios Verdadero? ¿Y cómo romper los muros de esa Cárcel Invencible si no dejándose encerrar entre sus muros?

La Necesidad de la Muerte de Cristo era Divina. Dios tenía Necesidad de abrir la Veracidad Increada de su Hijo delante de la Creación entera, darle Fin a la Duda que una vez se abrió paso entre los hijos de Dios sobre la Naturaleza Divina del Primogénito del Dios de dioses, y de tal forma darle Fin que cualquier Pensamiento que abriese esa Duda fuese una Sentencia de Pena de muerte contra su autor o autores, fuesen hijos de Dios o siervos.

La única manera de establecer la Divinidad de su Hijo era haciendo lo que solo Dios puede hacer: Vencer a la Muerte, Resucitar de entre los muertos. Y no por el Poder de su Padre, sino por Poder propio.

“Dios estaba en Él. ÉL Era Tú-Dios”. ¿Tenía alguna Duda el Hijo de Dios sobre su Propia Veracidad Divina? ¿Iba a negarse a Sí Mismo por miedo a la Muerte?

La Respuesta del Todopoderoso Hijo de Dios que al Principio dijo: “Haya LUZ; y la LUZ se hizo”; esa respuesta la conocemos todos. Por esto, insisto, Juan abre su Evangelio por el Principio Divino, y en Aquel con el que caminaron juntos nos presenta al Todopoderoso Señor ante cuyo Verbo la Materia, el Espacio y el Tiempo se ponen en movimiento para hacer Su Voluntad con la misma Diligencia que lo hace el Cosmos entero ante su PADRE en obediencia a su Señor y Creador.

La Visión, por consiguiente, que nos ofrece San Juan es la de quien ha alcanzado la Consciencia de quien estuvo caminando junto a ese Señor Todopoderoso, la Duda sobre cuya Veracidad Divina conduce a la Destrucción a todo el que la alberga en su Pecho, y de aquí que, los Judíos en esa Duda, madre de la Negación, efecto del Miedo a la Muerte, el evangelio de San Juan abra su Camino anunciando la Destrucción de Jerusalén y de su Reino.

Le seguimos hasta el Templo. El Todopoderoso Señor, que delante de la Casa de Dios va a descubrir su Naturaleza Divina venciendo a la Muerte,; este Señor, JESÚS, el Verbo hecho carne, “Dios con Nosotros”, camina como un Hombre, se acerca a Jerusalén, sube al Templo. Todas las orejas están pendientes de su Palabra, todos los ojos le siguen con el corazón en un puño, es la Hora de declararse abiertamente el Mesías, el hijo de David. Las almas se felicitan. Si el Faraón no pudo detener a Moisés, siendo como fue Moisés un siervo de Dios, ¡cómo podría el César detener al mismísimo Hijo del Señor de Moisés! ¿Acaso no escribió David sobre su hijo: “Le ha dicho el Señor a mi Señor…”? Quien fue rey y por señor sólo tenía a Dios ¡cómo podía hablar de un señor entre él y su Dios!

Ese Señor era quien entraba en el Templo…

Y nadie tenía la menor idea de cuál era su Pensamiento. ¡Qué hombre podía imaginarse que en la Resurrección quedaría establecida delante de la Creación entera la Veracidad de Dios: Padre e Hijo?

Los hombres actuamos como tales y como hombres nos preocupamos de lo que vestiremos, comeremos, donde dormiremos, que será de nuestros hijos… Abandonados en la Ignorancia del Conocimiento Perfecto de la Personalidad de quien dijo YO SOY EL QUE SOY, entregados a la Muerte por la Traición de un hijo de Dios, “no de este mundo”, ¡qué hombre podía sin Dios penetrar en la Mente de aquel JESÚS que haciendo oídos sordos al ALELUYA miraba a la Eternidad, y con su Padre había tomado la Decisión de Refundar el Reino de Dios sobre una Fe Invencible, Incorruptible e Indestructible contra cuyos Muros la Muerte se estrellaría por siempre jamás!

Ni las multitudes ni los poderes eclesiásticos ni los mismos Discípulos, Testigos de Su Poder sin límites, podían creer lo que enseguida verían.

El Cosmos entero se quedó paralizado. Ni los soldados de Roma, ni los guardias del Templo, nada ni nadie podía poner en movimiento un solo músculo. Aquél mismo Dios de cuya Boca el Universo vino a Luz se quitó su Vestidura humana y se transformó en un dios vivo delante de cuya presencia el mundo se convierte en polvo.

Los nervios no transmiten la orden a los músculos. Los brazos no llegan a las espadas; las manos no les pertenecen. Los puños no se cierran alrededor del hierro. Es el rayo y la tormenta, el ciclón y el huracán, el volcán y el terremoto, la fuerza que se desata emerge de un Corazón que ha sufrido la suerte de su Creación, el Hombre, y sufre el Infierno que el Mundo aún deberá sufrir. Desde las Persecuciones anticristianas, a las Guerras Mundiales vía Guerra vía Guerra Fratricida Intercristiana, la Historia de los dos próximos milenios estaba delante de sus ojos. ¡Si sólo hubiesen creído en Él…! La Negación a creer de quienes le vieron con sus ojos se había convertido en ÉL en fuego.

¡Cuántas veces quiso Él abrirles los ojos!

A sabiendas que sus ojos estaban cegados y sus corazones muertos, con todo Su Poder intentó abrir esas tumbas, hacer que la Verdad penetrase en sus almas! Si hubiesen creído… Y aunque JESÚS sabía que su PADRE había hecho Necesidad de la Sabiduría … si hubiesen creído… si sólo se hubiesen atrevido a creer…

De rodillas, delante la Voluntad de su PADRE, la Negación del Templo de Jerusalén a CREER le ardía como un fuego que le consumía el Corazón. A su Cruz subirían decenas y decenas de miles de inocentes cuyo único Crimen sería CREER en lo que ésos que le miraban no querían CREER: “que tenían delante al Señor, al Hijo de Dios, Vivo, en Persona DIOS CON NOSOTROS”, allí, delante de ellos, convertido en un fuego del que nadie podía escapar y contra el que nada podía hacerse

Si en aquel momento Él le hubiese dicho a la tierra: “Trágatelos”, la tierra se hubiese abierto y se los habría tragado.

El Dolor era tan grande, la Visión de las Persecuciones que su Iglesia y sus Fieles habrían de vivir, por culpa de la Negación de ésos que enseguida pedirían su Muerte, era un sufrimiento tan profundo y vasto que su Corazón, acuchillado hasta lo más profundo, transformó en Cólera sin límites.

“¿Qué señal das para obrar así?” le preguntaron aquellos mismos que unos días antes habían sido testigos de la Resurrección de Lázaro.

Demenciados por el Miedo a la Muerte, Esposa de Roma, aun se atrevieron a decir: “Cuarenta y seis años se han empleado en edificar este templo, ¿y tú vas a levantarlo en tres días?”.

La Locura era total. El miedo a la Muerte era todopoderoso. El Ateísmo de la Religión Judía era Absoluto. La Teología del Templo de Jerusalén era una nueva forma de paganismo.

Un solo hombre se enfrentaba a todas las autoridades romanas y sacerdotales y ni un solo músculo se movió… hasta que cesó el fuego. Ante aquella visión hubieran debido tenerle Miedo a ese Hombre Todopoderoso, engendrado a la Imagen de Dios, su Creador, cuya sola Palabra bastaba para sellar la Destrucción del Templo y el reino de los Judíos.

Sin embargo esa Destrucción sobre la Tumba del Primogénito, sobre la que se lloraría como se llora por muerte de Unigénito, ya había sido escrita y firmada.

El paganismo religioso judío había convertido la Ley en un fetiche; Jerusalén no podía entender el Libro de Dios, la inteligencia de su Autor estaba tan lejos de la inteligencia del Templo como los están el Cielo de la Tierra. “Oro, oro, oro”, era todo lo que quería el Templo; “dinero dinero dinero”, era de lo único que entendían los sacerdotes Judíos. El oro era su Religión. El Dinero era su dios.

Roma tenía en el Hierro su Templo y su dios. Como es más puro el oro que el hierro Jerusalén se creía más santa que Roma, y ambas se unían para ponerle la mano encima al Hijo de Dios.

Es así como San Juan abre su Evangelio. Su Evangelio nos presenta a “Dios con Nosotros”. El Dios con el que él caminó hasta el Gólgota, y sobre cuya Persona concluye diciendo:

El Hijo vino al Mundo para vencer a la Muerte delante de la Creación entera. Para Resucitar tenía que subir a la Cruz. Sobre su Resurrección la Veracidad de Dios, Padre e Hijo, quedaría sellada por la Eternidad. Y el que no cree en la Veracidad de Dios, Padre e Hijo, no conocerá la Vida Eterna. El que cree, vive para siempre. Lo dijo JESÚS, y su Palabra es el Verbo, y el Verbo es Dios.

 

DIOS CON NOSOTROS (09/02)

 

Los acontecimientos históricos no mienten.

No importa las manipulaciones a que se sujeten la Verdad Histórica es principio y fundamento de la una Ciencia que tiene a la Vida por objeto.

Juan desarrolla su Historia Divina partiendo del Principio del Universo.

“Al Principio creó Dios los Cielos y la Tierra;

al Principio era el Verbo y el Verbo era Dios,

el Verbo se ha hecho Hombre”.

Su Teología tiene valor eterno. El que ha visto, habla. Quien ha oído, escribe. Y firma su Testimonio con sangre. Juan estuvo caminando con Dios. ¡Cómo desprenderse de esta Verdad que él había vivido!

La Historia del Pueblo Judío le daría la razón a JESÚS. El Templo del que se vanagloriaron, quedó destruido. El pueblo que se creyó la raza superior del planeta, fue masacrado y desterrado de su tierra patria, como lo fuera su padre mítico Adán de su paraíso original, y como él, fue entregado a la Muerte para ser sujeto de escarnio y genocidio durante los dos mil años de exilio a que fue condenado por su Negación a aceptar la Verdad: que aquel Profeta que entregaron a Roma era el mismo Dios y Señor que al Principio “DIJO, Y ASÍ SE HIZO”.

La Verdad Histórica no admite peros. Creyeron que Roma era Eterna, bajo sus alas la supervivencia del pueblo de Abraham estaría tan garantizada como lo estuvo bajo las alas imperiales de Ciro el Persa.

Era normal que así lo creyesen. El Pueblo Judío no fue el único que vivió cómo Roma era hundida hasta el infierno para levantarse de nuevo hasta el mismo cielo. No una, muchas veces. Una vez y otra, y otra de nuevo… Invasiones, guerras civiles… Lo que no mataba a Roma la hacía más fuerte. Aún no había nacido quien la matase, ni se veía en los alrededores quien pudiese parir a ese matador. La sola idea de pensar en levantarse en guerra de independencia contra Roma era una locura. ¿Qué era Jerusalén? ¿Quiénes eran los Herodes? ¿Había acaso entre ellos algún Aníbal? ¿Qué quería el pueblo, proclamar rey a este milagrero, levantarse en armas contra el Todopoderoso César y seguirle a la conquista de Roma? ¿Y dónde estaban las armas? ¿Dónde los generales? ¿Esos Doce Pescadores iban a dirigir la Insurrección Independista contra el ejército más poderoso de la Tierra? Era ellos o JESÚS. Poncio Pilato ya había dado su ultimátum. O se lo entregaban, cargando ellos con la culpa de su muerte, o sacaba su ejército y masacraba a la población. ¿Qué querían? O con el César o contra el César.

La supervivencia es un deber hacia uno mismo. De esto no cabe duda. Pero sobrevivir a costa de la vida de otro es un acto criminal. De esto tampoco cabe duda.

“No matarás” es Ley, dice Dios, pero Dios está en el Cielo, dondequiera que esté ese Mundo, y los hombres estamos en la Tierra, que está debajo de nuestros pies. Desde que Caín mató a su hermano Abel los reyes han pisado esa Ley Divina a su antojo. Para ellos ser Ateo no es un derecho, es un deber. Para ellos pisar la Ley es un acto de Poder. Ergo: Quien ejerce el Poder debe ser un criminal por inercia misma de la naturaleza del Poder.

El Poder ejerce el Crimen como Necesidad de Supervivencia. Roma entendió esta ley de necesidad desde su origen, y la aplicó a lo largo de su Historia con brazo de hierro. República, Democracia… todo era una mentira. La Paz se basa en la destrucción del enemigo.

La Naturaleza del Poder es el Estado de Guerra Perpetua. Esta Perpetuidad convierte la Guerra en una Necesidad Divina, y de aquí la divinización del César.

Octavio Augusto era dios. Su sucesor, Tiberio, era dios. Y Claudio, y Calígula, y Nerón. La A lleva a la Z.

Cualquier discusión sobre esta dinámica es absurda. Basta estudiar la Historia de la Antigüedad a nivel mundial. Desde e Egipto hasta el Japón, desde Escandinavia a las Américas el Poder buscó siempre su divinización. Las listas reales de las dinastías de las naciones antiguas condujeron siempre a sus miembros a la divinidad. Octavio Augusto no se inventó nada. La diferencia, en todo caso, se establece en que en su caso fue el pueblo quien le elevó a la condición de los dioses, mientras que en el caso de las dinastías antiguas la divinización del trono procedía directamente de sus miembros. La reacción del pueblo ante los dos casos fue igualmente diferente. Mientras que el César mantuvo su divinidad por generaciones, en el caso de los reyes antiguos la elevación a la divinidad devino siempre una razón invencible para la insurrección y la consiguiente caída de la dinastía.

El pueblo judío había sobrevivido a dinastías legendarias. Su relación con la Ley de Moisés fue su amuleto, su totem, su divinidad. Que Dios exista o no exista no era importante, lo trascendente era que mientras mantuviese el Código de Moisés en vigencia la supervivencia del pueblo judío estaba asegurada.

No era Dios, era el Código de Moisés el verdadero ídolo de Jerusalén. Por esto, porque el Profeta Galileo quería hacer de ese Código una Ley Antigua, superada por una Ley Nueva basada en la Libertad, separando Ley y Castigo, el Profeta Galileo debía morir.

Esta Verdad es un Hecho. JESÚS mantiene la Vigencia de la Ley, pero deja a la conciencia de cada cual la Obediencia. JESÚS trae al mundo un Templo en el que el sacrificio Expiatorio Aarónico queda suspendido, abolido, disuelto.

El Adulterio, por ejemplo, sigue siendo un delito delante de Dios, pero el Profeta Galileo anuncia el Fin de la Pena de muerte hasta entonces viva. Y así con todo. En definitiva, el Profeta Galileo les anunciaba el Fin del Templo Aarónico.

Ergo, acorde a la Ley, JESÚS debía morir.

Pero no importa el razonamiento al que nos acojamos para intentar comprender la Negación a admitir lo que con sus ojos habían visto, el Hecho es que el Derecho de Dios a intervenir en su Creación y dirigir su Historia Universal es Natural a su Realidad de Creador. Principio de todo lo que existe, sin cuya Existencia no existiría nada de lo que existe, por este Principio Dios no tiene que darle explicaciones a su Creación de lo que hace. ¿Hay algo más absurdo que un Creador pidiéndole permiso a su Creación para actuar en ella?

Y en este caso nos encontramos, y de aquí la Trascendencia Invencible e Indestructible del Evangelio, de la Iglesia y del Cristianismo, con una Necesidad que supera al Hombre e integra en su Naturaleza al Cosmos entero.

En la Caída de Adán, padre de los Judíos, la Creación entera quedó en suspense. Aunque en su Ignorancia, el Hecho es que el padre de los Judíos se alió con Satán, de un sitio: para elevar a los hijos de Dios a la condición de dioses verdaderos, todos ellos más allá del bien y del mal, y por tanto libres para hacer de la Guerra su Deporte favorito, su Pasatiempo amado, su Hobby sagrado; y del otro: para tentando al Hijo de Dios ganarlo para esa causa, por Dios maldita y contra la que el Padre de Ese al que querían tentar y ganar para su causa había levantado Pena de Destierro Eterno de su Creación.

Estamos hablando de una Batalla Final de Dios en cuanto Creador por establecer, por la Eternidad: los fundamentos de su Creación sobre Pilares Inconmovibles. La Roca sobre la que descansan esos Pilares es Su Personalidad, esa Personalidad sobre la que el Creador del Cosmos dice : “YO SOY EL QUE SOY”, Personalidad que sus hijos pretendieron manipular enfrentando en Dios al Padre contra el Creador.

La Realidad de esta Batalla Final fue un Acontecimiento desconocido por todas las naciones del mundo. El Silencio de Dios sobre su Naturaleza fue tan absoluto e impenetrable que ni su propio Hijo Amado conocía su gravedad al entrar en la Batalla como el Campeón del Género Humano. Es siendo Hombre que su Hijo Amado, como dirá luego el Apóstol, fue perfeccionado por su Padre Divino en el Conocimiento Íntimo de la Naturaleza de la Guerra a la que había sido llamado.

No eran los judíos los únicos que vivieron fuera de la Intimidad de Dios, todos los pueblos del mundo vivieron su viaje por los milenios extramuros de ese Silencio. No importa el nombre del pueblo que se hubiese encontrado delante de JESÚS la reacción ante Su Presencia Intramuros de ese SILENCIO DIVINO hubiese sido idéntica. El Apóstol insistió en este Hecho: “De haber conocido los judíos a quien tenían delante antes se hubiesen cortado los brazos que ponerle una mano encima al Todopoderoso Hijo Amado de Dios, Señor de Moisés”.

Es muy fácil desde el conocimiento juzgar el comportamiento de los pueblos antiguos. Lanzar sobre ellos un juicio en razón de la diferencia entre nuestra mentalidad e inteligencia y la de ellos viene por inercia. Parece que ejerciendo este juicio nos consagramos un paso más dentro de esa búsqueda milenaria universal en pro de nuestra propia divinización. No en vano los Protestantes Anglicanos se declararon “los divinos”. Esa tendencia a creerse dioses es una constante en la Humanidad desde la Caída. La Tentación fue esa: Declararse el hombre “ser un dios”.

Vemos, entonces, que todos los elementos del Pasado se reformulan en los acontecimientos alrededor del Hijo de Dios en la Tierra. El Dios que al Principio “dice, y así se hace” se hace Hombre.

La Tentación de Satán a Adán, proclamarse un dios, la tenemos en el César.

La Negación a creer en JESÚS como Dios Hijo la tenemos en el Templo.

La Traición de Satán contra Dios la tenemos en Judas.

La Tentación y Victoria que buscaba el Traidor, ganarse al Rey de reyes y Señor de señores del Reino de Dios para su Causa, la vemos en el encuentro entre Satán y JESÚS.

La Cólera de YAVÉ DIOS, Señor de Moisés y Padre de Adán, ante la Traición de Satán la vemos en la Cólera de su Hijo contra el Templo.

El Silencio de Dios sobre la Verdadera Naturaleza de los Acontecimientos puestos en movimiento por la Traición de Satán y Caída de Adán lo tenemos en el Silencio de JESÚS delante de Poncio Pilato. Silencio que esclavizará a sus Discípulos a su Ley.

Todo fue recopilado en la Vida de CRISTO JESÚS, hijo de David, hijo de Adán. Y nadie en este mundo sabía de dónde venía Él, ni adónde iba. Ni Judíos, ni Romanos, ni Discípulos. La Intimidad del Silencio Divino era Impenetrable. ¡Cómo decirle a quienes no comprendían las cosas de aquí Abajo la naturaleza de las cosas de allí Arriba! ¿Qué iba a decirles?: ¡“Soy Dios Hijo Unigénito y debo enfrentarme a la Muerte a fin de que toda la Creación vea que Dios vive en el Hijo como vive en el Padre!”

Dios no podía darle a su Palabra: “He aquí que hago las cosas Nuevas” una Realidad Cosmológica de valor eterno e infinito sin antes establecer este Principio: “¡Dios vive en el Padre y en el Hijo!”

No es por el Poder del Padre que el Hijo vence a la Muerte, sino por el Poder de su propia Naturaleza Divina. “Yo tengo el Poder de darla y el Poder de tomarla” es una Declaración que no admite crítica ni discusión. Con ella JESÚS deja claro que Dios vive en Él como vive en su Padre. Si Éste le hubiese levantado de entre los muertos, como fue levantado Lázaro por JESÚS, ¿dónde quedaría la Naturaleza Divina de su Hijo? Volveríamos a lo mismo: a la Duda, y de la Duda a la Negación sólo hay un paso.

Es pues el Hijo en Persona quien se deja Crucificar ( de aquí la Necesidad de la Muerte de Cristo ) y quien vence a la Muerte por el Poder de Dios que vive en Él. Y de aquí que finalmente el Espíritu Santo reuniendo a todos sus Siervos en el Concilio de Nicea proclamase a boca llena y a corazón abierto la Divinidad del Hijo, revelación que la Esposa de Cristo recogería en Testamento en su forma de Doctrina del Dogma de la Santísima Trinidad.

Evidentemente el Silencio de Padre e Hijo, sobre la Naturaleza de la Batalla Final por la Muerte declarada “contra la Creación según YAVÉ DIOS”, permanecería hasta que se cumpliesen los tiempos determinados en Su Sabiduría en beneficio de la Salvación de la Plenitud de las Naciones del Género Humano. Lo que a todos nos compete es instaurarnos en el Conocimiento Perfecto del Hijo de Dios.

Evidentemente Dos mil Años después, con la sucesión de guerras, genocidios, cismas, la Muerte forzando el despliegue de todas sus fuerzas al día de Hoy para consumar su Obra, Satán mediante, ha hecho que el Ateísmo Neopagano propio de los días anteriores a Cristo, bajo nuevas formas, con más Poder y Conocimiento del Mal, conciban la ilusión suicida de un Mundo sin JESÚS.

La Batalla Final es Hoy por el Género Humano; Ayer fue por la Casa de Dios. Mas a diferencia de Ayer, Hoy aquel mismo JESÚS que dobló sus rodillas delante de su Padre y Señor y puso su Corona a sus pies, se encuentra Hoy de pie con la gloria de quien es Dios Hijo Unigénito y está por y CON NOSOTROS.

Pues como la Muerte ha desplegado a su príncipe y sus ejércitos para alcanzar el apogeo de su entidad, la Destrucción de toda vida sobre la Tierra, así Dios ha desplegado a su Príncipe y sus ejércitos para desterrar a Satán de la Tierra y liberar al Género Humano de la Muerte.

Si Ayer consumó Dios su Victoria, y Hoy consumará la propia, ver el Mañana y desplegar nuestra inteligencia sobre su Naturaleza es lo que a todos nos toca.

Los muertos, aun vivos, no cuentan. Sus palabras sobre Guerra Mundial y Dictadura Global son ecos entre tumbas de cementerio. Los fantasmas del Pasado hablan entre ellos sin querer ver la verdad, que están muertos. El Mañana es nuestro, porque “Dios está con Nosotros”. 

 

LA INTIMIDAD DE DIOS ( 10/02/)

 

San Juan no firma como Marcos. Como Marcos, San Juan escribió el Segundo Evangelio siguiendo el espíritu de la Ley: “Por el Testimonio de dos será condenado o absuelto el reo de juicio”. En cuanto Marcos, San Juan se limitó a dar testimonio de lo que San Mateo había escrito. No es extraño que Sam Pedro acogiese bajo su poderoso manto al joven Marcos, es decir, a aquel a quien le dijo JESÚS : “Hijo, he ahí a tu madre”. Declaración por la que la Madre fue puesta bajo su Custodio Filial, su Misión: no separarse de ELLA bajo ningún concepto hasta el día de su Ascensión al Mundo al que Él regresaba.

La Promesa de YAVÉ DIOS era firme: “NO permitirás que mi Carne conozca la Corrupción”. MARÍA era la “carne” de la que “el Verbo se hizo carne”.

La juventud de San Juan la vemos reflejada en la Última Cena. Parecería incluso extravagante que JESÚS le eligiese a su Madre por Querubín Sagrado al más joven de todos sus Discípulos. Pero fue el más joven de los Apóstoles el único que fue encontrado a los pies de la Cruz. La PALABRA del Hijo era Dios. Y San Pedro, aunque acoge a la Hermana de su Suegra y su “hijo” bajo su poderoso manto, ni se atreve a revocar su Palabra. O siquiera a pensar en revocar la Palabra de su Maestro: “Madre, he ahí a tu hijo”.

Es por resto, como dije en la HISTORIA DIVINA, que San Juan pasa por los Hechos de los Apóstoles como una sombra invisible, su existencia un misterio. La única prueba de su vida es el Evangelio de su Juventud, firmado como Marcos, a fin de que se cumpliese la Ley, “sobre el testimonio de dos fundarás tu juicio”. Después vino San Lucas. Y finalmente Dios sella el Testamento de su Hijo con el Evangelio de la Madurez de San juan.

La MADRE ya había ascendido al Cielo. El Autor del Cuarto Evangelio es la Autoridad Suprema Espiritual de su tiempo. El Espíritu Santo vive en Él. Es el último de los Doce Todopoderosos Ministros que Dios le ha dado a la Corona de su Hijo, en cuyas Manos Dios reposa el Gobierno de su Reino durante los Días de la Creación. Satán creyó que matando a Cristo su victoria sobre Dios quedaría sellada. Necio maldito, se fue Uno, y Dios engendró Doce Hombres a la Imagen y Semejanza de ese Cristo contra el que se alzó.

Y así se cumplió la Escritura: “Hagamos al Hombre a nuestra Imagen y a nuestra Semejanza”.

Quien escribe el Cuarto Evangelio ya no es un Joven cuya única misión en este Mundo es defender y proteger a la MADRE. Grandes acontecimientos habían tenido lugar desde el año 33 al año 90. San Juan había visto a San Pedro, el Pastor de los pastores, al frente de sus rebaños, todos corderos inmaculados, caminando al Matadero de la Persecución Neroniana. También por esos años el Templo de Jerusalén había sido quemado. ¡Quien hubiera podido decir en aquel año 30 que aquél JESÚS que buscó a Juan en el Jordán, para cumplir con la Escritura, sería el Brazo de YAVÉ DIOS en la Tierra, contra cuyas naciones se había alzado en Juicio, Israel entre ellas!

San Juan no tenía Duda de ninguna clase sobre lo que había vivido, y su Evangelio se centra en esta Intimidad del Hombre con Dios, de la que gozaron sus profetas, el Bautista el último entre ellos. No en vano comienza su Evangelio visitando en su Memoria al Bautista.

“He ahí el Cordero de Dios que quita los pecados del mundo” le escucha decir Juan, y, sin el mínimo entendimiento de lo que esas palabras significaban, con Andrés, hermano de Pedro, corrió a buscar a su hermano Santiago. “Santiago, Santiago, hemos encontrado al Mesías, es JESÚS, el hijo de MARÍA”.

¡Cómo iba a entender él o su hermano lo que esas palabras significaban: “He ahí el Cordero de Dios”.

Como todos los demás hijos de Abraham de su tiempo, Juan y Andrés, buscaban al Mesías, hijo de David, el todopoderoso héroe subido en un caballo de guerra, el manto cubierto del rojo de la sangre de sus enemigos. “A mi los de YAVÉ, el grito del Martillo de Dios, Judas Macabeo, volvería a resonar entre el Jordán y el Mediterráneo, y extendiéndose por todas las tierras cubriría las cuatro regiones del mundo.

El Bautista calla. Está en la Intimidad de Dios. Únicamente él y el Cordero de Dios conocen de dónde viene JESÚS, y adónde va. El Bautista conoce de primera mano la Encarnación del Hijo de Dios por obra y gracia del Espíritu Santo. Como dije en la HISTORIA DIVINA, su madre, Isabel, tras el asesinato de su marido, Zacarias, crimen cometido “en el gazilofacio de la puerta del Templo”, huye a las montañas de Judea, es recibida por la comunidades esenia, cría a su hijo consciente de las palabras recibidas por su marido del Ángel: “Le preparará el camino al Señor”. Isabel cría a su hijo en el conocimiento de quien es el hijo de MARÍA, el Hijo de Dios hecho hombre.

Isabel muere. Su hijo abandona las montañas de Judea y abre su Misión en el Jordán. Su Dios lo guía. El tiempo del CORDERO DE DIOS se acerca.

El tiempo de Cordero de Dios ha llegado. Ve al Hijo de MARÍA, de quien tanto le habló su madre, por primera vez. Ambos saben cuál es el Fin del Cordero de Dios. Ambos conocen cuál es la imagen del Mesías que vuela por el reino de Israel. Ambos callan. La REDENCIÓN es una Necesidad Sagrada. En el Sacrificio de su CORDERO establecerá YAVÉ DIOS la Ignorancia del Mundo sobre la verdadera naturaleza de la Traición de Satán, y la Inocencia de Dios en el desarrollo de la Traición de los hijos de Dios que se levantaron contra su Creación.

En la CRUZ quedaría sellada la Inocencia de Dios en la CAÍDA, argumento abierto por Satán contra la OMNISCIENCIA DIVINA al afirmar, en defensa de su Rebelión y Homicidio, que era imposible, dada la Presciencia y Omnisciencia Divinas, que tanto la Traición como la Caída no hubiesen sido predeterminadas por Dios desde el Principio de la Creación del Hombre.

Era en la Cruz y desde la Cruz que el Hijo Primogénito y Unigénito de Dios en persona se alzaba como Abogado del Hombre y de Dios afirmando desde su Cruz tanto lo uno como lo otro, la Ignorancia del Hombre sobre la verdadera naturaleza de la Rebelión de los hijos de Dios, liderados por Satán, como la participación, por activa o por pasiva, de YAVÉ DIOS en la Traición a su Voluntad.

Juicio contra Satán que San Juan recuerda, firma, corrobora y establece en la Mente de todos los Seres, de este Mundo como de los otros Mundos del Reino de DIOS, escribiendo: “La Palabra es Dios”. Ergo: Transgredida la Ley, la Pena de Muerte contra el Transgresor es Irrevocable.

Escribiendo tal San Juan bendice a Dios, quien juzga al Transgresor, y levanta delante de nuestros ojos la Validez Eterna y Todopoderosa de la Ley: “Quien hace la Guerra a su hermano o a su prójimo es Enemigo de Dios y su Pena es la Destrucción suya y de su Pueblo”.

Obvio repetir lo que dije en CONTRA EL ANTICRISTO, que habiendo sido recogido el Argumento de Satán por Calvino durante el Siglo XVI, y consagrada la Defensa del Diablo contra YAVÉ DIOS en el trono Anglicano y Protestante, la Ley pende sobre la cabeza de las naciones rebeldes contra la Unidad Cristiana Universal rota en el siglo XVI, creadora de la Guerra Fratricida Europea de los 30 Años en el siglo XVII.

Pero habiendo establecido Dios la Liberación del Diablo en el Año Mil en razón de una Necesidad Superior, que como he dicho es descubrirle a su Casa, en la que nos comprendemos, que la aparente Dureza del Juicio de Destierro Eterno de su Creación contra Satán se corresponde a la crueldad maligna de quien sembró la Semilla de la División de las iglesias, ha querido Dios abrir la Puerta de la Misericordia a la Obediencia a su Voluntad Unificadora Universal, de manera que por la Obediencia o rebelión a hacer su Voluntad cada iglesia se juzgue a sí misma. Pues que el Espíritu de JESUS es el espíritu de la profecía y el mismo JESÚS es el Verbo, su Anuncio sobre la Siembra del Maligno y la consiguiente división de las iglesias era un efecto imposible de evitar, en el que Dios Padre, queriendo humillar a todos “los divinos” nos recuerda que la Caída no tuvo lugar porque Adán fuese el padre de los judíos, porque independientemente de quien hubiese sido el elegido por Dios para ser el rey de la Tierra, una vez la Traición en curso ninguno de los padres de las demás naciones hubiese podido resistir el Poder de la Astucia de Satán. Que accesoriamente fuesen los Judíos los jueces de Cristo esta realidad no quita que cualquiera que hubiese sido el pueblo que se hubiese hallado en esa posición hubiese escrito esa misma historia.

La Caída no fue una NECESIDAD de ninguna clase, Argumento que el Protestantismo Calvinista, en sus distintas formas, consagró sentando a sus reyes en el trono del Anticristo. Diciendo que la concepción de la Presciencia de la Omnisciencia Divinas contradicen la Libertad de Satán, Calvino y sus divinos defendieron a Satán contra Dios, a la par que exculpando a Adán en razón de su esclavitud invencible a esa Predeterminación desde la Eternidad, el Calvinismo hizo de la Redención una farsa y de la Necesidad de la Muerte de Cristo un teatro sin gracia. Negando la Inocencia de Dios, Calvino arrastró a los pueblos a consagrar en el trono de sus naciones al Anticristo.

Ahora bien, sabemos que la NECESIDAD de la Muerte de Cristo sólo puede ser contraargumentada por los discípulos del Diablo. San Juan es firme, abre su Evangelio lanzando nuestra mirada al Principio, cuando Dios creó los Cielos y la Tierra; enseguida abre la Puerta del Mundo a su Encarnación; a continuación, rompe el hilo de la Épica para presentaros al Cordero de Dios, ese Cordero que el mismo Dios presenta para sobre su sangre expiar los pecados de todos en la Ignorancia de Adán y su Mundo, y afirmando esta Ignorancia San Juan establece la Inocencia de Dios en la rebelión y traición de esos hijos sobre los que Moisés escribió:

 

Escuchad, cielos, y hablaré;

oye, tierra, los dichos de mi boca;

descienda como lluvia mi doctrina,

destile como rocío mi palabra;

como llovizna sobre la hierba, como sereno sobre el césped;

voy a proclamar el nombre del Señor: dad gloria a nuestro Dios

Él es la Roca, sus obras son perfectas, sus caminos son justos,

es un Dios fiel, sin maldad; es justo y recto.

Hijos degenerados, se portaron mal con él,

generación malvada y pervertida,

¿Así le pagas al Señor, pueblo necio e insensato

¿no es él tu padre y tu creador, el que te hizo y te constituyó?

 

La pregunta salta del corazón a la mano: ¿Quiénes, fuera de aquel Bautista y del Cordero de Dios, participaban de la Intimidad Divina en cuya Sabiduría se estableció la NECESIDAD de la Muerte de JESÚS?

Juan y Andrés corren a buscar a sus hermanos Santiago y Pedro: “Hemos encontrado al Mesías”. El Bautista guarda Silencio. JESÚS no abre su boca hasta el final, cuando ya los actores de su Muerte corrían al encuentro de Judas y Poncio Pilato. Y aún cuando les dijo a sus Apóstoles que debía morir, todos se levantaron, para atreverse incluso a querer quitarle de la cabeza esa idea: “Pero , hombre de Dios, ¿qué estás diciendo?, tú eres el Mesías, el hijo de David, el rey de Israel”.

Sí: De Israel, del Mundo, y del Universo entero. Y en aquel momento el Universo entero era el que estaba en juego.

 

2

SI ERES HIJO DE DIOS

(11/02)

 

Jesús, lleno del Espíritu Santo, se volvió del Jordán, y fue llevado por el Espíritu al desierto y tentado allí por el diablo durante cuarenta días. No comió nada en aquellos días, y pasados, tuvo hambre. Díjole el diablo: Si eres Hijo de Dios, di a esta piedra que se convierta en pan. Jesús le respondió: “No sólo de pan vive el hombre.” Llevándole a una altura, le mostró desde allí, en un instante, todos los reinos del mundo, y le dijo el diablo: Todo este poder y su gloria te daré, pues a mí me ha sido entregado, y a quien quiero se lo doy; si, pues, te postras delante de mí, todo será tuyo. Jesús, respondiendo, le dijo: Está escrito: “Al Señor tu Dios adorarás y a Él sólo servirás.” Le condujo después a Jerusalén y le puso sobre el pináculo del templo, y le dijo: Si eres Hijo de Dios, échate de aquí abajo; porque escrito está: “A sus ángeles ha mandado sobre ti para que te guarden y te tomen en sus manos para que no tropiece tu pie contra las piedras.” Respondiendo, díjole Jesús: Dicho está: “No tentarás al Señor tu Dios.” Acabado todo género de tentaciones, el diablo se retiró de El hasta el tiempo determinado.

 

Vamos a seguir a JESÚS al desierto de Judea. Es lo primero que Él hace tras sujetarse al cumplimiento de la Escritura ante el profeta del Jordán. Ningún rey de Israel lo era sin el reconocimiento del Profeta de YAVÉ DIOS. Hay que decir que la idea popular de ser el sumo sacerdote quien le debía conferir al hijo de David su corona era una idea falsa. La corona fue puesta en la cabeza de la casa de David de la mano del profeta de Dios. Fue el Profeta Samuel quien le dio la corona a Saúl, y fue el mismo Profeta Samuel quien se la traspasó a David. El reconocimiento de la Herencia del hijo de David le correspondía al Profeta de Dios, en este caso a Juan el Bautista. Y de aquí que JESÚS se alzase contra el Templo y se sometiese al Profeta de YAVÉ DIOS, su PADRE, para que se cumpliese la Escritura.

Bautizado por el Profeta del Jordán la Corona de David era Suya. Y, sin embargo, viviendo en la Intimidad de su Señor, el Bautista dice de Él : “He aquí al Cordero de Dios”. 

Es decir, la idea que DIOS tenía de la Corona del hijo de David y la idea que el pueblo tenía del trono del heredero del mítico rey de Jerusalén distaban tanto como distan el Cielo de la Tierra, que creo que son tres millones de años luz. 

Sin ir tan lejos tenemos en vivo y en directo a los herederos de aquella idea mitológica sobre una Jerusalén Imperial, señora y ama del Universo, a la imagen de la Roma Eterna, en la escuela ortodoxa judía actual, aún esperando que baje del Cielo el mítico hijo de David que vive en sus cabezas, y que, reconocido por ellos como el Mesías elevará los muros de Jerusalén hasta el olimpo de las naciones, haciéndolas a todas tributarias de sus arcas.

El Profeta del Jordán legitima la Herencia Davídica a JESÚS, cumpliéndose así la Escritura, pero lo que JESÚS iba a hacer con esa corona de David era un acontecimiento que pertenecía exclusivamente a su Persona. Siguiendo con el Cumplimiento de la Escritura, Juan sabe que ese rey debe ser Sacrificado en aras de la Ignorancia del Género Humano y la Inocencia de Dios. Ahora bien, JESÚS era libre, tenía voluntad propia; la decisión final que Él tomase pertenecía a su propio Ser. La Escritura se había cumplido, el hijo de David estaba vivo; la misión para la que Juan había sido engendrado se había consumado; Juan ya podía dejar este Mundo, no tenía nada más que hacer aquí Abajo. El Futuro de este Mundo y de la Creación entera estaba en las manos del “hijo de David” y “Cordero de Dios” en la misma persona. En esta dualidad estaba el Misterio. Todos buscaban al Mesías, al hijo de David, olvidando lo que San Juan luego diría:

“Encontró Andrés luego a su hermano Simón y le dijo: Hemos hallado al Mesías, que quiere decir el Cristo”

En efecto, “Cristo” quiere decir “el Cordero de Dios”. Título con el que le presentó JUAN a sus Discípulos, y que ni Andrés ni Juan pudieron entender. Ellos sólo sabían que JESÚS era el MESÍAS, y el Mesías era el hijo de David; ergo: el heredero del trono de David estaba vivo, la Libertad de Jerusalén de los Judíos estaba en sus manos. En tanto que sus Discípulos a Ellos les correspondería el papel de Ministros del Rey de Israel. ¡Holy holy Haleluyah!

Lejos de estos pensamientos, JESÚS se retira al desierto. La Escritura debe seguir cumpliéndose, pues escrito estaba desde el origen del mundo nacido de la Caída:

“Dijo, pues, YAVÉ DIOS al (DIABLO, Satán), la serpiente (antigua): Por haber hecho esto, maldita serás entre todos los ganados y entre todas las bestias del campo. Te arrastrarás sobre tu pecho y comerás el polvo todo el tiempo de tu vida. Pongo perpetua enemistad entre ti y la mujer, y entre tu linaje y el suyo; éste te aplastará la cabeza, y tú le acecharás el calcañal”.

Lo primero que observamos es la ruptura de la Paternidad Divina sobre quien hasta ese momento había sido contado entre los hijos de Dios. Recordemos:

“Sucedió un día que los hijos de Dios fueron a presentarse ante YAVÉ DIOS, y vino también entre ellos Satán”. 

Diciéndole YAVÉ DIOS PADRE a Satán: “maldito serás entre todos los ganados y entre todas las bestias del campo”, le retira su condición de hijo de Dios y lo compara a las bestias “que se arrastran sobre su pecho y comen el polvo todo el tiempo de su vida”, es decir, privado de la Filiación Eterna, que hace que la vida del Ser se alimente de la Fuente Divina, Satán se alimentará de sus propias fuerzas, hasta que llegue el día en que el hijo del Hombre, hijo de Eva, se levante contra él en Duelo a Muerte y le aplaste la cabeza.

Es a este Encuentro al que se dirige JESÚS, el hijo de MARÍA, hija de EVA. Es un Encuentro en el que los dos contendientes se deben ver las caras. Satán va a enfrentarse al Campeón que DIOS le ha suscitado a su hijo ADÁN, en cuyo Brazo reposa la Venganza por la sangre del Primer Hombre. 

El Combate es a Muerte. Satán se juega la Vida Eterna. Si Satán pierde el Duelo contra el Campeón de Dios la Ley se consumará, y ejecutada su Sentencia : “Destierro de la Creación”, arrojado a las Tinieblas Exteriores que rodean el Nuevo Cosmos, el Infierno será su Prisión por la Eternidad; allí su Celda tiene por Muros el Infinito.

Únicamente Dios puede internarse en el Infinito y regresar a su Paraíso. De aquí, que, inspirada por el Espíritu Santo, la Esposa de Cristo recibiera en Heredad el Credo de la Eternidad, que dice : “Murió, y bajó a los Infiernos; y resucitó al tercer día”. Es obvio que DIOS PADRE no podía ocultarle a su HIJO la naturaleza del DESTIERRO que SU Ley contra la Ciencia del Bien y del Mal había sellado. LEY que el propio HIJO sella en su REVELACIÓN a San Juan.

SÍ A LA PAZ, NO A LA GUERRA, será el alma de la LEY de su Reino Sempiterno.

Regresamos; estamos caminando con JESÚS, dirección las montañas del Desierto de Judea. JESÚS comienza solo su viaje al encuentro de SATÁN. Su Testimonio, aun siendo el del Hijo de Dios, no hubiese tenido valor histórico de no haber tenido Testigos que afirmasen haberle visto perderse entre los montes de Judea al Encuentro de la Serpiente, y a quienes, preguntándole luego qué había pasado, les contó lo que pasó en ese Encuentro. Leemos:

“Al día siguiente, otra vez hallándose Juan con dos de sus discípulos, fijó la vista en Jesús, que pasaba, y dijo: He aquí el Cordero de Dios. Los dos discípulos, que le oyeron, siguieron a Jesús. Volviese Jesús a ellos, viendo que le seguían, y les dijo: ¿Qué buscáis? Dijéronle ellos: Rabí, que quiere decir Maestro, ¿dónde moras? Les dijo: Venid y ved. Fueron, pues, y vieron dónde moraba, y permanecieron con El aquel día. Era como la hora décima”.

JESÚS no podía llevarlos consigo. Aquel Encuentro era entre los Dos Campeones, por un lado el de la Muerte, SATÁN, y por el otro el de YAVÉ DIOS, JESÚS. JESÚS iba a encontrarse con el Diablo, la Serpiente Antigua, el Demonio en persona, no era un Encuentro a la medida de simple mortales. Ambos, Andrés y Juan eran dos chavales. Y aunque hubiesen sido Pedro y Santiago la idea de ver cara a cara al Diablo hubiese creado el pánico. Aquél encuentro era entre los dos Campeones que iban a librar su Duelo a Muerte delante de la Casa de los hijos de Dios. El Vencedor se lo llevaría todo.

De vencer el Príncipe de la Muerte la estructura de la Creación según YAVÉ DIOS debería legitimar el Árbol de la Ciencia del bien y del mal en su Paraíso.

Si el Vencedor era el hijo del Hombre esa posibilidad quedaría rechazada y Satán seria desterrado del Paraíso por la Eternidad.

Lo que se jugaba el DIABLO era todo. Si Satán hizo lo que hizo, a saber: disparar la flecha contra el talón de Aquiles del Primer Rey que la Tierra parió, copiando aquí la frase de la Lista Real Sumeria “sobre cuya cabeza la Corona bajó el Cielo”, fue porque Satán creyó que en el Duelo correspondiente entre el hijo del Hombre y él la victoria sería suya.

La ley sobre el Crimen entre los hijos de Dios era clara y sencilla:

“De la sangre de un hombre, de la mano de otro hombre clamaré Venganza”.

La interpretación era clara… Y aunque este asunto ya lo he tocado en la HISTORIA DIVINA, en honor del Vencedor es bueno que insista.

Evidentemente la interpretación de la Ley implicaba a cualquier hijo de Dios en la Venganza por la sangre del Hombre, hijo de Dios. Al mismo tiempo la Ley imponía que el Vengador de esa sangre fuese otro hombre. Lo cual dejaba fuera de la Venganza a los hijos de Dios no de nuestro Mundo, o como gustaba decir San Pablo : “NO de esta creación”.

La Sabiduría en Salomón usó la mano del rey sabio para afirmar sobre aquel Adán que pues que por el propio Dios fue formado para ser el rey del Mundo, Adán fue el Hombre más grande que Dios jamás había creado entre los hijos de los hombres. Así pues, si el hombre salido de la Mano del mismísimo YAVÉ DIOS fue un juguete de paja al que con una sola cerilla Satán le metió fuego, abriéndole las puertas del Infierno al Género Humano, no hay ni que decir que el Campeón que DIOS le suscitase al Muerto no le duraría a Satán ni tres años.

Desterrado del Corazón de Dios, la demencia de Satán había ido progresando durante los milenios siguientes a la Caída y anteriores al Nacimiento. arrojado entre las bestias humanas nacidas de su Traición a Dios, de tanto devorar “polvo” él mismo se había convertido en otro animal a imagen y semejanza del hombre que por su cupa se arrastraba sobre la tierra. Cuando Satán encuentra a JESÚS no tenía ni idea ni se imaginaba “cómo” YAVÉ DIOS preparó la Venganza por la sangre de su hijo pequeño Adán.

Pero regresemos con JESÚS. Se pierde entre los montes del desierto de Judea. Tiene tiempo para pensar. Tiene tiempo para ver su camino en los próximos años. Tiene tiempo para ver el Futuro del Género Humano. Ante Él, como hombre, se ofrecen dos caminos. Asumir la Cruz del Cordero de Dios; o … recoger la Corona de Adán y declararse rey del Mundo por obra y gracia de Dios. Como hombre la Decisión era suya... Si JESÜS hubiese sido sólo eso, un hombre nada más…

Mas JESUS es “TÚ-DIOS”, ese Ser engendrado en la Naturaleza Increada de quien dice de Sí Mismo : “YO-DIOS”. Aquello que el DIABLO no pudo ni imaginar, que YAVÉ DIOS eligiese como Campeón Nuestro a su UNIGÉNITO es lo que estaba pasando. Recordemos:

La Ley exigía la Venganza por la Sangre de Adán de la Mano de un hijo de ese mismo Adán. Engendrados todos los hijos de Dios de la Naturaleza de la Creación, como nosotros todos, ellos también hijos del Barro de sus Mundos, por este Origen quedaban todos excluidos de la posibilidad de ser llamados para tomar Venganza de la Sangre de Adán. La Idea de que YAVÉ DIOS eligiese a su HIJO AMADO como nuestro Campeón estaba fuera del campo de pensamiento del Homicida contra el Dios firmó Pena de Destierro.

Tan verdad es esta afirmación “Idea de que YAVÉ DIOS eligiese a su HIJO AMADO como nuestro Campeón estaba fuera del campo de pensamiento del Homicida” que lo primero que se le ocurre decirle a JESÚS es:

“Si eres hijo de Dios...”.

Se ve que el DIABLO, SATÁN, la SERPIENTE ANTIGUA, no tenía la menor Idea de quien era ese JESÚS quien, como si fuese él, Satán, menos que una rata o un gusano de los que se arrastran sobre el polvo, a su manera le respondía: “VADE RETRO SATANÁS”.

La Victoria nos vendría de la Mano de quien había sido engendrado para ser Invencible.

Pero no nos vayamos tan lejos. Son cuarenta días y cuarenta noches que el Hijo de Dios tiene ante sus ojos nuestro Futuro y el Futuro de la Creación entera.

Es muy bonito echar lágrimas de cocodrilo por la Tragedia que no te toca, por el huracán que arrasa poblaciones a infinita distancia de tu casa, por la guerra que extiende su fuego infernal por naciones que no te dicen nada. La puñalada que se hinca en el corazón del desconocido, atraviesa pecho y sale por la espalda, a ¿qué? El rayo del tirano que sacude el árbol de la nación y derrumba pueblos bajo el peso de las ramas que desgaja, ¿y… ? La muerte que entra por la ventana y despliega su obscuridad por las almas, ¿ qué pasa..?

¿ No es el infierno de la Guerra un espectáculo digno de un dios ?

Las naciones como ejércitos de soldaditos de plomo movidos por los dioses en una partida de ajedrez infernal a la salud de la gloria de los dioses, ¿no es hermoso el pasatiempo?

¿Qué son todos los pueblos de la Creación sino polvo que mueve el viento de la voluntad de los hijos de Dios participes en todo de la Divinidad de su Padre y Señor?

La Eternidad es una palabra de pocas letras, ¿pero cuál es el peso de su naturaleza? Para quien es Dios Verdadero esa naturaleza está en su Ser. ¡Qué bello es ser Creador de Mundos! Todos creados para gozar de la vida eterna en el Paraíso del Infierno, ¿no es verdad Satán? Es lo que querías. Por esto te levantaste contra el Reino de Dios usando como hacha de guerra al Hombre.

¿Qué era el Primer Hombre? Una criatura en su Infancia Cósmica. No había Maldad en su Corazón, como la del Niño aquél que entró en el Templo para ponerse al frente del Mundo y salvar al Género Humano de su Perdición, la Mente del Hombre que Dios había formado con su Mano estaba limpia de toda pasión maligna.

Dios había hablado y su Palabra era su Ley. “No comas, porque morirás”. ¿Estaba loco Adán? Dios era su Padre, y claro que sí, él estaba loco, pero loco de Amor por Dios, su Creador.

Aquél hijo de Dios, el más pequeño de su Casa, conocía la existencia del fruto de la Ciencia del bien y del mal, la Guerra, como se conoce lo que se lee en el Libro de la Historia de la Creación. Y nada más. No conocía la Maldad, le era impensable Dudar de la Palabra Divina. Amar a Dios con toda su mente, su corazón y su Ley, y al prójimo como a sí mismo era su Ley de Vida.

¿Qué hiciste Satán? Matar a tu propio hermano haciéndote pasar por Mensajero de su Padre:

                        “No, no moriréis, sino que seréis como los dioses”.

Y Eva y Adán, como quien tienen la Bendición de Dios, se declararon dioses; de entonces en adelante la Palabra del rey sería Ley. Y la Guerra Civil se hizo. Pues el Hombre no reconoce más Dios que a su Creador.

La Hora de la Venganza, el Dia de YAVÉ, había amanecido. Dios nos había elegido por Campeón al Hijo de sus Entrañas Increadas. ¡Cómo imaginarse que tal Padre fuese a elegir a su Niño Amado para agarrar el Martillo de la Venganza y aplastarle la Cabeza al Homicida de su hermano pequeño Adán! 

La Encarnación de este Hijo, de quien el propio Dios dice “Tú eres Dios Verdadero de Dios Verdadero”, y abriendo su Boca su Palabra se hace no importa el contenido, esta posibilidad no le entró jamás en la cabeza a Satán; no en vano le dijo Dios :

“Por haber hecho esto, maldito serás entre todos los ganados y entre todas las bestias del campo. Te arrastrarás sobre tu pecho y comerás el polvo todo el tiempo de tu vida”.

De lo que se come acaba siendo uno eso que se come. De tanto hacer de los hombres su comida su pensamiento devino el de cualquier otro hombre. ¿Pudieron Judíos y Romanos descubrir la Verdadera Identidad del Profeta Galileo?

¿Por sus Obras, naturales a quien es Dios, pudieron comprender que a quien tuvieron delante era al Hijo de Dios?

Habituado a divertirse masacrando naciones de hombres y usar hombres como peones en su tablero de guerra a muerte contra el Reino de ese JESÚS, cuyo Trono envidiaba con toda su alma y su ser, Satán había acabado por tener la inteligencia de un hombre más.

                    “Si eres hijo de Dios… di a esta piedra que se convierta en pan”.

Satán NO tenía la más remota idea de la Identidad de Aquel que se había levantado para vengar la muerte de Adán. “ a esta piedra que se convierta en pan”. ¿Estaba tonto? ¿No había leído la Escritura? :

                    “En verdad os digo que Dios puede hacer de las piedras hijos de Abraham”.

¿Tenía delante al Hijo del Creador y lo único que se le ocurría era retarle a que convirtiera su cayado en una serpiente? ¿No había leído la Escritura? :

                  “Dios os enviará a un profeta mayor que yo, y el que no le escuche será borrado de su pueblo”.

¿Qué son los hijos de Dios, magos al estilo de los magos del faraón? ¿El Poder de Dios es, sencillamente, magia?

La ignorancia de Satán sobre la Encarnación era absoluta.

Pero era absoluta para todos. Sus Discípulos no la conocieron sino cuando la MADRE se la descubrió durante los tres días de espera entre la Crucifixión y la Resurrección. Todos quienes habían conocido la Encarnación: la abuela materna de Jesús, José, el esposo de MARÍA, y su cuñado Cleofás, hermano de la MADRE, Isabel y Zacarías, padres del Bautista, todos habían muerto. La única persona viva que, sin contar la MADRE, conocía la Encarnación era el Bautista. El Silencio de la MADRE y del BAUTISTA sobre la Encarnación del Hijo Unigénito y Primogénito de YAVÉ DIOS era absoluto.

La Encarnación fue el secreto más poderoso jamás mejor guardado por parte de quienes vivieron su Realidad. Y a la fecha del Encuentro entre SATÁN y JESÚS todos los que vivieron ese Acontecimiento habían muerto. De hecho antes de producirse la Encarnación el propio YAVÉ DIOS expulsó de su Mundo a aquella generación malvada de hijos de Dios, liderada por Satán, sobre la que Moisés escribió en su Cántico. Con esta expulsión se le anunciaba a la Casa de los hijos de Dios que el Día de la Venganza había llegado. Arrojado del Cielo el DIABLO se pone inmediatamente a buscar al Vengador por Dios elegido para pedirle cuentas de la sangre derramada desde Adán. Este acontecimiento se registra en la Revelación para nuestra inteligencia y conocimiento de la Historia de la Salvación.

Así pues, ignorante de la Identidad de quien tenía delante, sabiendo solamente que Ése es el hijo del Hombre, el elegido de Dios para enfrentársele, de cuyo Duelo, supuestamente, él, la Serpiente Antigua, saldrá con la cabeza aplastada, tras Su respuesta “No sólo de pan vive el hombre”, el Diablo continua:

“Todo este poder y su gloria te daré, pues a mí me ha sido entregado, y a quien quiero se lo doy; si, pues, te postras delante de mí, todo será tuyo”.

Y ciertamente la Corona “que bajo del Cielo” Satán se la arrancó de la cabeza al rey que Dios le dio a los hombres en los días del Edén. Pero Dios no le dio la Corona a Adán para hacer con el Poder que venía con ella lo que le diera la gana. Dios creó al Hombre a la Imagen y a la Semejanza de su Hijo, a cuya Imagen y Semejanza crea a todos Sus hijos. Por esto escribieron los Antiguos que “la Corona bajó del Cielo”, y no escribieron que “subió del Infierno”. Hablando en cristiano, podemos decir que quien escribió esta afirmación, “la Corona bajó del Cielo”, como todos los demás pueblos de la Tierra estaba viviendo en el infierno. Ergo, bien hubieran podido afirmar los Sumerios lo contrario, a saber, que la Corona subió del infierno. Pero no, no lo hicieron.

El Poder que Dios posó en su hijo Adán tenía en la Sabiduría por Cetro, en la Paz su Trono, y en el Amor a la Vida propia y ajena su Corona. Muy lejos de este Poder estaban las palabras de quien le ofrecía al Creador del Mundo lo que le pertenecía por Derecho. La Respuesta de JESÚS nos descubre la Naturaleza de ese Poder: 

“ Al Señor tu Dios adorarás y a Él sólo servirás”.

El Poder de Dios en sus hijos tiene por naturaleza servirle gobernando los pueblos de su Creación en el seno de su Justicia; en el Gobierno del Espíritu Santo se manifiesta Vivo el Amor de su Creador por todas sus criaturas, sobre las que Dios extiende su Paternidad sempiterna. Esta es la Naturaleza del Poder que Dios depositó en las coronas de sus hijos. Poder en todo punto enemigo del Poder del que Satán se gozó, y le conduciría a la ruina.

JESÚS no lo mira. Debe cumplirse la Ley. El Enemigo de Su Corona debe ver vara a cara a Aquél que vino a aplastarle la Cabeza, quitarle ese Poder, y firmar la Sentencia de Destierro Eterno contra él sellada por su Padre.

Satán continúa queriendo demostrar que Él también conocía las Escrituras:

“Si eres Hijo de Dios, échate de aquí abajo; porque escrito está: A sus ángeles ha mandado sobre ti para que te guarden y te tomen en sus manos para que no tropiece tu pie contra las piedras”

Y ciertamente Satán conocía las Escrituras. También el Sumo Sacerdote y las autoridades del Templo conocían las Escrituras. No por la misma razón existencial. Satán porque es de ley de guerra conocer al enemigo para descubrir su debilidad y destruirle. El Templo porque de la Ley dependía su futuro. Mas en cuanto al acceso a la Inteligencia de la que esas Escrituras procedían ni el uno ni el otro tuvieron la puerta abierta. Únicamente sus Profetas entraron y salieron por esa Puerta a la Mente de Dios con la garantía de quienes estaban en sus secretos… porque eran una sola cosa con Su Autor.

Hoy, la Puerta a esa Mente Divina es el mismo JESÚS quien, sin mirarlo siquiera, despide de su lado al Enemigo contra el que dejó hacer caer el Martillo de su Omnipotencia.

SI ERES HIJO DE DIOS...

¿y qué respondes tú, el que lees estas líneas?

 

3

NO HAGAS LA GUERRA, O MORIRÁS

(12/02)

 

 

Hemos llegado a un punto sin retorno. Hemos seguido a JESÚS hasta el desierto. Durante 40 días hemos estado esperando a su lado que apareciera Su Enemigo, Nuestro Enemigo, Satán. El Fuego que consume a JESÚS contra Satán arde en nuestro espíritu, el calor de Su llama es el de la Incombustible Zarza en Fuego desde la que YAVÉ DIOS dijo de Sí Mismo: “YO SOY EL QUE SOY”, NO SOY el que vosotros creéis que Dios es, o debe ser; NO SOY ese monstruo maligno que desde antes del Principio de la Creación escribe el Guión de la Tragedia del Mundo que enseguida me dispongo a crear, y creo en el Universo que yo he creado para ser mi Paraíso. MI Universo es Mi Mundo, mi Ley es su Principio y su Fin. YO SOY YAVÉ, Padre de JESÚS, ese mismo al que habéis seguido hasta el Desierto de la mano de mi hijo, ahora miradme a la cara.

En efecto, ¿qué está viendo Dios? Allí están Satán y JESÚS, el uno frente al otro. Satán no ve el Fuego del que surgen las Palabras de JESÚS; Satán ha devenido una bestia sin inteligencia, una Serpiente repugnante llena de veneno, pero una bestia incapaz de comprender o ver a DIOS. Cree Satán que JESÚS está solo. NO lo está. SU PADRE está contemplando el Encuentro. Y nosotros vamos a alzar la cabeza y dirigir nuestros ojos a YAVÉ DIOS, nuestro CREADOR, el Creador del Nuevo Cosmos, Señor del Infinito y de la Eternidad, cuya Palabra es Ley para el Espacio, el Tiempo y la Materia, y en cuyo CORAZÓN Inmaculado e Incorruptible vive la SABIDURÍA, su ESPOSA. Sí, hemos entrado en la INTIMIDAD de DIOS. Sus ojos están observando la Escena. Y con los ojos de un hijo que ama a su Padre sobre todas las cosas contemplamos la Escena del Encuentro con sus ojos.

Tenemos delante dos concepciones irreconciliables sobre la Naturaleza del Poder.

Por la parte de Satán tenemos el Poder como Derecho Natural debido aun Ego autoidólatra que no reconoce más Ley que su propio Orgullo, ni más Justicia que su propia Pasión por el Poder;

Por la parte de JESÚS tenemos el Poder como Amor a la Vida, su Pasión es adoración a la Ley del Espíritu del Creador, quien por Amor a su Creación nos eleva a todos a la condición de su Hijo: somos hijos de Dios.

Satán adora la Guerra, la Fuerza de su gloria se basa en la Destrucción; o se le da lo que quiere o se alza como una Bestia alimentada por el fuego del Infierno, dispuesta a devorar toda vida. NO reconoce la VERDAD como Madre de la Civilización. La única Verdad es la suya, o se le da lo que quiere o se declara en Guerra contra el mismo DIOS. Es el hijo de la Muerte, el padre de la Perdición de todos los que le siguen. Ya no hay en él Amor a su Creador y su Creación. Se ha atrevido a Amenazar a Dios, PADRE de JESÚS, con la Destrucción de su Creación, nosotros, el Género Humano, e incluso en su locura se atrevió a Traicionar al Señor del Infinito y de la Eternidad, Creador del Bosque de las Galaxias del Nuevo Cosmos; y a retarle un Pulso por la transformación de Su Casa en una Tiranía Global gobernada por dioses, él, Satán, su cabeza.

JESÚS ama la Vida de la Creación hasta el punto de decir “YO SOY LA VIDA”, el que os ataca a vosotros me ataca a mí, el que busca vuestra destrucción busca la mía, y se encontrará conmigo. La Civilización es el Fruto de la Fraternidad que procede de la Paz Universal Divina; no importa el pueblo ni el origen de vuestro ser en el espacio y el tiempo, todos sois Ciudadanos del Reino de mi PADRE, y es del REY el Deber Sagrado de Defenderos, protegeros y aplastarle la cabeza a vuestro Enemigo. Vuestro Enemigo es mi Enemigo.

DIOS, Su PADRE, contempla el Encuentro. Estamos a Su lado. El Fuego de su Ser es la LUZ que hace brillar el alma y el espíritu de todos nosotros. NO hay Miedo, nuestros ojos ven lo que ven Sus ojos. Ya no hay marcha atrás. Nos ha dado a TÚ-DIOS, Su Hijo, el Hijo de sus entrañas increadas, por Campeón. ¿EL PODER?

¿Qué es el Poder?

¿Armas nucleares?

¿Qué le puede decir el grito de un discípulo del Diablo amenazando al Mundo con una Destrucción de la que no habrá “Vencedores ni Vencidos”, a quien con una sola Palabra puede reducir la Tierra a polvo vagando entre las nebulosas de los Cielos?

¿Miedo a ese asesino maligno que se levantó contra una Criatura Desnuda en las Ciencias de la Guerra?, y aun habiéndosele dicho “No lo hagas, o morirás”, creyó que la Muerte sería más Fuerte que el Creador del Universo.

He aquí que una nación se desnuda, llamémosla UCRANIA. Por amor a la Paz Mundial, como San Francisco en el día de su Voto a Dios, esa nación se desarma. Es la Tercera Potencia Nuclear del Siglo XX. Atrapada entre los Hielos de la Guerra Fría, para subir la Temperatura y alimentar el Fuego de la Paz Mundial, UCRANIA desmantela su PODER NUCLEAR. Se desnuda. U.S.A., RUSIA, U.K., Francia y China juran en Budapest, por la Palabra de Honor de sus Estados y Ejércitos, la Inviolabilidad de las Fronteras de Ucrania. La Violación de esas Fronteras deviene desde ese día una Abominación, cualquiera que las violase en el Futuro conocerá la Respuesta de las demás Naciones que han celebrado, por su Honor, esa Desnudez en Nombre de la Paz. La Ley es Eterna: “NO lo hagas, o morirás”. Pero retan al Mundo entero a Una Guerra de la que no habrá Vencedores ni Vencidos.

Dios contempla la Escena. Satán se frota las manos. Sí, le reconoce a ese JESÚS DESCONOCIDO un valor impropio de un hombre. Cualquier hombre ante la idea de encontrarse cara a cara con el Diablo se hubiese muerto de miedo. Este JESÚS DECONOCIDO no sólo no corrió sino que tuvo el Valor de venir a su Encuentro. JESÚS ni lo mira. Le repugna su Presencia, pero soporta su aliento. La Bestia que tiene al lado, una vez hijo de Dios, es incapaz de ver el Martillo en la Mano del Brazo que le va a aplastar la Cabeza a la Serpiente que lleva dentro Satán. La Fuerza de ese Brazo es la Fuerza del Brazo de YAVÉ DIOS.

Dios contempla la Serenidad de Su HIJO. NO hay en Su JESÚS Duda ni Miedo, sabe perfectamente que su PADRE le contempla.

La Suerte había sido echada hacía mucho tiempo, desde el momento mismo que Dios le dijo a Satán “Mi HIJO te aplastará la cabeza”, esa cabeza ya estaba aplastada.

Miles de años habían pasado. La naturaleza de hijo de Dios se había desintegrado en Satán; durante miles de años había devorado carne humana, milenio tras milenio había bebido sangre humana hasta la embriaguez absoluta, el polvo había sido su elemento, y ahora no era más que una Bestia, hija de la Muerte, con su decisión final firmada con la Sangre de Adán : “Antes rey en el Infierno que simple Ciudadano en el Reino de Dios”.

La Respuesta de JESÚS es la respuesta de su PADRE: “Sea”.

Vemos, entonces, que cada línea del LIBRO DE DIOS es el Discurso de esa Sabiduría Eterna que, amando a Dios con todo su ser, hizo en SU Corazón su Hogar, su Casa, su Mundo, su Universo, su Paraíso; mundo, universo, paraíso, casa y hogar, contra el que la Muerte levantó su Campeón, le invistió como su Príncipe, devino la fuente de su Fuerza y ya, sin máscaras tras la que ocultarse, se lanza a la BATALLA FINAL. La Muerte tiene delante a su enemigo: YAVÉ DIOS.

La Guerra Cósmica entre la Vida y la Muerte ha llegado al campo donde uno celebrará Su Victoria y el otro será Desterrado de la Creación. La VIDA no sólo encuentra en Dios a su Rey, sino que encarnándose su Hijo dice “YO SOY LA VIDA”.

Así pues, ¿teniendo a Dios con Nosotros donde está el miedo a la Muerte?

¿Quiénes son esos cobardes que ante la Amenaza del Diablo se esconden tras murallas diplomáticas entregándole la vida de un pueblo “sagrado a los ojos de Dios” como precio por su existencia miserable?

La Victoria es del Rey, el Invencible es Dios en Él. NO hay más Respuesta a la casa de Satán que “NO lo hagas, o morirás”.

Pero regresemos al lado de nuestro Creador.

JESÚS tiene hambre. SU PADRE lo adora. Antes de conocer su Respuesta al Diablo ya lo grita delante de toda su Creación: “He aquí mi HIJO AMADO”, el Hijo a cuya Imagen y Semejanza fuimos todos los hijos de Dios formados; Imagen y Semejanza que Satán desterró de su ser; Imagen y Semejanza en la que nosotros tenemos nuestra Gloria.

Dios nos mira. Nos contempla, nos sonríe, ¿dónde está el Miedo, dónde está el aguijón de la Muerte?

Creen las bestias a imagen y semejanza de Satán que el Poder está en el Brazo vestido para la Guerra. Tienen las fauces de acero y los dientes de hierro, por sus bocas fuego del infierno, veneno homicida que mata a todos sus enemigos, de dentro y de fuera.

No tienen más ley que el Hierro; no conocen más civilización que la que se funda en los terrores de la Guerra. Se alimentan de la carne de las naciones y se embriagan con la sangre de los pueblos. Se creen dioses más allá del bien y del mal; y como su maestro y señor, antes muertos que ser hombres entre hombres, ciudadanos todos de un mismo Reino Divino fundado en la Paz entre hermanos verdaderos, invocan Guerra Mundial como ruta hacia la Hegemonía Universal.

Dios y el Rey nos contemplan. El Rey está de pie y Dios dirige sus ejércitos. NO habrá Guerra Nuclear, y quienes han violado las fronteras sagradas, de no salir del territorio consagrado a la Paz, morirán.

Pero es Hora de comer. La Creación entera baja a servir a Su Rey. La Casa entera de los hijos de Dios esperaron con el Corazón en un Puño el Encuentro entre el hijo de Eva y la Serpiente de Satán. Han visto a JESÚS y han comprendido lo que su Enemigo no había entendido: Que ESE JESÚS DESCONOCIDO era el Hijo de quien YAVÉ DIOS dice : “TÚ DIOS, Hijo mío”.

Bajamos con JESÚS de la Montaña. Es Hora de Celebración; la Victoria está garantizada; antes de que naciera ya fue proclamado CRISTO el Vencedor.

Todos a la Boda de Canaán. Alzad las copas. Celebrad la VIDA. Reír y gozar sin Miedo a la Muerte, ¿no es esto la Felicidad?

Alzad las almas, levantad los corazones. JESÚS bebe, ríe, habla, se deja abrazar y es abrazado, ama y es amado; cantad y bailad que cada día tiene su afán.

Están la MADRE, sus parientes, sus hermanas, sus sobrinos y sobrinas, sus yernos y yernas, están, aunque aún no lo saben, los que serán sus Discípulos. Después de acompañarle durante todo aquel día, JESÚS desapareció por 40 días más. De repente aparece.

Como dije en la HISTORIA DIVINA, Él desaparecía y aparecía sin darle explicaciones a nadie, y regresaba con aquella Presencia Suya que había imposible enfadarse o solo reprocharle cosa alguna. Aparece en las Bodas de Canaán con su Madre como si esos 40 días en el desierto no fuese del interés de nadie. Se sienta con los convidados, sus familiares, y disfruta de la alegría como cualquier hijo de hombre. Los Discípulos conocen al Hijo de María. La suegra de Pedro es hermana de la MADRE. Los presentes son en su mayoría miembros del clan de David de Galilea. Saben que el Jefe del Clan es, por tradición, el hijo de Jacob de Nazaret. Jesús es ese hijo. Pero antes de él habían habido muchos y ninguno reclamó la Herencia de David. Acorde a Andrés y Juan este hijo de Jacob era el Mesías. En él se acababa la línea. A él y sólo a él, según el Bautista, le correspondía la Herencia del Reino de David. Pero ¿ de qué estamos hablando ? ¿ Independizarse del Imperio de Roma ? ¿ Declararle la Guerra al César ? ¿ Dónde estaban los ejércitos ?

Por supuesto que durante aquellos 40 días Santiago y Pedro hablaron sobre la noticia que les trajeron Andrés y Juan. Ok, el hijo de María es el Mesías, ¿ y qué ? ¿Quién es Jesús? JESÚS es un campesino, adinerado, dueño de la Carpintería de sus hermanos, legada a él por su padre José, pero agricultor al fin y al cabo. Y para más inri, Galileo. ¿Qué futuro tenía? ¿Con qué Poder iba a conquistar el trono de su padre David?

Insisto, Dios no escribió una sola línea en vano. Su evangelio es la Puerta a la Memoria de los acontecimientos que quedaron al otro lado de la Puerta de su Silencio. Desde el principio las generaciones quisieron manipular el Texto de SU Libro a fin de crearse una iglesia propia de la que vivir a cuerpo de sumos sacerdotes. No les interesaba la Verdad, su interés se centró siempre en convertir la Letra en Oro. Todo lo contrario del interés de quien enseguida vemos convirtiendo el Agua en Vino.

JESÚS conocía el pensamiento de quienes iban a ser sus Discípulos primero y sus Apóstoles después. ÉL no tenía necesidad de oírles para saber qué pensaban; a Él le bastaba poner sus ojos sobre una persona para conocer su alma como si lo hubiera parido. SU Poder es el Poder de Dios. Los Evangelistas insistieron una vez y otra sobre este particular. Jesús conocía los pensamientos de todos sin necesidad de hablar con nadie. Su Mirada era la Mirada de Dios; tu corazón y tu mente quedan desnudas delante de sus ojos. Así que conociendo los pensamientos de sus Discípulos, Dios hace que la escena se transforme para la Manifestación de la Naturaleza del Poder de su Mesías.

Los padrinos de la Boda se quedan sin vino. En aquéllos días, como los funerales, las bodas no acababan en un día. Mientras más durase una boda más prestigio para la casa. Una boda que durase un día decía muy poco de la familia, la duración de la boda decía mucho. Que aquella era su familia lo rebela la MADRE cuando se dirige a su Hijo. Que esa MADRE conocía la Naturaleza del Poder de su HIJO nos lo descubre el Autor hablándole ELLA al oído: “Hijo, no tienen Vino”. “¿Qué a ti y a mí, Mujer” nos revela que JESÚS descubre en ese momento la Presencia de su PADRE.

Los Discípulos deben conocer la Naturaleza del Poder del Mesías. NO son las armas ni los ejércitos la Fuente de su Gloria; su Poder es la Gloria de la Libertad del Hijo de Unigénito de Dios.

“Haced lo que Él os diga” le dice la Madre a sus familiares. La obediencia que le rinden nos descubre la Autoridad de MARÍA entre los suyos. Nadie rechista, ninguno sabe qué es lo que pretende. Nazaret está lejos. NO puede ELLA en un pis plas traer vino de su casa. Y sin embargo nadie la contrarresta. Hacen lo que ELLA quiere, hacer todo lo que su HIJO les diga.

JESÚS comprende; es SU PADRE quien le está hablando en ELLA. Llama a sus Discípulos, “Venid conmigo”. Creen sus Discípulos que le acompañarán a comprar Vino. No salen de la casa. JESÚS les dice a sus Discípulos : “Llenad las tinajas de AGUA”. Las llenan, cierran las tinajas. E inmediatamente les dice : “Servid el VINO”. Todos le miran. ¿ Ha perdido el juicio ? Abren las tinajas. “Es VINO”. Y concluye el Evangelista : “Y creyeron sus Discípulos”. Ya tenían la respuesta que habían estado buscando : NO las armas, ni los ejércitos, el Poder del Mesías es el Poder de Dios.

Y así comenzó la Gran Aventura. La Aventura más grande que jamás hombre alguno ha vivido o pueda vivir. Caminar con el Hijo de Dios, paso a paso, día tras día, mes tras mes, año tras año. Hasta aquel día para la Eternidad: EL Dia que le dijo a Pedro: “Baja la espada, Pedro, que el que a hierro mata, a hierro muere”.

Así Ayer como Hoy y Mañana por siempre jamás, el que hace la Guerra, por la Ley, morirá.

 

4

LA CORONA DE LA VIDA : LA PAZ

(14/02)

 

Había un fariseo de nombre Nicodemo, principal entre los judíos, que vino de noche a Jesús y le dijo: Rabí, sabemos que has venido como maestro de parte de Dios, pues nadie puede hacer esos milagros que tú haces si Dios no está con él. Respondió Jesús y le dijo: En verdad te digo que quien no naciere de Arriba no podrá entrar en el reino de Dios...

Respondió Nicodemo y dijo: ¿Cómo puede ser eso?

Jesús respondió y dijo: … Si hablándoos de cosas terrenas no creéis, ¿cómo creeréis si os hablase de cosas celestiales? Dios no ha enviado a su Hijo al mundo para que juzgue al mundo, sino para que el mundo sea salvo por El. El que cree en Él no es juzgado: el que no cree en Él ya está juzgado, porque no creyó en el nombre del unigénito hijo de Dios... Pero el que obra la verdad viene a la luz, para que sus obras sean manifestadas, pues están hechas en Dios.

 

La Verdad sólo tiene un Camino. Y habiendo dicho JESÚS “La Verdad os hará Libre”, y añadiendo “YO SOY EL CAMINO”, la conclusión de la Inteligencia es lógica : ÉL es el Camino de, y a, la Libertad”. Cualquier otra conclusión viene de Satán.

Yo sé que la Libertad de la Ciencia, al igual que la libertad de la Reforma condujo a la Guerra Civil Europea de los 30 Años, la famosa utopía liberal del Ateísmo Científico condujo al Mundo a las Guerras Mundiales. Y al presente, esclava del Poder, la que no quiso ser Libre en el Reino de Dios, nos ha arrastrado al borde del Precipicio de la Extinción de la vida sobre la Tierra. Nadie sino la Ciencia misma es culpable de haberse instalado en el Anticristianismo Genocida contra el Género Humano bajo la Mentira del Ateísmo Científico como Camino a la Libertad.

Por esto he emprendido la Gran Aventura de Caminar con JESÚS hacia la Libertad que de su Verdad emerge y engendra en el Hombre, nosotros, Creación de Dios, un Nuevo Hombre, Ciudadano de su Reino, sujeto de Derecho Divino, y Objeto del Deber que todos los hijos de Dios tenemos de Defender y proteger la Vida de nuestro Prójimo y Hermano con la Fuerza que, teniendo en el Creador Todopoderoso de los Cielos y la Tierra su Fuente, engendra en nosotros el Deber de Defender y Proteger la Vida de nuestros pueblos y naciones, y convierte este Deber en el Derecho Sagrado a defender y proteger la Vida y Libertad de nuestros Hermanos, sus pueblos y naciones, todos Ciudadanos del Reino de JESÚS, de cuyas vidas nos pedirá cuenta Dios, cuando teniendo el Poder de Defender esas vidas nos quedamos simplemente mirando cómo Caín destroza la cabeza de Abel.

La Defensa de la Vida en nosotros y en la Creación entera es un Deber que viene de Dios Creador, quien viste a su Creación con el de Todopoder de su Brazo para que sus hijos se alcen entre Caín y Abel. Detener el Genocidio de la Libertad y Vida de una Nación, Ciudadana del Reino de Dios, es un Deber Divino. Caín debe elegir: sujetarse a la Ley del Rey, o morir.

El Deber JESUCRISTIANO es Derecho DIVINO que nos viene en Herencia con nuestro Nacimiento del Espíritu del Creador. Consecuentemente es de Derecho Divino el Deber Todopoderoso de defender la Vida de nuestro Prójimo y Hermano sin miedo a la Muerte; sino al contrario, el Miedo a la Muerte es nuestro Enemigo. Escrito está “los cobardes no heredarán el Reino Dios”; palabra del REY, JESÚS. No siendo Dios un Cobarde no puede dejar en Herencia lo que no existe en su Ser.

La Doctrina de JESÚS es Eterna : “Porque tanto amó Dios al mundo, que le dio su unigénito Hijo, para que todo el que crea en El no perezca, sino que tenga la vida eterna”. La Intimidad de esta Declaración no admite tinieblas. Dios nos dio por Campeón y Modelo de Ser, a cuya Imagen y Semejanza nacemos de nuevo, al Hijo de sus entrañas, en quien el Deber de defender la Vida de los Ciudadanos de su Reino es Derecho Todopoderoso innato a su CORONA, y como dice el Apóstol hablando de ella: Inmarcesible, Incorruptible, Invencible.

Una Creación alienada de este Derecho fue la que Dios rechazó al Infierno y enviándonos a su Hijo nos ha abierto la Puerta a su Paraíso, su Mundo, su Casa, su Hogar. ¿En qué dirección andaremos entonces en busca de la Libertad?

Únicamente hay un CAMINO. Cualquier otro Camino, sea religioso, sea científico, sea filosófico, sea teológico, conduce a Satán. 

La estructura del Discurso JESUCRISTIANO es directa: “YO SOY LA VERDAD, YO SOY EL CAMINO, YO SOY LA VIDA ETERNA”. Así pues, amando la Vida con todas las fuerzas de nuestro ser ¿adónde podríamos ir, cómo elevar nuestra vida a la Eternidad sino buscando a JESÚS?

“Lo hemos encontrado”: le dicen Andrés y Juan a Pedro y Santiago. Y sin embargo sabemos que nadie encuentra a Dios, es Dios quien se deja encontrar. Ni Judaísmo ni Islamismo ni Budismo ni Ateísmo Científico ni Neo-Paganismo Materialista. Todos son discursos para ocultar tras sus amenazas de muerte la realidad, a saber, que no pudiendo encontrar a Dios sin JESÚS, se inventaron a un dios hacia el que derivar esta naturaleza nuestra creada para correr al Encuentro de su Creador. Y si Dios se retira, hijos de Adán, ¡cómo podrá nadie llevar su vida a la consumación de su existencia : la vida a Imagen y semejanza de la Vida Eterna del Hijo de Dios! Pero nosotros no somos hijos de Adán, somos hijos de CRISTO.

Y aquí estamos, caminando con Nuestro Padre que está en los Cielos.

En efecto, “al Principio”, cuando Dios dijo : “Hagamos al Hombre a nuestra imagen y a nuestra semejanza”, el Modelo era general, y de aquí que Dios distribuyese las Regiones de la Tierra entre sus hijos “no de nuestro Mundo”. La Misión de aquellos hijos de Dios, los dioses de la Antigüedad, antes de la Caída, fue conducir a la Civilización a las Familias bajo su Tutela, haciendo de esa manera Dios emerger en el Género Humano Cinco Civilizaciones. Era la Idea de Dios integrarlas en una sola, engendrando en ellas una Nueva. Aquí fue cuando comenzó el Reinado de Adán, hijo de Dios. Roto el Proceso de la Formación Universal del Hombre, las propiedades mentales innatas, con las que cada hijo de Dios impregnó la Mente de los Pueblos bajo la Tutela de sus hijos, se transformaron en Muros imposibles de echar abajo.

Y sin embargo, como Ayer, Hoy y Mañana, el Verbo es Dios.

Dios conduce a su Fin la Obra a la que le da Principio. Su Palabra es Dios. SU Palabra es Ley para ÉL mismo. DIOS dice y DIOS hace.

La Palabra de Dios no es la Palabra de un Estado, ni la de un Hombre que firma un Tratado, un Memorándum, un Contrato que le obliga a Vida o Muerte, y cuando se da la vuelta pisa su Palabra. Dios abre el PRINCIPIO y camina hacia el FIN con piernas Todopoderosas y Brazos Omnipotentes. Y loco aquel que pretenda ponerse en medio. Se puso en medio Satán, la Cabeza de la Serpiente, y el precio de su locura ya lo conocemos: DESTIERRO ETERNO DE LA CREACIÓN. Sentencia a la que todos los hijos de Dios, del Cielo y de la Tierra, respondemos : Bendito es Dios.

Pero el Verbo es la Palabra de Dios. Esta Palabra abrió su Reino a la Plenitud de las naciones del Género Humano. Dios tenía que consumar su Creación. Pues el Mundo de Adán no consumó Su Obra. Ahogado en las aguas de su Ignorancia aquel Primer Hombre la Necesidad de engendrar un Hombre Nuevo, nacido de su Espíritu se hizo. Y así se dispuso Dios a hacerlo. Pero esta vez la Imagen y Semejanza de Dios no le vendría al Hombre Nuevo de cualquier hijo de Dios; el Todopoderoso Creador del Nuevo Cosmos nos dio por Padre al mismísimo Hijo de sus Entrañas Increadas.

Y estaba allí, caminando, Nuestro Padre qe está en los Cielo . Nicodemo se acerca a Él. ¿Cómo puede el hombre, siendo viejo, nacer de nuevo?

Nicodemo pone en Duda el Poder de Dios; sujeta la Omnipotencia Divina a la estructura de la Impotencia de la Razón humana.

La Respuesta de Nuestro Padre es directa: “En verdad, en verdad te digo que quien no naciere del agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de los cielos”.

La Creación de la Vida a la Imagen y semejanza de Dios tiene en esta dimensión su naturaleza. Primero se crea la Materia, la Materia es investida del Espíritu Divino, que engendra en el ser un hijo de Dios.

La imagen perfecta de esta Dimensión Creadora la tenemos en la Zarza ardiendo. Investida de la Naturaleza Eterna de su Creador la Materia no se consume jamás; la Creación participa de la Vida de su Creador por el Espíritu de hijo que Dios engendra en Su Criatura.

Aunque adscrita nuestra existencia a temporalidad en la Tierra, caminamos en la Vida eterna que Dios ha desplegado delante de nosotros. Ya no estamos sujeto a los Muros del Hombre Antiguo, hijo de la Caída del Mundo de Adán. El Modelo de nuestro Ser es el Hijo de Dios.

Todo lo Antiguo queda disuelto. Judaísmo, Islamismo, Budismo, Ateísmo, Materialismo, todo es falso.

Dicho esto, le miramos a la cara. Él es CRISTO JESÚS DE YAVÉ Y SIÓN, el Primogénito de los hijos de Dios. Él es el Campeón Invencible que Dios nos dio, y elevó al Trono del Rey Universal Sempiterno para Defender nuestra Vida.

SÍ: también JESÚS nació de nuevo; Dios le dio un Nombre Nuevo: CRISTO. El NIÑO había dado paso al HOMBRE. Y ese Hombre es el Modelo a Imagen y Semejanza del cual somos todos formados, cumpliéndose el FIN del VERBO : “Hagamos al HOMBRE…”

Ciudadanos de Tu Reino, hechura de Tu Ser, sujeto de Derecho y Objeto de Deber.

La Paz no se edifica no haciendo la Guerra; a la PAZ se la defiende, se la protege con todas las Fuerzas del Ser.

En efecto AYER: “Si hablándoos de cosas terrenas no creéis, ¿cómo creeréis si os hablase de cosas celestiales?”.

HOY “Si”. HOY tenemos la Mente y la Inteligencia de quienes estando en la Intimidad de nuestro Creador, habiendo nacido del Espíritu Suyo, engendrados a su Imagen y Semejanza, podemos comprender, hablar y dar a conocer las cosas celestiales cuya Sabiduría, “hablada entre los perfectos” AYER, es nuestra Herencia, y por esto dijo Dios, “Era Necesario que muriese el Testador”, porque si no moría no podía legar en Testamento su Espíritu de Inteligencia a su Descendencia”.

Nosotros somos la Descendencia de CRISTO, el Futuro del que se escribió: “La Creación entera espera el día de la gloria de la Libertad de los hijos de Dios”. Ese Día es HOY. Y siendo la Fuente de nuestra Libertad la Gloria de CRISTO JESÚS, Nuestro Padre que está en los Cielos, Gloria de Hijo Unigénito de Dios, ¿dónde está el Miedo? 

Nuestra es la Promesa : “Tu Descendencia se apoderara de las puertas de sus Enemigos” .

Hijos de Dios, por la Veracidad de quien es su Unigénito y Primogénito, somos el Futuro del Género Humano. Hemos sido engendrados en el espíritu de la Vida eterna para llamar a todas las Naciones a la Ciudadanía de Su Reino. La Nación que la rechaza será borrada del mapa de la Historia, y su nombre del Libro de la Vida: “porque el que no cree en Él ya está juzgado, porque no creyó en el nombre del unigénito hijo de Dios”. Y nadie que no doble sus rodillas ante el REY entrará en SU Paraíso. Esta es la Última Palabra de Dios.

El Universo ha sido creado por YAVÉ DIOS acorde a las Leyes de su Ser. Y quien no quiera vivir a la Luz de su Personalidad, cuyo Amor por su Creación es tan enorme que nos Eligió por Campeón a su Propio Hijo, aun cuando la Victoria sería su Cruz, ése no entrará en su Mundo. “Polvo eres y al polvo volverás” es la mejor sentencia que puede deseársele a quien en su incredulidad se aloja en los brazos de Satán.

Y finalmente volvemos a la Historia. Ya oímos a Andrés y Juan llamando “Rabí” a JESÚS. De nuevo escuchamos a Nicodemo llamándole Rabí. Lejos de abrir una discusión académica, y partiendo del escenario biohistórico que desplegué en la HISTORIA DIVINA DE JESUCRISTO, se comprende que muerto José, y habiendo sido el reino de Herodes dividido ente sus hijos, la sinagoga de Nazaret quedó a cargo de JESÚS, el heredero de Jacob de Nazaret, cuya casa había ejercido en el pueblo la Autoridad civil desde su fundación por Abiud, hijo de Zorobabel.

Aquella imagen de una MARÍA viviendo casi en la miseria y un José Carpintero sin educación de ninguna clase fue impuesta, durante la Reforma, por su primer héroe, un Martín Lutero cuya Intimidad no era con Dios sino con Satán, como se ve por los frutos homicidas de su doctrina, cuya consumación en la Guerra de los 30 Años, so pena de estar ciego, habla volúmenes sobre la identidad de su Dios Oculto. En verdad no sabíamos que Dios fuera un cobarde y debiera esconderse de Satán y sus discípulos.

Pero como quiera que este asunto ya lo abrí en LUTERO, EL PAPA Y EL DIABLO, y más tarde lo desarrolló en CRISTO RAÚL CONTRA EL ANTICRISTO, paso de abrir una puerta siempre abierta. El caso es que, cual se puede leer en el CORAZÓN DE MARÍA, su hijo, heredero de su padre Jacob, al alcanzar la edad devino por la autoridad de su familia el Rabí de Nazaret. Su Crianza en Alejandría le dio el dominio de las lenguas del Imperio, el Latín y el Griego, de un sitio, y del otro, de la lengua Sagrada del Antiguo Testamento, el Arameo, amén del Hebreo corriente entre los Judíos.

Saber leer y escribir, lo mismo en la Antigüedad que en las edades medievales, durante el tiempo de JESÚS fue un arte y una ciencia reservadas a las familias que se permitían el lujo de tener a sus hijos sin trabajar. Hasta los doce años JESÚS no vivió otra realidad que la de un Niño hijo de padres sin problemas económicos de ninguna clase, que le dejaron vivir la Ciudad de Alejandría del Nilo a sus anchas.

El NIÑO no era un Prodigio; el NIÑO era el Hijo de Dios; su Inteligencia era la natural A QUIEN ÉL ERA. Mas tras el Episodio del Templo el NIÑO se interna en un perfil bajo de relación, que iría superando, hasta que muertos Cleofás y José, por su fortuna y por su inteligencia deviene el Rabí de Nazaret, en quien reposaban las familias la educación religiosa de sus hijos.

“Dejad que los niños de acerquen a mí” no era propaganda. El “Rabí de Nazaret”, el hijo de MARÍA, no se ocupaba de los niños del pueblo en respuesta a un contrato con el Templo. El amor a los hombres en que esos niños se convertirían era su Devoción.

Delante de sus padres, en los días religiosos en los que la sinagoga abría su puerta, el perfil religioso del hijo de María era el de un Judío de la escuela profética. Nadie podía ver en Él al Mesías, Intimidad a la que ni la propia Madre tenía acceso.

Cuando su Hijo sube a la Cruz, entonces entiende el Silencio de “su Niño”. Desde que Salió del Templo, a sus Doce años, “su Niño” sabía que su Regreso a su Padre Divino pasaba por la Cruz de CRISTO.

Todos quisieron darle la Corona de David. Ninguno sabía que su Corona era la Corona de la Vida Eterna.

Quien deviene Ciudadano de su Reino participa de la Vida Eterna del Rey, quien se niega a acepar su Corona firma contra sí mismo su sentencia de muerte.

 

5

AMÉN

 

“En verdad, en verdad os digo que no puede el Hijo hacer nada por sí mismo, sino lo que ve hacer al Padre; porque lo que éste hace, lo hace igualmente el Hijo. Porque el Padre ama al Hijo, y le muestra todo lo que El hace, y le mostrará aún mayores obras que éstas, de suerte que vosotros quedéis maravillados. Como el Padre resucita a los muertos y les da vida, así también el Hijo a los que quiere les da la vida. Aunque el Padre no juzga a nadie, sino que ha entregado al Hijo todo el poder de juzgar. Para que todos honren al Hijo como honran al Padre. El que no honra al Hijo no honra al Padre, que le envió.”

 

Empecemos afirmando que la Veracidad de la Casa entera del Creador del Universo, YAVÉ DIOS, vive de la Gloria de SU PRIMOGÉNITO, quien siendo UNIGÉNITO, vistiendo con Veracidad su Primogenitura abraza en su Corazón a todos los hijos de Dios, por este Amor abriendo SU PADRE sus Brazos a todos sus hijos. He aquí, por tanto, que afirme el Espíritu en la Casa de Abraham: “DIOS ES AMOR”. Y siendo AMOR, la Gloria del UNIGÉNITO a Gloria abraza a todos los hijos de Dios, los introduce en el Paraíso del Corazón de SU PADRE, y por Él, JESÚS, participan todos de su Gloria, ser Hijos Verdaderos de Dios.

Porque es cierto que, no importa el Mundo de Origen, todos somos creados del Barro, y todos somos Adoptados. Pero esta Adopción es transfigurada por la Eternidad en la Veracidad del UNIGÉNITO, quien Siendo el PRIMOGÉNITO de DIOS engendra en SU PRIMOGENITURA una Criatura nacida para ser hijo de Dios.

La Adoración de toda la Casa de Dios a este HIJO es Infinita. Su Voz es unánime: “Tuyo es el Poder, tuya es la Gloria”:

           AMÉN.

Esto nos lleva a dos puntos. El primero a la UNIDAD en DIOS CREADOR de YAVÉ y de su Hijo JESÚS. Dios no hace nada sin su Hijo. Todo lo que hace, lo hace por ÉL y para Él; y como ÉL mismo dice, hablando de nuestros Cielos y de nuestra Tierra : “Le mostrará mayores obras que ésta”, entendemos que quien ha creado el Nuevo Cosmos, teniendo la Eternidad por delante, su Actividad Creadora tiende a superarse acorde a la Naturaleza del Creador en Dios.

Quien tiene el Infinito por delante, siendo el Infinito su Espacio Natural, viviendo la Sabiduría en el Palacio de la Omnisciencia de quien es el Señor de las infinitas ciencias que tejen, entre Materia, Espacio y Tiempo, el tejido sin costura del Cosmos, tiene delante de los ojos un Campo Creador sin límites, la Inspiración de cuya Fuerza Creadora tiene en el AMOR a su HIJO su Fuente VIVA.

Quien crea que ya lo ha visto todo extasiado ante la Belleza y Grandeza de nuestros Cielos, que no se deprima, “el Padre ama al Hijo, y le muestra todo lo que Él hace, y le mostrará aún mayores obras que éstas, de suerte que nosotros quedemos maravillados”.

La Invitación es Palabra de Dios. Y Dios no rompe jamás su Palabra, por este dice San Juan: “LA PALABRA ES DIOS”. Y los hijos de Dios decimos:

                                                   AMÉN.

El segundo punto nos lleva a la Necesidad de crear nuestra Civilización en la Tierra a la Imagen de la Civilización de Su REINO en el Cielo. Con ÉL vino el REINO de Dios a la Tierra.

Primero el REY, pues no puede haber Reino si no hay Rey. Mas el REY tenía que ser investido por Dios como Rey sobre toda su Casa. El Rey tenía que regresar al Mundo del que vino para ser Coronado delante de toda la Casa de Dios. 

Hasta SU Regreso como Rey en la Plenitud de su Gloria nos dejó a su Iglesia, quien en Su Nombre, como Esposa, le ha engendrado en la Tierra un Pueblo. Muriendo, hizo Testamento, legándole a SU Descendencia el Espíritu de Inteligencia. Lo cual nos toca a todos. Y nacido su Heredero es a su Padre, el REY, a quien le debe su Descendencia : Obediencia, Lealtad y Fidelidad. Y esta Obediencia se refiere a la Edificación de nuestra Civilización a la Imagen de la Civilización de su Reino.

Pues conocemos lo que dijo Dios : “Haz las cosas a imagen de lo que se te muestre”. Y más tarde : “Bajó del Cielo la Nueva Jerusalén”. Declaraciones que nos implica en la Construcción de nuestra Civilización a la imagen y semejanza de la que en el Cielo le ha construido Dios al Reino de su Hijo, y quien, siguiendo su Palabra, “El hijo no puede hacer sino lo que ve hacer al Padre”, la necesidad implicando a Dios primero, establece la Necesidad de la Venida del Segundo, en su Casa, para abrir la Tierra a su Reino.

Así pues, habiendo la Madre engendrado de su Esposo la Descendencia a la que en su Testamento legó el Espíritu de Inteligencia, el REY y “Padre sempiterno” viene en la Gloria de su Libertad de Unigénito para conducir a la Plenitud de las Naciones a su Reino, construyéndole en la Tierra a sus hijos Civilización a la Imagen de la que Dios le ha construido a sus Hermanos en el Cielo.

Se entiende que la MUERTE, movida por su inercia, buscase la Destrucción de la Esposa en la que el Rey había de engendrarle Hijo a Dios, y nacida esta Descendencia la MUERTE busque la destrucción de la Vida en la Tierra, que es el Momento que estamos viviendo en vivo al Presente.

Resumiendo:

La Creación entera tiene por Dios Universal a YAVÉ, Creador de su REINO; este REINO tiene por REY sempiterno a su Hijo JESÚS. La Fuente de la Justicia del REY es YAVÉ DIOS.

Así pues, porque es el REY el Hijo de Dios es la Cabeza de todos los ejércitos de la Creación. La Obediencia debida de todos los Ejércitos de todos los Pueblos y Mundos de la Creación es a JESUCRISTO, nuestro REY.

La Ley sobre la GUERRA nace en DIOS y Condena a Destierro Eterno de la Creación a todo Pueblo y Nación que se levante en Guerra contra su Vecino, su Prójimo, su Hermano.

La Guerra es una Abominación a los ojos del CREADOR del UNIVERSO; su Ley : “NO Comas, morirás”, tiene Valor eterno.

La Ley de DIOS CREADOR establece como Deber de todos los hijos de Dios y los ejércitos a ellos confiados para la Paz, levantarse contra quien le declare la Guerra a su Vecino, Prójimo y Hermano, y quien no se levante para detener a un nuevo Satán se rebela contra el REY: su Sentencia es Destierro de la Creación.

El Reino de Dios conoce una ÚNICA RELIGIÓN, confiada a la Esposa del REY, la Iglesia Católica, Madre de su Descendencia; Ella es su Cuerpo y El, Su Señor, es su Cabeza.

Su Señor y Esposo, CRISTO JESÚS, es el Sumo Pontífice Universal de la Religión Universal ÚNICA que vive en el Ser de la Casa de la Dios. Cualquiera que se separe de esta Casa, dividiendo el Cuerpo del Señor, levantando una nueva religión o iglesia, se levanta en Rebelión contra Dios.

La sentencia por Rebelión contra la Casa de CRISTO JESÚS, su Esposa, gobernada por el Espíritu Santo, que el PADRE envió sobre los Hermanos de CRISTO JESÚS e hizo de sus Doce Discípulos el Cuerpo en el que habita DIOS CON NOSOTROS, la iglesia y pueblo que permanezca en la División será talada del Árbol de la vida y arrojada para ser pasto del fuego.

Estos son los dos Pilares sobre los que Dios ha fundado su Reino y ambos están en las Manos de su Hijo, REY Todopoderoso y Señor Santísimo, cuyo Amor por la Paz y la Vida nos demostró a todos hijos de Dios, los que vivían como a los que habíamos de venir a la vida de las entrañas de su Esposa, primero haciéndose hombre, después olvidándose ser quien Él es, y doblando sus rodillas ante su PADRE, por el amor infinito que YAVÉ DIOS le tiene al HIJO de sus entrañas Divinas ha establecido que quien no doble sus rodillas ante su HIJO, Rey y Señor, no entrará en su Paraíso.

Los hijos de Dios, del Cielo y de la Tierra únicamente tenemos una VOZ:

                                                                                                                        AMEN.

15/02/

 

6

“VEN”

CANTO DEL HIJO DEL REY (16/02/)

 

¿Dónde está Muerte tu aguijón? ¿Dónde tu veneno?

Fui arrojado a fosa común, cadáver entre cadáver, y te dijiste, ya no levantará la voz, cerraré las puertas, no saldrá de la fosa.

Yo invoqué al Rey. Como padre que corre a socorrer a su hijo, el Rey vino a mí, y dándome la mano me dijo:

“Tú eres mi hijo, levántate. Tienes que hablarle a las naciones, te he engendrado para llevar mi Reino a muchos pueblos, y la Obediencia a mi Voluntad a los habitantes de la Tierra. Te he dado mi Nombre, llevas el Nombre de la Casa de los hijos de Dios, no temas, yo estaré contigo todos los días de tu vida”.

¿Cuál es ahora, hijos rebeldes, vuestra victoria?

YO me levanto desde la Tierra al Cielo, y delante de la Casa de mi Creador bendigo su Sabiduría, porque venciendo su dolor por nuestra desgracia presente nos ha abierto el Paraíso de su Corazón a eterna Alegría.

Bendigo a Dios y doblo mis rodillas ante su Justicia:

Maldigo por la eternidad quien haga la Guerra contra su hermano,

Maldito quien levante el hacha de guerra contra su prójimo,

Sea como el polvo que el Viento del Espíritu arroja al abismo,

No se haga memoria de su existencia,

Maldito quien derrame una lágrima por el pueblo que se rebeló contra la Paz del Rey y

dirigió sus ejércitos contra el Trono del Hijo de Dios.

Sea por la Eternidad la suerte de Satán la suerte de todos los enemigos de Su Reino.

 

El Rey, mi Padre, me ha dicho:

“Hijo, di al Bárbaro del Norte,  ¿Ves el mapa de tu gloria? YO borraré las fronteras y trazaré unas nuevas  en las que tu nombre únicamente será hallado en los libros de la Historia,  y tu caída será lección para todos mis enemigos.

Y tú, hijo mío,  levanta tu brazo contra la Tercera Roma;  contra la Primera levanté la Vara de mi Padre,  y rompí su gloria como se rompe vasija de alfarero;  a la Segunda la entregué a los ejércitos de la Muerte; contra la Tercera levantarás mi Vara y golpearás sus muros,  que se romperán como vasija de barro.  NO tengas miedo, YO estoy contigo”.

 

¿Quién puede mantenerse delante del Viento que viene del Cielo?

Es el Viento que viene de Dios dulce y fresco como el viento de la primavera  después de los fríos del invierno. Levantad el corazón y refrescad el alma. Abrid las puertas del ser a la alegría y el espíritu a la vida sin fin.

Venid, pueblos, salid de la tumba,

Levantad la cabeza, el Creador os abre los Brazos,

No seáis ciegos como vuestros padres,

La Puerta del Paraíso de la Vida eterna es el Rey,

No busquéis en otro sitio, perdonad a vuestros Padres

Pero no sigáis sus camino,

El Camino a Dios es su Hijo.

 

Sí, Hoy es día de Victoria:  “Hagamos al Hombre a nuestra imagen y a nuestra semejanza”;

Por esto mi ser se halla de pie delante de mi Creador y  mi Voz tiene en su Pecho la fuente de mi Palabra.

El Rey es mi Dios y yo soy su hijo. Él me ha dicho : “NO morirás”,

Y yo siento crecer mis fuerzas como al principio. Cuando me engendró,

me sostuvo en sus brazos, y mirándome al rostro me dio SU Nombre Nuevo.

¿NO veis, naciones, que la Muerte os engañó, que

Satán es su aguijón, y tentándoos con Libertad envenenó

vuestras mentes, lanzándoos las unas contra las otras como

bestias hambrientas de carne humana, sedientas

de sangre hermana?

NO existe Futuro fuera de las Fronteras del Reino de mi Padre.

Vuestras visiones fueron espejismos detrás de los que la Muerte escondió sus guerras mundiales.

¿Qué queréis ahora, desterrar de la Tierra al Hombre?

NO hay hombre fuera del ser de los hijos de Dios. El Futuro de Siglo es la Ciudadanía del Reino del Hijo de Dios, quienes se opongan y se enfrenten a la Gloria del Unigénito del Creador del Cosmos serán barridos como polvo del camino sacudido por la tormenta que baja del Cielo.

Prestad oídos, acercad las orejas al suelo, un terremoto se acerca, ya ha comenzado a sacudir los hipogeos de la tierra, los temblores hacen tambalear las piernas, los edificios sienten vibrar sus cimientos. ¿Cómo impediréis que el volcán se alce? ¿NO tenéis memoria?

Dios no conmoverá de nuevo los muros de la Historia por las aguas; será por el fuego que este mundo antiguo será dejado atrás, y de sus cenizas ya emerge uno nuevo. Es como el dolor de la madre que está en parto y engendra en un sólo día una generación entera. Su marido salta de alegría. Llama a todos sus hermanos, porque la que estaba sin hijos parió en su vejez, de un solo parto, una generación entera.

 

El corazón del Rey se ensancha. Sus Brazos son como la aurora,

todo lo abarca, nadie se queda fuera,

su luz anuncia una verdad única, no estamos muertos,

pasó la noche, estamos vivos,

y por delante tenemos una vida entera.

¿Qué haremos con el día que se levanta?

¿Regresaremos al banquete de Caín, Satán sirviendo la mesa,

la sangre de Abel por vino,

su carne por manjar?

Por esto Dios amó a sus hijos, porque por sus vidas juraron que destrozarían la mesa fratricida y nunca jamás volverá la Creación a conocer semejante delirio.

Bendito son sus corazones, no permitan jamás sus almas que esta tragedia que ha azotado al Hombre caiga como diluvio del infierno sobre el Futuro del Reino de su Padre y Dios.

Hombres, no seáis bestias como aquella Ciencia que creyó poder crear un universo nuevo y convirtiendo a las naciones a su discurso fratricida arrastró a las naciones al campo de las guerras del siglo XX.

¿Creéis que Dios no recuerda su discurso?

“La Guerra es el arma del más fuerte, y su deber es usarla contra el débil;  la supervivencia del débil es vivir de rodillas al servicio del fuerte”.

Y así fue; enloquecidas por el discurso de la Ciencia del XIX las naciones, como bestias inmundas engendradas en los hornos del infierno, se lanzaron a devorarse en los campos de Gog y Magog. Horrorizados por su crimen los sabios se lavaron las manos de la sangre de las naciones poniendo al servicio de sus amos el Arma Definitiva.

“Ni contra Caín ni contra Abel, ni contra Satán ni contra Cristo”, he aquí su nuevo discurso.

Decidme, hijos de aquellos muertos sacrificados a la gloria del Ateísmo de la Ciencia, ¿cuál será el juicio del Rey sobre vuestros sabios, los creadores del universo? ¿Permitirá que esos apóstoles de la Guerra crucen las puertas de su Reino, importando con ellos el Fuego del Infierno, o le ordenará a sus siervos que los encadenen y los arrojen con su dios y maestro, Satanás, al Abismo del Destierro eterno? ¿Quién es el demente que abriéndosele la puerta a una Libertad sin fronteras elige la prisión hasta la muerte? ¿Antes el Infierno que el Paraíso? Entre el Ateísmo Científico y la Sabiduría Divina, ¿seguís eligiendo ser dioses a la imagen y semejanza de Satanás? ¿Quiénes os creéis que sois? ¿Levantaréis vuestras armas contra el Cielo?

Venid todos, dictadores y tiranos, reuníos y congregaos contra el Rey, decid :

“Mataremos a su hijo como matamos a su Padre”.

Y vosotros, ignorantes, hartos del orgullo propio, ¿de verdad creísteis que el Rey iba a bajar para que lo crucifiquéis de nuevo?

¿De verdad creísteis que Dios iba a enviar a su Hijo Amado para que de nuevo pidierais su cabeza? ¿NO os declarasteis “divinos” y jurasteis sobre la sangre de las Guerras de Religión y la Guerra de Fratricida de los 30 Años que en vosotros resiste el Espíritu Sagrado para interpretar las Escritura? ¿Acaso no leísteis lo que mi Padre escribió?

“YO le daré mi Nombre Nuevo,

y el Nombre de mi Dios,

y el nombre del Monte de mi Dios,

pondré en su Mano la Vara de Hierro,

y le daré la estrella de la Mañana.

YO seré su Padre y él será mi hijo”.

Heme aquí, YO soy una sola cosa con el Rey, Él es mi Dios,

su Palabra está en mi Boca, mis manos han sido bendecidas

para hacer su Voluntad y conducir a la Plenitud de las naciones a su Reino.

¿Qué esperabais, un ídolo de oro cubierto de diamantes, con una espada de fuego en su mano paseando su infierno sobre la Tierra? Del Barro creó Dios al Hombre, ¿tentaréis a Dios despreciando a su Criatura?

Mi espíritu respira el viento del Cielo,

Mi corazón se ensancha bebiendo de la fuente de la vida eterna,

Mis piernas hacen el Camino mientras mi alma canta de alegría,

he vencido a la Muerte.

¿Dónde está tu aguijón,

dónde tu veneno, Satán,

con el que me arrojaste en la fosa común

donde yacen tantos muertos?

Heme aquí, por la Gloria del Rey estoy vivo,

y como hijo que sirve con todo su ser a su Padre,

viviré días que no se acaban nunca.

Quien quiera conocer esta dicha, que me siga.

Una Palabra ha puesto mi Dios en mi boca : “VEN”.

 

7

EL PODER DEL HOMBRE

 

La cuestión que a todos nos concierne pasa por la negación de la inteligencia animal científica para establecerse en el bestialismo de un ateísmo anticristiano, cuya derivación patológica implica sel genocidio universal de toda vida sobre la Tierra, como fundamento de su negación de la Existencia de Dios y la Vida de su Hijo.

Desde el espíritu de la sabiduría patrística de siempre se entendió que la Negación del hombre a creer en el Dios de Jesús tiene su origen en el efecto que la Tragedia a que fueron condenados todos los pueblos a raíz de la divinización del primer rey, Adán, el Alulim de la Lista Real Sumeria, desencadenó en todos los pueblos del mundo. Igualmente se ve que habiendo sido Adán quien cometió Transgresión tan grande, por la que todo el mundo fue puesto bajo la corona de Satán, hecho del que se jactara delante de JESÚS; y, por tanto, habiendo sido “ese padre”, ADÁN, el causante de tanta desgracia era de justicia que su hijo, CRISTO, en aras de obtener Misericordia de Dios se ofreciese como Cordero de Expiación de los pecados cometidos por todos los pueblos desde la Caída hasta su Venida.

Una vez derramada su Sangre esa Justicia operó en la Tierra porque “ese hijo” obtuvo de Dios la Gracia natural establecida en la Ley “para todo el pueblo”. Porque sabemos que Dios creó a todas las naciones para ser un solo Pueblo, y de aquí que dijese, “hagamos al Hombre…”. En orden a lo cual le dio por Cabeza al Cuerpo de ese Hombre, a saber, el Género Humano entero, a ese rey, ADÁN, de cuya Carne nació Cristo.

Esta sabiduría, sobre la que luego diría el Espíritu Santo en los Apóstoles que fue recopilada en JESÚS, dio origen a la teoría absurda de haber nacido todas las naciones de sola una pareja humana, negando con su fundamentalismo negacionista lo que MOISÉS dijo : “Distribuyó Dios entre sus hijos las familias de los pueblos, pero su lote fue Adán, padre de Jacob, padre de David, padre de Jesús”.

NO podemos culpar a los hombres, ni a los antiguos ni a los modernos, en razón de haber vivido y vivir en un edificio mental sin puerta a la Sabiduría Creadora, pues habiendo sido todos los pueblos desterrados de la Intimidad Divina, y entregados a Satán por la pérdida de la Corona que bajó del Cielo, todos fueron encerrados en una discapacidad intelectual positiva que les impidió, y les impide hasta el día de hoy, entender de las cosas celestiales, es decir, “la naturaleza del Conflicto Cósmico a que la Muerte arrastró a la Creación de Dios.

Establecida la inteligencia en su condición animal, devenida la Ciencia un instrumento de Destrucción al servicio del PODER, como Poncio Pilato lavándose las manos de la sangre de las naciones en su Amo y Señor el Estado, la cuestión que, Caminando con JESÚS y viéndole Obrar, nos viene a la mente gira y tiene su centro en la naturaleza del Poder según los hombres, de un sitio, y según Dios, del otro.

El enjambre de Obras que JESÚS desplegó por todas las poblaciones del Israel de los hijos de Herodes no se ha registrado nunca porque, como dijo el Apóstol, si se enumerasen todas no habría libros en este mundo para describir el ejército de enfermos de todas las clases que gozaron de la Salud que viene de Dios.

Evidentemente maravillados por el Poder que Dios le dio a su Mesías aquel ejército lo proclamó su Rey y estaba dispuesto a seguirle al fin del mundo. La negación de JESÚS a hacer de ese Poder un Arma de Guerra fue vivida como una Traición, que se representó en la Venta de Judas, de la que Jerusalén obtuvo su correspondiente paga, también representada en el suicidio del Traidor Judas, esto es: la destrucción de sus muros y el destierro de sus habitantes para ser masacrados por todos los pueblos del futuro hasta el día de su Conversión.

La Negación de JESÚS, caminando con Él que estamos con los ojos del Espíritu de inteligencia abiertos a su Mente, la entendemos Divina. Dios abomina de la Guerra. La Destrucción que la Guerra representa es la Negación de su Poder Creador. El Poder de Dios está en su Naturaleza. ÉL es el CREADOR.

La sola idea de entrar en contienda con Criaturas que ÉL engendra del polvo de las estrellas es a sus ojos pura demencia. ¿Puede alguien imaginarse que quien tiene el Poder de Crear Galaxias y Universos, en los que Cultiva el Árbol de la Vida de los Mundos, se imagine a SÍ MISMO entrando en campo de batalla con el polvo cuya existencia está en su Aliento, cuando un solo Soplo Suyo basta para hacer que desaparezca toda vida de la faz del Tiempo?

La sola Idea de una Creación basada en la Ciencia del Bien y del Mal, a saber, crear a una gente para el Infierno y a otras para el Paraíso, es a sus Ojos satánica de la A a la Zeta.

Retar a Dios, como hizo Satán y su generación rebelde, a crear un Nuevo Hombre desde el seno de las tinieblas, es decir, desde condiciones de principio tales como las que vivió la Generación de CRISTO JESÚS, era un Reto al que, únicamente un suicida patológico seducido por la esquizofrenia homicida y fratricida que el Reto implica, podía darle vida. La sola Idea de entrar en contienda con su Criatura causa en el Creador una incredulidad absoluta; máxime cuando su propia Criatura cuenta en su Existencia la gloria de haber visto con sus ojos a Dios en Acción Creadora.

Los Hermanos de YAVÉ DIOS cayeron de rodillas al descubrir, en quien hasta entonces vieron a su Familiar, el Primogénito de los dioses, al SEÑOR DE LA ETERNIDAD Y EL INFINITO; ¿y aquellos a quienes creó para ser sus hijos levantaron su Brazo para arrojarle al UNIGÉNITO de los dioses un guante al rostro?

Porque sí, desde la sabiduría de Satán: la Caída de Adán era necesaria para Tentar al Unigénito de los hijos de Dios, pero a quien de verdad estaba retando era al UNIGÉNITO y PRIMOGÉNITO de los dioses. Pues así como por la Unigenitura de JESÚS sus Hermanos tienen en su PRIMOGENITURA la Veracidad de su Naturaleza de hijos de Dios, asimismo la VERACIDAD de los dioses, Hermanos de YAVÉ DIOS, tienen en su PRIMOGENITURA SU Veracidad Divina. Resumiendo, que el Reto de Satán, pretender Tentar al Primogénito de YAVÉ DIOS buscando con su Caída enfrentar al HIJO con el PADRE, obteniendo de este enfrentamiento la disolución en Dios del Espíritu Santo y la Ley, esta sabiduría satánica era locura absoluta a los ojos de Dios, y como dije, en la HISTORIA DIVINA DE JESUCRISTO, por lógica la naturaleza de esta locura tenía que abrirle los ojos a la Muerte como el verdadero Enemigo de Su Creación.

Todo esto nos lleva a comprender que el PODER según Satán es el Poder de los hombres Nacidos de la Caída, cuya condición animal los arrastró a creer que en la Destrucción está la verdadera Gloria y Fuerza del Poder. Instalados en esta Teología Política del Poder durante milenios el efecto de semejante conducta sobre la mente de nuestros contemporáneos no puede pasársenos por alto. Esa Teología Política ha devenido un Instinto Animal en dictadores y tiranos de nuestro tiempo. Abrazados al evangelio darwinista protonazi bajo la tipología del socialismo del siglo XXI y su forma sin máscara de Comunismo, este instinto tiene su gloria en el Poder Político en tanto en cuanto Brazo Legítimo nacido para destruir a todos los enemigos, que ellos mismos se crean a fin de establecer sus Crímenes y Genocidios sobre fundamentos Ideológicos Legales.

Todo esto es lo absolutamente contrario al PODER SEGÚN JESÚS.

NO olvidemos, ni se nos ocurra cerrar los ojos ante quien tenemos delante. Este JESÚS es el Hijo a quien DIOS CREADOR le muestra todo lo que hace y Obra en Unión con Él. Siendo Dios Creador de Dios Creador le escuchamos decir : “HAYA LUZ”. Desde la óptica de un demente: Un Trabajo casi de parvulitos diríamos.

Vimos en la CREACIÓN DEL UNIVERSO SEGÚN EL GÉNESIS que el Objeto sobre el que su Palabra se hizo fue la Tierra. En fin, una demostración de Poder digna de un hijo de Dios, pero tampoco para disparar cohetes y adorarle como si se tratase de un Dios de verdad.

Entonces pasamos al CUARTO DÍA, y este JESÚS con el que Caminamos extiende su VERBO a los Cielos. NO es un Planeta el que siente su PODER; es la VIA LÁCTEA entera la que recibe la Configuración Astrofísica que llamamos el ÁRBOL DE LAS CONSTELACIONES, sin cuya CARTA de VUELO la NAVEGACIÓN por los sistema estelares que componen los Cielos sería un Viaje imposible.

Esto hablando para el Futuro.

En lo que respecta al PASADO se entiende QUE la Expansión creada en el CUARTO DIA por el Hijo de Dios determinó un descenso de la energía estelógica entrante en la Biosfera, provocando el cambio que determinó el Salto Final de la Vida Animal de un estadio prehistórico al estadio Histórico.

Este JESÚS es el que despliega ahora su Gloria sobre los hombres, y hacia quien, oyendo de ella, todos corren. ¿Qué tiene que ver este PODER, esta Gloria, con los colmillos de acero y la lengua de fuego del Poder de los tiranos y los dictadores, de los reyes y los señores de la guerra de la Tierra?

Por supuesto que de haber querido levantar su VERBO contra Roma su sola PALABRA hubiese bastado para causar la Revolución Mundial con la que la Historia de la Vida en la Tierra había estado soñando desde los días de Abraham. La Confesión del Espíritu Santo en los Apóstoles se hizo cierta: “La creación entera sigue esperando la manifestación de la Libertad de la Gloria del Hijo de Dios”.

Lamentación que únicamente en la boca de un Santo podía sonar a Esperanza, y como tal ser recogida en el Testamento de CRISTO.

La Lección de JESÚS no admite discusión: “El PODER Político está para servir a los hombres, sanando los males que la CAÍDA ha expandido por todas las naciones”. Cualquier otra definición viene de Satán y su fruto es la Guerra, sea Civil, Internacional o Mundial. El hombre o el pueblo que basa se Gloria en su Poder para Destruir a su prójimo, a su hermano, a su vecino, es una bestia satánica inmunda; es el Deber de todos los hijos de Dios de cazarla, y desterrarla de la faz del mundo.

Todo hombre que busca el Poder para convertir en esclavo al pueblo en aras de su Ego, según la visión de sí mismo: Nacido para vivir una vida de dioses sobre la sangre y el sudor de todas las familias de la nación, y aún a costa de una tiranía mantenerse en esa status quo, ese hombre renunció a la Humanidad, es una bestia, y como bestia debe ser apartada del Poder para que responda de sus delitos contra la salud y la felicidad de los pueblos.

Contra este Poder inmundo de los reyes y de los tiranos del mundo, JESÚS desplegó la naturaleza del Verdadero Poder que a los hombres les ha sido dado :

SANAR todos los males que le aqueja a nuestra Civilización desde hace Milenios,

CURAR todas las heridas que hacen que la mente de la Humanidad sangre sin cesar.

Ninguna otra es la Naturaleza del Poder dado a los hombres. Desde las Leyes, desde las Ciencias, desde los Gobiernos, desde la IGLESIA UNIVERSAL ÚNICA : esta es la Naturaleza Verdadera del Poder, y de lo que hagan los hombres con ese Poder tendrán que responder todos delante del REY DIVINO JESUCRISTO: SEÑOR y JUEZ Universal, así de la Tierra como del Cielo.

17/02

 

8

EL DILEMA JESUCRISTIANO DEL GETSEMANI

 

El verdadero problema del ser es el miedo a la Verdad. Desde el programa de la experiencia histórica. Este Miedo viene instalado en el hombre desde la Caída de la primera generación de hijos de Dios que le parió la Sabiduría en la Tierra; hoy es un instinto.

Las bestias llevan este instinto como signo de preservación de su existencia. Por el olor se despierta el Miedo. Procede el efecto, la huida.

En el animal racional privado de espíritu, este instinto se ha instalado desde la realidad de los últimos milenios. Ni que decir tiene que la lección suprema es el propio JESÚS. Le precedió la muerte de Sócrates, de la que extrajo Aristóteles que la ignorancia es lo que le conviene al estado de la felicidad. “Mientras más conocimiento alcanza el hombre, más sufre”, fue el motto aristotélico, lo cual no quita que fuese el hombre racionalmente más avanzado de su tiempo. Contradicción que no anula el hecho.

No en vano desde el principio del Cristianismo la disidencia comenzó pronto. En aquellos entonces la edad de oro del Gnosticismo se hizo; para el Gnosticismo y sus místicos de lo que se trataba fue “ ser cristiano… pero sin la Cruz ”. “Amar la Verdad, pero vivir con la Mentira, no oponerse a ella”. “La Verdad mata”. ¿Prueba? San Pedro camino del matadero.

Al cabo de los siglos la Verdad que esclaviza al hombre a la Cruz, y la Filosofía de la Razón abriendo las puertas de la libertad a las naciones, devinieron enemigas. La primera pone su YO a los pies del Universo, la Segunda pone el Universo a los pies de su YO.

La conclusión, o mejor dicho, la lección que extraemos después de la Caída de la Filosofía y la Ciencia en las Guerras Mundiales del XX, a cuyo matadero dirigieron a las naciones para gloria de su evangelio Darwinista, cuna del Nazismo y del Socialismo en todas sus formas, entrañas de las que Gog y Magog se vistieron de sangre y carne; la lección, o conclusión, es clara. A saber: La Ciencia sin el Espíritu es lo que los colmillos o el veneno a las bestias, un arma de defensa y dominio. De donde se entiende que en el hábitat de Ateísmo la Verdad no tenga visado de entrada.

En efecto, la Verdad Divina y la Verdad Científica, por obra y gracia de la Filosofía de la Razón enemiga de la Sabiduría del Espíritu, son al presente dos mundos sin conexión ninguna. El Libro de la Historia lo demuestra; en cuanto la Razón Científica se sintió fuerte se declaró Animal y le declaró la Guerra a la Verdad de CRISTO. Apoyado por reyes, dictadores, genocidas y homicidas de todas las condiciones, el Ateísmo Científico buscó ochenta mil razones para encumbrar su doctrina del DIOS NO EXISTE, y la FE es una NEUROSIS PATOLÓGICA, hasta el punto de proclamar que la GUERRA MUNDIAL es una NECESIDAD de la que el FUERTE, la RAZA SUPERIOR, no puede privarse so pena de cavar su propia tumba. Patéticamente conmovidas por esta sabiduría de un ATEÍSMO CIENTÍFICO que se atrevía a desafiar al mismísimo CREADOR DEL UNIVERSO en la creencia de que lo que no pudieron la Muerte y su príncipe del Infierno podía conseguirlo la Inteligencia Animal ACADÉMICA, en definitiva: Destruir las Obra de JESUCRISTO; suicidamente conmovidas por este Valor Homicida elevado a la Potencia Mundial, las naciones corrieron alegres al encuentro del Cementerio en el que serían enterradas dos generaciones de jóvenes sin más culpa que haber sido ideológicamente adoctrinados en el Odio a CRISTO como signo y señal de valor y heroísmo

El ODIO a la IGLESIA con el que la Reforma Protestante envenenó la Milenaria Fraternidad Europea dio otro paso adelante. Lo que con los desertores del convento no pudo conseguir Satán y su Madre, lo conseguiría pariendo del seno del Ateísmo Científico a los dos Monstruos del Siglo XX. “Tanto monta monta tanto” Socialismo como Nazismo, son las dos caras del mismo rostro, el rostro de Satán.

El Teorema salvaje del Ateísmo Científico, con el que quiso borrar de la Naturaleza del Universo su Ley, Creadora de la Vida en la Tierra, y suplantarla por una propia, de esa manera alienando Hombre y Humanidad, es pueril hasta causar risa de no ser porque los cientos de millones de almas sacrificadas a la Verdad Académica se levantarían para pedirnos cuenta de nuestra maldad. Dice así:

La Verdad es Dios,

Dos no existe

no existe la Verdad.

La conclusión lógica derivada de esta demencia esquizoide homicida es abominable a los ojos de Dios y su Casa entera. Predica el Ateísmo Científico que es preferible ser Nerón a Pedro, león a cordero, pez gordo a pez chico, tirano que víctima. NO existiendo “la Verdad” la elección del papel en la vida que cada cual quiera adjudicarse a sí mismo y a los suyos es obvia.

Y sin embargo, el Ateísmo Académico se olvida que el instinto no se hace, con él se nace. Y que la gacela no huye del lobo por cobarde.

La Cobardía no existe en el reino animal. Ser cobarde, traicionero, asesino, es cosa exclusiva de la bestia humana en su posición contra DIOS CREADOR por no haber dejado en las manos de su Creación la naturaleza de la Ley bajo la que quiera o desee regirse. La demencia en esta postura no es necesario machacarla.

Ciertamente si la cobardía fuese un instinto animal la esclavitud no tendría razón natural, pues por ley la esclavitud no sería otra cosa que el instinto de preservación de la vida. Acusar al esclavo de ser un cobarde es antinatural. Y lo es por en cuanto no es el Miedo el origen de su status quo social, y sí lo es sólo y únicamente su privación de Humanidad por quien declarándose su amo y señor, teniendo en su mano su vida y su muerte, se proclama dios.

Luego hemos llegado al núcleo de la Tentación y Traición que tuvo lugar en el Edén: Nada más ni nada menos que querer ser un dios a la manera que el amo lo es del esclavo.

Como se comprenderá, y tenemos a JESÚS a nuestro lado afirmando nuestro pensamiento, la repugnancia que DIOS siente hasta esta concepción de la divinidad es el fuego desde cuyas llamas su VOZ maldijo a las BESTIA VENENOSA en la que un hijo suyo se había transformado, no por PREDESTINACIÓN sino haciendo uso de la Gloria de su Libertad de hijo de Dios.

La RAZÓN Satánica no se mantiene delante de la Inteligencia Jesucristiana. El Absurdo de su Filosofía Revolucionaria de las Libertad queda desenmascarado en la Declaración de YAVÉ DIOS cuando le dice: “Dioses sois” a sus hijos. Pero…. “dioses” a la imagen y semejanza de su HIJO JESÚS.

Es cierto mientras nadie vio a CRISTO, y cada cual se hizo una imagen de su PERSONALIDAD acorde a su cerebrito, la afirmación Divina se tradujo, entre otras muchas, en aquella versión satánica que los reyes de la Antigüedad acogieron como tesoro patrimonial:

“soy un dios,

mato a placer

y no temo a la justicia

porque ¿quién puede juzgar a un dios?”

La Abominación que DIOS vive contra esta declaración vive en nosotros.

El JESÚS con el que caminamos vive en su Ser este Fuego que se enciende ante la sola idea de la concepción de la Libertad Divina acorde a la versión de quienes, rebelándose contra el Espíritu Santo de su Padre, quisieron homologar esa Dignidad Maligna sobre la Sangre del Género Humano. Por esto Caminamos con Él, a SU lado, sin Miedo, porque ese Fuego vive en nosotros.

En lugar de abrasarnos y reducirnos a cenizas este Fuego es el de la Zara Ardiente. El Alma es la Zarza, y el Fuego es el Espíritu. Somos hijos de Dios, estamos completos, la Creación ha alcanzado su cenit… porque ha engendrado un hijo de Dios “a la imagen y semejanza” de quien dijo “HAGAMOS AL HOMBRE A NUESTRA IMAGEN Y A NUESTRA SEMEJANZA”.

¿Dónde está el MIEDO? LA VERDAD es nuestro Padre, la estrella que brilla en las Tinieblas; y su Luz está en nosotros. Caminamos con Él. Le vemos y comprendemos. La Gloria de su Libertad es el Poder infinito de su Dios. Lo tiene todo en Dios. Puede hacer su voluntad propia o hacer la de su Dios; puede hacer girar todo alrededor de su YO; o dejar que su YO sea puesto al servicio de todos. Es el DILEMA JESUCRISTIANO DEL GETSEMANÍ; Beber la Copa de su YO a los pies de todos o poner su YO sobre todos. En Sus Palabras, “El que no se olvida de sí mismo no puede tomar mi Cruz”. Comenzando por Él mismo.

JESÚS no le pide nada a nadie que no se haya pedido antes Él a sí mismo. No caminamos con Él porque sea el Hijo Todopoderoso del Creador del Cosmos, y ya se sabe, quien se junta con un rico de su riqueza vive; caminamos con Él porque su Personalidad nos maravilla, en el CRISTO con el que caminamos vive DIOS, y en DIOS nos muestra al Padre y al Hijo, Dos Personas “un Único Espíritu”, y este Espíritu es de un Amor a la Vida tan infinito y eterno como lo son la Eternidad y el Infinito. “YO SOY LA VIDA”. ¿Quién no quiere vivir la vida eterna al lado de este DIOS y CREADOR nuestro?

El Dilema Jesucristiano del Getsemaní tiene una naturaleza filosófica clara, inequívoca. La Victoria de Dios sobre la Muerte de CRISTO sobre el Diablo se da por descontada. JESÚS camina con paso seguro y firme al otro lado de la Muerte. Hay Resurrección y Nuevo Principio. DIOS va a reconfigurar su CREACIÓN; la Necesidad salta a la vista.

Porque el Fuego que vive en DIOS, de ser avivado por los vientos de la MUERTE, de continuar soplando sobre su Creación acabaría por reducir a polvo la vida del Árbol de los Mundos. DIOS no podía quedarse con los brazos, atado de pies y manos al Muro del Amor a sus hijos. Por ese camino el Fin se haría. Su Hijo JESÚS lo está viendo.

Aquí entra el Dilema del Getsemaní. ¿A quién le corresponde esa reconfiguración de la CREACIÓN por la que le vendrá a su CRIATURA la Salvación Universal? ¿A Él, JESÚS, o a YAVÉ Su Padre?

Hombre, es verdad, aquí jugamos con ventaja. Vemos a JESÚS bebiendo la COPA a la Salud de la Sabiduría de su DIOS… Y aún cuando ese Vino se le va a hacer amargo en las entrañas, Él coge la COPA. Pone su YO a los pies de YAVÉ, Su PADRE.

Es la Lección Divina que baja del Cielo, se hace “carne y sangre” para que todos la aprendamos, y no como quien lee un libro y al doblar la del tiempo se olvida de la letra, sino como quienes en ellos “esa carne y esa sangre” deviene la propia.

Por en cuanto la Letra mata, pero el Espíritu da la Vida; Dios con la Letra nos mata, y con su Espíritu, como aves que renacen de sus cenizas, nos levanta y nos hacer hijos suyo a la Imagen y Semejanza de su Hijo: Ciudadanos de SU Reino, sujetos de Derecho y de Deber.

Como hijos de Dios todos disfrutamos de todo libremente porque todo le pertenece a Nuestro Padre, pero como Ciudadanos de SU Reino todos y cada uno vivimos a la Luz de la LEY del REY. La LEY del Rey tiene en la Ley de DIOS, SU PADRE, la ROCA sobre la que se ha fundado su TRONO:

                  “NO COMAS; porque el Dia que comas MORIRÁS”.

Hablando en Cristiano : “NO hagas la Guerra, porque serás destruido”

EL discurso de la Sabiduría no admite interpretaciones vanas: DIOS es AMOR; pero también es LEY, y la LEY dice que todo el que se alce en GUERRA contra su hermano, contra su Pueblo, contra su Prójimo, contra su Vecino : Será Desterrado de la Vida.

Satán creyó que podría burlar la Ley, se creyó INVENCIBLE delante de la CREACIÓN entera. Y alzándose contra la Corona del Primer Hombre, sobre su Sangre gritó su Invencibilidad sobre todas las naciones del Universo.

Su Fin será recordado por la Eternidad para que nadie olvide que la LEY ES DIOS. Y a fin de que esta Memoria viva por la Eternidad le dio Dios un CUERPO, el ESPÍRITU SANTO hecho Hombre: CRISTO, cuya Cabeza es JESÚS.

Quiere decir esto que como JESÚS miraba al día después de su Victoria, nosotros igualmente debemos mirar al Siglo XXII como si el Siglo presente fuese la ruta que conduce directamente al otro lado de sus fronteras.

Nuestro Trabajo es configurar el Edificio de la Civilización en el que las generaciones de los próximos siglos han de vivir, dejando en sus manos lo que a esos siglos les corresponda de Afán. Dios vive en nosotros y Dios vivirá en ellos.

Como JESÚS, nuestro Maestro, tenemos que olvidarnos de nuestro YO y dirigir nuestros ojos al otro lado de las fronteras de nuestro Siglo, la Confianza puesta en que nuestra Victoria viene dada de la Invencibilidad que le es propia a quien disfruta de la Gloria de la Libertad de DIOS.

De no habernos presentado DIOS a su Hijo AMADO y el Hijo no nos hubiese presentado a su PADRE nuestra Confianza en la VICTORIA se reduciría a una ilusión; mas contra la debilidad de nuestra posición en el mundo nos declara Vencedores antes siquiera de nacer, porque DIOS está en Él, y ÉL ESTÁ CON NOSOTROS.

Teniéndolo en ÉL todo, como ÉL lo tiene en su PADRE, únicamente tenemos que hacer lo que nos es natural por el Espíritu de Inteligencia que hemos heredado: CREARLE a la Civilización el Mundo que ha viajado por los Milenios hasta el encuentro con nosotros, Generación de hijos de Dios nacidos para conquistar las puertas de sus enemigos, sobre la que, viéndonos en el Espíritu, escribió San Pablo : “La Creación entera espera el Dia de la Manifestación de la Gloria de la Libertad de los hijos de Dios”.

Así es: Hemos sido engendrados para vencer.

El MIEDO a la VERDAD es MIEDO a DIOS. Justificado en quien no conoce a JESÚS, sin justificación de ninguna clase en quien conociendo su Existencia se niega a CREER que en Él vive Dios.

En la Hora de la Praxis Biohistórica por nuestro espíritu de Inteligencia, herencia natura divina de nuestra generación, nuestro pensamiento geopolítico se rige por la Ley del Rey, que establece la PAZ UNIVERSAL sobre dos Pilares Inconmovibles: El Derecho a la PAZ y el Deber de la Defensa de la VIDA al disfrute de este DERECHO DIVINO por la Plenitud de las Naciones del Reino del HIJO DE DIOS. PAZ fundada por DIOS sobre la UNIDAD INDIVISIBLE de todos los Ejércitos de la Plenitud de las Naciones de su REINO en un CUERPO DE DEFENSA Universal Único cuya Cabeza es el REY, SU HIJO JESUCRISTO. Cualquier división en este CUERPO, poniendo una parte de sus Miembros al ser del YO de un individuo, pueblo o nación es una declaración de Guerra contra la CORONA DE LA PAZ DEL REY; la Sentencia de Dios contra el Rebelde es la Muerte.

La Victoria de Dios sobre este Siglo firmada sobre la Encarnación y Resurrección de su Hijo nos abre los ojos a la ORGANIZACIÓN DE LA PLENITUD DE LAS NACIONES que gobernará la UNIDAD de la PAZ en el Siglo XXII, de cuya Historia Política y Militar la Guerra será desterrada de la faz del Género Humano por siempre jamás.

Evidentemente de las Bodas de Canaán al Huerto de Getsemaní JESÚS debe hacer paso a paso su Camino. Como en el Cielo así en la Tierra, como el Maestro así sus Discípulos. NO hay Victoria sin Batalla. NI Batalla sin Guerra. La Guerra nos fue declarada el día en que, engañado por un Impostor, que se hizo pasar por un Ministro de Dios, la Muerte extendió sus cadenas sobre todos los habitantes de la Tierra. Este es el Día de la Gloria de la libertad de los hijos de Dios, esta es la Hora de ponerle Fin a esa Guerra.

Nada es fácil en un una guerra de esta naturaleza, ni es un paseo por la playa el camino a una victoria contra la que dictadores, tiranos, teócratas y ególatras se levantan como montañas para impedirnos el paso, y nos amenazan con GUERRA NUCLEAR ABSOLUTA de no ponernos de rodillas y adorarlos. Nuestra Respuesta es eterna: VADE RETRO SATANÁS. Letra que se le añada o se le quite a esta Palabra viene de la MUERTE, y con la MUERTE se irá al INFIERNO.

 

(18/2).

 

9

CANTO DE JUVENTUD, INVOCACIÓN AL HIJO DE DIOS

 

Glorifícate en tu Creación, Oh Dios, no mires que del barro vengo. ¿Quién puede ponerse a tu Altura, detener tu Brazo, cerrar tu Boca? NO mires que soy como la roca de las montañas; sin oro ni valor por la que ser apreciada y es abandonada a la intemperie de los tiempos hasta que los vientos y las lluvias la reducen a polvo. Tú eres Dios, tuyo es el Poder y la Gloria, Tú puedes hacer de la simple piedra, informe y sin belleza, una Obra digna de tu Poder, ante cuya contemplación todos se admiren y se entreguen a la alabanza de quien semejante Obra hizo. ¿Qué es para ti Imposible? Levanta la cabeza de tu Criatura hasta el cielo, las nubes se aparten ante sus ojos, que sus pies se asienten a los dos lados del Océano y su Voz se oiga en las cuatro regiones del mundo, y viendo tu Obra se digan las naciones, ¿quién es este que del Barro ha sido levantado hasta el Cielo? Haz una Maravilla, Dios mío, que viéndola todos crean que Tú eres quien tiene en sus Manos la Vida del Mundo. No tengas en cuenta que sólo soy barro sin más valor que el que tu Aliento quiera imprimirle. Acuérdate de tu Creación, no dejes que tu Criatura se hunda en las aguas y su luz sea apagada por las tinieblas. Tuyo es el Poder, tuya es la Gloria, por esto te invoco, porque sé que como tu Padre amó al Mundo, lo amas Tú, y no permitirás que el Hombre al que con tu Aliento le diste vida sea como polvo que el viento arrastra al Abismo.

(19/02)

10

EL SILENCIO DE DIOS

 

La Corona del Mundo le pertenece a Dios, y Este ha sentado en el Trono de Rey Universal a su Hijo. La Conclusión del Evangelio no admite dudas sobre este Hecho. Coloquialmente hablando podemos decir que hubiera sido ridículo que habiéndosele dado a elegir entre la Corona de Israel o la Corona de este Universo JESÚS hubiese elegido, por Miedo a la Muerte, ser nada a serlo todo. Su elección quedó firmada, y lista para ser sellada, en la respuesta que le dio a Satán sobre todos los reinos este Mundo a sus pies si de rodillas le adoraba.

Y sin embargo, aun cuando el Reino de Dios fue fundado, y anunciado su Principio aquí en la Tierra, los Siervos de CRISTO continuaron hablando de su SEÑOR como si esta Revolución de Imperio a Reino Universal no hubiese sido consumada, de aquí que aun Hoy día cuando se habla de JESUCRISTO siga empleándose el título de Rey de reyes y Señor de señores, como si nada hubiese sucedido.

El SILENCIO DE DIOS desde la Caída permaneció en el Cristianismo. Coloquialmente hablando diríamos que el Homicidio cometido conta su hijo pequeño Adán lo sufrió DIOS como un lanzazo mortal en pleno corazón, en respuesta a cuya Traición cerró su Mente incluso a su HIJO AMADO. Conocedor de lo cual no mintió San Pablo cuando escribió que hablaban entre Ellos una Sabiduría escondida, conocida por los Apóstoles, predicada en privado a los Primeros Cristianos, pero prohibida a todos los demás; al irse Ellos quedando de nuevo desconocida por disposición Divina para todos con su ida, Judíos, Cristianos y Gentiles

Así pues, la Puerta de ese Silencio ya abierta es bueno decir que Un Reino le pertenece a quien es su Rey. Por lo que habiendo fundando Dios un Reino se entiende, de un sitio, que debe llevar su Nombre: REINO DE DIOS. Y, por otra parte, que siendo de Dios, en ese Trono únicamente puede sentarse “Alguien” que sea Dios Verdadero, y solamente sobre la Cabeza de ese “Alguien” puede posar Dios la Corona de su Reino.

También se entiende que fundando SU REINO ningún otro reino puede existir al lado del SUYO. La misma Fundación de SU REINO implica la Abolición del Imperio como megaestructura política en la que SÍ caben otros Reinos en cuanto partes integrantes de su Edificio Histórico.

La Abolición de la Estructura Imperial la tenemos en el Cielo como en la Tierra. JESÚS entra en la Tierra como Rey de reyes y Señor de Señores del Cielo, y regresa al Cielo como Rey Universal Sempiterno, ante cuya Corona toda la Casa de Dios dobla sus rodillas diciendo : “Tuya es la Gloria, tuyo es el Poder”. Proclamación Universal con la que Dios da su Respuesta por la Eternidad a la Cuestión de la Veracidad Divina de su Hijo JESÚS.

Respuesta que se recibe del Cielo y proclama su Iglesia en el Concilio de Nicea. En términos de lógica se entiende que siendo el Reino “de DIOS”, quien se sienta en ese Trono es DIOS VERDADERO.

Nada hay entonces que añadir o quitar a esta RESPUESTA. Pero entonces se preguntará uno por qué la Iglesia siguió titulando a su Señor como Rey de reyes y Señor de señores cuando ese Título quedó abolido en el mismo instante que DIOS fundó su Reino. Todavía hoy las iglesias de todas las ramas del Árbol de la CRISTO siguen hablando de JESÚS como ese Rey de reyes y Señor de señores. NO se trata aquí de cursar una acusación contra nadie, y sí de traer a luz la naturaleza del Testamento de CRISTO JESÚS, pues si a sus Hermanos en Abraham les legó el Espíritu Santo, y a su Iglesia el Espíritu de la Fe, a su Descendencia le legaba el Espíritu de Inteligencia. La Palabra de JESÚS es clara como el agua:

                  “SI hablándoos de cosas terrenas no entendéis cómo entenderíais si os hablase de cosas celestiales”.

¿Y quién mejor que el Hijo de Dios quien con su Todopoderosa Palabra creó la LUZ podría hablarnos de esas cosas?  Fue queriendo “hablar” de esas “cosas celestiales” que el “Niño” se dirigió al Templo. Como está escrito en LA HISTORA DIVINA DE JESUCRISTO, LIBRO PRIMERO; EL CORAZÓN DE MARÍA; SU PADRE selló Sus labios, y los de sus Apóstoles, sujetando sus Palabras sólo y exclusivamente al Evangelio de su HIJO. De aqui que Sam Pedro dijese :

“LA FE… QUE SE CORROMPE”.

Los acontecimientos de la Historia del Cristianismo nos nos dejan espacio para la Duda: A la Esposa le legó como SEÑOR, pero para su Descendencia hizo Testamento en cuanto REY.

Así que en cuanto se fueron los Apóstoles la Ignorancia volvió a apoderarse del mundo, y con la Ignorancia vino la Corrupción.

Mas la Respuesta de Dios permanece: Todo Reino ha sido abolido, Ayer, primero en el Cielo, y HOY, lo serán en la Tierra.

NO en vano los imperios que han respirado su aliento sobre la faz de la Tierra, así como los demás que en su Ignorancia aspiran en nuestros días a resucitar imperios perdidos, han pasado todos a los libros de la Historia, al igual que a las páginas del Libro de nuestra Memoria pasaron los Imperios cristianos.

Así pues, El JESÚS con el que caminamos se dirige al TRONO DE DIOS como Herencia Eterna. Él es el Heredero de DIOS. NO pudiendo morir DIOS la Herencia de su HIJO es recibida en Vida en la Plenitud de su Naturaleza Divina. Es DIOS HIJO quien se sienta en el Trono del REINO DE DIOS, y lo hace como REY TODOPODEROSO, sujeto a la Sabiduría Salvadora de su PADRE, ante la que Él dobló sus rodillas en el Getsemaní, para una vez Nacida su Descendencia en el Espíritu de inteligencia desplegar su Corona sobre todas las naciones de la Tierra, abolir todas las coronas y llamar a la Ciudadanía de su REINO a todos los pueblos. 

La Ignorancia que les impidió a todos, Judíos como Gentiles, ver la Verdadera Identidad de quien por Sus Obras se mostraba superior a los Profetas, esa Ignorancia vivió también en los Discípulos antes de volver a nacer como los Apóstoles, Ignorancia que permaneció en las iglesias hasta que se cumpliesen los tiempos descritos en el Libro de DIOS, durante los cuales la FE sería la Fuerza que mantendría de pie sus puertas contra el Infierno.

NO estamos caminando en un campo de batalla al servicio de un REY cuya Identidad y Naturaleza desconocemos. De las cosas celestiales que JESÚS y sus Apóstoles no pudieron hablar en Público en Obediencia al Silencio de DIOS, ya han sido dadas a conocer en LA HISTORIA DIVINA DE JESUCRISTO, por lo cual podéis saber todos que la Expectación de la Creación ha terminado, que la ESPOSA le ha dado Descendencia a su SEÑOR, y que el REY está de pie en la Plenitud de la Gloria de su Libertad para hacer la VOLUNTAD de su PADRE y Desterrar a Satán de la Tierra.

Ahora serán los acontecimientos los que hablen.

Por lo demás podéis ver con vuestros ojos lo que está pasando, la Muerte despliega su Fuerza contra la Vida, Satán está como loco buscando una Guerra Nuclear. Pero cuando Dios en su Hijo se proclamó la VIDA nos vistió con su Fuerza.

El Pasado queda atrás, HOY comienza el Futuro.

 

21/02.

SEGUNDA PARTE

LA GUERRA DEL HIJO DE SATÁN

 

 

 

 

 

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