PRIMERA PARTELA GUERRA DE SATÁN1
FIN
DEL CAMINO
(08
/ 09 / 10 / 02/ 22)
Estaba
próxima la Pascua de los judíos, y subió Jesús a Jerusalén. Encontró en el
Templo a los vendedores de bueyes, de ovejas y de palomas, y a los cambistas
sentados; y haciendo de cuerdas un azote, los arrojó a todos del templo, con
las ovejas y los bueyes; derramó el dinero de los cambistas y derribó las
mesas; y a los que vendían palomas les dijo: Quitad de aquí todo eso y no
hagáis de la casa de mi Padre casa de contratación. Se acordaron sus discípulos
que está escrito: "El celo de tu casa me consume". Los judíos tomaron
la palabra y le dijeron: ¿Qué señal das para obrar así? Respondió Jesús y dijo:
Destruid este templo, y en tres días lo levantaré. Replicaron los judíos:
Cuarenta y seis años se han empleado en edificar este templo, ¿y tú vas a
levantarlo en tres días? Pero Él hablaba del templo de su cuerpo. Cuando
resucitó de entre los muertos, se acordaron sus discípulos de que había dicho
esto, y creyeron en la Escritura y en la palabra que Jesús había dicho.
CREER
O NO CREER
Nadie
comienza su vida por el final. El Principio es el origen de todas las cosas.
Sin principio no hay final. Los Tres primeros evangelios siguen esta ruta; la
lógica imprime su ley.
Contra
aquellos que quieren ver en la Mente de los Apóstoles una Razón privada de estructura
filosófico greco-romana habrá que decirles que mucho antes de que Roma
descubriese el mundo de Atenas ya Jerusalén había quedado impregnada de la
gloria de las estrellas de la Edad de Oro de la Filosofía Helena. Esta marca se
ve claramente en el Ateísmo de los Sumos Sacerdotes del Templo Jerusaleño en el origen del desprecio de Antíoco IV y
su pueblo contra la religión de los Judíos.
Al
igual que los Cristianos hicieron mucho después, penetrando en el mundo de la
estructura filosófica greco-romana para defender sus Verdad, los Judíos
hicieron otro tanto durante los tiempos anteriores al Cristianismo, como medio
de renovar su teología bíblica. Renovación que operó el efecto contrario
al buscado, como se ve bien en el Ateísmo de Flavio Josefo, para quien el Dios
de Moisés no pasaba de ser un fetiche, un amuleto sin realidad cosmológica
ninguna. Ateísmo que no se inventó Flavio Josefo, sino que estaba vigente
durante los días de Jesús, y de aquí que siendo testigos de su Todopoder no pudieran creer en lo que estuvieron
viviendo. Desbordados por lo que vieron y oyeron no pararon de buscarle una
explicación racional a lo que no tenía explicación natural de ninguna clase.
Quien tuvieron delante era el Hijo Todopoderoso de Dios al sonido de cuyo Verbo
la Materia, el Espacio y el Tiempo se detienen y obran acorde a su Voz. “HAYA
LUZ”, y la LUZ se hizo.
Sería
estacionado en esta Verdad Invencible que San Juan abrió su Evangelio por el
Final. A diferencia de sus Hermanos Divinos, Juan extiende el Principio al
Origen de los Cielos y de la Tierra, y sabiendo, porque lo había visto con sus
ojos, que aquel que dijo HAYA LUZ, era el mismo JESÚS con el que había caminado
de pueblo en pueblo durante tres años, Juan se olvida del hijo del Hombre para
presentarnos al Hijo de Dios.
Los
Discípulos habían vivido anclados en la imagen popular sobre el Mesías, y hasta
el último momento habían creído que el Final del Mesías sería sentarse en el
Trono de David. Fue subido en esa Imagen popular que las multitudes saludaron
al hijo de David y aclamaron Bienaventurado al que venía en Nombre del Señor.
Los hechos no mienten, tanto las multitudes que le vieron entrar en Jerusalén
montado en un pollino cuanto sus propios Discípulos vivieron la Idea de que
durante aquella Semana Santa Judía el Maestro se declararía Hijo de David
delante de las Autoridades Sagradas del Templo, éstas le reconocerían como al
Heredero del Trono de Salomón y el Reino del Mesías sería proclamado en desafío
al Imperio de Roma.
Quienes
habían vivido su Poder sin límites no tenían ninguna duda sobre la Victoria de
JESÚS sobre el César, de Jerusalén sobre Roma. Durante esa Semana Grande del
Año 33 de la Era que lleva su Nombre, por fin, la respuesta final del hijo de
David al grito de “REY REY REY” que JESÚS había dilatado, por fin,
iba a ser escuchada entre los muros del Templo, de donde el Maestro saldría
investido de la Corona de David.
Las
multitudes, que aquella Semana Santa llenaron las calles de la Ciudad Santa y
rodeó sus muros como ejército en asedio a la espera de su la Orden de su Rey,
saludaron a su Salvador con el pecho henchido de una Alegría que exultaba
ALELUYAS. Y hasta las piedras por las bocas de los niños se dejaron llevar por
el grito Popular : “Bendito el que viene en nombre del Señor” … sin saber que
quien “venía” era el SEÑOR en persona.
San
Juan escribe su Evangelio con pleno Conocimiento de esta Realidad, quien entró
en Jerusalén aquella Semana Santa era el Señor en persona, el Todopoderoso Hijo
de Dios que con su Verbo creó los Cielos y la Tierra. Por esto abre su
Evangelio diciendo “Y EL VERBO SE HA HECHO HOMBRE”, y desde este Conocimiento
saltó inmediatamente al Final. Pues este Final era el que ÉL tenía en mente
desde que comenzó su Predicación. Y aunque muchas veces Les dijo: “He de morir
para resucitar”, la sola idea de que alguien pudiera ponerle la mano encima al
Todopoderoso Hijo de Dios, al sonido de cuya Voz las tormentas se calmaban y
los muertos se levantaban de su tumba, la sola idead de imaginar que alguien
pudiera ponerle la mano encima al Todopoderoso Hijo de YAVÉ DIOS, la sola idea
era ridícula.
Entre
aquellas Multitudes que le aclamaron y llenaron aquella Jerusalén durante
aquella Semana Sanata se hallaban el sin número de personas que vivieron en sus
carnes el Poder del Verbo hecho Hombre.
Bastaba
una palabra Suya para que esa multitud de Testigos invadiesen el Templo y
obligasen al Sumo Sacerdote proclamarle, a su Salvador, el Heredero de la
Corona y Trono de David, y ni Roma con todo su Imperio, ni todos los imperios
reunidos en el mundo podrían impedir su Coronación, devenir su Ejército y
seguirle a la Conquista del Mundo. Una sola Palabra suya era todo lo que
necesitaban oír…
Pero
lo que oyeron no fue una Palabra sino un Grito que como un Fuego le salió de
las entrañas y, en un momento para la eternidad, consumió esa Imagen de un Hijo
de David dirigiendo el ejército de todos sus Creyentes a la Conquista del
Mundo.
La
Escena fue tan impresionante, ser testigo, ver al Todopoderoso Hijo de Dios en
plena Cólera, cegó todas las fuentes de aquella esperanza alucinante que en sus
corazones había despertado Aquel ante cuya Voz la Muerte misma se retiraba.
Confundida,
arrojada de golpe de la luz a las tinieblas, aquella multitud sintió la misma
frustración de aquel Adán quien, soñando un Futuro en estado paradisiaco perpetuo,
de la noche a la mañana se encontró delante de las puertas del Infierno, y por
su Culpa, su Mundo se veía arrastrado al abismo de la Guerra Fratricida Mundial
hasta la destrucción de toda vida en la Tierra.
¿Qué
había pasado? ¿Qué estaba pasando? ¿Era una alucinación? Creían que el Mesías
había venido a reclamar lo que era Suyo, la Corona y Trono de Adán, el Mundo a
sus pies, y de pronto se encuentran delante de una Declaración de Guerra Suya
contra el Templo de Jerusalén.
¡Horror,
tinieblas, desesperación, tierra tráganos, que se conviertan las aguas de las
fuentes en vino, y en la intoxicación encontremos el cementerio donde cavarle
una tumba a la ilusión: “Jerusalén, la Nueva Roma Imperial”!
Lo
mismo que las Multitudes que clamaron Aleluya, los Discípulos vivieron esa
Caída en la Confusión absoluta. Todos salieron corriendo. En un instante el
sueño se había convertido en pesadilla. JESÚS se quedaba solo ante el Mundo…
Lo
demás es conocido. Cruz, Muerte y Resurrección.
Pero
esta no es la Hora de las Lamentaciones, es la Hora de abrir la Puerta y entrar
y ver qué vivió ese SEÑOR Todopoderoso a quien una sola Palabra le hubiese
bastado para darle a la Historia universal un Camino acorde a su Voluntad, y,
sin embargo, eligió hacer la Voluntad de su Padre Divino: Vencer a la Muerte
delante de la Casa de Dios entera.
¿Quién
puede romper los muros de la Muerte sino quien es Dios Verdadero? ¿Y cómo
romper los muros de esa Cárcel Invencible si no dejándose encerrar entre sus
muros?
La
Necesidad de la Muerte de Cristo era Divina. Dios tenía Necesidad de abrir la
Veracidad Increada de su Hijo delante de la Creación entera, darle Fin a la
Duda que una vez se abrió paso entre los hijos de Dios sobre la Naturaleza
Divina del Primogénito del Dios de dioses, y de tal forma darle Fin que
cualquier Pensamiento que abriese esa Duda fuese una Sentencia de Pena de
muerte contra su autor o autores, fuesen hijos de Dios o siervos.
La
única manera de establecer la Divinidad de su Hijo era haciendo lo que solo Dios
puede hacer: Vencer a la Muerte, Resucitar de entre los muertos. Y no por el
Poder de su Padre, sino por Poder propio.
“Dios
estaba en Él. ÉL Era Tú-Dios”. ¿Tenía alguna Duda el Hijo de Dios sobre su
Propia Veracidad Divina? ¿Iba a negarse a Sí Mismo por miedo a la Muerte?
La
Respuesta del Todopoderoso Hijo de Dios que al Principio dijo: “Haya LUZ; y la
LUZ se hizo”; esa respuesta la conocemos todos. Por esto, insisto, Juan abre su
Evangelio por el Principio Divino, y en Aquel con el que caminaron juntos nos
presenta al Todopoderoso Señor ante cuyo Verbo la Materia, el Espacio y el
Tiempo se ponen en movimiento para hacer Su Voluntad con la misma Diligencia
que lo hace el Cosmos entero ante su PADRE en obediencia a su Señor y Creador.
La
Visión, por consiguiente, que nos ofrece San Juan es la de quien ha alcanzado
la Consciencia de quien estuvo caminando junto a ese Señor Todopoderoso, la
Duda sobre cuya Veracidad Divina conduce a la Destrucción a todo el que la
alberga en su Pecho, y de aquí que, los Judíos en esa Duda, madre de la
Negación, efecto del Miedo a la Muerte, el evangelio de San Juan abra su Camino
anunciando la Destrucción de Jerusalén y de su Reino.
Le
seguimos hasta el Templo. El Todopoderoso Señor, que delante de la Casa de Dios
va a descubrir su Naturaleza Divina venciendo a la Muerte,; este Señor, JESÚS,
el Verbo hecho carne, “Dios con Nosotros”, camina como un Hombre, se acerca a
Jerusalén, sube al Templo. Todas las orejas están pendientes de su Palabra,
todos los ojos le siguen con el corazón en un puño, es la Hora de declararse
abiertamente el Mesías, el hijo de David. Las almas se felicitan. Si el Faraón
no pudo detener a Moisés, siendo como fue Moisés un siervo de Dios, ¡cómo
podría el César detener al mismísimo Hijo del Señor de Moisés! ¿Acaso no escribió
David sobre su hijo: “Le ha dicho el Señor a mi Señor…”? Quien fue rey y por
señor sólo tenía a Dios ¡cómo podía hablar de un señor entre él y su Dios!
Ese
Señor era quien entraba en el Templo…
Y
nadie tenía la menor idea de cuál era su Pensamiento. ¡Qué hombre podía
imaginarse que en la Resurrección quedaría establecida delante de la Creación
entera la Veracidad de Dios: Padre e Hijo?
Los
hombres actuamos como tales y como hombres nos preocupamos de lo que
vestiremos, comeremos, donde dormiremos, que será de nuestros hijos…
Abandonados en la Ignorancia del Conocimiento Perfecto de la Personalidad de
quien dijo YO SOY EL QUE SOY, entregados a la Muerte por la Traición de un hijo
de Dios, “no de este mundo”, ¡qué hombre podía sin Dios penetrar en la Mente de
aquel JESÚS que haciendo oídos sordos al ALELUYA miraba a la Eternidad, y con
su Padre había tomado la Decisión de Refundar el Reino de Dios sobre una Fe
Invencible, Incorruptible e Indestructible contra cuyos Muros la Muerte se
estrellaría por siempre jamás!
Ni
las multitudes ni los poderes eclesiásticos ni los mismos Discípulos, Testigos
de Su Poder sin límites, podían creer lo que enseguida verían.
El
Cosmos entero se quedó paralizado. Ni los soldados de Roma, ni los guardias del
Templo, nada ni nadie podía poner en movimiento un solo músculo. Aquél mismo
Dios de cuya Boca el Universo vino a Luz se quitó su Vestidura humana y se
transformó en un dios vivo delante de cuya presencia el mundo se convierte en
polvo.
Los
nervios no transmiten la orden a los músculos. Los brazos no llegan a las
espadas; las manos no les pertenecen. Los puños no se cierran alrededor del
hierro. Es el rayo y la tormenta, el ciclón y el huracán, el volcán y el
terremoto, la fuerza que se desata emerge de un Corazón que ha sufrido la
suerte de su Creación, el Hombre, y sufre el Infierno que el Mundo aún deberá
sufrir. Desde las Persecuciones anticristianas, a las Guerras Mundiales vía
Guerra vía Guerra Fratricida Intercristiana, la
Historia de los dos próximos milenios estaba delante de sus ojos. ¡Si sólo
hubiesen creído en Él…! La Negación a creer de quienes le vieron con sus ojos
se había convertido en ÉL en fuego.
¡Cuántas
veces quiso Él abrirles los ojos!
A
sabiendas que sus ojos estaban cegados y sus corazones muertos, con todo Su
Poder intentó abrir esas tumbas, hacer que la Verdad penetrase en sus almas! Si
hubiesen creído… Y aunque JESÚS sabía que su PADRE había hecho Necesidad de la
Sabiduría … si hubiesen creído… si sólo se hubiesen atrevido a creer…
De
rodillas, delante la Voluntad de su PADRE, la Negación del Templo de Jerusalén
a CREER le ardía como un fuego que le consumía el Corazón. A su Cruz subirían
decenas y decenas de miles de inocentes cuyo único Crimen sería CREER en lo que
ésos que le miraban no querían CREER: “que tenían delante al Señor, al Hijo de
Dios, Vivo, en Persona DIOS CON NOSOTROS”, allí, delante de ellos, convertido
en un fuego del que nadie podía escapar y contra el que nada podía hacerse
Si
en aquel momento Él le hubiese dicho a la tierra: “Trágatelos”, la tierra se
hubiese abierto y se los habría tragado.
El
Dolor era tan grande, la Visión de las Persecuciones que su Iglesia y sus
Fieles habrían de vivir, por culpa de la Negación de ésos que enseguida
pedirían su Muerte, era un sufrimiento tan profundo y vasto que su Corazón,
acuchillado hasta lo más profundo, transformó en Cólera sin límites.
“¿Qué
señal das para obrar así?” le preguntaron aquellos mismos que unos días antes
habían sido testigos de la Resurrección de Lázaro.
Demenciados
por el Miedo a la Muerte, Esposa de Roma, aun se atrevieron a decir: “Cuarenta
y seis años se han empleado en edificar este templo, ¿y tú vas a levantarlo en
tres días?”.
La
Locura era total. El miedo a la Muerte era todopoderoso. El Ateísmo de la
Religión Judía era Absoluto. La Teología del Templo de Jerusalén era una nueva
forma de paganismo.
Un
solo hombre se enfrentaba a todas las autoridades romanas y sacerdotales y ni
un solo músculo se movió… hasta que cesó el fuego. Ante aquella visión hubieran
debido tenerle Miedo a ese Hombre Todopoderoso, engendrado a la Imagen de Dios,
su Creador, cuya sola Palabra bastaba para sellar la Destrucción del Templo y
el reino de los Judíos.
Sin
embargo esa Destrucción sobre la Tumba del Primogénito, sobre la que se
lloraría como se llora por muerte de Unigénito, ya había sido escrita y
firmada.
El
paganismo religioso judío había convertido la Ley en un fetiche; Jerusalén no
podía entender el Libro de Dios, la inteligencia de su Autor estaba tan lejos
de la inteligencia del Templo como los están el Cielo de la Tierra. “Oro, oro,
oro”, era todo lo que quería el Templo; “dinero dinero dinero”, era
de lo único que entendían los sacerdotes Judíos. El oro era su Religión. El
Dinero era su dios.
Roma
tenía en el Hierro su Templo y su dios. Como es más puro el oro que el hierro
Jerusalén se creía más santa que Roma, y ambas se unían para ponerle la mano
encima al Hijo de Dios.
Es
así como San Juan abre su Evangelio. Su Evangelio nos presenta a “Dios con
Nosotros”. El Dios con el que él caminó hasta el Gólgota, y sobre cuya Persona
concluye diciendo:
El
Hijo vino al Mundo para vencer a la Muerte delante de la Creación entera. Para
Resucitar tenía que subir a la Cruz. Sobre su Resurrección la Veracidad de
Dios, Padre e Hijo, quedaría sellada por la Eternidad. Y el que no cree en la
Veracidad de Dios, Padre e Hijo, no conocerá la Vida Eterna. El que cree, vive
para siempre. Lo dijo JESÚS, y su Palabra es el Verbo, y el Verbo es Dios.
DIOS
CON NOSOTROS (09/02)
Los
acontecimientos históricos no mienten.
No
importa las manipulaciones a que se sujeten la Verdad Histórica es principio y
fundamento de la una Ciencia que tiene a la Vida por objeto.
Juan
desarrolla su Historia Divina partiendo del Principio del Universo.
“Al Principio
creó Dios los Cielos y la Tierra;
al Principio
era el Verbo y el Verbo era Dios,
el Verbo se
ha hecho Hombre”.
Su
Teología tiene valor eterno. El que ha visto, habla. Quien ha oído, escribe. Y
firma su Testimonio con sangre. Juan estuvo caminando con Dios. ¡Cómo
desprenderse de esta Verdad que él había vivido!
La
Historia del Pueblo Judío le daría la razón a JESÚS. El Templo del que se
vanagloriaron, quedó destruido. El pueblo que se creyó la raza superior del
planeta, fue masacrado y desterrado de su tierra patria, como lo fuera su
padre mítico Adán de su paraíso original, y como él, fue entregado a la Muerte
para ser sujeto de escarnio y genocidio durante los dos mil años
de exilio a que fue condenado por su Negación a aceptar la Verdad:
que aquel Profeta que entregaron a Roma era el mismo Dios y Señor que al
Principio “DIJO, Y ASÍ SE HIZO”.
La
Verdad Histórica no admite peros. Creyeron que Roma era Eterna, bajo sus alas
la supervivencia del pueblo de Abraham estaría tan garantizada como lo estuvo
bajo las alas imperiales de Ciro el Persa.
Era
normal que así lo creyesen. El Pueblo Judío no fue el único que vivió cómo Roma
era hundida hasta el infierno para levantarse de nuevo hasta el mismo cielo. No
una, muchas veces. Una vez y otra, y otra de nuevo… Invasiones, guerras
civiles… Lo que no mataba a Roma la hacía más fuerte. Aún no había nacido quien
la matase, ni se veía en los alrededores quien pudiese parir a ese matador. La
sola idea de pensar en levantarse en guerra de independencia contra Roma era
una locura. ¿Qué era Jerusalén? ¿Quiénes eran los Herodes? ¿Había acaso entre
ellos algún Aníbal? ¿Qué quería el pueblo, proclamar rey a este milagrero,
levantarse en armas contra el Todopoderoso César y seguirle a la conquista de
Roma? ¿Y dónde estaban las armas? ¿Dónde los generales? ¿Esos Doce Pescadores
iban a dirigir la Insurrección Independista contra el ejército más poderoso de
la Tierra? Era ellos o JESÚS. Poncio Pilato ya había dado su ultimátum. O se lo
entregaban, cargando ellos con la culpa de su muerte, o sacaba su ejército y
masacraba a la población. ¿Qué querían? O con el César o contra el César.
La
supervivencia es un deber hacia uno mismo. De esto no cabe duda. Pero
sobrevivir a costa de la vida de otro es un acto criminal. De esto tampoco cabe
duda.
“No
matarás” es Ley, dice Dios, pero Dios está en el Cielo, dondequiera que esté
ese Mundo, y los hombres estamos en la Tierra, que está debajo de nuestros
pies. Desde que Caín mató a su hermano Abel los reyes han pisado esa Ley Divina
a su antojo. Para ellos ser Ateo no es un derecho, es un deber. Para ellos
pisar la Ley es un acto de Poder. Ergo: Quien ejerce el Poder debe ser un
criminal por inercia misma de la naturaleza del Poder.
El
Poder ejerce el Crimen como Necesidad de Supervivencia. Roma entendió esta ley
de necesidad desde su origen, y la aplicó a lo largo de su Historia con brazo
de hierro. República, Democracia… todo era una mentira. La Paz se basa en la
destrucción del enemigo.
La
Naturaleza del Poder es el Estado de Guerra Perpetua. Esta Perpetuidad convierte
la Guerra en una Necesidad Divina, y de aquí la divinización del César.
Octavio
Augusto era dios. Su sucesor, Tiberio, era dios. Y Claudio, y Calígula, y
Nerón. La A lleva a la Z.
Cualquier
discusión sobre esta dinámica es absurda. Basta estudiar la Historia de la
Antigüedad a nivel mundial. Desde e Egipto hasta el Japón, desde Escandinavia a
las Américas el Poder buscó siempre su divinización. Las listas reales de las
dinastías de las naciones antiguas condujeron siempre a sus miembros a la divinidad.
Octavio Augusto no se inventó nada. La diferencia, en todo caso, se establece
en que en su caso fue el pueblo quien le elevó a la condición de los dioses,
mientras que en el caso de las dinastías antiguas la divinización del trono
procedía directamente de sus miembros. La reacción del pueblo ante los dos
casos fue igualmente diferente. Mientras que el César mantuvo su divinidad por
generaciones, en el caso de los reyes antiguos la elevación a la divinidad
devino siempre una razón invencible para la insurrección y la consiguiente
caída de la dinastía.
El
pueblo judío había sobrevivido a dinastías legendarias. Su relación con la Ley
de Moisés fue su amuleto, su totem, su
divinidad. Que Dios exista o no exista no era importante, lo trascendente era
que mientras mantuviese el Código de Moisés en vigencia la supervivencia del
pueblo judío estaba asegurada.
No
era Dios, era el Código de Moisés el verdadero ídolo de Jerusalén. Por esto,
porque el Profeta Galileo quería hacer de ese Código una Ley Antigua, superada
por una Ley Nueva basada en la Libertad, separando Ley y Castigo, el Profeta
Galileo debía morir.
Esta
Verdad es un Hecho. JESÚS mantiene la Vigencia de la Ley, pero deja a la
conciencia de cada cual la Obediencia. JESÚS trae al mundo un Templo en el que
el sacrificio Expiatorio Aarónico queda suspendido, abolido, disuelto.
El
Adulterio, por ejemplo, sigue siendo un delito delante de Dios, pero el Profeta
Galileo anuncia el Fin de la Pena de muerte hasta entonces viva. Y así con
todo. En definitiva, el Profeta Galileo les anunciaba el Fin del Templo
Aarónico.
Ergo,
acorde a la Ley, JESÚS debía morir.
Pero
no importa el razonamiento al que nos acojamos para intentar comprender la
Negación a admitir lo que con sus ojos habían visto, el Hecho es que el Derecho
de Dios a intervenir en su Creación y dirigir su Historia Universal es Natural
a su Realidad de Creador. Principio de todo lo que existe, sin cuya Existencia
no existiría nada de lo que existe, por este Principio Dios no tiene que darle
explicaciones a su Creación de lo que hace. ¿Hay algo más absurdo que un
Creador pidiéndole permiso a su Creación para actuar en ella?
Y
en este caso nos encontramos, y de aquí la Trascendencia Invencible e
Indestructible del Evangelio, de la Iglesia y del Cristianismo, con una
Necesidad que supera al Hombre e integra en su Naturaleza al Cosmos entero.
En
la Caída de Adán, padre de los Judíos, la Creación entera quedó en suspense.
Aunque en su Ignorancia, el Hecho es que el padre de los Judíos se alió con
Satán, de un sitio: para elevar a los hijos de Dios a la condición de
dioses verdaderos, todos ellos más allá del bien y del mal, y por tanto libres
para hacer de la Guerra su Deporte favorito, su Pasatiempo amado, su Hobby
sagrado; y del otro: para tentando al Hijo de Dios ganarlo para esa causa, por
Dios maldita y contra la que el Padre de Ese al que querían tentar y ganar para
su causa había levantado Pena de Destierro Eterno de su Creación.
Estamos
hablando de una Batalla Final de Dios en cuanto Creador por establecer, por la
Eternidad: los fundamentos de su Creación sobre Pilares Inconmovibles. La Roca
sobre la que descansan esos Pilares es Su Personalidad, esa Personalidad sobre
la que el Creador del Cosmos dice : “YO SOY EL QUE SOY”, Personalidad que sus
hijos pretendieron manipular enfrentando en Dios al Padre contra el Creador.
La
Realidad de esta Batalla Final fue un Acontecimiento desconocido por todas las
naciones del mundo. El Silencio de Dios sobre su Naturaleza fue tan absoluto e
impenetrable que ni su propio Hijo Amado conocía su gravedad al entrar en la
Batalla como el Campeón del Género Humano. Es siendo Hombre que su Hijo Amado,
como dirá luego el Apóstol, fue perfeccionado por su Padre Divino en el
Conocimiento Íntimo de la Naturaleza de la Guerra a la que había sido llamado.
No
eran los judíos los únicos que vivieron fuera de la Intimidad de Dios, todos
los pueblos del mundo vivieron su viaje por los milenios extramuros de ese
Silencio. No importa el nombre del pueblo que se hubiese encontrado delante de
JESÚS la reacción ante Su Presencia Intramuros de ese SILENCIO DIVINO hubiese
sido idéntica. El Apóstol insistió en este Hecho: “De haber conocido los judíos
a quien tenían delante antes se hubiesen cortado los brazos que ponerle una
mano encima al Todopoderoso Hijo Amado de Dios, Señor de Moisés”.
Es
muy fácil desde el conocimiento juzgar el comportamiento de los pueblos
antiguos. Lanzar sobre ellos un juicio en razón de la diferencia entre nuestra
mentalidad e inteligencia y la de ellos viene por inercia. Parece que
ejerciendo este juicio nos consagramos un paso más dentro de esa búsqueda
milenaria universal en pro de nuestra propia divinización. No en vano los
Protestantes Anglicanos se declararon “los divinos”. Esa tendencia a
creerse dioses es una constante en la Humanidad desde la Caída. La Tentación
fue esa: Declararse el hombre “ser un dios”.
Vemos,
entonces, que todos los elementos del Pasado se reformulan en los
acontecimientos alrededor del Hijo de Dios en la Tierra. El Dios que al
Principio “dice, y así se hace” se hace Hombre.
La
Tentación de Satán a Adán, proclamarse un dios, la tenemos en el César.
La
Negación a creer en JESÚS como Dios Hijo la tenemos en el Templo.
La
Traición de Satán contra Dios la tenemos en Judas.
La
Tentación y Victoria que buscaba el Traidor, ganarse al Rey de reyes y Señor de
señores del Reino de Dios para su Causa, la vemos en el encuentro entre Satán y
JESÚS.
La
Cólera de YAVÉ DIOS, Señor de Moisés y Padre de Adán, ante la Traición de Satán
la vemos en la Cólera de su Hijo contra el Templo.
El
Silencio de Dios sobre la Verdadera Naturaleza de los Acontecimientos puestos
en movimiento por la Traición de Satán y Caída de Adán lo tenemos en el
Silencio de JESÚS delante de Poncio Pilato. Silencio que esclavizará a sus
Discípulos a su Ley.
Todo
fue recopilado en la Vida de CRISTO JESÚS, hijo de David, hijo de Adán. Y nadie
en este mundo sabía de dónde venía Él, ni adónde iba. Ni Judíos, ni Romanos, ni
Discípulos. La Intimidad del Silencio Divino era Impenetrable. ¡Cómo decirle a
quienes no comprendían las cosas de aquí Abajo la naturaleza de las cosas de
allí Arriba! ¿Qué iba a decirles?: ¡“Soy Dios Hijo Unigénito y debo enfrentarme
a la Muerte a fin de que toda la Creación vea que Dios vive en el Hijo como
vive en el Padre!”
Dios
no podía darle a su Palabra: “He aquí que hago las cosas Nuevas” una Realidad
Cosmológica de valor eterno e infinito sin antes establecer este
Principio: “¡Dios vive en el Padre y en el Hijo!”
No
es por el Poder del Padre que el Hijo vence a la Muerte, sino por el Poder de
su propia Naturaleza Divina. “Yo tengo el Poder de darla y el Poder de tomarla”
es una Declaración que no admite crítica ni discusión. Con ella JESÚS deja
claro que Dios vive en Él como vive en su Padre. Si Éste le hubiese levantado
de entre los muertos, como fue levantado Lázaro por JESÚS, ¿dónde quedaría la
Naturaleza Divina de su Hijo? Volveríamos a lo mismo: a la Duda, y de la Duda a
la Negación sólo hay un paso.
Es
pues el Hijo en Persona quien se deja Crucificar ( de aquí la Necesidad de la
Muerte de Cristo ) y quien vence a la Muerte por el Poder de Dios que vive en
Él. Y de aquí que finalmente el Espíritu Santo reuniendo a todos sus Siervos en
el Concilio de Nicea proclamase a boca llena y a corazón abierto la Divinidad
del Hijo, revelación que la Esposa de Cristo recogería en Testamento en su
forma de Doctrina del Dogma de la Santísima Trinidad.
Evidentemente
el Silencio de Padre e Hijo, sobre la Naturaleza de la Batalla Final por la
Muerte declarada “contra la Creación según YAVÉ DIOS”, permanecería hasta que
se cumpliesen los tiempos determinados en Su Sabiduría en beneficio de la
Salvación de la Plenitud de las Naciones del Género Humano. Lo que a todos nos
compete es instaurarnos en el Conocimiento Perfecto del Hijo de Dios.
Evidentemente
Dos mil Años después, con la sucesión de guerras, genocidios, cismas, la Muerte
forzando el despliegue de todas sus fuerzas al día de Hoy para consumar su
Obra, Satán mediante, ha hecho que el Ateísmo Neopagano propio de los días
anteriores a Cristo, bajo nuevas formas, con más Poder y Conocimiento del Mal,
conciban la ilusión suicida de un Mundo sin JESÚS.
La
Batalla Final es Hoy por el Género Humano; Ayer fue por la Casa de Dios. Mas a
diferencia de Ayer, Hoy aquel mismo JESÚS que dobló sus rodillas delante de su
Padre y Señor y puso su Corona a sus pies, se encuentra Hoy de pie con la
gloria de quien es Dios Hijo Unigénito y está por y CON NOSOTROS.
Pues
como la Muerte ha desplegado a su príncipe y sus ejércitos para alcanzar
el apogeo de su entidad, la Destrucción de toda vida sobre la Tierra, así Dios
ha desplegado a su Príncipe y sus ejércitos para desterrar a Satán de la Tierra
y liberar al Género Humano de la Muerte.
Si
Ayer consumó Dios su Victoria, y Hoy consumará la propia, ver el Mañana y
desplegar nuestra inteligencia sobre su Naturaleza es lo que a todos nos toca.
Los
muertos, aun vivos, no cuentan. Sus palabras sobre Guerra Mundial y Dictadura
Global son ecos entre tumbas de cementerio. Los fantasmas del Pasado hablan
entre ellos sin querer ver la verdad, que están muertos. El Mañana es nuestro,
porque “Dios está con Nosotros”.
LA
INTIMIDAD DE DIOS ( 10/02/)
San
Juan no firma como Marcos. Como Marcos, San Juan escribió el Segundo Evangelio
siguiendo el espíritu de la Ley: “Por el Testimonio de dos será condenado o
absuelto el reo de juicio”. En cuanto Marcos, San Juan se limitó a dar
testimonio de lo que San Mateo había escrito. No es extraño que Sam Pedro
acogiese bajo su poderoso manto al joven Marcos, es decir, a aquel a quien
le dijo JESÚS : “Hijo, he ahí a tu madre”. Declaración por la que la Madre fue
puesta bajo su Custodio Filial, su Misión: no separarse de ELLA bajo ningún
concepto hasta el día de su Ascensión al Mundo al que Él regresaba.
La
Promesa de YAVÉ DIOS era firme: “NO permitirás que mi Carne conozca la
Corrupción”. MARÍA era la “carne” de la que “el Verbo se hizo carne”.
La
juventud de San Juan la vemos reflejada en la Última Cena. Parecería incluso
extravagante que JESÚS le eligiese a su Madre por Querubín Sagrado al más joven
de todos sus Discípulos. Pero fue el más joven de los Apóstoles el único que fue
encontrado a los pies de la Cruz. La PALABRA del Hijo era Dios. Y San Pedro,
aunque acoge a la Hermana de su Suegra y su “hijo” bajo su poderoso manto, ni
se atreve a revocar su Palabra. O siquiera a pensar en revocar la Palabra de su
Maestro: “Madre, he ahí a tu hijo”.
Es
por resto, como dije en la HISTORIA DIVINA, que San Juan pasa por los Hechos de
los Apóstoles como una sombra invisible, su existencia un misterio. La única
prueba de su vida es el Evangelio de su Juventud, firmado como Marcos, a fin de
que se cumpliese la Ley, “sobre el testimonio de dos fundarás tu juicio”.
Después vino San Lucas. Y finalmente Dios sella el Testamento de su Hijo con el
Evangelio de la Madurez de San juan.
La
MADRE ya había ascendido al Cielo. El Autor del Cuarto Evangelio es la
Autoridad Suprema Espiritual de su tiempo. El Espíritu Santo vive en Él. Es el
último de los Doce Todopoderosos Ministros que Dios le ha dado a la Corona de
su Hijo, en cuyas Manos Dios reposa el Gobierno de su Reino durante los Días de
la Creación. Satán creyó que matando a Cristo su victoria sobre Dios quedaría
sellada. Necio maldito, se fue Uno, y Dios engendró Doce Hombres a la Imagen y
Semejanza de ese Cristo contra el que se alzó.
Y
así se cumplió la Escritura: “Hagamos al Hombre a nuestra Imagen y a nuestra
Semejanza”.
Quien
escribe el Cuarto Evangelio ya no es un Joven cuya única misión en este Mundo
es defender y proteger a la MADRE. Grandes acontecimientos habían tenido lugar
desde el año 33 al año 90. San Juan había visto a San Pedro, el Pastor de los
pastores, al frente de sus rebaños, todos corderos inmaculados, caminando al
Matadero de la Persecución Neroniana. También por esos años el Templo de
Jerusalén había sido quemado. ¡Quien hubiera podido decir en aquel año 30 que
aquél JESÚS que buscó a Juan en el Jordán, para cumplir con la Escritura, sería
el Brazo de YAVÉ DIOS en la Tierra, contra cuyas naciones se había alzado en
Juicio, Israel entre ellas!
San
Juan no tenía Duda de ninguna clase sobre lo que había vivido, y su Evangelio
se centra en esta Intimidad del Hombre con Dios, de la que gozaron sus
profetas, el Bautista el último entre ellos. No en vano comienza su Evangelio
visitando en su Memoria al Bautista.
“He
ahí el Cordero de Dios que quita los pecados del mundo” le escucha decir Juan,
y, sin el mínimo entendimiento de lo que esas palabras significaban, con
Andrés, hermano de Pedro, corrió a buscar a su hermano Santiago. “Santiago,
Santiago, hemos encontrado al Mesías, es JESÚS, el hijo de MARÍA”.
¡Cómo
iba a entender él o su hermano lo que esas palabras significaban: “He ahí el
Cordero de Dios”.
Como
todos los demás hijos de Abraham de su tiempo, Juan y Andrés, buscaban al
Mesías, hijo de David, el todopoderoso héroe subido en un caballo de guerra, el
manto cubierto del rojo de la sangre de sus enemigos. “A mi los de YAVÉ, el grito del Martillo de Dios, Judas Macabeo, volvería a
resonar entre el Jordán y el Mediterráneo, y extendiéndose por todas las
tierras cubriría las cuatro regiones del mundo.
El
Bautista calla. Está en la Intimidad de Dios. Únicamente él y el Cordero de
Dios conocen de dónde viene JESÚS, y adónde va. El Bautista conoce de primera
mano la Encarnación del Hijo de Dios por obra y gracia del Espíritu Santo. Como
dije en la HISTORIA DIVINA, su madre, Isabel, tras el asesinato de su marido,
Zacarias, crimen cometido “en el gazilofacio de la puerta del Templo”, huye a las montañas de Judea, es recibida por la
comunidades esenia, cría a su hijo consciente de las palabras recibidas por su
marido del Ángel: “Le preparará el camino al Señor”. Isabel cría a su hijo en
el conocimiento de quien es el hijo de MARÍA, el Hijo de Dios hecho hombre.
Isabel
muere. Su hijo abandona las montañas de Judea y abre su Misión en el Jordán. Su
Dios lo guía. El tiempo del CORDERO DE DIOS se acerca.
El
tiempo de Cordero de Dios ha llegado. Ve al Hijo de MARÍA, de quien tanto le
habló su madre, por primera vez. Ambos saben cuál es el Fin del Cordero de
Dios. Ambos conocen cuál es la imagen del Mesías que vuela por el reino de
Israel. Ambos callan. La REDENCIÓN es una Necesidad Sagrada. En el Sacrificio
de su CORDERO establecerá YAVÉ DIOS la Ignorancia del Mundo sobre la verdadera
naturaleza de la Traición de Satán, y la Inocencia de Dios en el
desarrollo de la Traición de los hijos de Dios que se levantaron contra su
Creación.
En
la CRUZ quedaría sellada la Inocencia de Dios en la CAÍDA, argumento abierto
por Satán contra la OMNISCIENCIA DIVINA al afirmar, en defensa de su Rebelión y
Homicidio, que era imposible, dada la Presciencia y Omnisciencia Divinas,
que tanto la Traición como la Caída no hubiesen sido predeterminadas por Dios
desde el Principio de la Creación del Hombre.
Era
en la Cruz y desde la Cruz que el Hijo Primogénito y Unigénito de Dios en
persona se alzaba como Abogado del Hombre y de Dios afirmando desde su Cruz
tanto lo uno como lo otro, la Ignorancia del Hombre sobre la verdadera
naturaleza de la Rebelión de los hijos de Dios, liderados por Satán, como la
participación, por activa o por pasiva, de YAVÉ DIOS en la Traición a su
Voluntad.
Juicio
contra Satán que San Juan recuerda, firma, corrobora y establece en la Mente de
todos los Seres, de este Mundo como de los otros Mundos del Reino de DIOS,
escribiendo: “La Palabra es Dios”. Ergo: Transgredida la Ley, la Pena de Muerte
contra el Transgresor es Irrevocable.
Escribiendo
tal San Juan bendice a Dios, quien juzga al Transgresor, y levanta delante de
nuestros ojos la Validez Eterna y Todopoderosa de la Ley: “Quien hace la Guerra
a su hermano o a su prójimo es Enemigo de Dios y su Pena es la Destrucción
suya y de su Pueblo”.
Obvio
repetir lo que dije en CONTRA EL ANTICRISTO, que habiendo sido recogido el
Argumento de Satán por Calvino durante el Siglo XVI, y consagrada la
Defensa del Diablo contra YAVÉ DIOS en el trono Anglicano y Protestante, la Ley
pende sobre la cabeza de las naciones rebeldes contra la Unidad Cristiana
Universal rota en el siglo XVI, creadora de la Guerra Fratricida Europea de los
30 Años en el siglo XVII.
Pero
habiendo establecido Dios la Liberación del Diablo en el Año Mil en razón de
una Necesidad Superior, que como he dicho es descubrirle a su Casa, en la que
nos comprendemos, que la aparente Dureza del Juicio de Destierro Eterno de su
Creación contra Satán se corresponde a la crueldad maligna de quien sembró
la Semilla de la División de las iglesias, ha querido Dios abrir la Puerta de
la Misericordia a la Obediencia a su Voluntad Unificadora Universal, de manera
que por la Obediencia o rebelión a hacer su Voluntad cada iglesia se juzgue a
sí misma. Pues que el Espíritu de JESUS es el espíritu de la profecía y el
mismo JESÚS es el Verbo, su Anuncio sobre la Siembra del Maligno y la
consiguiente división de las iglesias era un efecto imposible de evitar, en el
que Dios Padre, queriendo humillar a todos “los divinos” nos recuerda que
la Caída no tuvo lugar porque Adán fuese el padre de los judíos, porque
independientemente de quien hubiese sido el elegido por Dios para ser el rey de
la Tierra, una vez la Traición en curso ninguno de los padres de las demás
naciones hubiese podido resistir el Poder de la Astucia de Satán. Que
accesoriamente fuesen los Judíos los jueces de Cristo esta realidad no
quita que cualquiera que hubiese sido el pueblo que se hubiese hallado en esa
posición hubiese escrito esa misma historia.
La
Caída no fue una NECESIDAD de ninguna clase, Argumento que el
Protestantismo Calvinista, en sus distintas formas, consagró sentando a sus
reyes en el trono del Anticristo. Diciendo que la concepción de la
Presciencia de la Omnisciencia Divinas contradicen la Libertad de Satán,
Calvino y sus divinos defendieron a Satán contra Dios, a la par que exculpando
a Adán en razón de su esclavitud invencible a esa Predeterminación desde la
Eternidad, el Calvinismo hizo de la Redención una farsa y de la Necesidad de la
Muerte de Cristo un teatro sin gracia. Negando la Inocencia de Dios, Calvino
arrastró a los pueblos a consagrar en el trono de sus naciones al Anticristo.
Ahora
bien, sabemos que la NECESIDAD de la Muerte de Cristo sólo puede ser
contraargumentada por los discípulos del Diablo. San Juan es firme, abre su
Evangelio lanzando nuestra mirada al Principio, cuando Dios creó los Cielos y
la Tierra; enseguida abre la Puerta del Mundo a su Encarnación; a continuación,
rompe el hilo de la Épica para presentaros al Cordero de Dios, ese Cordero que
el mismo Dios presenta para sobre su sangre expiar los pecados de todos en la
Ignorancia de Adán y su Mundo, y afirmando esta Ignorancia San Juan establece
la Inocencia de Dios en la rebelión y traición de esos hijos sobre los que
Moisés escribió:
Escuchad,
cielos, y hablaré;
oye,
tierra, los dichos de mi boca;
descienda
como lluvia mi doctrina,
destile
como rocío mi palabra;
como
llovizna sobre la hierba, como sereno sobre el césped;
voy
a proclamar el nombre del Señor: dad gloria a nuestro Dios
Él
es la Roca, sus obras son perfectas, sus caminos son justos,
es
un Dios fiel, sin maldad; es justo y recto.
Hijos
degenerados, se portaron mal con él,
generación
malvada y pervertida,
¿Así
le pagas al Señor, pueblo necio e insensato
¿no
es él tu padre y tu creador, el que te hizo y te constituyó?
La
pregunta salta del corazón a la mano: ¿Quiénes, fuera de aquel Bautista y del
Cordero de Dios, participaban de la Intimidad Divina en cuya Sabiduría se
estableció la NECESIDAD de la Muerte de JESÚS?
Juan
y Andrés corren a buscar a sus hermanos Santiago y Pedro: “Hemos encontrado al
Mesías”. El Bautista guarda Silencio. JESÚS no abre su boca hasta el final,
cuando ya los actores de su Muerte corrían al encuentro de Judas y Poncio
Pilato. Y aún cuando les dijo a sus Apóstoles que
debía morir, todos se levantaron, para atreverse incluso a querer quitarle de
la cabeza esa idea: “Pero , hombre de Dios, ¿qué estás diciendo?, tú eres el
Mesías, el hijo de David, el rey de Israel”.
Sí:
De Israel, del Mundo, y del Universo entero. Y en aquel momento el Universo
entero era el que estaba en juego.
2
SI
ERES HIJO DE DIOS
(11/02)
Jesús,
lleno del Espíritu Santo, se volvió del Jordán, y fue llevado por el
Espíritu al desierto y tentado allí por el diablo durante cuarenta días. No
comió nada en aquellos días, y pasados, tuvo hambre. Díjole el diablo: Si eres Hijo de Dios, di a esta piedra que se convierta en pan.
Jesús le respondió: “No sólo de pan vive el hombre.” Llevándole a una altura,
le mostró desde allí, en un instante, todos los reinos del mundo, y le dijo el
diablo: Todo este poder y su gloria te daré, pues a mí me ha sido entregado, y
a quien quiero se lo doy; si, pues, te postras delante de mí, todo será tuyo.
Jesús, respondiendo, le dijo: Está escrito: “Al Señor tu Dios adorarás y a Él
sólo servirás.” Le condujo después a Jerusalén y le puso sobre el
pináculo del templo, y le dijo: Si eres Hijo de Dios, échate de aquí
abajo; porque escrito está: “A sus ángeles ha mandado sobre ti para que te
guarden y te tomen en sus manos para que no tropiece tu pie contra las
piedras.” Respondiendo, díjole Jesús: Dicho está: “No
tentarás al Señor tu Dios.” Acabado todo género de tentaciones, el diablo se
retiró de El hasta el tiempo determinado.
Vamos
a seguir a JESÚS al desierto de Judea. Es lo primero que Él hace tras
sujetarse al cumplimiento de la Escritura ante el profeta del Jordán. Ningún
rey de Israel lo era sin el reconocimiento del Profeta de YAVÉ DIOS. Hay que
decir que la idea popular de ser el sumo sacerdote quien le debía conferir al
hijo de David su corona era una idea falsa. La corona fue puesta en la cabeza
de la casa de David de la mano del profeta de Dios. Fue el Profeta Samuel
quien le dio la corona a Saúl, y fue el mismo Profeta Samuel quien se la
traspasó a David. El reconocimiento de la Herencia del hijo de David le
correspondía al Profeta de Dios, en este caso a Juan el Bautista. Y de aquí que
JESÚS se alzase contra el Templo y se sometiese al Profeta de YAVÉ DIOS, su
PADRE, para que se cumpliese la Escritura.
Bautizado
por el Profeta del Jordán la Corona de David era Suya. Y, sin embargo,
viviendo en la Intimidad de su Señor, el Bautista dice de Él : “He aquí al
Cordero de Dios”.
Es
decir, la idea que DIOS tenía de la Corona del hijo de David y la idea que el
pueblo tenía del trono del heredero del mítico rey de Jerusalén distaban tanto
como distan el Cielo de la Tierra, que creo que son tres millones de años
luz.
Sin
ir tan lejos tenemos en vivo y en directo a los herederos de aquella idea
mitológica sobre una Jerusalén Imperial, señora y ama del Universo, a la imagen
de la Roma Eterna, en la escuela ortodoxa judía actual, aún esperando que baje del Cielo el mítico hijo de David que vive en sus
cabezas, y que, reconocido por ellos como el Mesías elevará los muros de
Jerusalén hasta el olimpo de las naciones, haciéndolas a todas tributarias de
sus arcas.
El
Profeta del Jordán legitima la Herencia Davídica a JESÚS, cumpliéndose así la
Escritura, pero lo que JESÚS iba a hacer con esa corona de David era un
acontecimiento que pertenecía exclusivamente a su Persona. Siguiendo con el
Cumplimiento de la Escritura, Juan sabe que ese rey debe ser Sacrificado en
aras de la Ignorancia del Género Humano y la Inocencia de Dios. Ahora
bien, JESÚS era libre, tenía voluntad propia; la decisión final que Él tomase
pertenecía a su propio Ser. La Escritura se había cumplido, el hijo de David
estaba vivo; la misión para la que Juan había sido engendrado se había
consumado; Juan ya podía dejar este Mundo, no tenía nada más que hacer aquí
Abajo. El Futuro de este Mundo y de la Creación entera estaba en las manos del
“hijo de David” y “Cordero de Dios” en la misma persona. En esta dualidad
estaba el Misterio. Todos buscaban al Mesías, al hijo de David, olvidando lo
que San Juan luego diría:
“Encontró
Andrés luego a su hermano Simón y le dijo: Hemos hallado al Mesías, que quiere
decir el Cristo”
En
efecto, “Cristo” quiere decir “el Cordero de Dios”. Título con el que le
presentó JUAN a sus Discípulos, y que ni Andrés ni Juan pudieron entender.
Ellos sólo sabían que JESÚS era el MESÍAS, y el Mesías era el hijo de David;
ergo: el heredero del trono de David estaba vivo, la Libertad de Jerusalén
de los Judíos estaba en sus manos. En tanto que sus Discípulos a Ellos les
correspondería el papel de Ministros del Rey de Israel. ¡Holy holy Haleluyah!
Lejos
de estos pensamientos, JESÚS se retira al desierto. La Escritura debe seguir
cumpliéndose, pues escrito estaba desde el origen del mundo nacido de la Caída:
“Dijo,
pues, YAVÉ DIOS al (DIABLO, Satán), la serpiente (antigua): Por haber
hecho esto, maldita serás entre todos los ganados y entre todas las bestias del
campo. Te arrastrarás sobre tu pecho y comerás el polvo todo el tiempo de tu
vida. Pongo perpetua enemistad entre ti y la mujer, y entre tu linaje y el
suyo; éste te aplastará la cabeza, y tú le acecharás el calcañal”.
Lo
primero que observamos es la ruptura de la Paternidad Divina sobre quien hasta
ese momento había sido contado entre los hijos de Dios. Recordemos:
“Sucedió
un día que los hijos de Dios fueron a presentarse ante YAVÉ DIOS, y vino
también entre ellos Satán”.
Diciéndole
YAVÉ DIOS PADRE a Satán: “maldito serás entre todos los ganados y entre todas
las bestias del campo”, le retira su condición de hijo de Dios y lo compara a
las bestias “que se arrastran sobre su pecho y comen el polvo todo el tiempo de
su vida”, es decir, privado de la Filiación Eterna, que hace que la vida del
Ser se alimente de la Fuente Divina, Satán se alimentará de sus propias
fuerzas, hasta que llegue el día en que el hijo del Hombre, hijo de Eva, se
levante contra él en Duelo a Muerte y le aplaste la cabeza.
Es
a este Encuentro al que se dirige JESÚS, el hijo de MARÍA, hija de EVA. Es un
Encuentro en el que los dos contendientes se deben ver las caras. Satán va a
enfrentarse al Campeón que DIOS le ha suscitado a su hijo ADÁN, en cuyo Brazo
reposa la Venganza por la sangre del Primer Hombre.
El
Combate es a Muerte. Satán se juega la Vida Eterna. Si Satán pierde el Duelo
contra el Campeón de Dios la Ley se consumará, y ejecutada su Sentencia :
“Destierro de la Creación”, arrojado a las Tinieblas Exteriores que rodean el
Nuevo Cosmos, el Infierno será su Prisión por la Eternidad; allí su Celda tiene
por Muros el Infinito.
Únicamente
Dios puede internarse en el Infinito y regresar a su Paraíso. De aquí,
que, inspirada por el Espíritu Santo, la Esposa de Cristo recibiera en Heredad
el Credo de la Eternidad, que dice : “Murió, y bajó a los Infiernos; y resucitó
al tercer día”. Es obvio que DIOS PADRE no podía ocultarle a su HIJO la
naturaleza del DESTIERRO que SU Ley contra la Ciencia del Bien y del Mal había
sellado. LEY que el propio HIJO sella en su REVELACIÓN a San Juan.
SÍ
A LA PAZ, NO A LA GUERRA, será el alma de la LEY de su Reino Sempiterno.
Regresamos;
estamos caminando con JESÚS, dirección las montañas del Desierto de Judea.
JESÚS comienza solo su viaje al encuentro de SATÁN. Su Testimonio, aun siendo
el del Hijo de Dios, no hubiese tenido valor histórico de no haber tenido
Testigos que afirmasen haberle visto perderse entre los montes de Judea al
Encuentro de la Serpiente, y a quienes, preguntándole luego qué había pasado,
les contó lo que pasó en ese Encuentro. Leemos:
“Al
día siguiente, otra vez hallándose Juan con dos de sus discípulos, fijó la
vista en Jesús, que pasaba, y dijo: He aquí el Cordero de Dios. Los dos discípulos,
que le oyeron, siguieron a Jesús. Volviese Jesús a ellos, viendo que le
seguían, y les dijo: ¿Qué buscáis? Dijéronle ellos:
Rabí, que quiere decir Maestro, ¿dónde moras? Les dijo: Venid y ved. Fueron,
pues, y vieron dónde moraba, y permanecieron con El aquel día. Era como la hora
décima”.
JESÚS
no podía llevarlos consigo. Aquel Encuentro era entre los Dos Campeones, por un
lado el de la Muerte, SATÁN, y por el otro el de YAVÉ DIOS, JESÚS. JESÚS iba a
encontrarse con el Diablo, la Serpiente Antigua, el Demonio en persona, no era
un Encuentro a la medida de simple mortales. Ambos, Andrés y Juan eran dos
chavales. Y aunque hubiesen sido Pedro y Santiago la idea de ver cara a cara al
Diablo hubiese creado el pánico. Aquél encuentro era entre los dos Campeones
que iban a librar su Duelo a Muerte delante de la Casa de los hijos de Dios. El
Vencedor se lo llevaría todo.
De
vencer el Príncipe de la Muerte la estructura de la Creación según YAVÉ DIOS
debería legitimar el Árbol de la Ciencia del bien y del mal en su Paraíso.
Si
el Vencedor era el hijo del Hombre esa posibilidad quedaría rechazada y Satán
seria desterrado del Paraíso por la Eternidad.
Lo
que se jugaba el DIABLO era todo. Si Satán hizo lo que hizo, a saber: disparar
la flecha contra el talón de Aquiles del Primer Rey que la Tierra parió,
copiando aquí la frase de la Lista Real Sumeria “sobre cuya cabeza la Corona
bajó el Cielo”, fue porque Satán creyó que en el Duelo correspondiente entre el
hijo del Hombre y él la victoria sería suya.
La
ley sobre el Crimen entre los hijos de Dios era clara y sencilla:
“De
la sangre de un hombre, de la mano de otro hombre clamaré Venganza”.
La
interpretación era clara… Y aunque este asunto ya lo he tocado en la HISTORIA
DIVINA, en honor del Vencedor es bueno que insista.
Evidentemente
la interpretación de la Ley implicaba a cualquier hijo de Dios en la Venganza
por la sangre del Hombre, hijo de Dios. Al mismo tiempo la Ley imponía que el
Vengador de esa sangre fuese otro hombre. Lo cual dejaba fuera de la Venganza a
los hijos de Dios no de nuestro Mundo, o como gustaba decir San Pablo : “NO de
esta creación”.
La
Sabiduría en Salomón usó la mano del rey sabio para afirmar sobre aquel Adán
que pues que por el propio Dios fue formado para ser el rey del Mundo, Adán fue
el Hombre más grande que Dios jamás había creado entre los hijos de
los hombres. Así pues, si el hombre salido de la Mano del mismísimo YAVÉ DIOS
fue un juguete de paja al que con una sola cerilla Satán le metió fuego,
abriéndole las puertas del Infierno al Género Humano, no hay ni que decir que
el Campeón que DIOS le suscitase al Muerto no le duraría a Satán ni tres años.
Desterrado
del Corazón de Dios, la demencia de Satán había ido progresando durante los
milenios siguientes a la Caída y anteriores al Nacimiento. arrojado entre las
bestias humanas nacidas de su Traición a Dios, de tanto devorar “polvo” él
mismo se había convertido en otro animal a imagen y semejanza del hombre que
por su cupa se arrastraba sobre la tierra. Cuando Satán encuentra a JESÚS no
tenía ni idea ni se imaginaba “cómo” YAVÉ DIOS preparó la Venganza por la
sangre de su hijo pequeño Adán.
Pero
regresemos con JESÚS. Se pierde entre los montes del desierto de Judea. Tiene
tiempo para pensar. Tiene tiempo para ver su camino en los próximos años. Tiene
tiempo para ver el Futuro del Género Humano. Ante Él, como hombre, se ofrecen
dos caminos. Asumir la Cruz del Cordero de Dios; o … recoger la Corona de Adán
y declararse rey del Mundo por obra y gracia de Dios. Como hombre la Decisión
era suya... Si JESÜS hubiese sido sólo eso, un hombre nada más…
Mas
JESUS es “TÚ-DIOS”, ese Ser engendrado en la Naturaleza Increada de quien dice
de Sí Mismo : “YO-DIOS”. Aquello que el DIABLO no pudo ni imaginar, que YAVÉ
DIOS eligiese como Campeón Nuestro a su UNIGÉNITO es lo que estaba pasando.
Recordemos:
La
Ley exigía la Venganza por la Sangre de Adán de la Mano de un hijo de ese mismo
Adán. Engendrados todos los hijos de Dios de la Naturaleza de la Creación, como
nosotros todos, ellos también hijos del Barro de sus Mundos, por este Origen
quedaban todos excluidos de la posibilidad de ser llamados para tomar Venganza
de la Sangre de Adán. La Idea de que YAVÉ DIOS eligiese a su HIJO AMADO como
nuestro Campeón estaba fuera del campo de pensamiento del Homicida contra el
Dios firmó Pena de Destierro.
Tan
verdad es esta afirmación “Idea de que YAVÉ DIOS eligiese a su HIJO AMADO como
nuestro Campeón estaba fuera del campo de pensamiento del Homicida” que lo
primero que se le ocurre decirle a JESÚS es:
“Si
eres hijo de Dios...”.
Se
ve que el DIABLO, SATÁN, la SERPIENTE ANTIGUA, no tenía la menor Idea de quien
era ese JESÚS quien, como si fuese él, Satán, menos que una rata o un gusano de
los que se arrastran sobre el polvo, a su manera le respondía: “VADE RETRO
SATANÁS”.
La
Victoria nos vendría de la Mano de quien había sido engendrado para ser
Invencible.
Pero
no nos vayamos tan lejos. Son cuarenta días y cuarenta noches que el Hijo de
Dios tiene ante sus ojos nuestro Futuro y el Futuro de la Creación entera.
Es
muy bonito echar lágrimas de cocodrilo por la Tragedia que no te toca, por el
huracán que arrasa poblaciones a infinita distancia de tu casa, por la guerra
que extiende su fuego infernal por naciones que no te dicen nada. La puñalada
que se hinca en el corazón del desconocido, atraviesa pecho y sale por la
espalda, a tí ¿qué? El rayo del tirano que sacude el
árbol de la nación y derrumba pueblos bajo el peso de las ramas que desgaja,
¿y… ? La muerte que entra por la ventana y despliega su
obscuridad por las almas, ¿ qué pasa..?
¿
No es el infierno de la Guerra un espectáculo digno de un dios ?
Las
naciones como ejércitos de soldaditos de plomo movidos por los dioses en una
partida de ajedrez infernal a la salud de la gloria de los dioses, ¿no es
hermoso el pasatiempo?
¿Qué
son todos los pueblos de la Creación sino polvo que mueve el viento de la
voluntad de los hijos de Dios participes en todo de la Divinidad de su Padre y
Señor?
La
Eternidad es una palabra de pocas letras, ¿pero cuál es el peso de su
naturaleza? Para quien es Dios Verdadero esa naturaleza está en su Ser. ¡Qué
bello es ser Creador de Mundos! Todos creados para gozar de la vida
eterna en el Paraíso del Infierno, ¿no es verdad Satán? Es lo que querías. Por
esto te levantaste contra el Reino de Dios usando como hacha de guerra al
Hombre.
¿Qué
era el Primer Hombre? Una criatura en su Infancia Cósmica. No había
Maldad en su Corazón, como la del Niño aquél que entró en el Templo para
ponerse al frente del Mundo y salvar al Género Humano de su Perdición, la Mente
del Hombre que Dios había formado con su Mano estaba limpia de toda pasión
maligna.
Dios
había hablado y su Palabra era su Ley. “No comas, porque morirás”. ¿Estaba loco
Adán? Dios era su Padre, y claro que sí, él estaba loco, pero loco de Amor
por Dios, su Creador.
Aquél
hijo de Dios, el más pequeño de su Casa, conocía la existencia del fruto de la
Ciencia del bien y del mal, la Guerra, como se conoce lo que se lee en el Libro
de la Historia de la Creación. Y nada más. No conocía la Maldad, le era
impensable Dudar de la Palabra Divina. Amar a Dios con toda su mente, su corazón
y su Ley, y al prójimo como a sí mismo era su Ley de Vida.
¿Qué
hiciste Satán? Matar a tu propio hermano haciéndote pasar por Mensajero de su
Padre:
“No, no moriréis, sino
que seréis como los dioses”.
Y
Eva y Adán, como quien tienen la Bendición de Dios, se declararon dioses; de
entonces en adelante la Palabra del rey sería Ley. Y la Guerra Civil se hizo.
Pues el Hombre no reconoce más Dios que a su Creador.
La
Hora de la Venganza, el Dia de YAVÉ, había amanecido. Dios nos había elegido
por Campeón al Hijo de sus Entrañas Increadas. ¡Cómo imaginarse que tal Padre
fuese a elegir a su Niño Amado para agarrar el Martillo de la Venganza y
aplastarle la Cabeza al Homicida de su hermano pequeño Adán!
La
Encarnación de este Hijo, de quien el propio Dios dice “Tú eres Dios Verdadero
de Dios Verdadero”, y abriendo su Boca su Palabra se hace no importa el
contenido, esta posibilidad no le entró jamás en la cabeza a Satán; no en vano
le dijo Dios :
“Por
haber hecho esto, maldito serás entre todos los ganados y entre todas las
bestias del campo. Te arrastrarás sobre tu pecho y comerás el polvo todo el
tiempo de tu vida”.
De
lo que se come acaba siendo uno eso que se come. De tanto hacer de los
hombres su comida su pensamiento devino el de cualquier otro hombre. ¿Pudieron
Judíos y Romanos descubrir la Verdadera Identidad del Profeta Galileo?
¿Por
sus Obras, naturales a quien es Dios, pudieron comprender que a quien tuvieron
delante era al Hijo de Dios?
Habituado
a divertirse masacrando naciones de hombres y usar hombres como peones en su
tablero de guerra a muerte contra el Reino de ese JESÚS, cuyo Trono envidiaba
con toda su alma y su ser, Satán había acabado por tener la inteligencia de un
hombre más.
“Si eres hijo de Dios… di a
esta piedra que se convierta en pan”.
Satán
NO tenía la más remota idea de la Identidad de Aquel que se había levantado
para vengar la muerte de Adán. “Dí a esta piedra que
se convierta en pan”. ¿Estaba tonto? ¿No había leído la Escritura? :
“En verdad os digo que Dios
puede hacer de las piedras hijos de Abraham”.
¿Tenía
delante al Hijo del Creador y lo único que se le ocurría era retarle a que
convirtiera su cayado en una serpiente? ¿No había leído la Escritura? :
“Dios os enviará a un profeta
mayor que yo, y el que no le escuche será borrado de su pueblo”.
¿Qué
son los hijos de Dios, magos al estilo de los magos del faraón? ¿El Poder de
Dios es, sencillamente, magia?
La
ignorancia de Satán sobre la Encarnación era absoluta.
Pero
era absoluta para todos. Sus Discípulos no la conocieron sino cuando la MADRE
se la descubrió durante los tres días de espera entre la Crucifixión y la
Resurrección. Todos quienes habían conocido la Encarnación: la abuela materna
de Jesús, José, el esposo de MARÍA, y su cuñado Cleofás, hermano de la MADRE,
Isabel y Zacarías, padres del Bautista, todos habían muerto. La única persona
viva que, sin contar la MADRE, conocía la Encarnación era el Bautista. El
Silencio de la MADRE y del BAUTISTA sobre la Encarnación del Hijo Unigénito y
Primogénito de YAVÉ DIOS era absoluto.
La
Encarnación fue el secreto más poderoso jamás mejor guardado por parte de
quienes vivieron su Realidad. Y a la fecha del Encuentro entre SATÁN y JESÚS
todos los que vivieron ese Acontecimiento habían muerto. De hecho antes de
producirse la Encarnación el propio YAVÉ DIOS expulsó de su Mundo a aquella
generación malvada de hijos de Dios, liderada por Satán, sobre la que Moisés
escribió en su Cántico. Con esta expulsión se le anunciaba a la Casa de los
hijos de Dios que el Día de la Venganza había llegado. Arrojado del Cielo el
DIABLO se pone inmediatamente a buscar al Vengador por Dios elegido para
pedirle cuentas de la sangre derramada desde Adán. Este acontecimiento se registra
en la Revelación para nuestra inteligencia y conocimiento de la Historia de la
Salvación.
Así
pues, ignorante de la Identidad de quien tenía delante, sabiendo solamente que
Ése es el hijo del Hombre, el elegido de Dios para enfrentársele, de cuyo Duelo,
supuestamente, él, la Serpiente Antigua, saldrá con la cabeza aplastada,
tras Su respuesta “No sólo de pan vive el hombre”, el Diablo continua:
“Todo
este poder y su gloria te daré, pues a mí me ha sido entregado, y a quien
quiero se lo doy; si, pues, te postras delante de mí, todo será tuyo”.
Y
ciertamente la Corona “que bajo del Cielo” Satán se la arrancó de la cabeza al
rey que Dios le dio a los hombres en los días del Edén. Pero Dios no le dio la
Corona a Adán para hacer con el Poder que venía con ella lo que le diera la
gana. Dios creó al Hombre a la Imagen y a la Semejanza de su Hijo, a cuya
Imagen y Semejanza crea a todos Sus hijos. Por esto escribieron los Antiguos
que “la Corona bajó del Cielo”, y no escribieron que “subió del Infierno”. Hablando
en cristiano, podemos decir que quien escribió esta afirmación, “la Corona bajó
del Cielo”, como todos los demás pueblos de la Tierra estaba viviendo en el
infierno. Ergo, bien hubieran podido afirmar los Sumerios lo contrario, a
saber, que la Corona subió del infierno. Pero no, no lo hicieron.
El
Poder que Dios posó en su hijo Adán tenía en la Sabiduría por Cetro, en la Paz
su Trono, y en el Amor a la Vida propia y ajena su Corona. Muy lejos de este
Poder estaban las palabras de quien le ofrecía al Creador del Mundo lo que le
pertenecía por Derecho. La Respuesta de JESÚS nos descubre la Naturaleza de ese
Poder:
“
Al Señor tu Dios adorarás y a Él sólo servirás”.
El
Poder de Dios en sus hijos tiene por naturaleza servirle gobernando los pueblos
de su Creación en el seno de su Justicia; en el Gobierno del Espíritu Santo se
manifiesta Vivo el Amor de su Creador por todas sus criaturas, sobre las que
Dios extiende su Paternidad sempiterna. Esta es la Naturaleza del Poder que
Dios depositó en las coronas de sus hijos. Poder en todo punto enemigo del
Poder del que Satán se gozó, y le conduciría a la ruina.
JESÚS
no lo mira. Debe cumplirse la Ley. El Enemigo de Su Corona debe ver vara a cara
a Aquél que vino a aplastarle la Cabeza, quitarle ese Poder, y firmar la
Sentencia de Destierro Eterno contra él sellada por su Padre.
Satán
continúa queriendo demostrar que Él también conocía las Escrituras:
“Si
eres Hijo de Dios, échate de aquí abajo; porque escrito está: A sus ángeles ha
mandado sobre ti para que te guarden y te tomen en sus manos para que no
tropiece tu pie contra las piedras”
Y
ciertamente Satán conocía las Escrituras. También el Sumo Sacerdote y las
autoridades del Templo conocían las Escrituras. No por la misma razón
existencial. Satán porque es de ley de guerra conocer al enemigo para descubrir
su debilidad y destruirle. El Templo porque de la Ley dependía su futuro. Mas
en cuanto al acceso a la Inteligencia de la que esas Escrituras procedían ni el
uno ni el otro tuvieron la puerta abierta. Únicamente sus Profetas entraron y
salieron por esa Puerta a la Mente de Dios con la garantía de quienes estaban
en sus secretos… porque eran una sola cosa con Su Autor.
Hoy,
la Puerta a esa Mente Divina es el mismo JESÚS quien, sin mirarlo siquiera,
despide de su lado al Enemigo contra el que dejó hacer caer el Martillo de su
Omnipotencia.
SI
ERES HIJO DE DIOS...
¿y qué
respondes tú, el que lees estas líneas?
3
NO
HAGAS LA GUERRA, O MORIRÁS
(12/02)
Hemos
llegado a un punto sin retorno. Hemos seguido a JESÚS hasta el desierto.
Durante 40 días hemos estado esperando a su lado que apareciera Su Enemigo,
Nuestro Enemigo, Satán. El Fuego que consume a JESÚS contra Satán arde en
nuestro espíritu, el calor de Su llama es el de la Incombustible Zarza en Fuego
desde la que YAVÉ DIOS dijo de Sí Mismo: “YO SOY EL QUE SOY”, NO SOY el
que vosotros creéis que Dios es, o debe ser; NO SOY ese monstruo maligno que desde
antes del Principio de la Creación escribe el Guión de la Tragedia del Mundo que enseguida me dispongo a crear, y creo en el
Universo que yo he creado para ser mi Paraíso. MI Universo es Mi Mundo, mi Ley
es su Principio y su Fin. YO SOY YAVÉ, Padre de JESÚS, ese mismo al que habéis
seguido hasta el Desierto de la mano de mi hijo, ahora miradme a la cara.
En
efecto, ¿qué está viendo Dios? Allí están Satán y JESÚS, el uno frente al otro.
Satán no ve el Fuego del que surgen las Palabras de JESÚS; Satán ha devenido
una bestia sin inteligencia, una Serpiente repugnante llena de veneno, pero una
bestia incapaz de comprender o ver a DIOS. Cree Satán que JESÚS está solo. NO
lo está. SU PADRE está contemplando el Encuentro. Y nosotros vamos a alzar la
cabeza y dirigir nuestros ojos a YAVÉ DIOS, nuestro CREADOR, el Creador del
Nuevo Cosmos, Señor del Infinito y de la Eternidad, cuya Palabra es Ley para el
Espacio, el Tiempo y la Materia, y en cuyo CORAZÓN Inmaculado e Incorruptible
vive la SABIDURÍA, su ESPOSA. Sí, hemos entrado en la INTIMIDAD de
DIOS. Sus ojos están observando la Escena. Y con los ojos de un hijo que
ama a su Padre sobre todas las cosas contemplamos la Escena del Encuentro con
sus ojos.
Tenemos
delante dos concepciones irreconciliables sobre la Naturaleza del Poder.
Por
la parte de Satán tenemos el Poder como Derecho Natural debido aun Ego autoidólatra que no reconoce más Ley que su propio Orgullo,
ni más Justicia que su propia Pasión por el Poder;
Por
la parte de JESÚS tenemos el Poder como Amor a la Vida, su Pasión es adoración
a la Ley del Espíritu del Creador, quien por Amor a su Creación nos eleva a
todos a la condición de su Hijo: somos hijos de Dios.
Satán
adora la Guerra, la Fuerza de su gloria se basa en la Destrucción; o se le da
lo que quiere o se alza como una Bestia alimentada por el fuego del Infierno,
dispuesta a devorar toda vida. NO reconoce la VERDAD como Madre de la
Civilización. La única Verdad es la suya, o se le da lo que quiere o se declara
en Guerra contra el mismo DIOS. Es el hijo de la Muerte, el padre de la
Perdición de todos los que le siguen. Ya no hay en él Amor a su Creador y su
Creación. Se ha atrevido a Amenazar a Dios, PADRE de JESÚS, con la Destrucción
de su Creación, nosotros, el Género Humano, e incluso en su locura se
atrevió a Traicionar al Señor del Infinito y de la Eternidad, Creador del
Bosque de las Galaxias del Nuevo Cosmos; y a retarle un Pulso por la
transformación de Su Casa en una Tiranía Global gobernada por dioses, él,
Satán, su cabeza.
JESÚS
ama la Vida de la Creación hasta el punto de decir “YO SOY LA VIDA”, el que os
ataca a vosotros me ataca a mí, el que busca vuestra destrucción busca la mía,
y se encontrará conmigo. La Civilización es el Fruto de la Fraternidad que
procede de la Paz Universal Divina; no importa el pueblo ni el origen de
vuestro ser en el espacio y el tiempo, todos sois Ciudadanos del Reino de mi
PADRE, y es del REY el Deber Sagrado de Defenderos, protegeros
y aplastarle la cabeza a vuestro Enemigo. Vuestro Enemigo es mi Enemigo.
DIOS,
Su PADRE, contempla el Encuentro. Estamos a Su lado. El Fuego de su Ser es la
LUZ que hace brillar el alma y el espíritu de todos nosotros. NO hay Miedo,
nuestros ojos ven lo que ven Sus ojos. Ya no hay marcha atrás. Nos ha dado a
TÚ-DIOS, Su Hijo, el Hijo de sus entrañas increadas, por Campeón. ¿EL PODER?
¿Qué
es el Poder?
¿Armas
nucleares?
¿Qué
le puede decir el grito de un discípulo del Diablo amenazando al Mundo con una
Destrucción de la que no habrá “Vencedores ni Vencidos”, a quien con una sola
Palabra puede reducir la Tierra a polvo vagando entre las nebulosas de los
Cielos?
¿Miedo
a ese asesino maligno que se levantó contra una Criatura Desnuda en las
Ciencias de la Guerra?, y aun habiéndosele dicho “No lo hagas, o morirás”,
creyó que la Muerte sería más Fuerte que el Creador del Universo.
He
aquí que una nación se desnuda, llamémosla UCRANIA. Por amor a la
Paz Mundial, como San Francisco en el día de su Voto a Dios, esa nación se
desarma. Es la Tercera Potencia Nuclear del Siglo XX. Atrapada entre los Hielos
de la Guerra Fría, para subir la Temperatura y alimentar el Fuego de la Paz
Mundial, UCRANIA desmantela su PODER NUCLEAR. Se desnuda. U.S.A., RUSIA,
U.K., Francia y China juran en Budapest, por la Palabra de Honor de sus Estados
y Ejércitos, la Inviolabilidad de las Fronteras de Ucrania. La Violación de
esas Fronteras deviene desde ese día una Abominación, cualquiera que las
violase en el Futuro conocerá la Respuesta de las demás Naciones que han
celebrado, por su Honor, esa Desnudez en Nombre de la Paz. La Ley es Eterna:
“NO lo hagas, o morirás”. Pero retan al Mundo entero a Una Guerra de la que no
habrá Vencedores ni Vencidos.
Dios
contempla la Escena. Satán se frota las manos. Sí, le reconoce a ese JESÚS
DESCONOCIDO un valor impropio de un hombre. Cualquier hombre ante la idea de
encontrarse cara a cara con el Diablo se hubiese muerto de miedo. Este JESÚS
DECONOCIDO no sólo no corrió sino que tuvo el Valor de venir a su Encuentro.
JESÚS ni lo mira. Le repugna su Presencia, pero soporta su aliento. La Bestia
que tiene al lado, una vez hijo de Dios, es incapaz de ver el Martillo en la
Mano del Brazo que le va a aplastar la Cabeza a la Serpiente que lleva dentro
Satán. La Fuerza de ese Brazo es la Fuerza del Brazo de YAVÉ DIOS.
Dios
contempla la Serenidad de Su HIJO. NO hay en Su JESÚS Duda ni Miedo, sabe
perfectamente que su PADRE le contempla.
La
Suerte había sido echada hacía mucho tiempo, desde el momento mismo que Dios le
dijo a Satán “Mi HIJO te aplastará la cabeza”, esa cabeza ya estaba aplastada.
Miles
de años habían pasado. La naturaleza de hijo de Dios se había desintegrado en
Satán; durante miles de años había devorado carne humana, milenio tras milenio
había bebido sangre humana hasta la embriaguez absoluta, el polvo había sido su
elemento, y ahora no era más que una Bestia, hija de la Muerte, con su decisión
final firmada con la Sangre de Adán : “Antes rey en el Infierno que simple
Ciudadano en el Reino de Dios”.
La
Respuesta de JESÚS es la respuesta de su PADRE: “Sea”.
Vemos,
entonces, que cada línea del LIBRO DE DIOS es el Discurso de esa Sabiduría
Eterna que, amando a Dios con todo su ser, hizo en SU Corazón su Hogar, su
Casa, su Mundo, su Universo, su Paraíso; mundo, universo, paraíso, casa y
hogar, contra el que la Muerte levantó su Campeón, le invistió como su
Príncipe, devino la fuente de su Fuerza y ya, sin máscaras tras la que
ocultarse, se lanza a la BATALLA FINAL. La Muerte tiene delante a su enemigo:
YAVÉ DIOS.
La
Guerra Cósmica entre la Vida y la Muerte ha llegado al campo donde uno
celebrará Su Victoria y el otro será Desterrado de la Creación. La VIDA no sólo
encuentra en Dios a su Rey, sino que encarnándose su Hijo dice “YO SOY LA
VIDA”.
Así
pues, ¿teniendo a Dios con Nosotros donde está el miedo a la Muerte?
¿Quiénes
son esos cobardes que ante la Amenaza del Diablo se esconden tras murallas
diplomáticas entregándole la vida de un pueblo “sagrado a los ojos de Dios”
como precio por su existencia miserable?
La
Victoria es del Rey, el Invencible es Dios en Él. NO hay más Respuesta a la
casa de Satán que “NO lo hagas, o morirás”.
Pero
regresemos al lado de nuestro Creador.
JESÚS
tiene hambre. SU PADRE lo adora. Antes de conocer su Respuesta al Diablo ya lo
grita delante de toda su Creación: “He aquí mi HIJO AMADO”, el Hijo a cuya
Imagen y Semejanza fuimos todos los hijos de Dios formados; Imagen y Semejanza
que Satán desterró de su ser; Imagen y Semejanza en la que nosotros tenemos
nuestra Gloria.
Dios
nos mira. Nos contempla, nos sonríe, ¿dónde está el Miedo, dónde está el
aguijón de la Muerte?
Creen
las bestias a imagen y semejanza de Satán que el Poder está en el Brazo vestido
para la Guerra. Tienen las fauces de acero y los dientes de hierro, por sus
bocas fuego del infierno, veneno homicida que mata a todos sus enemigos,
de dentro y de fuera.
No
tienen más ley que el Hierro; no conocen más civilización que la que se funda
en los terrores de la Guerra. Se alimentan de la carne de las naciones y se
embriagan con la sangre de los pueblos. Se creen dioses más allá del bien
y del mal; y como su maestro y señor, antes muertos que ser hombres entre hombres,
ciudadanos todos de un mismo Reino Divino fundado en la Paz entre hermanos
verdaderos, invocan Guerra Mundial como ruta hacia la Hegemonía Universal.
Dios
y el Rey nos contemplan. El Rey está de pie y Dios dirige sus ejércitos. NO
habrá Guerra Nuclear, y quienes han violado las fronteras sagradas, de no salir
del territorio consagrado a la Paz, morirán.
Pero
es Hora de comer. La Creación entera baja a servir a Su Rey. La Casa entera de
los hijos de Dios esperaron con el Corazón en un Puño el Encuentro entre el
hijo de Eva y la Serpiente de Satán. Han visto a JESÚS y han comprendido lo
que su Enemigo no había entendido: Que ESE JESÚS DESCONOCIDO era el Hijo
de quien YAVÉ DIOS dice : “TÚ DIOS, Hijo mío”.
Bajamos
con JESÚS de la Montaña. Es Hora de Celebración; la Victoria está garantizada;
antes de que naciera ya fue proclamado CRISTO el Vencedor.
Todos
a la Boda de Canaán. Alzad las copas. Celebrad la VIDA. Reír y gozar sin
Miedo a la Muerte, ¿no es esto la Felicidad?
Alzad
las almas, levantad los corazones. JESÚS bebe, ríe, habla, se deja abrazar y es
abrazado, ama y es amado; cantad y bailad que cada día tiene su afán.
Están
la MADRE, sus parientes, sus hermanas, sus sobrinos y sobrinas, sus yernos y
yernas, están, aunque aún no lo saben, los que serán sus
Discípulos. Después de acompañarle durante todo aquel día, JESÚS
desapareció por 40 días más. De repente aparece.
Como
dije en la HISTORIA DIVINA, Él desaparecía y aparecía sin darle explicaciones a
nadie, y regresaba con aquella Presencia Suya que había imposible enfadarse o
solo reprocharle cosa alguna. Aparece en las Bodas de Canaán con su Madre como
si esos 40 días en el desierto no fuese del interés de nadie. Se sienta con los
convidados, sus familiares, y disfruta de la alegría como cualquier hijo de
hombre. Los Discípulos conocen al Hijo de María. La suegra de Pedro es hermana
de la MADRE. Los presentes son en su mayoría miembros del clan de David de
Galilea. Saben que el Jefe del Clan es, por tradición, el hijo de Jacob de
Nazaret. Jesús es ese hijo. Pero antes de él habían habido muchos y ninguno
reclamó la Herencia de David. Acorde a Andrés y Juan este hijo de Jacob era el
Mesías. En él se acababa la línea. A él y sólo a él, según el Bautista, le
correspondía la Herencia del Reino de David. Pero ¿ de qué estamos
hablando ? ¿ Independizarse del Imperio de Roma ? ¿ Declararle la Guerra al
César ? ¿ Dónde estaban los ejércitos ?
Por
supuesto que durante aquellos 40 días Santiago y Pedro hablaron sobre la
noticia que les trajeron Andrés y Juan. Ok, el hijo de María es el Mesías, ¿ y
qué ? ¿Quién es Jesús? JESÚS es un campesino, adinerado, dueño de la
Carpintería de sus hermanos, legada a él por su padre José, pero agricultor al
fin y al cabo. Y para más inri, Galileo. ¿Qué futuro tenía? ¿Con qué Poder iba
a conquistar el trono de su padre David?
Insisto,
Dios no escribió una sola línea en vano. Su evangelio es la Puerta a la Memoria
de los acontecimientos que quedaron al otro lado de la Puerta de su Silencio.
Desde el principio las generaciones quisieron manipular el Texto de SU Libro a
fin de crearse una iglesia propia de la que vivir a cuerpo de sumos sacerdotes.
No les interesaba la Verdad, su interés se centró siempre en convertir la Letra
en Oro. Todo lo contrario del interés de quien enseguida vemos convirtiendo el
Agua en Vino.
JESÚS
conocía el pensamiento de quienes iban a ser sus Discípulos primero y sus
Apóstoles después. ÉL no tenía necesidad de oírles para saber qué pensaban; a Él
le bastaba poner sus ojos sobre una persona para conocer su alma como si lo
hubiera parido. SU Poder es el Poder de Dios. Los Evangelistas insistieron una
vez y otra sobre este particular. Jesús conocía los pensamientos de todos sin
necesidad de hablar con nadie. Su Mirada era la Mirada de Dios; tu corazón y tu
mente quedan desnudas delante de sus ojos. Así que conociendo los pensamientos
de sus Discípulos, Dios hace que la escena se transforme para la Manifestación
de la Naturaleza del Poder de su Mesías.
Los
padrinos de la Boda se quedan sin vino. En aquéllos días, como los funerales,
las bodas no acababan en un día. Mientras más durase una boda más prestigio
para la casa. Una boda que durase un día decía muy poco de la familia, la
duración de la boda decía mucho. Que aquella era su familia lo rebela la MADRE
cuando se dirige a su Hijo. Que esa MADRE conocía la Naturaleza del Poder de su
HIJO nos lo descubre el Autor hablándole ELLA al oído: “Hijo, no tienen Vino”.
“¿Qué a ti y a mí, Mujer” nos revela que JESÚS descubre en ese momento la
Presencia de su PADRE.
Los
Discípulos deben conocer la Naturaleza del Poder del Mesías. NO son las armas
ni los ejércitos la Fuente de su Gloria; su Poder es la Gloria de la Libertad
del Hijo de Unigénito de Dios.
“Haced
lo que Él os diga” le dice la Madre a sus familiares. La obediencia que le
rinden nos descubre la Autoridad de MARÍA entre los suyos. Nadie rechista,
ninguno sabe qué es lo que pretende. Nazaret está lejos. NO puede ELLA en un
pis plas traer vino de su casa. Y sin embargo nadie la contrarresta. Hacen lo
que ELLA quiere, hacer todo lo que su HIJO les diga.
JESÚS
comprende; es SU PADRE quien le está hablando en ELLA. Llama a sus Discípulos,
“Venid conmigo”. Creen sus Discípulos que le acompañarán a comprar Vino. No
salen de la casa. JESÚS les dice a sus Discípulos : “Llenad las tinajas de
AGUA”. Las llenan, cierran las tinajas. E inmediatamente les dice : “Servid el
VINO”. Todos le miran. ¿ Ha perdido el juicio ? Abren las tinajas. “Es VINO”. Y
concluye el Evangelista : “Y creyeron sus Discípulos”. Ya tenían la
respuesta que habían estado buscando : NO las armas, ni los ejércitos, el Poder
del Mesías es el Poder de Dios.
Y
así comenzó la Gran Aventura. La Aventura más grande que jamás hombre alguno ha
vivido o pueda vivir. Caminar con el Hijo de Dios, paso a paso, día tras día,
mes tras mes, año tras año. Hasta aquel día para la Eternidad: EL Dia que le
dijo a Pedro: “Baja la espada, Pedro, que el que a hierro mata, a hierro
muere”.
Así
Ayer como Hoy y Mañana por siempre jamás, el que hace la Guerra, por la Ley,
morirá.
4
LA
CORONA DE LA VIDA : LA PAZ
(14/02)
Había
un fariseo de nombre Nicodemo, principal entre los judíos, que vino de noche a
Jesús y le dijo: Rabí, sabemos que has venido como maestro de parte de Dios,
pues nadie puede hacer esos milagros que tú haces si Dios no está con él.
Respondió Jesús y le dijo: En verdad te digo que quien no naciere de Arriba no
podrá entrar en el reino de Dios...
Respondió
Nicodemo y dijo: ¿Cómo puede ser eso?
Jesús
respondió y dijo: … Si hablándoos de cosas terrenas no creéis, ¿cómo creeréis
si os hablase de cosas celestiales? Dios no ha enviado a su Hijo al mundo para
que juzgue al mundo, sino para que el mundo sea salvo por El. El que cree en Él
no es juzgado: el que no cree en Él ya está juzgado, porque no creyó en el
nombre del unigénito hijo de Dios... Pero el que obra la verdad viene a la luz,
para que sus obras sean manifestadas, pues están hechas en Dios.
La
Verdad sólo tiene un Camino. Y habiendo dicho JESÚS “La Verdad os hará Libre”,
y añadiendo “YO SOY EL CAMINO”, la conclusión de la Inteligencia es lógica : ÉL
es el Camino de, y a, la Libertad”. Cualquier otra conclusión viene de
Satán.
Yo
sé que la Libertad de la Ciencia, al igual que la libertad de la Reforma
condujo a la Guerra Civil Europea de los 30 Años, la famosa utopía liberal del
Ateísmo Científico condujo al Mundo a las Guerras Mundiales. Y al presente,
esclava del Poder, la que no quiso ser Libre en el Reino de Dios, nos ha
arrastrado al borde del Precipicio de la Extinción de la vida sobre la Tierra.
Nadie sino la Ciencia misma es culpable de haberse instalado en el
Anticristianismo Genocida contra el Género Humano bajo la Mentira del Ateísmo
Científico como Camino a la Libertad.
Por
esto he emprendido la Gran Aventura de Caminar con JESÚS hacia la Libertad que
de su Verdad emerge y engendra en el Hombre, nosotros, Creación de Dios, un
Nuevo Hombre, Ciudadano de su Reino, sujeto de Derecho Divino, y Objeto del
Deber que todos los hijos de Dios tenemos de Defender y proteger la Vida de
nuestro Prójimo y Hermano con la Fuerza que, teniendo en el Creador
Todopoderoso de los Cielos y la Tierra su Fuente, engendra en nosotros el Deber
de Defender y Proteger la Vida de nuestros pueblos y naciones, y convierte este
Deber en el Derecho Sagrado a defender y proteger la Vida y Libertad de
nuestros Hermanos, sus pueblos y naciones, todos Ciudadanos del Reino de JESÚS,
de cuyas vidas nos pedirá cuenta Dios, cuando teniendo el Poder de Defender
esas vidas nos quedamos simplemente mirando cómo Caín destroza la cabeza de
Abel.
La
Defensa de la Vida en nosotros y en la Creación entera es un Deber que viene de
Dios Creador, quien viste a su Creación con el de Todopoder de su Brazo para que sus hijos se alcen entre Caín y Abel. Detener el Genocidio
de la Libertad y Vida de una Nación, Ciudadana del Reino de Dios, es un Deber
Divino. Caín debe elegir: sujetarse a la Ley del Rey, o morir.
El
Deber JESUCRISTIANO es Derecho DIVINO que nos viene en Herencia con nuestro
Nacimiento del Espíritu del Creador. Consecuentemente es de Derecho Divino el
Deber Todopoderoso de defender la Vida de nuestro Prójimo y Hermano sin miedo a
la Muerte; sino al contrario, el Miedo a la Muerte es nuestro Enemigo. Escrito
está “los cobardes no heredarán el Reino Dios”; palabra del REY, JESÚS. No
siendo Dios un Cobarde no puede dejar en Herencia lo que no existe en su Ser.
La
Doctrina de JESÚS es Eterna : “Porque tanto amó Dios al mundo, que le dio su
unigénito Hijo, para que todo el que crea en El no perezca, sino que tenga la
vida eterna”. La Intimidad de esta Declaración no admite tinieblas. Dios nos
dio por Campeón y Modelo de Ser, a cuya Imagen y Semejanza nacemos de
nuevo, al Hijo de sus entrañas, en quien el Deber de defender la Vida de los
Ciudadanos de su Reino es Derecho Todopoderoso innato a su CORONA, y como dice
el Apóstol hablando de ella: Inmarcesible, Incorruptible, Invencible.
Una
Creación alienada de este Derecho fue la que Dios rechazó al Infierno y
enviándonos a su Hijo nos ha abierto la Puerta a su Paraíso, su Mundo, su Casa,
su Hogar. ¿En qué dirección andaremos entonces en busca de la Libertad?
Únicamente
hay un CAMINO. Cualquier otro Camino, sea religioso, sea científico, sea
filosófico, sea teológico, conduce a Satán.
La
estructura del Discurso JESUCRISTIANO es directa: “YO SOY LA VERDAD, YO SOY EL
CAMINO, YO SOY LA VIDA ETERNA”. Así pues, amando la Vida con todas las fuerzas
de nuestro ser ¿adónde podríamos ir, cómo elevar nuestra vida a la Eternidad
sino buscando a JESÚS?
“Lo
hemos encontrado”: le dicen Andrés y Juan a Pedro y Santiago. Y sin embargo
sabemos que nadie encuentra a Dios, es Dios quien se deja encontrar. Ni
Judaísmo ni Islamismo ni Budismo ni Ateísmo Científico ni Neo-Paganismo
Materialista. Todos son discursos para ocultar tras sus amenazas de muerte
la realidad, a saber, que no pudiendo encontrar a Dios sin JESÚS, se inventaron
a un dios hacia el que derivar esta naturaleza nuestra creada para correr
al Encuentro de su Creador. Y si Dios se retira, hijos de Adán, ¡cómo podrá
nadie llevar su vida a la consumación de su existencia : la vida a Imagen y
semejanza de la Vida Eterna del Hijo de Dios! Pero nosotros no somos hijos de
Adán, somos hijos de CRISTO.
Y
aquí estamos, caminando con Nuestro Padre que está en los Cielos.
En
efecto, “al Principio”, cuando Dios dijo : “Hagamos al Hombre a nuestra imagen
y a nuestra semejanza”, el Modelo era general, y de aquí que Dios distribuyese
las Regiones de la Tierra entre sus hijos “no de nuestro Mundo”. La Misión de
aquellos hijos de Dios, los dioses de la Antigüedad, antes de la Caída, fue
conducir a la Civilización a las Familias bajo su Tutela, haciendo de esa
manera Dios emerger en el Género Humano Cinco Civilizaciones. Era la Idea de
Dios integrarlas en una sola, engendrando en ellas una Nueva. Aquí fue cuando
comenzó el Reinado de Adán, hijo de Dios. Roto el Proceso de la Formación
Universal del Hombre, las propiedades mentales innatas, con las que cada hijo
de Dios impregnó la Mente de los Pueblos bajo la Tutela de sus hijos, se
transformaron en Muros imposibles de echar abajo.
Y
sin embargo, como Ayer, Hoy y Mañana, el Verbo es Dios.
Dios
conduce a su Fin la Obra a la que le da Principio. Su Palabra es Dios. SU
Palabra es Ley para ÉL mismo. DIOS dice y DIOS hace.
La
Palabra de Dios no es la Palabra de un Estado, ni la de un Hombre que firma un
Tratado, un Memorándum, un Contrato que le obliga a Vida o Muerte, y cuando se
da la vuelta pisa su Palabra. Dios abre el PRINCIPIO y camina hacia el FIN con
piernas Todopoderosas y Brazos Omnipotentes. Y loco aquel que pretenda ponerse
en medio. Se puso en medio Satán, la Cabeza de la Serpiente, y el precio de su
locura ya lo conocemos: DESTIERRO ETERNO DE LA CREACIÓN. Sentencia a la que
todos los hijos de Dios, del Cielo y de la Tierra, respondemos : Bendito es
Dios.
Pero
el Verbo es la Palabra de Dios. Esta Palabra abrió su Reino a la Plenitud de
las naciones del Género Humano. Dios tenía que consumar su Creación. Pues el
Mundo de Adán no consumó Su Obra. Ahogado en las aguas de su Ignorancia aquel
Primer Hombre la Necesidad de engendrar un Hombre Nuevo, nacido de su Espíritu
se hizo. Y así se dispuso Dios a hacerlo. Pero esta vez la Imagen y Semejanza
de Dios no le vendría al Hombre Nuevo de cualquier hijo de Dios; el
Todopoderoso Creador del Nuevo Cosmos nos dio por Padre al mismísimo Hijo de
sus Entrañas Increadas.
Y
estaba allí, caminando, Nuestro Padre qe está en los
Cielo . Nicodemo se acerca a Él. ¿Cómo puede el hombre, siendo viejo, nacer de
nuevo?
Nicodemo
pone en Duda el Poder de Dios; sujeta la Omnipotencia Divina a la estructura de
la Impotencia de la Razón humana.
La
Respuesta de Nuestro Padre es directa: “En verdad, en verdad te digo que quien
no naciere del agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de los cielos”.
La
Creación de la Vida a la Imagen y semejanza de Dios tiene en
esta dimensión su naturaleza. Primero se crea la Materia, la Materia
es investida del Espíritu Divino, que engendra en el ser un hijo de Dios.
La
imagen perfecta de esta Dimensión Creadora la tenemos en la Zarza ardiendo.
Investida de la Naturaleza Eterna de su Creador la Materia no se consume jamás;
la Creación participa de la Vida de su Creador por el Espíritu de hijo
que Dios engendra en Su Criatura.
Aunque
adscrita nuestra existencia a temporalidad en la Tierra, caminamos en la Vida
eterna que Dios ha desplegado delante de nosotros. Ya no estamos sujeto a los
Muros del Hombre Antiguo, hijo de la Caída del Mundo de Adán. El Modelo de
nuestro Ser es el Hijo de Dios.
Todo
lo Antiguo queda disuelto. Judaísmo, Islamismo, Budismo, Ateísmo,
Materialismo, todo es falso.
Dicho
esto, le miramos a la cara. Él es CRISTO JESÚS DE YAVÉ Y SIÓN, el Primogénito
de los hijos de Dios. Él es el Campeón Invencible que Dios nos dio, y elevó al
Trono del Rey Universal Sempiterno para Defender nuestra Vida.
SÍ:
también JESÚS nació de nuevo; Dios le dio un Nombre Nuevo: CRISTO. El NIÑO
había dado paso al HOMBRE. Y ese Hombre es el Modelo a Imagen y Semejanza del
cual somos todos formados, cumpliéndose el FIN del VERBO : “Hagamos al HOMBRE…”
Ciudadanos
de Tu Reino, hechura de Tu Ser, sujeto de Derecho y Objeto de Deber.
La
Paz no se edifica no haciendo la Guerra; a la PAZ se la defiende, se la protege
con todas las Fuerzas del Ser.
En
efecto AYER: “Si hablándoos de cosas terrenas no creéis, ¿cómo creeréis si os
hablase de cosas celestiales?”.
HOY
“Si”. HOY tenemos la Mente y la Inteligencia de quienes estando en la Intimidad
de nuestro Creador, habiendo nacido del Espíritu Suyo, engendrados a su Imagen
y Semejanza, podemos comprender, hablar y dar a conocer las cosas celestiales
cuya Sabiduría, “hablada entre los perfectos” AYER, es nuestra Herencia, y por
esto dijo Dios, “Era Necesario que muriese el Testador”, porque si no moría no
podía legar en Testamento su Espíritu de Inteligencia a su Descendencia”.
Nosotros
somos la Descendencia de CRISTO, el Futuro del que se escribió: “La Creación
entera espera el día de la gloria de la Libertad de los hijos de Dios”. Ese Día
es HOY. Y siendo la Fuente de nuestra Libertad la Gloria de CRISTO
JESÚS, Nuestro Padre que está en los Cielos, Gloria de Hijo Unigénito de
Dios, ¿dónde está el Miedo?
Nuestra
es la Promesa : “Tu Descendencia se apoderara de las puertas de sus Enemigos” .
Hijos
de Dios, por la Veracidad de quien es su Unigénito y Primogénito, somos el
Futuro del Género Humano. Hemos sido engendrados en el espíritu de la Vida
eterna para llamar a todas las Naciones a la Ciudadanía de Su Reino. La Nación
que la rechaza será borrada del mapa de la Historia, y su nombre del Libro de
la Vida: “porque el que no cree en Él ya está juzgado, porque no creyó en el
nombre del unigénito hijo de Dios”. Y nadie que no doble sus rodillas ante el
REY entrará en SU Paraíso. Esta es la Última Palabra de Dios.
El
Universo ha sido creado por YAVÉ DIOS acorde a las Leyes de su Ser. Y quien no
quiera vivir a la Luz de su Personalidad, cuyo Amor por su Creación es tan
enorme que nos Eligió por Campeón a su Propio Hijo, aun cuando la Victoria
sería su Cruz, ése no entrará en su Mundo. “Polvo eres y al polvo
volverás” es la mejor sentencia que puede deseársele a quien en su incredulidad
se aloja en los brazos de Satán.
Y
finalmente volvemos a la Historia. Ya oímos a Andrés y Juan llamando “Rabí” a
JESÚS. De nuevo escuchamos a Nicodemo llamándole Rabí. Lejos de abrir una
discusión académica, y partiendo del escenario biohistórico que desplegué en la HISTORIA DIVINA DE JESUCRISTO, se comprende que muerto
José, y habiendo sido el reino de Herodes dividido ente sus hijos, la sinagoga
de Nazaret quedó a cargo de JESÚS, el heredero de Jacob de Nazaret, cuya casa
había ejercido en el pueblo la Autoridad civil desde su fundación por Abiud,
hijo de Zorobabel.
Aquella
imagen de una MARÍA viviendo casi en la miseria y un José Carpintero sin
educación de ninguna clase fue impuesta, durante la Reforma, por su primer
héroe, un Martín Lutero cuya Intimidad no era con Dios sino con Satán, como se
ve por los frutos homicidas de su doctrina, cuya consumación en la Guerra de
los 30 Años, so pena de estar ciego, habla volúmenes sobre la identidad de su
Dios Oculto. En verdad no sabíamos que Dios fuera un cobarde y debiera
esconderse de Satán y sus discípulos.
Pero
como quiera que este asunto ya lo abrí en LUTERO, EL PAPA Y EL DIABLO, y más
tarde lo desarrolló en CRISTO RAÚL CONTRA EL ANTICRISTO, paso de abrir una
puerta siempre abierta. El caso es que, cual se puede leer en el CORAZÓN DE
MARÍA, su hijo, heredero de su padre Jacob, al alcanzar la edad devino por la
autoridad de su familia el Rabí de Nazaret. Su Crianza en Alejandría le dio el
dominio de las lenguas del Imperio, el Latín y el Griego, de un sitio, y
del otro, de la lengua Sagrada del Antiguo Testamento, el Arameo, amén del
Hebreo corriente entre los Judíos.
Saber
leer y escribir, lo mismo en la Antigüedad que en las edades medievales,
durante el tiempo de JESÚS fue un arte y una ciencia reservadas a las familias
que se permitían el lujo de tener a sus hijos sin trabajar. Hasta los doce años
JESÚS no vivió otra realidad que la de un Niño hijo de padres sin problemas
económicos de ninguna clase, que le dejaron vivir la Ciudad de Alejandría del
Nilo a sus anchas.
El
NIÑO no era un Prodigio; el NIÑO era el Hijo de Dios; su Inteligencia era la
natural A QUIEN ÉL ERA. Mas tras el Episodio del Templo el NIÑO se interna en
un perfil bajo de relación, que iría superando, hasta que muertos Cleofás y
José, por su fortuna y por su inteligencia deviene el Rabí de Nazaret, en quien
reposaban las familias la educación religiosa de sus hijos.
“Dejad
que los niños de acerquen a mí” no era propaganda. El “Rabí de Nazaret”, el
hijo de MARÍA, no se ocupaba de los niños del pueblo en respuesta a un contrato
con el Templo. El amor a los hombres en que esos niños se convertirían era su
Devoción.
Delante
de sus padres, en los días religiosos en los que la sinagoga abría su puerta,
el perfil religioso del hijo de María era el de un Judío de la escuela
profética. Nadie podía ver en Él al Mesías, Intimidad a la que ni la propia
Madre tenía acceso.
Cuando
su Hijo sube a la Cruz, entonces entiende el Silencio de “su Niño”. Desde que
Salió del Templo, a sus Doce años, “su Niño” sabía que su Regreso a su Padre
Divino pasaba por la Cruz de CRISTO.
Todos
quisieron darle la Corona de David. Ninguno sabía que su Corona era la
Corona de la Vida Eterna.
Quien
deviene Ciudadano de su Reino participa de la Vida Eterna del Rey, quien se
niega a acepar su Corona firma contra sí mismo su
sentencia de muerte.
5
AMÉN
“En
verdad, en verdad os digo que no puede el Hijo hacer nada por sí mismo, sino lo
que ve hacer al Padre; porque lo que éste hace, lo hace igualmente el Hijo.
Porque el Padre ama al Hijo, y le muestra todo lo que El hace, y le mostrará
aún mayores obras que éstas, de suerte que vosotros quedéis maravillados. Como
el Padre resucita a los muertos y les da vida, así también el Hijo a los que
quiere les da la vida. Aunque el Padre no juzga a nadie, sino que ha entregado al
Hijo todo el poder de juzgar. Para que todos honren al Hijo como honran al
Padre. El que no honra al Hijo no honra al Padre, que le envió.”
Empecemos
afirmando que la Veracidad de la Casa entera del Creador del Universo, YAVÉ
DIOS, vive de la Gloria de SU PRIMOGÉNITO, quien siendo UNIGÉNITO, vistiendo
con Veracidad su Primogenitura abraza en su Corazón a todos los hijos de
Dios, por este Amor abriendo SU PADRE sus Brazos a todos sus hijos. He aquí,
por tanto, que afirme el Espíritu en la Casa de Abraham: “DIOS ES AMOR”. Y
siendo AMOR, la Gloria del UNIGÉNITO a Gloria abraza a todos los hijos de Dios,
los introduce en el Paraíso del Corazón de SU PADRE, y por Él, JESÚS,
participan todos de su Gloria, ser Hijos Verdaderos de Dios.
Porque
es cierto que, no importa el Mundo de Origen, todos somos creados del Barro, y
todos somos Adoptados. Pero esta Adopción es transfigurada por la Eternidad en
la Veracidad del UNIGÉNITO, quien Siendo el PRIMOGÉNITO de DIOS engendra en SU
PRIMOGENITURA una Criatura nacida para ser hijo de Dios.
La
Adoración de toda la Casa de Dios a este HIJO es Infinita. Su Voz es unánime:
“Tuyo es el Poder, tuya es la Gloria”:
AMÉN.
Esto
nos lleva a dos puntos. El primero a la UNIDAD en DIOS CREADOR de YAVÉ y de su
Hijo JESÚS. Dios no hace nada sin su Hijo. Todo lo que hace, lo hace por ÉL y
para Él; y como ÉL mismo dice, hablando de nuestros Cielos y de nuestra Tierra
: “Le mostrará mayores obras que ésta”, entendemos que quien ha creado el Nuevo
Cosmos, teniendo la Eternidad por delante, su Actividad Creadora tiende a
superarse acorde a la Naturaleza del Creador en Dios.
Quien
tiene el Infinito por delante, siendo el Infinito su Espacio Natural, viviendo
la Sabiduría en el Palacio de la Omnisciencia de quien es el Señor de las
infinitas ciencias que tejen, entre Materia, Espacio y Tiempo, el tejido sin
costura del Cosmos, tiene delante de los ojos un Campo Creador sin límites,
la Inspiración de cuya Fuerza Creadora tiene en el AMOR a su HIJO
su Fuente VIVA.
Quien
crea que ya lo ha visto todo extasiado ante la Belleza y Grandeza de nuestros
Cielos, que no se deprima, “el Padre ama al Hijo, y le muestra todo lo que Él
hace, y le mostrará aún mayores obras que éstas, de suerte que nosotros
quedemos maravillados”.
La
Invitación es Palabra de Dios. Y Dios no rompe jamás su Palabra, por este dice
San Juan: “LA PALABRA ES DIOS”. Y los hijos de Dios decimos:
AMÉN.
El
segundo punto nos lleva a la Necesidad de crear nuestra Civilización en la
Tierra a la Imagen de la Civilización de Su REINO en el Cielo. Con ÉL vino el
REINO de Dios a la Tierra.
Primero
el REY, pues no puede haber Reino si no hay Rey. Mas el REY tenía que ser
investido por Dios como Rey sobre toda su Casa. El Rey tenía que regresar al
Mundo del que vino para ser Coronado delante de toda la Casa de Dios.
Hasta
SU Regreso como Rey en la Plenitud de su Gloria nos dejó a su Iglesia, quien en
Su Nombre, como Esposa, le ha engendrado en la Tierra un Pueblo. Muriendo, hizo
Testamento, legándole a SU Descendencia el Espíritu de Inteligencia. Lo cual
nos toca a todos. Y nacido su Heredero es a su Padre, el REY, a quien le debe
su Descendencia : Obediencia, Lealtad y Fidelidad. Y esta Obediencia se refiere
a la Edificación de nuestra Civilización a la Imagen de la
Civilización de su Reino.
Pues
conocemos lo que dijo Dios : “Haz las cosas a imagen de lo que se te muestre”.
Y más tarde : “Bajó del Cielo la Nueva Jerusalén”. Declaraciones que nos
implica en la Construcción de nuestra Civilización a la imagen y semejanza de
la que en el Cielo le ha construido Dios al Reino de su Hijo, y quien,
siguiendo su Palabra, “El hijo no puede hacer sino lo que ve hacer al Padre”,
la necesidad implicando a Dios primero, establece la Necesidad de la
Venida del Segundo, en su Casa, para abrir la Tierra a su Reino.
Así
pues, habiendo la Madre engendrado de su Esposo la Descendencia a la que en su
Testamento legó el Espíritu de Inteligencia, el REY y “Padre sempiterno” viene
en la Gloria de su Libertad de Unigénito para conducir a la Plenitud de
las Naciones a su Reino, construyéndole en la Tierra a sus hijos Civilización a
la Imagen de la que Dios le ha construido a sus Hermanos en el Cielo.
Se
entiende que la MUERTE, movida por su inercia, buscase la Destrucción de la
Esposa en la que el Rey había de engendrarle Hijo a Dios, y nacida esta
Descendencia la MUERTE busque la destrucción de la Vida en la Tierra, que es el
Momento que estamos viviendo en vivo al Presente.
Resumiendo:
La
Creación entera tiene por Dios Universal a YAVÉ, Creador de su REINO; este
REINO tiene por REY sempiterno a su Hijo JESÚS. La Fuente de la Justicia del
REY es YAVÉ DIOS.
Así
pues, porque es el REY el Hijo de Dios es la Cabeza de todos los ejércitos de
la Creación. La Obediencia debida de todos los Ejércitos de todos los Pueblos y
Mundos de la Creación es a JESUCRISTO, nuestro REY.
La
Ley sobre la GUERRA nace en DIOS y Condena a Destierro Eterno de la Creación a
todo Pueblo y Nación que se levante en Guerra contra su Vecino, su
Prójimo, su Hermano.
La
Guerra es una Abominación a los ojos del CREADOR del UNIVERSO; su Ley : “NO
Comas, morirás”, tiene Valor eterno.
La
Ley de DIOS CREADOR establece como Deber de todos los hijos de Dios y los
ejércitos a ellos confiados para la Paz, levantarse contra quien le
declare la Guerra a su Vecino, Prójimo y Hermano, y quien no se levante
para detener a un nuevo Satán se rebela contra el REY: su Sentencia es
Destierro de la Creación.
El
Reino de Dios conoce una ÚNICA RELIGIÓN, confiada a la Esposa del REY, la
Iglesia Católica, Madre de su Descendencia; Ella es su Cuerpo y El, Su Señor,
es su Cabeza.
Su
Señor y Esposo, CRISTO JESÚS, es el Sumo Pontífice Universal de la Religión
Universal ÚNICA que vive en el Ser de la Casa de la Dios. Cualquiera que se
separe de esta Casa, dividiendo el Cuerpo del Señor, levantando una nueva
religión o iglesia, se levanta en Rebelión contra Dios.
La
sentencia por Rebelión contra la Casa de CRISTO JESÚS, su Esposa, gobernada por
el Espíritu Santo, que el PADRE envió sobre los Hermanos de CRISTO JESÚS e hizo
de sus Doce Discípulos el Cuerpo en el que habita DIOS CON NOSOTROS, la iglesia
y pueblo que permanezca en la División será talada del Árbol de la vida y
arrojada para ser pasto del fuego.
Estos
son los dos Pilares sobre los que Dios ha fundado su Reino y ambos están en las
Manos de su Hijo, REY Todopoderoso y Señor Santísimo, cuyo Amor por la Paz y la
Vida nos demostró a todos hijos de Dios, los que vivían como a los que habíamos
de venir a la vida de las entrañas de su Esposa, primero haciéndose hombre,
después olvidándose ser quien Él es, y doblando sus rodillas ante su
PADRE, por el amor infinito que YAVÉ DIOS le tiene al HIJO de sus entrañas
Divinas ha establecido que quien no doble sus rodillas ante su HIJO, Rey y
Señor, no entrará en su Paraíso.
Los
hijos de Dios, del Cielo y de la Tierra únicamente tenemos una VOZ:
AMEN.
15/02/
6
“VEN”
CANTO
DEL HIJO DEL REY (16/02/)
¿Dónde
está Muerte tu aguijón? ¿Dónde tu veneno?
Fui
arrojado a fosa común, cadáver entre cadáver, y te dijiste, ya no levantará la
voz, cerraré las puertas, no saldrá de la fosa.
Yo
invoqué al Rey. Como padre que corre a socorrer a su hijo, el Rey vino a
mí, y dándome la mano me dijo:
“Tú
eres mi hijo, levántate. Tienes que hablarle a las naciones, te he engendrado
para llevar mi Reino a muchos pueblos, y la Obediencia a mi Voluntad a los
habitantes de la Tierra. Te he dado mi Nombre, llevas el Nombre de la Casa de
los hijos de Dios, no temas, yo estaré contigo todos los días de tu vida”.
¿Cuál
es ahora, hijos rebeldes, vuestra victoria?
YO
me levanto desde la Tierra al Cielo, y delante de la Casa de mi Creador bendigo
su Sabiduría, porque venciendo su dolor por nuestra desgracia presente nos ha
abierto el Paraíso de su Corazón a eterna Alegría.
Bendigo
a Dios y doblo mis rodillas ante su Justicia:
Maldigo
por la eternidad quien haga la Guerra contra su hermano,
Maldito
quien levante el hacha de guerra contra su prójimo,
Sea
como el polvo que el Viento del Espíritu arroja al abismo,
No
se haga memoria de su existencia,
Maldito
quien derrame una lágrima por el pueblo que se rebeló contra la Paz del Rey y
dirigió
sus ejércitos contra el Trono del Hijo de Dios.
Sea
por la Eternidad la suerte de Satán la suerte de todos los enemigos de Su
Reino.
El
Rey, mi Padre, me ha dicho:
“Hijo,
di al Bárbaro del Norte, ¿Ves el mapa de
tu gloria? YO borraré las fronteras y trazaré unas nuevas en las que tu nombre únicamente será hallado
en los libros de la Historia, y tu caída
será lección para todos mis enemigos.
Y
tú, hijo mío, levanta tu brazo contra la
Tercera Roma; contra la Primera levanté
la Vara de mi Padre, y rompí su gloria
como se rompe vasija de alfarero; a la
Segunda la entregué a los ejércitos de la Muerte; contra la Tercera levantarás
mi Vara y golpearás sus muros, que se
romperán como vasija de barro. NO tengas
miedo, YO estoy contigo”.
¿Quién
puede mantenerse delante del Viento que viene del Cielo?
Es
el Viento que viene de Dios dulce y fresco como el viento de la primavera después de los fríos del invierno. Levantad el
corazón y refrescad el alma. Abrid las puertas del ser a la alegría y el
espíritu a la vida sin fin.
Venid,
pueblos, salid de la tumba,
Levantad
la cabeza, el Creador os abre los Brazos,
No
seáis ciegos como vuestros padres,
La
Puerta del Paraíso de la Vida eterna es el Rey,
No
busquéis en otro sitio, perdonad a vuestros Padres
Pero
no sigáis sus camino,
El
Camino a Dios es su Hijo.
Sí,
Hoy es día de Victoria: “Hagamos al
Hombre a nuestra imagen y a nuestra semejanza”;
Por
esto mi ser se halla de pie delante de mi Creador y mi Voz tiene en su Pecho la fuente de mi
Palabra.
El
Rey es mi Dios y yo soy su hijo. Él me ha dicho : “NO morirás”,
Y
yo siento crecer mis fuerzas como al principio. Cuando me engendró,
me
sostuvo en sus brazos, y mirándome al rostro me dio SU Nombre Nuevo.
¿NO
veis, naciones, que la Muerte os engañó, que
Satán
es su aguijón, y tentándoos con Libertad envenenó
vuestras
mentes, lanzándoos las unas contra las otras como
bestias
hambrientas de carne humana, sedientas
de
sangre hermana?
NO
existe Futuro fuera de las Fronteras del Reino de mi Padre.
Vuestras
visiones fueron espejismos detrás de los que la Muerte escondió sus guerras
mundiales.
¿Qué
queréis ahora, desterrar de la Tierra al Hombre?
NO
hay hombre fuera del ser de los hijos de Dios. El Futuro de Siglo es la
Ciudadanía del Reino del Hijo de Dios, quienes se opongan y se enfrenten a la
Gloria del Unigénito del Creador del Cosmos serán barridos como polvo del
camino sacudido por la tormenta que baja del Cielo.
Prestad
oídos, acercad las orejas al suelo, un terremoto se acerca, ya ha comenzado a
sacudir los hipogeos de la tierra, los temblores hacen tambalear las piernas,
los edificios sienten vibrar sus cimientos. ¿Cómo impediréis que el volcán se
alce? ¿NO tenéis memoria?
Dios
no conmoverá de nuevo los muros de la Historia por las aguas; será por el fuego
que este mundo antiguo será dejado atrás, y de sus cenizas ya emerge uno nuevo.
Es como el dolor de la madre que está en parto y engendra en un sólo día una
generación entera. Su marido salta de alegría. Llama a todos sus hermanos,
porque la que estaba sin hijos parió en su vejez, de un solo parto, una
generación entera.
El
corazón del Rey se ensancha. Sus Brazos son como la aurora,
todo
lo abarca, nadie se queda fuera,
su
luz anuncia una verdad única, no estamos muertos,
pasó
la noche, estamos vivos,
y
por delante tenemos una vida entera.
¿Qué
haremos con el día que se levanta?
¿Regresaremos
al banquete de Caín, Satán sirviendo la mesa,
la
sangre de Abel por vino,
su
carne por manjar?
Por
esto Dios amó a sus hijos, porque por sus vidas
juraron que destrozarían la mesa fratricida y nunca jamás volverá la
Creación a conocer semejante delirio.
Bendito
son sus corazones, no permitan jamás sus almas que esta tragedia que ha azotado
al Hombre caiga como diluvio del infierno sobre el Futuro del Reino de su Padre
y Dios.
Hombres,
no seáis bestias como aquella Ciencia que creyó poder crear un universo nuevo y
convirtiendo a las naciones a su discurso fratricida arrastró a las naciones al
campo de las guerras del siglo XX.
¿Creéis
que Dios no recuerda su discurso?
“La
Guerra es el arma del más fuerte, y su deber es usarla contra el débil; la supervivencia del débil es vivir de
rodillas al servicio del fuerte”.
Y
así fue; enloquecidas por el discurso de la Ciencia del XIX las naciones, como
bestias inmundas engendradas en los hornos del infierno, se lanzaron a
devorarse en los campos de Gog y Magog. Horrorizados por su crimen los sabios
se lavaron las manos de la sangre de las naciones poniendo al servicio de sus
amos el Arma Definitiva.
“Ni
contra Caín ni contra Abel, ni contra Satán ni contra Cristo”, he aquí su nuevo
discurso.
Decidme,
hijos de aquellos muertos sacrificados a la gloria del Ateísmo de la Ciencia,
¿cuál será el juicio del Rey sobre vuestros sabios, los creadores del universo?
¿Permitirá que esos apóstoles de la Guerra crucen las puertas de su Reino,
importando con ellos el Fuego del Infierno, o le ordenará a sus siervos que los
encadenen y los arrojen con su dios y maestro, Satanás, al Abismo del Destierro
eterno? ¿Quién es el demente que abriéndosele la puerta a una Libertad sin
fronteras elige la prisión hasta la muerte? ¿Antes el Infierno que el Paraíso? Entre
el Ateísmo Científico y la Sabiduría Divina, ¿seguís eligiendo ser dioses a la
imagen y semejanza de Satanás? ¿Quiénes os creéis que sois? ¿Levantaréis
vuestras armas contra el Cielo?
Venid
todos, dictadores y tiranos, reuníos y congregaos contra el Rey, decid :
“Mataremos
a su hijo como matamos a su Padre”.
Y
vosotros, ignorantes, hartos del orgullo propio, ¿de verdad creísteis que el
Rey iba a bajar para que lo crucifiquéis de nuevo?
¿De
verdad creísteis que Dios iba a enviar a su Hijo Amado para que de nuevo pidierais
su cabeza? ¿NO os declarasteis “divinos” y jurasteis sobre la sangre de las
Guerras de Religión y la Guerra de Fratricida de los 30 Años que en vosotros
resiste el Espíritu Sagrado para interpretar las Escritura? ¿Acaso no leísteis
lo que mi Padre escribió?
“YO
le daré mi Nombre Nuevo,
y
el Nombre de mi Dios,
y
el nombre del Monte de mi Dios,
pondré
en su Mano la Vara de Hierro,
y
le daré la estrella de la Mañana.
YO
seré su Padre y él será mi hijo”.
Heme
aquí, YO soy una sola cosa con el Rey, Él es mi Dios,
su
Palabra está en mi Boca, mis manos han sido bendecidas
para
hacer su Voluntad y conducir a la Plenitud de las naciones a su Reino.
¿Qué
esperabais, un ídolo de oro cubierto de diamantes, con una espada de fuego en
su mano paseando su infierno sobre la Tierra? Del Barro creó Dios al Hombre,
¿tentaréis a Dios despreciando a su Criatura?
Mi
espíritu respira el viento del Cielo,
Mi
corazón se ensancha bebiendo de la fuente de la vida eterna,
Mis
piernas hacen el Camino mientras mi alma canta de alegría,
he
vencido a la Muerte.
¿Dónde
está tu aguijón,
dónde
tu veneno, Satán,
con
el que me arrojaste en la fosa común
donde
yacen tantos muertos?
Heme
aquí, por la Gloria del Rey estoy vivo,
y
como hijo que sirve con todo su ser a su Padre,
viviré
días que no se acaban nunca.
Quien
quiera conocer esta dicha, que me siga.
Una
Palabra ha puesto mi Dios en mi boca : “VEN”.
7
EL
PODER DEL HOMBRE
La
cuestión que a todos nos concierne pasa por la negación de la inteligencia
animal científica para establecerse en el bestialismo de un ateísmo
anticristiano, cuya derivación patológica implica sel genocidio universal de toda vida sobre la Tierra, como fundamento de su
negación de la Existencia de Dios y la Vida de su Hijo.
Desde
el espíritu de la sabiduría patrística de siempre se entendió que la Negación
del hombre a creer en el Dios de Jesús tiene su origen en el efecto que la
Tragedia a que fueron condenados todos los pueblos a raíz de la
divinización del primer rey, Adán, el Alulim de la
Lista Real Sumeria, desencadenó en todos los pueblos del mundo. Igualmente se
ve que habiendo sido Adán quien cometió Transgresión tan grande, por la que
todo el mundo fue puesto bajo la corona de Satán, hecho del que se jactara
delante de JESÚS; y, por tanto, habiendo sido “ese padre”, ADÁN, el causante de
tanta desgracia era de justicia que su hijo, CRISTO, en aras de obtener
Misericordia de Dios se ofreciese como Cordero de Expiación de los pecados
cometidos por todos los pueblos desde la Caída hasta su Venida.
Una
vez derramada su Sangre esa Justicia operó en la Tierra porque “ese hijo”
obtuvo de Dios la Gracia natural establecida en la Ley “para todo el pueblo”.
Porque sabemos que Dios creó a todas las naciones para ser un solo Pueblo, y de
aquí que dijese, “hagamos al Hombre…”. En orden a lo cual le dio por
Cabeza al Cuerpo de ese Hombre, a saber, el Género Humano entero, a ese rey,
ADÁN, de cuya Carne nació Cristo.
Esta
sabiduría, sobre la que luego diría el Espíritu Santo en los Apóstoles que fue
recopilada en JESÚS, dio origen a la teoría absurda de haber nacido todas las
naciones de sola una pareja humana, negando con su fundamentalismo negacionista
lo que MOISÉS dijo : “Distribuyó Dios entre sus hijos las familias de los pueblos,
pero su lote fue Adán, padre de Jacob, padre de David, padre de Jesús”.
NO
podemos culpar a los hombres, ni a los antiguos ni a los modernos, en razón de
haber vivido y vivir en un edificio mental sin puerta a la Sabiduría Creadora,
pues habiendo sido todos los pueblos desterrados de la Intimidad Divina, y
entregados a Satán por la pérdida de la Corona que bajó del Cielo, todos fueron
encerrados en una discapacidad intelectual positiva que les impidió, y les
impide hasta el día de hoy, entender de las cosas celestiales, es decir,
“la naturaleza del Conflicto Cósmico a que la Muerte arrastró a la Creación de
Dios.
Establecida
la inteligencia en su condición animal, devenida la Ciencia un instrumento de
Destrucción al servicio del PODER, como Poncio Pilato lavándose las manos de la
sangre de las naciones en su Amo y Señor el Estado, la cuestión que, Caminando
con JESÚS y viéndole Obrar, nos viene a la mente gira y tiene su centro en
la naturaleza del Poder según los hombres, de un sitio, y según Dios, del otro.
El
enjambre de Obras que JESÚS desplegó por todas las poblaciones del Israel de
los hijos de Herodes no se ha registrado nunca porque, como dijo el Apóstol, si
se enumerasen todas no habría libros en este mundo para describir el ejército
de enfermos de todas las clases que gozaron de la Salud que viene de Dios.
Evidentemente
maravillados por el Poder que Dios le dio a su Mesías aquel ejército lo
proclamó su Rey y estaba dispuesto a seguirle al fin del mundo. La negación de
JESÚS a hacer de ese Poder un Arma de Guerra fue vivida como una Traición, que
se representó en la Venta de Judas, de la que Jerusalén obtuvo su
correspondiente paga, también representada en el suicidio del Traidor Judas,
esto es: la destrucción de sus muros y el destierro de sus habitantes para ser
masacrados por todos los pueblos del futuro hasta el día de su Conversión.
La
Negación de JESÚS, caminando con Él que estamos con los ojos del Espíritu de
inteligencia abiertos a su Mente, la entendemos Divina. Dios abomina de la Guerra.
La Destrucción que la Guerra representa es la Negación de su Poder Creador. El
Poder de Dios está en su Naturaleza. ÉL es el CREADOR.
La
sola idea de entrar en contienda con Criaturas que ÉL engendra del polvo de las
estrellas es a sus ojos pura demencia. ¿Puede alguien imaginarse que quien
tiene el Poder de Crear Galaxias y Universos, en los que Cultiva el Árbol de la
Vida de los Mundos, se imagine a SÍ MISMO entrando en campo de batalla con el
polvo cuya existencia está en su Aliento, cuando un solo Soplo Suyo basta para
hacer que desaparezca toda vida de la faz del Tiempo?
La
sola Idea de una Creación basada en la Ciencia del Bien y del Mal, a saber,
crear a una gente para el Infierno y a otras para el Paraíso, es a sus Ojos
satánica de la A a la Zeta.
Retar
a Dios, como hizo Satán y su generación rebelde, a crear un Nuevo Hombre
desde el seno de las tinieblas, es decir, desde condiciones de principio tales
como las que vivió la Generación de CRISTO JESÚS, era un Reto al que,
únicamente un suicida patológico seducido por la esquizofrenia homicida y
fratricida que el Reto implica, podía darle vida. La sola Idea de entrar en
contienda con su Criatura causa en el Creador una incredulidad absoluta; máxime
cuando su propia Criatura cuenta en su Existencia la gloria de haber visto con
sus ojos a Dios en Acción Creadora.
Los
Hermanos de YAVÉ DIOS cayeron de rodillas al descubrir, en quien hasta entonces
vieron a su Familiar, el Primogénito de los dioses, al SEÑOR DE LA ETERNIDAD Y
EL INFINITO; ¿y aquellos a quienes creó para ser sus hijos levantaron su Brazo
para arrojarle al UNIGÉNITO de los dioses un guante al rostro?
Porque
sí, desde la sabiduría de Satán: la Caída de Adán era necesaria para Tentar al
Unigénito de los hijos de Dios, pero a quien de verdad estaba retando era al
UNIGÉNITO y PRIMOGÉNITO de los dioses. Pues así como por la Unigenitura de JESÚS sus Hermanos tienen en su PRIMOGENITURA la Veracidad de su Naturaleza
de hijos de Dios, asimismo la VERACIDAD de los dioses, Hermanos de YAVÉ DIOS,
tienen en su PRIMOGENITURA SU Veracidad Divina. Resumiendo, que el Reto de
Satán, pretender Tentar al Primogénito de YAVÉ DIOS buscando con su
Caída enfrentar al HIJO con el PADRE, obteniendo de este enfrentamiento la
disolución en Dios del Espíritu Santo y la Ley, esta sabiduría satánica era
locura absoluta a los ojos de Dios, y como dije, en la HISTORIA DIVINA DE
JESUCRISTO, por lógica la naturaleza de esta locura tenía que abrirle los ojos
a la Muerte como el verdadero Enemigo de Su Creación.
Todo
esto nos lleva a comprender que el PODER según Satán es el Poder de los hombres
Nacidos de la Caída, cuya condición animal los arrastró a creer que en la
Destrucción está la verdadera Gloria y Fuerza del Poder. Instalados en esta
Teología Política del Poder durante milenios el efecto de semejante conducta
sobre la mente de nuestros contemporáneos no puede pasársenos por alto. Esa
Teología Política ha devenido un Instinto Animal en dictadores y tiranos de
nuestro tiempo. Abrazados al evangelio darwinista protonazi bajo la tipología del socialismo del siglo XXI y su forma sin máscara de
Comunismo, este instinto tiene su gloria en el Poder Político en tanto en
cuanto Brazo Legítimo nacido para destruir a todos los enemigos, que ellos
mismos se crean a fin de establecer sus Crímenes y Genocidios sobre fundamentos
Ideológicos Legales.
Todo
esto es lo absolutamente contrario al PODER SEGÚN JESÚS.
NO
olvidemos, ni se nos ocurra cerrar los ojos ante quien tenemos delante. Este
JESÚS es el Hijo a quien DIOS CREADOR le muestra todo lo que hace y Obra en
Unión con Él. Siendo Dios Creador de Dios Creador le escuchamos decir : “HAYA
LUZ”. Desde la óptica de un demente: Un Trabajo casi de parvulitos diríamos.
Vimos
en la CREACIÓN DEL UNIVERSO SEGÚN EL GÉNESIS que el Objeto sobre el que su
Palabra se hizo fue la Tierra. En fin, una demostración de Poder digna de un
hijo de Dios, pero tampoco para disparar cohetes y adorarle como si se tratase
de un Dios de verdad.
Entonces
pasamos al CUARTO DÍA, y este JESÚS con el que Caminamos extiende su VERBO a
los Cielos. NO es un Planeta el que siente su PODER; es la VIA LÁCTEA entera la
que recibe la Configuración Astrofísica que llamamos el ÁRBOL DE LAS
CONSTELACIONES, sin cuya CARTA de VUELO la NAVEGACIÓN por los sistema estelares
que componen los Cielos sería un Viaje imposible.
Esto
hablando para el Futuro.
En
lo que respecta al PASADO se entiende QUE la Expansión creada en el CUARTO DIA
por el Hijo de Dios determinó un descenso de la energía estelógica entrante en la Biosfera, provocando el cambio que determinó el Salto Final de
la Vida Animal de un estadio prehistórico al estadio Histórico.
Este
JESÚS es el que despliega ahora su Gloria sobre los hombres, y hacia
quien, oyendo de ella, todos corren. ¿Qué tiene que ver este PODER, esta
Gloria, con los colmillos de acero y la lengua de fuego del Poder de los
tiranos y los dictadores, de los reyes y los señores de la guerra de la Tierra?
Por
supuesto que de haber querido levantar su VERBO contra Roma su sola PALABRA
hubiese bastado para causar la Revolución Mundial con la que la Historia de la
Vida en la Tierra había estado soñando desde los días de Abraham. La Confesión
del Espíritu Santo en los Apóstoles se hizo cierta: “La creación entera sigue
esperando la manifestación de la Libertad de la Gloria del Hijo de Dios”.
Lamentación
que únicamente en la boca de un Santo podía sonar a Esperanza, y como tal ser
recogida en el Testamento de CRISTO.
La
Lección de JESÚS no admite discusión: “El PODER Político está para servir a los
hombres, sanando los males que la CAÍDA ha expandido por todas las naciones”. Cualquier
otra definición viene de Satán y su fruto es la Guerra, sea Civil,
Internacional o Mundial. El hombre o el pueblo que basa se Gloria en su Poder
para Destruir a su prójimo, a su hermano, a su vecino, es una bestia satánica
inmunda; es el Deber de todos los hijos de Dios de cazarla, y desterrarla de la
faz del mundo.
Todo
hombre que busca el Poder para convertir en esclavo al pueblo en aras de su
Ego, según la visión de sí mismo: Nacido para vivir una vida de dioses sobre la
sangre y el sudor de todas las familias de la nación, y aún a costa de una
tiranía mantenerse en esa status quo, ese hombre renunció a la Humanidad, es
una bestia, y como bestia debe ser apartada del Poder para que responda de sus
delitos contra la salud y la felicidad de los pueblos.
Contra
este Poder inmundo de los reyes y de los tiranos del mundo, JESÚS desplegó la
naturaleza del Verdadero Poder que a los hombres les ha sido dado :
SANAR
todos los males que le aqueja a nuestra Civilización desde hace Milenios,
CURAR
todas las heridas que hacen que la mente de la Humanidad sangre sin cesar.
Ninguna
otra es la Naturaleza del Poder dado a los hombres. Desde las Leyes, desde las
Ciencias, desde los Gobiernos, desde la IGLESIA UNIVERSAL ÚNICA : esta es la
Naturaleza Verdadera del Poder, y de lo que hagan los hombres con ese Poder
tendrán que responder todos delante del REY DIVINO JESUCRISTO: SEÑOR y JUEZ
Universal, así de la Tierra como del Cielo.
17/02
8
EL
DILEMA JESUCRISTIANO DEL GETSEMANI
El
verdadero problema del ser es el miedo a la Verdad. Desde el programa de la
experiencia histórica. Este Miedo viene instalado en el hombre desde la Caída
de la primera generación de hijos de Dios que le parió la Sabiduría en la
Tierra; hoy es un instinto.
Las
bestias llevan este instinto como signo de preservación de su existencia. Por
el olor se despierta el Miedo. Procede el efecto, la huida.
En
el animal racional privado de espíritu, este instinto se ha
instalado desde la realidad de los últimos milenios. Ni que decir
tiene que la lección suprema es el propio JESÚS. Le precedió la muerte de
Sócrates, de la que extrajo Aristóteles que la ignorancia es lo que le conviene
al estado de la felicidad. “Mientras más conocimiento alcanza el hombre, más
sufre”, fue el motto aristotélico, lo cual no quita
que fuese el hombre racionalmente más avanzado de su tiempo. Contradicción que
no anula el hecho.
No
en vano desde el principio del Cristianismo la disidencia comenzó pronto. En
aquellos entonces la edad de oro del Gnosticismo se hizo; para el Gnosticismo y
sus místicos de lo que se trataba fue “ ser cristiano… pero sin la Cruz ”.
“Amar la Verdad, pero vivir con la Mentira, no oponerse a ella”. “La Verdad
mata”. ¿Prueba? San Pedro camino del matadero.
Al
cabo de los siglos la Verdad que esclaviza al hombre a la Cruz, y la Filosofía
de la Razón abriendo las puertas de la libertad a las naciones, devinieron
enemigas. La primera pone su YO a los pies del Universo, la Segunda pone el
Universo a los pies de su YO.
La
conclusión, o mejor dicho, la lección que extraemos después de la Caída de la
Filosofía y la Ciencia en las Guerras Mundiales del XX, a cuyo matadero
dirigieron a las naciones para gloria de su evangelio Darwinista, cuna del
Nazismo y del Socialismo en todas sus formas, entrañas de las que Gog y Magog
se vistieron de sangre y carne; la lección, o conclusión, es clara. A saber: La
Ciencia sin el Espíritu es lo que los colmillos o el veneno a las bestias, un
arma de defensa y dominio. De donde se entiende que en el hábitat de Ateísmo la
Verdad no tenga visado de entrada.
En
efecto, la Verdad Divina y la Verdad Científica, por obra y gracia de la
Filosofía de la Razón enemiga de la Sabiduría del Espíritu, son al presente dos
mundos sin conexión ninguna. El Libro de la Historia lo demuestra; en cuanto la
Razón Científica se sintió fuerte se declaró Animal y le declaró la Guerra a la
Verdad de CRISTO. Apoyado por reyes, dictadores, genocidas y homicidas de todas
las condiciones, el Ateísmo Científico buscó ochenta mil razones para encumbrar
su doctrina del DIOS NO EXISTE, y la FE es una NEUROSIS PATOLÓGICA, hasta el
punto de proclamar que la GUERRA MUNDIAL es una NECESIDAD de la que el FUERTE,
la RAZA SUPERIOR, no puede privarse so pena de cavar su propia tumba.
Patéticamente conmovidas por esta sabiduría de un ATEÍSMO CIENTÍFICO que se
atrevía a desafiar al mismísimo CREADOR DEL UNIVERSO en la creencia de que lo
que no pudieron la Muerte y su príncipe del Infierno podía conseguirlo la
Inteligencia Animal ACADÉMICA, en definitiva: Destruir las Obra de JESUCRISTO;
suicidamente conmovidas por este Valor Homicida elevado a la Potencia Mundial,
las naciones corrieron alegres al encuentro del Cementerio en el que serían
enterradas dos generaciones de jóvenes sin más culpa que haber sido
ideológicamente adoctrinados en el Odio a CRISTO como signo y señal de valor y
heroísmo
El
ODIO a la IGLESIA con el que la Reforma Protestante envenenó la Milenaria
Fraternidad Europea dio otro paso adelante. Lo que con los desertores del
convento no pudo conseguir Satán y su Madre, lo conseguiría pariendo del
seno del Ateísmo Científico a los dos Monstruos del Siglo XX. “Tanto monta
monta tanto” Socialismo como Nazismo, son las dos caras del mismo rostro, el
rostro de Satán.
El
Teorema salvaje del Ateísmo Científico, con el que quiso borrar de la Naturaleza
del Universo su Ley, Creadora de la Vida en la Tierra, y suplantarla por una
propia, de esa manera alienando Hombre y Humanidad, es pueril hasta causar risa
de no ser porque los cientos de millones de almas sacrificadas a la Verdad
Académica se levantarían para pedirnos cuenta de nuestra maldad. Dice así:
La
Verdad es Dios,
Dos
no existe
no
existe la Verdad.
La
conclusión lógica derivada de esta demencia esquizoide homicida es abominable a
los ojos de Dios y su Casa entera. Predica el Ateísmo Científico que es
preferible ser Nerón a Pedro, león a cordero, pez gordo a pez chico, tirano que
víctima. NO existiendo “la Verdad” la elección del papel en la vida que cada
cual quiera adjudicarse a sí mismo y a los suyos es obvia.
Y
sin embargo, el Ateísmo Académico se olvida que el instinto no se hace, con él
se nace. Y que la gacela no huye del lobo por cobarde.
La
Cobardía no existe en el reino animal. Ser cobarde, traicionero, asesino, es
cosa exclusiva de la bestia humana en su posición contra DIOS CREADOR por no
haber dejado en las manos de su Creación la naturaleza de la Ley bajo la que
quiera o desee regirse. La demencia en esta postura no es necesario machacarla.
Ciertamente
si la cobardía fuese un instinto animal la esclavitud no tendría razón natural,
pues por ley la esclavitud no sería otra cosa que el instinto de preservación
de la vida. Acusar al esclavo de ser un cobarde es antinatural. Y lo es por en
cuanto no es el Miedo el origen de su status quo social, y sí lo es sólo y
únicamente su privación de Humanidad por quien declarándose su amo y señor,
teniendo en su mano su vida y su muerte, se proclama dios.
Luego
hemos llegado al núcleo de la Tentación y Traición que tuvo lugar en el Edén:
Nada más ni nada menos que querer ser un dios a la manera que el amo lo es del
esclavo.
Como
se comprenderá, y tenemos a JESÚS a nuestro lado afirmando nuestro
pensamiento, la repugnancia que DIOS siente hasta esta concepción de la
divinidad es el fuego desde cuyas llamas su VOZ maldijo a las BESTIA VENENOSA
en la que un hijo suyo se había transformado, no por PREDESTINACIÓN sino
haciendo uso de la Gloria de su Libertad de hijo de Dios.
La
RAZÓN Satánica no se mantiene delante de la Inteligencia Jesucristiana.
El Absurdo de su Filosofía Revolucionaria de las Libertad queda desenmascarado
en la Declaración de YAVÉ DIOS cuando le dice: “Dioses sois” a sus hijos.
Pero…. “dioses” a la imagen y semejanza de su HIJO JESÚS.
Es
cierto mientras nadie vio a CRISTO, y cada cual se hizo una imagen de su PERSONALIDAD
acorde a su cerebrito, la afirmación Divina se tradujo, entre otras muchas, en
aquella versión satánica que los reyes de la Antigüedad acogieron como tesoro
patrimonial:
“soy
un dios,
mato
a placer
y
no temo a la justicia
porque
¿quién puede juzgar a un dios?”
La
Abominación que DIOS vive contra esta declaración vive en nosotros.
El
JESÚS con el que caminamos vive en su Ser este Fuego que se enciende ante la
sola idea de la concepción de la Libertad Divina acorde a la versión de
quienes, rebelándose contra el Espíritu Santo de su Padre, quisieron homologar
esa Dignidad Maligna sobre la Sangre del Género Humano. Por esto Caminamos con
Él, a SU lado, sin Miedo, porque ese Fuego vive en nosotros.
En
lugar de abrasarnos y reducirnos a cenizas este Fuego es el de la Zara
Ardiente. El Alma es la Zarza, y el Fuego es el Espíritu. Somos hijos de Dios,
estamos completos, la Creación ha alcanzado su cenit… porque ha engendrado un
hijo de Dios “a la imagen y semejanza” de quien dijo “HAGAMOS AL HOMBRE A
NUESTRA IMAGEN Y A NUESTRA SEMEJANZA”.
¿Dónde
está el MIEDO? LA VERDAD es nuestro Padre, la estrella que brilla en las
Tinieblas; y su Luz está en nosotros. Caminamos con Él. Le vemos y
comprendemos. La Gloria de su Libertad es el Poder infinito de su Dios. Lo
tiene todo en Dios. Puede hacer su voluntad propia o hacer la de su Dios; puede
hacer girar todo alrededor de su YO; o dejar que su YO sea puesto al servicio
de todos. Es el DILEMA JESUCRISTIANO DEL GETSEMANÍ; Beber la Copa de su YO a
los pies de todos o poner su YO sobre todos. En Sus Palabras, “El que no se
olvida de sí mismo no puede tomar mi Cruz”. Comenzando por Él mismo.
JESÚS
no le pide nada a nadie que no se haya pedido antes Él a sí mismo. No caminamos
con Él porque sea el Hijo Todopoderoso del Creador del Cosmos, y ya se sabe,
quien se junta con un rico de su riqueza vive; caminamos con Él porque su
Personalidad nos maravilla, en el CRISTO con el que caminamos vive DIOS, y
en DIOS nos muestra al Padre y al Hijo, Dos Personas “un Único Espíritu”,
y este Espíritu es de un Amor a la Vida tan infinito y eterno como lo son la
Eternidad y el Infinito. “YO SOY LA VIDA”. ¿Quién no quiere vivir la vida
eterna al lado de este DIOS y CREADOR nuestro?
El
Dilema Jesucristiano del Getsemaní tiene una
naturaleza filosófica clara, inequívoca. La Victoria de Dios sobre la Muerte de
CRISTO sobre el Diablo se da por descontada. JESÚS camina con paso seguro y
firme al otro lado de la Muerte. Hay Resurrección y Nuevo Principio. DIOS va a
reconfigurar su CREACIÓN; la Necesidad salta a la vista.
Porque
el Fuego que vive en DIOS, de ser avivado por los vientos de la MUERTE, de
continuar soplando sobre su Creación acabaría por reducir a polvo la vida del
Árbol de los Mundos. DIOS no podía quedarse con los brazos, atado de pies y
manos al Muro del Amor a sus hijos. Por ese camino el Fin se haría. Su Hijo
JESÚS lo está viendo.
Aquí
entra el Dilema del Getsemaní. ¿A quién le corresponde esa reconfiguración de
la CREACIÓN por la que le vendrá a su CRIATURA la Salvación Universal? ¿A Él,
JESÚS, o a YAVÉ Su Padre?
Hombre,
es verdad, aquí jugamos con ventaja. Vemos a JESÚS bebiendo la COPA a la Salud
de la Sabiduría de su DIOS… Y aún cuando ese Vino se
le va a hacer amargo en las entrañas, Él coge la COPA. Pone su YO a los pies de
YAVÉ, Su PADRE.
Es
la Lección Divina que baja del Cielo, se hace “carne y sangre” para que todos
la aprendamos, y no como quien lee un libro y al doblar la del tiempo se olvida
de la letra, sino como quienes en ellos “esa carne y esa sangre” deviene la
propia.
Por
en cuanto la Letra mata, pero el Espíritu da la Vida; Dios con la Letra nos
mata, y con su Espíritu, como aves que renacen de sus cenizas, nos levanta y
nos hacer hijos suyo a la Imagen y Semejanza de su Hijo: Ciudadanos de SU
Reino, sujetos de Derecho y de Deber.
Como
hijos de Dios todos disfrutamos de todo libremente porque todo le pertenece a
Nuestro Padre, pero como Ciudadanos de SU Reino todos y cada uno vivimos a la
Luz de la LEY del REY. La LEY del Rey tiene en la Ley de DIOS, SU PADRE, la
ROCA sobre la que se ha fundado su TRONO:
“NO COMAS; porque el Dia que
comas MORIRÁS”.
Hablando
en Cristiano : “NO hagas la Guerra, porque serás destruido”
EL
discurso de la Sabiduría no admite interpretaciones vanas: DIOS es AMOR; pero
también es LEY, y la LEY dice que todo el que se alce en GUERRA contra su
hermano, contra su Pueblo, contra su Prójimo, contra su Vecino : Será
Desterrado de la Vida.
Satán
creyó que podría burlar la Ley, se creyó INVENCIBLE delante de la CREACIÓN
entera. Y alzándose contra la Corona del Primer Hombre, sobre su Sangre gritó
su Invencibilidad sobre todas las naciones del Universo.
Su
Fin será recordado por la Eternidad para que nadie olvide que la LEY ES DIOS. Y
a fin de que esta Memoria viva por la Eternidad le dio Dios un CUERPO, el ESPÍRITU
SANTO hecho Hombre: CRISTO, cuya Cabeza es JESÚS.
Quiere
decir esto que como JESÚS miraba al día después de su Victoria, nosotros
igualmente debemos mirar al Siglo XXII como si el Siglo presente fuese la
ruta que conduce directamente al otro lado de sus fronteras.
Nuestro
Trabajo es configurar el Edificio de la Civilización en el que las generaciones
de los próximos siglos han de vivir, dejando en sus manos lo que a esos siglos
les corresponda de Afán. Dios vive en nosotros y Dios vivirá en ellos.
Como
JESÚS, nuestro Maestro, tenemos que olvidarnos de nuestro YO y dirigir nuestros
ojos al otro lado de las fronteras de nuestro Siglo, la Confianza puesta en que
nuestra Victoria viene dada de la Invencibilidad que le es propia a quien
disfruta de la Gloria de la Libertad de DIOS.
De
no habernos presentado DIOS a su Hijo AMADO y el Hijo no nos hubiese presentado
a su PADRE nuestra Confianza en la VICTORIA se reduciría a una ilusión; mas contra la debilidad de nuestra posición en el mundo nos
declara Vencedores antes siquiera de nacer, porque DIOS está en Él, y ÉL
ESTÁ CON NOSOTROS.
Teniéndolo
en ÉL todo, como ÉL lo tiene en su PADRE, únicamente tenemos que hacer lo que
nos es natural por el Espíritu de Inteligencia que hemos heredado: CREARLE a la
Civilización el Mundo que ha viajado por los Milenios hasta el encuentro con
nosotros, Generación de hijos de Dios nacidos para conquistar las puertas de
sus enemigos, sobre la que, viéndonos en el Espíritu, escribió San Pablo : “La
Creación entera espera el Dia de la Manifestación de la Gloria de la Libertad
de los hijos de Dios”.
Así
es: Hemos sido engendrados para vencer.
El
MIEDO a la VERDAD es MIEDO a DIOS. Justificado en quien no conoce a JESÚS, sin
justificación de ninguna clase en quien conociendo su Existencia se niega
a CREER que en Él vive Dios.
En
la Hora de la Praxis Biohistórica por nuestro
espíritu de Inteligencia, herencia natura divina de nuestra generación, nuestro
pensamiento geopolítico se rige por la Ley del Rey, que establece la PAZ
UNIVERSAL sobre dos Pilares Inconmovibles: El Derecho a la PAZ y el Deber de la
Defensa de la VIDA al disfrute de este DERECHO DIVINO por la Plenitud de las
Naciones del Reino del HIJO DE DIOS. PAZ fundada por DIOS sobre la UNIDAD
INDIVISIBLE de todos los Ejércitos de la Plenitud de las Naciones de su REINO
en un CUERPO DE DEFENSA Universal Único cuya Cabeza es el REY, SU HIJO
JESUCRISTO. Cualquier división en este CUERPO, poniendo una parte de sus
Miembros al ser del YO de un individuo, pueblo o nación es una declaración de
Guerra contra la CORONA DE LA PAZ DEL REY; la Sentencia de Dios contra el
Rebelde es la Muerte.
La
Victoria de Dios sobre este Siglo firmada sobre la Encarnación y Resurrección
de su Hijo nos abre los ojos a la ORGANIZACIÓN DE LA PLENITUD DE LAS NACIONES
que gobernará la UNIDAD de la PAZ en el Siglo XXII, de cuya Historia Política y
Militar la Guerra será desterrada de la faz del Género Humano por siempre
jamás.
Evidentemente
de las Bodas de Canaán al Huerto de Getsemaní JESÚS debe hacer paso a paso su
Camino. Como en el Cielo así en la Tierra, como el Maestro así sus Discípulos.
NO hay Victoria sin Batalla. NI Batalla sin Guerra. La Guerra nos fue declarada
el día en que, engañado por un Impostor, que se hizo pasar por un Ministro de
Dios, la Muerte extendió sus cadenas sobre todos los habitantes de la Tierra.
Este es el Día de la Gloria de la libertad de los hijos de Dios, esta es la
Hora de ponerle Fin a esa Guerra.
Nada es fácil en un una guerra de esta naturaleza, ni es un paseo por la playa el camino a una victoria contra la que dictadores, tiranos, teócratas y ególatras se levantan como montañas para impedirnos el paso, y nos amenazan con GUERRA NUCLEAR ABSOLUTA de no ponernos de rodillas y adorarlos. Nuestra Respuesta es eterna: VADE RETRO SATANÁS. Letra que se le añada o se le quite a esta Palabra viene de la MUERTE, y con la MUERTE se irá al INFIERNO.
(18/2).
9
CANTO
DE JUVENTUD, INVOCACIÓN AL HIJO DE DIOS
Glorifícate
en tu Creación, Oh Dios, no mires que del barro vengo. ¿Quién
puede ponerse a tu Altura, detener tu Brazo, cerrar tu Boca? NO mires que
soy como la roca de las montañas; sin oro ni valor por la que ser apreciada y
es abandonada a la intemperie de los tiempos hasta que los vientos y las
lluvias la reducen a polvo. Tú eres Dios, tuyo es el Poder y la Gloria, Tú
puedes hacer de la simple piedra, informe y sin belleza, una Obra digna de tu
Poder, ante cuya contemplación todos se admiren y se entreguen a la
alabanza de quien semejante Obra hizo. ¿Qué es para ti Imposible? Levanta la
cabeza de tu Criatura hasta el cielo, las nubes se aparten ante sus ojos, que
sus pies se asienten a los dos lados del Océano y su Voz se oiga en las cuatro
regiones del mundo, y viendo tu Obra se digan las naciones, ¿quién es este que
del Barro ha sido levantado hasta el Cielo? Haz una Maravilla, Dios mío, que
viéndola todos crean que Tú eres quien tiene en sus Manos la Vida del Mundo. No
tengas en cuenta que sólo soy barro sin más valor que el que tu Aliento quiera
imprimirle. Acuérdate de tu Creación, no dejes que tu Criatura se hunda en las
aguas y su luz sea apagada por las tinieblas. Tuyo es el Poder, tuya es la
Gloria, por esto te invoco, porque sé que como tu Padre amó al Mundo, lo amas
Tú, y no permitirás que el Hombre al que con tu Aliento le diste vida sea como
polvo que el viento arrastra al Abismo.
(19/02)
10
EL
SILENCIO DE DIOS
La
Corona del Mundo le pertenece a Dios, y Este ha sentado en el Trono de Rey
Universal a su Hijo. La Conclusión del Evangelio no admite dudas sobre este
Hecho. Coloquialmente hablando podemos decir que hubiera sido ridículo que
habiéndosele dado a elegir entre la Corona de Israel o la Corona de este
Universo JESÚS hubiese elegido, por Miedo a la Muerte, ser nada a serlo todo.
Su elección quedó firmada, y lista para ser sellada, en la respuesta que
le dio a Satán sobre todos los reinos este Mundo a sus pies si de rodillas le
adoraba.
Y
sin embargo, aun cuando el Reino de Dios fue fundado, y anunciado su Principio
aquí en la Tierra, los Siervos de CRISTO continuaron hablando de su SEÑOR como
si esta Revolución de Imperio a Reino Universal no hubiese sido consumada,
de aquí que aun Hoy día cuando se habla de JESUCRISTO siga empleándose el
título de Rey de reyes y Señor de señores, como si nada hubiese sucedido.
El
SILENCIO DE DIOS desde la Caída permaneció en el Cristianismo. Coloquialmente
hablando diríamos que el Homicidio cometido conta su hijo pequeño Adán lo
sufrió DIOS como un lanzazo mortal en pleno corazón, en respuesta a cuya
Traición cerró su Mente incluso a su HIJO AMADO. Conocedor de lo cual no mintió
San Pablo cuando escribió que hablaban entre Ellos una Sabiduría escondida,
conocida por los Apóstoles, predicada en privado a los Primeros Cristianos,
pero prohibida a todos los demás; al irse Ellos quedando de nuevo desconocida
por disposición Divina para todos con su ida, Judíos, Cristianos y Gentiles
Así
pues, la Puerta de ese Silencio ya abierta es bueno decir que Un Reino le
pertenece a quien es su Rey. Por lo que habiendo fundando Dios un Reino se
entiende, de un sitio, que debe llevar su Nombre: REINO DE DIOS. Y, por otra
parte, que siendo de Dios, en ese Trono únicamente puede sentarse “Alguien” que
sea Dios Verdadero, y solamente sobre la Cabeza de ese “Alguien” puede posar
Dios la Corona de su Reino.
También
se entiende que fundando SU REINO ningún otro reino puede existir al lado del
SUYO. La misma Fundación de SU REINO implica la Abolición del Imperio como megaestructura política en la que SÍ caben otros Reinos en
cuanto partes integrantes de su Edificio Histórico.
La
Abolición de la Estructura Imperial la tenemos en el Cielo como en la Tierra.
JESÚS entra en la Tierra como Rey de reyes y Señor de Señores del Cielo, y
regresa al Cielo como Rey Universal Sempiterno, ante cuya Corona toda la Casa
de Dios dobla sus rodillas diciendo : “Tuya es la Gloria, tuyo es el Poder”.
Proclamación Universal con la que Dios da su Respuesta por la Eternidad a la
Cuestión de la Veracidad Divina de su Hijo JESÚS.
Respuesta
que se recibe del Cielo y proclama su Iglesia en el Concilio de Nicea. En
términos de lógica se entiende que siendo el Reino “de DIOS”, quien se sienta
en ese Trono es DIOS VERDADERO.
Nada
hay entonces que añadir o quitar a esta RESPUESTA. Pero entonces se preguntará
uno por qué la Iglesia siguió titulando a su Señor como Rey de reyes y Señor de
señores cuando ese Título quedó abolido en el mismo instante que DIOS fundó su
Reino. Todavía hoy las iglesias de todas las ramas del Árbol de la CRISTO
siguen hablando de JESÚS como ese Rey de reyes y Señor de señores. NO se trata
aquí de cursar una acusación contra nadie, y sí de traer a luz la naturaleza
del Testamento de CRISTO JESÚS, pues si a sus Hermanos en Abraham les legó el
Espíritu Santo, y a su Iglesia el Espíritu de la Fe, a su Descendencia le
legaba el Espíritu de Inteligencia. La Palabra de JESÚS es clara como el agua:
“SI hablándoos de cosas
terrenas no entendéis cómo entenderíais si os hablase de cosas celestiales”.
¿Y
quién mejor que el Hijo de Dios quien con su Todopoderosa Palabra creó la LUZ
podría hablarnos de esas cosas? Fue
queriendo “hablar” de esas “cosas celestiales” que el “Niño” se dirigió al
Templo. Como está escrito en LA HISTORA DIVINA DE JESUCRISTO, LIBRO PRIMERO; EL
CORAZÓN DE MARÍA; SU PADRE selló Sus labios, y los de sus Apóstoles,
sujetando sus Palabras sólo y exclusivamente al Evangelio de su HIJO. De aqui que Sam Pedro dijese :
“LA FE… QUE SE CORROMPE”.
Los
acontecimientos de la Historia del Cristianismo nos nos dejan espacio para la Duda: A la Esposa le legó como SEÑOR, pero para su
Descendencia hizo Testamento en cuanto REY.
Así
que en cuanto se fueron los Apóstoles la Ignorancia volvió a apoderarse del
mundo, y con la Ignorancia vino la Corrupción.
Mas
la Respuesta de Dios permanece: Todo Reino ha sido abolido, Ayer, primero en el
Cielo, y HOY, lo serán en la Tierra.
NO
en vano los imperios que han respirado su aliento sobre la faz de la Tierra,
así como los demás que en su Ignorancia aspiran en nuestros días a resucitar
imperios perdidos, han pasado todos a los libros de la Historia, al igual que a
las páginas del Libro de nuestra Memoria pasaron los Imperios cristianos.
Así
pues, El JESÚS con el que caminamos se dirige al TRONO DE DIOS como Herencia
Eterna. Él es el Heredero de DIOS. NO pudiendo morir DIOS la Herencia de su
HIJO es recibida en Vida en la Plenitud de su Naturaleza Divina. Es DIOS HIJO
quien se sienta en el Trono del REINO DE DIOS, y lo hace como REY TODOPODEROSO,
sujeto a la Sabiduría Salvadora de su PADRE, ante la que Él dobló sus rodillas
en el Getsemaní, para una vez Nacida su Descendencia en el Espíritu de
inteligencia desplegar su Corona sobre todas las naciones de la Tierra,
abolir todas las coronas y llamar a la Ciudadanía de su REINO a todos los
pueblos.
La
Ignorancia que les impidió a todos, Judíos como Gentiles, ver la Verdadera
Identidad de quien por Sus Obras se mostraba superior a los Profetas, esa
Ignorancia vivió también en los Discípulos antes de volver a nacer como
los Apóstoles, Ignorancia que permaneció en las iglesias hasta que se
cumpliesen los tiempos descritos en el Libro de DIOS, durante los cuales la FE
sería la Fuerza que mantendría de pie sus puertas contra el Infierno.
NO
estamos caminando en un campo de batalla al servicio de un REY cuya
Identidad y Naturaleza desconocemos. De las cosas celestiales que JESÚS y sus
Apóstoles no pudieron hablar en Público en Obediencia al Silencio de DIOS, ya
han sido dadas a conocer en LA HISTORIA DIVINA DE JESUCRISTO, por lo cual
podéis saber todos que la Expectación de la Creación ha terminado, que la
ESPOSA le ha dado Descendencia a su SEÑOR, y que el REY está de pie en la
Plenitud de la Gloria de su Libertad para hacer la VOLUNTAD de su PADRE
y Desterrar a Satán de la Tierra.
Ahora
serán los acontecimientos los que hablen.
Por
lo demás podéis ver con vuestros ojos lo que está pasando, la Muerte despliega
su Fuerza contra la Vida, Satán está como loco buscando una Guerra Nuclear.
Pero cuando Dios en su Hijo se proclamó la VIDA nos vistió con su Fuerza.
El
Pasado queda atrás, HOY comienza el Futuro.
21/02.
SEGUNDA PARTELA GUERRA DEL HIJO DE SATÁN
|