CRISTO RAÚL
CONTRA EL ANTICRISTO“LA
BIBLIA SOLA”
REFUTACIÓN DE LA CONFESION DE DIVINOS DE WESTMINSTER
Respuesta
de un hijo de Dios a la Declaración de Guerra de Westminster contra la Unidad
de la Plenitud de las Naciones Cristianas
INTRO
Desde
el primer capítulo de esta Confesión de los Divinos de Westminster la mano
sangrienta que la escribió se quita el guante y descubre la metodología que
empleó para confeccionar estos artículos de declaración de guerra a muerte
contra la Europa Católica. La mano del lobo se mostró sin complejos una vez
acabada la Guerra Civil de Cromwell. La Iglesia Anglicana rechazó a Cristo por
Cabeza, elevó al rey de las Islas Británicas a la condición Divina natural a Cristo,
y cansado de su juguete quitó dios donde puso rey y se alzó como Asamblea de
Santos investida de Autoridad Divina.
Esto
teológicamente hablando. Acorde a la Teología de los Apóstoles, la Biblia es
testigo, Cristo es la Cabeza de la Iglesia, de quien siendo Cristo y Jesús la
misma Persona, la Iglesia recibe su Naturaleza Divina. Se lee también y la
Iglesia Católica Europea vino repitiéndolo durante 1600 años, que ese Jesús es
Dios Verdadero de Dios Verdadero. Partiendo de esta Revelación la deducción filosófica
de los Padres de la Iglesia, los Ambrosios, Agustines, etcétera, fue simple.
Resumiendo,
pues que Cristo es Jesús y Jesús es Dios Verdadero, desde el momento que la
Iglesia Católica fue engendrada para ser su Cuerpo, Ésta adquirió la
Indestructibilidad que le es Natural a su Cabeza.
Este
pensamiento filosófico de los Primeros Sabios Cristianos tenía que pasar por el
horno de las Pruebas o Demostraciones. En su Doctrina, hablando sobre la
Verdadera Sabiduría el mismo Jesús dejó la Necesidad de esta Superación muy en
claro cuando dijo que: “Aquel, pues, que escucha mis palabras y las pone por
obra, será el varón prudente, que edifica su casa sobre roca. Cayó la lluvia,
vinieron los torrentes, soplaron los vientos y dieron sobre la casa; pero no
cayó, porque estaba fundada sobre roca. Pero el que me escucha estas palabras y
no las pone por obra, será semejante al necio, que edificó su casa sobre arena.
Cayó la lluvia, vinieron los torrentes, soplaron los vientos y dieron sobre la
casa; pero no cayó, porque estaba fundada sobre roca”.
El
cuento debía aplicársele a su propia Casa. Sabiendo Jesús que la Muerte
lanzaría su infierno en la plenitud de su potencia contra sus Discípulos y no
pararía ni le daría descanso a la Iglesia ¿la casa que le construía en la
Tierra el Hijo de Dios a su Padre resistiría el paso de los siglos?
La
Roca sobre la que levantar ese Edificio la puso Dios. Los Albañiles fueron los
Apóstoles. Terminado su Trabajo, la Casa construida quedaría expuesta a la
Necesidad de la Demostración de la Divinidad de la Roca sobre la que fue
construida. Si ese Fundamento fue humano, el Edificio del Nuevo Templo se
vendría abajo. En caso contrario, si al final de los terremotos y diluvios que
caerían sobre sus Muros esa Casa seguía en pie la Divinidad de su Fundador
quedaría manifiesta en la Indestructibilidad de su Casa delante de la Plenitud
de las Naciones.
Sobra
contar las Victorias de la Iglesia Católica Europea contra el Imperio Romano,
contra los brotes anticristianos internos, contra las Invasiones de los
Bárbaros, contra los imperios islámicos. Desde Nerón a Constantino, desde
Constantino a Atila, desde Atila a Mahoma, desde Mahoma a Lutero, desde Lutero
a Lenin, la Muerte no cesó de lanzar sus hordas contra el Edificio creado por
Dios: la Iglesia Católica. Su Invencibilidad fue de todas formas sellada en el
1571 en la Batalla de Lepanto. En esa Batalla la Indestructibilidad de la
Iglesia Fundada por Jesucristo y edificada por los Apóstoles, conocida como
Iglesia Católica Apostólica Romana para los de fuera, Esposa del Señor Jesús
para los de dentro, quedó plenamente demostrada a los ojos de la Historia
Universal. Obviamente la Muerte hace lo que le es natural, y nadie podía
esperar que el Apocalipsis no tuviese lugar y dejase de celebrar su orgía de
destrucción en el campo de las guerras mundiales del Siglo XX.
Por
la parte de los hombres la ceguera intelectual permaneció a pesar de las
grandes batallas ganadas por el imperio católico español contra el ataque
masivo desde dentro y desde fuera dirigido
por el Príncipe del Infierno contra la Creación de Dios y su Hijo en la Tierra.
Atrapados en las tinieblas de la ignorancia que arrastró a romanos y judíos a
levantarse contra Cristo las fuerzas ciegas de los siglos siguieron soñando con
destruir la Casa cuyos Muros ya habían demostrado su Indestructibilidad durante
diecisiete largos siglos. Ateísmo Científico, Materialismo Dialéctico,
Comunismo, Socialismo del Siglo XXI, estas fuerzas brutas nacieron en la
creencia de poder realizar lo que fuerzas infinitamente superiores no pudieron.
Meas
culpas aceptadas. Aunque claro, al bruto le sea natural la brutalidad.
Pero
en descargo del Protestantismo, seamos misericordiosos con los ignorantes, se
puede decir que no habiendo podido ver con los ojos de sus caras estas últimas
Victorias Modernas, pues nadie puede ver el Futuro, el hecho de venir los
Lutero, Calvino, Enrique VIII y aquella Asamblea de Divinos a sumarse a las
fuerzas de los elementos contra la Casa de Aquel Sabio que puso la Primera
Piedra, fue un acto instintivo propio de animales bastante irracionales. Y
quiera Dios tener en cuenta esta defensa. Aquí, a mí personalmente, como hijo
de Dios a quien su Padre le ha dado hacer un trabajo, lo que me corresponde es
reducir a polvo el saco de mentiras que, bajo la apariencia de santidad, venía
cargado de la Cizaña Maligna de la División de las iglesias contra la que el
Señor previno a todos sus Siervos cuando les dijo : “El reino de los cielos es
semejante a uno que sembró en su campo semilla buena. Pero, mientras su gente
dormía, vino el enemigo y sembró cizaña entre el trigo y se fue. Cuando creció
la hierba y dio fruto, entonces apareció la cizaña. Acercándose los criados al
amo, le dijeron: Señor, ¿no has sembrado semilla buena en tu campo? ¿De dónde
viene, pues, que haya cizaña? Y él les contestó: Eso es obra de un enemigo. Dijéronle: ¿Quieres que vayamos y la arranquemos? Y él les
dijo: No, no sea que, al querer arrancar la cizaña, arranquéis también el
trigo. Dejad que ambos crezcan hasta la siega; y al tiempo de la siega diré a
los segadores: Tomad primero la cizaña y atadla en haces para quemarla, y el
trigo recogedlo para encerrarlo en el granero”.
Pues
bueno. El Señor se fue. Su Siembra dio fruto, mucho, y muy bueno. Los Obispos
se echaron a dormir. El Diablo fue liberado, vino y sembró su Cizaña. Miguel Celulario
fue el peón que se hizo reina en la partida entre Bizancio y Roma. Pero la Gran
Partida, la batalla que partiría en dos la Europa Cristiana y le abriría las
puertas a las guerras mundiales, estaba por ser jugada.
En
el terreno de los siglos y volando hasta poner los pies en el terreno del siglo
XVIII, a estas alturas de la Confesión de Westminster, año 1646, la
Invencibilidad de la Europa Católica ya manifiesta y asentada definitivamente y
para siempre en la Batalla de Lepanto, la Rebelión Protestante contra la Pornocracia del Vaticano del Siglo XVI hubiera debido
comenzar a plantearse seriamente su posición anticristiana. Pero no fue así. El
Hundimiento de la Armada Invencible en el 1588 en las aguas del Canal de la
Mancha cegó la Razón del Reino Unido, y confundiendo unos Barquitos de madera
con el Ejército de Dios en la Tierra creyó el Inglés que podría hacer lo que no
pudo ni el Romano, ni el Bárbaro ni el Musulmán, nada más ni nada menos que
echar abajo la Casa que los Apóstoles edificaron sobre la Piedra que Dios puso
como Fundamento, el propio Jesucristo. De esta forma la Reforma Anglicana se
convirtió en uno de esos elementos naturales ciegos sobre los que el Hijo de
Dios habló en su discurso sobre la Sabiduría Verdadera.
A
esta distancia del Tiempo, a cuatro siglos de distancia de la Gran rebelión de
la Europa Anglo-Sajona y Nórdica contra la Unidad Universal del Cristianismo en
la Corona del Rey, Dios Hijo, Jesucristo, la Demostración de la Sabiduría del
Fundador de la Iglesia Católica Europea la vemos glorificada tanto más cuanto
que habiéndosele dado a aquel Reino Unido el Imperio Británico, Copia Moderna
del Antiguo Imperio Romano, para destruir de una vez por toda y para siempre lo
que su Original no pudo, misteriosamente aquella Iglesia Católica,
supuestamente hija del Infierno, la Ramera del Diablo acorde a la imaginación
de sus enemigos protestantes, sigue en pie, sus Muros están más fuertes que
nunca, y se preparan para hacerse aún más fuerte.
Como
dije antes, el Señor se fue. La Cosecha fue mucha, y muy buena. El Diablo
sembró su Cizaña Fratricida. Y Hoy ha llegado el tiempo que había de llegar. El
Tiempo de recoger el Grano en los Graneros, reunir la Cizaña, y atarla en haces
para quemarla.
Esto
es Obra de Dios y los Segadores cumplen su trabajo.
Cuando
esta Confesión Asamblearia de Divinos encontró su página en la Historia, al
abrir el libro y disponernos a leer su contenido lo primero que observamos es
que el historiador oficial no nos descubre las circunstancias trágicas que el
país del Confesor atravesaba. Silencio que pudiera dar lugar a una
interpretación errónea sobre la naturaleza del ataque frontal y directo que
emprendo desde esta primera línea de batalla.
En
los días durante los cuales se oyó esta trompeta de guerra total contra la
Iglesia Católica en las Islas Británicas, a este lado del Canal las Confesiones
madres de esta Confesión Inglesa Final arrastraron a la Milenaria Comunidad
Cristiana Europea a una Guerra Fratricida que duró Treinta Años, del 1618 al
1648, y devoró en nombre de sus reyes, cabezas de las iglesias nacionales, es
decir, en nombre de las Teocracias del Norte, la apetitosa cifra de unos Cuatro
Millones y medio de vidas humanas, según cómputos oficiales.
Todos
sabemos, y lo sabemos porque la Historia Universal nos lo ha enseñado, y lo
hemos aprendido por el viejo método de “la letra con sangre entra”, en este
caso la de nuestros padres derramada por los campos de Europa, que cuando las
instituciones oficiales dicen 10 se le debe sumar 5.
La
Realidad es siempre enemiga del Poder. Ha sido así desde hace Milenios.
Evidentemente
aquellos que tienen por costumbre ducharse porque el sudor ajeno mancha la
delicada piel que cubre sus maldades, cuando el Estado los llaman no tienen
ningún reparo en alzarse para condenar a quienes defienden los Hechos y
denuncian la Buena Voluntad desde la que el Poder pretende, con su Mentira y su
Falsedad, mantener el río de sangre bajo control de manera que no nazca esa
gota que derrama el vaso.
Cuando
los datos oficiales nos hablan de 4 millones y medio de caídos en combate
durante la Guerra de los 30 años, a la salud de la Reforma de los padres de
Hitler, y de las Teocracias Europeas, debemos ser muy prudentes. Los dioses
coronados del barro nacidos son mentirosos por costumbre. Y sin embargo a pesar
de ser dioses sangran como cualquier mortal, cual se vio en el caso del rey
Carlos I de Inglaterra, a quien Cromwell le ayudó a separar la cabeza del
cuello “por Decreto del Dios que desde la Eternidad había ya preestablecido,
como preestableció desde antes de la Eternidad que Adán cayese”, que la cabeza
de Carlos I rodase por los suelos. Y así reestablecida mediante la sangre la
Gloria del Todopoderoso Dios Oculto de quien Lutero y Calvino fueron su Moisés
y Aarón, Cromwell devino su Josué.
Afirmando
los historiadores oficiales ser 4 millones y medio los caídos durante la Guerra
de los 30 años nosotros hemos de sumarle un plus.
Pues
que “por las obras nos conocemos” no es tertulia para matar el tiempo afirmar
que los millones de viudas, huérfanos y mutilados sacrificados por los Nuevos
Apóstoles en el altar de la Reforma Protestante a la Gloria de ese Dios Oculto,
fueron a los ojos de aquellos Divinos Caínes incienso
sagrado de grato olor a las fosas nasales de ese Dios Oculto cuyo Dogma y
Primer Artículo de Fe fue el Odio contra el Mundo Católico Europeo.
No
sabemos, o debemos interpretarlo juzgando de las consecuencias, qué efecto le
causó en las narices al Dios del quien Cristo dijera que es Amor, el tufo de
esos millones de muertos y sus correspondientes viudas, huérfanos, mutilados …
Deduciendo de la lectura sobre la Predestinación de esta Declaración de Guerra
contra el Dios Amor de Cristo, la nube de incienso puro que sudaron los santos
cuerpos de los soldados protestantes debió embriagar de Egolatría y Orgullo la
Omnipotencia Divina de ese Dios Oculto Protestante.
Según
sus Nuevos Elegidos al término de la Guerra de los 30 Años bien podía ese decir
ese Dios Oculto de sí mismo: “En verdad en verdad mi Poder es Infinito”. Curioso, muy curioso que quien ha creado un
Cosmos poblado por galaxias sin número deba convencerse de su Poder Infinito
gozándola viendo cómo bestias humanas se devoran entre ellas.
Y
a pesar de ser el motor, acorde a la Confesión Protestante, de las epidemias y
hambrunas que masacraron la población de Europa en nombre de sus divinos reyes
declarados en guerra perpetua contra el fenómeno, al parecer nunca antes visto
antes, de la existencia de la Iglesia Católica en Alemania, Suiza, Austria,
Francia Suecia, Noruega, Dinamarca, Polonia, Rusia, España, Portugal, Hungría,
Checoslovaquia, etcétera, es aún más curioso ver el fracaso de ese mismo Dios
Oculto a la hora de la Destrucción Total y Absoluta de la Iglesia Católica
Romana y Apostólica de la faz del mundo. Fenómeno increíble tanto más extraño
cuanto que si se perdía un puñado de
naciones fratricidas para el Viejo Mundo ganaba al otro lado del océano un
Nuevo Mundo entero para su Reino.
¡Qué
locura, cuanta demencia! ¡Creer que Dios era glorificado ordenando y
alimentando aquellas epidemias y hambres que diezmaron la población europea a
la salud de la Gran Rebelión de la Reforma!
Pero
de acuerdo a la Asamblea de Divinos autora de esta Confesión Dios había
predestinado que así fuese. Y ay de aquel que se atreviera a poner en duda la
Infalibilidad y Omnipotencia de la Omnisciente Sabiduría de los Divinos de Westminster.
Independientemente
de la lectura de este Refutación de los principios de estos Artículos
Anticristianos, impuestos no por la Ley del Amor sino por la Ley del
Terror, intelectualmente analizados desde
el Espíritu del Dios Amor que estableció la Transfiguración de la bestia humana
en un hijo de Dios a Imagen y Semejanza de su Hijo, la declaración
Presbiteriana de ser Dios, Padre de Jesucristo, el Autor Intelectual de la
Caída y sus Consecuencias universales, fue, y sigue siendo, una Defensa Miserable
del Diablo.
Dos
fenómenos alucinan, entonces, al verdadero historiador. El primero que hubiese
y haya vida después del Siglo XVI para el Mundo Católico Latino. El segundo que
aquella Reforma Anticatólica y la Revolución de la Burguesía Europea entrase en
la Historia sin conexión de ninguna clase.
Es
pues natural que en cuanto Hijo de Dios mi Respuesta a esta hija de las
Confesiones anteriores, tanto Isabelina como Luterana y Calvinista, venga
envuelta en el Celo por la Casa de mi Dios. Y aun he de decir que si las
primeras confesiones llevaron la esperanza de dar un buen fruto; fruto
pacífico, vivificador, una vez gustado su fruto de muerte y desolación, servido
a todas las naciones europeas a la salud de Lutero, Calvino y Enrique VIII, el
Autor Asambleario de esta nueva Confesión en lugar de dedicarse a cortar
cabezas de obispos y de todos quienes se opusieron a su política divina hubiera
debido cortarse las manos, conociendo ya por los frutos en vivo que Europa
estaba gustando, los frutos que daría su vid.
Sí,
claro que sí, estoy hablando de Oliver Cromwell.
Las
primeras confesiones anglicanas financiadas por la espada del terror de los
Tudores dieron su fruto sangriento apenas nacidas. Muerta aquella Reina Virgen
que llevó un nombre igual al de la Reina Católica, los tres reinos de la Isla
abrieron la veda de la caza del hombre. Aprovechando el momento, aquel dios al
que le sobraba Jesucristo sumió a los reinos de Escocia, Inglaterra e Irlanda
en una guerra fratricida que ganada por el nuevo profeta, estilo Mahoma que se
dio Inglaterra, descargó la peor parte, como no podía ser de otra forma, contra
la Irlanda Católica, cuyo Genocidio está recogido en los libros de la Historia
y no creo necesario mover estas líneas de esta zona a aquel océano de sangre
bajo cuyas aguas asesinas el Héroe Protector inundó Irlanda por aquellas fechas.
Tenemos,
pues, que aunque esta Confesión no fue sellada por la corona británica, su
Texto no es otra cosa que una refundición de los 39 Artículos fundadores de la
Religión Anglicana. Parece ser que no era –decir no era es un mucho decir, pues
no lo fue - del Interés de las Islas que el Continente se entregase a la paz.
En
aquel año del 1647 se firmaba en Europa la Tregua de Ulm, preludio del fin de
la Guerra de los Treinta Años. Hubiera debido la inteligencia haber sacado
lección de los Acontecimientos y habiendo probado el Fruto del Árbol de la
ciencia del bien y del mal haber hecho algo más que echarle leña al fuego. No
entraba en la intención de la Revolución Puritana la esperanza de que se
acabase aquella maldita guerra. El Reino Unido no estaba dispuesto a firmar la
Paz con Europa. La Unidad Británica se construiría sobre el Odio a las Naciones
Continentales, las Teocracias Escandinavas exceptuando.
Inglaterra
había participado en la Primera Guerra Mundial Europea, verdadero Nombre de la
Guerra de los 30 Años, basando su política proimperial en mantener al Continente abrasado en guerra fratricida. En este Nuevo Orden
Mundial Europeo la Revolución Cromweliana no dudó en
reinstalarse en la Declaración de Guerra Anticatólica que Isabel I firmara.
Desgraciadamente
para Cromwell y su Religión de Elegidos, bendecidos por el Dios Oculto de
Lutero para exterminar de la faz de las Islas el recuerdo de la existencia del
Reino Unido Católico, los hijos de las Confesiones del Continente a la altura
de este año 1647 no tenían ya más fuerzas para mantener la orgía fratricida.
Unos y otros se habían saciados de carne humana, se habían emborrachado hasta
la locura bebiendo sangre hermana.
Aunque
apoyados por el Calvinismo Anglicano, maravillados ante el fenómeno de la indestructibilidad
del Catolicismo, en el interludio entre el 47 y el 48 los ejércitos
protestantes bajaron las armas y se firmó la Paz de Westfalia.
En
conjunto, la propaganda anticatólica protestante se fundó sobre la ignorancia
brutal de los pueblos y la maldad de sus aristócratas. Que la Iglesia Católica
tuviese 1.600 años; que las persecuciones que la Iglesia Católica vivió durante
el Imperio Romano, bajo el Arrianismo de los Bárbaros, bajo el Imperio del
Islam Mahometano, tuviesen realidad histórica o no lo tuviesen no era un Hecho
Final que probase su Indestructibilidad. Ellos tenían que poner a Prueba la
Sabiduría del Hijo de Dos.
La
ignorancia de los pueblos anglosajones era tal que se tragaban un elefante con
corona y se ahogaban con un mosquito vestido de monje. Porque acorde a sus gloriosas universidades y a sus sabios
divinos la existencia de la Iglesia Católica desde la Edad Apostólica era una
gran mentira papista. Sí, todo fue una mentira papista. No existieron
persecuciones contra los Católicos Romanos sino aisladamente. La Iglesia
Católica Romana no luchó nunca contra y jamás venció Anticristo, todo fue una
invención del papismo. ¿La prueba? ¡El Anticristo estaba vivo!
Señoras
y señores, Cuatro Millones y Medio de muertos oficiales en combate a la salud
de Lutero, Calvino y su Majestad Anticristiana Británica …
plus
los correspondientes millones de viudas, unas alegres, otras lloronas …
plus
las legiones de huérfanos arrojados a las hogueras donde sus cuerpos serían
incinerados víctimas del hambre y las epidemias,,,
plus los cientos y cientos de miles de cojos,
mancos, ciegos, etcétera que aquellos 30 Años de Guerra fratricida dejaron
sobre el terreno :
ladies
and gentlemen, aquellos millones de desgraciadas
víctimas del Anticristianismo durante la Gran Rebelión contra la Europa
Católica no sirvieron para nada sino para iluminar a los pueblos de aquella
Reforma gloriosa de la necesidad de aliarse con el Diablo y sumarse a las
fuerzas del Infierno para restaurar el Paraíso en la Tierra. Una vez destruida
España e Italia, Francia, Polonia y Portugal, todos serían felices y comerían
perdices. Tal vez los Alemanes, Suizos, Franceses, y Holandeses… no se comerían
las perdices. Es plato de reyes. Pero serían felices. Así que el Odio no debía
cesar. El Fuego del Odio a la Europa Católica debería permanecer hasta que el incendio decidiese el futuro de todos
en el campo de Gog y Magog,
el Día de las Guerras Mundiales.
La
Guerra tiene esa virtud maligna de acabar quitándoles las cataratas de los ojos
a los necios que les entregan sus vidas a gente malvada y perversa cuya meta en
este mundo es realizar el sueño de Satanás, “ya que no puedes ser Dios al menos
vive por un día como un dios”. Trampa homicida en la que una Criatura en su
Infancia Ontológica se metió de cabeza.
¿Por
qué querer ser un dios por un día cuando se puede ser un hijo de Dios y
participar de su gloria por la
Eternidad?
Respuesta
que hubiese salvado al Género Humano de vivir sobre el Cementerio de sus
padres. Pero que dada la Infancia del Ser Humano no tuvo parte en el
Acontecimiento de la Caída.
Volviendo
a la Refutación de esta Confesión de
Westminster, ésta, contrariamente a su
nombre, no fue firmada por el entonces rey de Inglaterra Carlos I. El título
recoge la firma de su Hada Madrina, la Confesora de los 39 Artículos fundadores
de la Religión Anglicana. Perfeccionándolos, como no era menos de esperar de
quienes se creían “divinos”, y por Dios elegidos para masacrar a fuego y espada
el revival católico en la Isla que por la gracia de la reina Francesa comenzó a
campear alegre, atreviéndose incluso, ¡vade retro Satanás!, a discutir la
naturaleza divina del Calvinismo Puritano del Nuevo Orden Mundial Cromwelliano.
Este
es el Confesor que a punta de espada, bajo la ley del Terror, siguiendo el
ejemplo de su Hada Madrina Isabel I, firmó y selló estos puntos sobre los que
pondré las íes, y luego que cada cual haga con ellos lo que mejor entienda
convenirle.
Que
la Iglesia es el Reino, la Casa y la Ciudad de Dios entre los hombres no es
necesario demostrarlo. Los San Agustín, Isidoro, Ambrosio, Tomás … ya dejaron
esta Realidad edificada en sus Discursos. Que la Iglesia edificada sobre la Roca
Divina es indestructible ya ha quedado demostrado tras dos mil años de lucha
por su destrucción. Ni Romanos ni Judíos, ni Bárbaros ni Musulmanes, ni Ateos
ni Comunistas. Nadie ha podido echar abajo lo que el Hijo de Dios construyó.
Únicamente
Dios puede destruir lo que Dios creó. Como al principio usó el Diablo la Ley
para mediante su Transgresión causar la Caída del Hombre, así al Final buscó la
Destrucción de la Obra del Hijo de Dios arrastrando a las iglesias a la
Desobediencia al Mandato de Unidad sobre el que se edificó el Cristianismo. Es
evidente que Dios quiso mediante hechos actuales revivir acontecimientos
pasados, a fin de que la Verdad se estableciese entre los hombres no en el
discurso que procede de infinitas palabras sino del que tiene su raíz en la
sangre de la Historia.
Los
capítulos históricos en la base de la Rebelión Anglicana son conocidos de
todos, el acceso a su lectura está hoy abierto. Hasta hace poco la Reforma
Anglicana ha mantenido su yihad letal contra el Catolicismo, del todo copiando
las medidas del Islam radical contra el cristianismo, si bien ceñidas al mundo
de los católicos.
Nadie
ignora las causas en las que se justificaron los movimientos reformistas
protestantes. La corrupción del papado de los siglos XV y mitad del XVI no
fueron novedosas, pero sí espantosas. Y aun así, todas las iglesias hubieran
debido seguir el Ejemplo del Señor Jesucristo, quien teniendo en su Palabra
toda Omnipotencia ante la Negación consumada de Pedro no se atrevió, ni quiso
ni se le ocurrió, quitarle la Jefatura de los Apóstoles a quien Dios Padre se
la concedió.
Ciertamente
la Sabiduría de quien se hizo hombre para devenir el Campeón de Dios en el
Duelo entre el hijo de Eva y el hijo de la Muerte distaba tanto de los
Reformadores cuanto dista el Cielo de la Tierra. La ignorancia de los
Reformadores sobre las cosas de Dios fue absoluta, y de aquí que el Diablo
sembrase la Cizaña de la División entre las iglesias y sus naciones, sellando
con la sangre de la Guerra de los 30 Años el odio que las mantendría alejadas
las unas de las otras.
Si
Martín Lutero hubiese conocido a Dios Padre antes se hubiese cortado las manos
que escribir una sola línea de aquellas famosas 95 Tesis con las que el Diablo
comenzó a llevar a las naciones cristianas a aquella Guerra de 30 Años con cuya
sangre se sellaría el Pacto de Odio entre unas y otras, preservado por las
iglesias con el mismo celo que los sacerdotes guardan el cuerpo sagrado de
Cristo en sus altares mayores, sangre que le sirvió al Diablo de argamasa para
afirmar el Muro de la División entre el Norte y el Sur, entre Protestantes y
Católicos.
Dios
le dio a conocer a su Hijo Su Decisión de liberar al Diablo en el Año Mil con
el objeto de Revivir la Caída del Pasado, de un sitio; y del otro acelerar los
acontecimientos de manera que se acortasen los siglos de expectación que aun
habían de vivir la Creación hasta el Nacimiento de la Generación de hijos de
Dios que habría de Heredar de su Padre el Espíritu de Inteligencia.
La
Decisión de Dios Padre de Liberación del Diablo tiene sus Raíces en la misma
tierra en que la Necesidad de la Muerte de Cristo, hijo de David, hijo de Eva,
levantó Cuerpo. Pues que Dios me ha dado el Poder de responder a las tesis y
declaraciones que unos y otros se dieron en su Nombre desde su Espíritu, siendo
la estrella que me guía la Unificación de todas las iglesias, en Amor a la
Voluntad de mi Creador, a quien le debo la vida, y movido por su Amor a todos
los pastores y siervos de su Hijo, entraré en la cuestión intelectual
subyacente en tales líneas, trayendo a luz sus errores desde el espíritu de la
Verdad, no como quien busca condenar, sino desde el espíritu de quien sabiendo
que todos fueron objetos de engaño, como lo fuera Adán en su día, a fin de que
no habiendo sido condenados a priori en razón de la Necesidad de dicha
Liberación, todos los cristianos se levanten de las tinieblas en las que fueron
encerrados y en Obediencia a la Voluntad Divina derriben el Muro de las
divisiones y vuelvan a formar un Cuerpo Universal Unido en un mismo Espíritu,
cuya Cabeza es el Hijo de Dios, una sola Casa, cuyo Señor es Jesucristo, y de
cuya Ciudad todos somos Ciudadanos, con los mismos Derechos y Deberes.
Así
pues, comenzamos.
PRIMERA PARTE
C.W.= Confesión de
Westminster
C.R.Y&S.=Cristo Raúl de Yavé y Sión
C.W.- Aunque la luz de la
naturaleza, las obras de la creación y providencia manifiestan la bondad, la
sabiduría y el poder de Dios de tal manera que los seres humanos no tienen
excusa delante de Dios…
C.R.Y&S.- Sí tienen excusa los seres humanos delante de Dios; pues si no la tuvieran no
hubiese tenido sentido la Justicia por la Fe ni la Justificación de los pecados
por la Gracia. Fue porque Dios excusó la ignorancia de nuestros padres en la
Caída de Adán que levantó Dios la Cruz de la Redención, en la que todos
quedaron justificados de su ignorancia y de su incredulidad en la existencia de
un Dios Creador, Señor del Infinito y de la Eternidad, Padre de un Hijo de su
misma Naturaleza, Increado, no creado, Luz de Luz, Dios de Dios, etcétera.
Afirmar
que los hombres “no tienen excusa” es negarle a la Cruz Virtud y Sabiduría, y
reducir la Redención por la Sangre del Cordero de Dios a un acto de
aburrimiento innecesario acometido por Dios con el solo fin de atormentar a sus
hijos, echándoselos a los leones por comida, y a los Romanos para diversión en
sus macabros espectáculos de circo.
De
no haber tenido excusas los hombres para ser justificados por Dios ¿por qué iba
a justificar Dios a los hombres? ¿Para matar el tiempo? En absoluto, pues todo
hombre fue condenado por el pecado de un solo hombre y de aquí que un solo
hombre cargase con la culpa de todos los hombres, a fin de que en su Justicia
todos los hombres fuesen excusados de sus crímenes y se reconciliasen con Dios,
su Creador, en la Gracia de quienes han sido liberados del Poder de la
Ignorancia y de la esclavitud a la Muerte, a la que todos los hombres fueron entregados
como esclavos por efecto de la Transgresión de un solo hombre, aquel Adán,
padre de Set, padre de Noé, padre de Abraham, padre de Israel, padre de David,
padre de Jesús, hijo de María, hija de Eva, mujer de Adán, rey, cuya corona
bajó del Cielo y por cuya Transgresión fue abandonado el Género Humano a la
Ignorancia y a la Muerte.
¿Qué
Justicia sería la de Dios si condenando a todo un mundo por la Desobediencia de
un sólo hombre no justificase los delitos de todos los hombres cometidos a
efectos de la maldición que les tocó vivir por el Crimen de un único hombre?
Pero
si hubo Redención hubo Justificación, y si hubo Justificación los hombres
tenían que ser excusados. Necesidad que el Hijo de Dios recogió en sus manos y
ofreciéndose como Cordero de Dios, según la Ley de Moisés sobre los pecados
cometidos en Ignorancia, derramando su Sangre excusó a todos los hombres,
limpiándolos de sus delitos y reconciliándolos con Dios.
Error
terrible de Principio por tanto el de esta afirmación. Porque según sabemos Hoy
después de la Manifestación del Hijo de Dios, ni la Creación ni la Naturaleza
fueron ni son suficientes para dar a conocer esta Paternidad Divina sobre un
Hijo de sus propias Entrañas Increadas. Es únicamente mediante la Revelación
Divina que el Hombre alcanza este Conocimiento. Y pues que Dios quiso edificar
este Conocimiento en Hechos, nos dio la Visión de ese Hijo en Carne y Hueso a
fin de que teniéndolo entre nosotros mediante sus Obras, Obras de Dios, los
hombres quedásemos establecidos sobre esta Realidad Divina.
C.W.- … sin embargo, éstas no son
suficientes para dar aquel conocimiento de Dios y de su voluntad que es
necesario para la salvación …
C.R.Y&S.-
Negando lo anterior afirma lo contrario el Confesor. Si primero dice que son
suficientes las obras naturales divinas, ahora dice que son incompetentes para
delinear el camino de la salvación. De donde se ve las tinieblas de la que
parte su confesión.
Es
sabido que la existencia de un Dios Todopoderoso ha sido sentida y vivida por
todos los pueblos del género humano desde el principio de los tiempos. No hay
pueblo, por muy atrasado que viva o haya vivido en el terreno de la
civilización, que no haya adorado a un dios todopoderoso, y no haya vivido bajo
una religión extraída de la experiencia de los sentidos racionales humanos.
Pues Dios articula su creación de manera que por los sentidos se despierte la
inteligencia a Su existencia.
Desde
que el hombre tiene uso de razón, desde la Polinesia hasta las heladas tierras
del Norte del Canadá, desde las estepas hasta los desiertos, todos los pueblos
del género humano comenzaron su andadura en la civilización de la mano de un
Dios. Negar este hecho es negar la existencia de la civilización. Sin embargo
este sentido racional no es suficiente para penetrar en la Vida Divina y
conocer a Dios más allá de sus Atributos. La Creación habla de su Creador, pero
del Dios en ese Creador sólo Dios puede hablar. Tanto es así que aun los Judíos
conociendo a Dios desconocieron la existencia de este Hijo Todopoderoso, Increado,
no creado, de la misma Naturaleza que el Padre, de quien el propio YAVÉ DIOS
dice “TÚ ERES DIOS”.
Efectivamente,
si la Creación se bastase sola para descubrir a la razón natural la existencia
de este Hijo Todopoderoso, quien con su Poderosa Palabra creó la Luz y la
separó de las Tinieblas, ningún hombre sería sujeto de justificación y excusa.
Pero puesto que todos los hombres, incluyendo a los hijos de Abraham, fueron
apartados de esta revelación, todos los hombres tuvieron Necesidad de ser
excusados, justificados y redimidos por los crímenes cometidos en su
Ignorancia. De donde se ve que el confesor no sabía de lo que estaba hablando,
ni habló bajo Inspiración Divina, pues Dios no puede engañar a nadie, ni
promover error en nadie. Él es la Verdad, la Mentira no tiene en El parte. Él
es Sabiduría, la Ignorancia no tiene en su Mente arte. El arte engañoso es el
de este Confesor al hablar de Dios y hacer olvidar al lector que hablar de Dios
olvidando hablar de su Hijo es cometer delito contra la Divinidad del Padre y
del Hijo.
CW.- … Por lo tanto, agradó al
Señor, en diferentes épocas y de diversas maneras, revelarse a sí mismo y
declarar su voluntad a su iglesia…
C.R.Y&S.-¿Iglesia?
¿Pero la Iglesia existió antes de Jesucristo? ¿En qué libro se declaró YAVÉ DIOS
Cabeza de la Religión Judía a la manera que Jesús lo hizo respecto a la
Religión de Cristo?
La
Iglesia es el Cuerpo de Cristo, quien es su Cabeza. Está escrito. Y está
escrito con la tinta de la sangre del Pueblo del Cordero de Dios que le siguió
al Martirio. Si la Religión Judía hubiese sido una Iglesia entonces Dios en
Persona hubiese sido su Cabeza y en consecuencia la Destrucción del Templo de
Jerusalén hubiese sido imposible de acometer, y el acto de su destrucción
hubiese sido una Rebelión Satánica de parte del Hijo contra el Padre. Acusación
que fuera, en definitiva, la que fue lanzada contra Jesús por parte del Templo
de Jerusalén.
Sin
embargo la Religión Judía fue fundada sobre un Pacto entre Dios y los hijos de
Israel por el que mientras los hijos de Abraham se mantuviesen en la Ley,
vivirían por la Ley, pero ese Pacto quedaría roto en el momento en que la parte
humana hiciese de la Ley un escándalo para Dios. Escándalo que se consumó en
los días de Herodes bajo el Imperio de Roma.
La
Iglesia, al contrario, fue fundada sobre una Alianza Eterna entre los hombres y
Dios en razón de la cual Dios no romperá jamás su Alianza con Cristo. En nombre
de Dios firmó su Hijo Jesús, Unigénito en razón de su Naturaleza Divina,
Primogénito en razón del Amor del Creador por su Creación, sobre la que no solo
extiende Dios su Reino sino también su Paternidad.
En
nombre del hombre firmó Cristo, el hijo de David, hijo de Adán.
La
Alianza se selló por la parte de Dios con la Cruz de su Hijo; por la parte
humana con la sangre de los hijos de Abraham quienes uniéndose a Cristo
derramaron la suya en Signo Sempiterno de Fidelidad.
¿De
qué Iglesia, pues, estaba hablando el Confesor? ¿Acaso los sacerdotes
cristianos son profetas? ¿Es que los pastores cristianos resucitan muertos, y
separan aguas de ríos y mares?
Llamar
a la religión fundada sobre la ley de Moisés Iglesia es acusar a Jesús,
Fundador de la Iglesia de Cristo, de Rebelión abierta contra la Iglesia de
Dios, y admitir por bueno el juicio contra Él por los Judíos cuando le acusaron
de ser un hijo de Satanás. Es decir, lo que Satanás buscó al engañar a Eva,
dividir al Padre y al Hijo, es lo que hacía Jesús desde esta óptica del
Confesor al echar abajo el Templo de Jerusalén y levantar un Nuevo Templo sobre
Fundamentos Nuevos. Suponiendo que la religión judía fue fundada sobre los
fundamentos de la Iglesia Cristiana.
Pero
no lo fue. Y como no lo fue, se entiende que el Confesor desprecie a la Iglesia
fundada por Jesús y se dé a fundar una nueva acorde a sus propios pensamientos
de lo que debe ser una Iglesia, que según su visión no tiene en absoluto que
ver con Dios como Cabeza del Cuerpo de los Siervos y Pastores del Señor Jesús,
de cuya Divinidad se alimentan y en virtud de la cual el Templo de Cristo,
aunque se corrompe, como dijo San Pedro, es indestructible en virtud de quien
es su Cabeza y la Fuente de su Existencia. Tal cual se ha demostrado durante
los pasados Milenios.
En
definitiva el Templo de Cristo fue fundado sobre una Alianza sempiterna; el de
Jerusalén en cambio lo fue sobre un Pacto, condicionado a la obediencia de los
hijos de Israel, que le dejaba a Dios las manos libres para dar por liquidado
dicho Pacto en cuanto la Infidelidad derramase el vaso de Su paciencia. Como
así fue. Y fue así, porque Dios nunca se estableció como Cabeza de los
sacerdotes del Templo de Jerusalén: en cambio la Iglesia nació cuando Dios, en
la persona de su Hijo, se declaró la Cabeza de los Sacerdotes del Templo
Cristiano. Así pues, el Confesor firmante habló falazmente de Dios y de la
Iglesia. Veamos que tiene que decir aun sobre este particular
C.W.- … Luego para la mejor
preservación y propagación de la verdad, y para el establecimiento y consuelo
más seguros de la iglesia contra la corrupción de la carne, la malicia de Satanás
y del mundo, le agradó también poner por escrito dicha revelación, en forma
completa..........................
C.R.Y&S.-
Es evidente de la lectura de este párrafo que el Confesor no conocía a Dios
según Dios se conoce a Sí Mismo, pues si hubiera tenido el Conocimiento
Verdadero del Hijo de Dios no hubiese confundido nunca “el agrado” con ¡la
NECESIDAD!, que es el núcleo desde el que, consumada la Caída, Dios genera
todos los procesos históricos con miras a la Revolución Biohistórica que anunció al decir “He aquí que hago unos Nuevos Cielos y una Nueva Tierra”.
La
Caída del Hombre fue un Acontecimiento de alcance cósmico de tales dimensiones
que Dios se replanteó los fundamentos de su Creación y se dispuso a
Reconfigurar toda la estructura de Su relación con Sus Criaturas. La Caída fue
una Declaración de Guerra. La Cruz no fue un Teatro. Fue el resultado de un
Duelo a muerte entre dos formas de ver la Creación. Satanás defendía la
evolución del Reino de los hijos de Dios hacia un Olimpo de dioses instalados
más allá del bien y del mal. Dios se negaba a dar su bendición a semejante
locura.
¿Qué
tenía que decir su Hijo Amado? ¿En qué bando se situaría? ¿Sucumbiría el hijo
de Adán, hijo de David, a la tentación de la Fruta Prohibida: la Guerra?
Dios
no dudó nunca de la Respuesta del Hijo nacido de sus entrañas increadas; y de
aquí que anunciase desde el principio el final.
El
Libro de Dios es un Libro de Guerra Total contra el Diablo, el Infierno y la
Muerte. Quienes lo leen con ojos de hombres en los que no vive el espíritu del
Hijo sucumben a la tentación de Satanás. La Guerra de los 30 Años fue la Caída
de Adán recreada en vivo para nuestros tiempos. Ya lo dijo el Espíritu Santo,
“CRISTO, prototipo de ADÁN”, mas al que no tiene inteligencia no le sirve de
nada la verdad.
C.W.- … por todo lo cual las Santas
Escrituras son muy necesarias…
C.R.Y&S.-¿Para
qué? le preguntaremos al Confesor, ¿para conocer la Naturaleza de la Guerra
entre Dios y la Muerte que hizo de la Tierra su campo de batalla? ¿O para
manipular a los ignorantes y edificar sobre su ignorancia una nueva religión
que usando el nombre de Dios en vano no tiene otra naturaleza que sostener una
corona humana sobre un pueblo liberado de su libertad y hecho de nuevo esclavo
de una voluntad no humana?
C.W.- … y tanto más cuanto que han
cesado ya los modos anteriores por los cuales Dios reveló su voluntad a su
Iglesia…
C.R.Y&S.-
La respuesta final del Confesor es neta. Afirmándose en la naturaleza
eclesiástica del templo de Jerusalén anula la Alianza de Cristo y propone otra
con Dios, sin Cristo. Pues si la Iglesia no es más que un pacto entre Dios y
los hombres, ¿qué necesidad hay de Cristo una vez que una nación se ofrece para
pactar con Dios en nombre de su reina? ¿Es acaso el rey y la reina de
Inglaterra inferior al hijo de un Carpintero?
Habiendo
aceptado de la mano de un Carpintero un Nuevo Pacto ¿por qué iba a rechazar
Dios un Pacto entre reyes, sin Cristo?
Tremenda
la declaración final de este capítulo: “Dios ha muerto”. A título de
comunicación, se le declara caput. Dios no se manifiesta. Dios no se revela. End of the story. Dios nos ha dado a los hombres un Libro y allá
que hasta el Día del Juicio Final cada cual se busque la vida.
La
declaración no puede ser más anticristiana. El Confesor declara rota toda
Comunicación con Cristo, la Cabeza de la Iglesia, Dios. Y sin embargo no es un
hipócrita. Es únicamente lógico que declarando no ser la Iglesia una Unión
Espiritual entre Dios y el Hombre por el que Dios deviene su Cabeza y el
Sacerdote su Cuerpo, ni siendo la Nueva Iglesia que el Confesor edifica de esta
naturaleza, clara y libremente manifiesta que en adelante la Comunicación con
el Señor queda rota y todos deben atenerse a las Escrituras. Resumiendo que la
letra no mata. Y que Jesús mintió.
LA
CUESTIÓN DEL CANON DE LAS ESCRITURAS SAGRADAS
Escribiendo
su Confesión tras mojar la pluma en la sangre de miles de vidas humanas
sacrificadas en las Islas a su divinidad, el Confesor continúa:
C.W.- Bajo el nombre de Santas
Escrituras o Palabra de Dios escrita están contenidos todos los libros del
Antiguo y Nuevo Testamentos, todos los cuales fueron dados por inspiración de
Dios para que sean la regla de fe y vida. Estos libros son: Antiguo Testamento
Génesis Éxodo Levítico Números Deuteronomio Josué Jueces Ruth I Samuel II Samuel
I Reyes II Reyes I Crónicas II Crónicas Esdras Nehemías
TOBIAS
Y JUDIT. NO
Esther
I
MACABEOS y II MACABEOS. NO
Job
Salmos Proverbios Eclesiastés Cantar de los Cantares
SABIDURIA.
ECLESIASTICO. NO
Isaías
Jeremías Lamentaciones
BARUC.
NO
Ezequiel
Daniel Oseas Joel Amos Abdías Jonás Miqueas Nahum Habacuc Sofonías Hageo Zacarías Malaquías Nuevo
Testamento Los Evangelios: Mateo Marcos Lucas Juan Los Hechos de los Apóstoles
Epístolas de San Pablo: Romanos I Corintios II Corintios Gálatas Efesios
Filipenses Colosenses I Tesalonicenses II Tesalonicenses I Timoteo II Timoteo
Tito Filemón Hebreos Epístola de Santiago I y II de San Pedro I , II , y III de
San Juan La Epístola de San Judas Apocalipsis
C.R.Y&S.-
El Confesor, de una inteligencia muy fina, capaz de extraer de las Minas de la
Inteligencia Divina piedrecitas sueltas con las que construir su propia Sagrada
Escritura, pasó de largo por el EPÍLOGO del Libro de Dios, donde está escrito:
APOCALIPSIS:
“Y me dijo: Estas son las palabras fieles y verdaderas, y el Señor, Dios de los
espíritus de los profetas, envió su ángel para mostrar a sus siervos las cosas
que están para suceder pronto. He aquí que vengo presto. Bienaventurado el que
guarda las palabras de la profecía de este libro. Y yo, Juan, oí y vi estas
cosas. Cuando las oí y ví, caí de hinojos para
postrarme a los pies del ángel que me las mostraba. Pero me dijo: No hagas eso,
pues soy consiervo tuyo, y de tus hermanos los profetas, y de los que guardan
las palabras de este libro; adora a Dios. Y me dijo: No selles los discursos de
la profecía de este libro, porque el tiempo está cercano. El que es injusto
continúe aún en sus injusticias, el torpe prosiga en sus torpezas, el justo
practique aún la justicia y el santo santifíquese más. He aquí que vengo presto,
y conmigo mi recompensa, para dar a cada uno según sus obras: Yo soy el alfa y
la omega, el primero y el último, el principio y el fin. Bienaventurados los
que lavan sus túnicas para tener derecho al árbol de la vida y a entrar por las
puertas que dan acceso a la ciudad. Fuera perros, hechiceros, fornicarios,
homicidas, idólatras y todos los que aman y practican la mentira.
Yo,
Jesús, envié a un ángel para testificaros estas cosas sobre las iglesias. Yo
soy la raíz y el linaje de David, la estrella brillante de la mañana. Y el
Espíritu y la Esposa dicen: Ven. Y el que escucha diga: Ven. Y el que tenga
sed, venga, y el que quiera tome gratis el agua de la vida. Yo atestiguo a todo
el que escucha mis palabras de la profecía de este libro que, si alguno añade a
estas cosas, Dios añadirá sobre él las plagas escritas en este libro; y si
alguno quita de las palabras del libro de esta profecía, quitará Dios su parte
del árbol de la vida y de la ciudad santa que están escritos en este libro.
Dice el que testifica estas cosas: Sí, vengo pronto. Amén. Ven, Señor Jesús”
Ahora
veamos, ¿de qué “libro” está hablando el Hijo de Dios? El Confesor y con él
todos los Confesores dieron por sentado que ese “libro” al que Dios Unigénito
hace referencia es el Apocalipsis. Error. Grave Error. Error maligno, error en
la raíz de las guerras, epidemias y hambres que asolaron Alemania y las tierras
protestantes en cumplimiento de la profecía dispuesta por el Señor en
Revelación a su Siervo y hermano, San Juan.
A
fin de darle cuerpo a esta verdad me manifiesto. El Libro de Dios,
universalmente conocido como “la Biblia”, es un grito de Victoria que recoge el
Espíritu Santo, se lo entrega Sellado a la Esposa del Vencedor en la Promesa
Todopoderosa del Nacimiento de un Heredero quien por la Gracia de su Padre, el
Señor Jesús, abriría ese Sello y en Obediencia a Dios leería su Contenido al
mundo para su Conversión al Rey, Jesucristo.
La
Guerra entre la Muerte y Dios se había consumado. La Guerra del Infierno contra
el Paraíso había sido ganada por el Hijo para Dios. Había sido la esperanza del
Diablo, príncipe del Infierno, “la serpiente Antigua”, Satanás, que el Hijo de
Dios se sintiese “tentado” y sumándose a su guerra de conversión del Imperio de
Dios en un Olimpo de dioses más allá del Bien y del Mal, la Conversión del Hijo
de Dios al Satanismo forzase a Dios Padre a bendecir dicha revolución diabólica
en virtud de la cual todos los Pueblos de la Creación, presentes y futuros,
quedarían a merced de las pasiones de los hijos de Dios, desde entonces
investidos con el poder de dioses, ergo para disfrutar de Libertad Absoluta y
jugar con los reinos como peones en el ajedrez de sus entretenimientos.
Esperanza
diabólica vana. Ni como hombre ni como hijo de Dios, Jesús, Rey de reyes y
Señor de señores del Imperio de Dios, se sumaría al Eje del Dragón de cuya boca
maligna salió el fuego que encendió entre los hermanos la Guerra y devoró el
Paraíso hasta convertirlo en el Infierno que el Género humano ha vivido desde
aquel día terrible en que una criatura desnuda en las ciencias y las artes de
la guerra fue engañada y arrastrada en su ignorancia a declararle la guerra al
Espíritu Santo.
La
Respuesta del Hijo de Dios fue firme, contundente, final: Antes la muerte que
asociar su Nombre a semejante Crimen Inmundo.
El
Hecho es que siendo Dios verdadero de Dios Verdadero, YAVÉ DIOS su Padre, Señor
de Moisés, no albergó ni partícula de Duda sobre la Respuesta de su Hijo
Unigénito al Reto que le había puesto sobre la mesa a la Casa de Dios aquel
hijo Rebelde que se atrevió a declararle la Guerra a su Creador. Mas era
necesario que toda la Casa de Dios en su plenitud viese y oyese esa respuesta.
Y no solo la oyese sino que el Hijo la llevase a hechos.
Es
fácil decir “antes muerto” que subirse a la Cruz. Entre elegir poner la Corona
de su Imperio Universal a los pies de su Padre Eterno, o declararse por ser Emperador
acorde a la idea de los hijos de Dios que se alzaron en Rebelión, ésta era su
decisión. Todopoderoso sobre una casa de dioses demoníacos para quienes la vida
de los pueblos no sería sino ejércitos de soldaditos de plomo, o Siervo de
Dios, sirviéndole como Rey Universal, esta Elección necesitaba verla la Casa de
Dios. ¿Subiría el Hijo de Dios a la Cruz?
¿Gritaría
el Hijo de Dios, quien jamás había conocido Sufrimiento ni Dolor, por su Padre
protegido de todo Mal desde su Nacimiento en la Eternidad, ese “NUNCA JAMÁS”
que con todas sus almas y sus corazones los hijos de Dios esperaban oír? ¿Se
oiría ese Grito de Victoria desde la Cruz?
Sí,
se oyó este Canto:
“Gloria
al Hijo de Dios por la Eternidad de las eternidades,
Gloria
al Padre de semejante Hijo, Digno Hijo de su Corazón y su Espíritu.
¿Quién
sino TÚ, Rey Divino, será el destinatario de la adoración de la Creación
entera?
Así
lo ha querido tu Padre en su Exaltación de Amor Infinito por tu Corazón Sin
Mancha,
Roca
Indestructible más fuerte y bella que el Diamante.
Que
te adoren todos los pueblos con la Adoración debida al Señor de la Eternidad y
del Infinito,
Y
Creador de las galaxias sin número que pueblan el Cosmos
y
las estrellas innumerables que pueblan los Cielos.
Y
sea maldito, desterrado de Su Presencia por la Eternidad quien no doble sus
Rodillas ante TU TRONO, Rey y Señor, TÚ,
Jesucristo”.
Necios
Confesores ¡cómo os atrevisteis a tocar el Libro de Dios con vuestras manos
llenas de sangre, la sangre de vuestros hermanos! Pecado terrible fue y sigue
siendo el vuestro, os atrevisteis a arrancarle capítulos enteros al Libro de
Dios, pues os dijisteis, “no están escritos por Dios, son únicamente de
Inspiración Divina, los hombres son su autor. Ea,
pues, arranquemos lo que queramos y creémonos una biblia a nuestra medida”.
Más
os hubiese valido arrancaros las manos, y hasta los ojos y las orejas que haber
puesto vuestros sentidos sobre el Libro que Dios escribió con la sangre de sus
profetas y selló con la de su propio Hijo. Durante quince siglos la Esposa de
Cristo guardó en su regazo, como se guarda el tesoro más valioso del mundo, el
Libro de Dios, Obra Divina. La defendió con su vida. Os la comunicó de palabra,
os la transmitió libremente. No quitó ni añadió tilde al Texto. Según el pueblo
cristiano fue creciendo en inteligencia, el Espíritu Santo en sus Siervos los
Obispos os transmitió las enseñanzas necesarias para seguir navegando por los
siglos. ¿Y decís que el Espíritu Santo dejó de hablar al reunirse en el Cielo
con su Señor el último de los Siervos?
Negáis
a Dios. Vuestra Ignorancia no tiene cura. Os bañasteis en la sangre de vuestra
locura, creísteis que el Hijo de Dios bendecía vuestras guerras y vuestras
masacres, vuestros genocidios contra quienes os precedieron en la Fe.
Devorasteis la mano que os dio a comer el Cuerpo y la Sangre de Cristo. ¿No oís
el Grito de Victoria desde la Cruz? ¿Oís la voz de la creación y no oís la Voz
de su Creador?
Hipócritas,
adoradores de coronas a las que para justificar vuestra demencia investís de la
dignidad divina que le corresponde sólo a quien es la Cabeza de la Iglesia
Universal, Jesucristo, cuyo Nombre Sagrado pusisteis en vuestras bocas, para
escándalo del Cielo y de la Tierra, mientras con vuestras manos apuñalabais por
millones a los hijos de Europa. ¿Creéis que vais a escapar al Juicio del Señor
gloriándoos de haber matado en su Nombre a sus pueblos de la Tierra?
¿Yo?
Confuso
estoy por la Bondad sin límites del Creador de todas las cosas, pues donde
hubiera debido pagar con extinción y regreso al polvo en precio a las obras,
después de haber dividido las iglesias y haberlas entregado a la Guerra, abre
Hoy su Boca y os llama a Obediencia.
En
lugar de abriros las puertas del Abismo y arrojaros a las Tinieblas del
Destierro eterno de su Creación, he aquí que os abre la Puerta de su Reino y
desde la Torre os llama a correr y entrar antes que sus siervos salgan a quemar
los campos donde la Cizaña será atada en haces.
Deponed
vuestro orgullo, arrodilláis ante el Rey y Señor Jesucristo. Esta es la
Confesión sempiterna de la Creación de Dios y pondréis en vuestras bocas: “No
tenemos más Rey y Señor que el Hijo de Dios, aquí en la Tierra y allí en el
Cielo”.
Rico
en perdón es el Hijo de aquel Señor de Moisés quien en su Misericordia soportó
los delitos y transgresiones de su Pueblo Israel durante siglos y siglos. Pero
no juguéis a los dados. No sea que derramada su Paciencia se derrame sobre
vosotros la Destrucción que por hacer eso sufrió el Pueblo de Jacob.
El
Canon de las Sagradas Escrituras fue legado por el Espíritu Santo a la Iglesia
Católica. La BIBLIA no es un libro escrito por Hombres bajo inspiración Divina.
Dios en persona lo escribió, el hombre por pluma mediante.
Apartad
vuestras manos del Libro de Dios, vuestras manos están llenas de sangre. Desde
el Génesis, su Prólogo, hasta el Apocalipsis, su Epílogo, la Obra es Divina por
Naturaleza de su Autor. No reconoce Dios por Obra suya libro otro alguno, ni
escrito por cristianos ni fuera de la cristiandad. Libros inspirados por
Voluntad suya son los libros de los llamados “Padres de la Iglesia”, sus
santos. Todos ellos ordenados por su Espíritu en razón de la inteligencia de
los tiempos para guiar a los pueblos cristiano por la carretera de los siglos.
A nadie le dio Dios el Poder de abrir la Puerta tras la que encerró su Libro
sino al heredero de su Hijo, quien habría de heredar el Poder de abrir su
Contenido y darlo a conocer a las naciones en el tiempo señalado para la
Manifestación de la gloria de la libertad de los hijos de Dios, de la
Descendencia de Cristo. Nacido este Día, la Lectura del Testamento Sellado con
la Sangre del Testador Divino, ese Contenido ha sido abierta desplegado, el
acceso tiene por Puerta “LA HISTORIA DIVINA DE JESUCRISTO”.
Así,
pues, respondido el error, fuente de tinieblas, con la luz que viene de la
inteligencia según Dios, cierro aquí este Capítulo.
LA SALVACION POR LA BIBLIA SOLA
C.W.-Los Apócrifos no siendo de
inspiración divina, no son parte del canon de la Biblia, y por tanto no tienen
autoridad en la Iglesia de Dios, ni deben ser aprobados o usados de otra manera
que como escritos humanos”.
C.R.Y&S.-
Y seguimos. Si hablando de las Sagradas Escrituras en el anterior apartado el
Confesor se atrevió a usar la espada para mutilar el Libro Divino en razón del
terror que su espada infundía a los hombres, haciéndolo sin ninguna otra razón
más que su deseo de imponer su voluntad, en este apartado se atreve a alzar la
espada del terror, que con tanta generosidad el pueblo Irlandés probó hasta el
genocidio, contra la Iglesia Madre de todas las iglesias, esa misma que con
tanta paciencia sufrió a sus propios siervos durante siglos.
Si
el Confesor hubiese sido un Historiador de las escuelas británicas posteriores,
conquistadoras del respeto de todas las inteligencias libres, independientes y
sanas, abierta a la discusión académica sobre la naturaleza divina o no divina
de los dos Libros de los Macabeos, por ejemplo, desde esta óptica de quien
pretende glorificar al Autor Sagrado contra quienes abusando de su posición en
el clero hubiesen impuesto unos libros apócrifos, cosa que nunca tuvo lugar, si
este hubiese sido el caso la discusión hubiese quedado para ser tratada. ¿Pero
quiénes fueron esos que se atrevieron a quitarle la Palabra al Espíritu Santo
que en el Concilio de Nicea, bajo el Poder de Constantino el Grande, siervo de
Dios en lo temporal, reuniendo Dios a todos sus santos estableció el Canon de
su Libro para ser sellado por la Eternidad?
No
fueron Historiadores de las escuelas de Oxford y Cambridge quienes en nombre de
las ciencias históricas se atrevieron a discutirle al Espíritu Santo qué
sentido tiene incluir el Libro de Judit en las Sagradas Escrituras. No, para
nada, era una escuela de terroristas avezados en la guerra y el crimen, y he
aquí la abominación: en nombre de Dios. Negando la Sacralidad de Macabeos,
Judit, Tobías, Sabiduría y Eclesiástico, el Confesor y su banda de terroristas
se atrevía a invadir las puertas del Concilio de Nicea y bajo pena de muerte
amenazar al mismo Dios. Horror de horrores, se atrevió Satanás a declararle la
guerra a Dios Padre y a Dios Hijo porque no le gustaba la Ley de Paz universal
y de Justicia Inmaculada e Inmarcesible que el Espíritu Santo encarna, y estos
bárbaros hijos de bárbaros, sin cerebro excepto para matar, asesinar, devastar,
aterrorizar, borrachos de sangre, enloquecidos por la carne humana que habían
devorado, se atrevían a seguir la conducta del Diablo y querían poner a Dios de
rodillas delante de sus Confesión o no quedaría cabeza sobre hombro,
escandalizando al Cielo en nombre de Dios.
Entonces,
hijos de la Confesión del 1647, confesadlo delante de todo el Cielo y del Rey,
¿erró el Espíritu Santo en el Concilio de Nicea? ¿No estuvo presente el
Espíritu Santo en el Concilio de Nicea? ¿El Señor es entonces un mentiroso, un
impostor, y diciendo “Donde quiera que estéis vosotros estaré yo”, estando allí
sus Discípulos, sus Siervos, no estaba Él allí presente? ¿Negáis que el
Concilio de Nicea fuera reunido por Dios para sellar su Libro? Hablad, aun
estáis a tiempo. ¿No sabéis que quien niega al Espíritu Santo niega al Hijo y
al Padre? Y vosotros, pueblo necio sin cerebro para las cosas de la salvación
de vuestras almas, que las dejáis en las manos de ladrones de almas al servicio
del Diablo, ¿qué texto manipula el Confesor para apoyar su abominación? ¡A San
Pedro! Dice el Espíritu Santo: porque la profecía no ha sido jamás proferida por
humana voluntad, sino que, llevados del Espíritu Santo, hablaron los hombres de
parte de Dios. Y uno se pregunta ¿y qué tiene que ver esto con los libros
profanados? ¿Acaso Sansón fue profeta? ¿Lo fue Josué? ¿Lo fue Jefté? ¿Y por qué aparcáis de las obras de Salomón el Libro
de la Sabiduría mientras absolvéis la vida del Libro de los Proverbios? ¿No
habéis leído las profecías del Libro de la Sabiduría relatando la Venida del
Mesías y los Dolores de sus Discípulos, plus la Gloria de su recompensa en Dios?
¿O es profecía lo que os interesa a vosotros y lo que no os interesa
simplemente lo borráis? ¿Ser profeta o no serlo era la puerta de la Biblia?
¿Entonces por qué le perdonáis la vida a la reina Ester?
Pero
vuestra ignorancia sobrepasa, oh divinos, vuestra estupidez, pues una línea
antes el mismo Espíritu que escribiera la línea que le robasteis, escribió:
“Pues debéis ante todo saber que ninguna profecía de la Escritura es objeto de
interpretación propia personal”. El Confesor no solo interpretó las escrituras
proféticas sino que se levantó para exorcizar el espíritu de quien dijo de Sí
mismo “El espíritu del Señor es el espíritu de profecía”, y siendo Cristo y
Jesús la misma Persona, y Jesucristo es Dios Hijo, siendo el espíritu de Cristo
y el espíritu de Dios una sola realidad, ergo, el espíritu de YAVÉ, ¿no habéis
pecado al negar que el Espíritu Santo cerrara el Canon de su Libro, el Libro de
Dios, en el Concilio de Nicea?
¿Los
Capítulos del Libro de Dios unos deben ser usados como escritos humanos y los
otros como de Dios porque vosotros lo decís? ¿Juzgáis la Acción de Dios en su
Pueblo de Israel en razón de vuestra ignorancia y maldad? Pues si de ignorancia
fuimos todos liberados por la Fe ¿de dónde procede la vuestra?
¿Manipuláis
los textos Divinos a fin de proclamaros divinos vosotros? ¿No habéis oído que
el Juicio del Señor comenzará por sus siervos y los pastores que dirigieron las
almas de su pueblo al abismo? Negando la Autoridad del Espíritu Santo que en el
Concilio de Nicea selló el Canon de las Sagradas Escrituras os condenáis a
vosotros mismos. Y confesando que: La
autoridad de las Sagradas Escrituras, por la cual deben ser creídas y
obedecidas, no depende del testimonio de ningún ser humano o iglesia, sino
enteramente de Dios (quien es la Verdad
en sí mismo), el autor de ellas, y por lo tanto deben ser recibidas porque son
la Palabra de Dios. Afirmando esto no únicamente negáis que el Espíritu
Santo estuviese presente en el Concilio de Nicea sino que ahora os proclamáis
Dioses y en nombre de la Autoridad que la espada del terror os confiere negáis
que las Sagradas Escrituras deban ser recibidas de las manos de la Iglesia
Milenaria que el Señor Jesús fundó y los Apóstoles edificaron derramando su
sangre y la del Pueblo Católico Romano de Italia, Francia, España, Grecia, y
las naciones entonces dependientes del Imperio, que de aquí viene lo de
“Iglesia Católica Romana”.
¿Negáis
contra las Escrituras Sagradas que el Señor fundara Iglesia alguna y que los
Apóstoles no edificaran iglesia? ¿Despreciáis el Testimonio de los cientos de
miles de corderos inmaculados sacrificados en los teatros romanos para que el
Género Humano resurgiera de sus cenizas cual ave fénix para no volver a morir
ya jamás?
Necios,
cuando decís que la autoridad de las Escrituras no depende de ningún testimonio
anuláis:
1º.
el valor sagrado del Testimonio de los Mártires que ofrecieron sus vidas en
Testimonio de la Resurrección de Jesucristo, sin cuya Resurrección no habría
Sagradas Escrituras.
2º.
Reducís a nada el Testimonio del Espíritu Santo en sus hijos y siervos.
3º.
Reducís a nada el Testimonio de los Apóstoles y de los Santos durante 1600
años.
Pues
que como los loros sin inteligencia repiten palabras que no entienden, así
vosotros. ¿Acaso no os enseñaron a repetir lo que Dios Padre dijo?: “Vosotros
sois mis Testigos”. ¿Y un Testigo qué es, cerebros borrachos de egolatrismo?
¿Un
Testigo no es alguien que da un Testimonio sobre un acontecimiento? ¿Y qué
Mayor Acontecimiento ha vivido la Humanidad que la Resurrección del Hijo de
Dios? ¿No la anuncio YAVÉ Dios diciendo? : “He aquí que voy a hacer una Obra
que si os la contaran no os la creeríais”. Y conociendo la dureza del mundo
caído en las tinieblas dice “Vosotros sois mis Testigos”, porque si no los
presentara ¡cómo creería el mundo el Acontecimiento!
Y
vosotros, borrachos de ego, ¿abomináis de la Llamada Divina, así anulando su
Juicio en la afirmación de un orgullo pervertido que le niega a Dios la
Necesidad de la Sangre de aquellos Testigos? Tan bárbaro aquel Franco que en su
orgullo dijo: “Si mis Francos hubiesen estado allí no te hubiesen crucificado”,
Señor”, como este Britón que niega la necesidad del
Testimonio de los Santos; y sin embargo el Franco habló por amor; este
Anglicano, que devoraba a su propio pueblo, ¡cómo había de tenerlo! Y así continua
diciendo:
C.W. - El testimonio de la iglesia
puede movernos e inducirnos a tener una estimación alta y reverencial por las
Santas Escrituras. Asimismo, constituyen argumentos por los cuales ellas
evidencian abundantemente, por sí mismas, ser la Palabra de Dios: el carácter
celestial de su contenido, la eficacia de su doctrina, la majestad de su
estilo, la armonía de todas sus partes, el propósito de todo su conjunto (que
es dar toda gloria a Dios), la plena revelación que hacen del único camino de la
salvación del ser humano, las muchas otras incomparables excelencias y su total
perfección. Sin embargo, nuestra completa persuasión y seguridad de su
infalible verdad y de su autoridad divina, proviene del Espíritu Santo que obra
en nuestro interior, dando testimonio en nuestros corazones mediante la Palabra
y con la Palabra.
C.R.Y&S.-
En efecto, primero niega la Existencia del Espíritu Santo en los Santos y anula
su Testimonio en los Santos Padres de las iglesias durante XVII siglos; de
repente el Espíritu Santo es patrimonio de la espada y el testimonio que ofrece
el Confesor es el terror de su espada contra quien se atreva a discutir su
irrefutable lógica. Veamos la nueva estructura de
El
Espíritu Santo es Dios,
ellos
tienen el Espíritu Santo, que obra en su Interior,
ellos
tienen a Dios.
Ergo
la conclusión: ellos son “Divinos”
Y
“Divinos” se llamaban entre ellos, y como “Divinos” exigían que se les tratara.
La pena de muerte contra los disidentes Católicos Romanos, y la expropiación de
todos sus bienes, estaba servida. Y desde este carácter divino, una vez anulada
la Validez del Testimonio de los Santos de las iglesias durante los 1600 años
pasados, los “Divinos” se confirmaban de Necesidad para mantener los rebaños de
los fieles en la Comunión de la Fe. Es decir, quitaban rey para poner rey. Pero
de necios no tenían ni un pelo, no le daban la corona a nadie, se la repartían
entre ellos. Leamos el argumento para validar semejante golpe de Estado contra
el Reino de Dios.
C.W.- La totalidad del consejo de Dios
concerniente a todas las cosas necesarias para su propia gloria y para la fe,
vida y salvación del ser humano, está expresamente expuesto en las Escrituras,
o por buena y necesaria consecuencia puede deducirse de ellas, a las cuales
nada debe añadirse en ningún tiempo ya sea por nuevas revelaciones del Espíritu
o por tradiciones humanas. Sin embargo, reconocemos que la iluminación interna
del Espíritu es necesaria para una comprensión salvífica de las cosas reveladas
en ellas. Reconocemos también que hay algunas circunstancias concernientes a la
adoración de Dios y al gobierno de la Iglesia, comunes a todas las acciones y
sociedades humanas, que deben ordenarse conforme a la luz de la naturaleza y la
prudencia cristiana, según las reglas generales de la Palabra, las cuales
siempre han de ser obedecidas.
C.R.Y&S.-
No pretendían echar abajo la iglesia, pretendían que el monopolio de la
obediencia pasara de los Obispos y de los santos a ellos personalmente. Ellos
eran los nuevos apóstoles, los nuevos discípulos, y ay de quien se atreviera a
llevarles la contraria. Si la Iglesia Católica Romana gobernó los Rebaños con
puño de hierro, el Confesor seguiría la política del hijo de Salomón: “el
meñique de mi mano es más grande que el puño de mi padre”.
¿Broma?
Ninguna. Estamos hablando de Oliver Cromwell, un monstruo iluminado que se
creía predestinado y elegido por Dios para exterminar a todos los católicos de
las Islas Británicas. Fuego y terror fueron su argumento divino. Con esta
autoridad el Confesor seguía celebrando su demencia, diciendo:
C.W.- Todas las cosas en las
Escrituras no son igualmente evidentes en sí mismas, ni igualmente claras para
todos. Sin embargo, todas aquellas cosas que son necesarias obedecer, creer y
observar para la salvación están claramente propuestas y expuestas en uno u
otro lugar de las Escrituras, para que no sólo los eruditos, sino también los
que no son eruditos lleguen a una comprensión suficiente de ella mediante el
debido uso de los medios ordinarios.
C.R.Y&S.-
Y digo yo, cómprese cada uno una biblia y mande al infierno todas las iglesias,
destruya todos los templos y cada cual se monte su altar en su casa, y siga la
fe de acuerdo a sus santas molleras. Es lo que se deriva de su declaración. Si
de lo que se trata es de la salvación de cada cual y nadie puede contribuir a
esta salvación porque todo está escrito, ¿por qué la necesidad de “los
Divinos”, de sus iglesias, de sus crímenes contra quienes prefieren salvarse en
comunidad y tener pastores que en sus momentos de debilidad sustenten la
confianza en Dios?
Estamos
ante un hipócrita forjado en los campos de batalla para quien la vida humana
valía menos que una rata. Nadie tiene necesidad de iglesia porque la BIBLIA
SOLA se basta para operar la salvación del alma, pero ay de quien se salga de
la confesión de los Divinos.
Para
el protestantismo Continental la “Fe sola” se basta. Pero el hipócrita luterano
no echó abajo todas las iglesias, dejó que cada cual se las arreglase con su
“fe sola”, que la “Fe sola” le salvaría; el hipócrita luterano echó a los
sacerdotes católicos del templo para tener él el monopolio de los sacramentos,
a los que redujo en número, como el buen abogado frustrado que fue Lutero, para
que la operación no se descubriera.
El
hipócrita isleño declara que “la Biblia sola” es necesaria para la salvación,
pero no desmonta todo el negocio ni echa abajo los templos, ¡para nada! Su
hipocresía es malvada, pero el negocio de los sacramentos es opíparo; el
hipócrita confesor no aspira a echar abajo los templos y fundar una nueva
religión ajena a todas las instituciones oficiales establecidas por el Espíritu
Santo a través y a lo largo de 17 siglos. Su intención era quedarse con el
negocio, y tenía para hacerlo suyo por la espada del Terror, que el Dios que es
Amor le puso en sus manos, según su psicopatología avanzada, para exterminar a
todos los Católicos.
Dicho
esto, el hipócrita, después de anular toda la Obra de Dios Padre e Hijo
fundadas en el Testimonio de la Iglesia Católica desde sus Orígenes hasta ese
año 1647, y para subsistir por la Eternidad, llama a la masa de ignorantes que
de rodillas se pusieron una vez ante su ídolo, Enrique VIII; otra vez ante su
diosa, Isabel I, y ahora se debía tirar al suelo ante el nuevo Dios de los Britones: Oliver Cromwell y su ejército para el Nuevo Orden
Mundial. Que se les manifiesta como Dios, diciendo:
C.W.- El Antiguo Testamento fue
escrito en el idioma hebreo (que era la lengua del pueblo de Dios desde tiempos
muy antiguos) y el Nuevo Testamento fue escrito en el idioma griego (que era un
idioma muy conocido por todas las naciones de aquel entonces). El Antiguo
Testamento en hebreo y el Nuevo Testamento en griego, siendo directamente
inspirados por Dios y conservados puros en todos los tiempos por su singular
cuidado y providencia, son por lo tanto auténticos. Por esta razón, en toda
controversia religiosa, la iglesia debe apelar a ellos. El pueblo de Dios tiene
derecho a las Escrituras y también tiene interés en ellas. Es más, se le ha
ordenado leerlas y escudriñarlas en el temor de Dios. Pero como los idiomas
originales de las Escrituras no son conocidos por todo el pueblo de Dios, éstas
deben traducirse al idioma vernáculo de toda nación a donde lleguen. Esto tiene
como finalidad que la Palabra de Dios more abundantemente en todos, para que
adoren a Dios de manera aceptable, y para que tengan esperanza mediante la
paciencia y el consuelo que dan las Escrituras.
C.R.Y&S.-
En verdad Dios tiene toda la culpa de lo que pasa en el mundo, de la Caída del
Imperio Romano, del advenimiento de los bárbaros, de no haber sido inventada la
imprenta sino hasta el siglo XVI y ser tan costosos los libros que sólo los
reyes y los ricos podían permitirse tener una Biblia en casa. ¿O acaso no es
Dios Todopoderoso y Omnisciente? ¿Por qué permitió tanto mal tanta ignorancia?
¿Pero
cómo acusar a Dios sin invitar a ser despedazado? Para eso creó Dios la
Iglesia, para llevar sobre sus hombros la Cruz de todos los males de este mundo,
y cuando hay que buscar un culpable dirigir la culpa contra Ella. ¡Qué harían
los malvados si la Iglesia Católica responsable de todos los males del cosmos
no existiera! El hipócrita era un monstruo, pero no un tonto.
C.W.-La regla infalible de la
interpretación de la Escritura es la Escritura misma. Por tanto, cuando hay
duda acerca del total y verdadero sentido de algún texto (el cual no es
múltiple sino único), debe investigarse y entenderse mediante otras partes que
hablen más claramente.
C.R.Y&S.-
Dios no existe. La metafísica de la Escritura no está en despertar la
inteligencia para pedirle a Dios más inteligencia. Para nada. Dios nos dio los
Divinos para que le dejasen en paz. Amén. Así que:
C.W.- El Espíritu Santo, que habla
en la Escritura, y de cuya sentencia debemos depender, es el único Juez Supremo
por quien deben decidirse todas las controversias religiosas, y por quien deben
examinarse todos los decretos de los concilios, las opiniones de los antiguos
escritores, las doctrinas humanas y las opiniones individuales.
C.R.Y&S.-
Y el Espíritu Santo estaba en ellos,
y
el Espíritu Santo es Dios,
Dios
estaba en ellos.
Ellos…
ellos eran Dios. Ellos “eran LOS DIVINOS”.
Y
aquí cerramos esta Cuestión afirmando que el Canon de las Sagradas Escrituras
fue sellado en el Concilio de Nicea durante el reinado de Constantino el
Grande, siervo de Dios.
Que
el Testimonio de los Santos y de los Padres de la Iglesia es necesario para la
Salvación pues en ellos el Espíritu Santo ha estado con su Pueblo desde la
Resurrección hasta entonces, desde entonces hasta nuestros días, y desde
nuestros días estará con NOSOTROS hasta el fin de los tiempos, realidad divina
que el Confesor niega al decir que la BIBLIA SOLA SALVA.
Y
negando la Presencia sempiterna del Espíritu Santo en la Iglesia y sus Pueblos,
el Confesor niega al Hijo de Dios, niega su Divinidad, niega su Veracidad,
niega que su palabra sea Dios, niega que El haya estado con Nosotros. Y negando
que haya estado con nosotros niega al Padre que nos dio a su Hijo para que
estuviese con Nosotros como Dios Amado a quien acudir como Padre Nuestro, Rey,
Señor, Maestro, Salvador, Héroe y Creador Nuestro, en una Palabra que Él sea
DIOS CON NOSOTROS.
Terrible
será el Juicio de este Señor Jesús cuando llame a los siervos indignos que
mancharon con sus obras su Nombre entre los hombres, y aunque en su Defensa
invoquen su Fidelidad intachable a la Doctrina del Espíritu Santo, terrible ha
de ser el fuego por el que serán pasados. Pero vosotros ¿qué defensa abriréis
ante ese mismo Espíritu Santo que negasteis aquí en la Tierra al afirmar que la
BIBLIA SOLA basta para la salvación? ¿Subiréis al Cielo como Satanás para
destronar al Espíritu Santo porque tenéis la Biblia? ¿O no leísteis nunca que
Cristo es la Cabeza de la Iglesia? ¿Si despreciáis el Cuerpo no despreciáis la
Cabeza? ¿Si maldecís a la Esposa Amada no maldecís a su Esposo? ¿Y teniendo
hijo pretendéis que el hijo del Señor se calle ante vosotros? Mas la Voluntad
de Dios es la que rige su Casa y es de esa Voluntad que en la Obediencia sea
vuestra Maldad olvidada.
LA
NATURALEZA DE LA SANTISIMA TRINIDAD
No
hay palabra en este mundo que pueda hacer comprender en un solo sonido el
infierno que un frustrado abogado alemán desencadenó sobre las naciones de
Europa. O tal vez sí la hay. Decir “Hitler” es decir “Lutero”. Los frutos de la
revolución Hitleriana y los de la Reforma Luterana sólo se distancian en la
medida de tiempo durante las cuales entregaron Europa al Infierno.
Los
divinos luteranos, calvinistas y sectas de fanáticos tan versadas en Sagradas
Escrituras, pero tan ocupadas en devorar las naciones europeas sembrando
guerras sangrientas como jamás se vieron entre cristianos, seguidas de hambrunas
que solo en Francia masacraron dos millones de criaturas, tales divinas
eminencias y sacros intelectos no tuvieron nunca tiempo de leer lo que Dios
Padre habló en boca de Dios Hijo y Dios Espíritu Santo escribió para que nadie
se guiara por otra Filosofía que por la de las Obras: “Por las Obras los
conoceréis”. Esta fue la Palabra que Lutero abolió y la Reforma hizo suya
levantando el hacha de guerra contra la Filosofía de las Obras por Dios
firmada.
Apenas
la Declaración de Guerra asumida como Santa, la Teología Protestante comenzó a
dar sus frutos: sus Obras fueron una cadena de guerras sin fin que desde la
Masacre de los Campesinos a la Guerra de los Ochenta Años sembró Europa de
Horror y Miseria, tales como la Guerra de los 30 Años, la Guerra Civil
Británica llamada de los Tres Reinos: Inglaterra, Escocia e Irlanda; la Guerra
Civil de Francia llamada de la Fronda; guerras en honor de los tres dioses de
la Reforma : Lutero, Calvino y Enrique VIII, de cuyos tronos la Gran Plaga del
1665 de Londres, la Gran Plaga de Sevilla del 1649, y la Gran Hambruna de
Francia del 1699, con la que se cerró el Siglo, fueron sus frutos más selectos,
sus Obras más sagradas.
En
los dos siglos de la Reforma fueron sacrificados al Moloc de la Teología de los
Ciegos, “La Fe sola y la Biblia sola!”, la terrorífica cifra de docenas de
millones de vidas. Sobre aquel cementerio de horror y terror la Revolución
Industrial que conduciría a la Burguesía al Poder hizo su andadura hacia las Guerras
Mundiales. Los padrinos de aquellos males, mientras nadaban en aquel océano de
sangre, se tomaron un respiro para escribir esta Confesión Maligna, que no
buscaba ponerle un fin a tanta miseria, sino todo lo contrario: bendecir sus
obras infernales antes de lanzarse de nuevo al mar de sangre en creciente que
aún se avecinaba. Sin alma ni corazón de ninguna clase aquella banda de
criminales se atrevió a decir:
C.W.- Hay un solo Dios, vivo y
verdadero, quien es infinito en su ser y perfección, un Espíritu purísimo,
invisible, sin cuerpo, partes o pasiones. Es inmutable, inmenso, eterno,
incomprensible, todopoderoso, sapientísimo, santísimo, totalmente libre y absolutísimo. Hace todas las cosas según el consejo de su
propia inmutable y justísima voluntad para su propia gloria. Es amorosísimo, benigno, misericordioso, paciente, abundante
en bondad y verdad. Perdona la iniquidad, la transgresión y el pecado y es
galardonador de aquellos que le buscan diligentemente. Además, es justísimo y
terrible en sus juicios, que detesta todo pecado, y que de ninguna manera
declarará como inocente al culpable.
C.R.Y&S.-
Tal firma el Diablo.
Con
el primer párrafo: Hay un solo Dios, vivo
y verdadero, quien es infinito en su ser y perfección, un Espíritu purísimo,
invisible, sin cuerpo, partes o pasiones… El Confesor Niega que el Hijo sea
Dios, niega que Dios estuviese en la Tierra, niega que el Jesús sea Cristo de
quien dice el Espíritu Santo que es la Cabeza de la Iglesia, su Cuerpo. ¿Puede
Dios negarse a sí mismo?
Con
el segundo párrafo: Es inmutable, inmenso,
eterno, incomprensible, todopoderoso, sapientísimo, santísimo, totalmente libre
y absolutísimo. Hace todas las cosas según el consejo de su propia inmutable y
justísima voluntad para su propia gloria… el Confesor niega al Dios que
dijo “Hagamos al Hombre a nuestra Imagen y Semejanza”. Y negándole al Hombre la
posibilidad de Comprensión de su Creador, niega a Dios y a la Biblia misma,
niega a Cristo y niega al cristiano toda posibilidad de ser hijo adoptivo
verdadero de Dios. Ergo:
Niega
a los Apóstoles Filiación Divina Adoptiva Verdadera;
niega
la palabra de Cristo cuando los eleva a su propia Filiación.
Niega
que el Espíritu Santo prometido les enseñase todas las cosas, según la Palabra
del Señor: “Cuando El venga os lo dará a conocer todo”.
Con
este segundo Párrafo el Confesor se declara Anticristiano, enemigo declarado de
Jesucristo, cuyo Nombre usa exclusivamente para justificar su Confesión
monstruosa, cuyo Nombre no ha invocado aún ni ha puesto en su boca.
Con
el tercer párrafo: Es amorosísimo,
benigno, misericordioso, paciente, abundante en bondad y verdad… el
Confesor se lava las manos llenas de sangre y se limpia las quijadas llenas de
carne humana hablando de Amor quien era Odio puro…
Hablando
de benignidad y misericordia quien tenía por norma la Crueldad y la Maldad más
absoluta contra el enemigo, con su conducta despreciando al Cristo y al Dios
que dijo y dice “Amad a vuestros enemigos” ¿cómo podía casarse la Iglesia
Puritana con ese Cristo?..
Hablando
de paciencia y abundancia de bondad y verdad ¿se estaba aplicando el hipócrita
el cuento?
¡Qué
Paciencia tuvo Dios con la Isla de los santos!, ¡con cuánta bondad desplegó
sobre Irlanda su verdad.
Pero
el Hipócrita no era tonto, por esto con el Cuarto Párrafo se perdona a sí mismo
sus crímenes, diciendo: Perdona la
iniquidad, la transgresión y el pecado y es galardonador de aquellos que le
buscan diligentemente… no duda en calificarse de inicuo, transgresor y
pecador, pues es discípulo de la doctrina de aquel Lutero que confesaba a boca
llena: “Peca, peca, viola si quieres a la misma Madre de Cristo, que la Fe sola
en la sangre de Cristo absuelve todos tus crímenes”. Dos siglos llevaban
violando a todas las mujeres de Europa, matando a tantos hombres como las
fuerzas se lo permitieron…. en el nombre del Dios que perdona toda iniquidad,
toda transgresión, todo pecado. Amén.
Con
el Quinto Párrafo el Confesor borda la locura genocida más absoluta sin
complejos ni prejuicios de ninguna clase: Además,
es justísimo y terrible en sus juicios, que detesta todo pecado, y que de
ninguna manera declarará como inocente al culpable… Ergo, era Dios quien
movía su mano para devorar a todos los pecadores y sobre ellos hacer caer sobre
sus cabezas su terribilísimo juicio por la mano de Cromwell y su Nuevo Modelo
de Ejército de Divinos conjurados en Guerra Santa Mundial contra todo Viviente
que se moviese en las Islas y contra todo Católico allá donde se encontrase en
el mundo.
En
efecto, únicamente desde el Terror a aquella banda de sangrientos Confesores,
reeditando los 30 Artículos de la Iglesia Anglicana Terrorista de Isabel I, en
suma a la ignorancia absoluta del pueblo británico, que la acogía o era
decapitado, puede explicarse que una Negación que el Diablo firmó fuese asumida
por Inspiración Divina, pues de esto es de lo que se trata.
Si
en el primer Capítulo el Autor de esta Confesión abole toda Autoridad
Eclesiástica Católica y proclama la Biblia como Inspirada, negando la Autoría
Directa Divina, en este Capítulo invoca esta Autoridad para poner a la altura
el Libro de Dios y su Confesión.
¡Horror,
el hombre se pone a la altura de Dios! Y amenaza: Dios es Invisible, pero yo
soy Visible y tengo la Espada del Terror en mi mano. ¿Quién quiere probar su
hoja?
Ignorante,
suicida conduciendo su alma al abismo y forzando al pueblo británico a seguirle
o perder la vida, vuelve a abrir la boca para echar fuego por su garganta,
diciendo:
C.W.- Dios tiene, en sí mismo y por
sí mismo, toda vida, gloria, bondad y bienaventuranza. Él es el único todo suficiente,
en y por sí mismo, no teniendo necesidad de ninguna de sus criaturas hechas por
Él, ni derivando gloria alguna de ellas, sino que manifiesta su propia gloria
en ellas, por ellas, hacia ellas y sobre ellas. Él es la única fuente de toda
existencia, de quien, por quien y para quien son todas las cosas; teniendo el
más soberano dominio sobre ellas para hacer por medio de ellas, para ellas o
sobre ellas todo lo que a Él le plazca. Todas las cosas están abiertas y
manifiestas ante su vista; su conocimiento es infinito, infalible,
independiente de toda criatura de tal manera que para Él nada es contingente o
incierto. Él es santísimo en todos sus consejos, en todas sus obras y en todos
sus mandamientos. A Él son debidos toda adoración, servicio y obediencia que a
Él le place requerir de los ángeles, de los seres humanos y de toda criatura.
C.R.Y&S.-
Aquí el Confesor bendice en su boca lo que Dios maldice por la boca de los
Santos desde Orígenes hasta Santo Tomás. Esgrimiendo la espada del Terror, en
pleno conocimiento de estar tratando con un pueblo aterrorizado al punto que ni
remotamente se le ocurriría levantarle la voz a quien se atrevía a cortarle la
cabeza al rey, el Confesor suelta su parrafada sin alma ni corazón ni espíritu
como lo haría cualquier pagano hablando de Zeus, de Odín, o de cualquiera de
los dioses de la Antigüedad. Y después de repetir la confesión pagana más
universal desde los tiempos antiguos sobre la imagen de la Divinidad, el
Confesor no tiene reparos en tratar de discapacitados intelectuales a todos los
británicos de su época, y de las postreras. Y quienes después de haberle negado
cualquier Autoridad a aquel Concilio de Nicea en el que el Espíritu Santo selló
el Canon de las Sagradas Escrituras, ahora lo hace suyo en lo que atañe al
Misterio de la Santísima Trinidad.
“El
ladrón no entra por la Puerta, sino por la Ventana, y viene a robar”. En este
caso, el alma.
Durante
17 siglos Europa repitió con boca unánime la Declaración de Fe de la Iglesia
Católica. En este año del 1647 el Confesor se santifica robándole a la Esposa
de Cristo su herencia: La Doctrina Divina sobre la Unidad de Dios Padre y de
Dios Hijo en el Espíritu Santo.
C.W.- En la unidad de la Divinidad
hay tres personas, de una misma sustancia, poder y eternidad: Dios Padre, Dios
Hijo y Dios Espíritu Santo. El Padre no es engendrado ni procede de nadie. El
Hijo es eternamente engendrado del Padre, y el Espíritu Santo procede
eternamente del Padre y del Hijo.
C.R.Y&S.-
Pero a diferencia del sonido de la Declaración de la Unidad Divina en boca de
los Santos que la Revelaron, en la boca de este Confesor suena a herejía
pagana. Un discípulo de Satanás pone en su boca la palabra del Espíritu Santo,
se viste de Luz para santificar sus masacres, frutos infernales de la doctrina
de la Reforma. ¿A quién le extraña que el Diablo le sacara los ojos y sus
adoradores no viesen los frutos de su Reforma?
EL ABOGADO DEL DIABLO
Entramos
en la cueva del Abogado del Diablo, del enemigo de Espíritu Santo, de Dios y
del Hombre, de Cristo y de la Iglesia, de la Justicia y de la Verdad. Entramos
en la mente maligna de un banda de terroristas, genocidas y asesinos que
buscaron justificar sus crímenes y su genocidio, su maldad y su perversa
conducta homicida en la Voluntad Inmutable, Irresistible y Todopoderosa de un
Dios de Terror quien por ese Poder Eterno decide establecer que el Terrorista
es un santo y su víctima leña para el fuego del infierno; un Dios de Horror y
Muerte que establece que la Vida es un circo, un teatro de terrores, una farsa archicriminal con un guión establecido desde su Irresistible Voluntad Terrorista, la participación en el
cual nadie puede dejar de actuar y vivir su parte; ni el elegido para el
Genocidio y esparcir el Terror, y reunir la leña para el fuego del inferno, ni
la víctima creada para sufrir el horror y vivir en el terror del que en esta
vida es torturado hasta la muerte y en la otra es torturado por la eternidad en
el infierno.
Aquí
el Maligno, según esta Confesión del Abogado de Satanás, queda exculpado de
todo delito y es Dios proclamado solemnemente, entre los aullidos de un pueblo
de brutos ignorantes, y por universidades tan grandiosas como Cambridge y
Oxford jaleados, como el único Culpable y Autor Intelectual verdadero de todo
el Terror y el Horror que ha padecido el Género Humano desde la Traición del
Judas del Cielo.
Es
escandaloso hasta la incredulidad ver cómo grandes intelectuales criados en universidades
tan célebres, las estrellas de cuyos discípulos han llenado la Ciencia de
gloria universal, a la hora de tocar el Alma del Ser Humano se convierten en
los cobardes más abyectos, y eligieron ser brutos y bestias sin cerebro, pero
vivos, a sabios muertos. Tal es la estirpe de la raza de los Britones. Gente malvada y bruta que llevaron el Genocidio
contra el Irlandés a las Américas y allá donde plantaron sus tiendas no dejaron
ser humano vivo. El Robo fue su Bandera. El Delito constante contra la
Humanidad, su verdadera patria.
Loco
es aquel que ignora que el papado del Siglo XV y de principios del XVI se bañó
en el estiércol de la negación de la Doctrina de los Siervos de Cristo. Pero
loco hasta la absoluta demencia es quien condena a Cristo por perdonar el
pecado de Negación de San Pedro y se levanta contra el Hijo de Dios
justificando su Rebelión en la Voluntad Irresistible de su Padre Eterno.
He
aquí la Sentencia contra el Dios que es Amor. Donde se escribió Amor el Britón escribió Terror. Dice en su demencia:
C.W.- Dios, desde toda la
eternidad, por el sapientísimo y santísimo consejo de su propia voluntad,
ordenó libre e inmutablemente todo lo que acontece; pero de tal manera que Él
no es el autor del pecado, ni violenta la voluntad de las criaturas, ni quita
la libertad o contingencia de las causas secundarias, sino que más bien las
establece.
C.R.Y&S.-¿Dónde
están los filósofos, los lógicos, los dialécticos, los Retóricos, los Oradores,
los cultivadores del Pensamiento y sus leyes; de la Palabra y sus reglas? No
los busquéis en Inglaterra, ni en Escocia, allí solo hay ladrones, enemigos de
la Verdad y del Amor, planificadores de guerras mundiales en pro de la
hegemonía de sus Majestades Satánicas. Dice el confesor que Dios planea hasta
el detalle todo lo que va a acontecer, escribe el guión antes de que ni siquiera se levante el escenario; y afirma el Confesor que de
lo que sucederá en ese Escenario el Autor Intelectual y productor de todo el guión es inocente.
Ese
“Dios Oculto”, que es Terror, quien no sólo planea el Guión desde la Eternidad proclamándose su Autor Intelectual, sino que siendo el
Creador de todos los actores y del mismo escenario es Autor y Productor al
mismo tiempo, (Autor Intelectual y productor de la Tragedia del Género Humano),
señoras y señores, según este Confesor, es inocente de toda sangre.
¿Dónde
están los jueces, dónde los legisladores, dónde los defensores del Derecho
Universal Humano, y amadores de una Justicia Inmarcesible, Incorrupta? No los
busquéis en la Isla donde la Justicia bendice el Crimen y sirve a la Casa de
sus Majestades Satánicas justificando sus Genocidios y sus Crímenes en la
Voluntad Irresistible de un Dios cuyo Terror se extiende por el Infinito y toda
criatura tiene en su Eterno Decreto de Terror la plena justificación a todos
sus Delitos.
Una
vez más: Hijos de gente malvada y perversa que se dio por Oficio la defensa de
Satanás, si con los siglos habéis aprendido Justicia y entendéis qué es el
Amor, leed la primera premisa en Defensa de Satanás…..
C.W.- Dios, desde toda la
eternidad, por el sapientísimo y santísimo consejo de su propia voluntad,
ordenó libre e inmutablemente todo lo que acontece; pero de tal manera que Él
no es el autor del pecado, ni violenta la voluntad de las criaturas, ni quita
la libertad o contingencia de las causas secundarias, sino que más bien las
establece.
C.R.Y&S.-
Quien establece lo que acontece es el Autor Intelectual de lo acontecido, es la
Cabeza del crimen acometido, ¿o la Justicia humana no distingue entre el brazo
ejecutor y la cabeza autora intelectual de la acción cometida?
Delante
de la Justicia: ¿Quién es más culpable de la acción: el brazo ejecutor que
movido por ignorancia o fuerza irresistible la lleva a cabo, o quien movió ese
brazo mediante la producción de todas las causas cuyo efecto irresistible fue
esa acción llevada a juicio?
Obviamente
el brazo ejecutor no puede ser redimido sin sufrir la pena debida al delito
consumado. ¿Pero qué justicia es esa que condena al ignorante y absuelve al
autor intelectual productor del delito? ¿Ese es el Dios de Jesucristo? ¿Ese es
el Dios que es Amor de los Apóstoles?
¿Fuimos
enseñados a amar a Dios por su Justicia o en razón del terror que produce su
Poder Infinito?
He
aquí pues que viene un Nuevo Evangelio:
“Dios
es Terror, el Terror a su Poder es la Fuente desde la que mana toda su
Justicia”.
Después
de declarar Autor a Dios de todo el infierno que vive el Género Humano desde
que Adán fue asesinado por Satanás, el Confesor llega en su ignorancia
sangrienta a justificar a Dios por su Impotencia para contravenir las cosas que
van a pasar, Él mismo una marioneta de su Poder Infinito. Pero silencio: Tiene
la palabra el Abogado del Diablo:
C.W.- Aunque Dios sabe todo lo que
podría o puede acontecer bajo todas las condiciones posibles; sin embargo, no
ha decretado nada porque lo previó como futuro, o como aquello que acontecería
bajo tales condiciones.
C.R.Y&S.-
En su Ignorancia Maligna el Confesor primero declara haber sido ordenado todo
desde la Eternidad, y ahora afirma que Dios no tiene necesidad de decretar nada
porque conociéndolo todo se limita a ser el espectador de lux a quien le
resbala absolutamente todo. Guión, Actores,
Escenario, no le importa absolutamente nada ni nadie. Dios no siente pasión,
Dios no tiene pasiones. Tiene por Corazón una roca de hielo forjada a
temperatura cero absoluto. Por mente tiene una roca de basalto en la que no
penetra emoción de clase ninguna. Lo calcula todo sin inmutarse, lo produce
todo sin causarle ni alegría ni tristeza. Dios no siente pasión. Dios No es
Padre. Dios no es Hijo. Dios no es Espíritu Santo. Dios es Terror. Es la razón
por la que se le adora. Lo adoras o mueres. El Confesor tiene la espada para
ejecutar tu muerte. ¡De rodillas ante el Dios que es Terror! ¡Muerte al Dios
que es Amor! El Amor es para los Débiles, para los Católicos. Todos deben
morir. Todos han sido creados para ser ejecutados. Y el Confesor es la espada
ejecutora, porque:
C.W.- Aunque Dios sabe todo lo que
podría o puede acontecer bajo todas las condiciones posibles; sin embargo, no
ha decretado nada porque lo previo como futuro, o como aquello que acontecería
bajo tales condiciones.
C.R.Y&S.-
Ergo, sin disponer Dios ha dispuesto ser “el Impotente”. No puede hacer nada
por impedir que las cosas sucedan. No puede dejar que las cosas dejen de
suceder, ni tiene tampoco poder para determinar nada; es el propio escenario el
que a sí mismo se produce y escribe guión.
Dios
no es Creador de nada ni de nadie. Dios se limita a justificar el guión, a observar el escenario en el que los
acontecimientos sucederán sin necesidad de su beneplácito y complacencia. Sabe
de antemano que dos y dos son cuatro, ve al cazador y ve a la presa, es
omnipotente y es todopoderoso para decidir si hay guerra o hay paz, y todo lo
que hace Dios es quedarse de brazos cruzados y dejar que los acontecimientos
sucedan porque si entra en el escenario Él mismo entrará en el juego y será una
pieza más, un peón en el tablero sobre la mesa del Cosmos.
Y
Él mismo debería preguntarse ¿quién creó esta mesa, quién ha dispuesto este
tablero?
No
es su mesa, no es su tablero, como maestro del ajedrez sabe lo que va a pasar
dependiendo de los movimientos de su adversario, y se limita a dejar que la
partida se juegue sin importarle el final.
La
pregunta que viene es letal: ¿Qué hacía su Hijo entrando en el tablero? ¿Todo
una mentira? ¿Dios no interviene entre la presa y el cazador porque Dios es
Amor? ¿Esto es el Cristianismo?
No,
no, por supuesto que no, el Confesor tiene una Respuesta mejor:
C.W.- Por el decreto de Dios, y
para la manifestación de su gloria, algunos seres humanos y ángeles son
predestinados y pre-ordenados para vida eterna, y otros pre-ordenados para
muerte eterna.
C.R.Y&S.-
El Confesor afirma de nuevo lo que negara de la primera afirmación. Primero
afirma de Dios que Él es el Autor Intelectual y productor Material de todos los
Crímenes y Genocidios y Guerras y Enfermedades y Males que ha sufrido el Género
Humano desde su Creación. En seguida niega que haya necesidad de decreto eterno
alguno porque los acontecimientos que tienen lugar en el Cosmos suceden con Él
o sin Él; su Poder se limita a conocer lo que pasará si X vale 3, si Z vale 7 y
alfa es igual a pi menos beta.
Su
posición es la del observador de un acontecimiento cuántico, si interviene
provoca una distorsión de los parámetros naturales, de manera que todo lo que
puede hacer para ser infalible es dejar que las leyes naturales sigan su
camino. Puede predecir mientras se mantenga en el plano de la observación.
Al
final Dios no es Amor ni Terror, es un cero a la izquierda. Su oportunidad para
no ser ese cero le es otorgada por una Fuerza Cósmica Superior que le permite
-Dios coja confesados a estos Abogados del Diablo cuando sean llamados a
Juicio- eligiendo quién vive y quién muere.
C.W.- Por el decreto de Dios, y
para la manifestación de su gloria, algunos seres humanos y ángeles son
predestinados y pre-ordenados para vida eterna, y otros pre-ordenados para
muerte eterna.
C.R.Y&S.-Estáis
leyendo el Evangelio del Diablo.
Dios
no ordena nada, su relación con el Cosmos es el de un sabio cuya larga
experiencia con las leyes de su materia le permite predecir qué pasará si este
o el otro movimiento tiene lugar. La Gloria de Dios se limita a usar su Poder
para el Terror. Esta es toda su parte en el Cosmos; elegir quien Mata y quién
es Asesinado, quién es la presa y quién es el cazador. El Diablo es inocente.
Satanás fue elegido para ser el cazador y Cristo para ser la presa.
No
hay Justicia, la Redención fue una farsa, la Caída fue un teatro, el
Cristianismo es una Mentira. La única verdad es que Dios es Terror en razón de
su Omnipotencia al servicio de una Fuerza Cósmica que lo supera y cuenta con su
Corazón de Hielo Absoluto para producir sus Obras Universales. Pero no solo Satanás
es un peón en el juego de un Poder Infernal al que el mismo Dios se somete como
“el que Elige a los actores”:
C.W.- Estos ángeles y seres humanos
así predestinados y preordenados, están particular e
inmutablemente designados, y su número es tan cierto y definido, que no se
puede aumentar ni disminuir.
C.R.Y&S.-¿Dónde
queda la persecución de los criminales de Guerra? ¿Qué sentido tiene la
justicia y la ley si todos los seres humanos y todas las criaturas del cosmos
somos peones en un juego maligno del que nadie puede escapar del rol que se le
asigna por nacimiento? Esto, ladies and gentleman, es el Anticristianismo más
absoluto conocido: La Libertad de Nacimiento en el Espíritu que Cristo nos
predicó y nos metió en el alma es todo una mentira. Según este evangelio
maligno todos nacemos para ser marionetas sin voluntad movidas por los hilos de
unas fuerzas cósmicas que no podemos comprender.
Todos,
ángeles rebeldes y hombres, Caín y Abel, todos tenemos en común ser esclavos. Y
no del Dios que es Amor, del Dios de Jesucristo: todos somos esclavos de la
Muerte, unos como cazadores y otros como presas. Y ahora, siguiendo su
propósito asesino, el Confesor anticristiano se absuelve de sus genocidios y
sus crímenes diciendo:
C.W.- Dios, según su eterno e inmutable
propósito, y el consejo secreto y beneplácito de su voluntad, los ha escogido
en Cristo para gloria eterna, antes que fueran puestos los fundamentos del
mundo, por su pura y libre gracia y amor, sin la previsión de la fe o buenas
obras, o la perseverancia en ninguna de ellas, o de cualquier otra cosa que
haya en las criaturas, como condiciones o causas que le muevan a ello, y todo
para la alabanza de la gloria de su gracia.
C.R.Y&S.-¡Señor!
¿Qué punto de ignorancia puede alcanzar una mente con tal de justificar sus
crímenes? ¿Qué nivel de cobardía puede admitir un pueblo para vivir de rodillas
delante de semejantes monstruos genocidas?
¿Qué
automutilación de la inteligencia pudieron las universidades británicas de
aquella época llegar a consumar con tal de conservar la cabeza sobre las
espaldas? Respondan: ¿Qué diferencia hay entre aquel Dios Oculto de Lutero,
Enrique VIII, Calvino y Cromwell, fundando su religión sobre millones de seres
humanos masacrados en nombre de ese Dios de Terror y Muerte, y el Dios de
Mahoma que ordenó el exterminio de todos los no creyentes?
Y
sin embargo menos culpable fueron éstos por en cuanto no conocieron a Cristo ni
fundaron sobre su nombre el Exterminio de los Católicos, sus hermanos que
vivían entre ellos.
C.W.- Puesto que Dios ha designado
a los elegidos para gloria, así también, por el eterno y más libre propósito de
su voluntad, ha ordenado todos los medios para ello. Por lo cual, los que son
elegidos, estando caídos en Adán, son redimidos por Cristo, son eficazmente
llamados a la fe en Cristo por su Espíritu que obra a su debido tiempo, son
justificados, adoptados, santificados y por su poder son guardados para
salvación por medio de la fe. No hay otros que sean redimidos por Cristo,
eficazmente llamados, justificados, adoptados, santificados, y salvos, sino
solamente los elegidos.
C.R.Y&S.-
La Ignorancia del Confesor no tiene límites. Dios lo elige para acometer el
genocidio y la masacre de los hermanos católicos. Se atreve a compararse a los
Apóstoles. Tiene un Nuevo Evangelio. Niega la esencia y la sustancia de la
Redención. Condena a Cristo. Se rebela contra el Espíritu Santo, confiesa que
Dios es Terror. Niega que Dios sea Amor. La Redención es un Teatro llamando a
los cazadores para reunirse y lanzarse contra las presas.
Según
esta Confesión, Cristo fue un peón en el tablero de ese Poder Cósmico aliado
del propio Dios llamando a los suyos. Y ahora, el Dios de Cristo elegía a
Cromwell para ser su espada, su profeta, su mano ejecutora, su brazo asesino.
C.W.- Al resto de la humanidad por
su pecado, agradó a Dios pasarla por alto y destinarla a deshonra e ira, según
el inescrutable consejo de su propia voluntad, por el cual extiende o retiene
misericordia como a Él le place para la gloria de su poder soberano sobre las
criaturas, para la alabanza de su gloriosa justicia.
C.R.Y&S.-¿Habla
de justicia un genocida, criminal de sus propios hermanos que no tuvo
misericordia ni conoció la piedad ni amó la compasión? El Terror era su Dios.
Con Lutero el Dios Oculto permaneció Oculto, a Cromwell, como antes a Moisés,
el Dios Oculto se le mostraba cara a cara. Cromwell era el Nuevo Josué del
Nuevo Pueblo Elegido.
Todo
el que no aceptase su Nueva Doctrina quedaba sentenciado a muerte. Su ejército
no debía tener remordimiento de conciencia ni padecer dolor moral. Era el brazo
ejecutor del Dios de la Eternidad quien disponía la muerte de todos los
infieles católicos y de todos los salvajes allá donde existiesen.
En
efecto:
C.W.- La doctrina de este alto
misterio de la predestinación debe tratarse con especial prudencia y cuidado,
para que los seres humanos al prestar atención a la voluntad de Dios revelada
en su Palabra, y al rendir obediencia a ella, por la certeza de su vocación
eficaz, estén seguros de su elección eterna. Así que esta doctrina debe ser
motivo de alabanza, reverencia y admiración a Dios, y de humildad, diligencia y
abundante consuelo a todos los que sinceramente obedecen el Evangelio.
C.R.Y&S.-
Y a quien no doblase sus rodillas, el profeta y su ejército de elegidos para
ser cazadores estaban ahí para, humildemente, cortarles las piernas.
Amen.
Amén
SEGUNDA PARTE
LA
PROVIDENCIA DE DIOS EN LA CAÍDA Y EN LA IGLESIA ACORDE A LA ASAMBLEA DE LOS DIVINOS
El
Problema de las fuerzas que determinaron el Acontecimiento que llamamos la
Caída y en los libros de la Historia del Futuro figura como la Guerra de las
Primeras Ciudades de Mesopotamia que precedieron a las de los Sumerios está
delante de nosotros. Estamos hablando del Quinto Milenio antes de nuestra Era.
Sabemos y tenemos por cierto que entre las primeras dinastías del Oriente
Próximo Antiguo del Cuarto Milenio y el Fin de la Civilización del Quinto
Milenio se produjo un hundimiento que hace imposible registrar los hechos
durante ese tiempo. Es un lapsus en la memoria que ha venido a llenar por ambos
lados, el profano y el Sagrado, el episodio del Diluvio. Los Sumerios
registraron ese Acontecimiento y dieron una línea de reyes desde Adán hasta el
Diluvio. Los Hebreos conservaron sucesos específicamente nacionales que
tuvieron lugar durante los siglos anteriores a esa Catástrofe. Sucesos que
conectan a Cristo con Adán y han venido a formar parte de nuestra Memoria
Histórica Universal.
Tenemos
que comprender que esta Conexión a doble banda no ha sido posible sino hasta
finales del Siglo XIX. Todas las generaciones anteriores a los Hechos
finalmente recreados a principios del Siglo XX vivieron bajo la ley de una
Amnesia Universal que, por simple ley patológica, las incapacitaron
intelectualmente para penetrar en la naturaleza de los actores de aquel
acontecimiento que llamamos la Caída y se ha conectado a nuestra Herencia
Histórica a través y en la Redención. De manera que sin ser por la carne
Hebreos al ser por el espíritu Familiares de Cristo la Historia de la Caída ha
venido a ser parte de nuestra Historia.
Quiero
decir, desde el punto de vista de la Historia Escrita estamos infinitamente
mejor preparados para regresar al Edén y volver a reconstruir el Acontecimiento
que diera origen al Primer Reino que el Mundo ha conocido. Y sin embargo sin
contar con Dios es imposible, y de hecho lo ha sido hasta Hoy, entrar en las
causas psicohistóricas que determinaron la Caída de
aquel Reino. Estas causas no están escritas. Pero sí están en la memoria del
Dios que viera cómo su hijo Adán fue arrastrado a la Transgresión que devino el
Origen de la Tragedia del Género Humano, en lo universal, y del pueblo de
Israel, en lo particular.
Rechazar
a Dios como Fuente de la Historia y del Pensamiento Humano y abandonarse a las
solas fuerzas de la Razón Humana es escribir un Manifiesto de Rechazo a Dios.
Esta Confesión Presbiteriana, escrita bajo el Terror la Asamblea de los
Divinos, es un Rechazo a Dios y su Providencia desde el Dios que Cristo nos
reveló y diciendo: “el que me ve a mí ve al Padre”, nos descubrió lo que sus
Discípulos dejaron por escrito “DIOS ES AMOR”.
Es
desde esta Clave que debe interpretarse la Providencia, el Ser de Dios y la
propia Historia de la Iglesia.
LA
ASAMBLEA DE DIVINOS congregada en Westminster escribió esta Confesión bajo la
Ley del Terror, y desde esta Ley, reescribieron la Historia de la Fe asumiendo
que DIOS ES TERROR.
LA CAÍDA
La
astucia del Diablo fue perversa en el caso de la Caída por en cuanto conociendo
la Inocencia del Hombre, que su propia Desnudez en las cosas de la Guerra ponía
de manifiesto, se atrevió a hincarle en pleno costado el puñal de su Mentira.
El Diablo, la Serpiente Antigua, Satán su cabeza, Mató a un Hombre “desnudo” en
las cosas de y para la guerra.
El
Hombre era una Criatura que acababa de Nacer a la Vida Eterna; Adán y su
Generación vivían como hijo de Dios su Infancia, y como Niño vivían en los
brazos de la Protección Divina.
La
mente, el corazón y el alma del Primer Hombre, del que Adán fue su Cabeza a la
manera que Cristo lo es de su Cuerpo, eran una sola cosa con el Corazón, la
Mente y el Alma de Dios. ¿Qué temor o miedo a la Vida podía concebir aquel Niño
que vivía en Dios como hijo y sentía a Dios como Padre?
Vestirse
de ángel de luz, anunciarse como Mensajero de Dios, venir en Su Nombre para
comunicarle su Voluntad a aquel Hombre Desnudo, sin defensa para con las cosas
de la Ciencia del bien y del mal, y decirle: “el Hombre debe elevarse a la
condición de los dioses”, qué miserable la astucia.
Adán
había superado la Prueba. “No comer” era la Prueba. Vencida por la Fidelidad,
su premio era declararse “Divino”.
No
sólo la astucia era miserable, su autor era un miserable.
Y
comenzamos.
C.W. -“Dios, el Gran Creador de
todo, sostiene, dirige, dispone, y gobierna a todas las criaturas, acciones y
cosas, desde la más grande hasta la más pequeña, por su sabia y santa
providencia, conforme a su presciencia infalible y al libre e inmutable consejo
de su propia voluntad, para la alabanza de la gloria de su sabiduría, poder,
justicia, bondad y misericordia”.
C.R.
-El Dios Déspota de la Filosofía Inglesa de moda en el Siglo XIV regresaba de
la tumba, no como ente filosófico ahora, sino como un Ser de Hielo, un Monstruo
sin Corazón ni Alma cuya Mente lo hace todo para bañarse en las flores que
nacen en el Paraíso del Terror a su Poder Infinito. Y se pregunta uno: ¿Y cómo
podía ser descrito de otro modo el terror a Enrique VIII, a su hija Isabel y a
Cromwell? ¿No describe esta primera sentencia a su dios, el Tudor?
Veamos:
Desde
la Teología Patrística Milenaria, con origen en la Sabiduría Apostólica,
sabemos y creemos que la Iglesia es un Cuerpo Divin0 en razón de quien es su
Cabeza. De manera que si Cristo Jesús no fuese su Cabeza la Divinidad que
reclama la Iglesia sería una farsa absoluta.
Gracias
a esta Obra, en la que unió Dios la Vida de su Hijo a la del Hombre, y se
reservó para sí un Cuerpo de Sacerdotes y Pastores, por su Oficio este Cuerpo
es investido de la Naturaleza Divina Natural a su Cabeza. Siempre entendiendo
que la Divinidad le corresponde a esta Cabeza. Y que sin esta Cabeza ese Cuerpo
deja de ser Divino.
Cuando
pues los Tudores fueron elevados a la cabeza de la Iglesia Anglicana fue
rechazada la Divinidad de Jesucristo. Y el Cuerpo de la Iglesia de la Isla Británica
dejó de ser Divino. La Religión Cristiana en la Isla pasó a ser una religión
pagana con el nombre de Cristo por tapadera de su rebelión contra Jesús y su
Dios, y de aquí la Persecución Neo-Romana Imperial que Enrique VIII, cual Nerón
de su Tiempo, declaró contra los Cristianos.
La
declaración de los Tudores como Cabeza de la Iglesia de Inglaterra era una
Rebelión contra Dios en todo semejante a la que Satanás buscó al pretender
sentarse en el trono del Hijo de Dios. En términos coloquiales digamos que la
Rebelión Anglicana decapitó a la Iglesia, le cortó la Cabeza y se dio una
nueva, la de un Monstruo que solamente por el Terror podía mantener la Ficción
Satánica de ser la Iglesia Anglicana la Religión de Cristo.
Esto
desde la Patrística de los Santos. Desde el Espíritu Santo que sostuvo a la
Iglesia con su Pensamiento a través de Mil Seiscientos Años la relación entre
el Hombre y Dios se realiza en este Contexto Sagrado: Cristo es la Cabeza y la
Iglesia es su Cuerpo, y a la manera que un Árbol tiene muchas ramas, las iglesias
son las ramas del Árbol de la Vida, de cuyo fruto, la Fe, se alimentan las
Naciones, y por la Fe su Futuro se abre a la Eternidad.
Observamos
que todas las naciones cristianas siguen vivas, excepto aquella que se separó
de la Iglesia Universal (Bizancio) y decidió seguir sola su camino, que la
condujo al abismo y hoy por hoy su Orgullo es historia en el Libro de nuestra
Civilización.
Fuera
de esta Doctrina no hay Futuro. El camino al abismo es largo, pero de no haber
regreso conduce a un único precipicio. Esta ha sido la Doctrina Patrística de
los Santos desde los Apóstoles hasta nuestros días. Doctrina de la que se
apartó la iglesia de Inglaterra forzada por la Ignorancia de sus líderes
eclesiásticos y el terror a la doctrina del Rey que ellos mismos entronizaron y
se dieron por Dios en lugar de Jesucristo..
Tentado
por este Terror sus sucesores, entre la disyuntiva de conservar la vida o
perder la cabeza, eligieron lo mejor para ellos, y en recompensa por participar
de la Divinidad de su Nuevo Ídolo se les permitió declararse DIVINOS. Y como
tales firmaron la Confesión de Westminster, tal cual se ve en la portada de la
misma.
Es
por tanto desde el Terror de una nación de ignorantes pastoreada por un grupo
de cobardes que sale a luz esta Defensa del Diablo.
Para
absolverse de su Crimen de Cobardía los Divinos culpan a la Providencia de
Dios, dado que si…
C.W.-“Dios, el Gran Creador de
todo, sostiene, dirige, dispone, y gobierna a todas las criaturas, acciones y
cosas, desde la más grande hasta la más pequeña, por su sabia y santa
providencia, conforme a su presciencia infalible y al libre e inmutable consejo
de su propia voluntad, para la alabanza de la gloria de su sabiduría, poder,
justicia, bondad y misericordia”…
C.R.…en
efecto, al decir de ellos, no fueron ellos quienes decapitaron a Cristo, Cabeza
de la Iglesia de Dios, y resucitaron el cuerpo decapitado poniéndole una cabeza
humana, la Corona de Inglaterra, infinitamente más sublime que la del Hijo de
Dios, sino que ese Delito de Rebelión contra la Corona del Hijo de Dios fue un
acto de la Providencia de Dios.
“The Assembly of DIVINES” se
limpiaba las manos. La sangre chorreante que manchaba sus vestidos tras la
Persecución Anticristiana del Primer Tudor, y volvió a llenar la Segunda
Persecución Isabelina, y por Tercera Vez chorreó por los vestidos de la Persecución
Anticristiana Cromwelliana, debía adjudicársele a
Dios Padre, que con su Providencia, su sabiduría, poder justicia, bondad y
misericordia dispuso que esas Persecuciones “para la alabanza de su gloria”.
De
nada podían ser acusados quienes asesinaron en razón del Gran Creador que
“dispone y gobierna a todas las criaturas, acciones y cosas, desde la más
grande hasta la más pequeña, por su sabia y santa providencia, conforme a su
presciencia infalible y al libre e inmutable consejo de su propia voluntad”.
¡¡Dios
lo quiere!! “Deus lo vult! God willing”
El
espíritu de las Cruzadas regresaba de la tumba … en esta ocasión contra el
propio rey del Cielo, Jesucristo, Único Rey Universal Sempiterno de todas las
Naciones y Pueblos de la Creación de su Padre, y Cabeza de todas las iglesias,
que viven de su Espíritu a la manera que el Árbol vive de la savia que alimenta
todas sus ramas y unidas a su Tronco crecen como un solo Ser Vivo, cuyas Raíces
están en Dios.
Y
si Dios lo quiere, hay que matar, matar a destajo, sin misericordia, con el
corazón de hielo que el Tudor Omnipotente y su Asamblea de DIVINOS puso sobre
la mesa.
C.W.- “Aunque con respecto a la
presciencia y decreto de Dios, todas las cosas sucederán inmutable e
infaliblemente, sin embargo, la misma providencia las ha ordenado de tal
manera, que sucederán conforme a la naturaleza de las causas secundarias, sea
necesaria, libre o contingentemente”.
C.R.-
Aquí tenemos el rechazo Absoluto de la Inteligencia Británica Reformada al
Pensamiento de la Naciente Edad Moderna. Los Divinos Rechazaron la Teología
Patrística como puerta de acceso al pensamiento de Cristo y se abrazaron a la
Filosofía Medieval más retrógrada y absurda.
La
necesidad de justificar su Delito contra la Corona Divina los empujó a Acusar a
la Providencia Divina de ser la Fuerza Motora de todo lo que pasa en este
mundo, y en consecuencia nada se le puede atribuir a los DIVINOS en cuanto
siendo títeres sin voluntad propia hicieron lo que hicieron porque la Voluntad
de Dios es irresistible y si lo que dispone Dios no se hace por las buenas se
hace por las malas, es decir, por medios contingentes. O sea, que si un hombre
se resiste a la voluntad maligna de Dios, Dios se encarga por medios ocultos e
invisibles de hacer que el Crimen tenga Historia y la sangre chorree por ríos
del cuerpo de su Pueblo. ¿O puede ser de otra forma?
¿No
es Dios Todopoderoso e Infalible?
La
resistencia a su Voluntad de Genocidio contra un pueblo es por consiguiente
irresistible. Porque, según los DIVINOS: La Providencia es la autora de todos
los crímenes.
Quitando
a Cristo Jesús como Cabeza de la iglesia de Inglaterra los DIVINOS se levantan
contra Jesucristo, Rey de todos los Cristianos de la Tierra, Único que recibe
ADORACIÓN DE DIOS Y POR CUYA DIVINIDAD siendo Cabeza del Árbol de las Iglesias
éstas reciben de su Espíritu la Vida. Y Vida Eterna, que les confiere
Indestructibilidad Invencible, según se ha visto en la Existencia de la Iglesia
Católica.
¿Dónde
está la iglesia Bizantina?
En
breve se dirá : ¿dónde está la iglesia anglicana, esa que se atrevió a rechazar
el Pensamiento de los Santos y se entregó en prostitución a la Filosofía de los
herejes ockhamitas?
Pues
buena es la Filosofía que se ocupa de las cosas de los Filósofos, como bueno es
que los científicos se ocupen de las cosas de la Ciencia y no metan a Dios en
sus investigaciones.
Cada
cosa tiene su espacio, y cada disciplina del pensamiento tiene su objeto.
Querer reducir a Dios a objeto del Pensamiento es un suicidio intelectual. La
creación que quiere radiografiar a su Creador acorde a la medida de su
naturaleza se hunde en su propia demencia.
Esta
caída de la Corona de Inglaterra reproduce en vivo el escenario de causas y efectos
que puso en Historia la Traición de Satán a su rey y Señor: Adán se declaró
“Dios” y su Corte se declaró una “Asamblea de Divinos”.
Desde
esta Demencia la Nueva Asamblea de Divinos congregada alrededor de su Nuevo
Dios, afirma que
C.W. -“Dios en su providencia
ordinaria hace uso de medios; a pesar de esto, Él es libre para obrar sin
ellos”
C.R.Y&S.-
De donde se ve la irracionalidad intelectual en la que sucumbiera aquella
Congregación y el bajo valor de la inteligencia que los DIVINOS le atribuían al
pueblo que por el Terror debía cerrar su boca y hacer lo que su Nuevo Dios
disponía en este Decreto de Rebelión Abierta contra la Corona de Jesucristo.
Porque ¿qué están diciendo?
¿Que
Dios debe hacer lo que ellos digan?
¿Que
ellos conocían y conocen a Dios mejor que Dios se conoce a sí mismo?
¿Y
que aún no siendo ellos partícipes en Dios de su
Pensamiento ni de su Inteligencia, cerrado a ellos el acceso a la Memoria
Divina de su Creación y al Corazón Sagrado en que se concibió la Redención del
Género Humano, a pesar de este destierro del Ser Divino ellos podían y pueden
decir qué puede o cómo puede Dios llevar adelante sus crímenes y ordenar
genocidios a la manera que dispuso desde la Eternidad la Caída de Adán y el
hundimiento del Género Humano en este infierno que llevamos sufriendo durante
más de seis mil años?
En
cuanto a la ignorancia del pueblo inglés, los DIVINOS sí podían burlarse. Pero
en cuanto a esconder la Valentía que no tuvieron para seguir el ejemplo de los
Mártires que prefirieron perder la cabeza a firmar esta Entronización de un
hombre en el trono que le corresponde sólo al Hijo de Dios, “Ser la Cabeza de
todas las iglesias”, esta Cobardía está delante de los ojos de la Historia.
Acusar
a Dios de ser el Autor Intelectual, con su providencia, de todos los males del
Mundo es prestarle la Boca a Satanás, que dice:
C.W.- “El poder todopoderoso, la
sabiduría inescrutable y la bondad infinita de Dios se manifiestan en su
providencia de tal manera, que esta se extiende aún hasta la primera caída y a
todos los otros pecados de los ángeles y de los hombres, y esto no solo por un
mero permiso, sino que los ha unido a ella con la más sabia y poderosa atadura,
ordenándolos y gobernándolos en una administración múltiple para sus propios
fines santos; pero de tal modo, que lo pecaminoso procede solo de la criatura,
y no de Dios, quien siendo justísimo y santísimo, no es, ni puede ser autor o
aprobador del pecado”.
C.R.Y&S.-Primero
acusan a Dios de ser el Autor Intelectual de la Caída y luego lo absuelven de
todo Crimen porque siendo Todopoderoso ¡quién podrá sentarlo en el banquillo de
los acusados y someterlo a juicio!
La
Asamblea de Divinos firmantes de esta Confesión y defendida por las iglesias
presbiterianas declaran que : “DIOS ES TERROR”.
No
se ama a DIOS por ser AMOR. Desde esta Confesión la relación con Dios es la del
que está aterrorizado por el Poder de un Señor, ajusta su mente para sobrevivir
bajo esa Ley y encuentra en su Impotencia para ponerse de pie y mantener una
Relación de “padre a hijo”, de “Ciudadano a Rey Amadísimo”, su único camino de
salvación.
Comprendemos:
Westminster
tiene el hacha chorreante de sangre. Pone esa sangre en el tintero y bajo la
ley del Terror ordena que los DIVINOS escriban esta Confesión mojando la pluma
en esa sangre.
Los
“Divinos” no tienen carne de héroes, ni de santos. No creían en Dios, porque si
hubiesen creído hubiesen seguido la senda al calvario de los obispos que
prefirieron morir bajo la Corona del Hijo de Dios que vivir bajo el Trono de un
Reino de Terror Anticristiano cuyo Modelo de Corona era la de Nerón.
Traicionando
a Inglaterra en lo espiritual como en lo temporal, los Confesores debían firmar
una Confesión por la que se declaraban enemigos del Reino de Dios y a la vez
justificar su Traición en la Impotencia de toda criatura, sean hombres o
ángeles, para resistirse a la Voluntad Maligna de un Dios todopoderoso que mata
el tiempo hundiendo a todos los seres en el infierno de la Guerra Fratricida.
¿Cómo
resistirse a ese Ser Todopoderoso que la Filosofía Inglesa Medieval separó de
Cristo y lo redujo a un objeto de estudio filosófico?
¿Cabía
otra cosa que la evolución del pensamiento desde el Dios que es Amor al Dios
que es Terror que la sumisión absoluta al Dios británico?
Releed
bien la ACUSACIÓN que la Asamblea Presbiteriana de DIVINOS declara:
El poder todopoderoso, la sabiduría
inescrutable y la bondad infinita de Dios se manifiestan en su providencia de
tal manera, que esta se extiende aún hasta la primera caída y a todos los otros
pecados de los ángeles y de los hombres, y esto no solo por un mero permiso,
sino que los ha unido a ella con la más sabia y poderosa atadura, ordenándolos
y gobernándolos en una administración múltiple para sus propios fines santos
En
esta primera parte de la sentencia contra Dios y en Defensa del Diablo, están
diciendo que Dios ordenó la Caída y que esta Caída tuvo por principio “un fin
santo”. Caída que El mismo ordenó desde la eternidad, a la que dio su
bendición. Por esta Bendición, “permiso” dice el Confesor, el Traidor y el
Transgresor son santificados en razón del “fin santo” que Dios vino buscando,
pero...
pero de tal modo, que lo pecaminoso
procede solo de la criatura, y no de Dios, quien siendo justísimo y santísimo,
no es, ni puede ser autor o aprobador del pecado”.
Enseguida
niega lo que primero afirmó. Y lo que afirma con su negación es gravísimo.
Afirma
que el autor intelectual de un delito no puede ser juzgado por el delito
cometido por el brazo que ejecutó ese delito.
En
términos de Jurisprudencia y teoría de la Justicia los DIVINOS vienen a decir
que Satán no debería ser juzgado por haber tentado a Adán, pues aún siendo el autor intelectual de la Transgresión el que
la ejecutó fue Adán, y era éste quien debiera responder de su delito.
Es
decir, condenando a Satán por el delito que otro cometió, Dios se mostró
injusto. Pues la Transgresión era un acto que podía cometer o no podía cometer
Adán. Nadie - dice el Confesor - puede ser juzgado por convencer a otro a
tirarse por un puente.
Condenando
Dios a Satán por tentar a Adán, Dios se mostró injusto y no le aplicó a su
Creación la Justicia que se aplica a sí mismo, pues siendo ÉL el autor
intelectual de todos los acontecimientos que se producen en su creación ÉL se
declara más allá de la Justicia en razón de la Imposibilidad que supone sentar
a un Ser Eterno en el banquillo de los Acusados.
Al
afirmar que hacer algo o no hacerlo es responsabilidad de cada criatura, el
Confesor miente y se niega a sí mismo cuando dice que, quiera o no lo quiera la
criatura, lo que está dispuesto por Dios sucederá a pesar de la oposición de la
propia creación a prestarle cuerpo a esa actuación.
Resumiendo,
de nuevo, según el Confesor: DIOS ES TERROR.
El
Dios del que dice el Hijo y el Espíritu Santo, “DIOS ES AMOR,” es desterrado de
la iglesia Anglicana y recibido con los brazos abiertos por la iglesia
Presbiteriana el Dios que es Terror.
Ahora
bien, el Dios que Cristo nos trajo no puede concebir en su Ser semejante Imagen
de sí mismo, ésa de un Ser Todopoderoso, Abstracto, Filosófico, sin conexión
con el Hombre sino a través del Poder. Esta Imagen es una aberración Anglicana,
con origen Calvinista, fruto de la semilla luterana, plantada en Alemania por
el Diablo, el Dios Oculto de la Reforma Protestante.
Y
ahora, quien ve en Dios el Terror que viene de la Impotencia, quiere hablar de
Amor diciendo:
C.W.-“El todo sabio, justo y
benigno Dios, a menudo deja por algún tiempo a sus hijos en las tentaciones
multiformes y en la corrupción de sus propios corazones, a fin de
disciplinarlos por sus pecados anteriores o para descubrirlos la fuerza oculta
de la corrupción y el doblez de sus corazones, para que sean humildes; y para
infundir en ellos el sentimiento de una dependencia de apoyo más íntima y
constante en Él, y para hacerles más precavidos contra todas las ocasiones
futuras del pecado, y para otros muchos fines santos y justos”.
C.R.Y&S.-
No sé quién dijo que Dios no puede tentar ni animar al pecado, ni consentir el
pecado, ni permitir el pecado como medio de alcanzar un fin. Creo que debo leer
más la Biblia, o dejarme disciplinar por los discípulos de la doctrina de
Satanás.
La
realidad es que la manipulación de lavado de cerebro que esta Confesión pone en
acto es absoluta. El Confesor se pone en lugar de Dios, acoge al pecador, le
ofrece en su iglesia misericordia, lo absuelve de sus pecados, y perdona sus
pecados futuros a la manera de la Reforma : “Peca, peca, peca, porque incluso
violando a la madre de Cristo la ‘Fe sola te salva de todos tus crímenes y
delitos”.
Y
aquí el pueblo replica: Aleluya Aleluya, “matemos a
todos los Católicos, esos perros rabiosos”.
La
operación anglicana de lavado de cerebro y esclavización del pueblo británico
era filosóficamente hablando muy sencilla.
Primero
se decapita a Cristo.
Luego
se entroniza al Tudor como Dios de la Iglesia Anglicana siguiendo la teología
Patrística de ser Dios la Cabeza de la Iglesia.
Enseguida
se rechaza la Teología Patrística y se eleva la Filosofía Inglesa a la
condición de Nueva Teología Oficial de la Nueva Religión Inglesa.
Finalmente
se eleva al PASTOR a la Divinidad y en cuanto Dioses los DIVINOS ofrecen su
infinita misericordia a quien se ponga de rodillas delante de su magisterio, a
la par que condena al infierno a quien se niegue a hacerlo.
C.W.- “En cuanto a aquellos hombres
malvados e impíos a quienes Dios como juez justo ha cegado y endurecido a causa
de sus pecados anteriores, no solo les niega su gracia por la cual podrían
haber alumbrado sus entendimientos y obrado en sus corazones, sino también
algunas veces les retira los dones que ya tenían, y los expone a cosas como su
corrupción, que da ocasión al pecado, y a la vez les entrega a sus propias
concupiscencias, a las tentaciones del mundo y al poder de Satanás; por tanto
sucede que se endurecen aún bajo los mismos medios que Dios emplea para
suavizar a los demás”.
C.R.Y&S.-
En efecto, la declaración de impiedad contra los Católicos era de necesidad a
fin de proceder con conciencia limpia a su exterminio. Entregados al Poder de
Satanás, es decir, a la decapitación, a la Persecución, a la Horca y al Fuego,
los fieles no debían permitirse remordimiento ni acto de conciencia de
debilidad a la hora de enviar al Infierno a quienes, por su pecado de
contumacia en su rechazo contra la Confesión Anglicana Presbiteriana de Westminster,
Dios entregaba a Satanás.
Hasta
entonces contenida por la Teología Oficial, el ataque de la Filosofía Medieval
Herética Inglesa contra el Dios que es Amor de los Padres de la Iglesia,
triunfó.
Y
por su Maldad ellos mismos vinieron a representarnos en sus carnes lo que
sucediera en el Edén en los tiempos de la Caída.
El
rey, Adán, tentado por aquel ángel de luz que se vistió de monje en esta nueva
ocasión, se declaró Dios, su Corte se declaró una Asamblea de Divinos: la
Persecución contra el pueblo que no podía aceptar semejante Confesión estalló,
y la Guerra Fratricida se hizo.
De
esta manera castigó Dios a quien rechazando la Corona de su Hijo prefirió tener
por Cabeza de su Iglesia a un Dios que podía tocar y ver, incluso decapitar.
Y
así:
C.W.-…como la providencia de Dios
alcanza, en general a todas las criaturas, así también de un modo especial
cuida a su Iglesia y dispone todas las cosas para el bien de ella…
C.R.Y&S.-
En efecto, puesto que Inglaterra rechazó a Jesucristo Dios y Rey de todos los
pueblos cristianos, habiéndose entregado por propia voluntad la Corona de
Inglaterra a Satanás, quiso Dios recordarle al FUTURO qué sucedió en el PASADO
mediante el ACONTECIMIENTO del PRESENTE que esta Confesión vino a escribir en
la Historia de la Salvación del Género Humano.
Lección
provechosa que debe enseñarnos a todos a diferenciar entre el siervo y el
Señor, entre los siervos de la Esposa del Señor y la propia Esposa. Los siervos
están sujeto a contrato, pero la Esposa reside por siempre en la Casa de su
Esposo y Señor.
Ni
se puede olvidar que el propio Pablo se levantó para corregir a Pedro, de esta
manera dejándonos Dios en claro que vive en sus Siervos y corrige a los unos y
los otros mediante la Voz de quienes Él levanta para impedir que la
Infalibilidad que le corresponde exclusivamente a Dios, reclamada por un
Siervo, dé lugar a una Teocracia cuyos efectos malignos, como se viera tras el
Concilio de Constanza, causaron los males que después el Concilio de Trento
vino a cerrar. Males que dieron lugar a la Rebelión Protestante, de la que
tendrán que dar cuentas aquellos que despreciando la Sabiduría Divina
Manifestada en el Concilio de Jerusalén, reclamaron la Infalibilidad de Dios
para sus personas, de esa manera lo siervos encerrando en prisión a la Esposa
del Señor.
TERCERA PARTE
1
EL
ARGUMENTO DE LA DEFENSA DEL DIABLO
Dios
Venció. Él fue el Vencedor del Dilema en el que por su Amor por la Vida puso
contra la pared a la Muerte. El Deseo de ver a la Vida elevarse a la
Inmortalidad, de la que por Naturaleza no gozaba ninguna criatura en el Cosmos,
marcó un Antes y un Después en la Historia de la Eternidad.
El
Reto de ver a todos los seres Vivientes gozar de la Inmortalidad propia a su
Ser fue asumido por Dios como Batalla propia.
¡Dios
venció!
La
elevación de la Vida en el Cosmos a la Inmortalidad, se hizo. Fue una Batalla
muy larga y muy dura en cuyo transcurso Dios fue siendo formado en la Ciencia
de la Creación -según Él mismo confiesa cuando dice: “YO soy Dios, YO solo he
sido formado y no habrá después de Mí otro” (Isaías). Confesión que lejos de
Negar la Divinidad Verdadera de su Hijo pone en claro y en alto que su Hijo no
vivirá ese Camino que Él vivió y sufrió hasta ser el que Hoy Él es : el Creador
del Campo donde el Nuevo Árbol de la Vida Inmortal echa sus Raíces. Su Hijo
tiene en Él lo que a Dios le costó hacer suyo una eternidad. La Afirmación
sobre su Formación se refiere al Árbol de la Ciencia de la Creación, una
Ciencia que su Hijo no debe descubrir porque la tiene en su Padre. Y todo lo
del Padre es suyo.
Pero
en fin, esto es la Papilla de la Fe. El que nace de Dios es alimentado de esta
Doctrina. Y preparar papilla para alimentar a adultos es un insulto.
La
Cristiandad ha alcanzado su Madurez. Y es entre Hombres de verdad que hablamos
de lo que cuando siendo Niños sólo veíamos en Futuro, la fe puesta entonces en
que una vez hecho Hombres hablaríamos como Adultos. Que es precisamente lo que
estamos haciendo.
Así
pues, desde aquel Día de Victoria en que Dios superó la Naturaleza del Cosmos
Increado trayendo a luz uno Nuevo en el que la Vida es creada a su Imagen y
Semejanza, se entiende por Lógica la aspiración del Ser a la Inmortalidad.
No
hay proceso esquizoide en el Ser de la Creación. Dios ha vencido a la Muerte.
Una Victoria que se nos da a conocer y se celebra en la Resurrección.
Sin
embargo, Dios no es hombre que guste de largos discursos. Su Palabra es la
Acción. “Dame hechos y déjate de palabras” es el Método del Discurso Divino. En
este contexto la Resurrección es el Libro más claro que se pueda escribir sobre
la Victoria de Dios en pro de la elevación de la Vida de la Mortalidad a la
Inmortalidad.
La
Inmortalidad no surge en la Creación como efecto de un deseo patológico, contra
natura, de querer seguir viviendo. Es una Aspiración que surge espontáneamente
en todas las culturas de todos los tiempos. La forma que se le dé a esta
Aspiración no le roba nada a su existencia. Su Negación no es un
contraargumento: en todo es caso la respuesta del hombre a una situación de
confusión derivada de la estructura racional al dilema de Ser y no ser, de
Querer y no poder.
La
Resurrección como Discurso Divino es el Acto al que se prestó Jesucristo.
La
Inmortalidad del Alma como cuestión filosófica estuvo en el aire antes del su
Nacimiento. Desde el Egipto de los Faraones a la India de los Vedas, desde
Grecia a España, todos los pueblos aspiraban a una Vida eterna al otro lado de
la Muerte. La diversidad en los fundamentos teológicos y mitológicos de las
religiones no le sustrae nada al hecho de la existencia de esta Aspiración que
en forma de Instinto se transforma en Fuerza y sigue evolucionando hasta
devenir Inteligencia. La Fuente de esta Impronta es el Amor del Ser Divino por
la Vida, a la que le comunica su Fuerza Vital, que se manifiesta en el Deseo de
vivir eternamente a la Imagen y Semejanza de Dios.
En
la contienda contra la Imposible, Dios venció. El Reto que su Amor por la Vida
puso sobre la mesa implicó una revolución Cosmológica. Esa Victoria implicó
levantar el Cosmos sobre un Fundamento Nuevo. Y aquí es donde comenzó la
Formación de la que Dios habló antes. Proceder a darle al Cosmos unos
Fundamentos Nuevos exigía algo más que Fuerza. Había que cruzar la Puerta de la
Ciencia de la Creación. El Tiempo no era importante. Lo importante era la
Inteligencia.
Dios
conquistó lo que de entrada parecía inconquistable. Su Amor por la Vida devino
Amor por la Ciencia. Más conocía, más poderoso su Brazo se hacía. La Fuerza sin
la Inteligencia no puede transformar la Realidad, pero la Fuerza crece al ritmo
de la Inteligencia y se transforma en Poder. Una Ciencia Infinita significa
Omnipotencia y Todopoder. El Tiempo que pasó desde
que el Brazo de Dios comenzó a ser Formado hasta que devino el Brazo del
Creador está más allá de nuestros cálculos. La Eternidad no entra en nuestro
campo de experiencia sino como un ente abstracto.
Así
pues, dadas las circunstancias Dios tenía Necesidad de mostrarnos a nosotros,
los hombres, que la Inmortalidad a la que el Ser aspira no es una fantasía
religiosa. Nuestra Lógica es el fruto de Su Victoria. Él es el Vencedor. Él
venció a la Muerte. El Reedificó el Cosmos sobre Fundamentos Nuevos. La
Creación engendra Vida a Imagen y Semejanza de su Creador.
La
Inmortalidad a la que aspiraron las Familias del Primer Reino Mesopotámico del
Edén no estuvo basada en la Mentira de un Ser Psicópata que levantó en el
Animal humano una quimera para inmediatamente hundirlo en la Negación. Dios no
se sacó de la manga la Caída para disfrutar produciendo y dirigiendo la
Historia de la Vida y Muerte del Género Humano.
Había
que demostrarle al Hombre nacido en el Infierno que desató la Caída que Dios
venció a la Muerte y le conquistó a la Vida el Futuro a su Imagen y Semejanza :
Vida Eterna.
El
Hijo de Dios entiende a su Padre y se expone como Hombre a la Muerte para con
su Resurrección ser el Discurso Vivo sobre la Demostración que de Dios estaba
pidiendo la Inteligencia Humana. El Hijo de Dios asume como propia dicha
Necesidad y dándole vida al hijo del Hombre con su Resurrección afirma que el
Hombre en cuanto Ser ha sido creado para vivir eternamente.
La
Muerte entró en la Tierra accidentalmente, pero su imperio es una sombra que
oscurece la luz y pasa con el tiempo. Aun estando sujeta nuestras cuerpo a su
ley, por el Espíritu debemos vivir y comportarnos como Ciudadanos del Reino
Eterno. El viaje de la vida eterna no comienza después, empieza aquí. Caminamos
en la Eternidad desde que nacemos.
Tal
es la lección filosófica que descarga el Hijo de Dios en sus Discípulos a raíz
de la resurrección.
Pero
ahora había que llamar a los Testigos de Su resurrección a dar Testimonio.
Después
de su Resurrección el hijo del Hombre no se paseó por Jerusalén ni se fue a
Roma a cantar la Victoria de Dios delante del César. El Acontecimiento del
Discurso Divino se produce a los ojos de unos pocos Testigos. Éstos no esconden
lo que vieron, y pusieron por escrito lo que vivieron.
Todo
muy bonito. Una Religión Nueva ha nacido. La Idea del Alma Inmortal se hace
Carne y demuestra su Indestructibilidad exponiéndose a la Cruz y venciendo con
la Resurrección a la Muerte. ¡Genial!
Jerusalén
se escandaliza. El Imperio se ríe. ¿Eso es todo? Los filósofos preguntan:
Pero... ¿seríais capaces de perder vuestras cabezas en Defensa de vuestro
Testimonio?
Filosóficamente
hablando la postura del Imperio era clara. Si los Edificadores de esta Nueva
Religión eran unos impostores que predicaban la Doctrina de la Resurrección de
su Líder por Obra y Gracia del Zeus Júpiter de los Judíos, expuestos ante la
Muerte se echarían para atrás. Nadie es tan perfectamente inteligente y al
mismo tiempo tan intelectualmente discapacitado como para defender lo que
afirma y negar lo que defiende delante del tribunal de la Muerte.
Dios
venció, y vuelve a vencer. Engendra a Doce Héroes nacidos para ser Testigos de
su Victoria delante del Mundo. Lo que Ellos vivieron ellos no podían negarlo.
“El hijo del Hombre resucitó”. Y ponen sus cabezas como testimonio.
El
Discurso de los Testigos de Dios es firme: Dios no es un Psicópata engañando a
su Creación con la Idea de tener Vida a su Imagen y Semejanza y una vez
convencida de esta Esperanza se revuelve contra ella, la hunde en el Abismo de
la Ciencia del Bien y del Mal para disfrutar como productor dirigiendo el
Espectáculo del Infierno de las Guerra del Fin del Mundo desde el Fratricidio a
la Guerra Apocalíptica que reduciría a Polvo todo lo que del polvo fue creado.
¡Para
nada!
Filosóficamente
hablando, (y sentada esta base regreso a la Confesión de Westminster contra la
Unidad de las iglesias en Jesucristo), el Pensamiento Modernista de la escuela
de Oxford representada por Ockham, u Occam, al decir que la Libertad de Dios es contingente y lo
mismo pudo haber hecho esto como hacer lo contrario, sin por ello dejar de ser
Dios, vino a decir contra la Teología Patrística, que la Idea de la Libertad de
Dios para hacer o dejar de hacer es un acto en potencia que en cuanto filósofo
el ser humano no puede negar. Tanto puede decir hoy Dios que sí cuanto mañana
que no. Dios puede afirmar mañana lo que niega hoy. La fe obliga, pero la razón
manda. Y es de mandato que siendo indemostrable la existencia de Dios desde la
razón, todo lo que existe es contingente, nada existe por necesidad. Pues para
que existiera la necesidad en los acontecimientos divinos tendría que suponerse
que Dios tiene necesidades, algo imposible de creer desde el concepto de Dios
en cuando objeto de estudio de la Razón. Etcétera, etcétera.
Desde
el momento en que la Filosofía, en manos cristianas, lo cual hizo sus
conclusiones infinitamente más peligrosas para el futuro de la inteligencia,
separó la Fe de la Razón el filósofo comenzó a alejarse más y más del Método
del Discurso Divino Discurso y se fue acercando más al Argumento de la Defensa
del Diablo, a quien acaba defendiendo al decir:
C.W.- “Nuestros primeros padres,
seducidos por la sutileza y tentación de Satanás, pecaron al comer del fruto
prohibido. Quiso Dios, conforme a su sabio y santo propósito, permitir este
pecado habiendo propuesto ordenarlo para su propia gloria”.
C.R.Y&S.-La
Filosofía Jesucristiana, es decir, el Pensamiento de
Cristo, negó la existencia de un “acto en Potencia” por el que Dios puede o no
puede hacer lo que hace. Contra este pensamiento irracional, la elevación Jesucristiana de la Santidad Divina a la Naturaleza del
Acto Creador, en el que la Mentira y el Engaño no existen como Potencia, ni
Filosófica, ni Metafísica, ni Teológica, ni Política, ni de ninguna de las
maneras que la psicopatología intelectual de los Filósofos Ingleses y Franceses
de los Siglos XIV y XV defendieron e imaginaron como Actos de modernidad, la
sola Idea de este Acto en Potencia en la Mente y el Ser del Creador fue
catalogada como Anticristiana.
La
Confesión Jesucristiana que el hijo del Hombre
tradujo en Discurso con su Obediencia hasta la Cruz levantó entre el Creador
Divino y el Traidor Maligno un Muro Indestructible contra el que lanzarse era y
es, alzarse como Abogado del Diablo, es decir, el Anticristo.
Este
espíritu anticristiano que el imperio británico impuso mediante la Ley del
Terror en su Isla es el que viajó en forma de Doctrina Presbiteriana al Nuevo
Mundo y sigue aún vivo, declarando contra Jesucristo que “Quiso Dios, conforme a su sabio y santo propósito, permitir este pecado
habiendo propuesto ordenarlo para su propia gloria”.
De
donde se deduce que siendo Dios el Autor Intelectual y el Productor Material de
la Caída : el Diablo es Inocente de todo crimen, y Adán no cometió ninguna
Transgresión que no estuviese ya predestinada a ejecutar acorde al Guión del Dios Oculto. La Creación del Hombre a Imagen y
Semejanza de Dios, dice el Confesor, es una quimera.
La
conclusión de este artículo anticristiano es que el Hombre no existe, el Libre
Albedrío es una fantasía. El hombre no es más que una marioneta en las manos de
un gran titiritero ante el que hay que arrodillarse en razón del Terror a su Todopoder.
El
Dios de esta Confesión Presbiteriana es un Dios de Terror. El Confesor se
declara anticristiano, defiende a Satanás y proclama ser el Crimen un Bien,
justo y necesario, que el Dios Oculto de la Reforma, ahora visible, le ha
concedido a una parte sobre la otra para satisfacer su sed de Gloria.
Ahora
bien, todos sabemos que Dios es Amor, y que la Redención fue un Acto de Defensa Jesucristiana de la Inocencia de Dios en el Acontecimiento
de una Caída que nunca planeó, ni pensó, ni artículo, ni vio venir Dios por en
cuanto Creador del Cosmos no podía concebir ni creer que una criatura que El
levantó del polvo para gozar de vida eterna se atreviera a soñar con imponerle
a su Creador, ante cuya Voz el Cosmos se espanta y tiembla, su propia visión
del Gobierno de su Reino.
Porque
en efecto, ¿dónde está la locura, en el elefante que aplasta a la hormiga o en
la hormiga que se atreve a declararle la guerra al elefante?
El
Edificio Filosófico de la Redención Jesucristiana estuvo basado en la Inocencia de Dios, por activa y por pasiva, en el Acto de
la Adhesión del Hombre a la Filosofía Satánica de la necesidad de dejarle el
Gobierno de la Creación a los dioses.
Esta
Confesión de Westminster se adhiere a la Filosofía Satánica y rechaza los
Fundamentos Filosóficos y Teológicos de la Redención Jesucristiana.
Sin esconderse ni ocultarse Westminster se declara Anticristiana, y en su
demencia dice:
C.W.-“Por este pecado de la Caída
cayeron de su rectitud original y perdieron la comunión con Dios, y por tanto
quedaron muertos en el pecado, y totalmente corrompidos en todas las facultades
y partes del alma y del cuerpo”.
C.R.Y&S.-La
astucia anticristiana de esta Confesor reproduce en todo la astucia de aquel
hijo de Dios que en su malignidad diabólica se vistió de Mensajero del Dios de
los dioses, y contando con la Desnudez Intelectual del que no está formado en
la Universidad de la Guerra, manipuló su Alma con la Mentira más grotesca. El
tentador sabía que tenía delante un hijo de Dios cuyo conocimiento de la Maldad
era nulo. Muy diferente el caso con el acontecimiento de su enfrentamiento con
Jesucristo, quien nada más verlo lo mira como a la Serpiente que llevaba dentro
y le escupe al rostro “Vade retro, Satanás”.
Adán,
padre de Cristo, el hijo del Hombre, no conocía la Maldad.
En
esta Confesión de Westminster, por los Presbiterianos Americanos recogida como
propia, vemos cómo al principio, en los primeros artículos, el Dios Oculto que
mueve los hilos de la Asamblea de los Divinos se declara más Cristiano que el
Papa de Roma. Se mete en el traje de un ángel de luz más devoto de la Confesión
de Nicea que el propio Osio de Córdoba, el hombre que
expuso la Igualdad en la Naturaleza entre el Padre y el Hijo. Engañado el
lector, si bien al día de hoy quien lo lee no puede llamar en su beneficio el
terror que la espada de Cromwell contra su cuello obligaba a confesar lo
inconfesable para el Espíritu Apostólico: “¡que Dios dispuso la Caída”, y lo
más demencial y satánico de todo “para su Gloria”; la Mentira asumida,
enseguida el Confesor se quita la máscara y se declara el Abogado del Diablo,
enemigo de la Humanidad y de Dios, y sin complejos grita “Yo soy el
Anticristo”.
Pero
el Confesor aún quiere mantener la ficción de ser un ángel de luz repitiendo lo
que de todos era sabido, que la Caída levantó entre un muro entre Hombre y
Dios, entre el Creador y su Creación, efecto del cual fue la carretera cuesta
abajo y sin freno hacia el Diluvio que el Mundo de Adán emprendió.
C.W.-“Siendo ellos el tronco de la
raza humana, la culpa de este pecado les fue imputada, y la misma muerte en el
pecado y la naturaleza corrompida se transmitieron a la posteridad que
desciende de ellos según la generación ordinaria”.
C.R.Y&S.-Corrupción
y pena de muerte de la que el Hombre fue Liberado por la Redención Jesucristiana, de manera que donde hubo Maldición vino a
establecerse la Bendición.
Conclusión
que Dios en los Apóstoles dejó bien clara y está escrita para todo el que la quiera
leer la lea, y si no se tiene ganas de buscar el texto y quiere alguien
ahorrarse mover el dedo hasta dar con el texto, basta acudir a la iglesia y
pedirle a los sacerdotes de Cristo hablar sobre esto, que para eso están, para
aclarar todas las dudas y ser la Voz Viva de la Biblia. Y nadie se atribuye
esta Voz si no es contra Jesucristo. Este Jesucristo de cuya Boca jamás salió
la sentencia que viene, y sí todo lo contrario, como se verá de su lectura:
C.W.-“De esta corrupción original,
por la cual estamos completamente impedidos, incapaces y opuestos a todo bien,
y enteramente inclinados a todo mal, proceden todas nuestras transgresiones
actuales”.
C.R.Y&S.-Falso
de la A a la Z.
LA
Redención trajo la Bendición en virtud de la cual la Desnudez del Hombre ante
la Muerte fue vestida de la Armadura de la Fe, como dice el espíritu de la
Biblia, de manera que muertos al Pecado el Nuevo Hombre se nace a la
Invencibilidad de quien se ha hecho heredero del Juramento que Dios hizo sobre
su Honor y Gloria : a saber. “Tu descendencia se apoderará de las puertas de
sus enemigos”. Invencibilidad que pasa de padres a hijos, y por el Espíritu: de
la Casa de Yavé a la Casa de Cristo, en razón de cuyo Espíritu la respuesta a
la tentación de quienes son engendrados para vivir la gloria de la libertad de
los hijos de Dios es la de su Padre que está en los cielos es: “Vade retro
Satanás”.
El
Confesor de Westminster niega que la Redención haya tenido efecto alguno en el
Hombre, deja a Dios por impotente y lo declara patético por subir a la Cruz a
su Hijo para obtener la misma nada que existía ya antes de su Resurrección.
Si
al Principio la Imagen y Semejanza que Dios le dio al Hombre fue la de sus
hijos, al Final nos dio Dios a su propio Unigénito. Dios apartó a todos sus
hijos como Modelo de la Imagen Divina que llevamos dentro. No referimos a
ningún dios o a este o aquel otro hijo de Dios la Imagen del Ser Divino que
vive en nosotros y mueve nuestro pensamiento. Dios colocó el listín de la
Gloria, por decirlo así, hablando entre hombres, en el punto más alto, al que
nos llama a subir, y en este orden nos viste para alcanzar la cumbre, que no
está lejos de nosotros, porque está en nosotros. El Amor al Hijo de Dios hace
el Milagro.
De
este Espíritu el Confesor de estos artículos en pro de la defensa del Diablo no
sabe nada. Excepto insistir en la Ineficacia Absoluta de la Redención,
afirmando:
C.W.-“Esta corrupción de naturaleza
permanece durante esta vida en aquellos que son regenerados; y, aun cuando sea
perdonada y amortiguada por medio de la fe en Cristo, sin embargo, ella, y
todos los efectos de ella, son verdadera y propiamente pecado”.
C.R.Y&S.-El
Confesor demuestra una vez y otra que es un psicópata. Niega a Dios y sabe que
defiende al Diablo pero tiene en su mano la Espada de Cromwell. Está rodeado de
una Asamblea de Genocidas y Criminales que no dudaron en arrasar Irlanda y
sembrar de cadáveres la Isla que los vio nacer.
En
el calor de estas líneas nadie debe olvidar que la Guerra de los 30 Años aún
arrasaba en Europa y seguía sumando cientos de miles de muertos a los Millones
de vidas que segara la Reforma a la salud y gloria de los reyes protestantes.
En el seno de aquella Primera Guerra Mundial Europea surgió la Revolución
Inglesa de los Elegidos del Dios Oculto de la Reforma para acometer el
Genocidio contra Irlanda y la Gran persecución Final contra los Católicos de
Escocia e Inglaterra.
Los
Firmantes de Westminster tienen los vestidos cubiertos de sangre. Las manos las
tienen callosas de todos los crímenes que cometieron en defensa de la Doctrina
Anticristiana del Diablo, en virtud de la cual se le declaraba Inocente y se
proclamaba a Dios, en cuanto Autor de la Tragedia de la Caída, único y verdadero
Culpable. Tales fueron los hombres que se atrevieron a mantener a viva voz lo
que escribieron y seguían negando a Dios, diciendo:
C.W.-“Todo pecado, ya sea original
o actual, siendo una transgresión de la justa ley de Dios y contrario a ella,
por su propia naturaleza trae culpabilidad sobre el pecador por lo que este
queda bajo la ira de Dios, y de la maldición de la ley, y por lo tanto sujeto a
la muerte, con todas las miserias espirituales, temporales y eternas”.
C.R.Y&S.-La
Asamblea de Divinos se limpió las manos y declaró que el Genocidio Irlandés y
la Gran persecución Anticatólica fueron la respuesta de Dios a sus pecados,
siendo sus brazos la espada de la que Dios se servía para proceder al asesinato
en masa de la población pecadora, predestinada desde la Eternidad al Infierno.
Amén,
amén.
EL
DIOS OCULTO SE DESCUBRE EL ROSTRO
Parece
más que evidente ser realmente cierto que Dios en Jesucristo no buscaba ni
busca ni buscará la condenación de quienes en su ignorancia y arrastrados por
las circunstancias se alejan de su Corazón y enganchados a las pasiones del
mundo se olvidan que la única relación posible entre el Creador y la Creación a
la Imagen y Semejanza de su Hijo se realiza en el Amor de Dios en cuanto Padre
de su Creación.
La
Victoria de Dios sobre la Muerte no se produce exclusivamente en el terreno de
la Inmortalidad para la Vida. Dios llevó su Victoria hasta la cima más alta que
se puede concebir, disfrutar de la Plenitud de su Naturaleza Eterna en el hecho
de su Paternidad verdadera.
Su
Victoria transformó tanto la realidad de la Creación cuanto la del propio
Creador. La Creación deja de ser una simple criatura disfrutando de la
Inmortalidad Indestructible Natural al ser Increado Divino, para vivir esta
Vida como hijo de Dios. Éste no sólo le da la Vida sino que abre la Puerta de
su Casa, y extiende sobre su Creación su Amor de Padre. En resumen esta es la
Doctrina que Jesucristo vino a revelarnos.
Transformando
la Naturaleza de la Creación el mismo Creador se transfiguró. El Creador asume
su realidad de Padre sobre su Creación y hace partícipe de su Espíritu a todos
sus hijos, hijos por adopción pero hijos verdaderos en razón de ser Dios su
Origen. Y como tales son llamados Hermanos de Aquel Hijo del que se dice
“engendrado de la misma Naturaleza Increada del Padre”. Veracidad Filial que
este Hijo Todopoderoso asume como propia y movido por el Fuego del Amor hacia
sus hermanos se levanta, se hace hombre y le aplasta la cabeza a la Serpiente,
cumpliendo así la venganza que Dios le jurara a Satán sobre el cadáver de su
hijo Adán.
En
fin, estas son cosas que la Esposa del Señor, la Santa Madre Iglesia Católica
lleva repitiendo dos mil años. Los Apóstoles se las comunicaron a Ella y Ella
ha sido Fiel a la Doctrina de su Esposo, transmitida por sus Hermanos y
Apóstoles, que los siglos han conservado, y aunque en el transcurso de ellos
durante ellos fueron muchos quienes buscaron cambiarla y adaptarla a las
necesidades de sus imperios, la Verdad ha vencido. Dios siempre vence.
La
Doctrina que los Apóstoles no se cansaron de repetir, y la Iglesia que
Edificaron repite siglo tras siglo, es que Dios es Amor y es desde este Amor
que deben recrearse los Acontecimientos expuestos en la Biblia.
La
Historia nos dice que la Razón Humana de por sí sola era, es y será siempre
impotente a la hora de elevarse y entrar en la Mente de Dios con la naturalidad
que un hijo entra en la casa de su padre. Fracasó la Razón Hebrea, fracasó la
Razón Helena, fracasó la Razón Romana. Y donde fracasó la Razón, triunfó el
Amor. No es por la inteligencia que se gana a Dios, sino por el Corazón. Y este
Camino es el que su Hijo nos descubrió a todos, en unos tiempos, cierto, en que
los hombres, judíos y gentiles, tenían por corazón una piedra.
Este
es el corazón que la Asamblea de los Divinos tenía. Expertos en asesinatos,
genocidio y guerra, eran incapaces de comprender este Camino que acomete el
Milagro de levantar un puente en el abismo entre las dos naturalezas, la del
Creador y la de la Creación, y uniéndolos a ambos en una Familia cierra la
Victoria de Dios contra la Muerte.
Ignorar
este Camino y cegar el acceso a esta Puerta no es propio de quien tiene el
espíritu de hijo. Quien la cierra, ¿de qué espíritu será hijo?
Habrá
que descubrirlo. Dicen los Divinos:
C.W.-“La distancia entre Dios y la
criatura es tan grande, que aún cuando las criaturas
racionales le deben obediencia como a su Creador, sin embargo, ellas no podrán
nunca tener plenitud con Él como su bienaventuranza o galardón, si no es por
alguna condescendencia voluntaria por parte de Dios, habiéndole placido a Este
expresarla por medio de su pacto”.
C.R.Y&S.-¿Y
qué significa ser hijos de Dios sino tener la plenitud de dicha bienaventuranza
o galardón?
No
por alguna condescendencia voluntaria sobre un individuo concreto, como si la
Filiación fuera un artículo exclusivo de una raza de elegidos. La Paternidad
Divina se extiende a toda su Creación y todos somos dados a vivir esta Plenitud
de un hijo que es amado por su Padre y tiene en su Padre absolutamente toda su
alegría y gloria.
Independientemente
de que la revolución Jesucristiana abriera el Camino
y dejase al Futuro lo que le pertenecía al Futuro, nosotros, nuestro Día, que
se abre a la Gloria de la Libertad de los hijos de Dios, la Vida a Imagen y
Semejanza del Creador implica esa Alegría de quien teniendo su Origen en el Universo
es amado como hijo. ¿Desde cuándo el amor de un padre por su hijo es
condescendencia?
Evidentemente
cuando ese padre tiene por corazón una piedra.
Que
las piedras den agua, lo sabemos, pero que hablen, sólo un aterrorizado o un
discapacitado de espíritu puede creer que:
“El primer pacto hecho con el hombre fue un
pacto de obras, en el que se prometía la vida a Adán, y en éste a su
posteridad, bajo la condición de una obediencia personal perfecta”.
¿Puede
hablar la piedra de Amor? ¿Esta Asamblea de Divinos conocía la Biblia, o estaba
creando una nueva?
Dios
es claro en su Libro : Adán, hijo de Dios, padre de Abraham, padre de David,
padre de Jesús, hijo de María.
¿Con
quién pactó Dios para tener a su hijo Adán, con el Diablo?
Eres
mi hijo si cumples esto, y si no lo cumples ¿no lo eres?
¿Puede
ser establecida la Paternidad sobre un pacto?
Una
adopción por vía testamentaria sí se puede ajustar a un pacto. Pero en el caso
de Adán esto implicaría que Dios puede morir.
Pero
Dios no puede morir. El Hombre no es adoptado por un Pacto. Primero es creado a
la Imagen y Semejanza de Dios. Adán es hijo de Dios. Y luego más tarde, a la
hora de elevarlo al Trono, le da una Ley por la que le prohíbe abandonar el
Amor como Camino de Crecimiento de su Reino.
La
Paternidad Divina no es un Pacto, es el Fruto que el Creador le ofrece a su
Creación. Sin buscarlo ni proponérselo, el Hombre es elevado a la condición de
los hijos de Dios. Ese abismo que separa a la Criatura de su Creador desaparece
por obra y gracia de Dios. Lo que era Imposible de ser concebido por el Diablo,
la Encarnación del Hijo de Dios en la Naturaleza de la Creación, se hace
realidad. El deviene la Puerta, el Puente sobre el Abismo, el Camino a la
Restauración de todos los Derechos Divinos que el Hombre perdió al ser arrojado
de la Presencia de su Creador y abandonado a la Muerte como si Dios no fuera el
Vencedor, y su Victoria fuera una farsa.
No
hay Pacto entre el Hombre y Dios antes de la Vieja Alianza firmada por Moisés.
La Paternidad no es pactada. El Confesor está desheredando al Pueblo Británico
de su herencia Divina. Un pacto se puede romper, pero no la paternidad; de
manera que cuando Dios declara roto su Pacto con el pueblo de Moisés siguió
vigente su Paternidad sobre los hijos de Abraham, padre de Cristo Jesús.
Reescribir
el Evangelio desde esta base de la Paternidad por Pacto es Negar a Cristo y
preferir por padre el Diablo.
Consecuente
con esta elección, la Asamblea de los Divinos, escribe:
C.W.- “El hombre, por su caída, se
hizo incapaz para la vida que tenía mediante aquel pacto, por lo que agradó a
Dios hacer un segundo pacto, llamado comúnmente el Pacto de gracia, según el
cual Dios ofrece libremente a los pecadores vida y salvación por Cristo,
exigiéndoles la fe en EL para que puedan ser salvos, y prometiendo dar su
Espíritu Santo a todos aquellos que ha ordenado para vida, dándoles así
voluntad y capacidad para creer”.
C.R.Y&S.-¡Mentira!
Este Confesor habla con la voz del Anticristo.
No
hubo Pacto con el Pueblo a nacer. Hubo una Nueva Alianza, que el Hijo de Dios
nos conquistó para todo el Género Humano, en razón de la cual el Pueblo
Cristiano no sería destruido jamás.
En
la primera Alianza la existencia del Pueblo hebreo quedaba condicionada a su
Obediencia y Fidelidad a la Ley, efecto de la cual quedaba Dos en libertad para
darla por concluida.
En
la Nueva Alianza que nos conquistó Jesucristo la Vida del cristiano no queda
expuesta a ruina, sino que Dios se hace el Aliado Natural del Pueblo de su Hijo
sin condiciones ni límites.
Hay
una gran diferencia entre ambas Alianzas. La Primera fue firmada entre Moisés y
un hijo de Dios, que llevaba el Nombre de la Casa de Dios, con quien Moisés
hablaba cara a cara. La Segunda Alianza fue firmada entre el Padre y el Hijo,
Alianza que nos ganaba a todos Vida Eterna y Subsistencia sin límites.
El
Confesor, se ve, le tenía repugnancia a la Biblia, y la interpretaba sin
conocimiento del Espíritu de su Autor, con el que se relacionaba, como hemos
visto, en la esfera del Dios que es Terror, delante de quien no cabe otra
postura que la del esclavo predispuesto a vivir arrastrado de por vida.
Pero
la Redención nos levantó del suelo, nos elevó la cabeza, y nos abrió los ojos a
Dios como “Padre Nuestro que estás en los Cielos........ ”
¿Dónde
está este Padre en esta Confesión Anticristiana?
Busquemos:
C.W.- “Este pacto de gracia se
propone con frecuencia en las Escrituras con el nombre de un testamento, con
referencia a la muerte de Jesucristo el testador, y a la herencia eterna con
todas las cosas que a ésta pertenecen y están legadas en este pacto”.
C.R.Y&S.-Muy
bruto de entendimiento tenía que creer el Confesor de Westminster y debe seguir
creyendo el Pastor Presbiteriano a sus lectores cuando dice que con frecuencia
se le conoce “AL NUEVO TESTAMENTO” ... “como testamento”.
Efectivamente,
el Confesor, siguiendo con su técnica de lavado de cerebro debía reducir este
Nuevo Testamento a un simple pacto, de manera que la Alianza firmada entre Dios
y su Hijo a la salud del Hombre cegase y ciegue al bruto presbiteriano, y
haciéndole incapaz de ver con los ojos de su cara al Beneficiario Real y
Directo de este Testamento, el Pueblo Cristiano, se instalase en su cerebro
animal la idea de que su Destructibilidad era posible. Y así como la Vieja
Alianza dio paso a una Nueva, ahora Dios abandonase a su Aliado Católico y
pasase su Alianza al Imperio de Westminster.
La
sangre católica derramada, el genocidio contra el pueblo irlandés y las
persecuciones incluso contra la oposición a esta locura de Westminster hablan
por sí sola.
C.W.-“Este pacto era ministrado de
un modo diferente en el tiempo de la ley y en el del Evangelio. Bajo la ley se
ministraba por promesas, profecías, sacrificios, la circuncisión, el cordero
pascal y otros tipos y ordenanzas entregados al pueblo judío; y todos señalaban
al Cristo que había de venir, y eran suficientes y eficaces en aquel tiempo por
la operación del Espíritu Santo, para instruir y edificar a los elegidos en fe
en el Mesías prometido, por quien tenían plena remisión de pecado y salvación
eterna. A este pacto se le llama el Antiguo Testamento”.
C.R.Y&S.-Vuelve
a mentir y demuestra la irracionalidad de su discurso cuando dice que en la
Antigua Alianza y por ella tenían la plena remisión de sus pecados y la
salvación eterna. El hecho es que el pacto del Sinaí entregaba al pueblo hebreo
al Juicio sobre su Nación, en el que deberían responder todos de sus obras
delante del tribunal de Dios. Nadie tenía garantía de salvación sino dentro de
la Ley, y esta salvación debería ser sometida al Juicio Final decretado por
Dios sobre todos los que vivieron bajo la Ley de Moisés. No hay en el texto de
la Alianza de Moisés con Dios una Declaración de Salvación plena que diga :
“Todo
el que cree en Mí pasa de la muerte a la vida eterna sin ser juzgado”.
Moisés
no conquista para su Pueblo esta Plenitud Salvadora. Y en realidad ningún
hombre podía hacerlo. ¿Quién podría conquistar el Corazón de Dios hasta ganarle
para un tercero semejante Gracia?
El
sólo hecho de comparar la naturaleza de una Alianza con la otra es vergonzosa,
y reducir el Testamento a una Alianza es indignante y demuestra que el
conocimiento de Dios estaba lejos del Confesor. Y si alguien no conoce a Dios,
¿cómo podrá tener su Espíritu?
El
resto de este Artículo sigue la misma pauta de repugnancia contra la Biblia y
de ignorancia sobre Cristo:
C.W.-“Bajo el Evangelio, cuando
Cristo la sustancia fue manifestado, las ordenanzas por las cuales se ministra
este pacto son: la predicación de la Palabra, la administración de los
sacramentos del Bautismo y de la Cena del Señor; y aún cuando son menos en número y ministradas con más sencillez y menos gloria
exterior, sin embargo, en ellas el pacto se muestra a todas las naciones, así a
los judíos como a los gentiles, con más plenitud, evidencia y eficacia
espiritual, y se le llama el Nuevo Testamento. Con todo, no hay dos pactos de
gracia diferentes en sustancia, sino uno y el mismo bajo diversas
dispensaciones”.
C.R.Y&S.-¿No
hay dos pactos de gracia diferentes en sustancia? ¿Es lo mismo cerrar los ojos
en este mundo y abrirlos en el Paraíso de Dios, disfrutando de la plenitud de
la Ciudadanía del Reino de Dios, que ser sometido a un juicio en el que hasta
tu última palabra, pensamiento y acción serían puestos sobre la mesa?
Muy
limpio de todo pecado debía sentirse esta Asamblea de Divinos que después de haber
regado de sangre las islas Británicas se sentada a hacer de dioses en la
Tierra.
La
primera frase de la sentencia, vista la repugnancia que exhala la última contra
Cristo, no merece ni la pena discutírsela al Diablo.
EL DIABLO ESCONDE SU ROSTRO
Independientemente
de nuestro conocimiento de las crónicas de la Revolución Inglesa hay un hecho
en su causa que no debemos pasar por alto y fue el germen en el que creció esta
Confesión de Westminster, es decir, esta evolución desde una postura meramente crítica
y contra la Pornocracia del Papado del Siglo XV y XVI
a una Rebelión Abierta contra la Iglesia fundada por Dios y Vencedora de todas
las fuerzas que hasta entonces la Muerte desató contra sus Murallas. Victoria
ya cantada desde antes de las guerras del mundo contra el cristianismo en la
Promesa de Dios de investir con su Invencibilidad a su Descendencia en la
Tierra. Hablando siempre del Espíritu.
Así
pues, desde una posición meramente humana contra la conducta de un Papado que
se había echado a dormir y abandonado la Vigilancia a la que se veía obligado
por su Señor, Inglaterra se pasó al Enemigo y acogió en su reino al Abogado del
Diablo parido en Suiza.
La
elevación de Enrique VIII a la Cabeza de la Iglesia elevó el trono del Tudor a
la condición que sólo el Hijo de Dios ostenta. Enrique VIII transfirió los
Poderes legados por el Pueblo de Inglaterra de la Monarquía Constitucional a la
Teocracia Absolutista que confería al rey dios inglés poderes absolutos sobre
la vida y la muerte de todos sus súbditos.
El
hecho de que las grandes escuelas británicas de intelectuales de la ciencia y
la filosofía se sacaran los ojos y mantuvieran la ficción de la Monarquía
Constitucional cuando el Reino Unido se erigió en Teocracia, y como Teocracia
escribió su Historia la Época de los Tudores, nos descubre la categoría moral e
intelectual de los Confesores que escribieron con la punta de sus espadas
ensangrentadas en generaciones sujetas al terror estos Artículos que, para su
desgracia, encontró en la América Presbiteriana su continuación, y expandiera
sobre la Población Nativa Norteamericana el terror que extendiera en las Islas
los reyes de los que escaparon los fundadores de la Nación Americana.
La
Estructura Espiritual del Cristianismo se basó desde su origen en la Unidad de
Dios con el Hombre, en virtud de la cual Dios dio luz y vida a un Cuerpo de
Sacerdotes y Pastores unidos al Hijo de Dios como el Cuerpo lo está a la
Cabeza. La Obra de Dios era y es clara. Siendo la Cabeza del Cuerpo de Cristo el
propio Dios Hijo Unigénito, la Iglesia quedaba y queda investida de la
Invencibilidad de su Cabeza.
Lógicamente
siendo la Cabeza Divina y siendo el Cuerpo humano se entiende que la tensión
del crecimiento de este Organismo en el seno de un mundo sujeto a corrupción y
muerte quedase expuesto a las circunstancias de un arbolito plantado bajo un
cielo en constante estado de tormenta. El propio San Pedro expuso esta realidad
a la que quedó sujeta la Iglesia diciendo “La fe, preciosa como el oro, que se
corrompe”.
Pero
mejor que abrir la lectura a la Historia de esta Corrupción, ya descrita en las
Negaciones de Pedro y la Noche de los Obispos, es más conveniente recordar que
la División de las iglesias fue profetizada por el propio Jesucristo hablando
de la Siembra que el Diablo se encargaría de llevar a cabo una vez Liberado de
su prisión.
Este
es un Acontecimiento que ÉL conocía antes de su revelación Apocalíptica. Su
Padre no le ocultaba nada y la doctrina del reino de los cielos le fue dada a
Él para darle a conocer mediante Parábolas los Acontecimientos por los que su
Reino en el Mundo habría de pasar hasta el fin de los tiempos de la Vida sobre
la Tierra.
Si
en una primera instancia se nos revela que el Diablo fue apresado
inmediatamente tras la Resurrección, a renglón seguido se nos dice que Dios
ordena su Liberación tras Mil años de encierro, para ser liberado por otros Mil
años, en los que, se comprende, tendría lugar esa Siembra del Maligno de la que
se habla en la Parábola.
División
de las iglesias formalizada a partir del 1054 cuando el Príncipe de las
Tinieblas es liberado y siembra su Cizaña Maligna en el Campo que su Madre, la
Muerte, había estado cultivando con tanta paciencia. La Revolución Gregoriana
despertó demasiado tarde a un Colegio de Obispos que hacía poco había
interpretado un episodio de corrupción tan bajo y miserable como para
justificar a los ojos de Bizancio el desprecio que los obispos ortodoxos
bendijeron, y los condujo a legitimar el darle la espalda a la Unidad Universal
de las iglesias que les pidió el Hijo de Dios.
Aun
así la Bizancio ortodoxa no cometió el terrible error de declarar al emperador
cabeza de la iglesia ortodoxa. La Autocracia Bizantina es hoy leyenda. La
teocracia Inglesa, hipócritamente oculta bajo una Monarquía Constitucional Británica
que jamás existió, fue el error que condujo a los Tudores a su destrucción.
Desde
el momento en que el rey de Inglaterra fue proclamado Cabeza de la Iglesia
Británica el Tudor se alzó como Anticristo. El Horror que el reinado del primer
Tudor desató contra la población inglesa ha sido igualmente ocultado por los
grandes genios de las universidades británicas. Encerradas en el Terror a su
rey dios tanto Oxford como Cambridge pusieron en activo el silencio hipócrita
que habría de conducir al último de los Tudores a poner su cuello a los pies
del hacha homicida.
La
evolución de la Teocracia Inglesa creció durante el reinado de la Diosa Reina
de Inglaterra, y no dejó de crecer durante el de sus sucesores; de manera que
cuando sube Carlos I éste se cree verdadero dios y gobierna como si fuera dios
verdadero. La demencia criminal de un asesino en serie de mujeres y santos; de
un genocida que condenó a la miseria a una nación ya empobrecida que sobrevivía
de la piedad de los monasterios; de una banda de ladrones que se repartieron
las propiedades legitimas de la Iglesia de Inglaterra; dio paso a la demencia
final de un idiota integral que cegado por los poderes teocráticos recibidos,
creyó poder gobernar como Dios y exigió ser respetado como el Único Dios de Inglaterra.
La
revolución inglesa estaba legitimada. Pero su Delito contra el rey del Cielo no
fue corregido. Los vencedores de la Revoluciona Gloriosa lo llevaron al extremo
final del que ya no hay regreso: Declararse el Abogado del Diablo. Reunidos en
una Asamblea de Divinos, de manera que donde hubo un dios ahora hubo muchos,
escribieron la Confesión que llamaron de Westminster, en la que, como hemos
visto, Absolvieron a Satanás de todos sus delitos en el Argumento de haber
tenido la Caída en Dios su Autor Intelectual y productor Material.
Pero
ser Malo ni implica ser Tonto. De hecho es todo lo contrario, el Tonto es el
Bueno. Así que si primero el Confesor abrió su Argumento adhiriéndose al
Concilio de Nicea, y enseguida pasó a Acusar a Dios de ser el único y verdadero
autor de la Caída, “quien la ordenó desde la eternidad para su propia gloria”,
ahora la Asamblea de los Divinos vuelve a ponerse la Máscara y poniendo cara de
beato supersantísimo a cuyo lado los San Agustines y los Santo Tomases fueron unos cretinos, en su
hipocresía sin límites los padres del Presbiterianismo Americano se declaran
más papistas que el Papa, e imitando a su príncipe, el Diablo, engañan a todos
sus rebaños, diciendo:
C.W.-“Agradó a Dios en su propósito
eterno, escoger y ordenar al Señor Jesús, su unigénito Hijo, para que fuera el
Mediador entre Dios y el hombre; Profeta, Sacerdote y Rey; el Salvador y Cabeza
de su Iglesia; el Heredero de todas las cosas, y Juez de todo el mundo; desde
la eternidad le dio Dios un pueblo que fuera su simiente y para que, a debido
tiempo, lo redimiera, llamara, justificara, santificara y glorificara”.
C.R.Y&S.-¿Dónde
está aquí la hipocresía y dónde el error?” me diréis. ¿Acaso no es esta la
enseñanza y doctrina de los Padres de la Iglesia desde la Edad Apostólica a
nuestros tiempos?
Mi
palabra es firme, “NO”. Esta no fue nunca la Doctrina de Cristo. La Doctrina de
Dios es la opuesta. Y es tan contraria a este Artículo como lo son el Cielo y
el Infierno.
¿Desde
cuándo le agrada a un padre enviar a su hijo a que se lo maten? Entendemos que
en la Inglaterra de estos Confesores condenar a sus hijos a muerte era el pan
de cada día, y desde esta crueldad sin límites nada había de verse sospechoso
en declarar que le agradó a Dios enviar a su Hijo a la Cruz.
¿No
acabó en la Cruz entonces?, en vuestra ignorancia os preguntareis.
Sí,
por supuesto, para Resucitar hay que Morir.
Pero
esta Resurrección no fue por agrado de Dios, sino que le vino dictada por la
Necesidad que tuvo Dios de salvar a su Creación, y no sólo ya al Hombre, sino a
toda su Creación, la del Cielo como la de la Tierra, la del Pasado como la del
Presente y la del Futuro.
Es
Dios claro y firme en su Libro : La Muerte de Cristo no fue capricho. Por esto
escribe : LA NECESIDAD DE LA MUERTE DE CRISTO.
Fue
por esa Cruz que se operó la reconfiguración Final de la Creación.
La
Revolución que se operó al Principio abriendo Dios la Puerta de su Creación a
todos sus hijos había sufrido una Caída, el resultado de la cual puso a Dios
frente a su Verdadero Enemigo, la Muerte.
Dios
había conquistado la Inmortalidad para la Vida. Mas en cuanto Padre de todas
las Ciencias su Guerra Personal por la Inmortalidad de la Vida había tratado el
Tema de la Muerte desde la Razón Científica. Invistiendo a la Creación de
Inmortalidad se acababa el problema.
La
Alegría de la Victoria, la Concentración natural al proceso de conquista HABÍA
APARTADO DE SU PENSAMIENTO el Hecho de la existencia de estas dos Fuerzas
Cósmicas Increadas, la Vida y la Muerte, como entidades reales, tan reales en
su existencia como lo es su propia Existencia.
Aun
sufriendo su Creación las Guerras que arrastraron su Paraíso al Infierno, Dios
creyó ver en su origen la consecuencia directa de su propia Victoria. Creados a
su Imagen y Semejanza, los hijos de Dios necesitaban participar de la Vida de
su Padre en cuanto Creador.
Dios
responde a este Nuevo Reto con la Apertura de la Creación a sus hijos. Y
comienza la Creación de nuestros Cielos y de nuestra Tierra según he relatado
en la Creación del Universo según el Génesis.
La
Creación del Hombre entra dentro de esta Revolución Universal con la que Dios
confió en ponerle fin a las guerras entre sus hijos. Pero no era la única
medida. Las dos medidas anteriores, apertura a la Participación en el Acto Creador
y Formación del Hombre, la cierra Dios con un decreto de Destierro Eterno
contra quien ose abrir ese Capítulo cerrado de la Historia de su Creación.
Dios
sabía que “aquella bestia”, Satanás, “había acorneado antes”. Era su
responsabilidad evitar que se volviera a producir un ataque de esa Bestia.
Mediante el Decreto de Destierro Eterno de su Creación, que le da a conocer a
su hijo Adán, y que comprende a todos los hijos de Dios, sin excepción de
ninguna clase y justificación en ninguna circunstancia, Dios, en su Amor por la
Vida de sus hijos, creyó que aquel episodio de las Guerras entre sus hijos
quedaba cerrado.
No
fue así. “La bestia que había acornado antes” volvió a acornear. Dios, el Amo
de esa bestia, se queda perplejo. No es un hijo al que tiene enfrente, es una
Bestia que Él no ha creado ni formado ni alentado ni alimentado. ¿De dónde le
viene a esta bestia su locura, su demencia, su creencia en poder poner de
rodillas al Dios de la Eternidad y del Infinito? Dios ve cara a cara al Enemigo
de su Creación, la Muerte. La Muerte es la Madre de esa Bestia, la Serpiente
Antigua, el Dragón, el Diablo, cuya Cabeza es Satanás.
La
Batalla Final entre el Dios que soñó un Cosmos en el que el Árbol de la Vida da
fruto Inmortal, y la Fuerza Increada que desde el principio de la Increación
fue una sola cosa con la Vida, y ambas las dos caras de la misma moneda; esta
Batalla Final que Dios, en el uso de la Razón Científica que lo condujo al
Descubrimiento de las infinitas ciencias que componen el Árbol de la Ciencia de
la Creación de universos, Dios no vio: acababa de empezar.
La
Muerte seguía activa. La Muerte seguía actuando en la Creación como antes lo
hiciera en la Increación. La Muerte es una Fuerza Increada que actúa según su
Naturaleza. Hizo su trabajo en el Cielo y ahora lo hacía en la Tierra.
Dios
tenía una disyuntiva. Se encontró ante un dilema. Inmunizar a su Creación
frente a esta Fuerza que busca ser parte del Nuevo Cosmos como lo fuera del
Antiguo, en su forma de Guerra aportando al Reino de Dios un sistema de
gobierno basado en la Divinización de todos los hijos de Dios, que pasarían a
disfrutar del status de Inmunidad Absoluta para sus actos, status natural que
vimos en el rey dios inglés. Esto, o proceder a aceptar la Declaración de
Guerra de la Muerte, vencerla y liberar a su Casa de su Presencia por la
Eternidad.
Dios
aceptó la Declaración de Guerra, una Guerra que llevaba en vigor desde que El
soñó este Nuevo Cosmos en el que la Muerte no tiene parte, y ahora entraba en
su Batalla Final. Acorde a esta Necesidad, dicta Sentencia contra todas las
partes envueltas en la Caída. A la Bestia “que había acorneado antes” la
sentencia a su Destierro Eterno una vez la sangre de su víctima sea vengada por
un hijo de la mujer del muerto.
Nace
en ese Momento la Necesidad.
Toda
la existencia de la Creación está basada sobre un Pilar, el Amor de Dios por su
Hijo Unigénito, a quien Él ha hecho el Primogénito de sus hijos, de esta manera
extendiendo a sus criaturas la Paternidad Verdadera natural al Mayor de la Casa.
Dios
debe abrirle los ojos a su Hijo para que vea al Enemigo Verdadero de su
Creación. No es el Diablo, ese Satanás, criatura sacada del polvo: Satanás un
simple peón en el juego de una Fuerza, la Muerte, que viene desde la Increación
y comparte con el propio Dios su Origen Increado.
Es
esta Necesidad la que ordena todos los acontecimientos desde la Caída a la
Resurrección. El Hijo que baja del Cielo y encarna al Vengador de la sangre de
Adán es el mismo que regresa a su Mundo, pero en su Ser se ha operado una
Transfiguración Eterna.
Su
Padre ha vencido, su Victoria es Él, su Hijo.
El
reino de Dios se inclina ante este Rey Universal, a los pies de cuyo trono
todos los Príncipes del Cielo depositan sus coronas. Queda abolido el Imperio,
todas las coronas quedan abrogadas. El Reino de Dios es puesto en las manos de
su Hijo, quien es Glorificado como Rey Universal Sempiterno, Juez Universal y
Sumo Pontífice Universal, Señor de toda la Casa de su Padre.
¿Agradó
a Dios enviar a su hijo a la Cruz?
¿Quién
es este necio que habla así?
C.W.-“El Hijo de Dios, la segunda
persona de la Trinidad, siendo verdadero y eterno Dios, igual y de una
sustancia con el Padre, habiendo llegado la plenitud del tiempo, tomó sobre si
la naturaleza humana con todas sus propiedades esenciales y con sus debilidades
comunes, pero sin pecado. Fue concebido por el poder del Espíritu Santo en el
vientre de la virgen María, de la sustancia de ella. Así que, dos naturalezas
completas, perfectas y distintas, la divina y humana, se unieron inseparablemente
en una persona, pero sin conversión composición o confusión alguna. Esta
persona es verdadero Dios y verdadero hombre, un solo Cristo, el único mediador
entre Dios y el hombre”.
C.R.Y&S.-El
Abogado del Diablo oculta su verdadero rostro tras la máscara de las
declaraciones conciliares católicas. Pretende hacer suyo, como buen político este
Confesor Divino, la victoria de la Iglesia Católica, contra la que sin embargo
lanza a sus hordas asesinas.
Y
lo entendemos. Nadie puede robarle a otro lo que le pertenece si antes no lo
asesina.
En
su demencia victoriosa, la sangre de cientos de miles de hombres en sus manos,
la Asamblea de los Divinos olvida que la Iglesia Católica había vencido siglo
tras siglo sobre enemigos infinitamente más poderosos que la corona
anticristiana de Inglaterra. La Guerra del Turco Otomano contra el Reino de
Dios en la Tierra, que ganan para el Rey del Cielo Carlos I de España y su hijo
Felipe II, no le dice nada a un ciego que reclama para sí la divinidad natural
a los dioses. Tiene que ocultarle al pueblo que ha sobrevivido a la masacre de
la revolución gloriosa su verdadero rostro, y se pone la máscara de los Padres
de la iglesia.
Pero
el lobo es lobo aunque se ponga la pelliza del cordero.
Sin
cortarse las uñas de las patas viene y tira la Gloria de Jesucristo con estas
palabras:
C.W.-“El Señor Jesús, en su
naturaleza humana unida así a la divina, fue ungido y santificado con el
Espíritu Santo sobre toda medida, y posee todos los tesoros de la sabiduría y
del conocimiento, pues agradó al Padre que en él habitase toda plenitud, a fin
de que siendo santo, inocente, inmaculado, lleno de gracia y de verdad, fuese
del todo apto para desempeñar el oficio de un mediador y fiador. Cristo no tomó
por sí mismo este oficio, sino que fue llamado para ello por su Padre, quien
puso en sus manos todo juicio y poder, y le mandó que desempeñara tal oficio”
C.R.Y&S.-Al
pan envenenado le echa la serpiente la miel de los príncipes de las tinieblas a
fin de que los ciegos que siguen al ciego caigan con agrado en la misma olla de
cuya carne se servirá el Diablo.
Incapaz,
quien venía de devorar la carne humana de miles de cuerpos, borracho de sangre
de las cubas del genocidio aun fresco, de entender el Amor de Dios a su Hijo,
el Confesor arroja la Gloria del Hijo de Dios al barro y convierte ese Amor “en
la obediencia debida del siervo a su señor, de la víctima a su depredador, del
súbdito aterrorizado a su rey y señor, a quien obedece bajo la ley del terror
que el monstruo de su rey le inspira”.
Entendemos
que a este monstruo homicida, que se viste de Divino en Asamblea, recién venido
de las guerras de exterminio que la Revolución Inglesa, esta Palabra : “Amor”,
le sonara a herejía. Incapaz de entender esta Verdad: “Dios es Amor”, el
Confesor expulsa de su lado la Vida Bíblica, se arranca los ojos y cierra los
oídos a la Palabra de Dios, que escrita, dice: “El Celo por tu Casa me consume”
.
Y
en otra parte le dice Dios a su Hijo: “No seas como el caballo salvaje al que
hay que ponerle la brida”.
Y
en última instancia lo vemos entrando en la Tierra montado en su Caballo de
Guerra, con el Manto del Rey cubierto de a sangre que iba a derramar en su
Batalla de Venganza contra el Traidor que se atrevió a declararle la Guerra a
su Padre.
El
Hijo de Dios no entra en esta Batalla Final como quien es arrojado del Cielo,
al estilo que lo fuera el Traidor Maligno. Y una vez obligado a hacerse hombre
acaba aceptando la Voluntad de Dios por Terror a su Poder, que es lo que dice
el Confesor.
¡Para
nada!
Es
su Padre quien tiene que contener su Celo, es su Hijo quien le pide ocuparse de
aplastarle la Cabeza a la Serpiente, el fuego que lo consume contra “la Bestia
que haba acorneado antes” y con su traición acusaba a Dios de ser el
responsable de su traición, ¿o acaso no era Dios su Amo, y conociendo que era
una Bestia no la dejó suelta exponiendo a su Creación a ser acorneada una vez
más?
El
Hijo de Dios arde en Fuego. Su Padre tiene que contenerlo. Su Hijo no ha visto
aún al verdadero Enemigo de su Reino. Sus ojos están centrados en el peón de su
Verdadero Enemigo. La Necesidad de descubrirle a su Hijo el Verdadero rostro
tras la Caída y las Guerras del Cielo era trascendental.
Sin
esta Visión todo sería para nada.
Exponiéndole
a la Cruz le descubriría a su Hijo, en el shock que le produciría este Designio
de su Padre, el Verdadero Rostro de su Enemigo. No era ese pobre diablo,
Satanás, al que con solo decirle “Vade Retro” le bastaba para enviarlo al
Infierno. El Verdadero Enemigo de Dios era la Muerte, esa Fuerza Increada que
seguía activa en la Creación y debía ser arrojada de sus términos para siempre.
Todo
lo demás, el Hombre, los hijos de Dios, el Universo, el Cosmos, eran nada. Esta
Batalla Final era entre Dios y la Muerte. Dios necesitaba a su Hijo. La Victoria
era cosa de los Dos. De nada le valdría a Dios vencer a la Muerte en la Tierra,
como ya antes la vencieran en el Cielo en su Nombre los hijos de Dios y los
Hermanos de Yavé Dios, los Ancianos del Apocalipsis, si su Hijo no veía la
Causa que producía estos movimientos particulares de destrucción encaminados a
provocar en Dios la Necesidad de una Destrucción Universal a imagen de la que
realizara antes de esta Creación.
¿Destruirlo
todo y volver a empezar?
Bien
conocía Dios a su Hijo. Jesús nunca consentiría semejante Final. Sus Hermanos
eran su Casa. Los Dioses del Cielo eran su Familia. No cabía en ese Corazón ni
una partícula de Mal. A la luz del sol de ese Amor no podía vivir ni la más
infinitesimal pequeña nube.
Y
nos vienen los Divinos, con sus manos llenas de sangre inocente y sus almas
ahogadas en muerte y destrucción, a decirnos, bajo pena de muerte, que el Hijo
de Dios aceptó “ese Oficio”:
C.W.-“El Señor Jesús, con la mayor
voluntad tomó para si este oficio, y para desempeñarlo, fue puesto bajo la ley,
la que cumplió perfectamente; padeció los más crueles tormentos directamente en
su alma y los más dolorosos sufrimientos en su cuerpo; fue crucificado y murió,
fue sepultado y permaneció bajo el poder de la muerte, aun cuando no vio
corrupción. Al tercer día se levantó de entre los muertos con el mismo cuerpo
que tenía cuando sufrió, con el cual también ascendió al cielo y allí está sentado
a la diestra del padre, intercediendo, y cuando sea el fin del mundo volverá
para juzgar a los hombres y a los ángeles”.
C.R.Y&S.-¿Qué
está diciendo este necio? ¿Esta Asamblea de ignorantes en las cosas del Cielo
nos está diciendo que el Hijo de Dios era un ignorante integral a imagen y
semejanza de ellos?
Quieren
los Divinos hacerse el beato ultrasantísimo repartiendo las papilla católica servida por la Santa Madre Iglesia desde los
tiempos postapostólicos, pero como lo que se trataba
era de levantar una iglesia sobre fundamentos nuevos, aunque usando ladrillos
viejos, reviste el edificio con terminaciones propias. Ocultan en un
parafernalia bastarda el robo que de la propiedad doctrinal hace.
Pero
lo que es más grave de todo su error es su afirmación “y allí está sentado a la diestra del Padre”.
“Y
allí se quede, que aquí reina nuestra espada” es la coletilla que se priva de
escribir el Confesor. Era mostrar la pata por debajo de la puerta.
La
Maldad y el tonto no van juntos, ya lo sabemos. Lo hemos aprendido a base de
palos, que el tonto y la Bondad van de la mano. La cuestión es, dejar de ser
bueno y no ser tontos, o seguir siendo buenos pero vestidos de guerra hasta los
dientes.
La
respuesta está escrita. Meterse en la armadura de la fe y que el diablo venga
cuando quiera. Y cuando vuelva a repetirnos...
C.W.-“El Señor Jesucristo, por su
perfecta obediencia y por el sacrificio de sí mismo que ofreció una sola vez
por el Espíritu eterno de Dios, ha satisfecho plenamente a la justicia de su
Padre, y compró para aquellos que éste le había dado, no solo la
reconciliación, sino también una herencia eterna en el reino de los cielos”
C.R.Y&S.-Le
responderemos: la papilla para los neonatos, aquí hay hijos de Dios curtidos en
la ley de la ciencia del bien y del mal. Coge el biberón con el que quieres
reducirnos a la infancia que ya pasamos, y ofréceselo a tu señor, el Diablo, al
que tan bien serviste Abogando por su Absolución. Anda y vete con tu palabra a
predicar en el infierno; tal vez allí conviertas a algún demonio. Conocemos tu
Discurso contra Dios y su Cristo:
C.W.- “Aún cuando la obra de la redención no fue consumada por Cristo sino hasta después
de su encarnación, sin embargo, la virtud, la eficacia y los beneficios de
ella, fueron comunicados a los elegidos en todas las épocas transcurridas desde
el principio del mundo en y por medio de las promesas, tipos y sacrificios, en
los cuales Cristo fue revelado y señalado como la simiente de la mujer que
heriría a la serpiente en la cabeza, y como el cordero inmolado desde el
principio del mundo, siendo él, el mismo ayer, hoy y siempre”.
C.R.Y&S.-Doctrina
inmunda, propia de demonios la que este artículo manifiesta. Niega la Redención
en Cristo, por Cristo y sólo en Cristo, y la extrapola a todos los tiempos,
haciendo innecesario el Sacrificio que el Amo de la Bestia inmoló en
cumplimiento de la Ley, a la Salud de la Ignorancia del Hombre.
Es
cierto que siendo Dios el Amo de la Bestia le correspondía sacrificarla en
demostración visible de su Inocencia en su “acorneamiento”
tras haberla atado en corto.
El
enigma de cómo esa Bestia fue liberada sin Su consentimiento, por qué y por
quién fue liberada marcó a Dios, a su Hijo, y a toda su Casa. ¿Quién inmolaría
ese Sacrificio en el que Dios quedaría reivindicado en su Inocencia?
Y
lo más vital: ¿de la mano de quién ese Sacrificio sería aceptado firmemente delante
de la propia Creación?
Porque
si por la mano de una criatura, el Miedo y el Terror a quien es Todopoderoso
invalidaría ese Acto Expiatorio de toda Culpa de Dios en la Caída. Únicamente
de la mano de quien es Dios como el propio Dios, y por consiguiente no puede
ser destruido por el propio Dios, podía esa Inocencia ser asumida como Veraz y
Eterna.
Esto
en lo que toca a Dios.
En
lo que toca al Hombre. Obviamente un hombre justifica a otro hombre. ¿No habrá
corrupción en la justificación?
Únicamente
quien Inmoló a la Bestia en Declaración de la Inocencia de Dios, ofreciéndose
como Cordero de Dios en expiación del pecado de su hermano Adán, podía causar
la Redención Inmaculada del Hombre, es decir, libre de toda sospecha. Pues ¿de
qué hubiera valido una Redención realizada sobre un amor natural, creando pan
para hoy y hambre para mañana?
Poner
esta Realidad Sobrenatural en discusión es un ejercicio satánico que se
entiende desde la posición de quien está levantando una religión nueva, que utiliza
los principios teológicos católicos como fundamentos ideológicos y desplazando
la Teología Cristiana por la Filosofía Racional Política separa el Reino del
Cielo del de la Tierra. “Dios está allí” y nosotros aquí. ¿Qué tiene que ver
Dios con nosotros?
Leámoslo:
C.W.- “Cristo en la obra de
mediación, actúa conforme a ambas naturalezas, haciendo por medio de cada
naturaleza lo que es propio de ella; aunque por razón de la unidad de la
persona, lo que es propio de una naturaleza, algunas veces se atribuye en la
Escritura a la persona dominada por la otra naturaleza”.
C.R.Y&S.-El
discurso de los herejes de los primeros siglos sobre las dos naturalezas
regresa de la tumba. Mas ahora lo hace con el nuevo ropaje de quien tiene la
espada en el cuello del lector y pregunta: ¿Qué, algo que objetar?
Nosotros,
¿vamos a entrar en discusión con el Diablo?
A
quienes no discuten su doctrina maligna sino que la aplauden, sobre ellos
dispensa la nueva religión sus gracias, diciendo:
C.W.- “A todos aquellos para
quienes Cristo compro redención, les aplica y comunica cierta y eficazmente la
misma; intercediendo por ellos revelándolos en la palabra y por medio de ella
los misterios de la salvación; persuadiéndoles eficazmente por su Espíritu a
creer y a obedecer; y gobernando sus corazones por su palabra y Espíritu,
venciendo a todos sus enemigos por su gran poder y sabiduría, de tal manera y
forma que sea más de acuerdo con su maravillosa e inescrutable dispensación”.
C.R.Y&S.-En
el Día del Juicio que caerá sobre las cabezas de esta Asamblea de Divinos se
verá la verdad de lo que digo cuando tengan que responder por su Acusación
contra Dios como Autor Intelectual de la Caída del Hombre.
Entre
tanto, a todos los que caísteis en este error, huid, corred, venid, la Puerta
está abierta, el tiempo esta de vuestro lado, la Voluntad de Perdón de Dios
está anunciada, entrad en la Iglesia Católica, bautizaos, Convertíos. Vuestro
Bautismo es falso, Vuestra religión es falsa, vuestra iglesia es la puerta de
la perdición. Sois malos, pero no seáis tontos.
Las
espada no está ya sobre vuestros cuellos. Sois libres para pensar y distinguir
entre la Verdad y la Mentira. Mis palabras son verdad, las de esta Asamblea de
Divinos y sus discípulos presbiterianos, aunque se vistan de santos, son
Mentira.
Cada
cual es hijo de su padre. Quien es hijo de Dios, habla la Verdad, quien es hijo
del Diablo habla la Mentira, y su fruto es la Guerra, el Genocidio y el Crimen.
Estos fueron los frutos de la Confesión madre de esta segunda Confesión de
Westminster. No os equivoquéis. Esta Confesión de la Asamblea de Divinos fue la
que se dieran los Tudores, reeditada con la tinta que viene de la Sangre
derramada durante esos reinados. El fruto de esta Nueva Confesión ¿no sería el
exterminio de todos los seres humanos allá donde esta nueva religión se
estableciese? La Historia está ahí para demostrarlo. Y yo aquí para
desenmascarar al Dios Oculto que puso en pie la Reforma.
CUARTA PARTE
LA LIBERTAD DE LOS PREDESTINADOS A LA
RAZA SUPERIOR DE LOS ELEGIDOS
Hemos
visto cómo y por qué el Proyecto del Reino de Dios en la Tierra no pudo
consumar su extensión a la plenitud de las naciones, éstas entonces en las
entrañas de la generación de Adán. Se entiende que habiendo transgredido, el
transgresor pagase las consecuencias de sus actos.
El
entendimiento se enreda en una dificultad compleja cuando Dios extiende la Pena
debita al Delito a generaciones no nacidas, cuando es el propio Dios quien en
su Justicia impide que los pecados de los padres pasen a los hijos. La
contradicción de negación de principio pone al entendimiento delante de un
dilema complejo.
El
mismo Juez que se niega a hacer responsable a los hijos de los delitos de sus
padres y salva la inocencia de los hijos frente a la culpable conducta de sus
padres, este mismo Juez Divino se salta el principio moral de jurisprudencia
por el que se guía su espíritu y extiende las consecuencias del delito cometido
por sus padres tanto a ellos, sus hijos, como a los hijos de sus hijos. No sólo
esto. Llamados todos los hombres a devenir Ciudadanos del Reino de Dios, vemos
que los pueblos aún no comprendidos en el Reino de la Mesopotamia del Edén
fueron privados de la Presencia Divina y entregados a la ley de la ciencia del
bien y del mal sin haber sido encontrado culpables de ningún delito.
Esta
aparente negación de principio nos pone delante de la gravedad del
Acontecimiento de la Caída del Reino de Dios en la Tierra.
Aunque
computada a la Tierra, la declaración de Guerra a Muerte sobre la Sangre del
Género Humano que una parte de la Casa de los hijos de Dios grita alcanza a
toda la Creación. El Hombre no ha sido más que un instrumento, un hacha de
guerra.
Dios
se enciende. Pero es Dios. Aquellos que se atrevían a declararle la Guerra a su
Creador eran sus hijos. Dios entiende. Han amado el infierno. Comieron de la
Fruta del Árbol de la Guerra y libremente han elegido vivir en el Destierro,
aun siendo eterno, a vivir al sol de una Paz Universal sempiterna administrada
por una Justicia Incorruptible a cuya luz todos los Pueblos, independientemente
de su origen, son Iguales a los ojos de su Creador.
No
hay vuelta atrás. La revolución que Dios pone en marcha abriendo el Acto
Creador, no sólo a la Contemplación y disfrute de ver a Dios en Acción, sino
tomando parte activa en la Formación de los mundos, dejó atrás una puerta en la
que colgaba un cartel diciendo : “No la traspases, no regresarás”.
El
shock que nace de esta situación le abre a Dios los ojos sobre la identidad del
“Enemigo Oculto” de su Reino. Ahora es la Creación entera la que está en juego.
Dios
había vivido un número incontable de veces el nacimiento y destrucción de
mundos bajo la ley de la ciencia del bien y del mal. Por esto tiene a su fruto,
la Guerra, por una Abominación. Ahora la Guerra le explota en pleno rostro. Su
Enemigo es la Muerte. La visión del Reino de la Vida que la Muerte quiere
imponerle a Dios es a sus ojos un Infierno.
El
Género Humano pasa a un segundo plano. Todo pasa a un segundo plano. Ahora todo
pasa por el Hijo de Dios. ¿Será tentado Jesús, Rey de reyes y Señor de señores
del Reino de Dios, por el fruto Prohibido? ¿Aceptará su Corona bajo la Ley de
la Muerte? ¿Se pondrá de rodillas delante del Enemigo de Dios?
Ya
conocemos la Respuesta. Inútil seguir por este Camino. Lo que nos interesa no
es poner en juicio los Cimientos del Edificio ya levantado. Sino salir a campo
descubierto, mirar lo hecho, y lo que nos queda por hacer.
Dios
vuelve a revolucionar su Mundo. Abole toda Corona. Su propio Hijo debe poner la
suya a los pies de su Trono.
Dios
toma el Gobierno de toda su Creación. Es su Creación la que está en peligro de
Total Destrucción.
El
conoce perfectamente a Jesús, es el Hijo de sus entrañas. Jesús es el primero
que sufre el shock bajo las ondas de la Caída. Las Guerras de los hijos de Dios
no le alcanzaron. Dios le ocultó las Dos Guerras de sus hijos la esperanza
puesta en que no habría una Tercera Guerra Universal.
Tampoco
podía mantener lejos de sus ojos el Libro de las Crónicas de su Reino. Lo que
nunca haría Dios sería leérselo utilizando la sangre del Hombre por tinta. La
Ley: “No comas, morirás”, escrita en la Portada del Libro de la Vida de la
Creación, lo dice todo.
A
lo hecho, pecho. Una Nueva Revolución estaba en progreso. Al principio Dios
miraba a sus hijos, ahora tenía a la Muerte en frente. La Abolición de todas
las coronas y la Fundación de un Reino Universal Único gobernado por el propio
Dios es la primera medida que Dios toma. Sobre quien se rebele a aceptar su
status de Ciudadano y se alce contra su Deposición Monárquica extiende Dios un
Decreto de Destierro.
Satanás,
cabeza del Dragón, junto a sus aliados, es expulsado del Cielo.
El
hijo de Eva, mujer de Adán, se levantará para reclamar la Corona de su padre.
Es
la expectación del Mesías. Los hijos de Abraham esperaban a un hijo de David
que se levantaría contra los poderes de este mundo y pondría a Jerusalén, a
semejanza de la Roma Imperial, en el centro del mundo.
El
Homicida que derramó la sangre de un Hombre formado por el propio Dios creía
que aplastar a su descendiente lejano sería pan comido. La Encarnación del Hijo
de las entrañas de Dios no figuraba en los planes de los hijos de Dios
liderados por Satán. Este, acostumbrado a comer polvo, se había trasformado
finalmente en una bestia. Se movía como una bestia, como un “dios oculto”
moviendo los hilos desde la oscuridad, y ahora pensaba como una bestia, como la
Bestia que era.
El
Hijo de Dios ni lo mira, ni se detiene a contemplarlo. “Vade retro”. Jesús pone
su Corona a los pies de su Padre.
La
Cruz es el Acto de Amor Eterno e Infinito del Hijo de Dios a la Sabiduría de su
Padre. Las medidas que Dios ha tomado son la Llave que cerrará la Puerta de la
Creación al Infierno que la Muerte lleva en sus entrañas. La Reconfiguración
del reino de Dios comienza con la Glorificación de este Hijo al trono de Dios.
Dios
sienta a su Hijo como Rey Universal Sempiterno y Único, Juez Universal con
Poder Divino sobre toda vida, Señor Todopoderoso sobre todas de Creación. Jesús
es Dios Verdadero de Dios Verdadero y como tal recibe la misma Adoración y
Gloria que su Padre. Toda la Casa de Dios dobla sus rodillas ante el Rey, Dios
Hijo Unigénito, y Este trae a Casa una Nueva Generación de Hijos de Dios,
engendrados a su Imagen y Semejanza, herederos de su Espíritu, un Cuerpo de
Sacerdotes cuya Cabeza es el propio Cristo, a cuyos ojos, siendo los de Dios,
no se oculta pensamiento alguno, y cuyo Poder, como el de su Señor, está en la
Palabra. Dios le ha dado un Cuerpo Visible a su Espíritu. El Espíritu Santo se
ha hecho Hombre y se le ha dado el Reino para mantenerlo por la Eternidad en la
Paz Universal que viene de la Verdad.
Pero
aquí abajo se queda el género humano. Dios ha consumado su Obra. La
Resurrección consumada, ¿ahora qué?
¿Qué
pasa con las naciones de la Tierra? ¿Acaso aquel “Hagamos al Hombre a nuestra
imagen y a nuestra semejanza” no comprendía a todas las familias de la Tierra?
Por
supuesto que sí. Dios reemprende su Trabajo. Mas en este Nuevo Día las
circunstancias de partida no son las mismas. Los hombres han devenido bestias
racionales luchando por su supervivencia. El hombre, como al principio, es un
animal más. Sin embargo entre aquel Hombre apadrinado por los dioses, antes del
Edén, y este Hombre del tiempo de los Apóstoles existe una diferencia crucial.
Aquél estaba desnudo; éste está vestido con la armadura del Espíritu.
La
obra más grande que podía concebir el hombre, la cima de la razón humana
después de dos mil años pasándose el testigo del imperio de una nación a la
otra, fue aquella Roma Imperial en cuya estructura aquél hombre había
desaparecido y su lugar había sido ocupado por una bestia.
Restaurar
la Imagen de Dios en el Hombre implicaba la Caída de este Imperio, bajo un
diluvio de sangre, espejo donde se reflejaría la gravedad de la Caída del reino
de Adán. Esa bestia Humana estaba discapacitada espiritualmente para entender
las cosas del Cielo. Su Mundo estaba presto a ser ahogado bajo el Nuevo
Diluvio.
Dios
engendra en su Sabiduría una Nueva Plenitud de Naciones. Y hacia esta Nueva
Plenitud de Naciones comienza a hacer su camino la Historia del Hombre, que
deviene Historia del Cristianismo.
El
Hombre que al Principio concibió Dios no deja de vivir; aquel hombre nacido
para ser el Espejo Vivo del Amor de Dios a su Creación, uniendo a todos los
Pueblos al mismo Tronco del Árbol de la Vida, todos y cada uno de los Pueblos
de su Reino sus Ramas, ése Hombre vive. Pero, ahora este Hombre trae en su seno
no ya el conocimiento del Bien y del Mal, como quien lee en un libro las
crónicas del infierno, este Hombre Nuevo lleva en su sangre el fuego de quien
ha vivido en su carne ese Infierno. Ningún Pueblo de la Creación fue forjado en
este Fuego. Tampoco fue de la Voluntad del Creador que el Hombre lo fuera. Las
circunstancias decidieron que la cosa fuesen así. Y a lo hecho, pecho.
El
Hombre Nuevo que Dios trae a la Vida nace marcado por este Fuego. La Plenitud
de las Naciones a ser creada trae al reino de Dios un Ejército Mundial de
Sabios al servicio de su Rey, cabeza Política de esta Plenitud de Naciones cuyo
Rey Universal Sempiterno es Jesucristo.
Un
largo trabajo a realizar tenía Dios por delante desde la Resurrección a la
Formación de este Cuerpo de la Plenitud de las Naciones cuya Cabeza Política es
su propio Hijo.
Así
las cosas, una vez que el Edificio Cristiano fue consolidado y superó las
Pruebas de Destrucción a las que estuvo sometido desde su Nacimiento por
Romanos, Hunos y Musulmanes, con el propósito de acelerar los tiempos Dios
ordena la Liberación del Diablo en el Año Mil.
La
Muerte le preparó el terreno a su Príncipe, y, como he dicho antes, mover el
peón Celulario para darle el jaque mate a la Contienda entre Bizancio y Roma
fue coser y cantar; un triunfo que le sabía a poco al Diablo dado el Decreto
que Constantinopla había firmado sobre su cabeza al no separarse del Imperio
Romano.
Creer
que “iba a comer y no iba a morir porque Cristo lo protegería contra Dios”, fue
el delito de la Ortodoxia Bizantina. Este mismo delito arrastró a la Alemania
de Lutero a creer que por la Fe los hombres pueden incluso violar a la madre de
Cristo, pues la Fe pone de rodillas a Dios. Este movimiento, la Reforma, sí le
supuso al Diablo, el “dios oculto” de Lutero, a mieles.
Desde
el comienzo de su Siembra Maligna el Diablo encontró en Alemania un campo bien
dispuesto para dar fruto maligno. La Cuestión de las Investiduras dejó esto en
claro. Dios respondió con Gregorio VII. El intento del Emperador Alemán de
hacer de la Esposa de Cristo su Concubina, no triunfó. Del fracaso se saca
lección. En este caso la Esposa del Nuevo Adán no fue engañada y permaneció
Fiel a su Esposo.
Pero
se comprende que si por la División de las iglesias se quería llegar a la
destrucción de ellas siguiendo la Sentencia del decreto Divino, “Todo reino en
sí dividido no subsistirá y toda Ciudad o Casa en sí dividida será destruida”,
había que corromper a los siervos de la Esposa para encadenando a Esta a sus
intereses la Siembra de Cizaña condujese a las naciones cristianas a una guerra
fratricida.
El
Cisma de Occidente abrió la puerta, y el Concilio de Constanza declarando
Infalible al Obispo de Roma, es decir, transformando el Papado en una
Teocracia, arrojó a la Esposa a las mazmorras del Vaticano, de la que el
Concilio de Trento la liberó. Pero en ese entreacto la Rebelión Protestante se
hizo. Y no precisamente para Liberar a la Esposa de la Mazmorra en la que el
Obispado Italiano la encerró, sino para abrirle el Camino al Abogado del
Diablo, quien bajando de las altas cumbres nevadas del Olimpo Suizo vino a
tentar a la Corona de Inglaterra, y cayendo ésta en su Discurso se proclamó
Cabeza de la Iglesia en la Tierra, es decir, la Teocracia Pontificia fue
respondida con la Teocracia Monárquica.
Creyéndose
este nuevo cristiano el elegido de Dios para matar a todo el que no quisiese
doblar sus rodillas ante su Majestad Satánica, quiso Dios descubrirnos a las
claras, mediante Hechos, cuál es el Modelo de Reino que Satán y sus hermanos
concibieron como Gobierno de su reino Divino, por el que le declararon la
Guerra al propio Dios, y por el que prefirieron ser desterrados por la
eternidad a vivir en un Reino en el que todos los Ciudadanos estamos sujetos a
un mismo status jurídico y político.
Tras
la Rebelión del Diablo no se ocultaba sino la ambición de sentarse en el Trono
del Hijo de Dios, desde el que gobernando como si fuera Dios extendería su ley
de terror sobre todos los pueblos de la Creación.
De
esta manera quienes se creían los Divinos, en su Asamblea representaron para
nosotros aquella Asamblea de Malignos que decidieron Traicionar a Dios y
sembrar el Infierno en el Paraíso antes que sujetarse a la ley de la
Fraternidad entre todos los Pueblos de la Creación.
Y
ya los tenemos a todos reunidos en palma de la gloriosa mano de su nuevo
Salvador, Oliver Cromwell.
Engañados
por el Discurso del Abogado del Diablo de ser ellos los elegidos para Destruir
la religión que Fundó Europa, y la salvó de los cascos del Caballo de Atila
hasta elevarla a la cabeza del Mundo, estos Divinos vienen y dicen:
C.W.-“Dios ha dotado a la voluntad
del hombre con aquella libertad natural, que no es forzada ni determinada hacia
el bien o hacia el mal, por ninguna necesidad absoluta de la naturaleza”
C.R.Y&S.-Mayor
ignorancia, imposible. Únicamente el Terror a esta Asamblea de Divinos podía
ver en esta absoluta nulidad intelectual una inspiración espiritual divina.
Vuelve a negar, como ya lo hiciera en los anteriores capítulos, el Hecho de la
Formación el Hombre a la Imagen y Semejanza de Cristo. Nacidos a su Imagen y
Semejanza nuestra voluntad viene determinada por su Naturaleza, que nos arroja
como pan en las manos del Bien y nos convierte en fuego contra los brazos del
Mal. La libertad del Hombre es Libertad Divina.
La
Vida del Cristiano es la del Ciudadano del Reino de Dios que goza de la
Libertad Sobrenatural referida a las realidades eternas, en las que la libertad
natural de los animales no tiene arte ni parte. Negar esta Libertad
Sobrenatural que traspasa las fronteras de las necesidades carnales y nos
levanta la cabeza al Pensamiento de Jesucristo es negar a Dios como Padre del
Hombre en razón de que siendo criaturas de carne y hueso nuestra Filiación es
una fantasía que Dios ha implantado en la mente humana.
Se
dice Anticristo de quien habla contrario a Cristo. ¿Qué más contrario a Cristo
que decir que no estamos impulsados al Bien y arrojados contra el Mal por razón
de quien nos ha engendrado y cuyo Pensamiento vive en nosotros?
Decir
que nos estamos impulsados al Bien es una Negación del Cristianismo. Lo
fenomenológico del asunto es cómo siendo de ley diaria lo contrario en el seno
del pueblo llamado presbiteriano a la hora del comportamiento doctrinal se
rijan ellos por sentencias contrarias en lo absoluto a la conducta que hacia
los hombres ellos ponen en práctica. Mas esta es cuestión que no viene a cuento
en este capítulo. Que sigue maravillándonos diciendo cosas como esta :
C.W.-“El hombre en su estado de
inocencia, tenía libertad y poder para querer y hacer lo que es bueno y
agradable a Dios, sin embargo era mutable y podía caer de dicho estado”.
C.R.Y&S.-Volvemos
a lo mismo. Dios es Padre y siente por su Creación amor de Padre. El Confesor
ciega al lector y le impide ver su Relación con Dios en el seno de esta verdad
Inmutable.
Por
regla general, si nadie objeta lo contrario, árbol bueno produce frutos buenos.
Pues teniendo a Dios por Padre la regla dice que sus hijos tendemos por
naturaleza al Bien, y por Naturaleza de la Creación somos Inmutables. Caemos,
pero nos levantamos. Seguimos siendo el que fuimos, pero con cicatrices
adornando la piel de nuestras almas. Dejados en las manos de la Sabiduría que
gobierna la Creación entera es la ley del Amor la que impera, y siendo
inmutables tanto Ella como Dios, Su Señor, su creación permanece en esta
condición natural estable.
¿Puede
el soldado en un campo de batalla al rojo vivo vivir bajo la ley de quien está
en su casa disfrutando de una cena con su mujer y sus hijos? Cada espacio tiene
su ley. Cada momento tiene sus circunstancias. Mutabilidad e inmutabilidad se
refieren a los cambios en esos órdenes. No puede mutarse la ley de la guerra
estando el soldado en el fragor de la batalla a menos que se busque su
destrucción. Prohibir defenderse es un homicidio. Decretar vivir bajo la ley de
la guerra en tiempos de paz es un suicidio. Creer que la Naturaleza Divina
puede engendrar lo contrario es una demencia, por no hablar de alta traición.
Negar esta simple Realidad es Anticristianismo.
Quien
niega a Cristo es el Anticristo. No se puede hablar con palabras anticristianas
y llamarse divinos a no ser que el Maligno se vista de luz y ocultándose tiente
con la divinidad a sus elegidos para sembrar terror en el mundo. La sentencia
es, pues, contraria a Cristo al negar que la Naturaleza Humana y la Divina
existan en términos de procedencia. Dios crea a su imagen y semejanza, ergo, lo
que niegue esto es contrario a Cristo. La máscara es buena, pero el rostro que
se oculta no engaña sino a quien se quiere dejar engañar cuando se le dice:
C.W.-“El hombre, por su caída a un
estado de pecado, ha perdido absolutamente toda capacidad para querer algún
bien espiritual que acompañe a la salvación; por tanto como hombre natural, que
está enteramente opuesto a ese bien y muerto en el pecado, no puede por su
propia fuerza convertirse a sí mismo o prepararse para la conversión”.
C.R.Y&S.-Muy
Católico, se diría, y sin embargo, altamente falso. No lo digo yo. Lo dice la
Historia de las Religiones. Aunque el fin alcanzado por las religiones fuera
falso, el principio fue naturalmente bueno. Todos los pueblos buscaron y
siguieron buscando a Dios, bien espiritual sumo al que puede aspirar el ser
humano.
El
Pecado no apartó al hombre de buscar a Dios; el pecado lo arrastró lejos de la
meta que iba buscando. Ya lo dijo Dios en Pablo: “Buscamos el bien pero es el
mal el que se nos apega”. El hombre natural no sólo buscó el bien supremo, sino
que lo alcanzó.
El
Pecado trajo la ruptura entre el Hombre y Dios, y su búsqueda fue dirigida al
encuentro de imágenes tan opuestas a Dios como es la Imagen del cristiano que
dibuja la Asamblea de los Divinos en esta Confesión. Y no sólo en el terreno
del espíritu religioso, también en el del pensamiento filosófico mostró el alma
humana su tendencia natural al Bien. Que no llegasen los pensadores Helenos a
alcanzar la Sabiduría, y lo hiciesen hombres sin cultura ni genio filosófico es
el Acontecimiento más sorprendente de la Historia del Mundo. Sin ningún
misterio para nosotros. Si a los primeros la Sabiduría les dio la espalda, esta
misma Sabiduría le abrió los brazos de Madre a los últimos. Y tuvo a los Padres
de la Iglesia para que con su Sabiduría guiase el pensamiento cristiano,
poniendo a la Civilización Cristiana en el Camino de la Ciencia.
¿Convertirse
a sí mismo? ¿Pero dónde está el discapacitado intelectual que cree que el
Hombre es el Creador de sí mismo? ¿Es esta la idea que tiene el
Presbiterianismo de sus fieles, la de ser unos discapacitados intelectuales a
los que se les echa de comer alfalfa para bestias? ¿Qué Necesidad hubiera
habido de la Encarnación si el hombre por sí mismo hubiese podido elevarse a la
naturaleza de Cristo?
La
negación que viene es aún más fuerte:
C.W:-“Cuando Dios convierte a un
pecador y le traslada al estado de gracia, le libra de su estado de servidumbre
natural bajo el pecado, y por su sola gracia lo capacita para querer y obrar
libremente lo que es espiritualmente bueno; a pesar de eso, sin embargo, por
razón de su corrupción que aún queda, el converso no sola ni perfectamente
quiere lo que es bueno, sino quiere también lo que es malo”
C.R.Y&S.-Veamos
: “Yo soy la Vid y mi padre es el Viñador, vosotros sois los racimos. ¿Puede
dar árbol bueno, frutos malos? Si permanecéis en mí daréis fruto y fruto
abundante, para que el Hijo del Hombre sea glorificado en vuestras obras”.
¿Cómo, pues, siendo la Vid de naturaleza Divina puede su fruto ser Uva Maligna?
Que
yo quiera lo bueno pero que el mal se me apegue y queriendo hace el bien haga
lo contrario, sin querer hacerlo, aunque no sea justificación de ninguna clase,
pues tengo el deber de pensar lo que hago antes de hacerlo; que resulte que
queriendo hacer el bien haga el daño que nunca quise hacer, este resultado no
significa que yo lo quisiese o lo buscase. El mundo está sujeto a la ley del
bien y del mal, y yo vivo en el mundo.
Yo
camino, como hijo de Dios, en el Camino de la vida eterna, pero el mundo que me
rodea camina sobre la senda de la Muerte. La luz brilla en las tinieblas, pero
a veces las tinieblas ahogan la luz. Esto no quiere decir que renuncie a la luz
o que ame las tinieblas. La Fuerza del Espíritu que nos ha engendrado es
invencible. Tropezar no quiere decir caer. Hundirse en un pozo, atrapado por tu
propia palabra, no quiere decir que te hayas sumado a la oscuridad. Para nada.
Vivimos en estado de guerra. Nos movemos en un campo de batalla. Aun así
nuestra ley surge del espíritu: no es la ley por la que se mueve nuestro
enemigo. Aprendemos siendo golpeados. Tocados pero nunca hundidos, tendemos al Bien
invenciblemente con la misma invencibilidad nuestra alma está alejada de
querer, desear o soñar el mal.
El
Confesor Presbiteriano niega la Creación del cristiano por Dios a la par que
niega la Acción de Cristo esté viva en nosotros. Invoca la Teología Católica
para echarla al fuego. ¿Quién es el demente que llama a Dios a testificar
contra Dios? Este:
C.W.-“La voluntad del hombre es
hecha perfecta e inmutablemente libre para hacer tan solo lo que es bueno,
únicamente en el estado de la gloria”.
C.R.Y&S.-Es
decir, mientras vivos, todos malos; una vez muertos todos santos. Así que a
seguir pecando.
Somos
pecadores irredimibles – dice. La Redención no operó este Milagro de vivir en
plena gloria aquí en vida, aquí abajito en la Tierra, a ras de este planeta
agobiado por tantos males. Cuando nos muramos seremos angelitos; mientras esteis vivos, pecad, pero venid al confesor a que os
consuele de haber hecho el mal y de los males que seguiréis haciendo. ¿Por qué
luchar contra lo que siempre te vence?
¿No
fue astuto Lutero? Le dio a Alemania lo que quería, absolución de todos sus pecados,
delitos y crímenes : en el nombre de la Fe sola.
¿No
fue astuta la Asamblea de los Divinos? El pueblo anglosajón a lo largo de su
Historia había ya demostrado su apego al pecado. ¿Imposible curarlo? Le damos
la absolución formal, el hombre es pecador por naturaleza y mientras viva lo
será, no preocuparse más de la cuenta, y ya está.
Cristo
está muerto. El muerto al hoyo y el vivo al bollo. Venga, a matar católicos,
anglicanos, irlandeses, indios, australianos, negros y todo lo que se oponga a
vuestro imperio, sois los elegidos de Dios.
Ciertamente.
La Teocracia Tudoriana nos representó en vivo el
Imperio que estuvo buscando Satanás y contra el que Dios se alzó. El rey tudoriano: Juez Todopoderoso, Señor Absoluto, Sacerdote
Supremo, Rey Universal. En una palabra: Dios. ¿Y se extraña la Inteligencia
Británica de que Carlos I reclamase ser obedecido como el tal dios que la
propia religión anglicana proclamó?
Y
como Satán, acabó perdiendo la cabeza..
LA
RAZA SUPERIOR DE LOS ELEGIDOS
C.W.-“A todos aquellos a quienes
Dios ha predestinado para vida, y a ellos solamente, le agrada en su tiempo
señalado y aceptado, llamar eficazmente por su palabra y Espíritu, fuera del
estado de pecado y muerte en que están por naturaleza, a la gracia y salvación
por Jesucristo; iluminando espiritual y salvadoramente su entendimiento, a fin de que comprendan las cosas de Dios; quitándoles el
corazón de piedra y dándoles uno de carne; renovando sus voluntades y por su
potencia todopoderoso, induciéndoles hacia aquello que es bueno, y trayéndoles
eficazmente a Jesucristo; de tal manera que ellos vienen con absoluta libertad,
habiendo recibido por la gracia de Dios la voluntad de hacerlo.”
C.R.Y&S.-Tremenda
la declaración de anulación de la Redención Universal realizada en el Cordero
de Dios. Increíble la Negación de la Creación Universal abierta a la Ciudadanía
de todos los seres humanos. ¿Contradicción? ¡No, en absoluto! El Confesor ha
expuesto ya con anterioridad que Dios crea para divertirse, el juego de la
Guerra es su deporte favorito, el terror es la luz que procede de su Todopoder y Omnipotencia; a unos los crea para matar y a
los otros para morir.
Según
Calvino, sus Hugonotes Franceses y sus Puritanos Ingleses, Dios crea dos razas,
la del depredador, el fuerte, el rico, el libre: y la de débil, el pobre, el
esclavo.
Pero
en realidad las dos razas son esclavas de la voluntad de ese Dios Oculto que se
esconde tras una máscara de Amor, que no pudo engañar sin embargo a Calvino. Las
dos razas son esclavas de ese dios de los Hugonotes Franceses, Puritanos
Británicos y Presbiterianos Americanos. Pero hay que reconocer que es más feliz
el depredador que la presa. Aunque claro, siguiendo a Descartes, tomando a
Calvino por punto de arranque, nunca se puede decir cuándo aquel “Dios Oculto”
de Lutero se puede cansar de sus esclavos y haciendo girar la rueda del
destino, quien hoy come carne humana y se emborracha con la sangre de la raza
inferior mañana podría hacer las delicias del banquete de algún otro demonio. Cierto,
a la manera que las religiones antiguas calmaban a sus dioses sacrificando
víctimas por miles, la nueva religión calvinista de los puritanos ingleses
siempre podrían conservar la gracia de su dios maligno sacrificando vida humana
por cientos de miles. Todo, con tal de mantener satisfecha la barriga de ese
dios oculto implantado en la cabezas de sus adoradores, los Nuevos Elegidos, la
Raza de los Divinos.
Nada
puede escribirse más contrario a Cristo que esta declaración de Exclusividad de
la Redención a unos “elegidos” y de la Limitación de la Ciudadanía del reino de
Dios a unos predestinados desde la eternidad para disfrutar de la vida de los
dioses. La Ignorancia sobre la Personalidad Íntima de quien dice “ YO SOY EL
QUE SOY” es absoluta en el declarante y firmante de esta Confesión. No lo es
por no haber escuchado antes decir “DIOS ES AMOR”. Para nada. La ignora porque
quien tiene el corazón duro como una roca negra salida de los hornos del
infierno de la guerra no puede entender la Naturaleza de la Paternidad Divina.
Con todo, y siempre tomando a sus fieles como verdaderos discapacitados
intelectuales, los Divinos se declaran perfectos conocedores de Dios como quien
habiendo sido llamados a la vida han recibido la gracia de este Conocimiento.
Desmenucemos
ese corazón golpe a golpe.
Primero
dice: A todos aquellos a quienes Dios ha
predestinado para vida, y a ellos solamente, le agrada en su tiempo señalado y
aceptado, llamar eficazmente por su palabra y Espíritu, fuera del estado de
pecado y muerte en que están por naturaleza, a la gracia y salvación por
Jesucristo;
De
aquí mi afirmación de la negación de la Universalidad de la Redención, de un
lado, y de la Universalidad de la Ciudadanía del reino de Dios para todas las
Naciones, que esta sentencia encierra.
Acorde
a Jesucristo, nuestro Único Maestro Eterno, en quien tenemos la Puerta a la
Personalidad Íntima de Aquel Dios que se afirma en su Personalidad diciendo YO
SOY EL QUE SOY, Dios no crea Predestinando a nadie. Dios mira a su Creación
como un Todo. El Género Humano es el Hombre. El Creador concibe al Hombre en
cuanto Género y le da vida en el Universo. El Creador concibe en su Espíritu un
Ser Universal y a este Ser en su Plenitud lo crea para la Vida Eterna. No hay
Individualidad fuera de este Hombre Universal en el Espíritu del Creador. Es
únicamente cuando esta Creación ha sido consumada que Dios se centra en el
Individuo. El Universo ha sido levantado. El Hombre existe en cuanto Género. Y
llega la Hora de darle forma de Intervenir Personalmente en su Creación. Esta
Intervención es para gloria y alegría de todos. Dios se reserva para sí el
nacimiento del Individuo que le servirá como rey de los hombres. Esta
Intervención Personal Directa en su Creación es Derecho Legítimo de Creador. No
se produce una Exclusión de la Llamada que todos hemos recibido; no nos es
arrebatada la Vida Eterna para la que hemos sido creados. Evidentemente una
Obra implica una personalización de aquellos quienes han de ser parte activa
directa en su realización. Dios llama a sus Apóstoles antes de nacer. Esta
Llamada es una Predestinación personal que en ningún momento excluye de la vida
eterna a los demás hombres. Ni es causa de Desprecio ni de Orgullo. Esa Vida es
creación de Dios.
En
la Redención de Cristo son llamados todos los hombres, sin distinción de raza a
recoger la Ciudadanía del Reino de Dios. Pero la Llamada que se extiende sobre
Pedro no es la misma que se extiende sobre el centurión Cornelio. Pedro es
llamado a dar con su Vida testimonio de la Resurrección. El Centurión Cornelio
es llamado a da testimonio viviendo. En un Mundo que ya ha recibido el Testimonio
de Pedro Dios extiende el Testimonio de Cornelio a todos nosotros. El Confesor
en su demencia calvinista ignora que este Mundo está ya en activo y que el Testimonio de Pedro fue
recibido.
Los
Divinos olvidan que aquella Llamada Personal sobre los Apóstoles y su
Generación no fue para Matar a quien no creyera en su Testimonio. La Llamada de
Dios es la Acción directa del Creador en su Creación para bien de todas sus
criaturas.
En
aquel momento se habló de Predestinación en la Consciencia Santa del
conocimiento que implicaba dicha Predestinación. El Testimonio sobre la
Resurrección sería con la sangre. Todos iban a ser objeto de persecución y
muerte. Esa era la verdad del Espíritu que habían recibido.
En
otros tiempos Dios predestinó a David para ser rey, a Moisés para ser
Legislador, a Abraham para ser causa de bendición. Pero Dios no predestinó
jamás al Género Humano a la Caída. Esto es Satanismo.
La
Predestinación es un Acto Personal de Dios dirigido a una acción individual
concreta. Predestina y da la Fuerza para superar todos los obstáculos y vencer.
Dio no predestina a nadie a matar. Ni crea para levantar víctimas.
Y
de nuevo, el Confesarlo condena al Creador y maldice su creación cuando dice “fuera del estado de pecado y muerte en que
están por naturaleza”. Afirmando esto se afirma que el ser humano es
pecador por Naturaleza. Deduciendo de lo cual se entiende que la Creación lleva
en su seno el Pecado. Si así fuese, ¿qué necesidad hubiera tendido Adán de ser
engañado si el Pecado y la Muerte ya estaban en su carne y su sangre antes de
la Caída?
El
siguiente razonamiento no es menos falso:
C.W.-“Este llamamiento eficaz es
solamente de la libre y especial gracia de Dios y de ninguna otra cosa prevista
en el hombre; el cual es en esto enteramente pasivo, hasta que siendo
vivificado y renovado por el Espíritu Santo, es capacitado por medio de esto
para responder a este llamamiento y para recibir la gracia ofrecida y
trasmitida en él”.
C.R.Y&S.-Que
sepamos, primero es la Fe. Lo contrario, primero Pentecostés y luego la Fe que
viene de la Resurrección, es una inversión que condena la Necesidad de la
Muerte de Cristo. Pues aunque Jesús desplegó su Todopoder en el área de la Vida a pie de campo, nadie creyó en El. Y los que creyeron no
fueron afirmados sino por la Resurrección. Y sólo después de esta Confirmación
de la fe vino sobre ellos el Espíritu. Lo cual es lógico: antes de ser hombres
hay que ser niños. Si no hay niño, no hay hombre. Puede que en otro mundo el
ser adulto salga del huevo ya criado y hecho. En este que vivimos, el único que
conocemos, primero es la fe que da a luz a un hijo de Dios y entonces y
únicamente entonces este hombre se dirige a Dios como Padre.
Lo
que dice el Confesor en esta sentencia es que “primero que me dé Dios y ya
responderé yo a su Llamada luego”. Ahora bien, quien llama es la Esposa y el
Espíritu, pues sin ambos Europa nunca hubiera conocido a Dios, y si no lo
hubiesen conocido ¿cómo hubiesen alcanzado los Divinos la fe si por Naturaleza
el hombre es pecador y está ordenado a la muerte?
Por
esto, Dios engendró primero a la Iglesia y le dio a los Padres de la Iglesia el
Espíritu de los Apóstoles para que llamasen a la fe a todos los hombres, y en
éstos Dios intervendría personalmente para llevar a todas las naciones a su
Conocimiento. Pero predestinar para destruir lo que su Hijo levantó, esto no lo
hizo jamás Dios.
Así
se verá el Día que Jesucristo juzgue el pensamiento de todos los hombres.
En
cuanto a la siguiente sentencia, es para quedarse con la boca abierta ante
semejante tejido de palabras sin pies ni cabeza. Dice:
C.W.- “Los niños elegidos que
mueren en la infancia, son regenerados y salvados por Cristo por medio del
Espíritu, quien obra cuando, donde y como quiere. En la misma condición están
todas las personas elegidas que sean incapaces de ser llamadas externamente por
el ministerio de la palabra”.
C.R.Y&S.-Veamos,
¿Dios elige a niños para morir? ¿Para que los maten los enemigos de sus padres
elegidos? ¿Esto quieren decir?
¿O
quien decir que entre niños y niños Jesucristo dice “esos sí, dejadlos que se
acerquen a mí; esos otros no?
La
sangre derramada desde Enrique VIII a la decapitación de Carlos I, había
trastornado el juicio de los Ingleses. No sólo a los hombres hacían diana de
sus crímenes, ahora eran también los niños. Leed :
C.W.-“Los otros no elegidos, aunque
sean llamados por el ministerio de la palabra y tengan algunas de las
operaciones comunes del Espíritu, sin embargo nunca vienen verdaderamente a
Cristo, y por lo tanto no pueden ser salvos; mucho menos pueden los hombres que
no profesan la religión cristiana ser salvos de otra manera, aun cuando sean
diligentes en ajustar sus vidas a la luz de la naturaleza y a la ley de la
religión que profesan; y el afirmar y sostener que lo pueden lograr así, es muy
pernicioso y detestable”.
C.R.Y&S.-En
un psiquiátrico este Confesor Divino sería el elemento más peligroso.
En
resumen, el Confesor declara herejes a Católicos, y a todas las demás
confesiones internas de las iglesias. Se proclama el solo Divino, el único
Salvado, el santo radiante, la iglesia de los elegidos, el nuevo Israel que
afirmará su tierra sobre el exterminio de todos sus enemigos. Hombres y niños
por igual. Todos son semillas del Pecado y la Muerte. Nadie debe respetar la
vida por la edad. El niño se hace hombre. Mejor matarlo cuando no es peligroso
que esperar que se haga hombre y sea un peligro para el Nuevo Israel
Presbiteriano que cruzará el Mar Rojo del Atlántico y extendiendo sus pies
sobre América exterminará de demonios salvajes el Nuevo Mundo.
Terrible
será el Juicio de Jesucristo sobre toda iglesia y hombre que niega el Amor de
Dios por toda su Creación y reduce su Redención a un grupúsculo de malvados con
bendición para matar a sus hermanos los hombres.
Exponeos
a su Juicio y refregadle por el rostro vuestra Confesión si queréis. Sois unos
valientes. Seguramente el Destierro al Infierno al que ha sido condenado el
Maligno y sus huestes será carga ligera para semejantes héroes auto-elevados a
la condición de los dioses por el Poder de la Espada del dios de Westminster.
Mas
si en Algo tenéis vuestras almas, salid corriendo en busca de un sacerdote
católico y de rodillas pedidle ser bautizados. Desde el momento que rompisteis
con la Esposa de Cristo rompisteis con su Esposo, vuestra bautismo es sólo una
parodia. No habéis recibido el bautismo que viene de la fe, sino el de los
demonios, quienes creyendo que Jesús es el Hijo de Dios siguen cometiendo sus
crímenes como si este conocimiento de la Razón Clara Luterana anulase el Valor
Sagrado de la Ignorancia de la fe que procede del Amor a Dios. Conocer a Dios
es amarlo. Si conocierais a Dios lo amarías. Si lo amarais, amaríais a vuestros
semejantes como a vosotros mismos.
Condenáis
a vuestros hermanos porque no conocéis a Dios. Si lo conocierais ante os
cortaríais las manos que alzar la espada para cortarle la oreja al siervo de
los asesinos de Cristo. En aquellos tiempos cuando decir “Jesús es el Señor”
equivalía a pena de muerte, esta declaración hacía al Santo. Querer edificar la
santidad retando al hermano a matarte para probar sobre su sangre que Jesús es
el Señor, que te ha predestinado para que mates a tu hermano, es negar a
Cristo. Vuestra Defensa del Diablo será vuestra condenación. Dios crea para
abrirle su Reino a todos, sin distinción. Mas si alguno quiere seguir el
ejemplo de Satán, y prefiere vivir como raza superior a ser un igual entre
iguales, que no crea que el día del Juicio caerán de los ojos lágrimas a su
salud.
Y
en fin, baste a cada día su afán.
QUINTA PARTE
La
verdad es independiente de las circunstancias que la rodean. Subiese o no
subiese a la Cruz, la Verdad no podía ser cambiada, ni tocada, ni alterada, ni
negada: El Hijo Primogénito y Unigénito de Dios se llama Jesucristo. Este
Jesucristo es quien con su Todopoderosa Palabra hizo la Luz, el Firmamento, las
aguas, le dio forma a los Cielos, bendijo toda vida sobre la faz de la Tierra,
y finalmente invitó a todos sus hermanos, ninguno de este mundo, a formar al
Hombre a imagen y semejanza de los hijos de Dios. Que este Jesús subiera o no
subiera a la Cruz era intrascendente en el orden de su verdadera Naturaleza
Divina. Esta Verdad era antes de Nacer y lo es por la Eternidad. Que un hombre,
una nación, un mundo o incluso la creación entera volviéndose loca negase esta
Verdad, esta Verdad es un Hecho. Y los Hechos no se pueden alterar. Que
nosotros seamos hombres se debe al hecho de la Naturaleza Humana y esta Verdad
no depende de una convención asamblearia que a fuego y espada impone su ley. El
hecho lo determina la Verdad. Que Jesucristo sea el Hijo de Dios es un Hecho
que no depende de una asamblea de divinos conjurados para imponer su visión del
Héroe de los Evangelios. Este hecho se basa en la Verdad de ser Dios su Padre,
quien engendró a su Igual, este Hijo, en su Naturaleza Increada. Somos humanos
porque nuestros padres fueron humanos. Teniendo a Dios por Padre ese Hijo es
Dios. Este hecho no lo cambia nadie porque la verdad es eterna y no depende de
acciones externas.
Es
a este Verdad que debemos remitirnos al poner las palabras de los hombres en la
balanza de nuestra inteligencia. Las circunstancias pueden justificar el crimen
de Caín por su ignorancia sobre la Naturaleza de la Promesa Divina de elegir a
uno de los hijos de Eva para Vengar la muerte de su padre Adán y recoger la
corona que le robó su asesino. Pero esta ignorancia no cambia el Hecho del
Crimen. El juez puede atenuar la Pena debida al Delito en razón de la fuerza
mayor de haber sido el Fratricida víctima de una Fuerza Mayor, pero la Justicia
no puede hacer de esta Ignorancia tótem para anular la sentencia estipulada por
la Ley. El Hecho existe. La Verdad también. Le corresponde al Juez, en este
caso al Juicio Crítico, determinar la Verdad en el Origen del Hecho.
La
Verdad es anterior al hecho. El Héroe de los Evangelios no deviene Dios y Señor
Nuestro como beneficio de su Cruz. Era Dios y Señor Nuestro antes de su
Encarnación. Al recibir de su Padre un Nombre Nuevo, Cristo, el Hecho adquiere
una Nueva Gloria: Jesucristo es Dios, Señor y Padre Nuestro. A Él debemos por
consiguiente mirar y desde su ojos de su Inteligencia ver todo lo que existe y
las circunstancias que lo mueven. Si esta Unidad de Espíritu no existe el valor
de las palabras de los hombres se ajusta a las circunstancias y no a la Verdad.
Pero la Verdad es Todo. Que nosotros seamos hijos de Dios depende de la Verdad.
Si Nuestro Padre no es Dios entonces el Hecho de nuestra Filiación no existe.
Si por el contrario somos verdaderos hijos de Dios este Hecho viene determinado
por la Verdad del Hecho ser Jesucristo nuestro Padre, Señor y Dios. Y
siéndolos, hijos de Dios, es el Espíritu de la Verdad, es decir, su Espíritu el
que nos abstrae del Siglo a fin de que la Mirada de nuestro Pensamiento se
centre en la verdad origen de los actos del hombre.
Las
Palabras determinan las acciones cuya suma crean los acontecimientos. A su vez
la Historia es la suma de una multitud de acontecimientos en acción sobre un
mismo espacio-tiempo. Dejarse arrastrar por este movimiento de aguas turbulentas
que anegan los siglos y dirigen la barca de las naciones a costas siempre
desconocidas, aunque siempre en el horizonte, es un ejercicio de voluntad al
alcance de nuestra mano. Las fuerzas que mueven estas aguas actúan desde las
profundidades de los siglos. Dominarlas es apartarse de ellas. Navegar hacia
aguas abiertas a la luz de un firmamento limpio significa abandonar esas
corrientes muertas que se mueven ciegas y golpean el casco de nuestra
civilización con la naturalidad con la que las tormentas traen y llevan lluvias
de los océanos a los continentes y los volcanes liberan un calor que de ser
almacenado reventarían la litosfera. Tenemos pues que dejar de ser animales y
comenzar a ser hijos de Dios. Creados a su Imagen y Semejanza nuestra inteligencia
tiende a mirar lo universal por razón de quien es nuestro origen, Dios.
Desde
este Hecho las palabras quedan desnudas y podemos ver lo que encierran.
Hasta
este capítulo se ha visto un Detalle. El Nombre de Jesucristo por la Asamblea
de los Divinos no es pronunciado ni un sola vez. Un Lapsus tonto. Lapsus que en
el Diablo lo entenderíamos sin más. No habría necesidad de decir nada. ¡Cómo
justificar que esta Asamblea de Divinos borre de su Mano, de su Alma, de su
Mente, de su Corazón, de su Boca el Nombre en quien toda la Creación tiene su
ser! Del Espíritu Santo tienen la boca llena. Y se entiende, afirman tenerlo en
el cuerpo. Son Divinos porque tienen el Espíritu Santo. Cristo, el Señor Jesús,
son la referencia. Pero Jesucristo, el Nombre en el que Dios Padre tiene toda
su Gloria y en el Amor a ese Hijo Suyo, Jesucristo, tiene Dios su Felicidad
Perfecta, este Nombre no lo pronuncian, siguen la regla del Diablo. Y uno se
pregunta ¿por qué sería? Jesucristo, Dios, Señor, y Padre Nuestro, ¿no se
merece una pulgada de espacio en esta Confesión de Sabios que alzándose a la
Divinidad quitan a Dios y por la Autoridad que viene del Terror destierran de
su Confesión el Nombre ante el que toda la Casa de Dios se abraza?
No
importa. ¿Qué es la Verdad?
Ahora
mismo nos la dicen:
C.W.-“A quienes Dios llama
eficazmente, también los justifica gratuitamente: no mediante la infusión de
justicia en ellos, sino que les perdona sus pecados, y cuenta y acepta sus
personas como justas, mas no por algo obrado en o hecho por ellos, sino
solamente por causa de Cristo; tampoco les imputa la fe misma, ni el acto de
creer o alguna otra obediencia evangélica como su justicia, sino que les imputa
la obediencia y satisfacción de Cristo, recibiendo ellos a Cristo y descansando
en Él y en su justicia mediante la fe, la cual no la tienen de ellos mismos,
pues es don de Dios”.
C.R.Y&S.-
¡Cómo no inclinarse ante esta omnisciente sabiduría infusa!
¿Qué
lenguaje es este? ¿El Fruto no lleva la naturaleza del árbol? ¿Puede hablar un
santo la lengua de los demonios? O viceversa. ¿puede un diablo expresarse como
un apóstol?
Dice
: “A quienes Dios llama eficazmente…”
O
sea, confiesa el firmante, que la Redención fue una farsa y los apóstoles unos
farsantes, de donde se infiere que Jesucristo fue Falso, porque muriendo por
todos los hombres, cargando con todos los pecados del Mundo a la Cruz, donde
los enterró con su Muerte, a fin de que por el Amor a su Nombre todos los
crímenes y pecados cometidos hasta entonces por cada hombre quedasen borrados y
todo hombre resucite a la vida de un hijo de Dios, esta Universalidad de la
Redención, según esta Asamblea de dioses, fue un engaño. Mera política divina.
A la hora de los hechos es el propio Dios quien deshoja la margarita y se ríe
en las barbas de todos los tontos diciendo Tú, sí; tú, no; tú al Cielo, tú al
Infierno. Pero claro, como ese “Tú, al cielo” son ellos, a quien le toca “tú al
infierno” que se pudra. No, mejor aún, hay que ayudarle a irse. “Kill'em all”, que los
cuelguen a todos.
Aunque
claro, si Dios llama a unos pocos eficazmente será porque su eficacia no es tan
omnipotente después de todo.
El
lenguaje con el que se expresa en el resto de la sentencia queda tan lejos del
Espíritu Santo como lo está el Cielo del Infierno.
La
necesidad de escribir lo que los siglos venían repitiendo de manera tal que
pueblos altamente brutalizados creyesen escuchar campanas celestes y de la boca
de demonios coros de ángeles, puso en un lenguaje vil y bastardo lo que los
Apóstoles y los Padres de la Iglesia escribieron y predicaron con voces de
quien tienen en Dios su Maestro. Que la Redención es Obra y Gracia de Cristo
únicamente un bruto puede traducir a idioma de una bestia de manera que parezca
que ni Santo Tomás ni San Agustín oyeron jamás semejante Confesión apta sólo
para dioses. Y no la oyeron porque desde antes de la creación del mismo Cosmos
ya había predestinado Dios al pueblo Británico a sentarse a su Diestra,
apartando a Jesucristo del trono que le correspondía a su Madrina, la Virgen
Reina que en sus 39 Artículos ya sentó estas bases impías. Cromwell quitó al
rey y los Divinos cerraron filas para ocupar el Trono de Jesucristo.
Las
máscaras fuera, insisten:
C.W.- “La fe, que de este modo
recibe a Cristo y descansa en Él y en su justicia, es el único instrumento de
justificación. Sin embargo, la fe no está sola en la persona justificada, sino
que siempre está acompañada de todas las otras gracias salvadoras, y no es una
fe muerta, sino que obra por amor”.
C.R.Y&S.-
Esta sabiduría infusa de los Divinos tampoco la conocieron los Padres de la
Teología, ni Católicos ni Ortodoxos. Al parecer de estos “seres divinos” cuando
los Apóstoles subieron a los Cielos, los Papas perversos y todos los obispos
malignos con sus Sabios y Santos demoníacos enterraron esta Doctrina en las
arenas de los siglos, de donde fue a rescatarla ese Glorioso Rey Inglés,
Enrique VIII, dios en la Tierra, cuya Divinidad fue traspasada a su Hija la
Virgen Reina Madre de los Divinos.
Nunca,
ni los Orígenes ni los Ambrosios, ni los Crisóstomos ni los Jerónimos, ni los Tomases oyeron jamás
esta Gracia que con su Sangre conquistó para todos los hombres Jesucristo. Que
unos rechazan y otros abrazamos con toda nuestra alma. Y todos conservamos la
esperanza de que todos la abracen y vengan al reino de Dios. Pero allá cada uno
con su cabeza. La Sabiduría de nuestro Dios, Señor y Padre es Inmutable : “¿De
qué te vale ganar el mundo si pierdes tu alma?”
La
maravilla no es que los lobos aúllen, ni que las serpientes repten. La
maravilla que nos abre los ojos es cómo entender que inteligencias tan
desarrolladas como las que representan las grandes universidades Británicas y
Americanas lean esto y se pongan aún de rodillas delante de esta Manipulación
cuya Verdad tiene una sola Naturaleza : El terror.
Y
es desde este Terror a aquella Asamblea de Divinos que éstos siguieron
escribiendo:
C.W.- “Por medio de su obediencia y
muerte, Cristo canceló completamente toda la deuda de todos aquellos que son
justificados de este modo, e hizo una adecuada, real y completa satisfacción a
la justicia de su Padre, a favor de ellos. Sin embargo, puesto que por ellos,
Cristo fue entregado por el Padre y su obediencia y satisfacción fueron
aceptadas en lugar de las de ellos, y ambas gratuitamente y no por cosa alguna
que haya en ellos; entonces, su justificación es solamente por pura gracia,
para que tanto la estricta justicia, como la rica gracia de Dios, sean
glorificadas en la justificación de los pecadores.
C.R.Y&S.-
La Manipulación no consiste en traducir a lenguaje de las bestias el lenguaje
de los hijos de Dios. La Maldad existe en la reducción de la Redención de
Jesucristo a una Raza de Elegidos nacidos para disfrutar del status de libertad
y de riqueza que los diferencia de quienes, además de nacer para ser esclavos y
vivir en pobreza, están predestinados desde antes que Dios creara los Cielos y
la Tierra a ser arrojados al Infierno.
¿Tiene
algo de extraño que el Diablo no pueda pronunciar el Nombre de nuestro
Jesucristo?
¿Miento?
Leed:
C.W.-“Dios, desde la eternidad,
decretó justificar a todos los elegidos, y en la plenitud del tiempo, Cristo
murió por los pecados de ellos y resucitó para su justificación. Sin embargo,
no son justificados hasta que Cristo les es realmente aplicado, por el Espíritu
Santo, a su debido tiempo”
C.R.Y&S.-
El Nazismo de esta Raza de Elegidos es exhalado por la piel de cada letra, de
cada palabra de esta frase lapidaria en la que elevándose ellos al Trono de
Dios arrojan a los demás a los pies del trono del Diablo. Pero hay aún más. Los
elegidos son los predestinados sólo y únicamente si se ponen de rodillas ante
los divinos. De aquí que diga : Sin
embargo, no son justificados hasta que Cristo les es realmente aplicado, por el
Espíritu Santo, a su debido tiempo.
No
sólo le dicen a Dios que se aparte a su Hijo Jesucristo de su Isla sino que
además le dicen cuándo debe aplicar los beneficios de la Fe a quienes desde la
Eternidad ha predestinado a ser siervos de esta Asamblea de dioses escribiendo
sus Artículos con la sangre que mana de las espadas de los ejércitos de
Cromwell.
No
existe una Reforma en la Iglesia, no se computa como Reforma en el
Cristianismo. Se produce una Rebelión contra Jesucristo. Se le acusa de no
haberle quitado a Pedro su Jefatura tras sus Negaciones. La Rebelión de las
naciones contra Jesucristo se formaliza en la Guerra de los 30 Años. El
Edificio creado por Jesucristo es atacado desde dentro. La Iglesia que Él
levantó con su Palabra Todopoderosa fue expuesta a maremotos, diluvios,
terremotos, según ya su Padre se lo había mostrado en su Doctrina del reino de
los cielos.
¡Cómo
puede ser derribado lo que el Hijo de la Sabiduría levanta!
La
cuestión quedaba en el aire : ¿Resistiría esta Obra un terremoto fratricida
interno con notas de genocidio sin misericordia?
Dios
le dio a sus hijos de los Cielos ver la Divinidad de su Unigénito haciéndole la
Estrella de la Creación. A sus hijos de la Tierra verla en el despliegue de Todopoder que sin límites puso delante de sus ojos. A todos
los hombres del Futuro nos ha dado a ver esa Divinidad en la Invencibilidad de
su Esposa, la Iglesia Católica. Atacada sin descanso externamente por la Muerte
superó los primeros Mil años. Romanos, bárbaros, musulmanes, un diluvio de
naciones conjuradas a muerte contra el Cristianismo se estrelló contra los
Muros de su Reino en la Tierra. Con el segundo milenio el ataque de destrucción
comenzó desde dentro. El Cisma de Bizancio, la Reforma y el Imperio Otomano
ambos conjurados a una para destruir el Catolicismo. Guerra Mundial Europea,
Revoluciones Ideológicas, Guerras Mundiales, Ateísmo Científico. Mil años de
terremotos internos han pasado y el Edificio levantado por Jesucristo sigue de
pie. Quien no quiere ver en Él a Dios es un ciego. Y puede firmar esta nueva
sentencia:
C.W.-“Dios continúa perdonando los
pecados de aquellos que son justificados; y aunque nunca caigan del estado de
justificación, sin embargo, por sus pecados, pueden caer bajo el desagrado
paternal de Dios, quien no les restaura la luz de su rostro hasta que se
humillen, confiesen sus pecados, imploren su perdón y renueven su fe y
arrepentimiento”.
C.R.Y&S.-
Una vez más la astucia de este lobo hambriento de poder quita de en medio a
Jesucristo y dirige Sus rebaños a su cueva. Jesucristo confirió al Nuevo
Sacerdocio el Poder de perdonar los pecados. ¿por qué no iban ellos a
conferirse entre ellos este Poder?
Conocedor
de que el rebaño al que se dirige esta Confesión es un rebaño de brutos, cierra
este artículo diciendo:
C.W.-“Bajo el Antiguo Testamento, la
justificación de los creyentes era, en todos sus aspectos, una y la misma que
la justificación de los creyentes bajo el Nuevo Testamento”.
C.R.Y&S.-
Sólo alguien inspirado por el Diablo e instalado en el Odio a Jesucristo podía
y puede repetir y hacer suya esta sentencia. Decir que la Justicia en la Ley
del Viejo Templo y la Ley de la Gracia en el Nuevo Templo actúan bajo la misma
operación de justicia es una rebelión abierta contra el Hijo de Dios, ergo:
contra Dios Padre. Creer que vive en el Espíritu Santo quienes se alzan contra
Dios y su Hijo, aun para un bruto es mucho creer.
HIJO DE DIOS
La
Creación en cuanto Acto de Revolución, en razón del cual dice Dios de Sí Mismo,
“Yo fui formado y no habrá otro después de Mí”, determinó el Traspaso del Origen
del Movimiento en el Cosmos de las Manos de la Sabiduría Increadora a Sus Manos. Por su Victoria sobre la Mortalidad, Dios devino una sola Realidad
con el Infinito y la Eternidad.
Espacio,
Tiempo y Materia unieron su Entidad a Dios en cuanto la Fuente de la Energía
del Origen del Nuevo Cosmos, en el que la Mortalidad, vencida, no tiene cabida.
Este
Traspaso de Origen tuvo su Fuente en el Amor del Ser Divino Increado por la
Vida. En este Principio de Pasión y Amor del Creador por su Creación se basa la
Existencia de todos los seres.
Cuando
Calvino, padre del Presbiterianismo y de las iglesias puritanas, dicen de Dios
tener una Voluntad Bipolar, y a unos crea para ser destruidos y a otros para
destruir, sus discípulos acusan a este Dios Señor de la Sabiduría Increadora, cuya Mano guió la
Formación de Dios en la Ciencia de la Creación, de no tener nada que ver con
Jesucristo.
Pero
nosotros leemos todo lo contrario, y sólo quienes se sacan los ojos
voluntariamente y les sacan los ojos a sus hijos para que no vean lo que es
evidente, nosotros leemos con los ojos de nuestra Cara la Declaración de la
Unidad Eterna entre Jesucristo y Dios cuando Él dice : “El que me ve a mí, ve
al Padre”.
Viendo
al Creador en Jesucristo, y de lo que se ve se comprende, al menos quien tiene
inteligencia, no que los brutos puedan, la Acusación contra Dios es un
boomerang que se revuelve contra la cabeza de quienes para defender sus
crímenes y sus genocidios acusan al Creador de ser al mismo tiempo ángel y
demonio.
Inútil
perderse en largas frases y dialécticas cuando tenemos al Padre en el rostro de
Jesucristo, y de lo que leemos podemos comprender lo que existe.
Las
preguntas son estrellas saliendo disparadas de una galaxia de inteligencia en
expansión. Las respuestas están en la Lectura. La conclusión es firme: ¿Quién
volverá a acusar a Jesucristo de ser mitad ángel mitad demonio?
Quien
acusa a Dios de Crear para destruir parte de su Creación acusa a Jesucristo de
ser ese Ser Maligno que desde Antes del Principio de la Creación conoce a quien
va a regalarle el Cielo y a quienes va darle por futuro el Infierno.
Nadie,
sino un verdadero bruto, puede sostener esta Acusación contra Dios teniendo
delante a Jesucristo si no es prestándole su Voz a su Enemigo.
Siempre
se puede rechazar la Palabra de Jesucristo y acusar a la Iglesia Católica de
haberse inventado esta Declaración de Unidad Eterna entre Jesucristo y Dios,
Señor de la Eternidad y del Infinito, Creador del Nuevo Cosmos, que nos
presenta su Verdadero y único Rostro en el de su Hijo.
El
problema es que para defenderse de la Acusación contra Jesucristo y Dios
llamando a la Iglesia Católica una Farsante, manipuladora de la Biblia, en la
que incluye esta Declaración por las que Jesucristo se declara el Igual de
Dios; el problema es que el Texto Original escrito por los Evangelistas y
preservado para todas las iglesias y naciones por la Iglesia Católica, ese
Texto Original existe. Y en ese Texto Original se lee esta declaración de
Unidad entre Dios y Jesucristo.
Sin
ir más lejos los Judíos se escandalizaron al oír esta Declaración. El hecho de
declararse Jesucristo el Igual al Dios Creador fue la base de la Sentencia a
Muerte de Jerusalén.
“Quien
ve al Hijo ve al Padre”, revela que hay un solo Dios y Dos Personas de la Misma
Naturaleza.
Quien
ve a Jesucristo ve a Dios, Padre e Hijo. ¿Cómo entonces acusar a Dios de ser
mitad demonio mitad ángel teniéndole delante?
El
Acto de la Creación de la Vida es, como nos lo revelaron los Apóstoles y sus
Discípulos los Obispos, una Llamada de Dios al Universo para llenar el Nuevo
Cosmos, que Dios transforma en su Paraíso, de toda suerte de seres. No existe
en su Corazón ni una partícula infinitesimal de Sentido de Destrucción. La
Creación es Universal y absolutamente todas las criaturas son dadas a luz para
vivir por la Eternidad en el Paraíso de su Creador. Esta es la Doctrina de
Jesucristo, que enciende el espíritu de los Apóstoles e incendia el Mundo
Romano hasta su Conquista por la Iglesia. Es esta Visión en Jesucristo de Dios
Padre, Señor de la Sabiduría Increadora que
revoluciona al Mundo Romano y al Bautizarse según el Sacramento Católico se
prepara para el Día Después de su Caída.
La
Acusación de Calvino contra Dios Padre justifica al Diablo y condena a
Jesucristo por Mentiroso al hacerse Igual a Dios, y decir que viéndole a Él
vemos a Dios.
“¿Tanto
tiempo hace que estoy con vosotros, Pedro, y aún no me habéis visto?”.
La
Adopción de esta Acusación Maligna, ser Jesucristo un Mentiroso, adoptada por
Escocia e Inglaterra las conduce a la Guerra Civil y a declararle la Guerra a
la Europa Católica de cuya tierra surgieran los Nuevos Apóstoles que de la Mano
de Gregorio Magno cruzaron el Canal para conquistarle a su Señor y Rey,
Jesucristo, un Nuevo Pueblo.
Pero
seguir escarbando en esta tumba es desenterrar huesos a la espera del Juicio de
este Jesucristo que los levantará para que le repitan a la cara que Él es un
Mentiroso, que quien le ve a Él no ve al Padre.
Si
pues en Jesucristo no existe aquél “dios oculto” de la rebelión Luterana y
Calvinista origen de la iglesia anglicana, madre de la Presbiteriana y de la
Puritana, la Acusación de esta Asamblea de los Divinos contra Dios, al que
acusan de Predestinar desde Antes de la Creación de los Cielos y de la Tierra a
unos para el Paraíso y a otros para el Infierno, es una Acusación que pesa
sobre sus cabezas y sobre la de todo el que la abraza; quienes no adjuran de
esta Acusación y regresan a la Obediencia de la Unidad de Espíritu entre todas
las naciones cristianas, se abraza al Diablo.
Que
Dios predestina a unos para hacer un trabajo, ¿quién lo duda?
Esta
Predestinación se entiende como el padre que tiene muchos hijos y llama a uno
para que vaya a hacer un trabajo, y a otro para hacer otro, y a otros los deja
en casa. Esta Predestinación actúa siempre en el espíritu jesucristiano.
Dios
no envía a sus hijos para su destrucción. Y a quienes Él envía Él mismo dota de
toda la fuerza necesaria para cumplir su trabajo. Más grande es ese trabajo más
poderosas son las herramientas que le otorga a sus hijos. Es lo que vimos en el
hijo del Hombre y después en sus Apóstoles. Según el trabajo así las
herramientas; según el fin, así los medios que Dios pone a disposición de sus
hijos. Pero en fin, esta es doctrina apostólica, según la cual Dios predestina
en esta razón. El trabajo a hacer Dios lo anticipa y en esta razón engendra en
el hombre a quien ha de realizarlo.
Cualquier
pensamiento más allá de esta Doctrina que el Hijo de Dios encarna es un
pensamiento que va del error a la rebelión y de la rebelión a la locura del que
para justificar su ignorancia se atreve a defender al Diablo acusando a Dios de
ser el Autor Intelectual del Acontecimiento de la Caída.
Dios
no predestina al Homicidio. Lo vemos en Jesucristo. Prefiere morir a matar.
Para que esta elección no se debilite Dios engendra desde el seno para que las
fuerzas no flaqueen y el trabajo para el que se ha nacido, se realice.
La
Predestinación es un Acto Particular de Dios sujeto a un trabajo individual
específico. Dios no predestina para tocarse la barriga. Lo vemos en los
Profetas. Desde el punto de vista del placer la vida de ellos es la vida de un
miserable. Siempre expuestos a la ira del Poder.
Los
Apóstoles viven esta misma Predestinación Exclusiva. Y son dotados de la fuerza
viva que los conducirá a la ira del Poder.
De
donde se ve que no existe una Predestinación al Homicidio. Ni existe una
Predestinación Masiva sino en el seno de la Creación Universal, y ésta Llamada
Universal en el seno de la Naturaleza Jesucristiana,
que abre su Corazón a todo el mundo, sin excepción.
La
Predestinación en el Sentido Apostólico es un Acto Individual de la naturaleza
del padre que manda a un hijo a hacer el trabajo para el que está capacitado
mejor que sus hermanos, sin que esta elección suponga en absoluto un desprecio
a sus hermanos.
En
este Espíritu Jesucristiano no cabe el sentido de la
predestinación acorde a estos “Divinos” discípulos de Calvino, que, siguiendo
en la demencia de quien se atreve a acusar a Dios de ser el Autor Intelectual
de la Caída, dicen:
C.W.- “A todos aquellos que son
justificados, Dios se digna en hacer partícipes de la gracia de la adopción en
y por su Hijo Unigénito Jesucristo. Mediante esta gracia, los justificados son
recibidos en el número de los hijos de Dios y gozan de sus libertades y
privilegios, son marcados con el nombre de Cristo y reciben el Espíritu de
adopción, tienen libre acceso al trono de la gracia y son capacitados para
clamar, Abba, Padre. Son compadecidos, protegidos, cuidados y castigados por
Él, como por un Padre, pero nunca son desechados, sino que son sellados para el
día de la redención y heredan las promesas, como herederos de la salvación
eterna”.
C.R.Y&S.-
Nada nuevo bajo el sol. El Confesor repite lo consabido, para enseguida
aislarse en su Isla de Terror contra el resto del mundo.
Tampoco
nada nuevo en el espíritu de las tinieblas. El Confesor se levanta hasta el Trono
de la Gloria de Jesucristo. El Confesor se sienta en el Trono del Hijo de Dios,
se cree Igual a Él.
En
su Orgullo Sangriento la Criatura se sienta en el trono de su Creador. No le
basta la Adopción que viene de la fe, sino que reclama la Igualdad con el Hijo
Unigénito de Dios.
Su
demencia es fatal. Declara que los hijos de Dios disfrutan de “libertades y
privilegios” sobre los demás Ciudadanos del Reino de Dios.
Es
un bruto, no tiene inteligencia, no entiende que la Negación de Dios al
disfrute de “libertades y privilegios” exclusivas de los dioses fue la Negación
contra la que se rebelaron Satanás y sus hermanos rebeldes. Esa Negación de
Dios, en cuanto Padre, a separar a sus hijos de los Ciudadanos de su Reino,
elevándolos a libertades y privilegios negados a toda su Creación, esta
Negación fue la Causa que determinó la Rebelión contra Dios, en los Cielos
primero y en la Tierra finalmente.
Hay
que repetirlo mil veces, si necesario. El Primer Hombre fue una marioneta en
las manos de seres de otros mundos, hijos de Dios, cierto, pero Ciudadanos de
un Reino Universal creado por el Dios de los Cielos cuya Ley comprende a todos,
sin excepción, en el Marco de un derecho Común y unos Deberes Generales.
Ser
hijo de Dios no eleva a una criatura sobre la otra. El propio Dios Hijo
Unigénito, en tanto que Rey, es decir, Ciudadano del Reino de su Padre, dobló
las rodillas ante esa ley por la que la Paz Universal, establecida sobre la
Justicia, hace crecer a todo Ser y lo sostiene para la vida eterna.
En
el Orgullo que nace del aplastamiento sangriento de todo el que se opone a su
pensamiento, el Confesor se une al Diablo en su “reclamación de disfrute de
unas libertades y privilegios que Dios le niega a todos los Ciudadanos de su
reino, incluso al Rey, su Siervo”.
El
Confesor engaña a todo el pueblo y reclama, como recompensa a la adhesión a
este Diabólico Manifiesto cuya naturaleza demencial se esconde tras la
Celebración de una “Asamblea de Santos”, unas libertades y privilegios que Dios
negó, niega y negará eternamente.
La
Ignorancia salvaje de esta Asamblea de brutos divinos toca su techo cuando
afirma que sus adoradores “son sellados
para el día de la redención y heredan las promesas, como herederos de la
salvación eterna”.
Afirma
esta Asamblea que la Redención no se ha producido. En su animalidad bestial
declara la predestinación anterior a la Redención, de manera que haciendo
innecesario el Sacrificio del Cordero de Dios, ya operado, en lógica niega la
Misa y la declara un acto satánico.
Lógico.
Quien tiene en el Diablo la fuente de su pensamiento, lógico que declare la
Misa un acto diabólico, y niegue la Redención como Hecho Consumado, hecho que
se producirá en el futuro, y entonces en ese futuro esta Asamblea de Divinos
Predestinados al Homicidio en masa de todos los Cristianos de las Islas,
críticos con esta elevación de “los Divinos” al trono de su rey, serán
herederos de las promesas de la Salvación.
Lo
cual nos lleva a decir, ¿qué promesas son ésas? Pues de la Mano de su Iglesia
la Promesa de Jesucristo a la Fe es la vida eterna. ¿De qué promesas hablan
estas bestias?
¿De
qué libertades y privilegios quieren gozar “estos divinos” que pueda superar a
una vida eterna a la luz de la Ley de un reino cuya Justicia tiene en el Amor
del Creador por su Creación su Corazón, su Fuente, su Estrella?
¿Estaban
bien de la cabeza los firmantes?
¿Están
bien de la cabeza quienes se adhieren a esta Declaración de Rebelión contra la
Igualdad de todos los Ciudadanos, con independencia de su situación social en
el Reino de Jesucristo?
¿O
no escucharon lo que está escrito?: “Mi Reino no es de este Mundo”.
En
Su Reino no hay libertades exclusivas ni privilegios particulares. Todos, por
Derecho de Creación, somos hijos de Dios, y todos, sin excepción, disfrutamos
de las mismas libertades en el Marco del Derecho Universal, en el que
Privilegios de un Ciudadano sobre los demás no tiene cabida.
Quienes
se declaran Divinos debieran saber esto. Pero quienes viendo a Jesucristo no
ven a Dios, es natural que busquen en el Diablo la imagen de su padre. De donde
debiera cada cual buscar en este Jesucristo qué ven de Mal y en qué pueden
acusarle de ser un depravado demonio que eligió a sus Discípulos para
predestinarlos al Martirio.
Desde
la mentalidad del Diablo, abierta a Calvino y sus discípulos, la Predestinación Jesucristiana Apostólica pudiera compararse a la
Caída.
Confiaban
los Elegidos por Jesucristo en ser los ministros del rey hijo de David,
siguieron al Mesías como los Héroes que acompañan a David a su trono, y cuando
fueron a recoger las mieles de la gloria soñada se encontraron en las bocas de
los leones, a la vanguardia de un pueblo inocente entregado al matadero.
En
definitiva es lo que vino a suceder en el Acontecimiento de la Caída. El primer
reino que surge en la Historia avanza hacia una Civilización Mundial que
abrazará a todas las familias de la Tierra. No hay nubes en el horizonte. El
Futuro es brillante. El Paraíso extenderá a las Cuatro Regiones su Ley. Gloria
bendita es lo que le espera a la Casa del rey.
De
repente el firmamento se viste de negro. El rey es llevado al calvario como un
criminal más. El Elegido es sentenciado a muerte como un traidor más. Las
tinieblas cubren el mundo. El sueño se hace pesadilla.
Ya
es demasiado tarde para echarse atrás. ¿Qué pasará ahora? La cuestión ronda sus
mentes. Lo saben, Dios los ha predestinado para seguir a su Maestro a la Cruz.
¿Irán o no irán?
Aquí
nace el pensamiento sobre la Predestinación. ¿Quién quiere ser predestinado?
Los
Profetas mueren y llevan vidas miserables. Los Apóstoles viven con la Cruz. No
vemos que Dios predestine a nadie para matar a su hermano, ni para acometer el
genocidio de sus vecinos. Cuando Dios predestina lo hace al Calvario, a un
camino largo y estrecho que nadie excepto al que Él ha predestinado desde el seno
de sus padres puede soñar con sufrir. Vencer y levantarse como Vencedor.
Dios
no predestina al Diablo a Traicionarle. Satán se predestina a sí mismo al
Homicidio desde el momento que se levanta contra la Ley del Creador: “No
declararás la guerra contra tu hermano. No le mentirás. No lo engañarás. No lo
envidiarás. No cometerás falso testimonio…”. No es la Ley de Moisés, es la Ley
del Creador para toda su Creación, que, articulada como Reino, hace de todos
los Pueblos sus Ciudadanos.
No
hay libertades y privilegios para nadie que no sean las libertades y los
privilegios que vienen del Derecho Universal.
El
Derecho de Creación es restaurado por la fe en Jesucristo y deviniendo
Ciudadanos de su reino disfrutamos de los Derechos Divinos a la Libertad, a la
Paz, a la Vida eterna. ¡Qué más puede pedir su Creación!
¿Sentarse
en el Trono de la Gloria del Rey?
Esta
es la Envidia que movió a Satán, querer sentarse en el trono de Jesús.
Que
cada cual se juzgue a sí mismo. El que se sujete a ser juzgado, que tiemble.
El
juicio de Dios sobre todos los que siguen a Calvino, sea desde el
Presbiterianismo o el del Anglicanismo o el del Puritanismo, que acusan de
Predestinación Bipolar Maligna a Dios es: “Destierro Eterno de su Reino y
Creación”.
Reconocer
el error no es permanecer en la posición conquistada sobre la sangre de los
hermanos. Ha querido Dios que su Misericordia sea efectiva en la Unificación de
todas las iglesias en el Árbol de la Vida, cuyo Tronco es la Iglesia Católica.
La
Iglesia es la Viña, Dios es el Viñador. Este ya tiene en su mano el hacha con
el que cortar las ramas muertas.
Cada
cual elije su predestinación, quien para la Vida, quien para la Muerte.
Dios
llama, El no Predestina sino a quien le sirve de Voz.
LA SANTIFICACION
Todos
y cada uno de los hombres y mujeres que participaron en la Reformas, sean Papas Pornócratas, por cuyas culpas fue deshonrado el
Nombre de Jesucristo, sean reyes perpetradores de homicidios en serie, sean
teólogos llamando a la guerra de exterminio de los cristianos de siempre, sean
militares genocidas, todos sin excepción habrán de responder delante del Juez
al que despreciaron y cuyo Nombre mancharon con sus guerras, sus prostituciones
y sus demenciales pensamientos.
Pero
si hay algo que maravilla y es causa suficiente para levantar todo un monumento
a la ciencia del comportamiento psicopático del pensamiento religioso es este
artículo SOBRE LA SANTIDAD en el que hombres que llevaban medio siglo
devorándose entre ellos se atrevieron a llevar su desvergüenza, su hipocresía y
su desprecio contra el mismo Jesucristo, contra el que escribieron un artículo
pidiendo la Abolición de arrodillarse ante su Nombre.
Cosa
curiosa en verdad la Historia de la Revolución Religiosa Inglesa.
Igualmente
de curioso es el método de los Historiadores.
Aquellos
que vencen escriben la Historia acorde a sus intereses, ocultando sus crímenes
en el mérito que supone matar a quienes les pidieron a gritos ser asesinados.
Los Verdugos se erigen en la Vara del Poder Divino.
Pero
la Historia acaba liberándose de las mazmorras en las que los reyes y sus
adoradores la encierran y la Verdad sale a luz para la vergüenza y humillación
de quienes llevaron su demencia asesina al punto de santificar sus manos
metiéndolas en el plato de Pilatos.
La
Historia de los siglos Siglo XVI y XVII Inglés fue un Orgía fratricida que
quisieron ocultar las Escuelas de Historiadores Oficiales del Reino Unido en
categorías religiosas como si por ser Católico el Inglés perdiese ipso facto la
Sangre de sus antepasados. Matar a Católicos no era un acto fratricida. Cuando
luego los Católicos abrieron la veda de la venganza sí eran Ingleses los que
morían. Cuando los Anglicanos recogieron el hacha de la Sangre contra Católicos
y Anabaptistas, y los Presbiterianos contra los Anglicanos y los Católicos, y
más tarde Puritanos contra todos, parece que no fueron los Ingleses quienes
fueron masacrados una vez y otra por sus propios hermanos.
Debemos
reconocer en el Historiador inglés una virtud. Su escuela ha marcado época por
ser capaz de borrar de la Memoria del Reino Unido sus Crónicas Fratricidas y
saber presentar sus Genocidios como Odiseas Divinas. Pocas Escuelas de
Historiadores pueden jactarse de haber alcanzado tal técnica de lavado de
cerebro Nacional.
Pero
como digo la Historia está ahí para ser leída. Las Revolución de la
Comunicación a través de Internet ha desbloqueado el acceso a la Memoria de las
Naciones. La lectura de la Memoria de Inglaterra desde Enrique VIII hasta la
muerte de Carlos I es una maravilla de manipulación grotesca. La verdadera
naturaleza de aquellas hordas religiosas asesinas que Enrique VIII desató en
las Islas Británicas se ve en la elección que tantos hicieron de preferir el
destierro voluntario al otro lado del Océano a seguir sufriendo el infierno en
que la Inglaterra de la Reforma se había convertido.
La
maravilla reside en el fenómeno de transformación de un Siglo de Terror
Fratricida en Leyenda Épica.
Al
final uno se pregunta. ¿Y todo por qué?
La
respuesta es clásica: Todo por una mujer.
Aquel
asesino en serie que mataba reinas para culpar de su demencia sifilítica a sus
víctimas no fue lo bastante hombre para ser un feliz divorciado. Su demencia
asesina se corrió como la pólvora y el pueblo Británico hizo bueno el dicho:
“Hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza”, de manera que quitando a
Jesucristo como Modelo y poniendo a un siervo del Diablo, las famosas crónicas
de la Revolución Religiosa Inglesa acabaron siendo las hazañas bélicas de
hordas de caínes hambrientas de carne y sangre de
Abel, sus hermanos. La confesión no era importante, lo importante era la orgía
fratricida.
Un
siglo de persecuciones constante entre Ingleses de nacimiento y cuna, cuyos
padres remontaban sus orígenes cristianos a siglos, trajo a Westminster una
Asamblea de pseudoteólogos con los vestidos cubiertos
de sangre, para hablar de santidad. Alucinemos:
C.W.- “Los que son eficazmente
llamados y regenerados, al tener un nuevo corazón y un nuevo espíritu creado en
ellos, son además santificados real y personalmente, en virtud de la muerte y
resurrección de Cristo, por su Palabra y su Espíritu que mora en ellos: el
dominio de todo el cuerpo de pecado es destruido, y los diversos deseos de éste
son debilitados y mortificados más y más. Así, los santificados son vivificados
y fortalecidos más y más en todas las gracias salvíficas, para la práctica de
la verdadera santidad, sin la cual nadie verá al Señor. Esta santificación
abarca cada parte de la persona total; pero es incompleta en esta vida, pues
aún quedan algunos remanentes de corrupción en cada una de sus partes; de donde
surge una guerra continua e irreconciliable: los deseos de la carne contra el
Espíritu, y el Espíritu contra la carne. En dicha guerra, aunque los restos de
la corrupción prevalezcan mucho por algún tiempo; sin embargo, la parte
regenerada vence, mediante el continuo suministro de la fuerza del Espíritu
santificador de Cristo; de manera que los santos crecen en gracia,
perfeccionando la santidad en el temor de Dios”
C.R.Y&S.-¿No
es alucinante que la santificación se base en el número de crímenes que en
Nombre de la Iglesia Nacional se realice sobre la sangre de los hermanos?
Venían
de devorarse entre ellos. El más santo de entre ellos era el que más carne
humana había devorado y más sangre inglesa había bebido.
El
Celo por la Religión se manifestaba sobre el crimen fratricida. Expertos
hipócritas escudaban sus delitos en la santidad que procede de ese celo por la
Religión de la Isla que ordenaba la muerte de todos los enemigos de los que en
ese momento se subían al trono de la gloria. Y éstos asesinos de sus hermanos,
con el traje chorreando de sangre, la sangre de sus hermanos aun fresca, se
atrevían a hablar de Santidad en nombre de la religión nacional.
“Los que son eficazmente llamados y
regenerados…” dicen. Según esto la Llamada de Dios a la Fe es todopoderosa
a medias. No es plenamente eficaz. La eficacia de la llamada Divina es
relativa. Su eficacia depende del hombre. No es Gracia Divina. No es el Todopoder de quien llama la que la hace “Eficaz”, es la
respuesta del hombre la que tiene misericordia de Dios y la hace “eficaz” para
que no resulte impotente su Verbo.
Eficacia
que, de todas formas, “es incompleta en
esta vida”. De donde se ve que sólo será completa, en opinión de estos Caínes consumados, cuando todos los Abeles sean extirpados. En esta vida esto es imposible. Reconoce el Confesor. En la
otra vida esta santificación que procede de la eliminación universal absoluta
de los herejes católicos y demás especies cristianas será completa.
¿Pero
de verdad tan bruta es la inteligencia presbiteriana para permanecer impotente
y arrodillarse ante quien les prohibieron arrodillarse, Jesucristo?
Ciertamente
maravilla estas congregaciones presbiteriana en las que todos permanecen
sentados y ninguno jamás se arrodilla ante el Rey de los Cielos y Señor del
Universo, Jesucristo.
La respuesta está aquí:
In the worship of the Church the usual objections of
the Puritan party were put forward. The sign of the Cross was not to be made in
the service for Holy Baptism. The reverence at the Name of Jesus was not to be
enjoined.
Estas dos medidas esencialísimas, sin las que no existe el
Cristiano, ni la Iglesia: Bautizar en el Nombre de la Cruz y doblar las
Rodillas ante el Rey de los Cielos, (entre otras tan anticristianas como estas
dos), les fueron presentadas a Jacobo I. Tras la Guerra Civil, la religión
triunfante de Cromwell bautiza no en el Nombre de la Cruz, y abole la Adoración
del Nombre de Jesús. Las iglesias presbiterianas trasplantadas a las Américas
continuaron aquella Actitud Anticristiana en la que se descubre, según tales
discípulos del Maligno, la santidad de los santos.
Y estos hipócritas hablan de Santidad en el Artículo Trece de
esta Confesión.
Aborrecen la Cruz, Origen del Cristiano, y prohíben la veneración
del Nombre del Hijo de Dios, Jesucristo, en quien vive el Espíritu Santo. Y
maravilla de maravillas, se declaran más cristianos que Cristo.
La Santidad de la que hablaron estos “divinos” y la Santidad a
la que llama Dios cuando dice: ¡”Sed santos porque yo soy santo”, son dos
mundos tan diferentes como el Cielo lo es del Infierno.
¿Necesario decir algo más sobre el origen de este Capítulo 13?
Veamos el siguiente:
LA FE SALVADORA
C.W.- “La gracia de la fe, por
medio de la cual los elegidos son capacitados para creer para la salvación de
sus almas, es la obra del Espíritu de Cristo en sus corazones, y es
ordinariamente efectuada por el ministerio de la Palabra. Por la cual también y
por la administración de los sacramentos y la oración, la gracia de la fe es
incrementada y fortalecida.
C.R.Y&S.-
Mediante esta fe el cristiano cree que es verdadero todo lo que está revelado
en la Palabra, por la autoridad de Dios mismo que habla en ella; y actúa en
forma diferente según lo que contiene cada pasaje en particular, produciendo
obediencia a sus mandamientos, temblor ante sus amenazas, aceptación de las
promesas de Dios para esta vida y para la venidera. Pero los principales actos
de la fe salvadora son: aceptar, recibir, y descansar solamente en Cristo para
la justificación, santificación y vida eterna, en virtud del pacto de gracia.
Esta
fe es diferente en grados, o débil o fuerte. Puede ser atacada y debilitada con
frecuencia y de muchas maneras, pero obtiene la victoria; y en muchos, crece
hasta la obtención de una completa seguridad a través de Cristo, quien es el
autor y consumador de la fe”.
Y
digo yo: Pues si la Palabra de Dios es Verdadera, ¿cómo se niega la Voluntad
del Padre que es que el Hijo sea adorado como lo es Dios?: “El que no adora al
Hijo no adora al Padre”.
¿Y
cómo lo adorará quien prohíbe inclinando sus rodillas ante la Majestad Divina
de Jesucristo la veneración de su Nombre?
El
hipócrita es aquel que manda hacer lo que dice pero él no hace lo que manda
hacer a los otros. Éste en concreto manda creer en la Palabra de Dios y sin
embargo se niega a doblar sus rodillas ante el Hijo de Dios, Nuestro Rey
Sempiterno, a quien su Padre le ha dado el Poder Absoluto sobre la Vida de su
Creación entera.
El
Decreto del Señor del Cosmos está escrito: “Toda rodilla se doble ante el Rey,
mi Hijo Amado”. Decreto del que se entiende que quien no doble sus rodillas
delante de su Hijo no entrará en Su Reino.
Esta
Negación es la que ha provocado el Destierro de quien fuera creado y formado
para ser hijo de Dios, y en su Envidia del Primogénito se negó a someterse a su
Corona.
“Nada
salva ni nadie tiene salvación sino en el Nombre de Jesucristo, ante el que
toda la Creación dobla sus rodillas” dice Dios. Pero esta Asamblea de
Hipócritas niega la Adoración del Nombre en el que toda Criatura tiene la vida
eterna. De aquí que en el Presbiterianismo nadie doble sus rodillas ante el
Hijo de Dios. Y no haciéndolo ni uno solo, ni más santo ni menos santo, entrará
en el Reino de Dios.
Analizar
la palabra que sale de la boca de Satanás es un ejercicio de orgullo conducente
a la perdición, y por esto le dice el Hijo de Dios a Satanás “Vade retro”.
Ejemplo
que seguiré al pie de la letra cada vez que el Diablo invite a analizar lo que
delante de Dios es inconfesable.
Maravilla
es que un bruto se crea un dios, pero más maravilla es que toda una nación que
se niega a doblar sus rodillas delante del Dios que con su Todopoderosa Palabra
creó la Luz, el Firmamento y todo lo que viste la Tierra, las doble ante ese
bruto.
En
el ejercicio de su brutalidad divina, sigue escribiendo “contra el poder de
perdonar los pecados por Jesucristo otorgado a sus Sacerdotes”
EL PECADO CONTRA DIOS
C.W.- “El arrepentimiento para vida
es una gracia evangélica, cuya doctrina, así como aquella de la fe en Cristo,
debe ser predicada por todo ministro del evangelio. Mediante este
arrepentimiento, un pecador, movido no sólo por la visión y sentimiento del
peligro, sino también por la inmundicia y odiosidad de sus pecados — ya que son
contrarios a la naturaleza santa y justa de la ley de Dios — y al comprender la
misericordia de Dios en Cristo para con los arrepentidos, se entristece a causa
de sus pecados y los aborrece de tal modo que renuncia a todos ellos y se
vuelve hacia Dios, proponiéndose y procurando caminar con Él en todos los
caminos de sus mandamientos. Aunque no se debe confiar en el arrepentimiento,
como si fuese una satisfacción por el pecado, o una causa del perdón de éste,
pues el perdón es un acto de la libre gracia de Dios en Cristo; sin embargo, el
arrepentimiento es de tal necesidad para todos los pecadores, que nadie puede
esperar ser perdonado sin él. Así como no hay pecado tan pequeño que no merezca
la condenación, de la misma manera, no hay pecado tan grande que pueda traer
condenación sobre aquéllos que se arrepienten verdaderamente. El ser humano no
debe contentarse con un arrepentimiento general, sino que es deber de cada
persona procurar arrepentirse de cada de uno de sus pecados en particular. Así
como todo ser humano está obligado a confesar sus pecados a Dios en privado,
orando por el perdón de los mismos; pues, al hacer esto y al apartarse de ellos
hallará misericordia; del mismo modo, el que escandaliza a su hermano o a la
iglesia de Cristo, debe estar dispuesto a declarar su arrepentimiento a quienes
ha ofendido, en público o en privado, mediante confesión y muestra de dolor por
su pecado, y acto seguido, los ofendidos deben reconciliarse con él y recibirlo
con amor”.
C.R.Y&S.-¿De
qué están hablando “los divinos”? ¿Estaban fuera de su juicio o lo está quien
le da oídos?
¿Para
arrepentirse de los errores que uno comete, no importa su naturaleza, hay que
tener gracia evangélica? ¿Tan brutos eran los Ingleses en aquellos tiempos?
¿Y
cuál es esa doctrina de la Fe en Cristo que no es la de Jesús según la cual le
otorgó el Poder de perdonar los pecados a sus Sacerdotes?
Escrito
está: “a quien le perdonéis los pecados les serán perdonados”
¿Y
la Iglesia del Nuevo Sacerdocio, engendrada por Dios, moría con los Discípulos,
o fue levantada para vivir hasta el final de los siglos?
¿Cómo
se atreve nadie a ponerle el dedo en la boca a Dios? ¿Dónde queda este Poder
Sagrado por Dios otorgado a sus Siervos los Sacerdotes del Templo de Cristo en
esta doctrina de los “divinos”?
¿Aborrecían
a Dios por haberle concedido a los Latinos este Poder Sagrado o por no haber
esperado a los Anglosajones al rescate de su Hijo?
Como
aquellos Doctores de la Ley que anulaban la Ley de Moisés mediante una centena
de rodeos malignos, estos nuevos doctores anulan el Poder de la Ley de
Jesucristo empleando un nuevo camino, el del terror a su compromiso santo con
el crimen y el exterminio de todo el que se atreva a doblar las rodillas ante
Rey de los Cielos y mantenerse de pie ante los reyes de los divinos.
Toda
la palabrería de este Artículo 14 de los confesores tiene un solo objetivo,
despreciar a Jesucristo, negar el Poder de Perdón de los Pecados concedido por
Dios al Nuevo Sacerdocio. Como hipócrita que es el confesor se pierde en palabras
necias en el conocimiento de la alta brutalidad intelectual del pueblo
británico de la época. Los Valientes habían sido asesinados. Era la Hora del
reino de los cobardes.
Qué
sea pecado o qué no lo es, es cosa de la Doctrina de la Iglesia. Negar que la
Corrupción sacerdotal usase ese Poder Divino para fines anticristianos como las
Indulgencias por Dinero, poniendo precio a una Gracia concedida Gratuitamente,
es de cobardes sin cerebro. Pero negar este Poder como Gracia concedida por
Dios, Padre e Hijo en Unidad Perfecta, al Sacerdocio Apostólico Cristiano,
Herencia del Esposo a su Esposa, la Iglesia Católica, no es de cobardes, es de
suicidas altamente peligrosos, el suicida que quiere arrastrar a su horca a
todo el mundo.
La
doctrina de todos los hijos de Dios, de Ayer y de Hoy, sobre el Pecado es
firme. El Pecado, si no es confesado y absuelto por Dios en Cristo, arrastra a
la Muerte. Y cuando decimos a la Muerte no nos referimos a la Tumba, sino a la
pérdida del alma. Sobre lo cual hay mucho que decir y se dirá a su tiempo. Ahora
baste decir que expuestos todos a la ley de este mundo, perseguidos en cuanto
hijos de Dios por la Muerte, no quiso Dios abandonarnos a nuestra suerte en el
campo de batalla, sino que dispuso que nuestras heridas sanasen y nuestras
almas regresasen fuertes al campo de batalla del que fuimos retirados por un
tiempo, a fin de ahora con la experiencia del enemigo nuestro grito se vea
recompensado con las mieles de la victoria. Este es el Poder del Perdón de los
Pecados que Dios dispuso para quienes heridos por el Muerte en el campo de
batalla, retirados a recuperar fuerzas, una vez revivificados seamos su gloria
delante de todos los hombres. ¿Y en qué casa un hijo se recuperara de sus
heridas mejor que en la de su padre, y quién consolará su sufrimiento mejor que
su propia madre? Por esto Dios dispuso que la Iglesia sea Madre y sus hijos no
se sientan abandonados como efecto de las heridas sufridas por el aguijón de la
Muerte.
¿Pero
que podían entender de este Amor de Padre quienes contra ese Padre se alzaron
para negarle su Divinidad y su Gloria, y contra su Esposa abrieron sus bocas
para que el Diablo se expresase su odio contra el Rey delos Cielos?
Grande
y terrible será el Juicio contra éstos de perseverar en su Confesión.
Contra
ellos y sus discípulos presbiterianos de todo el mundo la Doctrina de Dios y de
sus Siervos e hijos permanece invicta : Los pecados contra Dios sólo Dios puede
perdonarlos.
La
mal llamada Reforma fue, en todos sus apartados, un Delito contra Dios: Delito
que sólo la Confesión ante Cristo, es decir, ante el Sacerdote Católico, puede
ser perdonado. Quien no doble las rodillas ante Cristo, perecerá. Como se verá
el Día en el que mi Padre juzgue “a todos los santos”.
JESUCRISTO
La
Reforma trajo al Mundo un Desprecio Absoluto por el Modelo que Dios nos dio, al
que Seguir y Edificar en nuestra Vida, para el Bien de nuestra Alma Eterna y de
nuestro Ser como Personas.
Si
al Principio Dios nos dio por Imagen a sus hijos, una vez la Caída superada y
la Redención consumada, nos ha dado un Modelo de Eternidad al que se pliega
absolutamente toda Criatura. Pudo habernos dado Dios a otro hijo para que nos
sirviese de Modelo, de Maestro, pero siendo su Hijo el Original al que toda su
Casa se conforma y tiene por Espejo en el que se contempla y ve a Dios en su
Ser, nos lo dio en Carne para que teniéndolo en Nosotros como Hombre tendamos
hacia Él y en la medida de nuestras fuerzas, que son todas en el Amor,
reconociendo Dios en Nosotros a su Hijo se alce como Padre, y la Adopción sea
perfecta, Plena y Eterna.
Nuestras
Obra son las Obras del Hijo de Dios, Nuestro Maestro, quien buscando la Salvación
de todos los hombres en la Verdad, nos ha hecho herederos de su Doctrina, por
la que su Espíritu es el nuestro y su Búsqueda es la nuestra. Fuera de esta Doctrina
no hay hijo ni siervo de Dios.
¿Qué
mayor Obra Buena hay que hacer la Voluntad de Dios? Y esa Voluntad es que todo
el mundo se salve. Y esta Salvación está en que todo el mundo crea en
Jesucristo.
Siendo
ordenada toda nuestra existencia a este propósito la Vida deviene Ley con la
naturalidad del árbol que da su fruto. ¿Quién es Lutero, o Calvino, o cualquier
otro hombre para levantar un Muro entre nosotros y la Imagen de la que vivimos,
y sujetarnos con argollas y cadenas a convenciones nacionales y confesiones
ideológicas aplicadas a cuestiones eclesiásticas? ¿No es todo Cristiano un
Ciudadano del Reino de los Cielos? ¿Obedeceremos a los reyes y poderes de la
Tierra o al rey de los Cielos?
La
Única Obra en la que se gloría Dios en el Hombre es que el Mundo crea en su
Hijo. Árbol que da su fruto, el fruto de este Árbol lo tenemos en vivo en el
Evangelio del Espíritu Santo. Basta hacer lo que el Héroe de los Evangelios
hizo para que seamos de Dios su gloria delante de los hombres. “Dar de comer al
hambriento, vestir al desnudo, consolar al que llora, visitar a los enfermos….”
Estas son las Obras por las que el hombre es bueno o malo delante de su
Creador. Todo lo demás son doctrinas de hipócritas, como la del héroe aquel de
la Reforma que quiso acabar con los pobres encarcelando a todos los pobres.
Así
esta Confesión de Divinos se apartó de Jesucristo, al que ya desterraron de su
confesión, cuyo Nombre no declararon ni una sola vez, y vistiéndose de
espíritus angelicales todo bondadosos les dicen a los brutos lo que es una
buena obra y la que no lo es.
Al
final esa obra buena era darles el Poder y el Oro.
Pero
leamos:
C.W.- “Buenas obras son sólo
aquellas que el Señor ha mandado en su santa Palabra, y no aquellas que sin la
autoridad de la Palabra, son inventadas por los seres humanos, debido a un
ciego entusiasmo, o bajo cualquier pretexto de buena intención. Aquellas buenas
obras realizadas en obediencia a los mandamientos de Dios son los frutos y
evidencias de una fe viva y verdadera: mediante ellas los creyentes manifiestan
su gratitud, fortalecen su confianza, edifican a sus hermanos, adornan la
profesión del evangelio tapan la boca de sus adversarios y glorifican a Dios;
son hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, para que llevando
fruto para santidad, tengan como fin la vida eterna. La capacidad de los
creyentes para hacer buenas obras de ninguna manera proviene de ellos mismos,
sino totalmente del Espíritu de Cristo. Y para que sean capacitados para buenas
obras, además de las gracias que ya han recibido, se requiere la influencia
real del mismo Espíritu Santo, que obra en ellos el querer y el hacer por su
buena voluntad: sin embargo, no deben volverse negligentes, como si no
estuvieran obligados a cumplir con ningún deber, a menos que haya un impulso
especial del Espíritu; sino que deben ser diligentes en avivar la gracia de
Dios que está en ellos. Aquéllos que por su obediencia alcanzan la altura más
grande que sea posible en esta vida, están tan lejos de ser capaces de hacer
más de lo que Dios requiere, ya que fallan grandemente en cumplir lo que por
deber están obligados a hacer. Mediante nuestras mejores obras, no podemos
merecer el perdón del pecado o la vida eterna de parte de Dios, debido a la
gran desproporción que hay entre ellas y la gloria venidera; y debido a la
infinita distancia que existe entre nosotros y Dios, a quien no podemos
beneficiar, ni satisfacer por la deuda de nuestros pecados anteriores, sino que
cuando hayamos hecho todo lo que podemos, no habremos hecho sino aquello que es
nuestro deber, y seremos siervos inútiles; y porque en la medida que son buenas
proceden de su Espíritu, y puesto que son hechas por nosotros, están manchadas
y mezcladas con tanta debilidad e imperfección, que no pueden soportar la
severidad del juicio de Dios.
No obstante, al ser aceptadas las
personas de los creyentes por medio de Cristo, sus buenas obras también son
aceptadas en Él no como si sus buenas obras fuesen, en esta vida, enteramente
irreprochables e irreprensibles ante los ojos de Dios; sino que Dios mirándolas
en su Hijo, se place en aceptar y recompensar aquello que es sincero, aunque
esté acompañado de muchas debilidades e imperfecciones. Las obras hechas por
personas no regeneradas, aunque por su esencia sean cosas que Dios manda, y
sean de buen uso para ellos mismos y para otros; sin embargo, puesto que no
proceden de un corazón purificado por medio de la fe, no son hechas de manera
correcta de acuerdo con la Palabra ni para un fin correcto, el cual es la
gloria de Dios. Por lo tanto estas obras son pecaminosas y no pueden agradar a
Dios, ni hacen que una persona sea apta para recibir la gracia de Dios; y no
obstante, su descuido de las buenas obras es más pecaminoso y desagradable
delante de Dios”.
C.R.Y&S.-
Palabras de las que se desprende que la Obra de Dios, creer en su Hijo, no
tiene ningún valor. La verdadera obra buena que se reclama en la Rebelión
Inglesa contra Jesucristo es creer en quien tiene la Espada del terror. Y es a
punta de esa espada que dicta lo que son obras buenas, en absoluto s que se
hacen a Imagen de Jesucristo, sino las que se hacen a imagen de la Ley de
Moisés. De donde se ve que al despreciar la Ley de Cristo y regresar a la Ley
de Moisés como Medida del Bien y del Mal la Reforma fue una Rebelión contra
Jesús.
La
Imagen y Semejanza de Dios a la que toda la Creación es llamada es Jesucristo.
Y es esta Imagen la que da su fruto en el Hombre. La naturaleza de la cual no
tiene en la Ley de Moisés su raíz.
Moisés
basó la relación del hebreo con Dios en el Terror. Jesucristo la basó en el
Amor. En el primero el Temor a Dios tiene su origen en el Terror a un Ser
Divino al que es imposible de engañar. En el segundo el Temor deviene ese miedo
del que ama a perder al ser que ama.
Dos
mundos, pues, muy diferentes. La Reforma prefirió el primero y aborreció el
segundo.
Desde
esta opción dicta la espada del Terror lo que es buena obra y lo que no lo es.
El
Pecado es grande. El Juicio sobre él será terrible. El que se atreva a confesar
esta opción delante del Juez Universal, que lo haga. El que se arrepienta que
siga el ejemplo de todos los corderos del Rebaño de Cristo y acuda al Sacerdote
a pedir Perdón por Crimen tan absurdo: despreciar a Jesús y aborrecer a Moisés.
Bueno
es amar al hermano, pero más grande es amar al enemigo.
SEXTA PARTE
EL
DERECHO DIVINO A LA LIBERTAD
EL
DEBER DE LEVANTAMIENTO CONTRA LA TIRANÍA
Del
conocimiento de la lectura de esta Confesión se infiere que la Rebelión
Presbiteriana impuso un nuevo modelo de Religión según la cual el
Judeocristianismo vencido por la Iglesia Católica fue rescatado bajo la
ideología de la superioridad de una Raza Anglosajona que convierte a Cristo en
la Fuerza que permite cumplir lo que a los Judíos les fue imposible: vivir bajo
la Ley de Moisés.
El
Regreso del Puritanismo al Sábado Judío, su rechazo a la Cruz en el Bautismo,
su Negación a Venerar el Nombre de Jesucristo, demuestran que la Rebelión
Anglicana fue degenerando con el paso de las décadas hasta transformarse en una
religión aislacionista de tipo pronazi, que se alzó
sobre la Letra de la Biblia como Fundadora de una Nueva Religión, en la que la
Ley del decálogo anula la Ley de Cristo, y éste pasa a ser un dios tótem en el
que justificar en el Nuevo Templo el Odio como Fundamento de su Existencia.
La
Ley del Amor, la Ley de Cristo, es rechazada y reemplazada por la Ley del Odio.
El Odio al Católico, el Odio a la Europa Católica, el Odio al Español, al
Francés, al Italiano, los tres Pilares de la Civilización Europea durante 1.500
años, es elevado a Artículo de Fe que distingue a los Nuevos Santos y los
separa de la Vieja Escuela de los Santos Padres de la Iglesia, a los que
condena como a herejes predestinados al infierno.
El
Descubrimiento es revolucionario. Calvino descubre que 1,500 años viviendo y
muriendo por Jesucristo han sido una burla majestuosa del Dios Oculto de la
Reforma. Este le quita la Biblia de las Manos a estas Tres Naciones y se la
entrega a sus nuevos adoradores, y que condena al Infierno a sus antiguos
portadores.
Calvino
y sus adoradores se mueren de risa, y se burlan de los Predestinados al
Infierno.
Según
Calvino y sus Hugonotes británicos, Dios se burló de los Católicos. Durante
1.500 años les ocultó que el Destino de la Biblia era ser entregada a Lutero.
Esto hecho les paga con el Infierno. A su Nuevo Moisés le abre la puerta y lo
predestina a sentarse en el trono de la Gloria de su Hijo Unigénito.
Uno
siempre encuentra una maravilla en cada día que se levanta y enciende el
cerebro. Entender cómo el genio de un Isaac Newton pudo leer esta Confesión y
quedarse tan pancho como si fuese otro bruto privado de sesos demuestra que el
genio y la inteligencia divina son dos mundos que no se tocan. ¡Se entiende que
de ese genio naciera el Ateísmo Científico!
No
que debamos culpar a nadie de ser un animal por naturaleza. Pero es de Dios el
juicio sobre quien siendo creado para ser su hijo prefiere seguir siendo un
bestia.
Juzgar
1.500 años de sacrificios, sufrimientos, lucha contra la Muerte en defensa del
Cristianismo; 1.500 años toreando corrupciones papales, guerras de reyes,
pestes y epidemias; 1.500 años superando un camino largo y estrecho plagado de
obstáculos contra los que la Victoria vino siempre de quien Testó a favor de la
Iglesia y de su Pueblo la Invencibilidad natural a los hijos de Dios; juzgar
1.500 años de Historia condenando al Infierno lo que Dios levantó con tanto
esmero, trabajo y paciencia, no fue una Reforma, fue una Rebelión Abierta
contra Jesucristo, contra su Testamento.
No
juzguéis y no seréis juzgados, no condenéis y no seréis condenados. Esta es la
Ley de Cristo.
Que
el Presbiterianismo y todos sus adoradores juzguen si esta fue la Ley que
legitimó el Odio contra el Pueblo Católico Británico y Europeo.
El
juicio sobre uno mismo no entra en esta Ley. Muy al contrario, quien se juzga a
sí mismo desde la Ley del Amor, porque cómo podrá amar a su prójimo quien no se
ama a sí mismo, aprende a usar esta misericordia consigo mismo hacia los demás,
hasta llegar a la perfección que la Ley pide.
Quien
no se juzga a sí mismo y se dedica a juzgar al prójimo desde el Odio puede
llegar a condenar al Infierno a quien juzga desde fuera de la Ley del Amor. Y
este Odio se descubrirá según vayamos llegando al final de estos artículos,
escritos por “Divinos” y para “Santos”.
EL DERECHO A LA LIBERTAD
C.W.-“Los que han sido aceptados
por Dios en su Hijo Amado, eficazmente llamados y santificados por su Espíritu,
no pueden caer total ni finalmente del estado de gracia, sino que ciertamente
perseverarán en ella hasta el final y serán salvos eternamente.
Esta perseverancia de los santos no
depende de su propio libre albedrío, sino de la inmutabilidad del decreto de
elección, que fluye del amor gratuito e inmutable de Dios Padre; de la eficacia
del mérito e intercesión de Cristo Jesús, de la permanencia del Espíritu y de
la simiente de Dios dentro de ellos; y de la naturaleza del Pacto de Gracia. De
todo esto, surge también la certeza e infalibilidad de la perseverancia.
Sin embargo, puede ser que los
santos caigan en pecados graves, mediante las tentaciones de Satanás y del
mundo, el predominio de la corrupción que aún queda en ellos, y el olvido de
los medios de su preservación; y que por un tiempo continúen en sus graves pecados:
por lo cual incurren en el desagrado de Dios y contristan su Santo Espíritu,
llegan a ser, en alguna medida, privados de sus gracias y privilegios, sus
corazones pueden endurecerse y sus conciencias pueden herirse, pueden herir y
escandalizar a otros y traer juicios temporales sobre ellos mismos”.
C.R.Y&S.-El
que juzga a los demás mandándolos al Infierno, porque así lo dispuso desde la
Eternidad el Dios Oculto que se burló de 1.500 años de Osios, Ambrosios, Agustines, Crisostomos, Tomases y demonios de la Cristiandad Latina
Invicta contra Romanos, Bárbaros y Musulmanes, este juez implacable no se priva
de sentarse en el Trono de la Gloria del Juez Universal, y antes incluso de que
se celebre el Juicio ya derrama este Nuevo Pueblo, desde la eternidad predestinado
a la Gloria del que se sienta en el Trono de Dios, de lanzar sus rayos de
condenación para unos, y de mieles para los suyos.
Nada
extraño. El Lavado de cerebro tiene muchas técnicas, depende de la lavadora y
de los cerebros que necesitan la higiene. El fin es el mismo, el Poder, la
Gloria, el Oro.
Aunque
la Doctrina de Jesucristo transmitida a sus Apóstoles recalca una vez y otra la
Necesidad de Vigilar, de Perseverar, de no dejarse llevar por las modas y
pasiones de los siglos, que todos estamos haciendo nuestro camino en la
Eternidad, que como nos portemos en la Tierra da la medida de nuestro
comportamiento en los Cielos.
Todos
venimos y estamos sujetos a un mundo cuya ley es la de que alcancemos siquiera
a brillar con un rayito de luz de la Estrella Divina cuya Luz a todos alumbra.
Todos estamos expuestos a aprender rompiéndonos la cabeza. Todos hemos nacido
para ser eternos y hay que aprender a convivir no ya con nuestros errores sino
con los de nuestro prójimo. Ni Dios quiere que aprendamos a base de palos, ni
quiere impedir que con cada herida de muerte el regreso al campo de batalla
convierta al hombre en un guerrero cada vez más poderoso.
Vivimos
en un mundo sujeto a la ley de la ciencia del bien y del mal. Hacerse el santo,
ir de santo por la vida, es de locos. Creerse divinos, exigir ser considerados
“Divinos”, es de psicópatas peligrosos. El mismo que nos ha creado lo dijo:
“Bueno sólo es Dios”.
Entre
ellos se superan en brutalidad. Unos reclaman ser llamados “su Santidad”, y
otros ser confesados “Divinos”. Y en el fuego cruzado entre quienes
aborrecieron la Ley del Amor se encontró Europa conducida a la Primera Guerra
Mundial Europea, la Guerra de los 30 Años. Luego vendría la Segunda : La Guerra
de los Derechos Humanos. Una vez la puerta abierta el Monstruo del Fratricidio
se invitaba sin pedir permiso a la Fiesta de la Orgías Apocalípticas, en las
que Alemanes y Británicos sirvieron las mesas. Pero, siempre porque así era de
la Voluntad de quien desde la Eternidad nos predestina al Fratricidio y las
Guerras Mundiales “Ad Maiorem Dei Gloriam”. ¿De qué se les podrá acusar a
quienes fueron los instrumentos del Dios Oculto de la Reforma?
¿Este
Artículo sobre la santificación de los santos?
…Una
vuelta más de la Lavadora de Cerebros que la Reforma Luterana puso en
funcionamiento.
Su
continuación “De la seguridad de la gracia y de la salvación”, sigue la misma
marcha. Dice:
C.W.-“Aunque los hipócritas y las
personas no regeneradas vanamente se engañen con falsas esperanzas, y
presunciones carnales de estar en el favor de Dios, y en el estado de salvación
(cuya esperanza perecerá); sin embargo, quienes verdaderamente creen en el
Señor Jesús y le aman con sinceridad, procurando caminar en buena conciencia
delante de Él, en esta vida pueden estar ciertamente seguros que están en el
estado de gracia, y pueden regocijarse en la esperanza de la gloria de Dios,
esperanza que nunca los avergonzará.
Esta certeza no es una simple
persuasión conjetural y probable, basada en una esperanza falible. Es, más
bien, una seguridad infalible de fe, fundada en la verdad divina de las
promesas de salvación, en la evidencia interna de aquellas gracias a las cuales
estas promesas se refieren, 3en el testimonio del Espíritu de adopción que
testifica a nuestro espíritu de que somos hijos de Dios: Espíritu que es las
arras de nuestra herencia y con el cual somos sellados para el día de la
redención.
Esta seguridad infalible no
pertenece a la esencia de la fe. Así, pues, puede ser que un verdadero creyente
tenga que esperar por mucho tiempo y luchar con muchas dificultades antes de
ser partícipe de esta seguridad. Sin embargo, estando capacitado por el
Espíritu Santo para conocer las cosas que Dios le da gratuitamente, el creyente
puede obtenerlas por el uso correcto de los medios ordinarios, sin una
revelación extraordinaria. Por lo tanto es deber de cada uno poner toda
diligencia para asegurar su llamamiento y elección, para que así su corazón se
ensanche de gozo y paz en el Espíritu Santo, en amor y gratitud a Dios, y en
fortaleza y alegría en los deberes de la obediencia, que son los frutos propios
de esta seguridad; pues está muy lejos de inducir a los seres humanos a la
negligencia.
La seguridad de la salvación de los
verdaderos creyentes puede ser sacudida de diferentes maneras, disminuida e
interrumpida debido a la negligencia para preservarla, por caer en algún pecado
específico que hiere la conciencia y contrista al Espíritu; o por una tentación
repentina y vehemente, porque Dios les retira la luz de su rostro, permitiendo,
inclusive, que los que le temen caminen en tinieblas y no tengan luz. Sin
embargo, los verdaderos creyentes nunca son totalmente destituidos de la
simiente de Dios, y de la vida de la fe, de aquel amor de Cristo y de los
hermanos, de aquella sinceridad de corazón y conciencia del deber, de las
cuales, esta seguridad puede ser revivida a su debido tiempo, por medio de la
operación del Espíritu que, mientras tanto, sostiene a los verdaderos creyentes
para no caer en total desesperación”.
C.R.Y&S.-La
Ley del Odio de la que nació la Reforma rompe su silencio, se quita la máscara
y no se corta ni un pelo de la lengua. Desde la primera palabra declara al
Mundo Europeo Cristiano con 1.500 años de Historia un mundo de hipócritas
condenados al Infierno por obra y burla del Dios Oculto de Lutero y Calvino.
¿La
Ley del Amor, “No juzguéis y no seréis juzgados, no condenéis y no seréis
condenados”?
Según
estos Divinos, Jesucristo no estuvo bien de la cabeza. ¿Quién con su Poder se
hubiera dejado conducir al Calvario por una legión de bestias que se hubiese
quitado de encima simplemente con decirle a la tierra “Ábrete y trágatelos”?
Los
judíos creyeron que el Poder demenció al Mesías.
Cromwell y sus Divinos convinieron en Santa Asamblea que no fue el Poder el que
lo volvió loco, fue el Amor. El Amor lo volvió loco. Y ellos no iban a caer en
esa trampa.
El
Odio era la Respuesta. Odio al Católico. Odio a la Europa Católica Invicta
durante 1500 años. No pudieron los Romanos, ni los Bárbaros, ni los Musulmanes.
Ellos sí lo iban a conseguir, mandar a ese mundo de Hipócritas del otro lado
del Canal al Infierno. Ellos sí amaban sinceramente a Dios.
Se
negaban a bautizar a sus hijos delante de la Cruz y doblar sus rodillas en Acto
de Adoración delante de su Hijo, pero la sinceridad con la que amaban a Dios,
su Padre, era indiscutible, y ese “Hijito Amado” tendría que comerse con
patatas inglesas y hamburguesas americanas esta Condenación contra su Esposa,
una “Hipócrita” rechazada por su Suegro Eterno, quien le quitaba las Arras de
su Matrimonio con Cristo y se las daba a esta Nueva Iglesia fundada sobre la
Roca Indestructible del Odio “en el testimonio del Espíritu de adopción que
testifica a nuestro espíritu de que somos hijos de Dios: Espíritu que es las
arras de nuestra herencia y con el cual somos sellados para el día de la
redención”.
Traduciendo,
que las arras no se da entre Esposos, sino que se les da a los hijos. La
pregunta es obvia: ¿para cometer incesto?
Afirma
el Confesor que Dios abole el Matrimonio de su Hijo con la Iglesia Católica
Invicta, la Celebración de cuya Boda para la Eternidad fue firmada con las
Arras de la Sangre Latina, sobre la cual todo está escrito, tanto en el
Evangelio como en la Historia de Europa. Y aboliendo Dios el Matrimonio de su
Hijo con su Esposa Legítima le entrega las Arras a una nueva Esposa, que a su
vez se declara hija de aquella Boda de Sangre. ¿Demencia? ¿Los hijos se
levantan contra su Madre y le condenan a muerte?
Llevan
su brutalidad esquizoide ¡a exigir acostarse con Dios en virtud detener las
Arras de la Esposa de Cristo!
¿Qué
discurso es este? ¿De quienes tienen el espíritu : del hijo del Hombre o el del
espíritu del Abogado del Diablo?
Pero
no queda aquí la cosa La lavadora sigue dando vueltas. Y grita: “Esta seguridad
infalible en la salvación no pertenece a la esencia de la fe”. Dice el Confesor
presbiteriano.
Jesucristo
dice: “Todo el que cree en el Hijo no es juzgado, sino que pasa de la Muerte a
la Vida eterna”.
¿Quién
es el Cristo y quién el Anticristo? ¿Quién habla en Nombre de Dios y quien no :
Jesucristo o el Confesor?
La
Seguridad Infalible en la Salvación del que cree en el Hijo, y confiesa el
Credo de Nicea sin cambiar ni una tilde, ni quitando ni añadiendo, es Veraz,
Todopoderosa e Irreversible.
Tal
vez habrá que enseñarles a leer a los rebaños presbiterianos, y pasarles el
Credo en su Naturaleza íntegra. Es muy de creer que de la misma manera que los
Católicos hemos estado apartados durante siglos de los Textos Originales de las
Confesiones Protestantes, los pueblos protestantes hayan sido educados en un
Credo Niceano falso, censurado, recortado y
recompuesto para ser consumido por Cerebros discapacitados para entrar en
posesión de sus facultades de auto juicio pero todopoderosamente perfeccionados
para juzgar al resto del mundo.
Es
de imaginar que saben leer, pero la tara sufrida por sus cerebros durante el
lavado no parece dejarles ver la Veracidad del Hijo de Dios, cuya Palabra ponen
en Duda y niegan que su Poder sea la Fuente de la Seguridad en la Salvación que
reside en la Fe. “El que cree en Mí, no es juzgado, sino que pasará de esta
vida a la otra”.
Y
punto. Cualquier añadidura es un acto maligno, cualquier supresión es una
traición a la Fe. ¿Quién es el tonto que se traiciona a sí mismo?
Hay
que ser “Divino” para ser tan tonto. Cosa que se ve en el último párrafo de
este artículo, cuando confiesa: “La
seguridad de la salvación de los verdaderos creyentes puede ser sacudida de
diferentes maneras”… Eureka. He aquí uno que ha descubierto la piedra
filosofal. Estamos en Guerra contra el Diablo, el Infierno y la Muerte y este
“divino”, ponedle vosotros el calificativo, viene diciendo que en el campo de
batalla de la Fe no todos son rosas y aleluyas. 1.500 años de lucha a brazo
partido contra la Muerte, el Infierno y el Diablo y viene este bruto a decirnos
que ahí fuera lo que nos espera no es precisamente miel, pan y mantequilla.
¿Y…?
Hay que preguntarse.
Y
responder: “Al que viene a Mí yo no le echaré”.
La
Fe lleva en su naturaleza la esencia misma de la Vida eterna. Negar esto, es lo
que el Confesor Presbiteriano afirma.
Y
se queda tan tranquilo.
En
el siguiente artículo de su Confesión, el Presbiteriano sigue sin saltar de la
Ley del Terror a la del Amor. Y dice “De la Ley de” Dios:
C.W.-“Dios le dio a Adán una ley,
como un pacto de obras, por la cual lo comprometió a él, y a toda su
posteridad, a una obediencia personal, completa, exacta y perpetua. Le prometió
la vida si es que la cumplía, y le amenazó con la muerte si es que la
quebrantaba, y lo dotó del poder y la capacidad para guardarla”.
C.R.Y&S.-Primera
falsedad.
La
interpretación que hace del Paraíso Bíblico es una negación de la Verdad. Dios
no sujetó la Vida a no comer, sino la Muerte a la transgresión.
Ante
el Hombre estaba el árbol de la Vida y el Árbol de la Muerte. El Hombre Tenía
acceso libre al primero, y acceso negado al segundo. Comer del árbol de la Vida
no fue el fruto de ningún Pacto de Obra. El Hombre era hijo de Dios y como hijo
de Dios disfrutaba del Derecho Divino inherente a su condición. No sabemos si
en la Cultura Británica, se debe suponer que los padres aman a su hijo como
fruto de un Pacto de Obras: “Si eres bueno te querré, y si eres malo te
odiaré”.
En
el Mundo Latino Católico el Amor no se firma ni procede de un Pacto de Obras.
Los hijos tienen el Amor de sus padres por el sencillo hecho natural de ser sus
hijos. Habiendo Dios formado al Hombre a su imagen y semejanza no se debe
entender que este Amor de los padres Católicos sea una acto revolucionario.
Para
nada.
El
Fruto tiene la Naturaleza del Árbol al que pertenece. Por consiguiente, Adán no
Vive en el Amor de Dios, su Padre, en recompensa a las obras derivadas de un
Pacto de Nacimiento.
Dios
es Padre y como todo padre el nacimiento es un acto de correspondencia natural
que va del padre al hijo y del hijo al padre. Dios le da a su hijo Adán la vida
sin éste tener que pedirle nada. ¿Tiene que pedirle un hijo a su padre que lo
abrace? Hombre, si es un padre que mira a su hijo recién nacido como a un
bicho, pudiera ser. Acusar a Dios de esto, no me atreveré.
No
sabemos, cómo se pudo atrever este Confesor a decir que, en efecto, Dios es un
mal padre y sujetó su amor a su hijo a ser buen chico. Y esto lo dice cuando se
lee con los ojos de la cara que Dios puso delante de Adán el Árbol de la vida,
de cuyo fruto se hartaba y de no haber metido la pata los siglos que hubiera
vivido los contaríamos por milenios. No fue así.
Meas
culpas.
Aceptadas.
Y
con la suya la nuestra y la de todo el mundo. Ahora el Árbol de la Vida es la
fe. Y el que come de su fruto no muere sino que vive eternamente.
El
Perdón se consumó. La Redención tuvo lugar
Esto
no viene de un Pacto de Obras, sino del Amor de Dios por sus hijos.
Negar
esto es mantenerse en el territorio Judeocristiano invertido. Desde esta posición
ahora, dicen:
C.W.-“Después de la caída de Adán,
esta ley continuó siendo la regla perfecta de justicia, y como tal, fue dada
por Dios en el Monte Sinaí en diez mandamientos y escrita en dos tablas: los
primeros cuatro mandamientos que contienen nuestros deberes para con Dios, y
los otros seis que contienen nuestros deberes para con el hombre”.
C.R.Y&S.-Falso
el punto de partida, no puede ser verdadero el punto de llegada ni ningún punto
intermedio.
Después
de la Caída no hubo ninguna Ley, excepto la ley de las bestias. Abandonado el
género humano bajo las ruedas del Imperio de la Muerte, la única Ley que
conocieron todos los pueblos nacidos de la generación de Adán fue la de matar o
morir. Matas o te matan. Punto.
La
Imagen del Ser Divino, que vimos hecha carne en el hijo del Hombre, se
desintegró en la memoria. La Evolución Creadora de las bestias al Hombre se
hundió en su origen, pero ahora esta bestia humana tenía por enemigo a su
propia especie. La Involución comenzó y andando el tiempo condujo a todas las
familias de la Tierra al Abismo del Siglo XX.
Esa
Bestia nacida de la Involución que abrió la Caída sigue viva. Y es el enemigo
de nuestro Siglo.
Así
pues, liderando el camino al Abismo, el Confesor sigue su hoja de ruta,
diciendo:
C.W.-“Además de esta ley,
comúnmente llamada ley moral, agradó a Dios dar al pueblo de Israel, como a una
iglesia de menor edad, leyes ceremoniales, que contenían varias ordenanzas
típicas, en parte de adoración, prefigurando a Cristo, sus gracias, acciones,
sufrimientos y beneficios; y en parte expresando ampliamente diversas
instrucciones sobre deberes morales. En la actualidad, bajo el Nuevo
Testamento, todas estas leyes ceremoniales están abrogadas”.
C.R.Y&S.-La
Reducción del Código Eterno de Conducta a simples leyes morales es patética. Si
no fuera porque conocemos los antecedentes criminales de los Confesores
levantaríamos el hacha de guerra. La Sabiduría nos libera de estos movimientos
de Odio en el conocimiento de haber sido toda la generación de aquel siglo encerrada
en la Trampa de la Siembra Maligna, hecha durante el Sueño de aquellos Obispos
de Roma entregados a la pesadilla de la Pornocracia de la que tendrán que responder delante del Señor en el Día del Juicio. Pues
nadie olvide que aunque la Fe es Vida Eterna quien desde la Fe expone a
blasfemia el Nombre de Dios se expone a Condenación. A no ser que alguien
niegue la Escritura que dice que Satán era hijo de Dios.
La
Fe, infaliblemente, ofrece la Vida eterna, pero una vez en esta Vida cada cual
es Libre para seguir a Jesucristo o a Satanás. “Perdonad y seréis perdonados,”
no es una entelequia. ¡Si no sabemos perdonar aquí en la Tierra cómo podremos
vivir sin perdón allí en los Cielos!
Mas
si alguno piensa como estos Confesores que están limpios de todo pecado y
pueden tirar la primera piedra, no se prive. Los “santos” deben hacer su oficio
aun cuando sea el propio Jesucristo el que les reprenda.
Hablan
éstos, Palabra de Divinos:
C.W.-“A los Israelitas, como una
entidad política, Dios les dio también diferentes leyes judiciales, las cuales
expiraron junto con el Estado de aquel pueblo. Por lo tanto, no obligan ahora a
ningún otro pueblo, más de lo que la equidad general de ellas lo requiera”.
C.R.Y&S.-¿Es
por consiguiente Dios un juez inicuo?
Que
sepamos, y su Hijo lo dejó clarísimo, esa leyes judiciales permanecen
eternamente. Pero sus consecuencias penales, dadas para un pueblo que existía
en medio de pueblos brutalizados hasta lo increíble, fue acompañada de medidas
penales correspondientes a la mentalidad de los tiempos. La ley contra el
Adulterio no dejó de ser ley, fue sujetada a la Ley de la Libertad. “Vete y no
peques más” abolió la pena de lapidación contra el adulterio. Pero no el
carácter de delito del adulterio delante de Dios. Y así con las otras leyes
dispuestas en el código de Moisés; pasaron de ser penalizadas acorde a los
tiempos a ser actualizadas acorde al espíritu del Hijo de Dios, quien sin
abrogarlas las elevó a la Ley de la Libertad por la que sabiendo nosotros lo
que es bueno y lo que es malo rechazamos el delito a la vez que su
correspondencia penal acorde a los tiempos antiguos.
La
Perfección No está en el Temor a la Ley, y Sí en el Amor a la Justicia.
“No
matarás” deviene Ley Penal en razón de quien hace de sus brazos un templo para
el crimen. Pero en quien el Espíritu de Dios ha hecho su Fortaleza la Tentación
no tiene fuerza y la Ley deviene Naturaleza. De esta forma la Ley de la
Libertad perfecciona a la Creación y es Gloria de su Creador.
Frente
a esta Creación no hay Ley ni Penal ni Moral que pueda Tentar a Dios, quien
como Creador viste de Invencibilidad a su Criatura.
Hablar
de ley moral es un sinsentido. La Moral no tiene fuerza penal. Y no obliga a
quienes no comparten su edificio:
C.W.-“La ley moral obliga por
siempre a todos, tanto a los justificados como a los que no lo son, a que se le
obedezca. Esto no sólo con respecto al contenido, sino también con respecto a
la autoridad de Dios el Creador quien la dio. En el Evangelio, Cristo en
ninguna manera disolvió esta ley, sino que más bien reforzó la obligación de
cumplirla”.
C.R.Y&S.-Yerra
el Confesor haciendo de la ley moral un edificio universal que sujeta a todos
los que no viven en ella. La Moral extiende sus máximas sobre desconocedores de
la Ley de la Libertad Cristiana. El Ciudadano del Reino de Dios se rige por la
Ley Cristiana, tanto en la vida personal como en la familiar y en la social.
La
Ética y la Moral existen como rechazo a una Ley Divina que hace innecesario
sujetar nuestra Convivencia a un Marco Jurídico siempre tiranizado por el
Cambio.
Las
realidades morales son circunstanciales; la existencia cristiana es eterna.
Regular la Vida eterna mediante principios circunstanciales es otra entelequia.
Hacer
pasar por leyes morales lo que es Ley Eterna, con el propósito de la salvación
del prójimo, no es malo. Siempre que se traduzca este Código de leyes orales en
una puerta hacia la Verdadera Ley de la Libertad:
C.W.-.“Aunque los verdaderos
creyentes no están bajo la ley, como un pacto de obras, para ser justificados o
condenados por ella; sin embargo, es de gran utilidad para ellos como también
para otros; en cuanto a que la ley, como una regla de vida que les informa
acerca de la voluntad de Dios y de su deber, les dirige y les obliga a caminar
de acuerdo con ella, descubriéndoles también las contaminaciones pecaminosas de
su naturaleza, de sus corazones y de sus vidas. De manera que, examinándose
mediante la Ley, lleguen a una más completa convicción de humillación y
aborrecimiento debido a sus pecados, junto con una visión más clara de la
necesidad que tienen de Cristo y de la perfección de Su obediencia”.
C.R.Y&S.-Mantener
esto sobre el Genocidio Irlandés, el de la Población Nativa Norteamericana, las
guerras civiles isleñas y la Guerra Mundial Europea, es sencillamente ser “el
hipócrita” con el que se abre este Artículo. Analizarlo más allá de este hecho
es dejarse arrastrar por el Diablo a una discusión sin futuro. En el siguiente
párrafo se descubre este paso involutivo británico del cristianismo al
judaísmo, siguiendo el camino inverso del Judaísmo al Cristianismo que cerraron
los Apóstoles.
C.W.-“Es igualmente de utilidad a
los regenerados para restringir sus corrupciones, ya que prohíbe el pecado; y
sus amenazas sirven para mostrarles lo que aun merecen sus pecados, y cuáles
son las aflicciones que les esperan por causa de ellos en esta vida, pese a que
están libres de la maldición con que les amenaza la Ley. De la misma manera,
las promesas de la Ley les muestra la aprobación de la obediencia y qué
bendiciones pueden esperar cuando la cumplen; pero no como debido a ellos por
la Ley como pacto de obras. De manera que, si una persona hace lo bueno y deja
de hacer lo malo, porque la Ley lo alienta a lo uno y lo desalienta de lo otro,
ello no es evidencia de que está bajo la Ley y no bajo la gracia”.
C.R.Y&S.-Reducir,
una vez más, la Ley de la Libertad a un código Moral es rechazar el Espíritu de
Cristo.
Los
usos de la Ley, mencionados anteriormente, no son contrarios a la gracia del
evangelio, sino que concuerdan dulcemente con ella. Pues el Espíritu de Cristo
subyuga y capacita la voluntad del ser humano para hacer libre y alegremente lo
que la voluntad de Dios revelada en la Ley requiere que se haga.
EL
DEBER DE LEVANTAMIENTO CONTRA LA TIRANÍA
La
Historia del Cristianismo en cuanto Reino de Dios en la Tierra no puede
entenderse sin Dios. Parece evidente. La reducción de los acontecimientos
revolucionarios vividos por la Europa Cristiana y Moderna a simpes factores
humanos desligados de la Acción Constante del Creador en su Creación supone una
auto-discapacitación intelectual a la hora de ver el Movimiento de esos
Acontecimientos en el Marco de la Historia Universal del Género Humano. Es
evidente.
Se
entiende que en tiempos antiguos durante los cuales las naciones vivieron en
condiciones de destierro las unas respecto a las otras y sus relaciones se
realizasen exclusivamente mediante las acciones de las Hazañas Bélicas de sus
reyes y emperadores, la visión del desarrollo de las Civilizaciones al
encuentro de una Civilización Universal integrante de la plenitud de las
naciones de nuestro Mundo, en razón de esa misma alienación fuese imposible
seguir la conexión en el Tiempo de la evolución de este Movimiento. Es más que
evidente. Mientras sigamos adoptando este método de desconexión el camino hacia
este horizonte será penoso. Debemos despojarnos de nuestra herencia animal y
comenzar a contemplarnos, en cuanto Creación Universal desde los ojos de
nuestro Creador.
La
Guerra entre Dios y la Muerte que descendió del Cielo a la Tierra no terminó
con la Resurrección. Basta mirar a nuestro alrededor para comprenderlo. Dios
refundó su Reino, los pilares de su Creación, el edificio entero de su
Universo. Pero su Palabra estaba en el aire. Dios creó el Género Humano para
formar parte de su Mundo. Y la Palabra de Dios es Dios. Ergo, la Caída no podía
bajo ningún concepto apartar eternamente al Género Humano de este Horizonte sin
causar la Abrogación de la Palabra de Dios en cuanto Ley, del Verbo en tanto
que Dios.
Pretender
redefinir la Palabra de Dios a una realidad mutable, de manera que nadie debe
tomarse en serio Su Palabra, hoy la da y mañana la caquita, objetivo buscado
por el Diablo, la Serpiente Antigua, es pura demencia.
Ciertamente,
la Transgresión liberaba a Dios de esta realidad; el Hombre ya había sido
formado a la Imagen y semejanza de sus hijos. Mas la Ignorancia que fue hallada
en el Transgresor y la Maldad que fue descubierta en el Traidor determinó que
Dios recogiese su Obra una vez la Libertad que vendría de la Redención.
Sobre
la Naturaleza de la Redención ya se ha dicho todo lo que es necesario decirse.
La Teología del Cordero de Dios como Sacrificio Expiatorio por el pecado del
Príncipe, Adán, y de su Pueblo, todo el Género Humano, ya tiene autor. Toca
hablar sobre Nosotros.
Impregnar
a sus hijos del Odio de Dios hacia la Ley de la Ciencia del Bien y del Mal, es
decir, hacerles comprender por qué su Ser no puede soportar la Ley de la
Muerte, no es algo que pudiera hacerse sino dándonos a vivir ese fruto en toda la
extensión y profundidad de su Abominable Maldad. Dios, como Padre, nunca quiso
que esta Acción fuese necesaria. Sus hijos, de las Creaciones que precedieron a
la Nuestra, ya habían conocido la Guerra, y se habían levantado contra su ley.
Pero jamás habían vivido el efecto de esta Ley sobre un Mundo absolutamente
Desnudo contra sus efectos. La Caída ya consumada, dispuesto Dios a que jamás
en la Eternidad volviese a tener lugar un Acontecimiento de esta Naturaleza,
quiso que esta Lección fuese llevada al extremo a fin de que jamás se borrase
de la mente y del espíritu de su Casa esta visión del Infierno sobre la Tierra.
En
este contexto sin arrancarle páginas al Libro de la Historia, con objeto de que
el sufrimiento del Género Humano no se extremase hasta hacer imposible su
Regreso a su Creador, quiso igualmente Dios acelerar los tiempos, acortar esta
Tragedia. La Liberación Apocalíptica del Diablo entra en esta Sabiduría
Paterna. No podemos olvidar que siendo nosotros hijos de dios, siendo en nuestra
carne y ser que esta Tragedia tiene lugar, tanto más profunda e imborrable es
grabada a fuego en nuestra Alma y Espíritu esta Lección.
Es
necesario despojarnos de nuestra cubierta carnal y abrir los ojos al Espíritu,
que siendo de Dios nos permite contemplar la Flecha de la Historia volando de
siglo en siglo.
Si
al principio el Traidor utilizó al Hombre como Hacha de Guerra el pensamiento
puesto en enfrentar al Padre con el Juez en Dios, al final la destrucción del
Género Humano devino su objetivo. Este movimiento preparatorio es el que
observamos a lo largo del Siglo XV y en el siglo XVI entró en su fase activa.
Por la parte de la Muerte.
Por
la parte de Dios observamos cómo Él preparó para la Batalla que habría de
celebrarse en Europa, y de la que dependería el Futuro del Género Humano,
levantando sucesos menores hasta dirigirlos al gran Acontecimiento del
Descubrimiento de América. De esta América vino el Oro necesario para financiar
la Guerra de los Imperios.
Ahora
había que conducir este Oro a las fronteras con el Imperio del Turco. La Unión
de un Príncipe Elector Alemán a la Corona del Imperio Español unió a ambos
Imperios en Uno, haciendo así que el rio del Oro llegase a su destino.
Por
la parte de los Recursos Humanos, la elección del Pueblo Español para ser el
Puente de acceso de este Oro a las Fronteras con el Imperio Turco- Otomano, no
fue accidental. El Vencedor del Imperio del Islam, el primer pueblo en la
Historia del Mundo que vencía a los ejércitos de la Muerte, fue conducido por
Dios a esas fronteras. Una Nación Invicta puso el mejor ejército del mundo en
ese momento en primera línea de combate.
Por
la parte del Diablo, brazo de la Muerte en la Historia, la victoria que
buscaba, la Destrucción de la Europa Cristiana a manos del Turco Otomano, un
Genocidio Absoluto alimentado por el Odio hacia la Europa Cristiana de las
masas islámicas expulsadas de la España Católica; esta victoria en el horizonte
debía contar en el campo del Enemigo con un aliado interno que causando una
guerra civil fratricida le abriese las puertas a sus ejércitos, y llegando a
Roma ejecutase en vivo el sueño de Mahoma: sentarse en el Trono de San Pedro.
El
Resultado de la Gran Batalla entre Dios y la Muerte o Guerra de los de los
Imperios, está escrita. La interpretación sobre la naturaleza de estos
Acontecimientos de la parte que se puso al servicio de la Muerte no debe
sorprendernos. Los Hechos son los hechos y no debemos darles más vueltas.
La
llamada de Lutero y sus apóstoles a ponerse al servicio del Islam con tal de
ver destruida a la Iglesia Católica consta en los anales de la Historia de
Alemania y de la Reforma.
La
naturaleza del espíritu del que se alimentaba Lutero y su reforma están
registrados en su Sentencia a Muerte Total contra los Campesinos de la época.
La
conexión salvaje de Lutero como padre espiritual de Hitler está escrita en su
juicio contra los Judíos atrapados en aquella guerra fratricida.
El
Odio fue la fuente de la que bebía el alma de aquel necio que corrió a un
convento huyendo de un rayo en una tormenta que, según su mente retorcida, lo
acusaba de estar beneficiándose a la viudita alegre en cuya casa pasó el
tunante sus años de estudiante.
El
Lenguaje de Lutero y de sus Apóstoles distaron del de Jesucristo y los suyos
como distan el Cielo y el Infierno. No menos que el de los “divinos puritanos
de Cromwell”. Diciendo acogerse a la Ley de Moisés y tener en ella su
santificación, se burlaban de sus Mandatos a boca llena. Quienes decían venerar
esos Mandatos, “el “NO MATARÁS”, (ignoro si uno de ellos, por los hechos se
puede decir que no), su Obediencia causa de su Santificación, no dudaban en
bañarse en un mar de sangre. El Genocidio Irlandés, la Guerra Fratricida que
iba para un siglo ya, y las muertes con las que aun deberían llenar sus copas,
no entraban en ese “NO MATARÁS”; y lo que es más santificante, seguían el
ejemplo de Jesucristo.
Era
desde esta Imitación de Cristo que santificados por la sangre de todos quienes
no pensaron como ellos, siguieron escribiendo De la libertad cristiana y la
libertad de conciencia:
C.W.-“La libertad que Cristo ha
comprado para los creyentes que están bajo el evangelio consiste en su libertad
de la culpa del pecado, de la ira condenatoria de Dios, de la maldición de la
Ley moral; y en ser liberados de la maldad del presente mundo, de la esclavitud
a Satanás y del dominio del pecado; del mal de las aflicciones, del aguijón de
la muerte, de la victoria del sepulcro y de la condenación eterna. Su libertad
consiste también en su libre acceso a Dios y en rendirle obediencia, no por
temor servil sino por amor filial y una mente voluntaria. Todas estas
libertades fueron también comunes a los creyentes que estaban bajo la Ley. Pero
bajo el Nuevo Testamento, la libertad de los cristianos se ha ampliado mucho
más, pues están libres del yugo de la Ley ceremonial, a la cual fue sujetada la
iglesia judaica; y en mayor confianza para acceder al trono de la gracia, y en
participaciones más plenas del libre Espíritu de Dios, que aquellas de las
cuales ordinariamente participaron los creyentes bajo la Ley.
Dios es el único Señor de la
conciencia, por tanto, en asuntos de fe y adoración, la ha dejado libre de
doctrinas y mandamientos humanos, que sean contrarios a su Palabra o añadidos a
ella. De manera que creer u obedecer de conciencia tales doctrinas o
mandamientos, es traicionar la verdadera libertad de conciencia; y el
requerimiento de una fe implícita y de una obediencia absoluta y ciega, es
destruir la libertad de conciencia y también la razón.
Aquellos que bajo el pretexto de la
libertad cristiana, cometen y practican algún pecado, o abrigan algún deseo
impuro, destruyen de este modo el propósito de la libertad cristiana, el cual
consiste en que, siendo librados de las manos de nuestros enemigos, sirvamos al
Señor sin miedo, en santidad y rectitud delante de Él, todos los días de
nuestra vida.
Aquellos que bajo el pretexto de la
libertad cristiana se opongan a cualquier poder legítimo, o al legítimo
ejercicio del mismo, ya sea civil o eclesiástico, resisten a la ordenanza de
Dios. Pues los poderes que Dios ha establecido, y la libertad que Cristo ha
comprado, no han sido destinados por Dios para destruirse sino para sostenerse
y preservarse mutuamente el uno al otro. Además, los que publican tales
opiniones, o mantienen tales prácticas, puesto que son contrarias a la luz de
la naturaleza, o a los principios conocidos del cristianismo (ya sean tocantes
a la fe, a la adoración o a la conducta), o al poder de la piedad; o a tales
prácticas u opiniones erróneas, ya sea según su propia naturaleza, o en la
manera de publicarlas o mantenerlas, son destructores de la paz externa y del
orden que Cristo ha establecido en la iglesia, los tales pueden ser
legítimamente llamados a dar cuentas, y procederse contra ellos mediante la
censura de la iglesia y mediante el poder del magistrado civil.”
C.R.Y&S.-La
brutalidad intelectual que esta Asamblea agrupa se manifiesta en este artículo,
como en el de todos los demás que configuran esta Confesión, pero en este
artículo se superan a sí mismos y se descubren tan obcecadamente asnos que se
condenan a sí mismos, y lo hacen tan alegremente que no pueden sino inspirarnos
otros sentimientos que los de la piedad y la misericordia.
Los
mismos que se levantaron contra el Poder Establecido de la Corona de Inglaterra
y condenaron a muerte al rey, que supuestamente Dios les había dado, juran
sobre el Evangelio que quienes se rebelan contra los Poderes establecidos son
demonios y tienen la condenación eterna.
Difícil
conjugar esta Declaración Presbiteriana Inglesa con la Declaración de
independencia de los Estados Unidos de América, donde se bendice el
levantamiento contra quienes usando los Poderes por Dios establecidos los
convierten en instrumentos de tiranía, contra quienes el Pueblo tiene, no sólo
el Derecho sino también, el Deber Divino de Levantamiento.
Un
pueblo que ante el Tirano prefiere vivir de rodillas a morir de pie, es una
nación de cobardes sin futuro. La Historia Universal está aquí para
confirmarlo. Quien no se opone al Poder convertido al Diablo, es decir, al
Poder de un Tirano gobernando por Decreto como si fuese un dios, es una Nación
que se condena a su destrucción.
Esta
es la Gran Lección que la Historia Universal de la Creación de Dios nos pone
delante de los ojos. El Hombre, creado a su Imagen y Semejanza, no debe bajo
ningún concepto tenerle Miedo a la Muerte ni someterse a sus Tiranos. El
derecho a ser Gobernado en Justicia y Libertad viene con el Deber de Levantarse
contra quienes usan los Poderes Establecidos para edificarse una Tiranía.
La
Grandeza del Nacimiento de los Estados Unidos de América procede de este Deber
elevado a Declaración Constitucional. Su Anulación por los Tiranos en proceso
de Edificación de su Orden Nacional y Mundial obliga a Revolución. Y en toda
Revolución corre la sangre. Pero esta Necesidad es superior a su efecto. Y
Siendo Dios quien se levanta contra quienes usan lo que El crea para crearle a
su Pueblo un infierno, el Hombre y la Nación que no se levantan contra su
Enemigo se condenan a vivir en ese infierno, del que sólo se verán libres por
la destrucción.
En
el caso de la Reforma la sucesión de Acontecimientos determinantes del efecto
Final, la Guerra Mundial Europea de los 30 Años, su preparación la vemos en los
siglos inmediatamente anteriores, especialmente desde el año 1000 de nuestra
Era. La victoria del Cisma de Oriente en el 1054 hubiera debido despertar a
todos los obispos y ponerlos al corriente de la Profecía de su Señor.
Era
más fácil echarse a dormir.
Alemania
se niega a sí misma. Se entiende. Quien sirvió con tanta fidelidad, y tantas
veces al Diablo, se entiende que quiera enterrar su nacimiento en el olvido.
Alemania
nació el día en que Carlo Magno dividió su Imperio en dos Naciones, Francia y
Alemania, que cuales Caín y Abel registrarían a lo largo de los próximos siglos
una guerra fratricida que duraría hasta el final de la Segunda Guerra Mundial.
Quién fue Caín quién fue Abel se ve de los acontecimientos. No que Francia
fuera santa, a pesar de ser Cristianísimo su Reino. Ni que Alemania fuera Malignísima en sus comienzos.
El
final demuestra que sí, que la parte de Caín le tocó a Alemania.
Desde
su inicio como Nación, Alemania intentó hacer de la Iglesia Católica su
Concubina Imperial. La Guerra de las Investiduras la perdió Alemania. Dios
levantó a un Siervo suyo, Gregorio VII, para decirle al emperador alemán “Vade
Retro Satanás”.
Los
siglos pone a cada cual en su sitio. Lo que Enrique IV no pudo con todos sus
ejércitos lo pudo un Cobarde que metido a Fraile puso las iglesias de Alemania
a los pies de los poderes públicos.
El
ejemplo se corrió como la pólvora y el sueño de Satán, ser Anticristo coronado
sobre toda la Tierra, se hizo. Bueno, al menos sobre aquellas Islas, en otros
tiempos llamadas Felices. Para realizarlo en su plenitud tendría que derribar
los dos Pilares Fundamentales de la Iglesia Católica, España y Francia.
Ya
conocemos la Historia. No vamos a repetirnos. Los Estados Unidos de América se
levantaron contra el Sueño Británico y su Imperio tuvo que conformarse con ser
un Imperio de Ladrones expoliando, de seres humanos y recursos metálicos, todas
las tierras donde sus plantas pusieron sus zapatos imperiales.
Nadie
pues es predestinado al Mal sino el que ama el Mal y se entrega libremente al
Maligno a cambio de las 30 Monedas de plata del Poder. El Deber de todo hijo de
Dios es levantarse contra toda Tiranía y no permitir que el Monstruo crezca
hasta hacer necesaria la Guerra Civil.
SÉPTIMA PARTE
Los
siguientes y últimos Artículos de esta Confesión Prehistórica presbiteriana se
limitan a ejercer, una vez sacada de la lavadora el cerebro de los brutos, a
asentar la tiranía de los lavanderos. Después de haber negado que la luz de la
naturaleza no es suficiente para conocer a Dios, dice ahora:
Primer
Amén
C.W.-“La luz de la naturaleza
demuestra que hay un Dios, que tiene señorío y soberanía sobre todo, que es
bueno y que hace bien a todos, y por lo tanto, debe ser temido, amado, alabado,
invocado, creído, servido y en quien se debe confiar, con todo el corazón, con
toda el alma y con todas las fuerzas. Sin embargo, la forma aceptable de
adoración al Dios verdadero, está instituida por Él mismo, y está de tal manera
limitada por su propia voluntad revelada, que no debe ser adorado según las
imaginaciones e invenciones de los hombres, o según las sugerencias de Satanás;
bajo ninguna representación visible, o en alguna otra forma que no esté
prescrita en la Biblia”.
C.R.Y&S.-Al
tirano le incumbe regular hasta la forma de acostarse y levantarse de sus
esclavos. No ha parado de confesar que Dios es un demonio repartiendo infiernos
a diestro y siniestro, excepto a la Nueva Raza Superior de los Elegidos del
Norte y Centro de Europa, a los que le regala el caramelo del Paraíso por sus
bellas caras, y ahora nos viene diciendo que Dios es bueno y que hace el bien a
todos. ¿Se ha se suponer que crear para mandar al infierno es un bien? De
camino niega que Jesucristo fuera la Imagen Visible de Dios, condena la
Adoración de su Imagen y la declara producto de Satanás. De lo cual se entiende
que quien tiene fotos de sus seres queridos es un discípulo del Diablo. Pero
los hombres no teniendo cámaras hasta hace muy poco suplieron esta carencia
mediante la representación Ideal que permite el Genio de la Pintura.
¿Justificación? Ninguna. Es obra del Diablo. Amén.
Segundo
Amén
C.W.-“La adoración religiosa debe
ser dada a Dios, Padre, Hijo y Espíritu Santo, y solamente a Él; no a los
ángeles, ni a los santos, ni a ninguna otra criatura. Desde la caída, la
adoración es a través de un Mediador, pero por la mediación de ningún otro,
sino solamente por la de Cristo”.
C.R.Y&S.-Parece
decir el Abogado del Diablo que antes de la Caída, y debe inferirse que el
Confesor estuvo allí en ese tiempo, que antes de la Caída los hombres adoraban
a otros seres. No es fácil saberlo. El Confesor padece de la locura de quienes
sin haber salido jamás de su planeta se atreven a hablar de mundos
desconocidos, y a hacerlo con el absolutismo de quien o escuchas y asientes o
te corta la cabeza.
De
camino el Confesor condena el Amor y la Adoración por la persona amada.
Natural.
De un soldado sangriento para el que el odio es la fuente de su fuerza no debe
esperarse que ensalce las virtudes del Amor. Todo debe hacerse según su el
Pensamiento de su Espada.
¿Hay
algo más natural que adorar a la persona que se ama? Esto hablando a lo humano.
Invocando a Dios la malignidad del artículo es procedente.
¿Ignora
acaso que el Espíritu Santo se hizo hombre? Y haciéndose hombre y teniendo un
nombre ¿hay algo más natural que adorar este Nombre?
Si la Santidad es cosa de Dios y se llama a
“santos” a Pedro y a Pablo, ¿se quiere decir que la Adoración debida al Amor
debe negársele a estos Hombres que son al Espíritu Santo lo que los miembros a
nuestro cuerpo? ¿Entonces adorar a Cristo, la Cabeza del Espíritu Santo, no es
un acto del Diablo, pero adorar a su Cuerpo, sí lo es?
La
esquizofrenia homicida de este Confesor Prehistórico es un fenómeno
psicopatológico único en la Historia de Europa. Un Guerrero Sangriento con las
vestiduras llenas de sangre se sienta a hacer de Teólogo, y lo hace a sabiendas
que todo el mundo ve la sangre chorreándole por la espada, con la que escribe
esta Confesión en al que se afirma en la declaración de guerra contra el Mundo
Católico Latino a las vísperas del Tratado de Westfalia que cerraría la Guerra
de los Treinta Años. Europa daría por terminada esa Guerra, pero el Reino Unido
mantendría por la eternidad su Guerra contra Europa. La Historia de Europa
demuestra con Hechos lo que las Palabras pusieron en activo.
Amén
Tercero
C.W.-“Siendo la oración, con acción
de gracias, una parte especial de la adoración religiosa, Dios la demanda de
parte de todos los seres humanos. Pero para que sea aceptada debe hacerse en el
nombre del Hijo, con la ayuda de su Espíritu, conforme a su voluntad, con
entendimiento, reverencia, humildad, fervor, fe, amor y perseverancia; y cuando
la oración se hace en forma oral, debe ser en un idioma conocido”.
C.R.Y&S.-El
Puritano se declara ultra-beato. Y como buen hipócrita no tiene reparos en acusar
de beato a su enemigo católico. Pareciera que toda la contienda anglicana se
refiriera a ver quién era más beato. Lo más alucinante es la referencia a la
oración oral; ¿en qué parte del cuerpo estaría pensando? Pudiera ser que los Britones hubiesen descubierto como orar con la punta de los
dedos de dos pies. Y claro, como a las pulgas, había que amaestrarlos. Por otra
parte el Confesor da por status quo de facto que los britones hablaban lenguas desconocidas, cuyo ejercicio bueno fuera que se privasen a fin
de que todos pudiesen decir el Padre Nuestro pero no el de Ellos, en la Lengua
Común de los Anglo Sajones.
¡Qué
más dulce que el Odio! ¿La venganza?
Cuarto
Amén
C.W.-“La oración debe hacerse por
cosas lícitas, y por toda clase de personas que están con vida y por quienes
vivirán más adelante, pero no por los muertos, ni por aquellos de quienes se
sepa que han cometido el pecado de muerte”.
C.R.Y&S.-El
Odio a los Vivos debe ser acompañado del Olvido de los Muertos. Padres, madres,
abuelos, hijos, hermanos, todos deben ser enterrados en la tierra y una vez
enterrado deben ser enterrados en la memoria. Desterrados del mundo y de los
corazones. Sea maldito, dice el Confesor, quien ore por el alma de sus padres,
de sus hermanos, de sus hijos.
El
espíritu de la tiranía le sale por los poros a este Confesor sangriento. Si se
limitase a decir que no es conveniente que se ore por el alma de los padres, ni
se tenga viva su memoria en los corazones, pues venga, un pase. Pero el tirano
maldice el amor por los padres, por los hermanos, por los hijos. ¿Es demoníaco
orar por el alma de los padres?
Cuál
sea ése “pecado de muerte” se sobrentiende. Negarse a ponerse de rodillas ante
los divinos, por supuesto. Atentos pues a las normas de los nuevos dioses:
Amén
Quinto
C.W.- “Son partes de la normal
adoración religiosa a Dios: La lectura de la Biblia con temor piadoso, la sana
predicación, y el escuchar la Palabra conscientemente, en obediencia a Dios,
con entendimiento, fe y reverencia; el canto de los salmos con gracia en el
corazón; así como también la debida administración y digna recepción de los
sacramentos instituidos por Cristo. Además, deben usarse, de una manera santa y
religiosa, en sus diferentes tiempos y oportunidades: los juramentos
religiosos, los votos, los ayunos solemnes y acciones de gracias en ocasiones
especiales”.
C.R.Y&S.-Y
ay de aquellos que abran la boca para decir esta boca es mía:
Sexto
Amén
C.W.-“Actualmente, bajo el
Evangelio, ni la oración, ni ninguna otra parte de la adoración religiosa están
atadas a algún lugar, ni son más aceptables según el lugar donde se realizan, o
hacia el cual se dirigen. Pues, Dios debe ser adorado en todo lugar, en
espíritu y en verdad, diariamente; tanto privadamente en las familias, y en lo
secreto cada uno por sí mismo. Así, también, mucho más solemnemente, en las
reuniones públicas, las cuales no deben abandonarse u olvidarse voluntariamente
o por descuido, pues Dios por medio de su Palabra o providencia nos llama a
ellas”.
C.R.Y&S.-Hay
que ser un burro para creer que Jesucristo cambió el último día de la semana
por el primero.
Amén
Séptimo
C.W.-“Así como es ley de la
naturaleza que, en general, una debida proporción de tiempo sea separada para
la adoración a Dios; así también, en su Palabra, mediante un mandamiento
positivo, moral y perpetuo, que obliga a todo ser humano, en todos los tiempos,
Dios ha establecido específicamente un día de cada siete, como un reposo, para
ser guardado santo para Él. Desde el principio del mundo hasta la resurrección
de Cristo, este día era el último de la semana, pero desde la resurrección de
Cristo, fue cambiado al primer día de la semana, el mismo que en la Biblia se
llama Día del Señor, el cual debe continuar hasta el fin del mundo como el
Sábado cristiano”.
C.R.Y&S.-El
Judeo-Cristianismo a la inversa, el cristiano se hace judío. Todos beatos,
todos santísimos. La Hipocresía elevada a la Trono de Dios. Quitan Papa para
ponerse ellos. Y seguir el ejemplo del hijo de Salomón, “Mi padre os gobernó
con puño de hierro, mi dedo gordo es más grueso que el puño de mi padre”.
Y
Amén Octavo
C.W.-“El Sábado Cristiano es, pues,
guardado santo para el Señor, cuando los seres humanos, después de una debida
preparación de sus corazones y arreglando con anticipación sus asuntos comunes,
no solamente observan todo el día un santo reposo de sus propias labores,
palabras y pensamientos acerca de sus empleos y recreaciones seculares, sino
que también se ocupan, todo el tiempo, en el ejercicio de la adoración pública
y privada, y en los deberes de necesidad y misericordia”.
C.R.Y&S.-Ahora
viene el Aleluya.
Jesucristo
dijo “Pero yo os digo que no juréis de ninguna manera: ni por el cielo, pues es
el trono de Dios; ni por la tierra, pues es el escabel de sus pies; ni por
Jerusalén, pues es la ciudad del gran Rey, Ni por tu cabeza jures tampoco,
porque no está en ti volver uno de tus cabellos blanco o negro. Sea vuestra
palabra: Sí, sí; no, no; todo lo que pasa de esto, de mal procede”. Estos
santísimos divinos abolen las Palabra de Dios y declaran la suya Divina.
Primer
Aleluya
CV.W.-“Un juramento lícito es parte
de la adoración religiosa. Por medio del él, una persona, en una ocasión justa,
al jurar solemnemente, invoca a Dios como testigo de lo que afirma o promete; y
para que le juzgue según la verdad o falsedad de lo que jura.
Las personas deben jurar únicamente
por el nombre de Dios, el cual debe ser usado con toda reverencia y santo
temor. Por lo tanto, jurar en vano o precipitadamente por este nombre glorioso
y terrible, o jurar en alguna manera por cualquier otra cosa, es pecaminoso y
debe ser detestado. Además, así como en asuntos de peso y de importancia, un
juramento está autorizado por la Palabra de Dios, tanto bajo el Nuevo
Testamento como bajo el Antiguo; de modo que, cuando una autoridad legítima
demanda un juramento lícito para tales asuntos, dicho juramento deberá hacerse.
Cualquiera que hace un juramento,
debe considerar debidamente la importancia de tan solemne acto, y por lo tanto,
no deberá afirmar nada más que aquello de lo cual está plenamente persuadido
ser la verdad. Tampoco, debe persona alguna, obligarse mediante juramento a
cosa alguna, sino solamente a lo que es bueno y justo, y a lo que cree que lo
es, y a lo que es capaz y está decidido a cumplir. Además, es pecado rehusar un
juramento tocante a algo bueno y justo cuando es requerido por una autoridad
legítima.
Un juramento debe hacerse en el
sentido claro y común de las palabras, sin ambigüedad o reservas mentales.
Dicho juramento no puede obligar a pecar; pero en todo lo que no sea
pecaminoso, habiéndolo hecho, su cumplimiento es obligatorio, aun cuando sea en
perjuicio propio, tampoco debe violarse aunque se haya hecho a herejes.
El voto es de naturaleza semejante
a la del juramento promisorio, y debe hacerse con el mismo cuidado religioso y
cumplirse con la misma fidelidad.
El voto no debe hacerse a criatura
alguna sino únicamente a Dios. Por lo tanto, para que sea acepto, debe hacerse
voluntariamente, con fe y conciencia del deber, de manera grata por la
misericordia recibida, o para la obtención de lo que queremos. Por medio de
aquel voto nos obligamos más estrictamente a cumplir los deberes necesarios, u
otras cosas en tanto y cuanto nos conduzcan al adecuado cumplimiento de ellas.
Nadie deberá jurar que realizará cosa
alguna prohibida por la Palabra de Dios, o que impida algún deber mandado en
ella, o a lo que no está en su capacidad y para cuyo cumplimiento no tenga
promesa alguna o talento de parte de Dios. En este sentido, los votos
monásticos papistas referentes a la perpetua vida célibe, de pobreza profesa y
de obediencia regular, están tan lejos de ser grados de perfección superior, y
son más bien lazos supersticiosos y pecaminosos en los cuales ningún cristiano
debe enredarse”.
C.R.Y&S.-Palabra
de Dios: “También habéis oído que se dijo a los antiguos: No
perjurarás, antes cumplirás al Señor tus juramentos. Pero yo os digo que no
juréis de ninguna manera: ni por el cielo, pues es el trono de Dios; ni por la
tierra, pues es el escabel de sus pies; ni por Jerusalén, pues es la ciudad del
gran Rey. Ni por tu cabeza jures tampoco, porque no está en ti volver uno de
tus cabellos blanco o negro. Sea vuestra palabra: Sí, sí; no, no; todo lo que
pasa de esto, de mal procede”
Entre
la Palabra de Dios o la de estos sangrientos confesores, cada cual elija su
posición. La mía, no discutir con el Abogado del Diablo. Sigo la Ley: “Vade
retro Satanás”
Segundo
Aleluya:
C.W.-“Dios, el supremo Señor y Rey
de todo el mundo, ha instituido a los magistrados civiles, para estar, bajo Él,
sobre el pueblo, para su propia gloria y para el bien público. Para dicho fin
los ha armado con el poder de la espada, para la defensa y estímulo de los que
son buenos, y para castigo de los malhechores.
Es lícito que los cristianos
acepten y desempeñen el oficio de magistrado cuando son llamados para ello. En
la administración de este oficio, ellos deberán mantener especialmente la
piedad, la justicia y la paz, de acuerdo a las leyes sanas de cada Estado; así
que para tal fin, pueden legalmente ahora, bajo el Nuevo Testamento, hacer
guerra en ocasiones justas y necesarias.
El magistrado civil no debe
arrogarse la administración de la Palabra y de los sacramentos, o el poder de
las llaves del reino de los cielos. Sin embargo, tiene la autoridad, y es su
deber, velar para que la unidad y la paz sean preservadas en la iglesia, para
que la verdad de Dios se conserve pura y completa, para suprimir todas las
herejías y blasfemias, para impedir o para reformar todas las corrupciones y
abusos en la adoración y disciplina, y para que todas las ordenanzas de Dios
sean debidamente establecidas, administradas y cumplidas. Para el mejor
cumplimiento de todo lo anterior, el magistrado civil tiene el poder de
convocar Sínodos, y estar presente en ellos, y asegurar que todo lo que en
éstos se acuerde, esté conforme con la mente de Dios.
El pueblo tiene el deber de orar
por los magistrados, honrar sus personas, pagarles tributos y otros derechos,
obedecer sus mandatos legítimos y estar sujetos a su autoridad por causa de la
conciencia. La infidelidad o la diferencia de religión no invalida la justa y
legítima autoridad del magistrado, ni exime al pueblo de debida obediencia a
él; de la cual las personas eclesiásticas no están exentos, y mucho menos tiene
el Papa poder alguno o jurisdicción sobre los magistrados, sobre sus dominios o
sobre alguno de los de su pueblo; y aún menos para privarlos de sus dominios, o
sus vidas, ya sea porque los juzgue que son herejes, o por cualquier otro
pretexto”.
C.R.Y&S.-Todos
de rodillas. Al tirano le conviene la tiranía. Así que todos a callar.
Tercer
Aleluya
C.W.-“El matrimonio ha de ser entre
un hombre y una mujer. No le es lícito a ningún hombre tener más de una esposa,
ni a una mujer tener más de un esposo, al mismo tiempo.. El matrimonio fue
instituido para la mutua ayuda entre el esposo y la esposa, para la
multiplicación de la humanidad por generación legítima, y de la iglesia con una
simiente santa; y para la prevención de la impureza. Es lícito para toda clase
de personas que poseen la capacidad de entendimiento dar su consentimiento para
casarse. Sin embargo, es deber de los cristianos casarse solamente en el Señor;
y por lo tanto, los que profesan la verdadera religión reformada no deben
casarse con infieles, ni con católicos romanos u otros idólatras. Los que son
piadosos, tampoco deben unirse en yugos desiguales casándose con quienes sean
notoriamente malvados en su vida, o sostengan herejías detestables.
El matrimonio no debe contraerse
dentro de los grados de consanguinidad o afinidad prohibidos en la Palabra de
Dios. Ni pueden, tales matrimonios incestuosos, legitimarse jamás por ninguna
ley humana ni por el consentimiento de las partes, para que tales personas
vivan juntas como esposo y esposa. [El hombre no debe casarse con ningún
familiar de propia sangre, ni con un familiar de su esposa que sea la más
cercana en sangre. La mujer tampoco debe casarse con sus familiares de su
propia sangre, ni algún familiar de su esposo que sea el más cercano en
sangre.]
El adulterio o la fornicación
cometidos después del compromiso, si son descubiertos antes del matrimonio, dan
ocasión justa a la parte inocente para disolver el compromiso. En el caso de
adulterio después del matrimonio, es lícito para la parte inocente presentar
demanda de divorcio, y después del divorcio casarse con otra persona como si la
parte ofensora estuviese muerta.
Aunque la corrupción del ser humano
sea tal, que le dé aptitud para estudiar argumentos para separar indebidamente
a aquellos que Dios ha unido en matrimonio; sin embargo, nada excepto el
adulterio, o la deserción obstinada que no pueda ser remediada por la iglesia o
el magistrado civil, es causa suficiente para la disolución del lazo
matrimonial. Si este fuese el caso, debe observarse un procedimiento público y
ordenado, y las personas involucradas en éste no deben ser dejadas a su propia
voluntad y discreción en su propio”
C.R.Y&S.-Más
papistas que el Papa. Más racistas que Hitler. Natural que ordenasen la Muerte
de la Iglesia Católica. El Tirano no puede aceptar vivir a la sombra de nadie.
Aleluya
Cuarto:
C.W.- “La iglesia católica o
universal, la cual es invisible, consiste en el número total de los elegidos
que han sido, son, y serán reunidos en uno, bajo Cristo su cabeza; y es la
esposa, el cuerpo, la plenitud de Aquél que lo llena todo en todo. La iglesia
visible, que bajo el evangelio también es católica o universal (no está
confinada a un país, como lo estaba bajo la ley), consiste de todos aquellos,
en todo el mundo, que profesan la verdadera religión, juntamente con sus hijos;
y es el reino del Señor Jesucristo, la casa y familia de Dios, fuera de la cual
no hay posibilidad ordinaria de salvación. A esta iglesia universal visible,
Cristo le ha dado el ministerio, los oráculos y las ordenanzas de Dios, para la
reunión y perfección de los santos en esta vida y hasta el fin del mundo; y por
su presencia y Espíritu, según su promesa, los hace eficaces para ello.
La iglesia universal ha sido
algunas veces más y otras veces menos visible. Las iglesias locales, las cuales
son parte de la iglesia universal, son más puras o menos puras, según como sea
enseñada y abrazada la doctrina del Evangelio, se administren los sacramentos,
y se celebre en ellos con mayor o menor pureza la adoración
Las iglesias más puras bajo el
cielo están sujetas tanto al error como a la impureza, y algunas se han
degenerado tanto que han llegado a ser, no iglesias de Cristo, sino sinagogas
de Satanás. Sin embargo, siempre habrá una iglesia en la tierra, para adorar a
Dios conforme a su voluntad.
No hay otra cabeza de la iglesia
excepto el Señor Jesucristo; ni puede el Papa de Roma, en ningún sentido, ser
cabeza de ella. [..., sino que es aquel anticristo, aquel hombre de pecado, e
hijo de perdición, que se exalta así mismo en la iglesia contra Cristo, y
contra todo lo que es]”
C.R.Y&S.-
“Aquel, pues, que escucha mis palabras y las pone por obra, será el varón
prudente, que edifica su casa sobre roca. Cayó la lluvia, vinieron los
torrentes, soplaron los vientos y dieron sobre la casa; pero no cayó, porque
estaba fundada sobre roca. Pero el que me escucha estas palabras y no las pone
por obra, será semejante al necio, que edificó su casa sobre arena. Cayó la
lluvia, vinieron los torrentes, soplaron los vientos y dieron sobre la casa,
que se derrumbó estrepitosamente.”
1.500
años arrojados a la basura.
Nada
pudo destruir la Obra del Sabio, la Iglesia Católica. Pero nadie pido porque no
habían nacido Lutero, Calvino y Cromwell.
Quinto
Aleluya:
C.W.- “Todos los santos que están
unidos a Jesucristo, su Cabeza, por medio del Espíritu, y por medio de la fe,
tienen comunión con Él en sus gracias, sufrimientos, muerte, resurrección y
gloria. Y estando unidos unos con otros en amor, tienen comunión unos con
otros, en los dones y gracias, y están obligados al cumplimiento de tales
deberes, públicos y privados, que conducen a su bien mutuo, tanto en el hombre
interior como en el exterior.
Los santos, por su profesión, están
obligados a sostener un compañerismo santo y comunión en la adoración a Dios, y
a cumplir los otros servicios espirituales que sirvan a su edificación mutua;
como también a socorrerse unos a otros en las cosas externas, de acuerdo a sus
diversas capacidades y necesidades. Esta comunión debe extenderse, según se
ofrezca la oportunidad, a todos aquellos que, en todo lugar, invocan el nombre
del Señor Jesús.
Esta comunión que los santos tienen
con Cristo, de ninguna manera los hace partícipes de la sustancia de su
divinidad, ni los hace iguales a Cristo en modo alguno, y el afirmar cualquiera
de estas dos cosas es impío y blasfemo. Tampoco su comunión mutua, como santos,
quita o infringe el título o propiedad que cada uno tiene sobre sus bienes y
posesiones”.
C.R.Y&S.-El
cuerpo no participa de la naturaleza de la cabeza. Tenemos la cabeza de un
hombre y el cuerpo de una bestia. Natural. En el caso de la Reforma, a la
inversa: cabeza de bruto y cuerpo de humano.
Sexto
Aleluya:
C.W.-“Los sacramentos son signos y
sellos santos del pacto de gracia, directamente instituidos por Dios, con el
propósito de representar a Cristo y sus beneficios, y para confirmar nuestra
participación en Él: y también para establecer una diferencia visible entre los
que pertenecen a la iglesia y el resto del mundo; y para comprometerlos
solemnemente en el servicio a Dios en Cristo, en conformidad con su Palabra.
En cada sacramento hay una relación
espiritual, o unión sacramental, entre el signo y la cosa significada, de
manera que los nombres y los efectos del uno, se le atribuyen también al otro.
La gracia que se manifiesta en y
por medio de los sacramentos, correctamente usados, no se confiere por algún
poder que haya en ellos; la eficacia del sacramento tampoco depende de la
piedad o la intención del que lo administra; sino de la obra del Espíritu y de
la palabra de la institución, la cual contiene, junto con un precepto que
autoriza su uso, una promesa de beneficio a los que lo reciben dignamente.
En el evangelio hay sólo dos
sacramentos instituidos por Cristo nuestro Señor, que son el bautismo y la
Santa Cena. Ninguno de ellos debe ser administrado por alguien que no sea un
ministro de la Palabra legítimamente que se refiere a las cosas espirituales
significadas y manifestadas, eran, en esencia, los mismos que los del Nuevo
Testamento”.
C.R.Y&S.-Heil, morituri te salutant.
Entre
cinco y seis millones los asesinados en la Guerra de los 30 años. Plus los
crímenes cometidos desde el 1517 al 1617. Y estos Divinos hablan de Oración,
Santidad, Sacramentos. Ahora viene la Gloria.
La
cáliz de la Misa Presbiteriana se llena con la Sangre de esos millones de
muertos. Salud y larga vida.
Primera
Gloria
C.W.-“El bautismo es un sacramento
del Nuevo Testamento, instituido por Jesucristo, no sólo para admitir
solemnemente a la persona bautizada en la iglesia visible, sino también para
que sea para ella un signo y un sello del pacto de gracia, de haber sido
injertado en Cristo, de la regeneración, de la remisión de pecados y de su
entrega a Dios mediante Cristo Jesús, para andar en vida nueva. Este
sacramento, por institución del propio Jesucristo, debe continuar en su iglesia
hasta el fin del mundo.
El elemento externo que debe usarse
en este sacramento es el agua, con la cual la persona debe ser bautizada, en el
nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo, por un ministro del
Evangelio legítimamente llamado para ello. La inmersión de la persona en el
agua no es necesaria, pues, el bautismo es correctamente administrado mediante
la aspersión o efusión del agua sobre la persona.
No sólo deben ser bautizados los
que realmente profesan fe en, y obediencia a Cristo, sino también los infantes,
hijos de uno, o de ambos padres creyentes.
Aunque el menosprecio o descuido de
este sacramento sea un gran pecado, sin embargo, la gracia y la salvación no
están tan inseparablemente unidas al bautismo, como para que ninguna persona
sea regenerada o salvada sin el bautismo, o como para que todos los que son
bautizados sean indudablemente regenerados.
La eficacia del bautismo no está
ligada al momento preciso en que se administra. No obstante, mediante el uso
correcto de esta ordenanza, la gracia prometida no sólo es ofrecida, sino que
realmente es manifestada y conferida por el Espíritu Santo, a aquellos (ya sean
adultos o infantes) a quienes pertenece aquella gracia, según el consejo de la
propia voluntad de Dios, en el tiempo establecido por Él. El sacramento del
bautismo se administra una sola vez a cada persona”.
C.R.Y&S.-El
Bautismo es Innecesario para la Salvación. La Redención fue inútil.
Segunda
Gloria
C.W.-“Nuestro Señor Jesús, la noche
en que fue traicionado, instituyó el sacramento de su cuerpo y sangre, llamado
la Santa Cena. Este sacramento debe ser observado en su iglesia hasta el fin
del mundo con el propósito de conmemorar perpetuamente el sacrificio de sí
mismo en su muerte, para sellar en los verdaderos creyentes todos los
beneficios de la misma, para su nutrición espiritual y crecimiento en Él, para
mayor compromiso en y hacia todas las obligaciones que a Él le deben, y para
ser un lazo y una garantía de su comunión con Él, y de los unos con los otros,
como miembros de su cuerpo místico.
En este sacramento, Cristo no es
ofrecido a su Padre, ni se hace un sacrificio real por la remisión de pecados
de los vivos o de los muertos. Es solamente una conmemoración de aquel único ofrecimiento
de sí mismo y por sí mismo en la cruz, una sola vez para siempre, y es una
ofrenda espiritual a Dios de la mayor alabanza posible por tal sacrificio. De
manera que el sacrificio papal de la misa (como ellos la llaman), es la injuria
más abominable al único sacrificio de Cristo, que es la única propiciación por
todos los pecados de sus elegidos.
En este sacramento, el Señor
Jesucristo, ha ordenado a sus ministros que declaren al pueblo su Palabra de
institución, que oren, que bendigan los elementos del pan y del vino, y que los
aparten así del uso común para un uso santo; que tomen y partan el pan, que
tomen la copa y que (comulgando ellos mismos) ambos sean dados a los
comulgantes; pero a ninguno que no esté presente en ese momento en la congregación.
Las misas privadas, o el recibir a
solas este sacramento, de un sacerdote o por cualquier otro, así como la
negación de la copa al pueblo, la adoración de los elementos, el elevarlos, o
el llevarlos de un lugar a otro para adoración, y el reservarlos para cualquier
pretendido uso religioso, es contrario a la naturaleza de este sacramento y a
la institución de Cristo.
En este sacramento, los elementos
externos, debidamente separados para los usos instituidos por Cristo, tienen
tal relación con Cristo crucificado, como si verdaderamente fuesen el cuerpo y
la sangre de Cristo, aunque lo son sólo sacramentalmente y se les llaman, a
veces, por el nombre de lo que representan. No obstante, en sustancia y
naturaleza, estos elementos siguen siendo, verdadera y solamente, pan y vino,
tal como eran antes.
La doctrina llamada comúnmente
transubstanciación, la cual sostiene que la sustancia del pan y del vino se
convierte en la sustancia del cuerpo y de la sangre de Cristo, por la
consagración del sacerdote, crucificado y de todos los beneficios de su muerte.
Por lo tanto, el cuerpo y la sangre de Cristo no están carnal y corporalmente
en, con, o bajo el pan y el vino; sino que están real pero espiritualmente
presentes en aquella ordenanza para la fe de los creyentes, tal como los
elementos lo están para sus sentidos externos.
Aunque los ignorantes y los
malvados reciban los elementos externos de este sacramento; sin embargo, no
reciben la cosa significada por medio de éstos. Más bien, al participar de
ellos indignamente, son culpables del cuerpo y de la sangre del Señor para su
propia condenación. Por esta razón, todas las personas ignorantes e impías,
puesto que no son aptas para gozar de la comunión con Él, son también indignas
de la mesa del Señor, y mientras permanezcan en tal condición, no deben, sin
cometer un gran pecado contra Cristo, participar de estos santos misterios, ni
deben ser admitidos a ellos.
C.R.Y&S.-Todos
los Católicos son hijos de Satanás. Es deber asesinarlos para gloria del Señor
de los Divinos.
Tercera
Gloria:
C.W.- “El Señor Jesús, como Rey y
Cabeza de su iglesia, ha designado en ella, un gobierno en mano de los
oficiales eclesiásticos, distintos del magistrado civil. A estos oficiales se
les ha encargado las llaves del Reino de los Cielos, en virtud de lo cual,
tienen poder, respectivamente, para retener y remitir los pecados, para cerrar
aquel Reino a los que no se arrepienten, tanto por la Palabra como por las
censuras; y para abrirlo a los pecadores arrepentidos, por medio del ministerio
del Evangelio, y mediante la absolución de las censuras, según lo requieran las
circunstancias.
Las censuras eclesiásticas son
necesarias, para rescatar y ganar a los hermanos ofensores, para disuadir a
otros de ofensas similares, para purificar de aquella levadura que puede
infectar a toda la masa, para vindicar el honor de Cristo y la santa profesión
del Evangelio; y prevenir la ira de Dios, que con justicia podría caer sobre la
iglesia, si ésta consintiera que el Pacto del Señor y sus sellos sean profanados
por ofensores notorios.
Para el mejor logro de estos fines,
los oficiales de la iglesia deben proceder mediante la amonestación, a la
suspensión del sacramento de la Santa Cena por un tiempo, y mediante la
excomunión de la iglesia, según sea la naturaleza del crimen y el
desmerecimiento de la persona”
C.R.Y&S.-Hay
que matar a la Iglesia Católica para ocupar su lugar. ¿O alguien cree que se
puede ser reina mientras la reina legítima esté viva? El ejemplo del Asesino en
serie, Enrique VIII, aplicado a la Esposa de Cristo.
Cuarta
Gloria
C.W.-“Para el mejor gobierno, y
para la mayor edificación de la iglesia, deben haber asambleas tales como las
que son comúnmente llamadas Sínodos o concilios. Así como los magistrados
pueden legítimamente convocar a un Sínodo de ministros y otras personas
idóneas, para consultar y recibir consejo sobre asuntos religiosos de la misma
manera, cuando los magistrados son enemigos declarados de la iglesia, los
ministros de Cristo, por sí mismos, en virtud de su oficio, pueden reunirse en
asambleas con otras personas idóneas delegadas por sus iglesias.
Corresponde a los sínodos y
concilios, resolver ministerialmente las controversias sobre fe y casos de
conciencia; establecer reglas e instrucciones para el mejor orden de la adoración
pública y gobierno de su iglesia; recibir reclamos en casos de mala
administración y resolverlos autoritativamente. Estos decretos y
determinaciones, si están de acuerdo con la Palabra, deben ser recibidos con
reverencia y sumisión, no sólo por estar de acuerdo con la Palabra, sino
también por el poder con el cual son hechos, como ordenanza de Dios instituida
en su Palabra para este fin.
Todos los sínodos y concilios,
desde el tiempo de los apóstoles, ya sean generales o particulares, pueden
errar; y muchos han errado. Por lo tanto, no debe hacerse de ellos la regla de
fe, o de práctica, sino que deben usarse como una ayuda para ambas.
Los sínodos y concilios deben
tratar y decidir solamente asuntos eclesiásticos; y no deben entrometerse en
asuntos civiles que conciernen al Estado, a no ser por medio de humilde
petición, en casos extraordinarios, o por medio de consejo para la satisfacción
de la conciencia, si les es solicitado por el magistrado civil”.
C.R.Y&S.-Sin
comentarios. El lector presbiteriano es tan bruto que discutir con él sobre el
origen maligno de la semilla de la que nació la Reforma es hacer de Jesucristo
dialogando con el Diablo. “Vade retro Satanás”
Quinta
Gloria:
C.W.-“Después de la muerte, los
cuerpos de los seres humanos vuelven al polvo y experimentan putrefacción; pero
sus almas (que no mueren ni duermen), al tener una subsistencia inmortal,
inmediatamente vuelven a Dios quien las dio. Las almas de los justos, siendo
entonces hechas perfectas en santidad, son recibidas en los más altos cielos,
donde contemplan el rostro de Dios, en luz y gloria, esperando la plena
redención de sus cuerpos. Las almas de los malvados son arrojadas al infierno,
donde permanecen en tormentos y en tenebrosidad totales, reservadas para el
juicio del gran día. Aparte de estos dos lugares para las almas separadas de
sus cuerpos, la Biblia no reconoce ningún otro. Los que aún vivan en el día
final, no morirán, sino que serán transformados, y todos los muertos
resucitarán con sus mismos cuerpos, y no con otros, pero con diferentes
cualidades, y estos cuerpos serán unidos otra vez con sus almas para siempre. Los
cuerpos de los injustos, por el poder de Cristo, serán resucitados para
deshonra; los cuerpos de los justos, por el Espíritu de Cristo, serán resucitados
para honra; y serán hechos semejantes a Su propio cuerpo”.
C.R.Y&S.-Al
demente su locura. Del Diablo la negación de la doctrina de Dios.
Y
Gloria Sexta:
C.W.-“Dios ha establecido un día en
el cual juzgará al mundo con justicia por medio de Jesucristo, a quien todo
poder y juicio es dado por el Padre. En aquel día no solamente los ángeles
apóstatas serán juzgados, sino que de igual manera todas las personas que han
vivido sobre la tierra se presentarán ante el tribunal de Cristo para dar
cuenta de sus pensamientos, palabras y obras, y para recibir conforme a lo que
hayan hecho mientras estaban en el cuerpo, sea bueno o malo.
El propósito por el cual Dios ha
establecido este día es para la manifestación de la gloria de su misericordia,
en la eterna salvación de los elegidos; y la de su justicia, en la condenación
de los reprobados que son malvados y desobedientes. En aquel entonces los
justos entrarán en la vida eterna, y recibirán aquella plenitud de gozo y
reposo, que procede de la presencia del Señor; pero los malvados que no conocen
a Dios, ni obedecen el Evangelio de Jesucristo, serán arrojados de la presencia
de la gloria del Señor, y de la gloria de su poder, al tormento eterno, y serán
castigados con perdición eterna.
Así como Cristo quiso que estuviésemos
ciertamente persuadidos de que habrá un día de juicio, tanto para disuadir de
pecar, a todo ser humano, como para el mayor consuelo de los piadosos en
tiempos de adversidad; del mismo modo ha querido mantener ese día desconocido,
para que los seres humanos dejen toda seguridad carnal y estén siempre
vigilantes, porque no saben a qué hora vendrá el Señor, y para que estén
siempre listos para decir: Ven, Señor Jesús, ven pronto. Amén.”
C.R.Y&S.-Ese
Día, temblaréis de espanto.
CONCLUSIÓN
“Todo
Reino en sí dividido será desolado y toda casa o ciudad en sí dividida no
subsistirá”
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