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LA ESTRELLA DE LA MAÑANA

 

FE DE VIDA;TESTIMONIO DE FE

2021

LA GLORIA DE LA LIBERTAD DE LOS HIJOS DE DIOS

 

La verdadera libertad ¿no es la de Dios? Todo lo puede, hace lo que quiere, nadie puede decirle lo que debe o no debe, Él dice y así se hace, no hay fuerza en el Cosmos que se plante delante de su Poder Creador y le impida a su Verbo realizarse. La Libertad de Dios es plena. Al decir Divina reconocemos que el Creador tiene un conocimiento de Sí Mismo forjado en la Eternidad del Tiempo y en el Infinito del Espacio.  YAVÉ, Señor del Cosmos y de todo lo que existe, vive una Concepción de Dios, y ésta personalizada en su Ser. Quien es Dios y el que es Dios el fruto de una Formación vivida durante una eternidad, durante la cual Dios y YAVÉ devinieron una sola Persona: YAVÉ DIOS, por todos conocido como el Padre de Jesucristo, nuestro Rey Divino. Decir que Dios tiene Libertad Plena, decir que su Libertad es Divina nos implica a nosotros en el Pensamiento, de camino levantando nuestra inteligencia a la definición de lo que es la Libertad, para nosotros, los hombres. La Historia está ahí para dar cuenta del crecimiento del significado, en esencia y sustancia, de la Necesidad de la Libertad. Vivir en libertad, ser libres, amarla, no perderla, expandirla a todos los vientos, abrazada por todos los pueblos. Por suerte o desgracia sabemos lo que significa la Libertad... porque la perdimos. Y la hemos vuelto a encontrar. Ahora sabemos lo que significa la Palabra Libertad. A vida o Muerte. La Libertad es un Derecho Sagrado, su abolición, su encadenamiento, el desprecio a su esencia y sustancia, es un Delito contra la Humanidad. A nivel humano. En la escala de los hijos de Dios, negar la Libertad a otro ser humano es un Delito contra Dios, nuestro Creador, que nos creó para formar nuestro espíritu a Su imagen y semejanza de los hijos. La Libertad no sólo debe ser defendida, sino salir en defensa de quienes son privados de ella. Sin tregua. Sin concesiones. Sin pactos diabólicos. Ni Estado, ni Organización Mundial, ni Ideología de locos para locos que vendieron su Libertad a cambio de pan y agua. Mejor hombre muerto que esclavo vivo. Esto es a todos los niveles, sean los hijos de Dios del Cielo, sean los hijos de hijos de la Tierra, esta esencia y sustancia de la Libertad es Universal. Es Divina. Viene del Creador a su Creación. Somos su Creación. Somos libres y aspiramos a una Libertad Humana Plena en tanto en cuanto Derecho Divino. NO es una exigencia, viene en la Paternidad que Dios extiende sobre sus Criaturas, en la que engendra hijos para su Casa, Hermanos para su Hijo.

 ¿Podemos concebir, como creación, mayor gozo que vivir la libertad de un hijo de Dios? Nuestra Libertad, por Amor, deviene Plena. Es decir, nacemos, como hijos, heredando una visión de lo que significa ser hijo de Dios. Conocimiento que se recibe por la Iglesia, cuyo Mano apunta siempre y por siempre a su Señor, Jesucristo, hijo verdadero de Dios, nuestro Modelo, y Modelo Universal para todos los hijos de Dios, presentes y futuros, nacidos y por nacer. NO tenemos una visión de nuestra Naturaleza, en cuanto hijos de Dios, acorde a la sangre, sea roja, o azul. NO necesitamos inventarnos un Modelo a cuya Imagen y Semejanza ser formados. Dios nos lo dio. Nos dio a su Hijo Amado. Lo hizo Hombre. No lo vimos con nuestros ojos, pero La Sangre de Cristo, en su Iglesia y en su Pueblo, nos lo personifica como si lo tuviésemos delante. La Palabra cobra vida, saltamos de las sombras de la Muerte a la luz de la Vida Eterna. EL Camino que hacemos es tierra eterna. Vivimos en la eternidad, aquí. NO mañana. Aquí, Hoy. Aquí comienza nuestra Aventura en la Vida Divina. Bienvenidos al Reino de Dios. Somos Ciudadanos del Reino de Dios. Vivimos a la Luz de su Justicia. Somos libres. Nuestro Pensamiento es el Pensamiento de Cristo. Amamos tener por Rey al Hijo Amado de Dios. La Paz de su Reino universal se basa en la Justicia, Divina, incorruptible, insobornable, ella misma hija de la Verdad. Y la Verdad la conocemos. El Hijo Primogénito de Dios es su Unigénito. Todos hemos sido creados de la Materia del Cosmos. Su Unigénito fue engendrado en Dios y por Dios. Su Unigénito es su Victoria. La Victoria de YAVÉ, Creador del Big Bang. La Victoria de su Concepción del Dios. Dios no puede ser creado. Por esto dijo Dios: “Yo te he engendrado Hoy, pídeme y te daré los confines del universo”.  Y, en efecto, así fue, lo hizo Señor de toda su Creación, y elevándolo al Trono del Rey de su Reino, Dios puso en sus manos la Vida y la Muerte de todas las criaturas. Por esto le confesamos con nuestra Madre la Iglesia, diciendo de ese Hijo: Dios Verdadero de Dios Verdadero, engendrado, no creado, de la misma naturaleza Divina del Padre”. Sobran las palabras, quien sume o reste abre la puerta de las tinieblas. Ahora bien, si alguno quiere irse con el Diablo al Infierno del Destierro ad eternum, que se lo piense. La Libertad es Sagrada, tienes el Poder de rechazar o vivir la Verdad. Pero es bueno saber los pros y los contras, qué es el Paraíso de Dios y que es el Infierno al que la Muerte te llama. NO respondas, no la mires, ni te des la vuelta. La única voz que se debe escuchar es la Voz de la Sabiduría. La Sabiduría nos dio al Hijo de su Esposo y Señor por Luz y Guía. Bajo nuestros pies hay tierra eterna y polvo del olvido.  Cada cual elige, creer en Dios: Padre, Hijo y Espíritu Santo; o no creer como acto de libertad. ¿Se suicidan libremente las personas? El suicida toma la decisión de acabar con su vida. ¿Qué circunstancias sociales lo arrastraron al abismo? ¿Quiénes pusieron la horca y rodearon su cuello con la soga?

Volviendo al tema principal, diré que cuando el Hijo de Dios se hizo Hombre ésa Libertad Divina permaneció plena en ÉL. El Hijo de Dios tenía Libertad para subir a la Cruz, o no subir. “YO doy mi vida de mí mismo”. SU Padre no le negó a su Hijo la Libertad natural a Dios, SU Libertad Natural, la Libertad Divina de SU Hijo. Jesucristo no perdió jamás su Libertad Divina. ÉL se sujetó a la Sabiduría de SU Padre en razón de SU Amor a Dios y al Hombre, SU Creación. El Hijo Amado de Dios se hizo Siervo siendo ÉL mismo Dios. EL Hijo Amado de Dios puso su Libertad Divina a los pies de su Padre; SU Padre en ningún momento le negó su Libertad Natural Divina; sino que dejó en las manos de su Hijo el Futuro de SU Creación.

Luego sabemos que la Libertad se sujeta a la Sabiduría Divina, y lo hace por AMOR. Tanto ama el Hijo de Dios a su Padre  que por Amor a Su Sabiduría puso a sus pies su Libertad Divina, esa Libertad de quien siendo Todopoderoso hubiera podido darle fin al Mundo Antiguo y haber dirigido la Historia del Género Humano acorde a su Voluntad, la Voluntad de quien siendo Dios tiene Poder sin límites para realizar SU Voluntad propia.

¿Pero se puede ser Hijo de Dios y no tener el gozo de vivir esta Libertad Natural Divina? EN el caso contrario ¿no sería una quimera dicha Paternidad del Creador sobre su Creación Viva? Le bastaría a Dios no declararse Padre de su Criatura Humana para que lo antinatural, en la Filiación, deviniese natural, por la no Paternidad del Creador sobre su Creación. Y sin embargo el Libro de la Creación del Género Humano es claro y no deja lugar a dudas: “Hagamos al Hombre a nuestra Imagen y Semejanza”. Y quien habló es Dios.

Interpretando lo cual tenemos dos puertas. Por la una entramos en el reino de Satán, la Serpiente Antigua del Edén, para quien la Libertad del Ser, natural a quien ha sido creado a la Imagen y Semejanza de su Creador, es Libertad Natural Divina. Y por la otra entramos por las Puerta del Reino de Jesucristo, donde la Libertad Natural de los hijos de Dios se sujeta, con pleno conocimiento de causa, al Amor a la Sabiduría de Dios.

Lo cual nos lleva a comprender que, tanto la del ser humano cuanto la de los demás seres engendrados por Dios para ser Sus hijos, la Libertad está en el Espíritu del Hijo de Dios. Porque cuando Dios dijo “Hagamos al Hombre a nuestra Imagen y Semejanza” quien habló fue el Verbo del Dios, la Palabra Viva de la Voluntad Creadora de su Padre. El Hijo estaba hablando a sus hermanos, los hijos de Dios. Y de aquí que en la Genealogía Bíblica de Jesús se diga: “Adán, hijo de Dios”. Pues el Hombre fue creado, ha sido creado, y es engendrado para ser hijo de Dios. Y siendo el Primogénito de Dios el Modelo de todos los hijos de Dios la Libertad Natural a todos es Divina, y esta Naturaleza sujeta al Amor a Dios, como Padre de todos, y a su Sabiduría Creadora, como Origen de todo.

Aquí fue donde se cebó la Tragedia del Primer Hombre a quien Dios llamó “hijo mío”. Engañado Adán por Satán para hacer su Voluntad propia acorde a la condición natural de un hijo de Dios, cuya Libertad es Divina, él era Dios en la Tierra y quien no viniese a su Reino, que era el reino de Dios, por el Poder de Dios que en él vivía quien se le resistiese moriría. En definitiva, en sus manos estaba el Poder sobre la vida y la muerte de todos los hombres. Era la Voluntad de Dios que todos los hombres deviniesen ciudadanos de su Reino y él, Adán, como Rey, heredaba el Poder Absoluto sobre la viday la muerte de quien se negase a reconocer a su Dios como el único y Verdadero Dios.

¡Ser dios la imagen y semejanza de Satán! he aquí el Pecado Original.

Ser hijos de Dios a la Imagen y Semejanza de Cristo Jesús, ¡he aquí la Puerta a la Sabiduría!

Evidentemente, y sin necesidad de buscar argumentos más lejos, los hijos de Dios heredan el espíritu de su Padre, Dios Creador; y es en esta Herencia que la actividad creadora del espíritu del Hombre tiene su Origen. De donde se entiende que la Libertad del Hombre para crear es Divina, siendo siempre el Hombre, creación de Dios. Y de aquí que en su Libro el Salmista siempre diga: “NO destruyas, no destruyas, no destruyas”. Que fue en su sustancia el pecado original de Adán, tomar el Poder de destruir vidas como parte de su Libertad Divina.

Observamos, por consiguiente, que por el Pecado de Adán, declararse “dios” entre los hombres, la Puerta a esta Libertad Natural de los hijos de Dios : fue cerrada. Pero no para siempre. Porque, aunque el Reino de Dios había comenzado su andadura en la Historia de la Tierra, sus fronteras no habían cruzado los ríos hacia el Este y el Oeste, el Norte y el Sur. Ahora bien, el Verbo de la Formación del Género Humano a la Imagen y Semejanza de los hijos de Dios miraba a la Plenitud de las naciones que habían de nacer de aquella Primera Generación Edénica.

Así pues, parece ser que, surgió en el Cosmos una Fuerza capaz de frustrar el Poder del Verbo y doblegar el Brazo del Creador del Universo. Dios había engendrado en el Hombre un hijo, su hijo Adán, cuya Corona, “bajando del Cielo”, extendería su Reino por toda la Tierra, andando el Tiempo. Apenas comenzada la Historia del Reino de Adán sus páginas se dieron de cabeza con el epílogo, y el reino de la Tierra fue traspasado a Satán.

Se hizo la Tragedia.

Por un momento pareció como si Dios hubiese abandonado al Género Humano en las manos del Homicida Sacrílego que se atrevió a desafiar a su Creador. Locura sobre locura éste así tomó el asunto; su único problema destruir al Niño que habría de nacer de Eva para aplastarle la cabeza.

Locura sobre locura digo, porque el Verbo es Dios, y nada ni nadie puede impedir su realización. “Dios dice y Dios hace”. Satán creó que podría escribir su negación, “Dios dijo y NO se hizo”.

Al nacer el Niño que habría de quitarle la Corona de la Tierra al asesino de Adán, su padre, se pensó que Dios reemprendería la Formación de SU Reino en el Mundo, con capital en Jerusalén. Sorpresa sobre sorpresa, cuál no sería la sorpresa de los Judíos cuando comprendieron que el Pensamiento de ese Niño hecho Hombre era otro muy distinto. Y es que Dios había recogido su Verbo, la Formación del Hombre a la Imagen y semejanza de los hijos de Dios, y dispuesto que el Día en el que el Hombre disfrutaría de la Gloria de la Libertad de los hijos de Dios amanecería al otro lado de los Dos Milenios, a pasar desde el Testamento firmado con su sangre por Cristo Jesús: hasta el nacimiento de su primogénito en el Espíritu de Yavé, Cristo Raúl..

Sujeto el Rey a la Sabiduría de su Padre: su Libertad Natural Divina, Fuente de la Gloria de la Libertad de sus hijos, quedó, por Amor, igualmente sujeta. De manera que, sentado a la Diestra de su Padre, la Gloria de su Libertad Divina, y Libertad de Dios Verdadero, no se expandiese desde su Corona a todos los hijos de Dios, de la Tierra y del Cielo, para la Consumación Final del Verbo de Formación del Género Humano a la Imagen y Semejanza de los hijos de Dios, hasta el nacimiento de ese Día señalado por su Sabiduría, tiempo en que sería abierto SU Testamento y su Lectura se daría a conocer a todas las naciones.

Pero una vez nacido el primogénito del Testador Divino y el Árbol de las Lenguas con sus raíces en la Roca Eterna, nada ni nadie puede detener el Poder del Rey que Dios le ha dado a su Creación, del Cielo y de la Tierra; pues si Adán, en cuanto rey, cayó por ser hombre, Dios nos ha dado a todos sus hijos, de la Tierra como del Cielo, un Rey que, siendo Dios Verdadero de Dios Verdadero, es Indestructible. De un sitio. Y del otro, que siendo este Rey el Hijo de su Ser, el fuego que mantiene vivo por la eternidad su Corazón, ÉL mismo, el propio Dios Señor Creador del Cosmos se sienta a su lado como Dios de todos los Pueblos de la Creación.

Pues en verdad, quien engendra tiene la responsabilidad de un padre para con su hijo.

De manera que habiendo nacido el Primogénito de Cristo, en el espíritu de Yavé, aquel Día, por el Espíritu Santo profetizado, el Día que toda la creación ha estado esperando con el corazón en un puño, ese Día ha amanecido.

La Libertad, por consiguiente, concluyendo, se sujeta al Amor por Dios y por el Hombre; de un sitio. Y del otro, a la Naturaleza del Espíritu del Padre de todos, que es el Espíritu del Dios Creador del Cosmos, del Cielo, de los Cielos y de la Tierra.

El que destruye ni ama a Dios ni ama al Hombre. ¡Cuánto menos podrá amar a los hijos de Dios!