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LA HISTORIA DIVINA DE JESUCRISTO

"LA ESTRELLA DE LA MAÑANA

 

 CONCORDANCIA ENTRE LOS ACONTECIMIENTOS DEL PRÓXIMO ORIENTE DURANTE LA SEGUNDA PARTE DEL SEGUNDO MILENIO A.C., A FAVOR DEL EXODO EN EL SIGLO XVI A.C.

 

1750. los hicsos conquistan Avaris

1595. fin de la primera dinastia de babilonia. Murshilish I, nieto de Khattushilish I, destruye Aleppo y Babilonia en este año

1573-1550. los egipcios expulsan a los hicsos, Exodo y Caída de Jericó

 

La Cronología final de la época Medio-Oriental en relación a la Historia de la Biblia nos permite dibujar los Acontecimientos desde una nueva perspectiva. La desmembración de la Cronología del cuerpo de la Arqueología en orden a apartar a la Historia Universal de la Historia Divina causó a finales del XIX d.C. un desplazamiento de los Hechos que condujo a situar el Exodo en el siglo XIII a.C.

La inposibilidad de armonizar los acontecimientos relatados en la Biblia y nuestro conocimiento de la Civilización y Cultura Monárquica Egipcia nos aparta de darle viso de trascendencia histórica a una cronología oficial cuyo origen es antibíblico por el mero hecho de ser sus autores anti-eclesiásticos.

El primer factor que anula semejante desplazamiento del nacimiento de Moisés al siglo XIII a.C. tiene en la Endogamia Monolítica de la Casa Faraónica su llave maestra. Creer que una Dinastía Imperial fundada en la Endogamia Ultracerrada de la Familia Faraónica pudiese admitir en su seno al hijo de una esclava, caso Moisés, es proceder a una lobotomización del intelecto, es negar todos los conocimientos almacenados sobre la Mentalidad de la Dinastía Faraónica.

Los románticos, en desprecio a la verdad histórica, pueden llamar a su favor las telenovelas de nuestro tiempo de la misma manera que los románticos entre los arqueólogos invocaron los derechos humanos para defender una barbaridad tan grande como es la adopción del hijo de una esclava por una princesa de sangre faraónica.

En verdad que hay que tener los pies bien hundidos en el anticristianismo más feroz para contra la propia inteligencia cegarse los ojos y pasar por alto semejante barbarismo.

Inútil sería meterse en una reconstrucción de la mentalidad endogámica faraónica que vimos en su aspecto más brutal en la historia de Cleopatra VII.

El Racismo es cosa nueva. Los pueblos antiguos no entendían de racismo tal cual nosotros lo entendemos. Se ve en las Artes Escultóricas y Pictóricas de los Monumentos Egipcios que el fenotipo del Egipto faraónico y el fenotipo del Israelita Hebreo eran realidades que puestas delante de un espejo únicamente un ciego podía asimilar original y reflejo en tanto que las dos caras del mismo sujeto.

Creer que un Israelita Hebreo, hijo de esclavos, podía ser adoptado, en pleno siglo XIII a.C, por la Casa Faraónica como príncipe es en verdad exigirnos que nos cortemos la cabeza o que nos desprendamos del cerebro.

La diferencia en fenotipo entre el Egipcio Faraónico y el Israelita Hebreo, amén de que a la mentalidad imperial dinástica dicha adopción le resultaba una abominación impensable de ser acometida, por príncipe o princesa de la época, hecho que jamás se registró en los Anales, Crónicas o Historias Fabulosas del Imperio de los Faraones; dicho fenotipo hubiese delatado al "niño salvado de las aguas" delante de la Corte apenas la princesa hubiese intentado colarle al Faraón y a sus hijos tal abominación.

Bajo la naturaleza endogámica faraónica que permanecería vigente durante la era ptolemaica hasta dar su último coletazo en Cleopatra VII, no cabe abrirle al Moisés del Exodo las puertas de la Corte del Faraón. Así que bajar del siglo XVI al siglo XIII de los Ramsésidas el Exodo es retornar a la petición de dejarnos arrancar el cerebro. O bien se le niega Realidad alguna a la Historia de este Héroe Bíblico, o se niega la Cronología Oficial para el Exodo que sitúa el Paso del Mar Rojo en algún punto del Siglo XIII. Frente a la Mentalidad Endogámica Faraónica no cabe itra eleccción.

Un Hecho semejante, la adopción de un esclavo por una princesa faraónica únicamente podía caber en la Corte de los Faraones Hicsos. Procedentes ambos, el Israelita Hebreo y el Pueblo de los Hicsos del mismo Tronco, dos ramas del mismo fenotipo, la adopción por una princesa hicsa del hijo de una esclava israelita venía a quedar al nivel de una española en plena adopción de un niño francés o italiano.

Del otro lado, la Endogamia de la dinastía hicsa se reducía al carácter militar típico de todo acto de invasión y conquista. Aquella reacción del poder hicso al crecimiento de la población israelita no fue registrada jamás como propia, en ninguna época, de la corte egipcia nativa; y no existen registros de semejante medida, en general, y en especial contra los Israelitas, por la sencilla razón de que no le cabía al Egipcio semejante barbarismo. Únicamente una corte no nativa, la Hicsa, que se sentía invasora y siempre alerta de que el golpe de Estado que dieron contra sus anfitriones, los Egipcios, se les volviera como boomerang de mano de los Israelitas podía dar su bendición a semejante Medida genocida.

Esto de un sitio.

Del otro, regresemos al Golpe de Estado que los Hicsos dieron contra sus anfitriones, los Egipcios, en el 1750 a. C.

Desde este año, 1750, hasta el año de su Caída, allá por el 1550, década arriba o década abajo está en el aire, los Hicsos tienen dos siglos de dominio absoluto durante los cuales los Egipcios se retiraron al Sur y desde el Sur esperaron su momento. ¿Qué acontecimiento les permitió de golpe y porrazo lanzarse contra un Invasor que durante dos siglos habían impuesto su ley en el Nilo? Las fuerzas militares egipcias durante el periodo anterior a la Caida de los Hicsos se nos descubre nula.

También está Jericó, la ciudad amurallada que no pudo resistir el asedio de las trompetas de Josué. Los Arqueólogos reconocen que en esa fecha esas murallas cayeron, pero que lo hicieron por efecto de un terremoto.

No sabemos en qué data se basan para decir que la región sufrió un terremoto. A menos que el terremoto se centrara exclusivamente bajo los pies de Jericó es de creer que el prejuicio antibíblico cegó el pensamiento de los Padres de la Arqueología del Próximo Oriente Antiguo, y, aun teniendo la concordancia de las fechas, anclados en el antibiblicismo se negaron a relacionar entre sí los acontecimientos.

Primero :

en el 1750, aproximadamente, entra en Egipto el pueblo que no conocio a José, los Hicsos.

Durante otros dos siglos, hasta el 1550, aproximadamente, con lo que van cuatro los siglos desde José a Moisés, los Hicsos dominan todopoderosos el Imperio de los Faraones.

En este mismo siglo, el XVI a. C., los Hititas se rearman y se lanzan a la conquista de Siria y Babilonia.

Políticamente hablando el Faraón Hicso tenía que enfrentarse a este problema de expansión del imperio Hitita. De hecho, una vez caído el Poder Hicso, el Faraón Egipcio entabló relaciones con el Nuevo Poder del Norte.

Quiero decir, los Israelitas eran una población esclava que podía ser utilizada como caballo de Troya por los Hititas. Una población de esclavos suspirando por la Libertad es siempre un peligro interno predispuesto a la revolución si cuenta con apoyo externo. El Faraón Hicso no podía lanzarse a la guerra con el Rey Hitita dejando a sus espaldas este ejército de esclavos. El Decreto de Asesinato de todos los niños hebreos venía a hundir el dedo en la llaga sangrante del peso de la esclavitud, y a la vez marcaba cualquier insurrección con el hierro del exterminio. De hecho los Hititas no cruzaron la Línea Roja de Influencia Hicsa sobre las ciudades estados de la Palestina Bíblica.

Los Egipcios estaban a la expectativa. El ascenso del Poder Hitita podía ser usado por el Egipcio contra el Poder Hicso. Atrapado entre el Norte y el Sur quedaba en medio un ejército de esclavos a la espera de un Libertador por su Dios enviado para conducirlos a la tierra de sus padres.

El Infanticidio en masa sería una buena medida política en aras de mantener a raya a ese ejército de esclavos forjados en el trabajo desde la cuna a la tumba.

Es de creer, tomando como termómetro el parón de los Hititas y el silencio de los Egipcios, que el Hicso supo frenar la amenaza y crear una nueva balanza de poder internacional.

Fue precisamente entonces, cuando el Hicso se encontraba afianzado en su trono, que, sin venir a cuento, sale de la nada aquel "niño salvado de las aguas", en mala hora - se diría el Hicso- , para pagarle al Hicso con la moneda que el Hicso le había pagado al Hebreo : la muerte de todos los primogénitos hicsos.

Dios hizo lo que le es natural a Dios cuando Dios quiere mostrarse como Dios, hundió hasta el abismo el trono Hicso y regresó a la Corte al Egipcio.

Ahora empieza el problema. ¿Cayó Jericó por un terremoto aislado en el espacio, que no dejó sentir sus ondas sino exclusivamente sobre las murallas de Jericó?

La Concordancia Cronológica no puede ser más firme.

En el Siglo XX-XIX a.C., aproximadamente, José es Virrey del Faraón.

Dos siglos más tarde, XVIII, los Hicsos conquistan el trono de los Faraones.

Dos siglos después, XVI, Moisés libera a los Hebreos y le pasa el mando a Josué.

Mientras éste abre la Conquista de la Palestina el Egipcio regresa a su Casa. Un regalo del Cielo, una Gracia del Dios de Moisés.

Jericó se hunde en el 1550 aproximadamente. El Terror se apodera de todos los reinos de la Palestina. Comienza una reestructuración del Mundo Antiguo en dirección a la Venida del Redentor, cuyos principales actores serán David, Salomón, Nabucodonosor y Ciro el Grande, Alejandro Magno y Octavio Ausgusto.

Regresaremos a esta Concordancia en otra fecha

Pero en esto como en tantas cosas otras se trata de ir contandos gotas del océano. Sin ir más lejos vemos cómo las zonas de influencia entre el Hicso y el Hitita, establecidas a raíz de la conquista de Aleppo y Babilonia por el Hitita, es respetada por el Hebreo. Josué extiende la expansión de las tribus dentro de ese marco geopolítico. Poniendo el Jordán como frontera nacional Josué impide una confrontación directa con un reino hitita en su momento imperial más dulce. No se puede olvidar que en la ciencia de la guerra de campos de batalla el Hebreo, que acababa de salir de cuatro siglos de islamiento era un guerrero bisoño. Un enfrentamiento directo con el reino Hitita era lo último que podía regalarse Josué.

Quiero decir, la estructura geopolítica de la región y la conquista de Palestina por los Hebreos concuerdan en el Tiempo con una precisión que no deja lugar a dudas a la hora de enmarcar este Acontecimiento, de Carácter y valor universal, en el siglo XVI antes de Cristo. Primero provocando la Caída de la Dinastía Hicsa en Egipto y la Restauración de la Dinastía Faraónica Nativa; y después deviniendo el epicentro causante del terremoto que hundió las Murallas de Jericó y expansión del terror entre las ciudades estados a este lado del Jordán.

Observamos además que los Hititas respetaron el marco geopolítico establecido tras su conquista de Aleppo y Babilonia, una conquista que le preparó al Hebreo su entrada en la Tierra Prometida, y nosotros vemos cómo la acción Divina preparatoria del Exodo. Absurdo es creer, conociendo el hambre de imperio de la Babilonia de aquellos tiempos, que de no haberle dado fin el Hitita a su reino, Babilonia se hubiese mantenido con los brazos cruzados ante las consecuencias del Exodo.

Si al contrario se nos quiere hacer creer en un asunto de coincidencias nuestra respuesta no puede ser sino la que le conviene a quien se ha arrancado los ojos de la inteligencia y sólo ve en las tinieblas lo que imagina ver. El hecho es que entre la imaginación subjetiva y la realidad objetiva existe una muralla a un lado de la cual está la ignorancia y al otro lado la locura. En este siglo las ciencias históricas, al igual que el conjunto de las ramas del Árbol de las ciencias tendrán que elegir a qué lado se sitúan; dependiendo de esa decisión se tomarán las medidas correspondientes y necesarias para situar ese Árbol en el Jardín que por naturaleza le pertenece : el Jardín de la Verdad.

CRYS

28/03/2019

 

 

1.-Lista de pruebas at�micas durante el siglo XX

2.-Lista vulcanol�gica del siglo XX y Or�genes del Calentamiento Global

3.-El "4 Universal" y la Presi�n termost�tica de los Oc�anos sobre la Corteza Externa de la Tierra como factor de Cambio del Clima de la Ecosfera

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