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LA CREACIÓN DEL UNIVERSO SEGÚN EL GÉNESIS

 

 

SEPTIMA PARTE

CREACION DE LOS CIELOS

 

CAPÍTULO 22

EL PRINCIPIO COSMOLÓGICO GENERAL

 

202. El objetivo y meta de la creación de Cielos y la Tierra, el Hombre al final del túnel del tiempo, estamos viendo cómo Dios trazó la arquitectura general de los Cielos y la especial de la Tierra pensando en los millones de años que el Nacimiento y Crecimiento del Árbol de la vida exigía para dar su fruto. Porque podía y sabía hacerlo Dios creó un Plano de relación entre los elementos de la Biosfera, con dos focos termorrefrigeradores principales a los extremos de la Ecosfera, y focos puntuales distribuidos por los continentes, que son las Cordilleras de nieves perpetuas. Cómo desde los focos polares las corrientes atmosféricas y oceánicas se reciclan y mantienen estable el termómetro biosférico es una obra de ingeniería geofísica tan maravillosa como sorprendente que implicaba a la morfología de la propia litosfera. Porque tenía que mantener el termómetro ecosférico estable tenía que dotar a la Ecosfera de un ángulo de rotación perenne. Y porque podía y sabía levantó el Sustrato Ecosférico Autónomo, gracias al cual, como ya he dicho, el ángulo de incidencia de la energía solar se mantendría constante durante los millones de años que el Árbol de la vida necesitaría para dar su fruto. Pero había aún más, porque el Sistema Solar no está aislado del resto de la Creación, y estando en movimiento y sujeto a las leyes generales del Universo la interrelación había y podía causar interferencias que echasen a perder el trabajo de tantos millones de años. Porque podía y sabía Dios no dudó en desplegar su inteligencia y dotar al Sistema Solar de un mecanismo de control remoto de su velocidad sideral, que he llamado Sistemología Astrofísica Aplicada. Y sin embargo todo esto no era suficiente.

 

203. El Universo local, la Vía Láctea, se mueve en el seno de un Cosmos en el que el movimiento es la nota visible más característica. Puede que entre las galaxias existan diferencias cualitativas y cuantitativas, pero en todas ellas existe un denominador común, se mueven. Decir se mueven significa decir que interaccionan, se multiplican, se dividen, se suman, se restan. La Creación es movimiento constante, arrollador, maravilloso, sorprendente. Es más, el Cosmos retratado en las teorías del siglo XX y el Cosmos del Hubble se parecen el uno al otro lo que una foca a una golondrina. En el real, el del Hubble, no hay movimiento homogéneo, no hay distancias estándares, no hay patrones. El reino de las galaxias es pura diversidad, pura armonía en el descubrimiento de lo desconocido, éxtasis en la apoteosis de la capacidad infinita de la materia cósmica para reproducirse en el espacio y entretener sin aburrir jamás. Genio desplegado a los cuatro vientos, belleza que se manifiesta alegre y no reclama un último grito. Desarrollo de estrellas en cúmulos de cúmulos de billones de astros que no se destruyen ni se colapsan, como faros en las distancias oceánicas. Galaxias que como criaturas submarinas viajan por las corrientes cósmicas y como águilas abren sus alas y se dejan llevar por los vientos intergalácticos. ¿Dónde está el Cosmos del Siglo XX?

 

204. De hecho, la estructura celeste que observamos a nuestro alrededor inmediato presenta unas características muy típicas. Para al final resolverse el conjunto en una arquitectura constelacional de defensa del corazón astrofísico desde cuyo centro se resuelve su configuración especial óptica. Pues tal y como podemos contemplarlo con nuestros ojos telescópicos el universo está recorrido por poderosas corrientes gravitatorias desplazando grandes masas de nubes de un lado a otro, origen de las Nebulosas. De manera que al revelarnos Dios que “creó las estrellas del Firmamento para separar la Luz de las Tinieblas” nos dice mucho sobre cómo le afectaría al Sistema Solar el paso de la Tierra por una de esas corrientes nebulares. Y nos descubre la naturaleza de los escudos constelacionales.

 

205. El Texto Bíblico es claro como el agua. “Dios creó las estrellas para separar la luz de las tinieblas” dice. En el Primer Día se nos dice que Dios creó la Luz y la separó de las Tinieblas. En este Cuarto Día de la Primera Semana de la Historia del Género Humano se dice que, hecho, separada la Luz de las Tinieblas, Dios creó los Cielos para separar la Luz de las Tinieblas. El Texto no puede ser más directo. Que las conclusiones que se derivan resulten apasionantes y por maravillosas totalmente opuestas a la mentalidad del siglo XX no significa nada. La opinión del hombre moderno sobre la Naturaleza del Universo no cuenta. No fue mirando al hombre moderno que Dios le redactó su Revelación a Moisés. Quien no contaba para Dios tampoco puede contar para sus hijos. Las conclusiones a la que llegaron no le interesan a este libro ni sus opiniones al autor. Así que sigamos adelante.

 

206. La estructura del Universo de la Revelación y su resolución en el espejo de la Realidad nos da por igualdad lo siguiente. A saber: El Universo del Génesis es la Vía Láctea. Y es sobre la Creación de esta Vía Láctea: “creó Dios los Cielos para separar la Tierra del reino de las Galaxias”. Necesidad física que se infiere del estudio de los Cielos, y de cuyos fenómenos se ve que al otro lado de los Cielos poderosas corrientes y vientos recorren el Cosmos. Ahí están las imágenes astronómicas para hablar con el poder de mil palabras por foto. Su belleza sin embargo no debe empañar la claridad de nuestra inteligencia a la hora de interpretar los acontecimientos que son su causa. La función física que cumplen los cúmulos estelares que nos rodean es la de la red que atrapa todo lo que la corriente arrastra y les corta a las nubes intergalácticas el paso al interior del sistema constelacional alrededor del cual están distribuidos. Sentemos ahora sobre bases científicas la declaración divina de haber sido creados los Cielos para levantar entre la Tierra y el mundo de las galaxias un muro de protección.

 

207. La descripción, pues, del Espacio General Cosmológico que hemos heredado nos dibuja un Universo-Galaxia que se mueve e interacciona con los demás cuerpos a través de leyes generales. Lo que se adecúa perfectamente a la expansión hasta el infinito de la Materia que sugiere la Idea de la Creación. La necesidad de comprender por qué creó Dios los Cielos para proteger la Tierra del Movimiento Cósmico General implica la respuesta a la relación entre Dios y esa Multiplicación de la Materia hasta el infinito. Y la respuesta a esta pregunta nos lleva directamente a aquella otra pregunta a la que con su teoría cosmológica quiso responder el genio del siglo XX, a saber: Antes del principio ¿qué? Cuestión que a su vez nos conduce directamente a preguntarnos qué parte tuvo Dios en ese Principio de principios y qué era de El antes de este Principio Cosmológico General. Asunto que nos obliga a entrar en Teología pero conservando siempre la actitud científica que hasta ahora se ha mantenido como lenguaje de entendimiento entre la Creación y nosotros.

 

208. Antes de la Creación fue la Increación y antes del Creador fue Dios. Dios se declara Eterno y sobre su Edad nada hay que decir. Pero también confiesa: “Antes de mí no fue formado Dios alguno, ninguno habrá después de mí”. Así que sabiendo que Dios es Eterno y por tanto la Formación de la que habla no podía tocar a su Naturaleza, se deduce que esa Formación se refería a su Inteligencia, que es la parte del Ser que crece y se desarrolla en el tiempo. Conclusión lógica que pone en un sitio el Conocimiento de la Ciencia de la Creación y en el otro al Ser que tenía todos los Atributos Naturales a Dios. Cuando estas dos cosas se unieron y se hicieron una sola cosa entonces Dios devino el Creador y la Realidad su Creación.

 

209. Cuándo y cómo tuvo lugar esta revolución cosmológica la he tocado en la Historia de Jesús. Allí entré en el tema de la Historia de la Increación y desarrollé sus grandes momentos. Creo recordar haber dicho que el Creador se hizo porque estaba en Dios. Más o menos lo que quise decir es que si la Inteligencia sin Poder no es suficiente para transformar la Realidad, tampoco el Poder sin la Inteligencia tiene esa facultad. Y afirmé allí que el Poder estaba en Dios y la Inteligencia en la Fuerza Increadora, Origen de todas las cosas. Recuerdo haber puesto Eternidad e Infinito frente pero no contra Dios. Y haber relatado aquella relación increada hablando de la Infancia del Ser Divino. Y esta Infancia desde la óptica de la revolución que llevó a Dios a convertirse en el Origen de todas las cosas nuevas. En relación a cuyo proceso habló El de sí mismo diciendo que fue formado. Proceso de Formación que sólo puede ser entendido como llevado a cabo por el Infinito y la Eternidad en cuanto realidades increadas que tenían en Dios la estrella de todo lo que se movía y se hacía. Y una vez que el Creador fue formado en Dios se consumó la revolución que habría de hacer de Dios, el Infinito y la Eternidad una sola cosa. Grosso modo.

 

210. De esta revolución ontológica que integró a Dios, Espacio, Tiempo y Materia surge el concepto de Principio Cosmológico General, es decir, el acontecimiento que señaló un Antes y un Después. Pensando en el cual el genio del siglo XX habló de un Big Bang, y yo en la Historia Divina hice partir de una actividad creadora natural en la que Dios transformó la Realidad partiendo de la propia estructura de la Realidad. Es decir, hubo destrucción de un cosmos anterior y transformación de ese cosmos en uno nuevo, que, como todo lo que empieza, partió de un acontecimiento o Principio Cosmológico General. Principio Cosmológico General que marcó de forma irreversible el Antes y el Después. La cuestión es cómo Dios dio luz a este Principio del que el principio de nuestro Universo en especial es un fragmento de la secuencia histórica que puso en movimiento aquel Acontecimiento.

 

211. La respuesta a esta cuestión exige hablar de las leyes fundamentales del Movimiento de Multiplicación de la Materia Cósmica que venían actuando desde la Eternidad. Sólo que, a diferencia del Cosmos Increado, que implicaba al Infinito en esa Multiplicación, al tener el Movimiento Origen en Dios este Movimiento fue revolucionado y llevado a cabo por campos transformadores de la materia en energía cósmica y esta energía cósmica en materia astrofísica. Para comprender esta fenomenología echemos mano de la naturaleza cuántica de la materia atómica.

 

212. Tanto a nivel de observación en laboratorio como en aceleradores de partículas, la reproducción de la materia tiene su origen en la elevación de la energía dinámica que transforma la relación de la partícula con el campo en el que se mueve. Desde el mismo nacimiento de la física cuántica se observó que el crecimiento de masa exige la elevación de la energía cinética, relación que intentó recoger Einstein en su célebre ecuación de la energía. Pero si en el átomo en su medio natural a la elevación de su velocidad la partícula responde transformando la diferencia en masa, y otro tanto hace en un acelerador, si le quitamos el límite de velocidad a la ecuación y procedemos a extraer la partícula de su medio, dándole las notas de la energía cósmica en vuelo libre en un espacio sin referencia electromagnética: esa partícula seguirá transformando la diferencia de velocidad en masa. Supuesto el caso que le pongamos una acumulación de trayectos hasta el infinito el salto de la materia cuántica a la astrofísica ya lo tenemos. Este era el proceso natural increado.

 

213. Dios revolucionó este proceso al concentrar la trayectoria en un campo donde el tiempo matemático se curva y el espacio físico cae hacia el centro. Simulando un acelerador en anillo tal que desde el exterior crea una espiral sobre la superficie de un reloj de arena, donde cada fragmento mantiene la velocidad de aceleración independientemente de la masa: a la altura cuando el haz alcanza el centro, es decir, la boca del reloj de arena, el haz salta al otro lado mediante la explosión en el origen de las estrellas. Este es el fenómeno que llamo Implosión Astrofísica, fenómeno que marca el nacimiento de las galaxias y las estrellas.

 

214. Pues que un astro individual puede dar origen a una cantidad ilimitada de haces de energía cósmica la reproducción de la materia hasta el infinito es una realidad que viene desde la Eternidad. Lo que diferencia a esta multiplicación hasta el infinito es que Antes exigía el Infinito como pista de transformación y Después se reproduce el mismo proceso sobre campos de espacio-tiempo desplegados por Dios en las fronteras del Cosmos. Esto hace del Cosmos un ente más masivo y le ofrece al Espacio General una densidad de materia más alta, razón por la cual el Cosmos nos maravilla con nuevas criaturas galácticas cada día que el Hubble abre sus ojos. La Creación es continua y su expansión constante.

 

215. Este proceso de multiplicación de la materia cósmica desde un Principio General Cosmológico podemos compararlo a una reacción en cadena que no acaba nunca y amplifica su radio de acción y extensión según el tiempo crece desde el centro hacia las fronteras. Nuestros ojos telescópicos nos permiten admirar el movimiento de las galaxias dentro de este Espacio General Cósmico en expansión constante. Y también ajustarle las leyes de la gravedad a las criaturas galácticas, de cuya acción observamos cómo se atraen y se acumulan; ley clásica a la que tenemos que sumarle la ley de las fuerzas electrodinámicas, gracias a la cual la concentración de la masa total en un punto es un imposible físico a alcanzar. Razón extraordinaria por la que el movimiento de los átomos de un gas caliente dentro de un recipiente es el que le corresponde al Movimiento Cosmológico General.

 

 

CAPÍTULO 23

EL ESPACIO COSMOLÓGICO GENERAL

 

 

 

 

LA CREACIÓN DEL UNIVERSO SEGÚN EL GÉNESIS